Capítulo IV: La Chica Nueva


— Leni, es hora de levantarse, cariño. ¡El desayuno está listo!


Leni se sentó en la cama, frotándose los ojos y tratando de despejarse de los pensamientos turbulentos que la habían atormentado la noche anterior. Se dio cuenta de que había llorado un poco mientras dormía, y se apresuró a secar las lágrimas antes de levantarse de la cama.


— Ya voy, mamá. Gracias —respondió Leni, tratando de sonar lo más animada posible.


Se puso de pie y se dirigió al baño para arreglarse antes de bajar a desayunar con su familia. Mientras se cepillaba el cabello, reflexionaba sobre la conversación que había tenido con Eddie la noche anterior. Aunque se sentía herida por el hecho de que él estuviera interesado en otra chica, también se recordaba a sí misma que solo quería verlo feliz. Decidió que debía apoyarlo en su cita y tratar de ocultar sus propios sentimientos para no complicar las cosas.

Después de arreglarse, Leni bajó a la cocina donde su familia ya estaba reunida alrededor de la mesa del desayuno. La conversación animada de sus hermanos la ayudó a distraerse de sus propios pensamientos mientras se sentaba para unirse a ellos.


— Buenos días, chicos. Perdonen la demora, pero me quedé dormida —saludó Leni con una sonrisa, tratando de ocultar cualquier rastro de tristeza en su rostro.

— No te preocupes, cariño. ¡Todavía tenemos tiempo de sobra para desayunar juntos antes de que se vayan a la escuela! —respondió su padre con una sonrisa reconfortante mientras le servía el desayuno.

— Por cierto, papá. Hoy puedo llevarlos a todos a la escuela si así quieres, así no tendrás que preocuparte por hacer el viaje tú —añadió Lori, tomando las llaves de Vanzilla con una sonrisa.

— ¡Gracias, Lori! Sería de mucha ayuda —respondió Lynn Sr., aliviado —. Solo procura no romper otro espejo lateral, ¿de acuerdo? —bromeó, recordando un incidente anterior.


Lori rodó los ojos, mientras sus hermanos reían por el comentario.


— Literalmente, fue un accidente, papá, ¡lo prometo!


Su padre asintió satisfecho y regreso a la cocina. Mientras todos continuaba con su desayuno, Leni curiosa se acercó a su hermana mayor.


— Pensé que Eddie nos llevaría nuevamente a la escuela hoy.


Lori se encogió de hombros, sin apartar la vista de su teléfono.


— Lo haría, pero me dijo que necesitaba llegar más temprano para ayudar a Carlota instalarse.

— ¿Carlota? — preguntó Leni con cierto desconcierto, recordando la conversación que había tenido con Eddie la noche anterior.

— ¿No te lo comente? Ella es la prima de Bobby, parece que se mudará a Royal Woods y estará en nuestra misma clase, así que Bobby le pidió que le echara una mano. Eddie es muy bueno ayudando a las personas a sentirse cómodas, así que Bobby confía en él para esto —respondió Lori casualmente.


Leni asintió, tratando de sonreír como si fuera algo sin importancia, pero en su interior, su corazón se sentía pesado. La llegada de Carlota no solo significaba un cambio en su grupo escolar, sino también un posible obstáculo en su relación con Eddie. A pesar de que intentaba convencerse de que solo eran amigos, la idea de verlo tan cercano a otra chica la inquietaba profundamente.

Aun así, sonrió y le agradeció a Lori por llevarla a ella y al resto de sus hermanos a la escuela, intentando no pensar demasiado en lo que podría suceder entre Eddie y Carlota. No quería que sus hermanos se dieran cuenta de que algo le estaba molestando.


— Eso es muy considerado de parte de Eddie. Seguro que Carlota apreciará la ayuda.

— Sí, definitivamente. Eddie siempre ha sido muy amable y considerado con los demás —agregó Luna, sonriendo con aprobación — el otro día nos ayudó a cargar todos los instrumentos de la banda.

— Es verdad, y siempre me ayuda con mis entrenamientos cuando tengo que practicar para el fútbol —añadió Lynn, mostrando una sonrisa satisfecha por el apoyo de Eddie.

— Y siempre accede a ser mi príncipe azul cuando juego a ser una princesa —intervino Lola, encantada de recordar esos momentos.

— Eddie es como un hermano mayor para todos nosotros, siempre está dispuesto a ayudar —agregó finalmente el albino.


Leni se quedó en silencio mientras escuchaba a cada uno de sus hermanos. Estaba claro que todos tenían un cariño especial hacía el mexicano, pero ella sabía que sus propios sentimientos iban más allá de la admiración que le tenían los demás. Para ella, Eddie era mucho más que un amigo o un hermano; era alguien con quien soñaba estar de una forma que aún no se atrevía a confesar.

