The List

"Pasajeros con destino a París, favor de dirigirse a la puerta doce".

Jimin dio un respingo al escuchar su vuelo ser anunciado en los altavoces del aeropuerto y se levantó de su asiento en el área VIP con el miedo dominando todas sus facciones, pasó una mano temblorosa por su cabello en un movimiento descuidado y se obligó a sí mismo a aflojar un poco el apretado puño en el que envolvía su billete de avión.

Ésta era la primera vez en más de un año que pisaba un aeropuerto y ni decirse de viajar en avión después de aquél trágico día quince meses atrás. El mero pensamiento de ese recuerdo trajo sudor frío a su frente y trató de quitarlo con manos temblorosas.

- ¿Se encuentra usted bien?

Jimin trató de forzar una sonrisa hacia la voz que amablemente le preguntaba y se encontró con la expresión preocupada en el rostro de la mesera del área de descanso VIP. Jimin sabía que su sonrisa no había sido la más convincente al ver que el rostro de la mesera se veía visiblemente más preocupada por él, así que tomó una respiración profunda y le dijo la primera mentira que vino a su mente.

- Sí, estoy bien. Es solo que no me gusta volar.

"Bueno, técnicamente eso no es una mentira, así que está bien", pensó Jimin. La mesera asintió no muy convencida con la respuesta del castaño y con otra mirada preocupada se marchó a atender más pasajeros. Jimin suspiró aliviado al verla marchar y aún aterrado, tomó su pequeña maleta de mano y se encaminó a la puerta doce.

"Ojalá Yoongi estuviera aquí conmigo", pensó, sintiendo como las lágrimas picaban tras sus ojos y le dolía el pecho al punto de detenerse a recuperar la respiración que sintió perder por un momento.
Jimin tomó una respiración profunda y dándose unas ligeras palmadas en las mejillas decidió seguir caminando. Al acercarse a la puerta doce, entregó su pasaporte y su billete de avión a una chica del Staff de la aerolínea, quien después de un momento, le regresó sus documentos y le deseó un vuelo seguro.

"Un vuelo seguro, sí claro", pensó Jimin con amargura, el mejor que nadie sabía que no existía tal cosa como un vuelo seguro en este mundo, no después de que "un vuelo seguro" le arrebatara sin piedad al amor de su vida. Ante el pensamiento, sintió con más fuerza sus ojos arder con las lágrimas que no se atrevía a derramar en público y se apresuró llegar al avión al sentir que un traicionera lágrima se deslizaba por su mejilla y muchas más después de esa. Con la manga de su suéter, se limpió disimuladamente las lágrimas para evitar llamar la atención de las personas que caminaban a su alrededor, ajenas a su dolor.

Al llegar al avión, una azafata muy guapa le indicó su asiento y éste le agradeció su amabilidad con una sonrisa. Aún tenso e incómodo por estar en un avión otra vez, se sentó y se obligó mentalmente a relajarse.

"Es solo un vuelo, es solo un vuelo, es solo un vuelo, es solo un vuelo...", se dijo Jimin a sí mismo una y otra vez como un mantra para tranquilizar su mente y hasta cierto punto estaba funcionando, hasta que miró el asiento vació a su lado.

-Yoogi... - Dijo Jimin en un susurro cargado de dolor y pasó una mano por el asiento en una caricia triste.

Abriendo la maleta a sus pies, sacó un antifaz para dormir de su maleta y se lo puso para ocultar las lágrimas que no podía evitar derramar y sin querer, el recuerdo más doloroso de todos llegó a su mente una vez más.

~Flash back~

- Oye, Yoongi hyung, ¿cómo se te ocurrió hacer este viaje tan improvisado? - dijo Jimin con excitación, saltando más que caminando al lado de su novio por el aeropuerto.

Yoongi por su parte, no podía más que sonreír con ternura por la excitación tan evidente mostrada por su adorado novio y respondió sin más encogiendo los hombros.

- Tengo una lista.

- ¿Una lista? - repitió Jimin deteniendo sus saltos.

- Sí.

- ¿Una lista de qué? - preguntó Jimin, no conforme con la monosilábica respuesta de su novio.

Yoongi, avergonzado, apartó la vista de la confundida cara de Jimin y con un notorio sonrojo y en voz baja, le contestó al menor.

-Una lista de cosas para hacer contigo.

Lentamente y pareciéndose mucho al gato de Cheshire, una gran sonrisa apareció en el rostro de Jimin al escuchar la dulce respuesta del mayor.

- ¡Hyung, eres un romántico! - dijo todavía con esa sonrisa.

El pálido rostro de Yoongi pasó rápidamente del sonrojo a la molestia y éste le contestó de forma cortante.

- No, no lo soy.

- Sí, si lo eres - insistió Jimin, tomando un de sus pálidas manos de pianista entre las suyas - pero solo conmigo, porque me amas.

- Solo porque te amo - concedió el mayor.

