Capítulo (7)

Kai

— Hola amorcito— era Franchesca, no podía creer que Cole estuviera con esa chica.

No juzgues un libro por su portada Kai, como no lo iba hacer, bien me decía mi abuela, palo torcido nunca se endereza, y Franchesca no era la excepción de esto.

— ¿Esa zorra está con él?— pregunto Abby.

— Parece que sí, — hable distraída hasta que note algo — Abby, no juzgamos, no es nuestro problema con quién esté él.

En la distancia se podía ver a Cole molesto, me acerque a quitarle a la niña de los brazos, — Peleen en otro lado,— mire a Cole y le aconseje lo dicho antes — Voy a llevar a los niños a casa de tus padres.

Antes de poder seguir mi camino está me detuvo— ¿Qué haces aquí? Pensé que te habías ido muy lejos.

— ¿Celos? Que gusto verte Franchesca, hasta luego, adiós. — corte la conversación sin pretender seguir hablando.

—¿Quienes son esos niños?

— Los hijos de tu querido novio.— Conrad tenía algo en contra de Franchesca, muchas veces me contó que buscaba la manera de hacerle la vida imposible.

Le lance una mirada de pocos amigos, solo seguí caminando pero en la distancia pude escuchar — Hablamos mañana, estoy muy ocupado, adiós.— Cole me siguió junto a Homer que tenía en brazos a Colen, alcanzo el ascensor antes de que cerrara.

— ¿Qué fue todo eso?— pregunto Homer

— No lo sé, deberías conseguir otro polvo, Cole — le recomendé, algo estaba mal con esa chica, algo de verdad andaba mal con ella.

— ¿Qué es eso, mami? — pregunto Colen en los brazos de Homer.

Mi cara estaba poniéndose roja, no sabía que decir, — Mami quiso decir un polvo de hadas, de esos que cumplen deseos y fantasías.— se me caía la cara de vergüenza, yo solo pude a sentir a pesar de saber el sentido en el que lo dijo Cole, Homer solo reía.

— Nunca creí verlos en esta situación, — le dedique una mirada fulminante que hizo que se callara, bajamos del ascensor y no subimos al auto.

— Yo manejo.

— No, mi auto, yo lo manejo.— fue mi última palabra antes de subir y llegar a la casa de ellos.

(...)

La casa de veía exactamente igual, supongo que así la mantienen, los niños se habían dormido, Cole y Homer los sacaron y cargaron en dirección a la puerta,  su madre salió y vinieron tantos recuerdos, subí las escaleras de la entrada, topandome con una Kelly mayor, haciendo cuentas tenía aproximadamente unos dieciséis años, sus ojos grises seguía allí, iguales a los de mi hija.

Ella tenía un semblante triste, así que me acerque— Hola.

— Hola.

— ¿Estás bien?

— No, mi novio corto conmigo.

Oh no, tenemos ya los problemas de las relaciones — ¿Sabes el motivo?

— Porque no me acosté con él y Rise si lo hizo. — dios era tan directa como su hermano.

No sabía que responder a eso,— Te puedo ayudar a darle celos, mañana te contaré mi plan.

Sus ojos de iluminaron — Gracias chica resbalón.

— oh, todavía lo recuerdas.

— Claro, la vecina que tenía a todos mis hermanos enamorados.

— Exageras Kelly.

— ¿Qué? Solo mírate Kai, estas incluso más guapa que antes, sé porque tenías encantados a mis hermanos, lastima que te fijaste en Cole.

— ¿Sí? — le seguí el juego ella sabía cosas que yo no.

— Mi hermano estaba enamorado de tí, yo notaba cuando estaba feliz y sabía que era por tí, pero es un idiota y no sabe relacionarse con nadie más que con él mismo.

— Kelly eres hermosa, mañana haremos que tú exnovio se arrepienta de haberte terminado.

Cambie de tema, pensé que me contaría las idioteces que hacían sus hermanos por mí, más no me esperaba eso, eso era algo de mi pasado y no quería traerlo de vuelta — Muchas gracias Kai, me alegra que hayas vuelto.

Le di un abrazo, tenis muchos recuerdos con ella, — ¿Ya conociste a Kamile?

