Me casé con todas las Unloud - Parte 2
Tierra - 23335
Unas horas antes.
Unluan entró a la habitación de Unlucy, vio la bola de cristal de la líder de las Unloud en el suelo y la tomó en sus manos. No la revisó, solo jugo con ella mientras discutía con ella misma.
—¿Dónde estarán esas estúpidas? —Dijo Unluan inclinando su cabeza a la izquierda. —No hay que perder la calma, recuerda que seguramente están bien. —Se dijo a si misma, inclinando su cabeza a la derecha. —No, hay que matarlas por preocuparnos tanto. —Inclinó su cabeza a la izquierda. —Pero son nuestras hermanas y debemos amarlas como ellas nos aman a nosotras. —Se repitió nuevamente inclinando su cabeza a la derecha. —Desearía ir a donde están para así poder ir y romperles la-¡WOOOOAAAAH!
No está de más decir que su cuerpo se volvió líquido y la bola de cristal la absorbió.
Tierra - 23336
Tiempo actual.
Las tres Unloud curadas estaban reunidas en la habitación donde dormía Unlucy. La esposa de Lincoln de mentiras ya le había explicado por enésima vez a su hermana rockera que el Lincoln de esta dimensión poseía poderes asombrosos.
—¡Es fantástico! —Dijo Luna con mucha emoción. —¡No puedo esperar a que me muestre lo que tiene! —Saltó en la cama un poco, no tardó en notar la mirada de fastidio que su hermana le lanzaba. —¿Qué pasa Lucy? —Dijo con seriedad.
La gótica fresa desvío la mirada.
—No, nada. Solo... Hay que traer a nuestras demás hermanas, ¿De acuerdo? —Dijo con una sonrisa fingida. La verdad es que aún no sabia como decirle a Luna que Lincoln solo era para ella, no quería arruinar su felicidad.
Luna se bajo de la cama y se acercó a su hermanita y le dio un abrazo.
—Descuida sis, yo te ayudo a traer a las... —No pudo continuar.
–¡Aaaaahhhh! —Gritó Unluan al momento de salir de la bola de cristal.
—¡AAAAAGHHH! —Gritaron Lucy y Luna al ser derribadas como bolos por su hermana comediante.
La comediante bipolar tardó un par de minutos en recuperarse. Por no decir que estaba inconsciente.
En eso ambas chicas se levantaron y sin perder tiempo.
—¡Rápido hay que llevarla a la cápsula atomizadora para curarla! —Ordenó Lucy.
Luna asintió y así entre las dos cargaron a su hermana con problemas de bipolaridad hasta donde estaba esa maquina.
Tardaron un par de minutos y por fin habían logrado meter a Luan a la maquina, sin perder tiempo, Luna la encendió y a los pocos segundos ya estaba curada.
—¡Qué bien! ¡Esto es muy fácil! —Dijo Luna con mucha felicidad al ver a su hermanita querida como nueva y lista para tener una nueva vida. —Luan, despierta sis... Ya es hora de levantarse jeje. —La movió un poco.
—Espera, esta despertando —aviso Lucy mientras ambas veían a su hermana recobrar el sentido.
—¿D-donde es-estoy? —Preguntó algo desorientada. No paso mucho tiempo para que se diera cuenta de... —¡Luna, Lucy! —Las abrazó rápidamente.
—Bienvenida a tu nuevo mundo hermana —mencionó Luna.
—¿Uh? —Luan no entendía nada.
—Tenemos que explicarte algo —dijo Lucy mientras se sentaba en el suelo.
—¡Traje smooties para todos! —Leni apareció con cuatro vasos con pajillas para todas.
—¡Leni! —Luan la abrazó también.
—Hola Luan, ¿Un smootie? —Le ofreció mientras le devolvía difícilmente el abrazo.
Luan miró a su alrededor y no sabia donde estaba, volteó a ver a sus hermanas y se veían diferentes, en realidad, ella se sentía diferente.
—Luan, siéntate. Debemos explicarte —le pidió Lucy.
La miró raro y no tuvo más remedio que acercarse y tomar asiento en el suelo.
—Gracias Leni –le agradeció a Leni por el smootie. Lo probó con cautela y abrió los ojos como platos al sentir lo delicioso que estaba el batido.
Lucy la volvió a llamar y ella puso total atención a lo que ella debía decirle.
Una hora después.
La quijada de Luan llegaba hasta el suelo, no podía creer lo que Lucy le acababa de contar. Desde lo del mundo mejor, hasta lo del otro Lincoln super hermoso y luego lo de la maquina esa que podía curarlas.
—¿Dónde esta esa maquina? —preguntó con seriedad. —¡Quiero curarme ahora! —gritó inclinando su cabeza a la izquierda. —No, espera a que nos lo digan amablemente. —Inclinó la cabeza a la derecha.
Hubiera seguido así pero Luna habló.
—Ya te curamos, mientras estabas inconsciente sis —dijo con alegría.
Luan quedó paralizada por lo que acababa de escuchar. De pronto todo el dolor que sentía en su interior la invadió, desde la impotencia al ser capturados en aquel campamento de plagados hasta la pérdida de Lincoln.
Inclinaba la cabeza de un lado y al otro, su bipolaridad estaba fuera de control. Ya estaba harta de esas voces hasta que...
—¡AAAAAAH! ¡YA LARGUENSE DE MI CABEZA! —Gritó con histeria para luego tomar su cabeza con ambas manos y ponerla firme.
Sus hermanas la miraban con preocupación, pero ella las miró con una sonrisa cansada y les levantó el pulgar.
—Uuuhh... Al fin, esta cabeza esta libre de voces pero no de cerebro... Jajaja, ¿Entienden? —Dijo un chiste con lágrimas en los ojos.
Las demás la abrazaron mientras reían y lloraban de felicidad.
—¿Así que Lincoln esta en el trabajo, no? —preguntó al separarse.
—Si, llegará en un par de horas —mencionó Lucy con una voz fría, muy anormal para la forma en que andaba vestida.
Luan se alarmó y no tardó en preguntar.
—¿Y que hago? —preguntó, aun estaba vestida y pintada como una demente.
Luna rápidamente la tomó del brazo.
—Primero debes darte un baño —dijo Luna jalandola al baño.
Luan asintió y luego de salir del baño envuelta en una toalla. Luna procedió a quemar sus ropas y echarlas en la basura.
La comediante se asombro al ver que aún tenían sus poderes. Pero no le dieron tiempo de hablar.
—Segundo, hay que ir de compras —dijo Leni mientras la tomaba de la mano y la llevaba a la salida. Tomaron un taxi hacia el mall.
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Una media hora más tarde volvían, Luan se sentía avergonzada, ir al mall envuelta en una toalla era muy bochornoso.
Lo bueno es que el regreso fue normal, ya venía vestida con una camisa blanca con una corbata roja en su cuello, una falda a cuadros color amarilla. Y unos zapatos negros con calcetines blancos.
Su cabello se lo ato en una cola de caballo tal y como lo usaba antes.
—Me veo Luantastica jajaja, ¿Entienden?
—No, ahora bajase señorita —dijo el taxista de muy mal humor.
Ambas bajaron del taxi, Luan quería seguir contándole chistes pero a cambio de que se callara, el conductor no les cobró nada.
Rápidamente cargaron las bolsas en donde venía más ropa y entraron a la casa.
