Somos Familia.
Bueno amigos. El momento llego. De antemano les advierto que este Capítulo es hasta ahora, el más largo que he escrito de todos mis fics en general.
Con más de 9000 palabras, aquí esta el final de "Calma y Caos."
Disfrútenlo.
/////
Todo estaba oscuro... Oscuro y en silencio.
Los primeros rayos del sol se empezaban a filtrar por una de las ventanas del lugar, iluminando el rostro de un niño que yacía en una cama bastante grande.
Al sentirlo, el chico empezó a moverse, siendo un poco torpe en sus movimientos.
- MMM... ¿Qué?... ¿Qué pasó? - preguntó Logan, quien ahora se encontraba vistiendo una enorme bata de hospital. El niño estaba tan desorientado, que no se dio cuenta de que alguien más estaba en aquel cuarto.
- Ah, que bueno, ya despertaste. Nos tenías muy preocupados. - contestó un joven de cabello oscuro con una chamarra de color verde.
- ¿Pancho? ¿Qué? ¿Qué haces... ¡Auch! - el niño no pudo terminar su oración, pues su cabeza había empezado a doler le bastante, haciendo que llevara sus manos directo a la zona de dolor.
- Hey, tranquilo, será mejor que no te esfuerces mucho. Recibiste un golpe muy fuerte en la cabeza. - decía el pelinegro mientras se acercaba a la cama de Logan.
- ¿Golpe?... - en ese momento, la cara de Logan cambió drásticamente. Ahora parecía que el niño estaba sumamente aterrado. Logan había empezado a recordar todo lo que había pasado.
Sin decir más, el niño se levanto de su cama, corriendo directamente a la entrada de la habitación. Sin embargo, el niño no pudo continuar. Logan cayó al piso, aun bastante mareado y débil por el golpe de su cabeza.
- ¡Oye, oye! , ¿Qué rayos crees que haces?. - grito el Pancho, mientras corría a ayudar al peli blanco.
- Mi papá. Mi papá ¿Dónde esta mi papá? - el niño solo podía repetir esas palabras, mientras trataba de levantarse por su propia cuenta.
Ambos estuvieron así un largo rato, hasta que uno de ellos comenzó a hablar.
- Logan, tranquilízate, tu papá también está aquí, pero no puedes verlo, está en otra habitación de los pisos superiores . - Contestó el pelinegro.
Logan dejó de pelear por un instante.
- ¿De qué estas hablando? ¿Por qué no puedo verlo? - grito furioso el niño.
Pancho solo miró hacia otro lado de la habitación.
- Logan... Tu papá no está bien.
- ¿Qué.... ¿Qué estas tratando de decir?.
- Solo se que, cuando la casa se vino abajo, tu papá quedó sepultado entre muchos escombros y ahora está bastante lastimado. No se con exactitud cuánto, pero por lo que se, está algo grave. - respondió el pequeño morocho.
Logan tomó el brazo de su amigo con todas sus fuerzas.
- Por favor... Llévame con el... Tengo que verlo... Por favor. - dijo entre lágrimas el pequeño Loud.
El joven Santiago lo dudo durante varios segundos. Recordando el momento en el que el había perdido a su madre. Conocía el sentimiento.
- Muy bien... Pero prométeme que estarás tranquilo, y que después regresaremos aquí. No quiero tener ningún problema.
- Te lo prometo. Solo llévame con el.
- Muy bien. Espera aquí.
El chico corrió directo a la puerta, asegurándose de que no hubiera nadie cerca.
- Perfecto, no hay nadie. Anda, súbete a mi espalda. - Contestó el peli negro.
- ¿Qué?
- Tu no estas en condiciones para correr rápido, así que o te subes a mi espalda o no vamos a ningún lado.
Logan no lo dudo ni por un segundo.
Ambos niños salieron del cuarto, en dirección a la habitación donde se encontraba Lincoln, sin darse cuenta de que alguien los había visto escapar.
- ¿en donde están todos?.- preguntó Logan.
- Bueno, estuviste inconsciente por dos días, y en todo ese tiempo tus primos y tus tías estuvieron cuidando de ti y de tu papá. Yo acababa de llegar y me ofrecí a vigilarte mientras ellos iban a la cafetería por algo de comer. - Contestó el niño.
- ¿Dos días?.
- Si, no se muy bien lo que pasó, pero parece ser que la casa donde se encontraban ustedes se cayó por que alguien disparo a uno de los soportes. ¿Recuerdas quien lo hizo?. - preguntó el pequeño de cabello oscuro.
- Si... Mi abuelo lo hizo. - Contestó Logan, con un tono de voz bastante deprimido.
- ¿Qué? ¿El lo hizo?.
Ambos niños estaban cerca de él elevador que los llevaría al séptimo piso, lugar donde se encontraba el padre del niño, para su mala suerte, el lugar estaba lleno de doctores y enfermeras. Pasar por ese lugar sin llamar la atención era imposible.
- Oh que la chingada . - susurro el peli negro.
- ¿Eso que fue? - Preguntó el joven Loud.
-... EHHH... Después te explico. Por ahora, hay que buscar otra forma de subir. - Contestó Pancho.
- Sabes... Si hay otra forma. - Contestó Logan, señalando una puerta cerca de ahí.
- ¿La escalera de incendios?
- He escuchado que son muy útiles. - dijo Logan, sonriéndole a su amigo.
- Jejeje, ya estas aprendiendo. - Contestó el peli negro con una sonrisa.
Habiendo superado aquel obstáculo, los niños ya estaban cerca de su destino.
- Okey, ya casi llegamos, solo tenemos que correr por ese pasillo y...
- Y ustedes, pequeños renacuajos, ¿Qué demonios están haciendo?. - se escucho una voz, detrás de los chicos.
Se trataba de Lance, quien había seguido a los niños a escondidas.
- Jejeje, hola. - Contestó Pancho, asustado por lo que fuera a suceder.
- ¿Me podrías explicar por qué sacaste a mi primo de su habitación?.- Contestó furioso el joven castaño.
Logan bajó de la espalda del chico
- Déjalo en paz, yo le pedí que me trajera hasta acá. - Contestó Logan, mientras se colocaba enfrente de su amigo.
Lance simplemente soltó un fuerte suspiro.
- Lo mejor será que volvamos a tu habitación. No quiero pasar por otro susto de muerte... No de nuevo. - hablo el joven castaño, calmando un poco su ira.
Logan pudo darse cuenta de ello. Lance en verdad estaba preocupado por el.
- Te prometo que lo haré... Pero primero, tengo que ver a mi papá... Por favor - contesto decidido el pequeño Loud.
Lance sabía que sería inútil decirle que no a su primo, y usar la fuerza bruta en ese momento no era una buena idea, debido a la condición del niño.
- Supongo que no importa... De cualquier forma, no aceptaras un "No" como respuesta. ¿Cierto?. - Contestó el castaño.
- No, no lo haré.
Lance cerró sus ojos por un momento.
- Está bien... Tu ganas, Pero haremos esto rápido. - Contestó el mayor, corriendo hacia la habitación de su tío.
- Wow... No nos delató. - Contestó Pancho.
Logan no dijo palabra alguna. Simplemente corrió detrás de su primo, junto con su amigo.
Los niños ya habían llegado a la habitación.
Logan estaba a punto de abrir la puerta, hasta que sintió una mano que tocaba su hombro.
- Enano... Escucha... Si llegan a saber que estamos aquí, nos meteré os en muchos problemas... Así que necesito que mantengas la calma... ¿Okey? - contestó el mayor, mientras se ponía a la altura del albino.
