Narrador

La semana para el albino, fue calmada sin imprevistos o sorpresas, ya que su rutina diaria consistía de en salir temprano de su hogar para quedarse hasta el anochecer en la biblioteca. Su padre se había enojado con él por escaparse de sus deberes los cuales consistía en ayudar a sus hermanas, el chico enfureció internamente, pero se calmó, no quería tener que meterse con la voz autoritaria donde él vivía, por ahora.

No dijo nada cuando lo regañaban, espero para responderle y señalo que por no estar capacitado físicamente para ayudar a Lynn, con sus deportes a luna cargando su máquina de sonido, sería un estorbo.

Eso hizo recapacitar a su padre, quien se disculpó y luego se marchó. Al igual a sus hermanas, ahora se la tenían que arreglar ellas mismas y su madre que sintió pena por su hijo.

Era domingo, el albino quiso relajarse de todo el estudio y en jugar verbalmente con la bibliotecaria la cual se llamaba, Mónica, o como el albino la nombro, Mon...

Hoy no quiso salir de casa, solo se pasó dibujando en su cuarto intentando distraerse con el pincel. La tranquilidad con cada estocada que daba al papel blanco lo tranquilizaba, era una buena forma de expresar su enojo. Pero entonces los sentidos del albino hicieron pequeño cosquilleo.

_Lucy, que necesitas _ el albino dijo con algo de aburrimiento mientras que volteaba a ver a su hermana, misteriosamente siempre estaba adentro de su cuarto.

_nada, solo quería saber si aún sigues odiándome_ la niña gótica dijo mirando a los ojos azules de su hermano.

_ No te odio, Lucy _

_eh..._Lucy se confundió.

_te amé, pero, hasta que descubrí que duele menos cuando se le pone menos interés_ Lincoln alzo la vista para expresarse mejor.

_ Si no esperas que alguien acuda a ayudarte cuando estas muriéndote de hambre, no hay decepción_

_si no espera que alguien se acuerde de tu cumpleaños, no hay decepción, quieres que hagamos la pases, Lucy, reírnos de lo que paso juntos y abrasarnos... ja... ya les di suficientes abrazo y ustedes suficientes decepciones _ el albino dejo de mirar hacia arriba y se para con ayuda de su bastón y salió de su cuarto dejando a la niña en su cuarto.

La mañana para el avino se volvió áspera, salo bajo por las escaleras delicadamente, intentando no caer. Hoy no tenía anotado caer de las escaleras, cuando llego a la planta principal, lo primero que hizo fue a buscar algo de comer, pero como siempre el refrigerador vacío, salió de casa con algo de dinero para comer en la calle, lo que no se dio cuenta es que una cabellera rubia lo estaba siguiendo desde muy atrás.

El albino disfruto la vista de su ciudad por un rato, hasta que algo vino por su cabeza, cambio de dirección hacia el norte. Unas cuadras más adelante se encontraba una casa algo pequeña, pero lo suficiente para caber tres personas.

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"Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock, Tock" con su basto el albino no paraba de golpear la puerta, hasta que se abrió, mostrando a la bibliotecaria, Mónica. Quien se encontraba algo decente.

_sabes que tengo timbre_ un poco irritada la Mónica señalo.

_lo sé, donde dejo lo divertido de irritar la mañana_ el albino dijo con sarcasmo.

_jajá, bueno si es una forma de fastidiar a alguien, entonces... quieres pasar, hoy prepare pollo _ con una sonrisa Mónica, dejo pasar a su amigo/enamoramiento a su casa.

Dejando a una Lori Loud, muy enojada y preocupada de cualquier cosa que esa mujer (Mónica) haga algo a su hermanito. Ella había seguido todo la mañana para averiguar donde se metía todo el día ajenos a su familia.

La rubia se escabullo entre los arbusto para entrarse en la casa sin ver vista.

Mientras el albino estaba hablando de cosas triviales con su nueva mejor amiga, aunque suene algo contradictorio que el gusta estar solo, también le gustaba la idea de pasar el tiempo en vez de pasarla con su "familia" y comer gratis en la casa de Mónica era otro beneficio de ser su única amistad.

_sabes hacerte miserable no te hace mejor persona, simplemente te hace miserable_ Mónica hizo reflexionar un poco a albino, mientras le servía un plato de pollo frito.

