Prólogo: Orden Ejecutiva


Para "Celebrar" la nueva llegada al poder del egregio e ínclito Donald Trump en los Estados Unidos, he decidido republicar esta historia olvidada que, sí (adivinaron), se quedó inconclusa.

Es una fusión muy libre entre el universo de la novela "Battle Royale", del novelista japonés Koushun Takami, y el universo de "The Loud House". El universo que en ella se describe se parece al de Battle Royale y al de The Loud House, pero en rigor, no es ninguno de ellos.

Para quienes conozcan la novela original es muy importante recordar esto, ya que, como pronto se darán cuenta, los personajes estarán en situaciones muy diferentes a las del canon de la novela; y esto condicionará mucho su manera de actuar. La historia original nos cuentan una situación ya dada; que tiene años de estarse produciendo. Aquí, ese no será el caso.

A los que se animen a leer, les pido que se preparen para un relato de locura y violencia; con algunos personajes sumamente detestables. Tenemos 30 chicos (15 niños, 15 niñas), que apenas van saliendo de su infancia, que serán forzados a participar en un experimento militar surgido de la mente de un loco, y solo uno de ellos podrá sobrevivir.

El día de hoy se publicarán los dos primeros capítulos para que tengan la oportunidad de conocer al presidente Ronald Trust y a la gran amiga y amable guía de los niños que aparecerán en la historia: La dulce y amigable Capitana Teller.

Casi está de más que lo diga, pero si algún o alguna despistada entra creyendo que esto es una historia de FORTNITE o sobre la WWE, pronto se dará cuenta de que cometió un ligero error.

Bienvenidos sean todos los que se animen a leer.

Octware (Eidanyoson_)


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Tomados de las manos, Lynn y Rita Loud miraban la pantalla de la televisión. El cansancio y el estrés habían hecho mella en sus rostros; y ambos esperaban angustiados el nuevo anuncio del Presidente de los Estados Unidos.

- Por dios -susurró Rita- ¿Qué cosa se la habrá ocurrido a ese maldito loco esta vez?

- No lo sé -respondió Lynn, con voz tan baja como la de su mujer-. Lo peor de todo es que parece que casi todos se han vuelto tan locos como él... ¡Esa maldita Enmienda XXXV!

- Por lo menos debería hacer sus anuncios a una hora decente, ¿no lo crees? ¿Qué es eso de promulgar una Orden Ejecutiva a las dos de la madrugada?

- Es parte de su estrategia, cielo. Así puede manipular a la opinión pública con mayor facilidad, mientras la oposición duerme.

- ¡Es un desgraciado! ¡Ese idiota va a terminar desatando la Tercera Guerra Mundial! -casi gritó Rita, más angustiada que enojada.

-Shhh... Vas a despertar a los chicos, corazón -dijo Lynn, entre dientes-. Ya casi es la hora. Pronto veremos qué se trae entre manos.

En efecto, solo faltaban unos segundos para el anuncio. Una de las pocas cosas buenas que tenía el presidente Trust era su puntualidad.

El anuncio había ocurrido de improviso. Era casi la una de la madrugada, y los esposos Loud terminaban de ver su programa nocturno. Entonces, un comunicado de la Oficina de Prensa y Televisión del gobierno interrumpió la programación de todas las cadenas televisivas, públicas y de paga. El Presidente de los Estados Unidos iba a dirigirse a la nación.

Ya se sabía que el presidente iba a dar un anuncio en esos días, y el contenido del aviso había desatado las más variadas especulaciones; algunas demasiado disparatadas como para tomarlas en serio. Pero después de lo ocurrido en México, Cuba, y el Medio Oriente; todos estaban dispuestos a creer cualquier rumor inverosímil sobre los caprichos de ese loco.

Lo que más preocupaba a los esposos Loud era que la hora a la que se iba a dar el anuncio. El presidente siempre anunciaba sus mayores disparates en la madrugada.

Lynn sacudió la cabeza. ¡Parecía imposible que el pueblo norteamericano hubiera votado por ese psicópata megalómano! Pero por muy loco que estuviera, era inteligente y estaba muy bien asesorado; rodeado de muchos otros como él. Supo ganarse el apoyo de las clases desfavorecidas alentando la xenofobia, culpando de todo a los indocumentados y haciendo creer a la gente que los intereses extranjeros tenían la culpa de que Estados Unidos fuera el país desarrollado con mayores índices de desempleo, pobreza, embarazos adolescentes, y delincuencia.

Su retórica y visión eran comparables a las de Hitler. Muy pronto emprendió acciones que le granjearon el favor, o silenciaron a sus peores adversarios políticos. Muchos de ellos fueron objeto de atentados. Y después, vinieron los ataques terroristas en pleno territorio norteamericano...