— Estaban dormidos y no quise despertarlos, mañana los cuidare. — saber que mis niños eran tan queridos me traía mucha paz, porque sabía que a su alrededor había gente que daría la vida por ellos.

— Saludaré a tu madre, me gustó charlar contigo, mañana hablaremos con más calma.

— Sí, espero que Conan salga rápido del hospital para llevarlos a los tres a comer helado.

Parecía emocionada así que solo asentí y entre a la casa,— Hola Kai.

— Hola señora Daves.

— Te ves hermosa, — se levantó de sillón y me abrasó.— Me alegra mucho que estuvieras lista para volver y traer a los niños.

— Era momento de que Cole supiera todo.

— Se ve que está feliz, hacía mucho tiempo que no lo veía así, me alegra que sea por mis nietos.

— A mi también,

—Franchesca no hizo ningún escándalo ¿Verdad? — había cierto disgusto en su voz.

— No permití que lo hiciera, no podía dejar que discutieran frente a Kamile.
— inquiri sería.

— Esa muchachita nunca me ha gustado, tiene algo en su manera de ser que no termina de cuadrarme, Conrad no la tolera, cada vez que puede le hace la vida imposible.

— Si, eso lo noté.

— La pequeña se parece mucho a Cole, estoy segura de que eso provocará que su ego aumente, es igualita a él.

— Ni me lo recuerdes, no ha dicho nada al respecto pero sé que lo hará.

— ¿Cómo estás tú? Con todo este cambio, con Conan en la clínica, volverlo a ver.

— Me imaginé un escenario más sombrío, no pensé que estaría tranquila al estar aquí, Conan estará mejor después de la operación y saldrá muy pronto de ese lugar, me sentí normal, no tengo sentimientos del pasado, y así es mejor.

— Entiendo, ya que volviste, quisiera que mañana vengas a desayunar con nosotros, los desayunos de los domingos se volvieron significativos en esta casa, todos nos reunimos sin falta para desayunar en familia.

— Preferiría negarme, Margoth, no quisiera tener más contacto del que debería con él.

— Hazlo por mí, quiero estar un día con toda mi familia, hasta tu padre aceptó, incluso vendrá tu hermana.

— ¿Vendrá Abigail?

— Sí, aunque no lo creas siempre fue una chica encantadora, ella es tu familia, y tú eres parte de mi familia Kai.

Me agüite al escuchar esas palabras, este lugar tenía muchos recuerdos malos, más no opacaban lo bueno que había vivido aquí, solo la abracé, debía ir a un lugar primero antes de irme.

— Debo ir primero a un lugar, le puedes decir a Cole que me espere que ya vuelvo.

— Claro linda, ve con cuidado.

Nos despedimos y yo salí al lugar en el que viví durante un tiempo, aún mi padre no había llegado, supongo que aún estaba hablando con Abigail, entro a la casa con la llave que aún seguía guardando, todavía era un lugar frío, un recuerdo me invadió.

Es imposible no oler las delicias que preparas mamá.

— Nunca logro hacer algo sin que te des cuenta.— se rió y me mostró las galletas que estaba preparando.

Sin darme cuenta estaba en la cocina, subi las escaleras que llevaban a las habitaciones, aún no podía ser capaz de entrar a la de mi hermano, preferí entrar a la mía, todo seguía en los mismos lugares, todo seguía igual, salí a mi balcón y la nostalgia me pegó, las veces que me encontraba aquí con Cole, las veces que durabamos horas hablando de cualquier cosa.

Vi una pequeña luz proveniente del puente que dividía el bosque de este lugar, baje las escaleras rápido y llegué a ese lugar.

Podía ver el lago a mi alrededor, la vista era maravillosa, quite mis tacones que ya tenían mis pies muertos, me senté a la orilla y metí mis piernas, el agua estaba un poco fría pero el dolor de mis pies lo agradecían.

— ¿Disfrutando la vista?— estuve tan ensimismada que no note la presencia de Cole.

— Bastante.— hice una pausa mirando en la distancia un poco perdida — Creo que es hora de irnos, te mostraré algunas cosas de los niños.

— Está bien, vamos.

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