—Muy bien Luan, solo falta el paso tres... —Lucy no pudo terminar.
«Buuuuuurrrrrr»
Rugió el estómago de Luan, la comediante se sonrojo y preguntó.
—¿El paso tres incluye algo de comer? —preguntó Luan.
Lucy negó con la cabeza, mientras sonreía y la guió a la cocina.
—¡WOOOOOOW! —Dijo Luan altamente sorprendida por la cantidad de comida en el refrigerador. —¡Quiero pollo frito... Y-y algo de pizza y también... Ese pastelote de allá! —Dijo con emoción, hace años que no comía algo delicioso y que sea comestible.
Lucy se encogió de hombros y le sirvió lo que ella pidió.
Se sentían asqueadas al ver a Luan tragar como cerdo. Ni siquiera masticaba su comida, solo la engullía de una vez.
La comediante se atragantó un par de veces y no parecía querer detenerse.
—Haaaaahhhh... No recordaba lo bueno que sabía la comida caliente... —Dijo con una sonrisa.
Las demás la dejaron sola, no aguantaron verla comer de esa forma y se fueron a hacer sus actividades en la casa.
Luan vio el reloj.
—Creo que Lincoln llegará en una hora —recostó su cabeza en la mesa y cerró sus ojos. —Dormiré un poco por mientras llega... Zzz... —Cayó profundamente dormida.
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Sentía una humedad en su rostro y también sentía cómo si flotara en el aire. Incluso sentía que le faltaba el aire... No podía respirar, lentamente abrió los ojos y notó que algo la estrujaba con una fuerza sobre humana.
—¡Te extrañe tanto!
Volteó a ver hacía el frente y se topó con un chico de cabello blanco muy largo y también apuesto. Ella lo conocía. Pero en vez de pensar en perversiónes, se puso a llorar como lo hacía él.
—¡Y-yo también! —dijo débilmente y con la voz entrecortada.
Lincoln empezó a besarle los cachetes y la bajo al suelo. Luan entonces pudo verlo mejor, era muy apuesto, igual que su hermano muerto.
Sintió su entrepierna muy mojada y lista para ser invadida.
—Luan... —Habló él.
Ella le puso atención.
—Dime lindo, ¡digo! ¡Lincoln! —dijo Luan.
—Dime un chiste, por favor —suplicó él.
Luan se enterneció por eso y sin pensarlo.
—Toc Toc... —Comenzó.
—¿Quién e-es? —preguntó él con algo de emoción y tristeza.
Luan miró hacia un lado.
—P-pastelazo... —Dijo ella.
—¿Pastelazo...? —Preguntó con una ceja arqueada.
De pronto Luan sacó un pastel de atrás de su espalda y se lo estrelló en la cara a su hermano.
—¡Jajaja! , ¿¡Entendiste!? —Estalló a carcajadas.
Lincoln se limpió el rostro y la volteó a ver. Se veía linda riendo, aun no sabia por que Lucy las revivia tan mayores, pero eso le valía, él extrañaba a sus hermanas y mucho.
—¡Jajajaja! —Empezó a reír y luego la abrazo nuevamente.
Un rato después.
Lincoln le arregló una habitación para que ella durmiera y se quedará.
—Wow Lincoln, no tenias que... —No pudo terminar.
—Nop, si tenía y espero que te guste... —Dijo con timidez. Le costó un poco arreglar la habitación de Luan.
Luan miró a su alrededor, dos laptops de última generación, una cama matrimonial, una pantalla de plasma de cuarenta y dos pulgadas, un ropero lleno de ropa, un par de videocámaras, un señor cocos nuevo y un mini escenario con sillas alrededor... Quedó sin habla.
—¿Estas bromeando? —preguntó ella. —¡Me encanta! —lo abrazó del cuello y le dio un beso sin querer en la boca.
Lincoln lo dejó pasar, supuso que era la emoción.
Luan lo jaló hasta la cama y lo recostó en ella para luego recostarse sobre él.
—"O-ok, esto es demasiada emoción" —pensó él.
Luan lo miraba de forma seductora, la verdad es que siempre amo a su hermano de forma diferente incluso antes de que lo de las bombas ocurriera y lo amo más cuando él, un pequeño niño de once se enfrentará a decenas de plagados para salvar a su hermanas. Ella le ofreció su cuerpo en más de una ocasión con la excusa de ayudarlo a calmar esas ganas bestiales de tener sexo. Pero la verdad es que ella disfrutaba el ser penetrada por su hermanito y sobre todo le fascinó perder su virginidad con él, como siempre lo soñó. Pero todo se fue al demonio cuando Lynn lo sedujo para que Lincoln se casará con ella y todo se acabó cuando Lincoln murió.
Le hubiera gustado tener hijos para él pero al parecer, el Lincoln de su mundo era estéril o algo así.
Veía fijamente a este otro Lincoln y se le hacía agua la boca y también otra parte del cuerpo pero eso era otra historia.
Restrego su nariz con la de él y se recostó juntando su cachete con el de Lincoln.
—¿Luan, que haces? —preguntó él con curiosidad.
—Duermo con mi chico favorito, ¿No es obvio? —Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
—Eso lo se, pero debo ir a dormir con Lucy, no puedo dejarla sola... —Dijo él.
Luan no hizo caso, solo lo abrazó más fuerte y se apego más a él.
—Nop, dormirás conmigo hoy y no se diga más... —Cerró los ojos y fingió roncar.
Lincoln rodó los ojos y con una sonrisa malvada la abrazó de la cintura.
Luan sonrió con aires de victoria, pero...
—¡Wooah! —gritó al momento en que Lincoln le daba vuelta, dejándola acostada en su cama y a él libre.
Luan lo miró con una sonrisa, eso le pareció gracioso.
—Lo siento Luan, pero debo dormir con mi esposa, buenas noches —dijo Lincoln saliendo de la habitación rápidamente.
Luan levantó una mano para despedirse pero no alcanzó a decirle buenas noches.
—Buenas noches... Linky... —Dijo Luan con tristeza. Tan lejos y tan cerca de su hermano.
No tuvo más remedio que dormir y esperar a ver que hacer mañana.
Lincoln le deseo buenas noches a Luna y a Leni. Entró sigilosamente a su habitación y se llevó una sorpresa al encontrar a Lucy dormida.
—Al parecer, hoy no toca jeje —se recostó a su lado y la atrajo hacia su cuerpo para abrazarla y recostarla sobre su cuerpo.
Lucy medio se despertó y lo miró a la cara, para luego sonreír y recostar su cabeza sobre el pecho de su hermano.
—Gracias de nuevo por traer a las demás de vuelta —agradeció él.
Lucy balbuceó algo entre dormida y despierta.
—Descuida... Muy pronto estaremos... Todas... Zzz... —Cayó profundamente dormida.
Lincoln le agradeció nuevamente y le dio un corto beso en los labios para luego poder dormir.
Tierra - 23335
Unas quince horas antes.
—¿¡Donde demonios estarán esas cuatro!? —preguntó Unlola muy iracunda.
—¡No lo sé, por eso las estamos buscando! —Unlana estaba con ella y poco a poco se empezaba a hartar de esa actitud, Lola estaba peor desde que Lynn aceptó la propuesta de Lincoln para casarse con ella y se puso peor cuando él murió o mejor dicho, ella lo asesino por traicionarla. Debería darse por vencida y aniquilarlas a todas para poder irse a vivir lejos.