Tras terminar su desayuno, y prepararse para la escuela, la familia Loud subió a la vieja camioneta Vanzilla, con Lori al volante. Durante el camino, Leni intentó distraerse con el bullicio familiar que era tan común entre sus hermanos, riendo de vez en cuando ante los comentarios de sus hermanos o los intentos de Lori para tratar de controlarlos, pero en el fondo sentía un nudo en el estómago. El pensamiento de que Eddie pudiera tener cierta atracción hacía Carlota le era doloroso, pero intentaba no dejar que eso opacara su ánimo. En el fondo, sabía que no podía interferir en lo que sentía Eddie, y estaba dispuesta a apoyarlo a pesar de todo.

Tras dejar a la mayoría de sus hermanos menores en sus respectivas escuelas, finalmente llegaron a la preparatoria. Donde Luna y Luan bajaron primero dirigiéndose al interior del edificio escolar, pero Leni seguía sumergida en sus pensamientos. Al estar finalmente solas, Lori apago el motor de la camioneta y miró a Leni con una expresión preocupada.


— Bien, dime que es lo que pasa contigo, Len. Haz estado actuado muy raro desde anoche.


Leni se sobresaltó ligeramente al ser interrumpida de sus pensamientos, pero trató de ocultar su inquietud.


— No es nada, Lori, de verdad —respondió Leni con una sonrisa que no logró disimular la tristeza en sus ojos.


Lori la observó fijamente, sabiendo que algo no estaba bien. Había algo en el tono de voz de Leni que no la convencía. Sabía que su hermana menor, aunque intentara ocultarlo, a veces no podía esconder sus sentimientos por mucho tiempo.


— Vamos, Len, no me mientas. Te conozco demasiado bien como para saber que algo te está molestando —dijo Lori con una mirada comprensiva, pero firme.


Leni suspiró, mirando por la ventana de la camioneta y evitando el contacto visual con su hermana mayor.


— Es Eddie... —murmuró con un hilo de voz, apenas audible.


Lori lanzó un suspiro y miró a su hermana con comprensión. Al ya saber los sentimientos de su hermana por el mexicano, comprendió de inmediato el origen de la tristeza de Leni.


— Lo imaginé, ¿Qué pasa con ese idiota? ¿Acaso te rechazo?


Leni sintió una punzada en el pecho al escuchar esas palabras de Lori, pero al mismo tiempo se sintió aliviada de poder hablar de ello con alguien. Aunque la situación le dolía, sabía que no podía guardárselo más.


— No, no es eso... — Leni respiró hondo, buscando las palabras adecuadas. — Es que... me enteré de que tendrá una cita con Carlota, y al enterarme que hoy la ayudará a adaptarse a la escuela, me sentí... no sé, triste. Como si no tuviera oportunidad alguna, ¿sabes? — Leni confesó con un suspiro, su mirada fija en sus manos entrelazadas —. Me siento tan confundida, Lori. Parte de mí quiere apoyarlo y verlo feliz, pero otra parte de mí... no sé, simplemente no puedo evitar sentirme celosa y triste por dentro.


Lori la observó en silencio por unos momentos, permitiendo que Leni expresara sus sentimientos. Luego, con una sonrisa cálida y un poco de picardía, colocó una mano en su hombro.


— Len, sé que es complicado, pero no te olvides de algo importante: Eddie no sabe lo que sientes por él. Y si no se lo dices, ¿cómo vas a saber si él siente lo mismo por ti? — dijo Lori con tono suave, pero con firmeza en sus palabras.


Leni suspiró profundamente, pensando en lo que su hermana le había dicho. Sabía que Lori tenía razón. Había estado guardando sus sentimientos durante tanto tiempo, temerosa de perder la amistad de Eddie o que él no la viera de la misma manera. Pero ahora, con todo lo que estaba pasando con Carlota, se daba cuenta de que no podía seguir callando lo que sentía.


— ¿Y si me rechaza, Lori? ¿Qué pasa si le digo lo que siento y no le importa? — preguntó Leni, su voz era temblorosa.

— Leni, eres una de las chicas más populares de la escuela y cualquier chico moriría por salir contigo. Así que, si él no está interesado en ti, entonces él se lo pierde.


Leni lo pensó por un momento. Sabía que su hermana tenía razón, pero el miedo al rechazo seguía latente en su pecho. No podía evitar la incertidumbre de cómo Eddie reaccionaría si llegaba a confesarle lo que sentía.


— ¿Y si todo cambia? ¿Y si ya no podemos ser amigos como antes? — susurró Leni, con la mirada perdida en la ventana de la furgoneta.


Lori la miró con una sonrisa comprensiva, pero también llena de determinación.


