Capítulo 2: Un trabajo inesperado

Al día siguiente, me levanté temprano para ir con tiempo a la entrevista de trabajo. Así que me preparé de inmediato, desayuné una tostada con mantequilla con una taza de té, me cambié de ropa, me cepillé los dientes, me lavé la cara y me cepillé el pelo. Cogí mi bolso con todo lo necesario y salí de mi casa, directa a la pastelería.

Ya en la pastelería, el dueño me recibió y me guió hasta su despacho, donde tuve mi entrevista.

- ¡Buenos días! Tenbo-san. - Me saludó risueño el dueño de la pastelería.

- Buenos días. Mori-san. - Saludé con educación.

- Siéntese por favor. - Me mostró el asiento y me senté de inmediato, al igual que Mori-san. Sacó su Tablet y comenzó a preguntarme. - He leído que apenas tienes experiencia, ¿es eso cierto?

- Así es, pero aprendo rápido. No seré ningún estorbo para el equipo. - Dije decidida y seria.

Mori-san me observó detenidamente con seriedad. Entonces, con una gran sonrisa en su rostro me dijo las palabras que quería oír:

- ¡¡Estas contratada!!

- ¡¿En serio?! - pregunté sorprendida.

- ¡Sí! Pero, no podrás empezar hasta mañana debido a que no tenemos tú uniforme.

- Ya veo. Entonces, ¿mañana a qué hora debo estar?

- A las 7 de la mañana.

- Entonces, allí estaré.

- Por cierto, tu sueldo será de XXXXX¥.

- ¿Eh? ¡¡¡¿EEEEEEEEEEHHHHHHHH?!!!

Terminé mi entrevista de trabajo y tras despedirme de mi nuevo jefe y salir a la calle, no pude evitar el saltar de alegría.

- ¡Lo conseguí! - La gente me miró rara ante mi reacción que, inmediatamente, salí corriendo de la calle con la cara completamente roja.

No solo he conseguido el trabajo, sino que encima, me pagan lo suficiente para pagar el alquiler, la comida y algún capricho. Aunque este último, tendría que ahorrar primero. Dejé de correr y me detuve, en frente de un Stackbus. Tenía un poco de sed y quería despejarme un poco más. Entré a la cafetería sin pensármelo dos veces y me sorprendí al ver, quien estaba trabajando en el local.

- ¿Todomatsu-kun?

- ¿Eh? ¿Hana-chan? - Se quedó petrificado al ver cómo me acercaba poco a poco al recibidor. - ¿Qué... Qué es lo que deseas? - preguntó nervioso.

- ¿Eh? Un mocha blanco tall, por favor. No sabía que tenías trabajo. - Dije sorprendida.

- Eh, sí. Sobre eso, ¿por favor no se lo cuentes a mis hermanos, por favor? - me suplicó en voz baja aterrado.

- ¿Vale? - extrañada por su comportamiento, accedí a guardar su secreto.

- Muy bien. Son 550¥. - Dijo como si no hubiese pasado nada.

- ¿Eh? - Menuda forma de cambiar de actitud. Saqué de mi bolso mi monedero y le entregué el dinero exacto. - Aquí tiene.

- Muy bien. Ahora mismo te lo llevo. Puede sentarte en cualquiera de estas mesas. - Me mostró una sonrisa nerviosa.

- Ok. - Me senté en una de las mesas que se encontraba cerca de las ventanas, no ocurrieron ni cinco minutos cuando Todomatsu-kun me trajo el café.

- Aquí tienes. - Me entregó el café y se quedó en frente de mí, como si estuviera esperando algo. Tomé mi café con incomodidad y me sorprendí de lo bueno que estaba.

- Está bueno. - Exclamé sorprendida.

- ¿Verdad? ¿Por cierto, sobre lo de mi trabajo?

- Temes que tus hermanos te descubran y te pongan en evidencia, ¿verdad? - adiviné qué era lo que más temía.