Ambas gemelas buscaban en la habitación de Lucy. No había señales de ella, ni de Leni, Luna y de Luan.
—Si no las encontramos, jamás podremos irnos a otro mundo y encontrar a otro Linky —mencionó Unlola algo preocupada.
Unlana se le acercó para abrazarla pero ella la alejo.
—¡No quiero abrazos Lana! —Le gritó, la verdad era que si quería pero no quería mostrarse débil y menos ante Lana.
—Tu te lo pierdes —dijo Unlana para caminar a la salida pero no pudo seguir avanzando, una mano la había tomado del brazo y eso la hizo voltear.
Lola la tomó del brazo y miraba al suelo. Al parecer ya estaba cansada de lo mismo de siempre.
—¿Lola? —preguntó ella. Se le hacía raro este comportamiento, Lola generalmente esperaba a que Lincoln estuviera presente para darle abrazos y seducirlo mientras ambas restregaban sus cuerpos de forma sensual. Lo que terminaba siempre en un trío. Pero todo cambio cuándo Lynn se lo robo y él murió.
—¿Me das el abrazo ese? —preguntó sin levantar la mirada del suelo.
Unlana miró a todas partes, no daba crédito a lo que escuchó.
—¿Qué? —preguntó la del vestido azul.
Unlola levantó la mirada y soltó un fuerte suspiro.
—Esta bien, yo te lo doy... —La atrajo a su cuerpo y la abrazó con no tanto cariño.
Unlana aún estaba impactada por todo lo que pasaba. Sentía que la ira y miedo acumulado en su interior poco a poco la empezaban a abandonar.
Correspondió el abrazó que Lola le daba.
Después de que se separaron, se sonrieron de forma tímida. Unlola desvío la mirada al suelo y vio la bola de cristal de Unlucy. Para cambiar de tema la levantó y la miró fijamente.
—¿Esa es la bola de cristal de Lucy? —preguntó Unlana mientras se acercaba y también la observaba. Pero miraba de reojo a Lola.
—Eso parece, tal vez nos sirva para encontrar a nuestras hermanas pérdidas —dijo Unlola al parecer notó la mirada que Unlana le lanzaba.
Unlana tocó la bola y dijo con burla.
—¿Y qué? ¿Debemos pedir un deseo? —Bromeó. Causando una pequeña risa en Unlola.
—Si, tal vez deberíamos decir... Deseamos ir a donde están nuestras hermanas pérdidas... —Bromeó Unlola.
Ambas se miraron fijamente y de la nada.
—¡JAJAJAJAJAJA! —Empezaron a reír a carcajadas.
Pero...
—¡Waaaaaaah! —Gritaron ambas al ser succionadas por la bola de cristal.
Mientras viajaban en lo que parecía un agujero de gusano. Unlola abrazó a su hermana.
—¡Lana si morimos quiero que sepas que lamentó todo lo que te hice durante todos estos años y también quiero agradecerte por salvarme de aquellos plagados en el campamento! —habló muy aterrada la del vestido rojo.
Unlana la abrazó también y dijo.
—¡Si morimos quería que sepas que lamento...! —Iba a decir que mató a Lincoln pero mejor no dijo nada. —... Acepto tus disculpas jeje... —Abrazó a su gemela con ternura.
Unlola solo la abrazo más fuerte.
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Pasaron una diez horas y no parecían llegar a ningún lado.
—¿Quieres hacerlo? —preguntó Unlola.
Unlana la miró fijamente y luego esbozo una enorme sonrisa.
—¡Claro! —dijo ella. La verdad era que amaba a Lincoln y a Lola por igual, pero a diferencia de Lincoln, Lola solo la dejaba tocarla cuando Lincoln estaba cerca, hasta ahora.
Se besaron de forma apasionada y se desprendieron de sus ropas, mientras se dirigían a su destino.
Tierra - 23336
Tiempo actual.
—¡Chicas, ya les dije que debo trabajar! —dijo Lincoln desde el buzón. Todas las chicas estában paradas en la entrada de la puerta y lo llamaban para que regresará a casa ahora mismo.
—¡Loud! —Lo llamó el señor Quejon desde la ventana. —¡En mis tiempos la gente de tu edad no salía tanto! —lo regaño él.
Lincoln rodó los ojos y amistosa mente le respondió.
—Pues si señor Quejon, pero es que en sus tiempos aun no habían inventado el trabajo y por eso todos eran unos cavernicolas ¡Jajajaja! —se burló Lincoln.
—¡Jajaja! —Luan estalló a carcajadas.
Las demás también rieron.
—¡Espera a que baje allí muchacho del demonio! —Amenazó el viejo.
Lincoln salió corriendo y ya estando lejos se despidió agitando la mano de ellas. Para luego salir volando como solo el sabía hacerlo.
Luna aun no podía creer eso y Luan menos, ella quedó boquiabierta al verlo volar de esa forma.
—Este mundo es tan... Increíble... —Mencionó la comediante.
Las demás asintieron y procedieron a entrar al interior de la casa nuevamente.
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Pasaron un par de horas y todas se encontraban viendo fijamente la bola de cristal de Lucy.
—¿Y entonces, esperamos a que alguna de nuestras hermanas faltantes aparezcan o vamos por ellas? —Preguntó Luan.
Las demás no supieron que decir, en realidad todas llegaron de forma accidental a este otro mundo y al parecer ninguna tenía pensado regresar a su mundo. Lo odiaban demasiado y les traía muchos recuerdos dolorosos.
—Bien, iré yo y traeré a Lori para curarla —se ofreció Luna pero las demás no se veían muy seguras.
—No lo sé Luna, como que... Deberíamos esperar... —Sugirió Leni, cosa que sorprendió a todas.
En realidad no era tan mala idea.
—Buena idea Leni —dijo Lucy, luego se miraron entre todas. Nunca creyó que diría tales palabras.
Decidieron esperar un poco y los resultados fueron los deseados. Al poco tiempo la esfera empezó a brillar.
—Aléjense un poco —pidió Luna.
Todas hicieron lo que dijo y al instante aparecieron dos siluetas, se sorprendieron al ver que las dos gemelas caían en el suelo y se sorprendieron más, al ver que estaban desnudas.
—¡Wow! —dijeron al unísono.
Ambas se pusieron de pie al escuchar esas voces.
—¡Chicas al fin las encontramos! —dijeron al mismo tiempo las dos gemelas. No les importó el estado en que estaban y enseguida se acercaron a abrazarlas.
Pero al instante, Unlola se separó y las miró con furia.
—¿¡Donde demonios estaban!? —les gritó.
Unlana también se sorprendió.
—Si, ¿Donde han estado...? ¿Y donde estamos? —Preguntó ella viendo a sus alrededores.
—Es una muy larga historia —dijo Lucy.
—Te escuchamos —dijeron al unísono ambas gemelas.
Lucy se aclaró la garganta y empezó a contar.
Una muy larga historia después.
Ambas estaban en shock, no sólo por lo del otro Lincoln que además era súper fuerte, apuesto y rico, también por el mundo futurístico y sobre todo...
—¿¡Hay una máquina para curarnos!? —preguntaron ambas al mismo tiempo.
Todas sus hermanas asintieron. Eso solo las puso un poco emocionadas. Ya que tenían dudas, una de ellas por que no quería perder su desmentida inmortalidad y la otra por que no le gustaba mentir.