— No creo que tengas que preocuparte por eso. Nuestra relación con Eddie es muy sólida. Él te quiere mucho, y aunque confesar tus sentimientos sea difícil, no creo que eso cambie su amistad. Además, lo peor que podría pasar es que al final, él no sienta lo mismo. Pero al menos sabrás que fuiste honesta contigo misma, y eso te ayudará a cerrar esa puerta.


Leni la miró con ojos brillantes, apreciando las palabras de su hermana mayor. Aunque el miedo seguía allí, las palabras de Lori le dieron un poco más de valor. Sabía que el tiempo se le estaba agotando para decidir si debía seguir ocultando lo que sentía o finalmente abrir su corazón.


— Tienes razón, Lori. Tal vez debería hablar con él... —dijo Leni, un poco más decidida, aunque su voz aún temblaba ligeramente.


Lori sonrió, sabiendo que la había ayudado a dar el primer paso en su proceso de reflexión.


— No te preocupes, Len. Yo estaré aquí para apoyarte, no importa lo que decidas. Solo asegúrate de ser fiel a ti misma.


Con esas palabras, Leni se sintió más ligera, aunque todavía temerosa por lo que podría suceder. Cuando ambas hermanas se bajaron de la furgoneta, Bobby se acercó rápidamente a su novia, provocando que la conversación que había tenido con Leni pasara a segundo plano para ella.


— ¡Bebé! — exclamó Bobby tras ver a su novia —. Estas realmente hermosa hoy.

— ¡Gracias, osito Booboo! Tu siempre sabes cómo hacerme sentir especial.


Leni solo sonrió al ver la interacción entre Bobby y su hermana, y decidió dejarlos solos con su conversación, tomando una profunda respiración mientras entraba al edificio de la escuela. El nudo en su estómago seguía presente, pero al menos ahora sentía que había dado un pequeño paso hacia la resolución.

Mientras tanto, Eddie se encontraba dándole un tour a carlota por toda la escuela, enseñándole cada rincón del edificio y explicándole cómo funcionaban las cosas en la preparatoria. Carlota parecía un poco nerviosa por su primer día en una nueva escuela, pero Eddie hacía todo lo posible por hacerla sentir cómoda y bienvenida.


— Y finalmente tenemos la cafetería — comentó mientras llegaban al amplio comedor de la escuela —. A veces Roberto, Lori y yo solemos pasar el rato aquí.

— Vaya, parece un lugar bastante acogedor —admitió Carlota con una sonrisa, aunque en sus ojos aún se notaba un poco de inseguridad—. Todo es tan distinto de Great Lake City.


Eddie la miró con una sonrisa comprensiva, recordando cuando su familia recién se había mudado a los estados unidos y era nuevo en la ciudad. Sabía muy bien lo que era adaptarse a un lugar desconocido.


— Te entiendo perfectamente, Carlota. Yo también pasé por algo similar. Pero créeme, con el tiempo, todo esto se sentirá como en casa —dijo Eddie, dándole una palmadita en el hombro—. Además, tienes a tus primos y a mí para ayudarte, así como yo tuve a Lori y sus hermanos en su tiempo.


Carlota esbozó una sonrisa, agradecida por las palabras de Eddie.


— Gracias, Eddie. De verdad, has sido muy amable. No sé qué haría sin alguien como tú para orientarme en este caos —dijo, intentando relajarse un poco.

— No tienes que agradecerme, Carlota. ¡La familia de Bobby es como mi propia familia! Así que, en cierto modo, tú también eres como parte de mi familia ahora —respondió Eddie con una sonrisa genuina.


Carlota asintió con gratitud, sintiéndose reconfortada por la amabilidad de Eddie. Aunque todavía se sentía un poco nerviosa por su primer día en la preparatoria, la compañía de Eddie le daba cierta tranquilidad.

Se percataron de que las clases estaban a punto de comenzar, por lo que ambos se dirigieron a sus respectivos casilleros. Irónicamente, el casillero de Carlota quedaba justo al lado del casillero de Leni, la cual aún se encontraba sumida en sus pensamientos mientras organizaba sus cosas.


— Buenos días, Len — saludó Eddie, sacando a la rubia de sus pensamientos.


Leni se sobresaltó al escuchar su nombre y volteó a ver a Eddie acompañado una chica latina que no había visto nunca, la cual dedujo que se trataba de Carlota.


— ¡Hola Eddie! —saludó Leni con una sonrisa forzada, tratando de ocultar sus propios sentimientos al verlo acompañado de otra chica—. ¿Quién es tu amiga?


Eddie sonrió con una mirada amigable, viendo cómo Leni trataba de mantener una actitud positiva a pesar de la evidente incomodidad en su rostro.


