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Propuesta obligatoria del Alcaide.
Calor. Sed. Hambre. Oscuridad. Luz solar que a arduas penas entraba en los pequeños agujeros y grietas de las maderas entraban. Cansancio de no hacer nada.
Había estado en la caja por un largo tiempo. Era un infierno estar ahí. Sólo me daban de comer una vez al día, cosa que me estaba matando poco a poco.
Con trabajos y podía beber agua que me daban cuando querían esos bastardos. Sobrevivir era mi punto.
Observe desde una de las grietas, como se llevaban a un interno que estaba en la otra caja. Al parecer, estaba ya muerto antes de sacarlo.
Recargado contra la pared, mirando el pequeño techo de madera. Sudaba demasiado, al igual que moría de sed. Estaba fatigado, que hasta me costaba moverme un poco.
En eso, escuché unos pasos acercarse hacia la puerta y el visor que tenía la misma para poder ver a los internos que les tocaba este castigo.
Al ver quien era, provocó que mirara al techo fatigado y con flojera. Era el guardia Cobain.
- ¡Oye, super-idiota! -exclamó llamando mi atención para mirarlo. Llevaba sus típicas Ray-Ban oscuras, dejando ver su ligero bigote y su cabello rubio desde el cuello-. El alcaide quiere saber si ya has cambiado de opinión.
- ¿Cuánto llevo aquí? -pregunte cambiando de tema.
Me quite el sudor con mi mano con un poco de dificultad.
-Una semana -suspire pesadamente al oír aquello. Si que sobreviví por mi cuenta-. Ahora, levantate. Irás a ver al alcaide.
Dicho esto, abrió la puerta de acero con pintura gastada. Salí con dificultad de la caja. La luz del sol si que me estaba por cegar, me lastimaba un poco mi vista, pero prefería que lo hiciera.
Subí a un carrito de golf estilizado, donde el guardia Bon Jovi se subió de igual manera y comenzó a conducir.
Pensé que me llevaría a comer o tomar algo, pero no fue así.
Eran aproximadamente como las cuatro de la tarde o más, el punto es que estaba atardeciendo.
Miraba un poco la vista, hasta que llegamos a un campo sintético de cien yardas. Había guardias de todo tipo: Gordos, Flacos, Altos, Bajos, etc. Iban con sus fundas y sus integraciones, una playera sin mangas, sus tachones Nike blancos y con sombras en sus mejillas.
Se oían sus pasos rápidos y pesados. Entrenaban como yo llegaba a hacerlo, pero a su manera.
Al bajar, sentí que estaba por caer, suerte que me sostuve del carrito de golf. Llevaba esposas en las muñecas y tobillos, cosa que provocaban que la caminata hacia el alcaide era una tortura gigante.
- ¡Señor Sixx! -exclamó el alcaide como saludo al verme llegar. Iba con su típico smokin de gala y zapatos caros. Sonreía como si hubiera ganado nuestra discusión de la última vez-. Lo estaba esperando.
Asenti con la cabeza, desviando mi mirada hacia los jugadores. Defensa. Ofensa. Se notaban los lugares de cada guardia.
- ¿Dónde consiguió tantos jugadores? -pregunté curioso.
-Reclutamiento -explicaba el alcaide comenzando a caminar, cosa que tuve que seguirlo con dificultad-. Cuando las estrellas de las Universidades se quedan sin equipo, terminan sin nada, como el dinero, familia, parejas, entre otros factores. Por lo que los reclutamos para que no se sientan vacíos, y les damos lo que necesitan.
- ¡¿Quién se acabó el maldito Gatorade?! -exclamó enojado el guardia Grohl levantando el despachador de agua y tirandolo con fuerza, provocando que la mesa de plástico se doblará de las patas.
-Y veo que también esteroides -dije sin quitarle la mirada al guardia. Estaba algo pasado de peso, pero tenía pectorales. Si que se notaban los esteroides.
Sin embargo, no me quedé callado en ningún instante.
-Observo que tiene todo lo que necesita, por lo que me pregunto: ¿para qué me necesita?
-Verás, Nikki, en la prisión hay personas a las que no les caigo muy bien que digamos, así que un jugador profesional como usted podría darnos unos consejos para poder mejorar nuestra calidad.
Hice una mueca ligera y obvia. No se oia tan complicado su petición.