—Chicas, vengan con nosotras —dijo Luna con tono serio.
Ambas se mostraban indecisas pero tuvieron que aceptar.
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—¿Qué hay que hacer? —preguntó Unlana.
Luan le explicó como funcionaba, bueno. Lo poco que entendía.
—No lo sé, no quiero perder mis poderes... —Dijo Unlola.
—Ejem... —Luna le llamó la atención, Unlola y Unlana la voltearon a ver y ella encendió su mano con fuego púrpura. —¿Lo ven?
Ambas se pusieron más tranquilas y luego de meditarlo por un largo rato, decidieron entrar a la maquina.
—Chicas, ¿No sería mejor que una la usará primero y la otra después? —Luna no podía creer que se llevarán tan bien, si hace poco parecían odiarse, bueno solo Unlola a Unlana pero solo cuando Lincoln no estaba presente.
Se acomodaron en la maquina y esta se logró cerrar.
—Bueno, ya que... —Dijo Lucy y procedió a encender la maquina.
Al parecer se podía usar en más personas a la vez. Tardó unos segundos más en curarlas, pero al final lograron curarse.
Salieron de la cápsula y se miraron fijamente. Se veían normales, por primera vez desde hace mucho tiempo, lograron sentir su humanidad.
Rápidamente se abrazaron, todo el odio y rencor que tenían contra Lincoln por cambiarlas por Lynn, se esfumó siendo reemplazado por dolor y nostalgia, extrañaban a su hermano.
—Lana, lamento todo lo que te... —Lola fue silenciada por su gemela. Ya no hacían falta disculpas.
Lola la abrazó, hubieran seguido así por unos minutos más pero Lucy les habló.
—Chicas, rápido. Deben darse un baño —dijo Lucy.
Ambas la miraron fijamente y luego le asintieron.
Se fueron a bañar, no les importó que lo hicieran juntas. Lola se sentía viva nuevamente y Lana se sentía limpia, tenía ganas de ir a jugar afuera en el lodo pero no había tiempo.
Salieron envueltas en toallas, Lola con una de color rosa y Lana con una de color azul.
—Hora de ir de compras —dijo Leni.
Ambas se emocionaron mucho, hace mucho que no conseguían ropa. Leni les hacía ropa pero con telas viejas, no les gustaba pero debían aguantarse.
—¡Siiiii, vamos de compras, vamos de compras! —festejaban al unísono.
Sin perder tiempo se fueron al mall, tardaron el triple de tiempo de lo que tardaron con Luan, ya que Lola quería toda la ropa posible.
—¡Nooo, yo lo quiero, es tan de mi estilo! —Lloraba ella mientras se agarraba de la puerta de la tienda de ropa. Mientras Leni la jalaba.
—Pero Lola, debemos llegar a casa para ver a Lincoln —dijo Lana.
La mayor usaba un pantalón azul, una camisa blanca y una chaqueta negra, sin olvidar una gorra roja que logró encontrar y unos tenis blancos.
Lo contrario a Lola, que usaba un largo vestido rosa y unos zapatos de tacón alto color rosa. También una tiara de oro con diamantes muy costosa.
La diva tuvo que dejar ese vestido y otros seiscientos más que quería, por que necesitaba ver a Lincoln.
De mala gana salió del mall junto con sus hermanas. Al parecer iban cortas de tiempo, ya casi anochecía.
Al llegar a casa se encontraron con Lucy y las demás en la sala y no sólo a ellas...
—¡No puede ser! —gritó Lincoln al ver a sus dos gemelas favoritas.
Lana tembló un poco al ver a su hermano mayor al que tanto cuidó cuando era abusado y lastimado por esos plagados, quedo peor cuando se comportó como un animal salvaje y mató a todos esos monstruos. Quedó muy mal pero aún así lo curó con ayuda de las demás, pero ella hizo más. Solo quería devolverle un poco de los cuidados que él le dio cuando era pequeña.
Lola lloró amargamente y no espero a salir corriendo hacia su hermano, al que tanto amaba, incluso desde antes que ocurriera lo de las bombas. En ese tiempo odiaba verlo con otras chicas, incluso con esa maldita de Alice.
—¡Lincoooooln! —gritó Lola mientras lo abrazaba.
Lincoln la levantó en el aire y luego recibió a Lana la cuál lo abrazó y también fue suspendida en el aire.
—¡Te amooo Lincoln! —dijo Lana.
Lincoln no podía articular palabra, parecía un niño pequeño, en verdad extrañaba a estas dos.
—¡Yo lo amo más! —dijo Lola.
—¡No, yo las amo más! —gritó Lincoln con todas sus fuerzas.
Se dejaron llorar por mucho tiempo, tanto que ahora estaban en el sofá de la sala. Lincoln las tenia a ambas recostadas sobre su pecho. Les acariciaba la cabeza y no las quería dejar de abrazar.
Al final tuvieron que separarse, Lincoln tenía que arreglar sus habitaciones.
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Ahora estaban en la que seria la habitación de Lana.
—¿Podemos dormir en la misma habitación? —dijeron ambas al unísono.
Lincoln las volteó a ver y les sonrió.
—Creo que se puede arreglar —no iba a negarles nada.
Ambas lo miraron fijamente mientras se acercaba a la pared, alistó su brazo metálico y dio un certero puñetazo en la pared, no tardó ni un segundo en desplomarse toda, dejando ver la habitación de Lola.
Eso las dejó boquiabiertas no sólo a ellas dos, si no que también a Luna, Luan y a Leni, las cuáles le ayudaban a arreglar las habitaciones de las gemelas.
—¡Wow! ¡Bro, eres sensacional! —lo alago Luna.
—¡Si, ese si que fue un puñetazo demoledor! ¡Jajaja! ¿Entiendes? —bromeó Luan causando la risa en Lincoln.
—Si Linky, eres muy fuerte y muy guapo —dijo Lola. Ella más que nadie estaba admirada.
—Wow Lincoln, pero... ¿Cómo perdiste tu brazo, te dolió mucho? —preguntó Lana con pesar.
Lincoln se le acercó y le revolvió el cabello.
—Caí desde un rascacielos... No es de importancia —les dijo para que ya no preguntarán más, pero al ver que estaban algo indecisas. —No se preocupen, en serio. —Les guiñó el ojo causando un sonrojó en sus hermanas.
Todas asintieron torpemente.
Un rato después.
—Listo, ¿Les gusta? —preguntó Lincoln.
Ambas miraron muy impresionadas su nueva habitación.
De un lado había una exagerada combinación de color rosa, cama rosa, televisión rosa, piso rosa, guardarropa rosa y muebles rosa. Del otro lado era muy normal, sin contar la otra gran televisión y varias jaulas para animales, la cama matrimonial, el guardarropa grande y la mucha ropa para Lana.
—¿Gustarnos? —preguntaron con una ceja levantada. —¡Nos encanta! —gritaron de emoción y enseguida lo abrazaron.
Lincoln sonrió y correspondió con alegría.
Se disponía a retirarse pero Lola lo detuvo.
—¿Oye Linky? —lo llamó. Él la volteó a ver. —Fíjate que necesito en serio comprar más ropa, es que en verdad necesito esos vestidos... —Le suplicó ella.
—No digas más —Lincoln buscó algo en sus bolsillos y sacó una tarjeta de crédito rosa. —Ten, puedes comprar lo que quieras jeje.