A partir de ese momento se acabaron las negociaciones y las discrepancias. La opinión pública norteamericana se uniformó, y gran parte del país se plegó a la histeria belicista. Era sorprendente que los sectores más pobres, los que se veían más afectados por las nuevas medida,; fueron los que empezaron a apoyar al presidente con mayor fervor. Ahora, Estados Unidos prefería imponerse que negociar; invadían antes de apoyar. Y por ello, muchos países del mundo estaban empezando a coaligarse para hacer frente a la amenaza; incluyendo a varios de sus antiguos aliados y socios comerciales.

¿Y cómo se había enfrentado la situación? Con mayor paranoia, desarrollando nuevas armas; duplicando el presupuesto de las Fuerzas Armadas y reinstituyendo el Servicio Militar Obligatorio. Ahora, ni las chicas estaban a salvo: por lo menos, tenían que recibir adiestramiento básico en manejo de armas y sanidad militar. Era casi seguro que a Leni la declararían incompetente para el servicio, pero Lori y el resto de sus hermanas seguramente no tendrían tanta suerte.

El sonido de televisor los vino a interrumpir de sus lúgubres pensamientos. La responsable de comunicación de la Casa Blanca presentó brevemente al presidente Ronald Trust, y su rostro cruel y adusto ocupó casi toda la pantalla.

- Ciudadanos de los Estados Unidos de América. Esta noche, me corresponde hacerles un anuncio especial.

Para nadie es un secreto que vivimos los tiempos más difíciles en los doscientos cincuenta años de historia de nuestra gran nación. Nuestros enemigos se multiplican. Nuestros antiguos aliados nos han dado la espalda. Los invasores indeseables, los criminales, y la escoria del extranjero siguen intentando vulnerar nuestras fronteras y socavar nuestro país desde el interior. El crimen medra entre nuestra gente, y aunque hemos emprendido enérgicas acciones para deshacernos de estas lacras, tenemos aún mucho y muy arduo trabajo por hacer.

Es por eso que hemos tenido que responder a la fuerza con la fuerza. A lo largo de los últimos 90 años, el pueblo norteamericano ha construido unas Fuerzas Armadas y Servicios de Inteligencia competentes y capaces. Si nuestros vecinos renuncian a sus responsabilidades, ¿por qué no hemos de tomar en nuestras manos aquello que puede poner en peligro la seguridad de nuestra nación? Si nuestros vecinos del sur, los mexicanos y los cubanos, no pueden detener el tráfico de drogas y la migración ilegal que tanto nos perjudican, ¿por qué no hemos de tomar el asunto en nuestras manos? 

Por eso hemos intervenido. ¡Por eso tomamos acción! Expulsamos a las autoridades incompetentes y corruptas; y creamos los protectorados de México y Cuba.

Ahora, nuestras fronteras están seguras. ¡Incluso la mayor parte de los mexicanos y cubanos nos lo agradece! ¿Libre autodeterminación de los pueblos? ¡Ja! ¡La respetaremos cuando hagan su trabajo y nos ayuden a erradicar a las lacras del mundo!

No necesito repetirles lo que ustedes ya saben: nuestros antiguos aliados nos han dado la espalda. ¡Nos han traicionado! En lugar de apoyar nuestros esfuerzos, han roto relaciones y se coaligan contra nosotros. ¡Incluso nos han amenazado! ¡A nosotros, que somos los únicos que de verdad nos preocupamos por eliminar la escoria de la humanidad!

Conciudadanos y amigos: tenemos que estar listos para defendernos de las amenazas. Estamos enfrentando un periodo crítico de la historia. ¡De nuestra historia! Nosotros, su gobierno, estamos para velar por sus intereses y su seguridad, ¡pero no podemos hacerlo solos!

 ¡Necesitamos de toda su ayuda! ¡De sus propios sacrificios! Todos los que ocupamos puestos en el gobierno y las Fuerzas Armadas estamos dispuestos a morir por ustedes. Pero si hemos de sobrevivir y triunfar en este Nuevo Orden Mundial, necesitamos que ustedes estén dispuestos a lo mismo.

Ya dimos importantes pasos adelante con la instauración de la Enmienda XXXV, y la reinstauración del Servicio Militar Obligatorio para todos los jóvenes de entre 18 y 21 años; pero necesitamos más. ¡Nuestros jóvenes tienen que entender el valor del autosacrificio! Deben recordar lo que sabían muy bien los Padres de Nuestra Nación: la Patria está por encima del individuo. "Quiere a tu prójimo como a ti mismo; y a tu país, mucho más que a ti mismo".

Ciudadanos. Hermanos norteamericanos. Vivimos tiempos muy crueles. Todos debemos sacrificar algo. A veces, hasta a nuestros seres queridos; como bien lo saben los miembros de las Fuerzas Armadas. Por lo tanto, debemos tomar las medidas más radicales para educar el alma de nuestros futuros ciudadanos desde que todavía son niños. Deben entender que la guerra justa sí existe: la lucha por sobrevivir; por preservar la identidad y la integridad a cualquier precio.