- ¿Entonces, me comprendes? - Se sentó en la silla de enfrente.

- Después de lo que ocurrió ayer, sinceramente, no me sorprendería que tus hermanos la liasen parda si te descubrieran trabajando aquí. Pero, tarde o temprano te descubrirán.

- Hana-chan. No digas eso ni en broma. - Se quejó lloriqueando. - Que los invocas y eso no sería bueno para mi imagen.

- ¿Qué imagen? ¿El que muestras a tus compañeras? - le sonreí de manera pícara al fijarme en sus dos compañeras, que se encontraban en la barra.

- ¿De qué te ríes? - me miró molesto.

- Tú lo que quieres es "ligártelas". - Acentué las comillas con los dedos, mientras veía cómo la cara del menor de los sextillizos se volvía roja como un tomate.

- Shhh... Chitón. - Me mandó a callar con la cara completamente colorada.

- Vale, vale. Me callo, pero si quieres conservar tu empleo. Yo que tú volvería al trabajo. - Dije señalándole la fila que acaba de formarse, provocando que Todomatsu-kun entrase en pánico.

- ¡Uah! ¿De dónde ha salido esa enorme cola?

- Quizás por la entrada del café.

- Ja, ja, ja. ¡Muy graciosa! - rio de forma sarcástica y volvió de nuevo a la barra, mientras yo me seguía tomando mi café.

Al terminar de tomar mi taza de café, me despedí de Todomatsu-kun y sus compañeras. Como no tenía nada que hacer y aún tenía tiempo antes de hacer la comida, opté por dar un paseo por el barrio. Se notaba a simple vista que el barrio ha cambiado mucho desde mi marcha, algunas de las tiendas que conocía ya no se encontraba en el distrito comercial y ahora había nuevas tiendas o restaurantes en su lugar. Muchas de ellas son tiendas de electrónica o restaurantes de comida occidental. Se nota a simple vista que los tiempos cambian a lo largo de los años y que estos cambios son algo que no se puede evitar, si quieres sobrevivir en la sociedad actual.

Seguía caminando por el distrito, observando las tiendas cuando una me llamó la atención por completo. Era una tienda de música, cuyo escaparate tenía expuesto un par de guitarras, de entre ellas una guitarra eléctrica. El color de la caja era de un azul que me recordaba al cielo teñido de aquel hermoso color en el crepúsculo de la noche. Es como si aquella guitarra me llamase, pero había un problema. Uno, no tengo dinero para comprarlo y dos, no sé tocar la guitarra.

- No sabía que te gustasen ese tipo de instrumentos, Hana-chan. - Me sobresalté al escuchar la voz de Choromatsu-kun, quien también se sobresaltó ante mi repentina reacción.

- ¡UAAAAH! ¡Choromatsu-kun no me pegues esos sustos! - exclamé alterada.

- Lo-lo siento, no pretendía asustarte. - Me fijé que Choromatsu iba vestido con un traje de color celeste.

- Vas muy elegante.

- ¿Oh? Es porque he estado en la oficina de empleo, a ver si encontraba algún trabajo.

- ¿Y qué tal? - pregunté cómo le fue. Este suspiró con aire de derrotado, intuyendo que no le fue muy bien.

- Un completo fracaso, ¿y tú Hana-chan? - Le respondí con una sonrisa victoriosa y con el dedo pulgar alzado hacia arriba.

- Empiezo mañana.

- ¡Enhorabuena, Hana-chan! - Se alegró por mi gran victoria en la búsqueda de empleo.

- Gracias. Por cierto, ¿vas a seguir buscando trabajo? - pregunté curiosa.

- No, con el bajón que tengo. Lo mejor que puedo hacer ahora es comprar una entrada del concierto de esta tarde de Nyan-chan.

- ¿Nyan-chan? ¿Es alguna idol?