Logan seguía sin comprender por qué todos decían eso.
- Pero... Por qué no estaría calmado. Mi papá está bien... ¿No es así? - contestó el niño, para inmediatamente abrir la puerta.
Todo parecía verse en cámara lenta. Logan ya había planeado todo. Disculparse por haber huido, por las palabras que le había dicho a su padre y por haberlo enviado al hospital. Su padre quizás se molestaría un poco, pero estaba dispuesto a aceptar cualquier clase de castigo. Logan estaba preparado.
O al menos eso fue lo que el niño creyó.
Confundido y con la adrenalina corriendo por su cuerpo, Logan se vio de frente con una imagen que no pudo procesar en un principio. Porque era una de esas cosas que el niño no podría haber entendido a primera vista. Algo demasiado irreal como para ser cierto.
Frente a Logan se encontraba una persona, llena de miles de cortadas y moretones en su rostro, junto con otras miles que eran cubiertas por su ropa y sus vendas. Aquella persona estaba conectada a cientos de cables y tubos de oxígeno. Pero la gota que había rebasado el vaso, fue sin duda lo que más conmocionó al chico. A la persona que se encontraba postrada en aquella cama...
Le faltaba su mano izquierda.
Perdiendo toda temperatura corporal el niño cayó de rodillas contra el piso, con una mirada totalmente perdida en sus ojos.
Y cuando lo irreal tomo forma, su mundo se desvaneció.
- ¡¡¡PAPA!! ¡ -
El grito del pequeño Loud se escucho por toda la habitación.
El niño quiso correr hacia donde se encontraba su padre, pero su acción fue detenida por su Lance y Pancho, quienes lo sostuvieron con todas sus fuerzas.
- ¡Logan! ¡Detente!. - grito Pancho.
- Debes tranquilizarte.- continuó Lance.
Logan no escuchaba las palabras de los chicos. El niño sólo pataleaba y gritaba, desesperado por llegar hacia donde se encontraba su padre.
El forcejeo duro varios minutos.
- Suéltame, ¡SUELTAME! - continuó gritando el menor, esta vez recuperando un poco la razón.
- Escúchame, aunque te suelte, no puedes hacer nada por tu papá... El está inconsciente, y si haces algo que lo altere más, ten por seguro que su estado empeorará. - grito Lance.
Logan aún sentía desesperación, pero poco a poco, el niño empezaba a controlarse.
Después de un rato, Logan, quien aún lloraba totalmente desconsolado dejó de pelear con Lance, quien al notar esto, procedió a colocar al chico de regreso al suelo.
Logan no podía dejar de observar la escena. Su padre era casi irreconocible a primera vista.
Lance coloco su mano en el hombro de su primo.
- Los doctores trataron de hacer todo lo posible... Eso te lo puedo asegurar. Pero no hubo más opción que... Escucha, el ahora tiene que recuperarse por su cuenta... Tienes que confiar en que el lo lograra y... - dijo Lance.
- Todo es mi culpa... - Contestó el pequeño.
Lance y Pancho guardaron un momento de silencio.
- Eso no es verdad. No fue tu culpa.- agregó Pancho.
- Si yo no hubiera escapado... Si tan solo no hubiera entrado a la casa...
- Francisco tiene razón, esto no fue tu culpa. El culpable fue otro.
Logan quería creer en las palabras de los chicos que estaban detrás de el, pero su conciencia le decía lo contrario.
El niño empezó a caminar lentamente hacia donde se encontraba su padre.
- ¿Papá? ... Papá, por favor... Despierta. - susurraba el pequeño Loud, mientras movía el hombro de su padre. - Deja de fingir... Despierta ya... Por favor...
No hubo respuesta alguna.
Un pitido lento llenó aquel silencio. El monitor cardíaco seguía siendo el único sonido en la habitación cosa que a Logan le pareció una eternidad. Seguía haciéndose cada vez más fuerte, llenando sus oídos con sus burlas ...
No me dejes solo.
..........
Todo estaba tan oscuro, y de pronto...
¡ ¿QUÉ.!
Se escucho la voz de un joven que despertaba de manera exaltada.
El chico respiraba de forma pesada. Por un momento, casi saltaba otro grito.
Al mirar a su alrededor, el joven pudo distinguir el lugar en donde se encontraba... Era su antigua habitación.
- ¿Qué?... No entiendo... ¿Qué rayos está pasando?... - Contestó exaltado, un joven de no más de 20 años .
El chico se levantó de su cama, únicamente estaba vistiendo una playera anaranjada y unos boxers grises.
- ¿Dónde estoy? ¿Dónde.....?
En ese momento, a la cabeza del joven llegaron miles de recuerdos fugases.
Recuerdos de un niño... Un niño que lo abrazaba... Un niño de cabellera blanca...
La mente del chico hizo clic por completo.
- Logan... Mi hijo.- dijo el chico, mientras tomo lo primero que encontró para vestirse.
Al salir de su habitación, el chico fue directo hacia la entrada del lugar. Sin embargo, esto no fue posible, ya que en el camino, el chico tropezó y cayó por las escaleras del lugar, cayendo a los pies de una persona cerca de ahí.
- Wow, Wow, buen clavado a la multitud hermano. - Contestó la persona que estaba frente al chico, con un tono de voz bastante alegre.
Cuando esté Levantó la vista, pudo ver a quien pertenecía aquella voz familiar. Una chica de ropas algo rasgadas y cabellera larga.
- ¿LUNA? - grito asustado el chico, mientras se alejaba de la chica.
No había duda de que ella era su hermana, pero había algo diferente... Su aspecto... Parecía que era mucho más joven de lo que él recordaba.
- Oye, ¿todo bien, hermano? - contestó nuevamente Luna.
Lincoln simplemente se quedó callado por unos instantes.
- No entiendo nada ¿Por qué eres tan joven? - pregunto el chico, mientras se levanta a del suelo.
- Ohhh, Jejeje, pero que adulador eres. Aún así, no olvides que aún eres mi hermanito menor. Tu eres más joven que yo. - Contestó Luna mientras revolvía el pelo de su hermano, muy feliz por las palabras que él chico le había dicho, aunque no fuera esa precisamente la intención.
Fue cuando el joven pudo ver parte de su reflejo en uno de los cuadros que estaba cerca de ahí.
Al hacerlo, el chico quedó totalmente paralizado. En aquel reflejo estaba Lincoln Loud, pero muchísimo más joven.
- ¿Pero que carajos? - dijo En su mente el peli blanco.
- Lo se, esa foto es horrible, pero no le digas a Lori, o se enfadara con nosotros. - respondió Luna, pensando que la reacción de su hermano se debía a la fotografía del cuadro. - bueno, te veré afuera.
Luna salió de la casa, dejando a Lincoln atrás.
El cerebro de Lincoln estaba hecho puré. ¿Por qué de pronto se veía como cuando era un joven? ¿Acaso todo simplemente había sido un sueño?
Lincoln encaminó sus pasos hacia la entrada de la casa.
La mañana era totalmente soleada, como aquellos días perfectos de verano que el chico disfrutaba más que nada.
Todo se veía totalmente pacifico.
Lincoln no pudo evitar sonreír ante todo lo que veía.
Su mirada siguió observando todo lo que había, hasta que vio lo que sin dudas logró hacer aún más grande aquella sonrisa.
Su familia... Todos arriba de la camioneta que siempre los había transportado de un lugar a otro.
En el interior, todos se veían tan contentos y felices.
Sus padres, Lynn y Rita, ambos abrazados y riendo juntos, quizás por algún recuerdo de su pasado.