— Ah, Leni, te presento a Carlota, la prima de Bobby. Carlota, esta es Leni, una de mis mejores amigas —dijo Eddie, señalando a ambas chicas.


Carlota le sonrió a Leni, aunque podía notarse el nerviosismo que la invadía al conocer a una nueva persona. Trato de examinarla de pies a cabeza, buscando algo con lo que pudiera entablar una conversación.


— ¡Hola, Leni! Es un gusto conocerte —saludó Carlota con una sonrisa nerviosa—. Me gustan tus lentes de sol, combinan muy bien con tu outfit.


Leni sonrió tímidamente al escuchar el cumplido de Carlota. La mexicana había dado en el clavo al hablar de moda con Leni, la cual era una experta en el tema y siempre disfrutaba de los cumplidos sobre su estilo.


— ¡Gracias, Carlota! Me alegra que te gusten. Son uno de mis accesorios favoritos y uno de mis objetos más preciados. La revista 16 ½ dice que son imprescindibles para complementar cualquier look.

— ¡Eso es genial! ¡También me encanta la moda!

— ¿De verdad? Es increíble. Por cierto, tus botas están para morirse. ¿Dónde las conseguiste?


Carlota sonrió, emocionada de encontrar un tema en común con Leni, y la conversación comenzó a fluir un poco más natural. Ambas chicas compartían su amor por la moda, lo que ayudó a aliviar la tensión entre ellas.


— ¡Gracias! Las conseguí en una tienda vintage en la ciudad de dónde vengo. Siempre me ha gustado buscar piezas únicas y originales.

— ¡Tambien me gusta ir de compras! Lori y yo siempre vamos a Reininger's buscando buenas ofertas.

— Eso es genial, Leni. Tal vez alguna vez pueda acompañarlas.


Leni sonrió, sintiéndose un poco más relajada. A pesar de la incomodidad inicial al ver a Eddie con Carlota, la conversación sobre moda hizo que se sintiera más conectada con la nueva chica. Al menos no todo era tan extraño como había anticipado.


— Claro, ¡sería genial! Lori siempre encuentra las mejores ofertas, y yo soy excelente para elegir los accesorios más llamativos —respondió Leni con una sonrisa, disfrutando de la compañía de Carlota.


Eddie, que había estado observando en silencio el flujo de la conversación entre las dos chicas, sonrió satisfecho al ver cómo se estaban llevando. Aunque notaba que algo no estaba del todo bien con Leni, decidió no decir nada por el momento.


— Bueno, chicas. Debo ir a organizar mis cosas a mi casillero — comentó el mexicano mientras observaba su reloj—. Te vere en un rato en clases, Carlota. Pero no te preocupes, te dejo en buenas manos.


Carlota asintió con gratitud mientras Eddie se despedía y se apresuraba a su casillero. Una vez que se fue, Leni y Carlota intercambiaron una mirada y una sonrisa, sintiéndose un poco más cómodas la una con la otra.


— ¿Entonces, estás nerviosa por tu primer día en la preparatoria? —preguntó Leni, tratando de romper el hielo y hacer que Carlota se sintiera más relajada.

— ¡Un poco! Pero estoy emocionada de conocer gente nueva y hacer amigos. Parece que esta escuela tiene un ambiente muy acogedor.

— Sí, definitivamente. Todos aquí son muy amigables y estarás en buenas manos con Eddie como guía. Él es genial, ¿verdad?

— Sí, definitivamente. Me ha ayudado mucho a sentirme cómoda aquí. En verdad es un gran chico.


Leni asintió, sintiendo una mezcla de emociones al escuchar lo que Carlota decía de Eddie. Aunque intentaba ser amable y darle la bienvenida a la nueva chica, no podía evitar sentirse un poco incómoda. El hecho de que Carlota viera a Eddie de esa manera, como alguien amable y atento, solo aumentaba el torbellino de sentimientos en su interior.


— Sí, Eddie es realmente genial... siempre sabe cómo hacer sentir bien a los demás — comentó con cierta tristeza, lo cual fue notado por Carlota.

— Dime, Leni. ¿Tú y Eddie son muy cercanos?


Leni se ruborizo ante la pregunta, sintiéndose un poco incómoda al hablar sobre su relación con Eddie.


— Bueno... lo conozco desde que éramos niños —respondió Leni, tratando de ocultar cualquier indicio de sus sentimientos hacia Eddie —. Es un chico genial, y siempre está dispuesto a ayudar. Eddie es como... uno de mis mejores amigos, realmente lo aprecio mucho —concluyó, con una sonrisa mientras sentía cómo su corazón latía con fuerza.


Carlota sonrió, percibiendo que había algo más detrás de las palabras de su nueva amiga. Sin embargo, no quiso presionarla más, especialmente siendo su primer día en la escuela.