- ¡¿Qué?! - se quedó impactado al desconocer quién es Nyan-chan. - ¿No sabes quién es? Nyan-chan es la mejor idol y la más kawaii de todo Tokyo, que digo. De todo Japón e incluso del mundo. Además de Totoko-chan. Si quieres, puedes acompañarme al concierto de esta tarde y así, te enseño quien es Nyan-chan y, ya de paso te muestro el mundo de las idol. - Choromatsu-kun se veía completamente emocionado sobre el tema de las idol y, claro yo no podía negarme a su invitación.

- Vale, iré contigo al concierto. - Acepté su propuesta.

Choromatsu-kun no podía creerse que haya aceptado su propuesta y no pudo evitar en saltar de alegría. - ¡Yupi! ¡Tengo una cita con Hana-chan! - Luego, al darse la vuelta su cara se tornó en rojo y con voz aguda y nerviosa, me dijo: - Quiero decir, que me alegra que vayas conmigo al concierto, como amigos. He, he, he. Bueno. ¡Vayamos a comprar las entradas!

- Vale.

Choromatsu me llevó al establecimiento, donde venden las entradas, que también es donde celebran los conciertos y ambos pagamos nuestras respectivas entradas.

- Entonces, ¿la chica de la foto es Nyan-chan? - pregunté a Choro sobre la idol.

- Así es. ¿A qué es mona? - me respondió con corazones en sus ojos.

- Si, es mona. - Dije no muy convencida. - Aunque, ¿a quién no ama los gatos?

- ¡Hiii! Ya tengo ganas de que sea las 5:30 para poder ver a mi Nyan-chan. Y no te preocupes, yo me encargo de traerte los pen lights para animar a Nyan-chan. Por suerte, tengo un montón de ellas. - Dijo emocionado.

- Eres muy amable, Choromatsu-kun. - ¡Viva el capitalismo! Salimos del establecimiento – Entonces, ¿nos vemos aquí a las 5:15? - le pregunté a Choro.

- ¿Por qué no quedamos mejor en la entrada de mi casa a las 5? - propuso Choro. - A lo mejor, te pilla más cerca.

- Eso es verdad, ¿pero no se molestarán tus hermanos? - pregunté preocupada.

- Tranquila, no pasará nada. - Me sonrió para mostrar su confianza. Cosa que no logró.

- Choromatsu-kun, tú lo que quieres es que tus hermanos se pongan celosos. ¿No es así? - insinué, mostrando seriedad en mis palabras. Provocando que él se pusiera nervioso.

- ¡No! ¡Qué va! - se negó en rotundo, desviando sus ojos.

- O sea, sí. - Choro reaccionó haciendo la pose del Shii, sin poder ocultarlo más.

- Está claro que no puedo ocultarte nada. - Dijo derrotado.

- A ver Choromatsu-kun. No me molesta ir contigo a un concierto de tu idol favorita, pero que se lo restriegues a tus hermanos. Pues como que no me parece bien, la verdad. Y estoy segura que ibas a decirles que ibas a tener una cita conmigo. - Dije seria con los ojos entrecerrados sin ocultar mi enojo.

- Entonces, ¿no quieres ir conmigo? - preguntó cabizbajo.

- Yo no he dicho eso. Simplemente, no fardes sobre esto. Así que no digas nada raro cuando llegue a tu casa. ¿Entendido?

Una gran sonrisa se formó en la comisura de los labios de Choro y sus ojos comenzaron a brillar, sin dejar de agitar la cabeza de felicidad. - Entendido.

Bueno, nos vemos a las 5 en tu casa. Bye bye. - Me despedí de Choromatsu.

- ¿Eh? Sí, nos vemos. - Se despidió Choro. - ¡Ah, espera! ¡Hana-chan! ¿Sabes cómo llegar a mi casa? - preguntó preocupado.

- Tranquilo. Aunque hayan pasado 10 años, sigo recordando el lugar donde siempre iba a jugar con vosotros, a pesar de los gamberros que erais.

- ¡Eh! ¿Cuándo he sido un gamberro? - se ofendió Choro.