Lily, su pequeña hermana, riendo con una inocencia totalmente adorable.
Lisa, la más lista de la familia, trabajando en algún pequeño experimento como siempre.
Lana y Lola, peleando como siempre, ya no tan frenéticamente como cuando eran más pequeñas, pero aún así, siendo algo gracioso de ver.
Lucy, escribiendo en aquel pequeño libro algunos de sus más profundos pensamientos.
Lynn, tan entusiasta como siempre, con su equipo de fútbol en mano.
Luan, contando chistes que, con el tiempo, ya no eran del todo malos.
Luna, perdida totalmente en su mundo de notas y música rock.
Leni, hablando de cómo había logrado mejorar el atuendo que llevaba puesto.
Y Lori, como de costumbre, hablando por su teléfono celular.
El ver a toda su familia junta, como en los viejos tiempos, hizo que Lincoln se sintiera realmente contento.
- Hey, no te quedes ahí, sube ya. - grito Lily.
Lincoln empezó a caminar lentamente hacia donde se encontraban todos sus seres queridos.
Estar con ellos, poder abrazarlos a todos, eso era lo que más quería en esos momentos.
"¿Papá?... ¡PAPÁ!
Lincoln se detuvo inmediatamente al escuchar aquellas palabras.
Parecía haber reconocido aquel pequeño susurro en el aire.
El chico miró hacia todos lados.
- Lincoln, sube ya. O literalmente te dejaremos aquí. - grito Lori.
- No, esperen, escuché algo... Creo que es...
Al girar de nuevo, se dio cuenta de que la Van ya no estaba. Parecía que se había esfumado, junto con su familia.
- ¡Chicas!, ¿Dónde están? - grito el joven, corriendo hacia donde se suponía estaba estacionado el vehículo.
Al no obtener respuesta, el chico corrió de regreso a la casa.
De nada sirvió, pues esta estaba totalmente vacía.
Lincoln ya no comprendía lo que estaba pasando.
- Pareces un poco perdido. - decía una voz, que sonaba por toda la casa.
Lincoln estaba algo asustado.
- Tranquilo, no tienes por qué alterarte. - continuó diciendo aquella voz.
- ¿Quién eres? - grito Lincoln.
- Mira nada más, que muchacho to tan distraído, no has cambiado nada. - decía la voz.
Lincoln encaminó sus pasos hacia el patio trasero de la casa.
- ¿Dónde estas? - preguntó el chico.
- Vas por buen camino, chico.
Aquella voz le resultaba familiar a Lincoln , pero no recordaba del todo por que... Y aún así, escuchar esa voz lo hacía sentir... Feliz.
Cuando llego a la entrada trasera, el joven pudo notar que había alguien en el patio.... Una figura algo robusta y alta.
El chico se acercó lentamente, y entre más lo hacía, las lágrimas escurrían de sus ojos.
- No... No puede ser... Tu... Tu eres... - tartamudeo el joven.
- Jejeje, pero que muchachito tan distraído. ¿Acaso no vas a darle a tu abuelo un abrazo?
El dueño de aquella voz era nada más y nada menos que Albert, el abuelo de Lincoln.
El chico se quedó petrificado nuevamente. Poco había durado aquel shock emocional, pues el joven corrió con todas sus fuerzas hacia los brazos de su abuelo.
- Estas aquí... Abuelo, estas aquí. - dijo entre lágrimas el peli blanco menor.
- Por supuesto que estoy aquí... Pero... ¿Tu por qué estas aquí? - preguntó Albert.
Lincoln dejó de abrazarlo por unos instantes.
- ¿De qué hablas?, Este es mi hogar, yo vivo aquí.
- MMM, supongo que no lo sabes...
- ¿No se que?
Papá, por favor... Despierta.
Nuevamente se escucho aquel agudo susurro. Lincoln nuevamente observó hacia todas partes.
- Abuelo... ¿Escuchaste eso? ¿Podría jurar que esa voz es de...
El chico no pudo continuar, pues el mayor revolvió el cabello de su nieto.
- Linc, vamos a caminar un rato. - Contestó el mayor.
Lincoln lo observó por algunos segundos.
- Okey... Esta... Esta bien. - dijo Lincoln, no sabiendo exactamente las intenciones de su abuelo.
Ambos se encontraban caminando por las calles de Royal Woods. Pero curiosamente, no había nadie más, aparte de ellos dos, ni siquiera animales.
- Oye, abuelo, ... ¿Qué acaso hubo un tornado o Una tormenta y evacuaron la ciudad?. - preguntó el peli blanco menor.
- Mmmm, no, creo que no.
- Entonces ¿Dónde están todos?. - pregunto el joven, sin obtener respuesta alguna.
- Y... Dime, ¿Qué haces aquí? - dijo Albert, en un tono de voz sumamente tranquilo.
- Pero... Eso ya te lo dije... Este es mi hogar.
- ¿Estás seguro de eso chico?
- Claro que si... Aquí están las personas a las que yo amo.
- ¿Todas ellas?
Lincoln no respondió.
- Esto es algo así como "El camino directo a la parada final". Por lo regular no hay vuelta atrás, pero es extraño. Es como si te quisieras ir, pero a la vez, deseas quedarte. - Contesto el abuelo del chico.
- Honestamente... No entendí nada de lo que acabas de decir.
Albert y Lincoln simplemente continuaron caminando. Hasta que la acera en la que se encontraban se convirtió en un pasillo.
- ¡Wow! ¿Qué rayos pasó? - contestó Lincoln, asustado por aquel repentino cambio.
- Un simple salto y ya.
- ¿Un salto?...
- Alguien quería hablar contigo, solo eso.
- ¿Hablar conmigo?. ¿Sobre...
Lincoln no pudo terminar su oración, debido a un fuerte y cariñoso abrazo de parte de su abuelo.
- Por favor, cuida mucho a tus hermanas, a tus padres, a tus amigos.... Y a tu hijo. - contestó Albert en voz baja.
De nueva cuenta, Lincoln se encontraba totalmente solo.
Albert se había esfumado sin dejar rastro alguno
Lincoln miró a su alrededor, poco a poco, el chico comenzaba a hiperventilarse. Conocía ese pasillo. Era un recuerdo que lo atormentaba casi a diario.
- Aquí fue... Donde... Donde ella... - susurro el joven.
- Hola Lincoln.
Al escuchar aquella delicada voz, Lincoln volteo lentamente.
Frente a él había una joven, con un vestido de color amarillo y una larga cabellera anaranjada.
Lincoln estaba totalmente boquiabierto. Frente a él estaba la mujer que el chico mas había amado en toda su vida.
Con lágrimas en sus ojos, Lincoln sólo pudo susurrar un nombre...
- Paige. ¿Eres... Estas...
La chica se acercó lentamente a donde estaba Lincoln.
- Jejeje, tan parlanchín como siempre. - contestó la mujer, dándole una sonrisa al chico
Sin pensárselo dos veces, el Chico abrazo con todas sus fuerzas al amor de su vida, abrazo que fue inmediatamente correspondido.
Ahora, aquel pasillo no era más que una habitación totalmente blanca.
Lincoln continuaba en pleno llanto. Ahora estaba seguro que aquello no era su realidad... Y de ser un sueño, el no tenía intenciones de despertar.
- Lo siento, jamás quise que las cosas fueran a si. Por favor perdóname. - susurro el peli blanco.
Paige simplemente acariciaba lentamente la espalda de Lincoln.
- No tienes nada de que disculparte, tu cumpliste tu promesa, protegiste a nuestro hijo hasta el final...y Ahora... Ya podemos estar juntos.