— Bueno, Leni, ¡me alegra conocer a alguien como tú! —dijo Carlota con una sonrisa cálida—. Creo que nos vamos a llevar muy bien. ¿Y quién sabe? Quizá podamos hacer alguna salida de chicas, o incluso, ¡una sesión de fotos con nuestros looks favoritos!


Leni asintió, sintiéndose un poco más tranquila. Aunque sus sentimientos por Eddie seguían siendo confusos, estaba dispuesta a darle una oportunidad a su amistad con Carlota, esperando que su presencia en la escuela no complicara las cosas entre ella y Eddie. Además, el entusiasmo de Carlota por la moda y su amabilidad le recordaban que quizá podría encontrar una buena amiga en ella.


— ¡Eso suena fabuloso! Sería súper divertido hacer una sesión de fotos. ¡Tendremos que convencer a Lori para que nos acompañe!


Ambas chicas rieron, mientras caminaban hacía sus respectivos salones. Leni empezó a sentir que, después de todo, tal vez las cosas saldrían mejor de lo que había pensado. Aunque todavía sentía el peso de sus sentimientos no correspondidos, sabía que siempre podría contar con Lori y, quizás, incluso con Carlota para enfrentar lo que el futuro le deparara.

Durante el resto del día, Leni intentó mantenerse ocupada con las clases y otras actividades escolares para distraerse de sus pensamientos hasta la hora del almuerzo, donde se reunió con sus amigas Mandee y Jackie. Las cuales notaron su distracción y trataron de animarla, pero Leni solo podía sonreír débilmente y fingir que todo estaba bien.


— Amiga, esto no puede seguir así — comentó la castaña —. O vas y te le confiesas, o nosotras lo haremos por ti.


Leni suspiró, sintiéndose un poco abrumada por la idea de confesar sus sentimientos hacia Eddie.


— No sé, chicas. ¿Realmente creen que eso sea una buena idea?


Jackie y Mandee intercambiaron una mirada cómplice antes de responder.


— ¡Claro que sí, Leni! Es obvio que tú y Eddie se gustan mutuamente. Solo necesitan un pequeño empujón para darse cuenta de ello —dijo Jackie con determinación.

— Exactamente. Además, ¿qué tienes que perder? Si no le dices cómo te sientes, siempre te quedarás preguntándote qué habría pasado si lo hubieras hecho —agregó Mandee, tratando de convencer a Leni.


Leni reflexionó sobre las palabras de sus amigas, sintiéndose dividida entre el deseo de confesar sus sentimientos y el miedo al rechazo. En esos momentos, vieron como Carlota ingresó a la cafetería, buscando donde sentarse. Al ser nueva en la escuela, parecía un poco perdida y nerviosa al no reconocer muchas caras en el comedor. Leni la observó un momento, sintiéndose culpable por sus propios sentimientos y la incomodidad que Carlota podría estar sintiendo.


— Quizás deberíamos invitarla a sentarse con nosotras —sugirió Leni, queriendo al menos intentar ser amable con Carlota, a pesar de sus propios sentimientos.


Jackie y Mandee asintieron en acuerdo, y las tres chicas se levantaron para acercarse a Carlota.


— ¡Carlota! —llamó Leni, levantando la mano para llamar su atención—. ¿Por qué no te sientas con nosotras?


Carlota pareció aliviada al ver a Leni y sonrió agradecida.


— ¡Gracias, chicas! Me encantaría —respondió Carlota mientras se unía a ellas en su mesa —. Aun no conozco a nadie en la escuela y no sabía dónde sentarme. Estaba un poco nerviosa de estar sola.

— ¡No te preocupes! Estamos aquí para hacerte sentir bienvenida —dijo Mandee con una sonrisa amigable.

— Tu eres la prima de Bobby, ¿verdad? — preguntó Jackie curiosa.

— Sí, Bobby es mi primo. Soy Carlota Casagrande, un gustó en conocerlas.


Leni asintió con una sonrisa, sintiéndose bien al haber podido ayudar a Carlota a integrarse un poco más.


— Chicas, Carlota viene de la gran ciudad. ¿No les parece genial? Seguro tiene muchas historias interesantes que compartir con nosotros.

— ¿Enserio? ¿Y qué te hizo venir a Royal Woods? — volvió a preguntar Mandee.

— Bueno, es un poco complicado. Pero estaré estudiando el resto del año aquí antes de ir a la universidad — respondió Carlota ante la pregunta de la castaña.


Las tres asintieron, respetando la privacidad de Carlota. Continuaron conversando con ella tratando de hacerla sentir cómoda y bienvenida en su nuevo entorno escolar. A medida que hablaban, Leni se dio cuenta de lo mucho en común que ella y Carlota tenían. De hecho, hablar con ella le hizo olvidar por un momento sus propios problemas con Eddie. Se sintió contenta de poder ayudar a Carlota a adaptarse y de haber encontrado una nueva amiga en ella.