- Te recuerdo cómo tratabais a Chibita.

- Vale, ahí no tengo ninguna excusa. Reconozco que fuimos un poco "malos" con Chibita. - Dijo avergonzado.

- ¿Solo malos? Te recuerdo la vez que os metisteis con él por algo tan absurdo como que Chibita ganase aquella partida de cartas.

- Hizo trampas.

- Fue Osomatsu quien hizo trampas.

- ¿Eh? ¿En serio? - preguntó incrédulo.

- Sí, Choromatsu-kun.

- Increíble. - Musitó enfadado. - Será imbécil. - Comenzó a caminar con pasos enfadados.

- ¿Qué vas a hacer? - pregunté a Choro.

- A cantarle las 40 al idiota de mi hermano. - Respondió por última vez Choromatsu, quien se dirigía directo hacia su casa. Lo siento Osomatsu, pero me temo que vas a tener un día de perros y yo no podré evitarlo.

- Espero que no me guarde rencor. - Reanudé mi marcha, dirección a mi casa, donde tendría que empezar a hacer el almuerzo.

Me encontraba concentrada en la cocina, estaba cociendo los espaguetis, mientras hacía la salsa con tomate, pimientos verdes y zanahoria. Habría sido más rápido si lo hubiese hecho al estilo napolitana que hacen en Japón, pero solo de pensar en echarle a los espaguetis kétchup, me horroriza.

Con la salsa hecha y la pasta cocinada, eché la pasta a la salsa y lo mezclé hasta haber extendido la salsa en los espaguetis por completo. Apagué el fuego de la cocina, retiré la sartén del fuego y eché el contenido en el plato. Luego, retiré la sartén y lo coloqué en el fregadero. Me llevé el plato a la mesa junto con los cubiertos, tuve que volver a la cocina a por un vaso con agua y empezar a comer en total tranquilidad. Un ambiente demasiado tranquilo para mi gusto, pero es lo que decidí. Vivir de manera independiente. Aunque, no me importaría comer acompañada de alguien.

Tras terminar de comer, me puse a la lavar los platos. No eran muchos, pero como estaba demasiado tranquilo. Saqué mi móvil y puse algo de música. Al ponerlo a modo aleatorio, no sabía cuál iba a escuchar hasta que sonó la melodía. Sorprendente, la canción que salió primero fue Prayer de RONDO, una de mis canciones favoritas. Era inevitable ponerme a cantar la canción. Si alguien me preguntase cuál es mi genero de música favorita, la gente se sorprendería al conocer que me gusta el rock, metal alternativo y música underground. Curiosamente, cuando se lo conté a Karamatsu-kun, pensé que me respondería con la típica respuesta de: ¡Oh vaya! Yo te imaginaba más al género clásico o pop; sin embargo, su respuesta fue: ¿En serio? ¿No sabía que tuvieras unos gustos tan guays, Hana-chan?

Aquella respuesta me sorprendió. Por primera vez en mi vida, sentí que alguien me comprendía y veía más allá de las apariencias externas. Pero, por temor de lo que digan los demás. Nos obligamos a ponernos una máscara, ocultando nuestra verdadera identidad y engañando a la sociedad, incluso a nosotros mismos, donde en un momento dado, nos olvidamos de quienes somos y perdemos nuestra verdadera identidad. Y lo peor de todo es que esta práctica es más común de lo que me imaginaba.

Después de terminar de lavar los platos y cambiarme por una ropa más casual, me lavé los dientes y me cepillé el pelo. Cogí mi bolso, me puse los zapatos y salí de mi apartamento, directa a la casa de los sextillizos.

No tuve ningún problema en ir a su casa, la ruta lo recordaba a la perfección. A pesar de haber cambiado un poco la ciudad. Cuando llegué a su casa, pude ver que Karamatsu y Jyushimatsu salían de su casa y se sorprendieron al verme.

- Hey! Hana-chan. ¿Tú por aquí? - preguntó Karamatsu-kun con tono cool.

