1 Deseo

"Pero la más joven era la más bella de todas. Su piel era tan suave y delicada como una perla, y sus ojos tan azules como el mar más profundo."

*

La cosa que Tristán más amaba en el mundo era mirar las estrellas, pero aunque sabía que estaba prohibido, el hijo del dios del mar y de la luna nunca desaprovechaba la oportunidad de salir a la superficie a mirarlas. ¿Qué secretos guardarían? ¿De qué forma guiaban a los marinos? ¿Qué tan profundo sería ese reino que se expandía infinito hacia arriba? Tal vez estaba loco por preguntarse aquello, y sabía que otros lo consideraban así, pero no podía evitarlo. Todo el oro y joyas de los naufragios juntos no se comparaban con ese brillo.

Sin embargo había otras luces que, aunque no brillaban tanto, lo atraían incluso más. En la línea del horizonte, dónde el cielo y el mar se encontraban, había una franja oscura con puntos de luz que lo llamaba. Y era precisamente el único lugar al que su aleta no podía llevarlo. Para él, la tierra era un misterio tan grande como los cielos, solo que más angustiante, pues estaba al mismo tiempo más cerca y más lejos.

¿Cuántos objetos había coleccionado en su cuarto? Piezas extrañas que no había creado la naturaleza, sino las manos humanas, razón por la cual los consideraba más bellas. Baratijas como espejos, vidrio y cosas de metal eran tesoros a sus ojos, y no podía esperar para obtener algún otro, razón por la cual salió a la superficie una vez más. No se daba cuenta de que él era mucho más hermoso y valioso que nada en su palacio bajo el mar. No podía saber que, al salir, estaba sellando su destino.

Una luz muy diferente a todas las que había visto irrumpió en el manto nocturno. ¡Pam! Estalló como un trueno, y luego corales de luz con cientos de colores se abrieron en el cielo. Tristán quedó completamente hechizado, un deseo como ningún otro inundando su pecho, y se acercó nadando al barco de dónde había salido aquello sin notar que, de hecho, un auténtico trueno se oía a la distancia. La tormenta se acercaba. 


***

Fufufu, y en efecto, se acerca *w* Nuestra sirenita ya se ha acercado a su destino, y al resto de nosotros solo nos queda desearle suerte. *Suspiro* ¿No sienten esto como algo muy familiar? Miembro de la comunidad o no, creo que todos hemos tenido esa sensación de ser un pez fuera del agua, de preguntarnos si no estamos locos por ver o sentir cosas que otros no. Bueno, tal vez sí estamos un poco loquitos 😜, pero he venido a comprobar que, frecuentemente, eso nos hace mejores personas. Somos hermosos, aun si ni siquiera nosotros mismos somos consientes de eso. ¿Será que Tristán lo descubrirá? Bueno, tendremos que esperar para saberlo, ¡hasta mañana, mis coquitos! ❤



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