—¡Iiiiiiiiiiiii! ¡Gracias Lincoln! —agradeció ella mientras miraba fijamente la tarjeta de crédito.
Lana rodó los ojos y cuando iba a ver la televisión.
—Lana, aquí hay una para ti jeje —le entregó una tarjeta de crédito color roja a su hermana.
Lana la tomó y la miró fijamente.
—¡Gracias Lincoln! —agradeció ella con mucha emoción, al parecer también le encantaba este Lincoln, al igual que su hermano muerto, también era muy lindo y atento con ellas.
Sin mas que decir las dejo solas.
Unas horas después.
—¿Oye Lana, dormimos juntas? —preguntó Lola.
Lana asintió y tomó su almohada para irse a meter a la cama de su hermana menor.
—Buenas noches Lana —le dio un beso en la boca a su hermana.
Lana correspondió con naturalidad.
—Buenas noches Lola —dicho eso, se abrazaron y al poco tiempo se quedaron dormidas.
En la habitación de Lucy y Lincoln.
—¿Quien es la mejor? —preguntaba Lincoln. —Tu lo eres, si que si. —Tenía abrazada a Lucy por la espalda y le daba besos en el cuello.
–¡Jajaja, ya! ¡No es para tanto! —reía ella, en verdad le gustaba ser el centro de atención de su hermano.
Lincoln siguió besándola en el cuello hasta que se quedó dormido, Lucy también se durmió.
Ninguno se dio cuenta de que Luan había entrado a la habitación y se quedó parada al lado de la cama viendo a Lincoln fijamente.
—Eres tan bello... —Le acarició la mejilla. En verdad quería hacerlo con él pero debía esperar.
Con sumo cuidado le dio un corto beso en los labios. Quería darle muchos más pero desistió.
Tierra - 23335
Unas horas antes.
—¿Y las demás? —preguntó Unlisa a todas y con todas me refiero a Unlynn y a Unlori.
—No lo sabemos, al parecer solo nosotras quedamos —dijo Unlori, la cuál estaba muy preocupada por sus hermanas.
Unlynn no solo estaba muy molesta, se sentía impotente y no sólo eso, también triste y preocupada, pero no iba a demostrarlo.
Unlisa no encontraba lógica, hace una semana que Lucy desapareció y desde entonces, sus demás hermanas le han ido siguiendo.
—Debo investigar más a fondo —la genio salió de la habitación y se dirigió a su laboratorio, la búsqueda de sus hermanas y el extraño encuentro con esa chica rubia de unos veinte años en la base militar abandonada no le habían dejado tiempo de construir una máquina del tiempo, ni de buscar otras tierras paralelas.
Las dos hermanas restantes decidieron seguir buscando y ver si lograban encontrarlas.
Unlynn se dirigió a la habitación de Lucy. Estaba muy preocupada por su antigua compañera de habitación.
Llevaba su bate con clavos y no pudo resistirse a tomar la bola de cristal del suelo, tenía ganas de jugar béisbol con ella, pero no quería romperla y hacer enojar a Lucy.
—Rayos, ¿Dónde demonios estas Lucy? —miraba fijamente la bola de cristal. —Ojala pudiera ir a donde estas tu y todas mis hermanas. —Una lágrima negra bajó por su mejilla.
Pero al instante la bola de cristal la absorbió de la misma manera que a las demás.
—¡Aaaaaaah! —gritó mientras era absorbida por la bola de cristal
Tierra - 23336
A Lincoln cada vez se le hacía más difícil ir a trabajar. Ya que sus hermanas no lo querían dejar ir, pero como era sábado, hoy trabajaba hasta las dos de la tarde y podría volver a casa más temprano.
Un rato después.
—¿Entonces solo esperamos? —preguntó Lana.
Todas estaban sentadas viendo la bola de cristal de Lucy.
—Sip, solo esperamos —respondió Lucy.
Pasaron los minutos y Lola se disponía a irse.
—No se ustedes pero yo tengo un cuerpo que necesita mucho cuidado y mucha atención —bajo la mirada de desaprobación de la mayoría, tomó una toalla de color rosa y se fue a dar un baño de burbujas.
A algunas les empezó a dar hambre y tuvieron que cubrir el lugar de dos de ellas para que Leni y Luan fueran por comida a la cocina. No está de más decir que Lana comía por todas.
—La comida caliente sabe deliciosa —dijo Lana con lágrimas en los ojos. En verdad extrañaba comer mucho.
—Si sigues comiendo así, engordaras demasiado jeje —se burló Luna.
—No importa, con tal de comer así de rico podría incluso explotar y moriría feliz —dijo con una sonrisa.
Ambas rieron por lo dicho.
Un rato más tarde.
Tuvieron que esperar y esperar hasta que la esfera empezó a brillar.
—Muy bien, allí viene alguien más —dijo Lucy.
Ya todas estaban listas para recibir a la próxima hermana.
—¡Allí viene! —gritó Luna.
De la esfera salio Unlynn, la ex deportista antes de caer al suelo, uso sus manos para dar una voltereta en el aire y así evitar darse un golpe, cayendo de pie de forma olímpica.
—Y Lynn logra la máxima puntuación —celebró la castaña. Aun conservaba un poco de su espíritu competitivo.
—Bienvenida hermana a tu nuevo hogar —la saludó Lucy.
Unlynn se dio la vuelta y se sorprendió al ver a todas sus hermanas pérdidas.
—¡Chicas! —gritó con alivio, pensó que algo les había pasado aunque era muy tonto, no había nadie mas fuerte que una Unloud. —¿Dónde han estado? Las eh buscado como loca.
Todas le sonrieron y entonces le comenzaron a explicar.
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—¿Así que esta tonta maquina nos puede curar? —Preguntó con algo de dudas.
Todas le asintieron. Unlynn tenía muchas ganas de ver a ese otro Lincoln, que era super invencible tal y como lo dijo Leni. Pero por ahora tenía una gran intriga por esta máquina.
–Sister, te recomiendo que la uses ahora, nuestro hermano no tarda en regresar y si te ve así, todo el plan se vendrá abajo —la apresuró Luna.
Unlynn miró la maquina otra vez. Con algo de pesar se tocó el dedo de enmedio de su mano derecha en donde hace un par de meses había una sortija de compromiso. Muchas notaron eso y decidieron ignorarlo, sobre todo Lucy. Lynn se dirigió a ellas.
—¿N-no duele? —Dijo con miedo pero luego retomó una postura firme y decidida. —Digo, de acuerdo, de acuerdo.
Se metió a la maquina y Lucy la activo rápidamente. Ya casi era mediodía y Lincoln no tardaría en llegar. Unos segundos después salió de esta y se sentía muy normal, con dolor y mucho pesar por todo lo que le hizo pasar a su hermano.
Las lágrimas en sus ojos solo provocaron que sus hermanas la abrazaran. Ella en verdad extrañaba a Lincoln y mucho.
—¡Lynn, rápido ve a tomar una ducha! —Dijo Luan.
Todas la llevaron a la ducha, Luna quemó su ropa al igual que las de las demás y limpió las cenizas para no dejar evidencia.
Unos minutos después salió de la ducha envuelta en una toalla. Tenía otra en su cabeza y se sentía libre de estrés.
—"Solo necesitaría una buena ronda de sexo salvaje con Lincoln y estaré como nueva..." —Pensó Lynn con una sonrisa triste.
Luna y Lucy la tomaron de la mano y la jalaron hasta la salida.