-Bien, parece simple. Necesitan un juego de práctica -aconseje.
- ¿Juego de práctica?
-En la Universidad de Los Ángeles, siempre hacíamos un juego de práctica con equipo de apalachas de división dos. Los hacíamos pedazos, y elevabamos un poco el nivel y la confianza.
El alcaide miro a su equipo ilusionado, y después me miro como si hubiera dicho o hecho algún milagro. Su sonrisa me hacia sospechar demasiado.
-Bien, señor Sixx, me ha dado una excelente idea...
-Me alegro demasiado.
-Donde usted formará un equipo de Football con los internos de esta prisión, y usted, será el Quarterback.
¡¿Qué mierda acababa de decir este ruco?! ¡Primero sus consejos y ahora esto! ¡Carajo! ¡Si que les gusta ver a uno sufrir!
-No lo creo -dije impresionado y desviando la mirada.
-Mire, en esta prisión debe de seguir mis reglas y mis órdenes, sino, la pasara sufriendo hasta que salga de aquí o no aguante más -amenazo el mayor mirándome con victoria.
En cambio, lo mire con seriedad. Hace años que no jugaba, por lo que sabía que fracasaria en el intento.
-Solo quiero cumplir mi condena de tres años...
- ¡Eran tres años, desde que atacaste al capitán Mercury! -interrumpió mirándome con seriedad-. Así que, no la libraras tan fácilmente.
No había vuelta atrás. No quería enojarme con el mayor y que pasará algo peor, pero si quería cumplir con mi condena y llevar la fiesta en paz, tendría que acceder.
-De acuerdo, lo haré, pero con una condición -me acerqué al mayor dándole un poco de intimidación-: debe prometer que me quitará al capitán Mercury de encima.
-Trato hecho.
- Por otro lado, ¿solo tendré media hora para practicar? -pregunte mirando a mis lados. Habían llegado unos guardias a recogerme.
-Me asegurare de que mis chicos les den el suficiente tiempo para que puedan entrenar libremente detrás de estos muros -dijo el mayor sonriendo victorioso.
Si algo aseguraba, era de que nos darían la paliza de nuestras vidas si seguíamos con esto.
Los guardias me acompañaron a paso lento hacia el carrito de golf, hasta que oir al alcaide gritarme.
- ¡Sixx! -exclamó, provocando que volteara a verlo-. ¡Tienes un mes para tener a tu equipo en forma!
Asenti con la cabeza. Subí al carro, al igual que otro guardia que no conocía, llevandome de nuevo al interior de la prisión.
Genial. Genial. Un mes. Un puto mes. Si no conseguía jugadores para mañana, no podría librarme de las amenazas del alcaide. Si sabía de alguien de quien me podría fiar y me pudiera ayudar, sería de Tommy Lee.
Al llegar a mi bloque de la prisión, donde todos estaban en su hora de descanso, me fui a la celda de Tommy -que estaba a mi lado-, que por suerte estaba ahí mismo.
- ¿Puedo hablar contigo? Necesito tu ayuda -pedí mirándolo desde el marco de la reja.
El asintió mirándome extrañado.
Le conté lo sucedido con el alcaide.
El castaño comenzó a emocionarse y sonrió ampliamente.
-Puedes contar conmigo para eso. Mañana inician las pruebas. En nuestra sala de juegos y algunos muebles de no se donde, se encuentran nuestros equipos, jersey, de todo. Solo que si quieres algo aparte, lo consigo -explicaba emocionado-. Te ayudare mañana a conseguir y convencer a algunos internos. Supongo que has de tener unos tachones.
Negué con la cabeza.
-Bien, si eres mi número, te salvaste. Pedi unos tachones Under Armour para mi hace días. Los pedí para cuando salgo a caminar, ya que la tierra luego se mete en mis tenis. Mañana me llegan.
-Gracias, Caretaker -agradecí sonriendole de lado.
-No hay porque. Ahora vete antes de que arruinen la sorpresa de mañana o me tengan en la lista que sospechan que soy marica.
Solté una fuerte carcajada, y salí de ahí riendo.
Parece que comenzaba a hacer una buena amistad.
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Ovoide NFL: Balón con forma de ovoide o un huevo. Suele ser de piel color café de distintas marcas, también puede ser sintético.
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