Lincoln ya estaba más tranquilo.
Ambos se miraron a los ojos por un largo rato, mientras se tomaban de las manos.
No me dejes solo.
Nuevamente se escucho una voz alrededor... Pero esta vez, Lincoln ya sabía lo que tenía que hacer.
- Siempre desee tener este momento, el momento en el que podría verte otra vez, y estar a tu lado por siempre, esto es lo que siempre anhele. - Lincoln soltó la mano de Paige. - pero... Aún no puedo estar contigo.
Lincoln dio unos pasos atrás.
- Yo jamás dejaré de amarte... Tu me hiciste ver que la vida era muchísimo mejor cuando tenía a alguien a quien amar y yo nunca dejaré de pensar en ti, Pero mi corazón ahora le pertenece a mi hijo, y yo jamás dejaré de protegerlo y de amarlo... Por que... El es mi mundo ahora. - contestó Lincoln.
Paige guardo silencio durante varios segundos. Sin dejar de sonreírle a su amado.
- Jejeje... Por esto te amo tanto. - contestó Paige.
La chica empezó a acariciar el rostro del joven.
La habitación en la que se encontraban los jóvenes empezaba a volverse cada vez más brillante, al punto en el que Lincoln ya casi no alcanzaba a ver el rostro de Paige.
- No te aferres tanto al pasado... Se feliz por tu cuenta nuevamente, yo te esperare... Hasta el día en que nos volvamos a ver... - contestó la peli naranja.
- Sabes que nadie podrá reemplazarte jamás. - susurro Lincoln, mientras soltaba la mano de Paige lentamente.
Y al final todo fue color blanco, seguido de un destello de oscuridad.
Decir si aquello fue real o no... Bueno, supongo que todos tienen su perspectiva del limbo antes del más allá, la otra vida o el renacer...
..........
Todo estaba oscuro. Le dolía la cabeza y parecía que alguien gritaba desconsoladamente . Escuchó un fuerte sonido. Al abrir lentamente los ojos , todo lo que pudo ver en su visión sombría fue un techo blanco. Había personas, pensó, pero no podía distinguirlas. Todo encajaba mientras sus párpados le pesaban mucho a sus ojos.
...¿Dónde estoy? - contestó Lincoln, con un tono de voz bastante bajo, debido a las pocas fuerzas que el hombre tenía.
Lo primero que despertó sus sentidos fue el molesto pitido de una máquina, rompiendo persistentemente el silencio de su ubicación. Se escucharon voces murmuradas a lo lejos, junto con el sonido del llanto de un niño.
Logan seguía llorando afligida ente, mientras abrazaba el hombro de su padre, sin darse cuenta de lo que sucedía.
Mientras que Lance y Pancho miraban atónitos lo que acababa de ocurrir.
- Por favor, despierta papá, no quiero que te mueras, no quiero. - contestó logan, con una voz quebrada.
El chico solo sintió un poco de peso extra sobre su cabeza, algo que revolvía lentamente sus cabellera. Dejando su llanto atrás, el niño observó con sus ojos totalmente abiertos al responsable de dicha acción
- Si sigues llorando así... Vas a inundar todo el cuarto. - contestó Lincoln, mientras reía levemente.
La cara de Logan se iluminó casi de inmediato. Y aunque el niño continuaba llorando a más no poder, sus lágrimas ahora eran por alivio y felicidad.
Logan salto sobre su padre para poder abrazarlo, cosa que hizo que Lincoln soltara un grito de dolor.
- Lo siento, lo siento. - dijo el niño, mientras se alejaba de su padre.
- Ay... Es verdad lo que dicen... El amor duele bastante, Jejeje. - contestó Lincoln.
Fue cuando la mirada del mayor se percató de su extremidad faltante. Y aún que si estaba sorprendido y un poco asustado por su estado, decidió no armar un alboroto, pues esto podría asustar a su hijo o incluso peor.
Lance entonces se acercó a su primo.
- Lo siento enano, pero es hora de irnos. Debo avisar a todos que el tío Lincoln ya despertó, y si nos ven aquí, ten por seguro que estaremos en serios problemas. - contesto el castaño.
- No. No voy a dejar a mi papá. - dijo el niño, mientras se aferraba al brazo sano de Lincoln.
El mayor volvió a colocar su mano sobre la cabeza del niño.
- No te preocupes, yo voy a estar bien. Y estaré mucho mejor si tu también regresas a tu cuarto para que te revisen. - dijo Lincoln, de manera tranquila y calmada.
Logan estuvo a punto de rechazar aquella idea, pero después de pensarlo por un momento, lo mejor para ambos era descansar y recuperarse.
El niño abrazo de nuevo a su padre, para inmediatamente después dirigirse a la entrada del lugar.
- Prometo que vendré pronto. - dijo el niño, antes de salir de la habitación.
- Jeje, descuida, yo no me iré a ningún lado. - contestó el mayor.
Ambos compartieron una pequeña sonrisa.
Y así, Lincoln quedó solo en su habitación. Ciertamente estaba desconcertado por lo sucedido, al igual que frustrado por la situación, pues debido a lo sucedido, la casa ya estaba destruida y el terreno ya le pertenecía al banco, pero a pesar de todo eso, ver a su hijo vivo junto con él, conviviendo con su familia y siendo feliz como un niño normal, hizo que todo valiera la pena.
Por su parte, Logan pudo descansar tranquilamente, sabiendo que su padre seguiría a su lado por muchísimo tiempo más, pero también triste, pues los recuerdos de su padre se habían perdido por completo.
..........
Después de aquel día, todo fue tratamiento tras tratamiento. Logan había sido dado de alta tan sólo un par de días después.
Lincoln, por otro lado, debido al peso de los escombros, había resultado más lastimado, no sólo de su brazo, si no de casi todo su cuerpo, lo que requirió que se quedara en observación por un par de semanas más. La parte más dura fue que tuvo que acostumbrarse a usar sólo una mano, afortunadamente, solo durante un tiempo, pues, digamos que tenía sus ventajas tener una hermana científica especialista en robótica y en cosas así.
A Lincoln ya solo le quedaba un día en observación y luego podría ser dado de alta. Obviamente todos se turnaban para cuidarlo, y en ese momento, era turno de Lisa, quien aprovecho el momento para contarle a su hermano sobre el desarrollo de su nuevo proyecto.
- ¡Wow! ¿Escuchaste eso Charles?, Papá tendrá un brazo biónico. - decía Logan, lleno de emoción, mientras que el cachorro corría alrededor del niño.
- Logan... Solo perdí la mano, no todo el brazo. - contestó Lincoln, un poco nervioso.
- Bueno, técnicamente solo será una prótesis biónica muy avanzada. Con un chip cerebral, tendrás control total sobre ella. - decía Lisa.
- No vas a meter nada a mi cabeza. - dijo el mayor sin rodeos.
- Solo es una crujía menor en el cerebro y...
- No vas a meter nada a mi cerebro.
-... Débil. - susurro Lisa. - Bueno, yo voy por un café. Siento que nuestra conversación no llegará a ningún lugar. Mientras tanto, tu piensa en eso.
- No vas a meter nada...
- Si, ya se, ya se. - dijo Lisa, mientras salía de la habitación, dejando a Logan y Charles al cuidado de Lincoln.
Logan se encontraba sentado en la cama de su padre, mientras hacía una expresión de enojo bastante graciosa para Lincoln.
- ¿Y a ti que te pasa?. - dijo Lincoln mientras se reía de la cara de su hijo.
- Deberías dejar que te pongan una mano robótica, así podrías tener rayos láser o cosas geniales. - contestó el menor.