Por ello, con la autoridad que me concede el ser el titular del Poder Ejecutivo de la Nación, los poderes especiales que me otorga la Enmienda XXXV de la Constitución, y la asesoría de mi equipo jurídico y mis consejeros de las Fuerzas Armadas, la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos; dicto la siguiente Orden Ejecutiva y proclamo la Ley de Reforma Educativa que será conocida como Battle Royale.

Artículo Primero. Battle Royale se instituye con el fin de formar una nación sana de mente, cuerpo y espíritu. Es un ejercicio militar para educar a los niños sobre las realidades del mundo, el espíritu de autosacrificio; y el entendimiento de que bajo ciertas circunstancias, está permitido acabar con el enemigo.

Artículo Segundo. Los participantes de Battle Royale serán, una vez al año y de manera aleatoria, niños y niñas preadolescentes de séptimo grado: el año anterior a la finalización de la Educación Básica. Esta ley se aplica a toda la población de los Estados Unidos, sin hacer distinción de raza, sexo, condición social, ideologías políticas, religión, u orientación sexual.

Artículo Tercero. El objetivo de los participantes en Battle Royale es matarse los unos a los otros. Ninguno de los participantes debe negarse o rechazarlo. Tampoco deben intentar obstaculizar el juego.

Artículo Cuarto. Todos los estudiantes sujetos a esta ley deben alegrarse, divertirse, y apreciarla. El combate debe ser con ganas, y apreciando esta inmensa oportunidad que les ha tocado de poder participar en Battle Royale.

Artículo Quinto. La naturaleza del juego obliga a dictar una norma judicial específica: todos los participantes de Battle Royale están exentos de cualquier delito judicial por asesinar a sus compañeros de clase; causar incendios; utilizar armas de cualquier clase; robar las armas a sus compañeros; violar la intimidad y los derechos de los demás compañeros; incluida la utilización ilegal de medicamentos.

Sin embargo, les está prohibido rebelarse contra el profesor supervisor, contra los militares y contra los miembros del comité que se instituirá para controlar la realización del juego. Tampoco pueden impedir su actuar, o vengarse. Quienes se atrevan a cometer tales actos, se convertirán en fugitivos de la justicia y serán severamente castigados. En breve se publicará la normativa penal específica para castigar tales delitos.

Artículo Sexto. Battle Royale concluye con la victoria de un único y solo ganador: el único superviviente de todo el juego. Esta norma no puede ser sujeta a derogación ni excepción alguna.

Artículo Séptimo. El Estado otorgará una generosa pensión vitalicia al ganador o ganadora de Battle Royale. Tendrá un estatus de ciudadano modelo, y será un ejemplo a seguir para formar una nación sana de cuerpo, mente y espíritu. Los montos de la pensión pueden variar, pero en ningún caso podrán ser inferiores al equivalente de veinticinco salarios mínimos por hora vigentes en el Distrito de Columbia.

Artículo Octavo. Todos los responsables administrativos de Battle Royale actuarán bajo la autoridad del supervisor o supervisora, el cual se elige en el seno del Comité de Promoción de la ley Battle Royale sobre recomendación de sus miembros. Está habilitado o habilitada para infringir todas las leyes con el fin de hacer progresar eficazmente el juego; aunque ni el Estado ni el Comité se hacen responsables por su supervivencia.

Artículo Noveno. Las familias de los perdedores del juego recibirán una indemnización de compensación por la pérdida del estudiante. Dicha indemnización será igual a cinco veces la que corresponde anualmente por incapacidad permanente total, vigente para los trabajadores calificados de las grandes empresas del Distrito de Columbia.

Artículo Décimo. Todos los asuntos y circunstancias no previstas en la ley de Battle Royale serán resueltos por el Comité; siempre bajo la directiva de consolidar el juego, hacer cumplir la ley y tomar las medidas necesarias para su desarrollo futuro...

El presidente continuó hablando; pero ninguno de los esposos Loud escuchaba ya. Estaban pasmados, aterrorizados ante el grado de locura y fanatismo que emanaba de esa aberrante legislación.

Aquello no iba a pasar. ¡Nunca! Violentaba todas las leyes de protección a la infancia. Todos los tratados internacionales. La gente iba a protestar, ¡claro que sí! Nadie estaría de acuerdo en enviar a sus hijos a semejante carnicería; por más que se les prometiera una compensación mucho mayor a la que la mayoría de los obreros norteamericanos podía obtener durante toda su vida de trabajo...

Todavía aterrado, Lynn volteó a ver a su mujer. La señora Loud lo miró. Sus mejillas estaban llenas de lágrimas.

- Amor... Lo van a detener. Esa locura no puede ocurrir en nuestro país. ¡Nunca pasará!

Rita asintió mecánicamente; pero en el fondo, sabía. Estaba segura de lo que iba a pasar.

- Ojalá... ninguno de nuestros niños tenga que participar nunca en ese horrible juego –dijo con voz quebrada.


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