Continuaron charlando hasta el final de la hora del almuerzo. Jackie y Mande se despidieron por el momento, mientras Leni y Carlota se dirigieron a sus respectivos casilleros para recoger sus cosas antes de la siguiente clase. Leni se sintió aliviada de haber podido distraerse un poco de sus pensamientos sobre Eddie durante el almuerzo, pero sabía que tarde o temprano tendría que enfrentar sus sentimientos.

Mientras caminaban hacia sus casilleros, Carlota rompió el silencio.


— Leni, ¿te puedo hacer una pregunta?


Leni asintió con una sonrisa, preguntándose qué quería saber Carlota.


— ¿Te gusta Eddie? —preguntó Carlota, sin rodeos, pero con una sonrisa amable.


Leni se quedó congelada por un segundo, sintiendo el calor subiendo a sus mejillas. Aunque había intentado ser discreta sobre sus sentimientos, parecía que algo en ella la había delatado.


— Ehm... —balbuceó, sin saber muy bien qué decir—. Bueno... Eddie y yo somos solo amigos, pero... —murmuró, mirando sus pies mientras intentaba ordenar sus pensamientos.


Carlota observó la reacción de Leni y, aunque ya tenía una idea, decidió ser comprensiva y dejar que su nueva amiga se abriera a su propio ritmo. Pero antes de que cualquiera pudiera decir cualquier cosa, Eddie llego en compañía de Lori y Bobby.


— Chicas, es bueno verlas juntas.


Al escuchar la voz de Eddie, Leni no pudo evitar sentir un cosquilleo en el estómago. La presencia repentina de Eddie y su tono amistoso hizo que se sintiera un poco más nerviosa de lo habitual. Intentó ocultar sus emociones mientras respondía.


— ¡Hola, chicos! ¿Todo bien? No los vi durante el almuerzo.

— Bueno, si los tres queremos asistir a la misma universidad, literalmente tenemos que ponernos serios con nuestras calificaciones —respondió Lori con una sonrisa orgullosa—. Así que Bobby, Eddie y yo estuvimos repasando un poco en la biblioteca.

— ¿Repasando? Tu y Roberto solo se la pasaron coqueteando mientras yo trataba de estudiar.


Lori, ligeramente ruborizada, le lanzó una mirada fulminante antes de responder.


— ¡No! Literalmente, solo estábamos estudiando, Eddie. Además, vi que tu solo estabas leyendo esa tonta revista de autos.

— Tranquila, güerita — rió Eddie, levantando las manos en señal de paz—. Sólo estoy bromeando. Y para tu información, era el ultimo número de Motor Trend, así que realmente estaba aprendiendo algo.


Lori lo miró con una sonrisa socarrona, sabiendo que Eddie tenía una forma particular de tomar las cosas con humor, pero no podía evitar sentirse un poco frustrada por la falta de seriedad de su amigo.


— Lo que sea, Eddie. Pero no vengas suplicando ayuda cuando no te vaya bien en los exámenes — bromeó Lori, dando un empujón amistoso a Eddie.


Leni observó la dinámica entre ellos y sonrió levemente. aunque la conversación era ligera y entretenida, sus pensamientos volvían a Eddie y lo que Carlota había sugerido antes. ¿Realmente le gustaba Eddie? ¿O solo era una confusión de sentimientos? Y la verdad es que envidiaba la cercanía que Eddie y su hermana tenían.

Mientras Carlota charlaba con los demás, Leni se sintió atrapada entre la amistad y la atracción. Algo en su interior le decía que sus sentimientos por Eddie eran más profundos de lo que había querido admitir, pero la presencia de Carlota solo aumentaba la incertidumbre en su corazón.

"¿Y si Carlota se interesa en él también?", pensó Leni, observando cómo la nueva chica intercambiaba bromas con Eddie. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, no pudo evitar notar la forma en que Carlota se sentía tan cómoda con él, como si ya se conocieran de toda la vida.


— ¿Qué tal si nos vamos al salón de clases? — sugirió Leni, tratando de cambiar el enfoque de la conversación antes de que sus sentimientos pudieran hacerle perder el control.


Carlota asintió, notando la ligera incomodidad de Leni, pero no comentó nada al respecto. Eddie, ajeno a las emociones que se escondían detrás de la sonrisa de su amiga, sonrió y comenzó a caminar hacia el pasillo junto a Bobby y Lori, mientras Leni y Carlota los seguían. A medida que caminaban, Leni se sentía abrumada por una mezcla de emociones. Por un lado, estaba contenta de que Carlota se estuviera integrando bien, pero por otro, sus sentimientos por Eddie seguían sin resolverse, lo que le causaba un constante malestar.