- ¿tengo cara de juguete o que?
- Pues por lo que me contaron, las chicas jugaban con tus sentimientos tanto que parecía que si lo eras. - dijo el chico, dando por ganada aquella platica.
-... Has estado hablando con Ronnie Anne... ¿Verdad?
- Algo oí por ahí.
- Pequeño mocoso...
De pronto, la puerta de la habitación se volvió a abrir.
- Vaya, ese fue el café más rápido que... - Contestó Lincoln, creyendo que su hermana menor había regresado. Pero al ver a la persona que estaba parada frente a la puerta, no pudo continuar su oración.
Logan por otro lado, entró en pánico total, pues el recordaba a la persona que estaba ahí.
Frente a ellos se encontraba la madre de Paige, Iris Brown.
Logan inmediatamente se pudo en medio de los dos, mientras miraba de forma desafiante a la mujer frente a él, mientras que Charles gruñía y labraba hacia la persona que había asustado a su dueño.
La mujer solo observó las acciones de su nieto.
- ¿Qué rayos hace usted aquí?. - contestó furioso el pequeño Loud. - Si viene a hacerle daño a mi papá, ¡le advierto que no lo permitiré!.
- Hey, quieto Leoncito. Ella no va a hacer nada malo. - contestó Lincoln, mientras tranquilizaba a su hijo.
- Pero... Pero ella...
- No te preocupes, no va a. Pasar nada malo. De no ser por ella, creo que las cosas hubieran sido aún peor. - respondió el padre del chico.
Iris no dejaba de mirar a Logan de pies a cabeza. No había duda en que aquel niño era idéntico a su yerno, pero, había algo en ese niño, que también le recordaba mucho a su hija.
La mujer empezó a derramar unas cuantas lágrimas.
- Escucha Loud... Perdón, Lincoln, lo que pasó, fue mi culpa, si tan solo hubiera llegado antes, quizás hubiera podido detener a mi esposo. - contestó la mujer, quien no podía ver directamente a Lincoln o a Logan a los ojos, debido a la vergüenza.
Logan, sorprendido por las palabras de Iris, volteo a observar la reacción de su padre.
Después de un largo silencio, el albino mayor habló.
- Usted no fue responsable de nada... Yo hui de mis problemas y decidí apartarme de todo, quizás pudimos solucionar todo esto desde el principio... Pero el pasado es el pasado, y por más que lo quiera, no puedo cambiarlo, aun así, tampoco me gustaría hacerlo. He recuperado a mi familia, sigo medio completo, y lo más importante, mi hijo esta con vida. Ahora mismo, ya no podría pedir nada más. - contestó Lincoln, mostrando una pequeña sonrisa.
Iris entonces volvió su mirada al adulto.
- En fin... Yo... Necesito tiempo para pensar en todo lo sucedido. Es por eso que me iré del país durante un tiempo, pero quería venir en persona para entregarles algo. - contestó Iris, mientras se acercaba a la cama de Lincoln. - Después de lo que pasó, Lucius fue arrestado. Los guardaespaldas que estaban con el decidieron testificar en su contra, a cambio de que no los involucraran en lo sucedido. No estoy segura por cuanto tiempo será, pero te puedo asegurar que pasará mucho tiempo en prisión. - dijo la peli naranja.
Al oír esas palabras, Logan soltó un pequeño suspiro de alivio.
- Pero eso no es todo, debido a las acciones de mi esposo, toda su fortuna ahora me pertenece, al igual que sus empresas. Estuve investigando unos viejos papeles y encontré esto. - La mujer le entregó un pequeño papel a Logan.
Las palabras del documento le parecían algo confusas al niño, pero a Lincoln por otro lado...
- ¿QUÉ? ¿QUÉ?....- grito sorprendido el peli blanco.
- Resulta que esta es la parte de la fortuna que Lucius le dejó a Mi hija... La cual, ahora... Pasa a ser de su primogénito. - contestó Iris mientras le sonreía al menor.
Logan por su parte, seguía sin entender la situación del todo.
- ¿La herencia... Del primo de quien? - dijo confundido el niño.
- En pocas palabras... Este papelito es tuyo. - contestó Lincoln, aun en estado de shock por la cantidad que había en dicho papel.
Cuando el niño vio el número del papel, sus ojos casi salen disparados de su rostro. ¿Había forma de que un número así de grande existiera?
- Ohhh diablos... ¿Este... Dinero... es mío? - dijo el pequeño Loud, tratando de completar su oración.
- Bueno... Cuando seas mayor, lo será al cien por ciento, pero... Si, técnicamente si.- contestó la mujer.
Los ojos del niño se iluminaron, pues ya sabía que quería hacer con ese dinero.
- Oigan... Con este dinero... Es posible comprar una casa. - dijo el pequeño albino, emocionado.
- Así es. - contestó la mujer.
El chico entonces salto al regazo de su padre.
- ¿Escuchaste eso papá? Ahora podremos comprar la casa de los abuelos y... - dijo el niño, antes de ser interrumpido súbitamente.
- Lo lamento... Pero eso no va a ser posible. - contesto Iris, llamando la atención de los dos albinos.
Nuevamente, la mujer sacó otro objeto de su abrigo. Esta vez se trataba de unos cuantos papeles.
- Lo siento Logan, tu no puedes comprar esa casa... Por que ya tiene un dueño. - prosiguió la mujer, mientras le daba el documento al padre del chico.
En las manos de Lincoln se encontraban las escrituras del lugar.
- ¿Pero como? Se suponía que la casa ya estaba en posesión del banco. - dijo Lincoln.
- Lo estaba, pero... Bueno, Lucius fue el culpable de todo... Es justo que su dinero pague los platos rotos. ¿No lo crees?. - respondió la mujer, dándole una pequeña sonrisa al adulto.
Lincoln no pudo evitar mostrar una enorme so risa, como si se tratara de un niño en plena navidad, mientras que Logan, estaba feliz ante aquella noticia, y la alegría que está le había dado a su padre.
El niño se acercó a la mujer que estaba enfrente de ellos.
- Muchas gracias... Abuela. - contestó el joven Loud, un poco apenado por la última palabra.
Iris pudo sentir como un mar de lágrimas brotaba de sus ojos.
Lincoln observó en silencio aquella escena, en es momento, parecía que todo por fin estaba completo en su vida.
....
Ya había pasado un tiempo después de eso. Toda la familia Loud estaba reunida en la casa Mcbride para despedir a Lincoln y a Logan, quienes ya estaban listos para su viaje de regreso a Royal Woods.
- Entonces... Vuelves a escapar de nosotras. - decía Lana, mientras le jalaba la mejilla a su hermano mayor.
- Jejeje, solo será un tiempo, mientras arreglo unos asuntitos pendientes en Orange Wood. - contestó el peli blanco.
- Pues más te vale regresar, apestoso. - contestó Lynn, mientras golpeaba el hombro de su hermano.
Mientras que Lincoln se despedía del resto de sus hermanas. Logan se encontraba escondido dentro del auto de su padre, acompañado únicamente por su pequeño compañero canino.
Tratando de que nadie lo viera.
- Entonces... Seguro se preguntan, "¿Qué rayos hago aquí?", bueno, yo solo... Quiero irme en silencio, eso es todo. Además no es un adiós definitivo... Solo será por un tiempecillo...- decía Logan. - En fin... Yo solo me sentaré aquí, veré que tanto falta de mi proyecto escolar por rellenar y... Un momento... ¿Dónde RAYOS ESTA MI CÁMARA? - grito el pequeño albino, mientras revisaba sus pertenencias y el resto del automóvil, desesperado por la situación.