Tomados solamente por los meñiques, siguieron caminando por el aeropuerto y rápidamente abordaron su vuelo a la Isla Jeju. Yoongi tomó su asiento junto a la ventana y Jimin ocupó el asiento a su lado después de subir sus bolsas a los compartimientos para equipaje. Al estar sentados en primera clase, nadie más se sentaría con ellos y nadie más los molestaría, por lo que provechándose de la situación, Jimin plantó un tierno beso en la mejilla de Yoongi y sonrió ante la cara sorprendida de éste.

- Por si no lo dije antes, gracias por esto.

- Sí, si lo hiciste y muy bien. Te recuerdo que anoche...

Jimin cubrió la boca de Yoongi a toda velocidad con las mejillas encendidas como faros por la vergüenza ante lo que se disponía a revelar el pervertido de su novio, y éste a su vez, solo pudo sonreír tras las pequeñas manos de Jimin, divertido con la reacción del menor. Le encantaba molestarlo de esa forma y más todavía cuando hacía ese puchero adorable con los labios cuando se enojaba. Yoongi, sin poder detenerse a sí mismo, le pellizcó una de las regordetas mejillas, movido por la ternura que le provocaba el menor.

Unos minutos después, el piloto comenzó a hablar, presentando a la triulación, comentando a que altitud volaríamos y demás. En cuanto el avión comenzó a moverse, Yoongi apretó con fuerza la mano de Jimin con todo el cuerpo rígido. Jimin, al sentir el fuerte apretón en su mano, miró a Yoongi con preocupación, sabía cuánto odiaba el mayor los despegues y aun así aquí estaban los dos. Después de estabilizarse en el aire y que el piloto indicara que podían moverse con libertad por la cabina, se escuchó una fuerte explosión y el avión se estremeció con fuerza, el indicador de usar el cinturón de seguridad se encendió otra vez y la voz del piloto se escuchó en los altavoces.

- Por favor mantengan la calma, asegúrense que abrochar sus cinturones de seguridad, tendremos un aterrizaje de emergencia.

El terror se instaló en el rostro de todos los pasajeros, principalmente en los de Yoongi y Jimin, quienes sujetaban sus manos con fuerza. De pronto el avión comenzó a dar giros de trecientos sesenta grados mientras se dirigía a toda velocidad al suelo. Yoongi y Jimin no pudieron más que sostenerse el uno al otro con los rostros bañados en lágrimas y el terror en cada línea de expresión. Por los giros, las maletas comenzaron a salirse de sus compartimientos y volaron por toda la cabina, golpeando a los pasajeros aquí y allá. Una maleta pequeña atinó a golpear con fuerza el hombro de Jimin y una bolsa de mano impactó contra el rostro de Yoongi, haciéndolo sangrar en la sien y los labios. Gritos de dolor y desesperación se escuchaban por todo el avión y en medio de ese caótico escenario, Yoongi tomó una vez más la mano de Jimin y vocalizó un "te amo" segundos antes de que el avión impactara contra el suelo.

Jimin despertó con el sonido de los helicópteros y los gritos de los paramédicos a su alrededor, sintió como alguien lo sacaba de su asiento y lo colocaba en una pequeña camilla. Desorientado, trató de llevarse una mano a la cabeza y soltó un grito adolorido al tratar de mover el brazo, después escuchó un amortiguado "no se mueva, por favor", de parte de las personas que lo trasladaban y abrió los ojos a pesar del dolor. Miró el caos a su alrededor. Paramédicos y rescatistas moviéndose a toda velocidad buscando más sobrevivientes entre los restos del avión y cubriendo con una manta a las personas que habían fallecido. "Yoongi" le dijo su mente de pronto y volteó a donde se suponía debía estar su asiento. Yoongi se encontraba con los ojos cerrados, el rostro y la ropa cubiertos en sangre y cientos de heridas por su rostro y brazos pálidos que en ese momento se veían de un color blanco grisáceo. Un paramédico le tomó el pulso por un momento y movió la cabeza en forma negativa antes de cubrirlo con una manta blanca.

- ¿Yoongi? - dijo en shock - ¿Por qué lo están cubriendo con esa manta blanca?

El paramédico frente a él no contestó, solo le dedicó una mirada compasiva mientras lo seguí trasladando al helicóptero más cercano.

- ¡¿Yoongi?! - gritó Jimin, removiéndose en la camilla sin importarle su propio dolor - ¡YOONGI! ¡POR FAVOR, YOONGI!

Jimin trató de escapar de los paramédicos que lo trasladaban para regresar con Yoongi, pero este fue inmovilizado automáticamente en la camilla.

- Tranquilícese, por favor - Escuchó Jimin antes de sentir un pinchazo en la pierna derecha para después ver como todo se volvía negro a su alrededor.