—Muy bien, hora de ir de compras —dijo Luna.
Lynn no era de las que les gustaba ir a comprar ropa, pero no podía poner pretextos.
Pero estando frente a la puerta de la entrada. Esta se abrió rápidamente y Lincoln entró por ella.
—¡Ya llegue...! —Se detuvo el albino al toparse cara a cara con Lynn, bueno de pecho a cara pero aún así se veían a los ojos.
—... Lincoln —dijo Lynn con la voz cortada.
—... Lynn —dijo Lincoln con lágrimas en sus ojos.
Lentamente se abrazaron. Lynn recostó su cabeza en el pecho de su hermano y se dejó llorar. Lincoln apoyó su frente en la cabeza de ella.
Allí estuvieron por un largo rato hasta que él se separó. La vio de pies a cabeza y se sorprendió al ver sus enormes pechos.
Lynn se sonrojó y lo miró con enojo. Aunque parte de ella le gustaba esa mirada.
—Wow, Lynn... Siempre creí que te quedarías plana... —Dijo Lincoln con el rostro sonrojado.
Lynn desvío la mirada y dijo.
—Pues, yo también... Pero ya vez que no... —Dijo con timidez. Pero luego lo volteo a ver. —Pero wow, mírate. Te vez... Super fuerte y no te pareces en nada al enclenque de hace años... ¡WOW! —Su hermano muerto era fuerte pero no tan musculoso.
Lincoln sonrió de forma engreída y le mostró sus músculos de los brazos.
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó con una sonrisa.
Muchas babearon por esa muestra de poder. Lola sentía una fuerte humedad bajando por su entrepierna, Luna quiso abalanzarse sobre él para quitarle la ropa, Luan se mordió el labio inferior, Lucy se sonrojo.
—"Hoy toca jeje" —pensó Lucy.
Lana se sonrojo, también quería besar a su hermano. Leni quedó viéndolo como boba. Mientras que Unlynn se enfureció por eso, no sólo por que Lucy era la única que podía disfrutar de todo eso. También por la forma en la que lo presumía. Pero debía aprovechar.
—Bah, seguramente son falsos —dijo ella cruzándose de brazos.
Lincoln se acercó un poco.
—Si quieres, puedes tocar —dijo él con los ojos cerrados.
Lynn tocó los músculos y los apretó. En verdad eran firmes y muy bien trabajados.
—¡WOW! —Dijo Lynn. Ahora más que nunca, quería tenerlo dentro de ella.
Los apretó un poco más, hasta que sintió algo en su nuca, como si la estuvieran viendo fijamente.
Lentamente se dio la vuelta y vio que todas la veían con una mirada asesina. Sobretodo Lola y Lucy. Estas parecían estar a punto de atacar.
Se separó rápidamente de Lincoln y entonces él habló.
—Muy bien, como veo que iban al mall por ropa para Lynn. Yo digo que por mientras arreglaré una habitación perfecta para ella —anunció él.
Lynn lo volvió a ver y se le acercó.
—¡Genial! ¡Gracias Lincoln! —levantó su puño, causando que él cerrará los ojos y se cubriera con ambas manos. —¡Jaja! Dos por moverte. —Le dio dos golpecitos en el hombro.
Lincoln abrió los ojos y la volteó a ver.
—Bienvenida a casa, hermana —la volvió a abrazar.
Lynn correspondió.
—Gracias Lincoln —agradeció ella.
Se separaron al poco tiempo y entonces Luna y Lucy la llevarían al mall.
Pero antes de salir...
«Plack»
—¡Ahg! —Gritó Lucy al recibir una nalgada por parte de Lincoln.
Se sonrojó un poco y le sonrió con nerviosismo. Se despidió de él y bajo la mirada celosa de Luna y una de enojo de Lynn se fueron al mall.
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Tardaron poco tiempo ya que Lynn eligió solo unas diez mudas de ropa que eran exactamente iguales.
Ahora usaba una camisa blanca con una chaqueta roja y unos short un poco grandes de color rojo junto con zapatos de soccer y calcetines blancos sin mencionar su cabello atado en una cola de caballo.
Ahora miraba boquiabierta su nueva habitación, parecía un gimnasio, de no ser por la cama, el televisor, los balones, equipo de deportes y el refrigerador sin duda alguna lo sería.
—¡Gracias Lincoln! ¡Empezaré a hacer ejercicio ahora mismo! —dijo ella con emoción. Tomó un bate de béisbol nuevo, no extrañaba el de clavos ya que lo dejó en el otro mundo pero no importaba, este era un mundo mucho mejor.
Lincoln la abrazó y ella correspondió.
—Lo que sea por mis queridas hermanas —dijo él.
Lynn hundió su cabeza en su cuello, no quería separarse pero al final al tuvo que hacerlo.
—Quédate, durmamos juntos, justo como lo hacíamos en el pasado —pidió ella mientras lo jalaba de la mano.
Lincoln deseaba quedarse a dormir con una de sus hermanas favoritas, pero ya estaba casado con otra de sus hermanas.
—Hoy no puedo, ¿Que tal si mañana hacemos una pijamada? —sugirió él.
Lynn se emocionó y aceptó.
—Y también invitamos a nuestras otras hermanas —dijo él.
La sonrisa de Lynn casi desaparece pero se contuvo.
—Claro, por que no... —Dijo con los dientes apretados.
Lincoln supo que algo andaba mal pero lo dejó pasar. Necesitaba estar con Lucy.
—Buenas noches Lynn —dijo Lincoln.
Lynn lo abrazó nuevamente.
—Que descanses hermano y gracias nuevamente —dijo ella.
—No te preocupes, y bienvenida, nuevamente jeje —rió él.
Sin mas que decir, se separaron y Lincoln se fue a su cuarto. Ya era tarde y debían dormir.
Lucy usaba una bata de color rosa, estaba acostada en su cama. Lincoln la abrazaba por atrás y le daba muchos besos en el cuello. La estaba consintiendo mucho.
—Sabes, cada día me haces el hombre más feliz del mundo —dijo Lincoln mientras mordía su oreja.
—Aja... ¿Por? —preguntó ella con una sonrisa.
Lincoln le dio más besos en su cuello.
—Pues, por traer a nuestras queridas hermanas de vuelta a vida, jeje —junto su cachete con el de ella y la abrazo de la cintura.
Lucy se acomodó más cerca de él. Le dolía mentirle pero le dolería más si él las descubría. No sabría de lo que sería capaz si se enojoba.
—Pues, lo que sea por mi amado hermano, que también es mi esposo —le dio un beso en la boca y se acomodó para dormir. Aun seguía con sueño, no descansaría bien hasta no traer a sus demás hermanas. Pero aún le preocupaba lo de Lily.
Sintió que Lincoln le dio un beso en el cachete y luego se acomodó más cerca de ella.
—¿Y puedo ver como las revives? —Esa pregunta la sobresaltó . —Ya que, hoy es domingo y no trabajo, me gustaría ver como usas tus poderes oscuros para traer a alguien del más allá.
Lucy sonrió con mucho nerviosismo, no quería que se enterará, por que podía arruinarlo todo.
—No creo, me gusta sorprendente —dijo lucy desviando la mirada.
Lincoln le rogó y rogó pero no pudo convencerla.
—Esta bien, más tarde iré a comprar la despensa para la semana con Leni mientras tu revives a las que faltan, ¿De acuerdo? —propuso Lincoln.