- ¿Qué pasa enano?, ¿perdiste algo?.- contestó un joven castaño de camisa amarilla que se encontraba sentado en el asiento del piloto.
- ¿Ahhh? ¿LUCIO? ¿DE DÓNDE DIABLOS SALISTE TU? - grito el pequeño Loud.
- Una mejor pregunta seria... ¿Qué haces tu aquí? ¿Acaso no piensas despedirte de todos?. - dijo Lucio, mientras jugaba con la cámara del niño.
Logan, simplemente miró hacia otro lado.
- No... No quiero. - contestó en voz baja el albino.
- Mmm, así que no fuimos de tu agrado... Bueno, es un poco decepcionante... Aunque, supongo que también me da igual. - contestó tranquilamente el joven castaño.
- No, yo no dije eso. - respondió rápidamente el niño.
- Está bien. No me importa. De cualquier forma, todo seguirá igual para nosotros. Y tampoco te preocupes, vamos a fingir que no nos reencontramos y ya.
Logan estaba atónito. El niño no esperaba esa clase de reacción tan fría, mucho menos de alguien como Lucio.
- Te deseo un buen viaje. Adiós Logan. - respondió el joven, arrojando la cámara a las manos de Logan y saliendo del auto.
Logan se quedó en silencio durante un buen rato.
Rápidamente el niño salió del vehículo, pero su marcha se detuvo al ver que, justo frente a él, se encontraban todos y cada uno de sus primos. Todos estaban con una expresión de enojo, que en realidad, era totalmente fingida.
- Vaya, que grosero. Mira que irte sin despedirte de tu prima favorita. - contestó Lizy.
- Arriesgándonos por ti y así nos agradeces. Que niño tan malo. - dijo Lara.
-Y sin pedir perdón por traumarme. - decía Lía.
- O por tomar mis cosas sin permiso. - continuó Lance.
- O por tirarme por las escaleras. - siguió Leo.
- O por... Hermana, ¿yo que tenía que decir? - contestó Jr. Mientras tomaba la mano de su hermana.
Logan no pudo contener sus lágrimas por más tiempo, acto seguido, el niño empezó a llorar desconsoladamente, causando confusión entre sus primos.
- Oye... Era solo una broma, no llores de esa forma. - contestó Lizy mientras se acercaba a su primo.
- Si... Lo que dije no era verdad, solo quería que salieras de tu auto y ya, te juro que no quería hacerte sentir mal... - continuó Lucio.
- No quería salir del auto... Por que... Por que...¡NO QUERÍA DECIRLES ADIÓS! - grito el pequeño Loud.
Todos los chicos, e incluso los adultos, no podían dejar de ver al niño.
- Hasta hace unos días, yo solo tenía a mi papá... No tenía amigos... A nadie más con quien yo pudiera reír, pelear o llorar. Pero ustedes... A pesar de que yo no los conocía, no dudaron ni por un segundo en darme su amistad y me aceptaron como su familia, aun sin conocerme del todo... Y yo... Yo estaba tan feliz de eso, que no quería despedirme de ustedes, por temor a no volverlos a ver.- contestó el pequeño albino, dejando salir por fin todos sus sentimientos.
Fue como si en ese mismo momento, el tiempo se hubiera detenido por completo para Logan. Sabía que lo que había hecho estaba mal, aun así, el pecoso no deseaba decir adiós, y volver a su antigua vida de sedad.
Lo único que el niño sintió en esos momentos, fue el agarre de varios brazos y manos que lo rodeaban por completo.
Todos sus primos, a excepción de Lance, tenían al chico encerrado en un enorme abrazo. Ahora todos estaban llorando a moco tendido, sin importarles nada más que aquella acción.
- Jejeje, eres un tonto. - dijo Leo.
- Nosotros jamás nos alejaremos de ti.- prosiguió Lía.
- Y jamás te vamos a olvidar. - continuó el pequeño Jr.
- Te vamos a cuidar y amar por siempre. - siguió Lara.
- Y eso te lo podemos prometer por nuestras vidas. - decía Lizy.
- Por qué somos familia. - terminó Lucio.
Logan, al escuchar las palabras de sus primos, dejó detrás todo sentimiento de tristeza, y decidió disfrutar aquel momento, deseando que jamás se terminará.
Al final, todos se alejaron poco a poco del niño, dejándolo respirar un poco.
Entonces, el albino dirigió su mirada hacia el mayor de sus primos varones.
Lance camino directo hacia Logan.
- Oye... A mi tampoco me gustan las despedidas, así que solo toma esto y ya vete. - dijo rápidamente el mayor, mientras le entregaba un paquete al niño.
Logan empezó a abrir lentamente aquella pequeña caja, revelando en su interior, una sudadera sin mangas de color vino.
- Esto es...
- ¿Verdad que esta genial? Lance fue el que... . - contestó Lucio mientras señalaba al mayor.
- Oye tu, banana con patas, cierra la boca. - contestó molesto el castaño. - Todos coopera os para comprártela. Así que ya te puedes ir.
Logan observó con detenimiento su regalo.
- Gracias chicos... Ustedes son los mejores... Y tu Lance.- susurro el niño.
- Si... Bueno, esto es solo por haberte tratado mal el otro día. Tómalo como una ofrenda de paz y...-
Lance se quedó mudo, al sentir como la cara de Logan se hundía en su estómago, y sus brazos se envolvían alrededor de su cuerpo.
- Jejeje, Lance... Eres un Idiota.
- Si... Ya me lo imaginaba.
El pequeño Loud abrazo con más fuerza al mayor.
- Pero... Supongo que así son todos los hermanos mayores. Jejeje. - susurro el albino.
Lance no dijo ni una sola palabra. Tan solo dejó que sus ojos se cristalizaran un poco, luchando por contener cualquier tipo de emoción.
Mientras todo esto ocurría, del otro lado se formaba un enorme río de llanto, provocado los las hermanas de Lincoln.
- Eso fue literalmente bello.
- Ahhh... Mi corazón.
- Ahhh, mis sentimientos.
Lincoln, al ver aquella escena, soltó un leve suspiro.
- Oigan chicas... Creo que ya tomé una decisión. - contestó Lincoln.
- Te refieres a...
- Así es.
..........
La despedida fue muy difícil para todos, aun sabiendo que no sería para siempre. Y con el sol que se empezaba a ocultar en el horizonte, Lincoln y Logan dejaron Royal Woods. El viaje de ambos ya casi llegaba a su fin...
- Jejeje, Es genial ver que al fin todo se arreglo para Logan. - decía Lucio, mientras veía como el auto de su tío desaparecía de la vista.
- Si. Supongo que si. - contestó Lance.
- Y también es bueno saber que, tu no eres un amargado sin sentimientos. - contestó Lucio, golpeando el hombro de su primo.
- Yo solo escuche, "Patéame el trasero, solo Patéame y ya".
- ¿Por qué no le dijiste?
- ¿Qué?
- ¿Por qué no le dijiste que el regalo era de tu parte?
La cara de Lance se enrojeció de un momento a otro.
- Eso ya no importa. - contestó Lance, dando media vuelta para dejar el lugar.
- Jejeje, vaya par.
..........
Lincoln y Logan estaban a poco tiempo de salir de Royal Woods, ambos no habían hablado de lo que harían una vez finalizado el su viaje.
- ¿papá? ¿Qué tal funciona la prótesis que te dio la tía Lisa? - preguntó el niño.
- Pues, para ser un prototipo, no está nada mal. Pero creo que si necesito leer el manual completo.- contesto Lincoln.