- ¡Hola! Hana-chan. - Me saludó con su sonrisa risueña, Jyushimatsu-kun.

- Hola, chicos. - Les devolví el saludo.

- ¿Por qué estás aquí? ¡No me digas! ¡Qué has venido a jugar con nosotros! - Dijo completamente ilusionado.

- ¿Eh? No. Lo siento, Jyushimatsu-kun. - Me disculpé con él, pero eso no evitó que se desilusionase el pobre.

- Entonces, ¿por qué estás aquí my little princess? - preguntó Kara.

- La verdad es que he quedado con tu hermano Choromatsu-kun, para ir al concierto de Nyan-chan de esta tarde.

- ¿Eh? ¿Has quedado con my brother, Choromatsu? - preguntó sorprendido.

- Sí, pero como amigos. Nada más.

- ¿Ah? Ya veo. - Exclamó un poco incómodo. - Bueno. ¡Qué tengas a good day!

- Gracias. - En ese momento, Choromatsu salió de la casa cargando con una bolsa, donde traía los pen-lights para el concierto.

- ¡Hana-chan! Espero que no hayas estado mucho tiempo esperando. He traído todo lo necesario para el concierto y... - Choromatsu se giró al percatarse de la presencia de sus dos hermanos. - ¿Qué hacéis vosotros aquí? - preguntó nervioso.

- No te preocupes, brother. Hana-chan no lo ha explicado todo.

Choromatsu, suspiró de alivio. - Menos mal. ¿Bueno Hana-chan, nos marchamos ya? - preguntó ilusionado.

- Claro. Adiós chicos, nos vemos. - Me despedí de ellos y me fui con Choro al concierto.

- Por cierto, Hana-chan te queda muy bien la ropa que llevas. - Dijo avergonzado.

- ¿Qué va? Si voy muy normal. - Respondí colorada. Vestía unos shorts con unos leggins de color negro y llevaba puesto una camiseta con la huella de un gato. Además de una chaqueta estilo universitaria y unas converse.

- Pues te queda muy bien.

Por otro lado, Karamatsu y Jyushimatsu permanecieron en la entrada de su casa. Ambos observaban como Hana y Choromatsu se iban juntos. Entonces, Jyushimatsu le preguntó a su hermano:

- Karamatsu nii-san, ¿nos vamos ya a pescar? - Su hermano mayor no le contestó, debido a que se quedó embobado viendo a Hana-chan con un tenue rubor en sus mejillas. - ¿Karamatsu nii-san? - volvió a preguntar su hermano, quien sigue sin responder. Entonces, Jyushimatsu llamó a su hermano con todas sus fuerzas, quien esta vez lo escuchó. Aunque, al riesgo de quedarse sordo. - ¡¡¡KARAMATSU NII-SAAAAAN!!!

- ¡UAAAAH! ¡¿Qué ocurre, Jyushimatsu?! - preguntó medio aturdido.

- ¿Nos vamos a pescar o no? - preguntó molesto.

- ¿Eh? Ah, sí. Let's go!

Ambos se marcharon en dirección contraria de donde se marcharon su otro hermano y su vieja amiga.

- ¿Por cierto, Karamatsu nii-san? Ha sido bastante divertido ver cómo Choromatsu nii-san regañaba a Osomatsu nii-san.

- Sí y es raro ver a my brother Choromatsu estar tan enfadado. Nunca pensé que Osomatsu hiciese trampas en las cartas. Ahora me siento un poco culpable por lo que le hicimos a Chibita.

- Es verdad. ¿Por qué no le regalamos un pescado a Chibita de nuestra pesca? - preguntó emocionado.

- Jyushimatsu, no podemos quedarnos con los peces del estanque.

- ¿Ah? Entonces, ¿qué te parece si le regalamos un bate de baseball?

- ¿Para qué querría Chibita un bate de baseball?

- Es verdad. - Jyushimatsu continuó soltando ideas que iban de mal en peor, desesperando un poco su hermano mayor.