Lucy casi grita de alegría pero se contuvo.
—Me parece perfecto, y descuida traeré a todas las que faltan lo más rápido posible —dijo Lucy.
Él le dio un beso en la boca y se dispuso a dormir. Tenía mucho sueño.
Lucy hizo lo mismo.
Tierra - 23335
Unas horas antes.
Unlori discutía con Unbobby. La rubia estaba harta de ese sujeto, se maldecía a sí misma por haber tenido esa idea de volverlo como ellas.
—¿¡Adonde vas!? —Le gritó ella.
—¡Iré a buscar a Lola, ella es mejor mujer que tú! —Le gritó el latino, mientras salía por la puerta.
—¡AAAAAAHHH idiota! —Gritó con todas sus fuerzas. Desde que Lincoln murió, Bobby se portaba muy agresivo con ella, ambos chicos eran muy buenos amigos y como que le dolió ver a su amigo muerto.
Estaba furiosa, tanto que olvidó que sus hermanas estaban pérdidas.
Pero al poco tiempo lo recordó.
—Mejor buscó a las chicas, ahora falta Lynn y por lo visto, sigo yo o quizás Lisa —buscó por todas partes y no encontró nada. —¡Literalmente esto es lo peor!
Entró a cada habitación, incluso revisó en los lugares cercanos, también en el calabozo en donde tenían a los plagados que Lincoln lograba convertir, eso le dolió mucho, extrañaba a su hermano y mucho.
Al final se sentó en la cama de Lucy y vio la bola de cristal en el suelo, la tomó en sus manos y vio su reflejo en ella. Se veía triste y no es para más, al parecer había perdido a sus demás hermanas y no sabia como encontrarlas.
—Desearía ir con ustedes... Hermanas —dijo con pesar.
Acto seguido. La bola de cristal la absorbió al igual que a las demás.
Tierra - 23336
Estaba amaneciendo y como era domingo, Lincoln y Lucy siguieron durmiendo. O eso hubieran querido...
—¡Uno, dos, tres! —Se oyó gritar a Luna para después empezar a tocar la guitarra muy ruidosamente.
Lincoln se removió en su cama. Abrió uno de sus ojos y de forma desorientada miró a su alrededor. La música era muy fuerte, es cómo si estuviera en la misma habitación.
—¡Buenos días hermanos! —Los saludó Luna la cuál estaba en la misma habitación.
Lucy la miró con enojo, sus ojeras eran enormes y la hacían lucir fea. No le gustaba para nada que la despertarán.
—Buenos días Luna —saludó Lincoln. Se levantó de la cama y estiró sus brazos. —¿Por que el solo de guitarra en mi habitación? —Se dirigió a Luna.
La rockera paro de tocar y esbozo una sonrisa.
—Pues, para recordar un poco los viejos tiempos —dijo con alegría. —¿Acaso te molesta? —Cambio su semblante a triste.
Lincoln negó con las manos rápidamente y dijo.
—No no no no, para nada. —Se acercó a ella y le puso una mano en su hombro. —Solo que, Lucy se ve muy cansada, sabes.
Ambos voltearon a ver a Lucy. Los miraba a ambos con enojo y parecía dispuesta a atacar.
Luna se encogió en su sitio y se disculpó.
—Ups, lo siento bro —se dirigió a Lincoln. —Y sis. —Se dirigió a Lucy.
Lucy se dio la vuelta y siguió durmiendo. Lincoln salió del cuarto junto con Luna para hacer el desayuno.
—Genial, te ayudaré —se ofreció ella.
Un rato más tarde.
Lincoln y Leni salieron a comprar comestibles. Regresarían antes de mediodía. Dejaron solas a sus hermanas nuevamente.
Pero se descuidaron, sin la orden de Lucy. Ninguna de ellas se puso a vigilar la bola de cristal, ya que la gótica fresa estaba dormida.
Una hora después de que Lincoln y Leni salieron, Lucy despertaba de su sueño pesado.
—Haaaaah —estiró sus brazos un poco.
—¿Dormiste bien? —Preguntó Unlori mientras la saludaba.
Esta vez Lucy no cometió el mismo error con Leni.
—Lori... Ya llegaste —se levantó ella de la cama y se acercó a su hermana mayor.
—Es bueno encontrarlas, ¿Donde estamos? —Preguntó ella con una sonrisa tranquila y comprensiva.
Lucy la tomó de la mano y la sacó de la habitación para que fueran a encontrarse con sus demás hermanas.
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—Muy bien, haganlo cuando estén listas y procuren no lastimarse —les pidió Unlori ya dentro de la maquina.
Luna rodó los ojos por lo exageradamente sobre protectora que era Lori con todas ellas. Sin más que decir encendió la maquina y cuando el proceso de curación término, espero a que Lori saliera de esta.
Lori salió de la cápsula y cuando parecía estar todo bien. Su semblante cambio a serio por no decir molesto.
—¡Lucy! ¿¡Te casaste con Lincoln!? —Le gritó con mucho enojo.
Lucy retrocedió un poco al igual que las demás.
—¡S-si, pero no fui yo, si no la Lucy de esta dimensión! —Intentó defenderse pero la mirada molesta de Lori la ponía muy nerviosa.
—¡Aun así...! —No pudo terminar ya que Luna, Luan y Lynn se interpusieron.
—Hermana, después arreglan eso —dijo Luna.
—Si, por ahora debemos apresurarnos, debes darte un baño, luego ir al mall para que finalmente Lincoln te arregle una habitación —dijo Lynn.
—Si, no querrás literalmente que Lincoln se enoje, ¡jajaja! ¿Entiendes? —Bromeó Luan. Pero solo hubo un gran gruñido por parte de todas las presentes.
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—Soy una perra de hermana... —Se lamentaba Lori mientras se duchaba. Le dolía recordar lo que le paso a sus padres, a Lily y a Lincoln en el otro mundo.
Tuvo que resignarse y continuar bañándose, ya vería como actuar en este nuevo mundo.
Luego del baño. Lori junto con Lola, Lana, Luna y Lucy se dirigieron al mall.
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Unas horas después, casi era hora de cenar. Lincoln ya había regresado junto con Leni de hacer las compras.
Luan le contó que Lori había regresado causando una gran alegría en el albino. Pero...
—¿Por que tardan tanto? —Dijo Lincoln muy impaciente.
Había esperado mucho. Incluso le dio tiempo de arreglar la habitación de Lori y también de ir a comprarle un regalo.
—Recuerda que es Lori y si juntas la palabra COMPRAS entonces tardará mucho y no olvides que también fue Lola con ellas —dijo Lynn, estaba sentada en el sofá al lado de Lincoln, muy cerca de él.
Lincoln se veía muy impaciente, tanto que ni había cenado.
—Si, pero descuida pudo haber sido peor —habló Luan.
Él la volteó a ver con una ceja levantada.
—¿Por que lo dices Luan? —Preguntó.
—Pues, por que si hubiera ido Leni con ellas, ¡entonces nunca más las hubiéramos vuelto a ver! ¡Jajaja! —Rió estrepitosamente la comediante.
Lincoln y Lynn se miraron entre sí y lentamente empezaron a reír a carcajadas.
Leni los vio de forma confundida mientras reían.
—No entendí —dijo la rubia sonriente.