_ Humm _ el albino pensó en lo que su mejor amiga le decía.

_es evidente, pero, que quieres que haga, que los mire a la cara y olvidar todo lo que me hicieron pasar, tal vez esa mierda filosófica te sirva pero no a mí, solo quiero alejarme de ellos _ el albino dijo.

_bueno eso es decisión tuya_ ella respondió.

_está muy bueno, algún secreto_ el albino elogio la comida de su amiga, para preguntar sobre cómo le salió tan delicioso.

_gracias_ con un pequeño sonrojo en sus mejillas sirvió algo de agua.

_bueno si te digiera no sería un secreto_ de una forma divertida lo siguió guardando a albino.

_que mal... me hubiera gustado prepararme esto en casa, ahora tendré que venir aquí para comer este rico pollo_ el chico dijo algo frustrado.

_si... que mal..._ ella le siguió, pero internamente estaba alegre de que el albino, venga más seguido a su casa.

_pero sabes el bono de venir aquí, es que te poder ver más frecuente _ el peliblanco le dijo con un tono coqueto.

Mientras que la señorita se sonrojaba y le respondía algún que otro tema aparte. Mientras que en la ventana que estaba cerca del comedor, se podía ver a Lori mirando como los dos reían un poco. Pero lo que le fastidio fue que su hermano este coqueteando con una señorita mayor con él, aunque ella solo quería pensar que era solo eso.

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El sol se escondió y la noche llego en la casa Loud y el albino se preparaba para dormir, alguien toco su puerta.

Como lo más habitual, abrió la puerta para ver a su hermana mayor Lori.

_ ¿dónde te metiste hoy?_ ella pregunto.

_ ¿y la pregunta es por?_ el albino trato de desviar el tema, no quería que sus entrometidas hermanas cause alguna molestia a su amiga, solo él podía molestarla.

_porque yo te mando a responder_

_ahora dime ¿quién es la señora con la que te la pastes todo el día?_ ella hablo con autoridad y celos.

_ diablos, no creí ser tan despistado _el albino se quejó por su debilidad.

_entonces vas a responder_ siguió molestando su hermana.

_ no_ él dijo aburrido de que siga con lo mismo.

_Lincoln, literalmente no puedes estar con esa señora, no me agrada _ ella se quejó, preocupada de que le roben a Lincoln.

_celosa _ descaradamente, el albino le dijo a su hermana.

_ ¡qué demonios dices! Soy tu hermana, no puedo estar celosa de ella por ti_ ella se negó algo nerviosa.

_nunca dije que fuera de interés incestuoso_ agrego el albino por fin resolviendo por qué su hermana se preocupaba por él.

_NO es cier-

_si es cierto_ interrumpió el albino

Eso dejo muda a la Loud mayor, que cayó de rodillas empezó a llorar, porque la habían descubierto, ahora se sentía indefensa al asecho de su hermano.

_sabes nunca creí, que tú, sintieras algo por mí, así verdad lo creí más de Luan, Lynn o Leni_

_lo malo es que yo no siento lo mismo hacia ti _ el albino dijo.

_para_ Lori susurro.

_ dime alguna razón para amarte_ el albino dijo con frialdad.

_para, por favor_ una destrozada Lori nuevamente dijo en susurros.

El albino se acostó en su cama, dejo de ver a su hermana para ver el techo de su habitación

_si no la tienes, puedes retirarte de mi habitación_ el albino dijo con un poco de enojo.

La rubia se a paro y se dirigió hacia la salida de la habitación, cada moviente que hacía era ignorado por el albino, que se mantenía al margen para no sufrir más decepciones. La chica rubia a punto de cerrar la puerta dijo.

_porque sé que tú también me amas_

La rubia se retractó y volvió entrar a la habitación de su hermano, cerrando la puerta. La rubia entrego su virginidad a su hermano esa noche, solo para tratar que su amor llegue a hacia el albino.

Lo cual si llego pero en una mínima cantidad.

El albino solo sacio su sed de venganza esa noche. Marcando a su hermana como suya, ahora y para siempre.

Las palabras de su amiga fue el inicio de esa relación. "no tenía que ser miserable para ser mejor, solo me hará miserable".

Tal vez volver amar no aria daño.