8 [editado]

La base Autobot se estaba preparando para rescatar a Optimus de las garras de Megatron. Lo cual era un plan fácil, pero dependía demasiado de la ejecución; aparte de eso, un movimiento en falso podría dañar todo el plan de rescate.

—Muy bien, Autobots —habló una voz fuerte a la mitad del salón—, este es el plan.

Unos cuantos exploradores entrarán por unos ductos de ventilación, los más pequeños. El consejo y yo iremos a hablar con Megatron sobre un “tratado de paz", lo cual será falso. Los exploradores buscarán a Optimus y lo traerán de vuelta —señaló un pequeño mapa en la mesa—. ¿Quedó entendido?

—¡SÍ, SEÑOR! —gritaron todos los soldados al unísono.

Todos se prepararon, incluso Ratchet, a escondidas de Ultra Magnus. Estaba totalmente lista para rescatar a su preciosa hija. Tenía que hablar con Ultra Magnus; él también quería estar ahí.

Encontrar a Ultra Magnus disponible en este momento era difícil; lo peor de todo era lidiar con la zorra de su secretaria.

Al llegar a la oficina de Ultra Magnus, aquella mujer lo odiaba desde que se enteró de que tuvo un hijo del poderoso líder de los Autobots.

— Oye, quisiera saber si Ultra Magnus está disponible —habló con algo de voz superior, mientras la secretaria la miraba de arriba abajo. Qué zorra.

La mujer habló por su comunicador y, después de un momento, llegó lo que deseaba: — El comandante está disponible, puede pasar —miró de mal gusto a Ratchet, quien, victorioso, miró con burla a la mujer.

Entro a la oficina en silencio y se encontró a Ultra Magnus con un aspecto terrible; se veía demacrado y algo triste. Se acercó lentamente a él, puso sus manos entre los grandes y fuertes hombros de su amor. Ultra Magnus se sobresaltó por el repentino toque hasta que descubrió quién era.

—¿Qué pasa, corazón?—habló delicadamente Ratchet, intentando consolarlo. Ahí fue cuando se derrumbó.

—Soy un mal padre, un mal esposo y un mal comandante—tomó en sus manos una de las manos de Ratchet; se sentía decepcionado de sí mismo.

—Claro que no lo eres, solo estás sufriendo demasiada presión—se acercó al frente de Magnus y colocó sus manos en el casco de Ultra Magnus con delicadeza, aprovechó que estaba sentado por la diferencia de altura.

Magnus miró hacia arriba, buscando más consuelo de parte de Ratchet. Entonces, unas grandes manos recorrieron la cintura de Ratchet y su casco fue acercado al pecho de este. Con leves y delicadas caricias, fue consolando poco a poco al ser demacrado que encontró al entrar. Hasta que algo o alguien abrió la puerta rápidamente, sin preguntar.

Era el mocoso de Rodimus. En una señal de celos, acercó más a Ratchet a él y colocó una de sus manos en la popa de Ratchet, en una forma de dominio.

—¡Señor! Pido perdón por la interrupción, pero Megatron ha aceptado la conferencia —los ópticos de Ultra Magnus se abrieron en shock. Rápidamente, Rodimus vio a Ratchet, llegando casi a su popa, hasta que vio la mano de Ultra Magnus y, sonrojado y avergonzado, decidió salir de la oficina del comandante.

— Puedes quitar tu mano, sweetspark —dijo entre risas Ratchet. Ultra Magnus simplemente sonrió y le soltó una nalgada.

— Bueno, al parecer me mejoró el ánimo esta noticia. ¡Lo vamos a lograr! —habló decidido y entusiasta.

— Esa es la actitud, cariño —le dio un beso en su casco mientras se alejaba algo lento.

Después de unos momentos, lograron terminar con parte del tanto papeleo de Ultra Magnus y decidieron tomarse un pequeño descanso en una habitación secreta de la oficina de Ultra Magnus. Tomaron algo de energon por la reciente media victoria que lograron hacer. Lograron que el tirano accediera a esa conferencia.

Iban a recuperar a su hija.

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