Lori se despidió rápidamente del grupo yendo hacía su práctica de golf mientras que Bobby y Carlota se adelantaron a su salón de clase, dejando a Leni y Eddie solos mientras caminaban por los pasillos de la preparatoria. Lo que provocó que Leni se sentía un poco incómoda por la cercanía con Eddie, después de la conversación que había tenido con Carlota. Intentó mantener la calma y centrarse en la conversación.


— Carlota es una chica genial, ¿No lo crees? —preguntó Leni, tratando de sonar despreocupada.


Eddie sonrió mientras caminaban juntos por los pasillos.


— Sí, Carlota es genial. Debo admitir que ha cambiado mucho desde la última vez que la vi hace dos años en su fiesta de quinceañera.

— ¿Una fiesta de quinceañera? Se que los cumpleaños son importantes. Pero ¿qué tiene de especial ese? —preguntó Leni, genuinamente interesada.


Eddie se detuvo un momento, mirando a Leni con una sonrisa mientras pensaba en cómo explicarlo.


— Bueno, solecito. En nuestra cultura, la fiesta de quinceañera es una celebración muy especial para las chicas cuando cumplen 15 años. Es una especie de rito de paso que marca su transición de niña a mujer. Es una fiesta grande con familia, amigos, música, y mucha diversión.


Leni asintió, mostrando interés genuino.


— ¡Qué bonito! Me encantaría asistir a una fiesta de quinceañera algún día —comentó Leni, tratando de cambiar un poco el tema.

— Bueno, solecito. Aún falta bastante para que Adelita cumpla XV. Pero eres la primera invitada en la lista.


Leni no pudo evitar reírse al escuchar a Eddie mencionar a su hermanita de un año. Sin embargo, no pudo evitar sentir un pequeño nudo en el estómago al escucharle decir "solecito" otra vez. Ese apodo cariñoso, la hacía sentir una mezcla de alegría y nerviosismo. Se preguntó si en verdad había algo más que una simple amistad entre ellos o una amiga más. El hecho de que él la llamara "solecito" de manera tan cariñosa la dejaba confundida, especialmente porque no podía ignorar la tensión que sentía cada vez que estaba cerca de él. Al mismo tiempo, el ver cómo Carlota parecía llevarse bien con Eddie también despertaba algo de inseguridad en ella, aunque no quería admitirlo.


— Oye, Eddie... ¿estás emocionado por tu cita con Carlota? —preguntó Leni, sin poder evitar la pregunta que había rondado en su mente todo el día.


Eddie se detuvo por un momento, un poco sorprendido por la pregunta de Leni. Miró a su amiga con nerviosismo, sin darse cuenta de la inseguridad que estaba mostrando.


— Bueno. Pues no es exactamente una cita como tal, solo le prometí que Bobby que le enseñaría la ciudad y... — se tomó una pausa para lanzar un suspiro —. Estoy completamente nervioso.


Leni observó a Eddie mientras él hablaba, sintiendo una mezcla de emociones al escuchar sus palabras. Aunque parecía tratar la situación de manera casual, algo en su tono de voz y su lenguaje corporal le dijo a Leni que él estaba más nervioso de lo que intentaba mostrar.


— ¿Nervioso? —Leni no pudo evitar preguntar, con una sonrisa juguetona. — ¡Eddie, no me digas que te pones nervioso con una chica como Carlota!


Eddie soltó una pequeña risa nerviosa, encogiéndose de hombros.


— Es que no sé... nunca he sido muy bueno en esas cosas ya sabes... esas "salidas" con chicas

— ¿De qué hablas? Has salido con Lori y conmigo miles de veces.

— Lo sé, pero Carlota es... diferente. A ustedes dos las conozco desde que éramos niños y se cómo piensan... pero no conozco tan bien a Carlota, y no quiero hacer el ridículo frente a ella —continuó Eddie, claramente nervioso.


Leni asintió, comprendiendo lo que quería decir, aunque sus propios pensamientos se sentían un poco turbios. ¿Por qué no me sorprendería si Carlota se llevara bien con él? pensó. Pero, en lugar de hablar más sobre eso, prefirió centrarse en la conversación y en apoyar a su amigo.


— Eddie, eres uno de los chicos más divertidos y atentos que conozco. Carlota seguro lo notará y se sentirá cómoda contigo. No tienes que preocuparte tanto por hacer el ridículo. Solo sé tú mismo, y seguro todo saldrá bien —dijo Leni con una sonrisa amable.


Eddie la miró agradecido, aliviado por las palabras de su amiga. Aunque no se daba cuenta de lo que realmente estaba pasando por la mente de Leni, apreció mucho el apoyo que ella le brindaba.