- Por favor, ni siquiera lees las instrucciones de una piscina inflable.
-... Eso lo aprendí a las malas, no me molestes.
En ese momento, algo había llamado la atención de Logan. En el asiento del copiloto... Habían dos ramos de flores.
- Oye... Y esas flores, ¿Pará quien son? Ahhh, que pillo, seguramente eran para la señorita Santiago. Mira que lo tenias bien escondido Jejeje. - decía entre dientes el menor.
- Ja, que buena deducción Sherlock. Lastima que no se correcta. - contestó el peli blanco.
- ¿Ehhh? ¿Entonces que quieres hacer? - contesto confundido el niño.
Lincoln detuvo el auto justo frente a una enorme reja de color negro.
Ambos bajaron del automóvil.
Al poco andar por el lugar, padre e hijo habían llegado a una pequeña estructura, llena de flores. Del lugar sobre salía una lápida que tenía escrito un nombre que él niño jamás había escuchado en su vida.
- Oye... ¿Quién era Albert Loud? - preguntó el niño, sin dejar de ver aquella lápida.
- El es mi abuelo. Tú bisabuelo. - contestó el mayor.
Logan quedó sorprendido ante aquella revelación.
- El es tu abuelo.
-Así es.
- Y... ¿El me conocía?
- Jeje, eras su adoración. La verdad es que, se podría decir que los 3 éramos muy parecidos.
- ¿De verdad?
- Si.
El mayor dejó uno de los ramos justo en frente de la lápida.
Logan y Lincoln permanecieron un rato en silencio.
De pronto, algo cerca de ahí nuevamente había llamado la atención del niño. Se trataba de otra lápida. Pero esta se veía un poco más cuidada que la anterior. Y estaba adornada con cientos de girasoles. La curiosidad era tanta, que el niño no pudo evitar inspeccionar la lápida, para ver a quien le pertenecía.
Logan por poco cae de espalda al piso. La lápida que el niño tenía frente a él, tenía un nombre que él niño escucho durante toda su vida.
Paige Brown.
Logan estaba inmóvil.
- Veo que pudiste encontrarla. - contestó Lincoln.
- ¿Tu sabias que ella estaba aquí?.
- Si... Pero, no te lo dije por que...
- Lo entiendo. Fue cosa del abuelo.
-El nunca permitió que yo me acercara aquí. No negare que eso fue frustrante... Pero... Ahora. Ya me siento más tranquilo. - el peli blanco mayor, dejo el ramo de flores cerca de la lápida. - Lamento haber tardado tanto... Ya me conoces, soy muy impuntual.
Lincoln paso un largo rato hablando con la lápida, mientras que Logan, abrazaba a su padre, y observaba feliz la escena.
Faltaba poco para que cayera la noche, ya era hora de partir.
- Te prometo, que jamás olvidaré mi promesa. Hasta pronto Paige. - susurro el peli blanco, mientras le daba un último vistazo al lugar donde el amor de su vida descansaba en paz.
Lincoln entonces dio media vuelta alejándose del lugar, hasta que noto que Logan seguía en frente de la lápida.
- Oye, Conejo. Es hora de irnos. - grito Lincoln.
- ¡Ya voy! - respondió el joven.
Logan entonces empezó a hablar en voz baja.
- Sabes... Conocí a la abuela Iris. Ella es súper genial. Y me prometió que un día me llevaría a Europa. Aunque... Creo que también me daría algo de miedo. Jamás he viajado yo solo...
El niño empezó a reír.
- No se si puedas oírme. Pero quiero que sepas, que soy feliz. Y que viviré mi vida en libertad, igual que tu y papá. Y no te preocupes por el. Me aseguraré de que el también sea feliz.
El niño dio media vuelta.
- Prometo que vendré a visitarte más seguido de ahora en adelante... Hasta luego... Mamá.
Logan corrió hacia dónde se encontraba su padre. Satisfecho de haber tenido esa pequeña platica.
...
Ya afuera del cementerio, Lincoln y Logan estaban a punto de irse de Royal Woods, hasta que....
- Sabía que te encontraría aquí. - se escucho una voz femenina.
Lincoln casi cae al piso, pues el adulto conocía la voz de la mujer.
- Ohhh, JEJEJEJE, Ronnie Anne, ¿sigues aquí? Pensé que estarías ya en Great Lakes City. . - contestó nervioso el adulto.
Detrás de Ronnie Anne se encontraba Pancho, quien rápidamente corrió a donde se entraba su amigo.
- Hola pecas. - contesto el peli negro.
- Que tal tu... Tu... Naaa... No tengo nada. - contestó Logan. - ¿Qué hacen aquí?
- Pues Pancho quería despedirse de ti. - Dijo Ronnie Anne.
- Un momento, pero si tu fuiste la que condujo como loca buscando al Señor Lincoln.
- ¡Francisco! - grito Ronnie Anne, con un rostro totalmente ruborizado.
Lincoln por su parte también estaba ruborizado.
- Bueno, en parte, también es verdad. También quería despedirme de ti. - contestó el hijo de Ronnie Anne.
- Jeje. Oye, jamás te agradecí por haberme ayudado en el hospital.
- Descuida, no hay problema. Después de todo, los medio huérfanos nos ayudamos entre nosotros. - contestó el niño, mientras le sonreía a su amigo.
Ambos chicos compartieron un apretón de manos.
- Muchas gracias Pancho.
El peli negro soltó un pequeño suspiro.
- Patch. .
- ¿Qué?
- Así me llaman en Great Lake City. Patch. .
No le tomó mucho al niño darse cuenta la razón de ese nombre.
- Bueno... La verdad es que si te queda.
- Si, supongo que es mas fácil que Pancho Jejeje.
- Bueno, solo un poquito.
Ambos niños rieron al unísono.
Mientras tanto, con Lincoln y Ronnie.
- Entonces... Volverás a Lake City.
- Si, pero solo será por un tiempo.
- De qué hablas?
- Hace años que no había estado en Royal Woods, y 3l haber pasado unos días aquí, me hizo recordar los viejos tiempos, cuando fuimos niños.
- Jejeje, aun recuerdo las tonterías que hicimos en aquel entonces.
- Y... ¿Te arrepientes de eso?.
- Pará nada.
Ambos adultos compartieron una mirada mutua.
- Pensabas irte otra vez... Sin despedirte.
Lincoln pudo notar como la expresión de Ronnie Anne cambió a una un poco triste.
- No. Es solo que... Yo... Yo...
Fue cuando Logan tomó la mano de su papá.
- Oye.
- ¿Qué pasa Logan?.
- Tu amiga te esta esperando, y créeme que no querrás hacerla enojar. - contestó el pequeño Loud.
- ¿Qué dices?
- Tu me dijiste que tenía que tenia que disfrutar cada momento de la vida, fuera grande o pequeño. Sería un buen momento para seguir tu consejo, ¿no lo crees?.
Lincoln comprendió lo que su hijo trataba de decir.
El peli blanco se acercó de nuevo hacia la mujer de cabellera oscura que está frente a él.
Lincoln tenía una expresión un poco sería, cosa que sorprendió a la mujer.
- Okey... Este es el asunto... Tengo 30 años, soy viudo y tengo un hijo de 11 años que en ocasiones es como una patada en el trasero, pero que también suele decir cosas bastante maduras.
- Que gracioso. - decía Logan.
- Hace años lastime a mi familia, a mis amigos... Y a alguien muy especial para mi. No quiero volver a cometer esos errores. Así que... lamento mucho haberte lastimado. Podrías perdonarme. - contestó el peli blanco, mostrando una sonrisa sumamente nerviosa.