~Fin del flashback~

Jimin ahogó un sollozo con la mano y trató con todas sus fuerzas que nadie más lo escuchara llorar. Varios minutos pasaron antes de que pudiera controlar su llanto y pudiera quitar la mano de su boca, para entonces el avión ya tenía un rato de haber despegado.
Incómodo, Jimin se quitó la banda empapada en lágrimas del rostro y parpadeó un par de veces para enfocar todo a su alrededor. Con una sonrisa triste, sacó del bolsillo de su pantalón una hoja arrugada doblada por la mitad varias veces y la desdobló con mimo, casi reverentemente. Una lágrima solitaria bajó por su mejilla al recordar y reconocer la caligrafía masculina escrita en el papel.

- Yoongi... - susurró Jimin con tristeza mientras delineaba con las yemas de los dedos las letras escritas en el papel.


Jimin todavía recordaba cómo había encontrado esa lista. Dos meses después de la muerte de Yoongi, se había obligado a sí mismo a guardar la mayor parte de las cosas de su novio, no porque quisiera olvidarlo, eso jamás ocurriría, no había ni habría nadie más para él, nunca, sino porque tener todas sus cosas alrededor cuando él ya no estaba para usarlas le hacía tanto daño que no podía levantarse de la cama o comer en días. Jimin pensó que tal vez ese sentimiento se mitigaría si guardaba algunas de sus cosas. Mientras guardaba las libretas y libros de Yoongi, esa lista había caído de la nada, como si esperase ser encontrada por él.

Desde entonces, Jimin había estado esperando por esa fecha para cumplir lo último en la lista de Yoongi, aún si eso significaba subir a un avión otra vez. Jimin abrazó la lista contra su pecho y se quedó dormido en su cómodo asiento mientras una silenciosa lágrima bajaba por su rostro y aterrizaba sobre la lista.
Horas más tarde, una azafata se acercó para despertar al durmiente Jimin, pero se sorprendió de la tristeza que reflejaba su rostro aun estando dormido y con pesar, tocó su hombro para despertarlo.

- Disculpe... aterrizamos en media hora.

Jimin despertó de inmediato, asustado y desorientado hasta que sintió el papel entre sus dedos, miró a la azafata y le agradeció que lo despertara y esperó a que se marchara para después doblar la lista con cuidado y guardarla en su bolsillo.

Horas más tarde Jimin se encontró a sí mismo confundido en su habitación de hotel.

- ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que haga aquí, en la ciudad del amor, sin tí? - se preguntó a sí mismo con tristeza.

Meses atrás se había enterado que él ya tenía una reservación en el restaurante anotado en su lista, al parecer era tan exclusivo que tenía una lista de espera de meses.

- Seguramente ya tenías algo preparado... ojalá pudiésemos compartir esto juntos, Yoongi... - suurró antes de quedarse dormido.

A la mañana siguiente, Jimin recibió una de parte del gerente del restaurante "Pavillon Ledoyen", al parecer había un objeto que había enviado Yoongi un año y medio atrás y querían entregárselo. Un último regalo de parte de él.

Esa tarde, Jimin se arregló con esmero, como si realmente fuese a ver y tener una cita con Yoongi en el restaurante y de alguna forma así era, pues recibiría lo último que había dejado su novio para él. A las 6:30pm, su chofer ya estaba esperando por él en el living room del hotel, como era de esperarse, para llevarlo a uno de los restaurantes más lujosos que había visto en su vida. Al llegar, ya lo estaba esperando el gerente en la entrada y éste lo condujo a su mesa.

- ¿Qué fue lo que dejó Yoongi para mí? - preguntó Jimin sin rodeos mientras se acomodaba en su solitaria mesa para dos.

La expresión apenada que recibió de parte del gerente no le gustó. Éste no dijo otra palabra más, pero asintió dando a entender que le traería el objeto misterioso y se retiró. Minutos más tarde regresó con un sobre muy elegante y una pequeña cajita negra entre las manos. El gerente las colocó sobre la mesa frente a Jimin y con la expresión más triste que había visto hacer a alguien, el susodicho hizo una reverencia y se fue, dejando a Jimin solo.
Jimin observó la cajita negra recubierta en terciopelo sin atreverse a abrirla, sabiendo lo que encontraría ahí, así que se limitó a verla por tanto tiempo que no se dio cuenta cuando las lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas a su impecable traje amarillo. Con manos temblorosas, Jimin tomó el sobre entre sus dedos y sacó una elegante tarjeta de lino blanco con dos líneas escritas a mano por alguien que conocía muy bien o conoció, mejor dicho.

"Park Jimin,
¿Te casarías conmigo?"

- Sí - susurró Jimin con un susurro ahogado antes de regresar al hotel, solo.

FIN


~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

No sé ustedes, pero yo todavía estoy llorando después de escribir esto.
Me duele tanto el corazón que me prometí a mí misma nunca matar otro de mis personajes así.

Creo que necesito un abrazo.

-Srta. Kim

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top