— Gracias, Leni. En serio, eres la mejor. Y... bueno, ¿qué tal si vienes con nosotros? Así no me siento tan nervioso —propuso Eddie, sonriendo ligeramente.


Leni se sintió un poco sorprendida por la invitación, pero tambien sintió alivio al saber que Eddie quería que ella estuviera allí con él. Aunque la idea de acompañarlo en su salida con Carlota le hacía sentir cierta incomodidad, también significaba que no iba en serio con Carlota, o al menos eso era lo que Leni quería pensar. Sin embargo, estar cerca de Eddie en esa situación podría ser aún más difícil para ella, especialmente si veía algún tipo de química entre él y Carlota.


— ¿No crees que Carlota querrá pasar tiempo contigo a solas? No quiero incomodarla si está emocionada de conocerte mejor sin que yo esté ahí de intrusa.


Eddie pareció considerar la idea por un momento, pero luego negó con la cabeza, sonriendo.


— No creo que seas una intrusa, Len. Tu y Carlota parecen llevarse bastante bien. Estoy seguro de que a ella no le molestaría que vinieras. Como te comenté, no es una cita formal, solo una salida para que Carlota se sienta más cómoda. Y la verdad, me sentiría más tranquilo si estás ahí."


Leni sonrió, aunque en su interior una pequeña voz le decía que tal vez no era una buena idea. Pero al mismo tiempo, también quería asegurarse de que Eddie estuviera tranquilo y se sintiera respaldado.


— Bueno, sí insistes —dijo Leni, tratando de sonreír y sonar relajada—. Acepto, pero sólo porque no quiero que te pongas más nervioso de lo que ya estás.

— ¡Genial! —exclamó Eddie con una sonrisa—. Siempre haces que las cosas sean más fáciles, solecito.


Ambos intercambiaron una mirada cálida, y por un momento, Leni sintió que no había nadie más en el pasillo. La cercanía de Eddie, su risa y el cariño en sus palabras la hacían soñar con lo que podrían ser si sus sentimientos fueran recíprocos. Sin embargo, el sonido de la campana que indicaba el final del receso interrumpió el momento y los llevó de vuelta a la realidad. Leni suspiró internamente, tratando de dejar de lado sus pensamientos complicados.


— Bueno, ¡vamos a clase! —dijo Leni, sonriendo de nuevo y dejando de lado la sensación de nerviosismo que había invadido su pecho.

— Vamos, te acompaño a tu salón, Len. —respondió Eddie con una sonrisa amigable, haciendo que el corazón de Leni se acelerara una vez más.


Mientras caminaban hacia el aula de Leni, compartieron una conversación ligera y llena de risas, en la que Eddie bromeaba sobre sus intentos fallidos de aprender a bailar en la fiesta de quinceañera de Carlota. Leni lo escuchaba, y aunque intentaba concentrarse en el presente, sus pensamientos divagaban inevitablemente hacia la cita que Eddie tendría con Carlota. Aún le preocupaba cómo se sentiría al verlo con otra chica, y la incertidumbre la hacía sentir algo vulnerable.

Por su parte, a lo lejos. El grupo de chicas que siempre han admirado a Eddie, miraban con recelo la cercanía entre él y Leni. Murmurando entre ellas en tono despectivo.


— ¿pueden creer que esa cabeza hueca tenga toda la atención de Eddie? Es obvio que solo usa esa actitud tan inocente para llamar la atención de los chicos — comentó la líder cruzándose de brazos.

— ¿Y qué hay de esa chica nueva? No lleva ni un día en la escuela y ya se está juntando con ellos como si fueran amigos de toda la vida.

— Bueno, tengo entendido que la nueva es prima de Roberto Santiago. Ya saben, el novio de "Lori Loud".


Todas rodaron los ojos ante la mención de Lori.


— Por si no fuera suficiente él tener que aguantar la arrogancia de esa rubia, tambien tenemos que lidiar con la cabeza hueca de su hermana.

— Lori y Leni Loud siempre quieren ser el centro de atención. Y eso no es justo — agregó otra de las chicas con fastidio.

— Bueno chicas, creo que es tiempo de darle un giro a las cosas—dijo la líder de las chicas con una sonrisa maliciosa—. Quizá así esas "divas" de las Loud y su amiguita nueva piensen dos veces antes de acaparar toda la atención.


Las demás chicas asintieron, como si estuvieran tramando algo. Sin embargo, decidieron observar los movimientos de Leni y planear cómo podrían desacreditarla frente a Eddie y los demás.


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Hola, se que que he tenido un poco descuidado este Fic debido a que tengo ya varios en curso. Pero prometi ya no dejar ningungo tirado. Así que finalmente traigo la continuación y espero lo hayan disfrutado.

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