- ¿Qué clase de disculpa fue esa? - Pensaban Logan y Pancho.
Lincoln no obtuvo más que una leve carcajada como respuesta de la chica.
- Aún siendo adulto, sigues siendo un ratito. - respondió la chica.
- Bueno, es parte de mi encanto.
Ambos compartieron una risa.
Y aunque, los niños no entendieron del todo lo que había sucedido, estaban felices de ver a sus padres riendo como si de otro par de niños se tratara.
- Oye... ¿Qué significa esto para nosotros? - preguntó el peli blanco.
- Pues... Me gustaría tener una buena respuesta para eso. - continuó Pancho.
Los niños entonces corrieron por caminos separados.
- Hasta pronto, amigo. - respondió Patch.
- Nos veremos después, amigo. - contestó Logan.
El viaje ya había llegado a su fin.
Padre e hijo se dirigían de regreso a su hogar, listos para terminar con sus asuntos pendientes.
Aquel fue el fin definitivo de todo el caos.
Ahora... Era tiempo de un poco de calma.
Un año de Calma para ser precisos.
..........
*Cámara encendida.*
Y bueno, la historia de mi vida continúa aquí, en una casa bastante grande, una casa de color blanco, tejado azul oscuro, un patio delantero y otro trasero con un árbol enorme cada uno...
La casa de la familia Loud...
Pero ahora, ubicada donde siempre debió ser Royal Woods.
Sin dudas, esta casa es increíble, ha soportado miles de catástrofes naturales, ataques de animales y cientos de cosas sin sentido y a pesar de haber caído y hacerse polvo, aquí esta, de pie y orgullosa, como siempre debió haber sido.
¿y como lo se?, bueno, por que yo vivo aquí.
Mi nombre es Logan Loud y vivo aquí desde hace unos meses.
Jejeje, saben que fue lo mejor, que mi papá terminó aceptando vivir aquí.
Acostumbrarme al cambio fue complicado. Mi habitación ahora no es ni la mitad de lo que era mi antiguo cuarto. Y la casa en general es más pequeña... Pero la verdad, es que eso no me importa.
Sigo sin ser muy sociable, pero a diferencia de Orange Wood, aquí todos son muy amables, en especial mi vecino, el señor Quejón.
Y lo crean o no, estoy emocionado por empezar ya la escuela.
Hace un año jamás hubiera imaginado vivir así, pero ahora...
- ¡Logan Loud! Baja en este momento. - se escuchaba la voz de un adulto.
- Ohhh, ese es mi papá. Después seguiremos.
*Cámara pagada*.
Logan bajo por las escaleras de la casa, encontrándose con su padre en la entrada del lugar, seguido por un cachorro de color negro con manchas blancas.
- ¿Qué sucede? - preguntó el niño.
- Voy a salir un momento... Al supermercado. - contestó Lincoln.
- Aja... ¿Y para ir al supermercado te vas vestido con una camisa recién planchada y un pantalón kaki? - contestó el pequeño Loud.
-...
- Será mejor que le lleves un buen regalo a la señorita Santiago.
- ¿Qué las flores no son suficientes?
- Pues... Unos chocolates serían aún mejor.
- Aja... ¿Y tu desde cuando eres experto en esto?.
-...
- Jejeje, no importa. Volveré más tarde. ¿Estarán bien ustedes solos?.
- Claro que sí, tu no te preocupes.
El mayor revolvió el cabello del menor.
-Entonces, nos veremos después. - contestó el mayor, mientras salía de su casa.
- Buena suerte. - respondió el niño.
Lincoln se dirigía a su auto, listo para irse. No sin antes observar el único pedazo que sobrevivió al derrumbe de hace ya un año. Un pedazo de madera con 11 marcas de manos grabados en ella. Y a su lado, otras 8 marcas, pero ahora de otros colores.
Lincoln dejó salir un leve suspiro.
-... OH. Hola amigos. Hace tiempo que no hablaba con ustedes. Jejeje, tengo mucho que contarles, pero, justo ahora tengo prisa, así que tendrá que ser en otra ocasión. - pensaba en voz alta el peli blanco.
Solo les pido un favor. No le digan a Logan que hablo con ustedes. Seguramente el no lo entendería. Bueno... Ya nos veremos pronto. - respondió Lincoln, mientras se alejaba de su hogar.
Dentro de la casa, Logan volvió a tomar su cámara de video.
*Cámara encendida*
Ahora... ¿En que estaba?
Cierto... Seguro se preguntaran como me fue con mi proyecto en aquella ocasión... Pues, reprobé.
Digamos que algunas personas no aprecian el buen arte.
Pero ahora, ya estoy en paz conmigo mismo. Y después de la terapia, todo mejoró.
Charles ya ha crecido mucho, y la tía Lana me ha dicho que vivirá por mucho tiempo.
Mi papá consiguió un mejor empleo. Ahora si hace algo que en verdad le gusta, dibujando y escribiendo historias de ciencia ficción.
No es por presumir, pero el es el mejor.
Más aún con su nuevo brazo robótico, Que ahora si tiene un rayo láser... Bueno... Es una lámpara, pero se parece.
Las cosas no podrían ser mejor... Más aún con las vacaciones de verano. Así que si me disculpan, es hora de un maratón de películas de terror.
De repente, la sala empezó a temblar. Como si una avalancha estuviera a punto de caer.
Se empezaban a escuchar varias voces en toda la casa.
- No, es mi turno de ver caricaturas.
- No, nosotros queremos ver el canal de deportes.
- Ni lo sueñen, quiero ver el canal de tecnología.
- Púdrete, yo veré el canal de arte abstracto.
- Ja, tontos, yo quiero mis rutinas de ejercicios.
- A callar todos, yo soy la mayor, así que yo veré mi show de talentos.
En el lugar se encontraban todos los primos Loud, quienes inmediatamente se te lanzaron en contra de Logan, creando una pequeña nube de humo, donde todos empezaron a pelear.
Logan, quien a duras penas pudo salir de ahí, to su cámara de video.
- Bueno, olvidé mencionar que, mis primos estarán viviendo aquí conmigo durante unos meses, mientras terminen las vacaciones... Y durante ese tiempo, yo elegiré la programación de hoy.
¡EN TUS SUEÑOS!
Bueno, este lugar se convertirá en una casa de locos, pero saben...
Yo jamás lo cambiaría.
*Cámara apagada*
\\\\\\
Son exactamente las 3:30 am... Al momento de publicar este capítulo, "TLH: Calma y Caos" cumple su tercer aniversario.
Gracias a todos ustedes por leer esta historia... La cual aún no ha terminado del todo.
Ya me conocen, me encantan los epílogo jejeje. Y me parece que quedaron algunos cabos sueltos por resolver, y juro que lo haré.
Pero en sí, este será el último capítulo largo de mi fic.
Y aúnque este no es el fin de las aventuras de Logan, no puedo evitar sentir un gran dolor en mi corazón.
Pero estoy feliz, por que por fin, la historia de un personaje que nació en una pequeña libreta escolar, a concluido.
Y de nuevo, esto fue posible gracias a ustedes...
Mil gracias por dejarme entretenerlos con mi pequeña historia.
Bueno, supongo que eso es todo.
Nos vemos en unos días, cuando publique el Epílogo de la historia. Que, aunque será corto en comparación a este capítulo, les prometo que les va a encantar mucho.
Tambien agregaré más dibujos a este capítulo, que, por falta de tiempo, no pude terminar. No se preocupen, yo les avisare cuando estos estén disponibles
Nos vemos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top