Finalmente, Choromatsu-kun y yo llegamos a la sala de concierto. Cuando entramos en el mostramos nuestras entradas y me entregó los pen-lights para animar a Nyan-chan.

- Por cierto, Hana-chan. Se me olvidó comentarte que antes de Nyan-chan, está la actuación de Totoko-chan. - Dijo avergonzado por haberme ocultado aquel dato importante, pues él sabe que mi relación con Totoko no es que sea realmente buena.

- ¡Vaya! Ahora tiene sentido por qué la entrada costaba 3000¥. - Respondí molesta y de brazos cruzados.

- ¡Lo siento! - Juntó sus manos y agachó la cabeza a modo de disculpas. Bufé al saber que tenía que ver la actuación de Totoko, pero qué se le va hacer.

- Lo hecho, hecho está y ya no hay vuelta atrás.

- ¿Entonces, vamos?

Asentí con la cabeza y nos adentramos a la sala junto con otras personas.

La primera parte del concierto, como Totoko de telonera no me agradó mucho su canción. Era demasiado arrogante o, lo que es lo mismo, una completa diva. Sin olvidar el traje que lleva, hasta yo lo habría diseñado mejor sin alejar el diseño de idol de pez. En cambio, Choromatsu-kun se veía muy emocionado con su actuación, aunque no todo el público le gustaba.

Tras finalizar su actuación, la aplaudimos, más por educación y respeto que por adoración. Entonces, cuando apareció Nyan-chan. El ambiente se cambió por completo. Es obvio que ella es mucho más popular que Totoko y su traje luce mejor que la de ella. Su actuación era brillante, mona y sabía cómo animar al público. Para ser sincera, me gustó, es más, incluso me animé junto con Choromatsu. Ambos la animamos con energía, incluso me parecía divertido y revitalizante al hacerlo. Reconozco que lo estaba disfrutando, a pesar de no ser mi género musical favorito y todo era por los sentimientos que Nyan-chan lograba conectar con su público. Este es, sin duda alguna, el poder de las idol.

Al finalizar el concierto, Choromatsu y yo nos salimos de la sala de concierto muy contentos.

- Nyan-chan ha estado fantástica. - Dije emocionada.

- ¡¿Verdad?! Sabía que te gustaría, Hana-chan. - Se veía muy feliz de que me gustase el concierto.

- Sí, sobre todo en el momento que Nyan-chan conectó con el público cuando cantó... - Canté el estribillo de su canción, sorprendiendo enormemente a Choromatsu y algunas personas que pasaban de lado.

- Hana-chan eso ha sido... ¡Asombroso! - su comentario me hizo sonrojar.

- ¡Qué va! Si mi voz es más bien normalita. - Respondí avergonzada.

- ¡Qué! Me tomas el pelo. Hana-chan, tienes una voz asombrosa.

- Solo lo dices para que no me sienta mal. - Me giré y me quedé a espaldas de él.

- ¡No! Lo digo en serio, de verdad. - Se volvió hacia mí serio.

- ¿Lo dices en serio?

Choromatsu iba a responderme, pero una chica con auriculares vino directa hacia a mí y con una mirada ilusionada, respondió:

- ¡Te encontré!

- ¿Disculpa? - pregunté extrañada, aunque Choromatsu también se veía sorprendido por la aparición de la chica.

- ¡Sé la idol de mis sueños!

- ¿Eh? ¡¿Qué?! - Exclamamos tanto yo como Choromatsu ante la petición de la misteriosa chica.

¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Esta chica me acaba de pedir que me convierta en una idol? 



Hola a todas,

Soy Jiyuukaze. Gracias por seguir este fanfic de Osomatsu-san.

Os dejo la canción completa de Prayer[S] del grupo de RONDO de la franquicia D4DJ, que saldrá pronto en la segunda temporada del anime, confirmada para este año; para que podáis disfrutarlo.

Nos vemos.

またあした。


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top