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Un rato después. La puerta de entrada se abrió y todas las miradas se posaron en la rubia mayor que acababa de entrar.
—¡Wow! ¡Mamá digo, Lori! —gritó Lincoln con confusión al ver a Lori tan cambiada, casi se parecía a su madre.
Lori empezó a llorar y ambos se abrazaron con todas sus fuerzas.
—Así es enano... Te extrañé —restrego su cabeza en el pecho de su hermano.
Lincoln era más alto que ella pero no le interesaba corregirla ni burlarse de ella.
—¿Una ayudadita por favor? —Luna y Lana entraron por la puerta, cargando unas treinta bolsas cada una.
—No siento mis brazos —se quejo Lana.
Lincoln rió un poco y se separó de Lori. Le hizo señas a Lynn y a Luan para que ayudarán a cargar.
—Aun faltan más —aviso Lucy. Entrando por la puerta con unas quince bolsas que seguramente no eran de ella.
Lincoln salió de la casa para empezar a cargar bolsas.
—Descuida, yo me... —Lincoln quedó sin habla al ver una gran montaña de bolsas con compras frente a su casa. —... Encargó.
Luan y Lynn también quedaron boquiabiertas al ver semejante cantidad de ropa.
Una de la mañana.
Lincoln y las demás a excepción de Lori y Lola. Estaban descansando en el suelo de la habitación de Lori. Habían cargado bolsas como locos toda la noche y no sólo eso, también tuvieron que ayudar a acomodar la ropa en la habitación de Lola y en la de Lori.
Además de que Lori al ver su gran habitación volvió a salir con Lucy y compró una cama King size para dormir, ya que la cama matrimonial que Lincoln le compró, le pareció muy pequeña.
—Mi tarjeta de crédito esta vacía —sollozo Lucy.
Lincoln le dio un beso en la mejilla y le prometió otra tarjeta de crédito. Haciendo feliz a su esposa.
—¡Literalmente mi habitación esta super! —Dijo la mayor al ver todas sus nuevas cosas, su pantalla de plasma, su gran guardarropa, sus zapatos perfectamente ordenados, sus muebles, sus productos de belleza y sobre todo el regalo que Lincoln apenas tuvo fuerzas para darle. —¡Y mi celular IPhone 35 élite gold es literalmente hermoso! —Se acercó a Lincoln y lo abrazó. —Muchas gracias hermanito, estoy feliz de estar contigo nuevamente.
Lincoln asintió débilmente y luego se dirigió a Lynn.
—Oye Lynn...
—¿Qué pasa hermanito?
—¿La pijamada puede ser en la habitación de Lori?, no creo tener fuerzas para levantarme e ir a otra habitación.
Lynn sonrió débilmente, ella tampoco tenía fuerzas. No fue buena idea cargar las bolsas de sesenta en sesenta.
—Claro, me parece bien... —Dijo con una sonrisa. Luego se dirigió a Lori. —¿Podemos?
Lori les sonrió con alegría y dijo.
—Literalmente es una idea fenomenal, iré a ponerme mi pijama —dijo Lori para después irse a cambiar.
—¡Pijamada! ¡Siiiii! —Se emocionó Lola. —¡Usaré mi mejor vestido! —La princesa estaba viéndose en el espejo pero luego se fue a su habitación a cambiarse.
Los demás aún en el piso, levantaron su puño al aire y gritaron un leve HURRA para después volver a quedarse quietos en el piso.
Unos minutos después.
Ya todas y Lincoln se habían levantado del piso. No tuvieron que cambiarse mucho, solo se empezaron a remover algo de ropa. Incluso Leni solo se puso un antifaz y se iba a quedar con su vestido verde.
Lincoln quedó en bóxers blancos usando una camiseta negra sin mangas.
La vista del musculoso y guapo albino hizo cambiar de parecer a todas. Olvidándose de su cansancio, todas se fueron a buscar sus pijamas más seductoras.
Lincoln vio raro todo eso, simplemente se encogió de hombros y decidió recostarse en la cama de su hermana mayor.
—Es tan cómoda... —Lentamente se empezó a quedar dormido.
Sintió un peso extra en la cama. Medio dormido volteó a ver y vio que era Lucy con un vestido corto que le llegaba muy arriba de las rodillas, era negro muy revelador.
—Espero duermas bien —le dio un beso en la boca y se acomodo en el pecho de su hermano para poder dormir.
Lincoln cerró los ojos con una sonrisa.
Al poco rato llegaron las demás. Todas se molestaron al ver a esos dos ya dormidos y muy juntitos.
Luna usaba una camisa morada que le cubría parte de sus piernas. Luan un vestido amarillo que resaltaba sus atributos. Lynn usaba un short rojo muy pequeño y una camisa roja por encima. Lana solo llevaba unos pantalones de seda con una camiseta negra sin mangas sin su gorra. Leni cambio su vestido verde por otro vestido verde y un antifaz del mismo color. Lori usaba una camisa blanca y un pantalón buzo color blanco.
—Literalmente estas redes sociales son mucho mejor de lo que recuerdo —si, estaba pegada a tu celular de lujo. Sin importarle las miradas de enojo se recostó en la cama sin quitar los ojos de la pantalla de su celular. —Si, cien seguidores en diez minutos.
Todas se miraban entre sí. Ninguna sabia en que posición acostarse en la cama.
—¡Ya llegoooo la más hermosaaaaaa! —Se anunció Lola al entrar por la puerta.
Todas la voltearon a ver y se sorprendieron de lo rápido que se adaptó a este mundo.
Usaba un vestido rosa transparente que dejaba ver un juego de lencería rosa con medias rosas y un antifaz rosa.
Se veía feliz pero se molestó al ver que Lincoln estaba dormido.
—¡Lincoln! —gritó. —¡Despierta y alaga mi vestido! —Exigió pero nada. Lincoln estaba dormido.
Las demás la vieron con enojo y más cuando la diva se acercó a la cama y se recostó al otro lado de Lincoln. Empujando a Lori quien no le dio importancia.
—Esta bien, pero cuando despiertes deberás darme tu opinión lo quieras o no —lo abrazó por la espalda y se apego al cuerpo de su hermano.
Las demás ya echaban fuego por los ojos y decidieron no quedarse atrás.
—No dejare que tengas toda la atención de Lincoln —dijo Lana al momento de recostarse atrás de su gemela y abrazarla por la espalda haciendo que sus brazos alcanzarán a Lincoln también.
Lola se molestó por eso pero esa sensación de calor empezó a gustarle, así que se acomodó entre su gemela y su hermano para dormir.
Leni, Luan, Luna y Lynn se acomodaron lo más cerca que pudieron de su hermano. Al principio se miraban con enojo pero poco a poco el sueño les ganó.
—Buenas noches chicas —dijo Lori mientras apagaba la luz y se recostaba sobre sus hermanas.
—Buenas noches —dijeron todas incluso Lincoln y Lucy solo que estos últimos respondieron entre dormidos y despiertos.
Con un último movimiento, las chicas se apegaron más cerca del cuerpo del albino y una por una empezaron a caer dormidas.
Unos minutos después.
Lincoln sentía un calor altamente sofocante. Era como si su cuerpo estuviera metido en un horno.
Se despertó levemente, se movió un poco y sintió que varios cuerpos se apegaron más al suyo, dejándolo inmóvil. No pudo hacer nada para disminuir el calor así que solo siguió durmiendo.
Continúa en el siguiente capítulo...
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