Capítulo 8
“Saborea el sabor, no espero que me dejes ir. Actuando rápido, tratando de no hablar… nunca te pediría que me perdones y nunca verás mi punto de vista, y yo siempre pensaré que tengo la razón pero siempre me arrepiento de la noche en la que dije que te odiaría por siempre.”
—CHVRCHES
THE LAWYER
La ley del más fuerte.
Las luces del local brillaban con fuerza chocando contra la piel nivea de Seokjin y aportando color a su momento de liberación, a su alrededor la gente bailaba sin un ritmo fijo en la pista mientras que la música ensordecía cada palabra de las personas que lo rodeaban. Podía notar como allí, perdido en medio de toda la muchedumbre desconocida, su corazón se relajaba un poco. No era nadie y nadie le importaba en ese preciso instante, quería pasar una buena noche y permitir que el estrés y confusión de sus muchos pensamientos negativos se extinguiese en el medio de la diversión fugaz.
Jin se inclinó levemente cuando su amigo se acercó a él esquivando a algunos chicos que se acumulaban cerca y alcanzó la copa que este le ofrecía sin atender por completo a sus palabras. Hacía mucho tiempo que no decía decirle que no a Hoseok para salir a divertirse sin él, y quizás ese era problema principal de su relación. Siempre habían sido amigos inseparables, así que ahora que la línea entre la amistad y el amor parecía difusa teniendo en cuenta que difícilmente se separaban para hasta el más mínimo detalle.
-¿No quieres que vayamos a sentarnos? - Tao alzó la voz tratando de captar su atención - Me estoy agobiando entre todas estas personas.
Jin negó.
-Ve a sentarte, iré en diez minutos - subió el volumen de su tono a medida que acercaba la boca al oído de Tao para a continuación gesticular con las manos indicando que se quedaría allí por un poco más de tiempo. Su amigo no se negó, asintiendo se dio la vuelta para encontrar algún sillón libre en el que poder descansar.
Hoseok era su mejor amigo, su novio y la persona que mejor lo conocía. Salían de fiesta juntos, bebían juntos, viajaban juntos, dormían casi siempre juntos y en un futuro incluso planeaban juntar sus caminos profesionales cuando el viejo Jung le cediese el control total de Hope’s Enterprise. Tener un momento a solas, incluso si estaba rodeado de una muchedumbre desconocida, era liberador. Su cuerpo se sentía completamente cosquilleante ante el deseo de vivir su juventud como el chico joven que en realidad era, sin preocupaciones acerca del trabajo o papeleo que revisar de manera apurada para entregarle a Hyuna al siguiente día. Por una vez desde hace mucho tiempo Jin estaba completamente dispuesto a deshinibirse durante el fin de semana sin pensar en lo que pasaría al día siguiente o si despertar tarde le impidiría adelantar algunas tareas pendientes.
Las luces cambiaron a rojo cuando la música tomó un tono más potente haciendo que las personas comenzaran a saltar de forma inmediata. Con su mojito de sandía todavía en la mano Jin sintió un golpe contra su espalda que lo hizo tambalearse a medida que la gente comenzaba a apretarse con los movimientos acelerados y la euforia completamente presente.
Antes de que pudiera estabilizarse del todo una fuerte mano sostuvo su brazo impidiendo que la bebida alcohólica se derramase sobre su cara camisa de seda negra. Ese era otro detalle que más adelante le gustaría modificar, su armario parecía haberse tornado monocolor en algún instante de su vida. Atrás habían quedado sus coloridas prendas, era joven sin embargo se mantenía constantemente tratando de mostrarle al mundo una faceta profesional y estudiosa que contrastara sus elecciones de vida. Porque sí, Kim Seokjin sabía que la fama de su familia le había permitido conseguir un trabajo estable de forma rápida , sin embargo eso ampliaba su necesidad por demostrar cosas que no debería tener que demostrar. Todavía debía mostrarle al mundo que aunque su familia lo había ayudado en cierta manera, él había conseguido la mayoría de las cosas por medio de su propio talento y su homosexualidad no era algo que debilitase aquello.
-¿Qué hace un chico como tú en un lugar como este? - la voz conocida bromeó antes de que una carcajada brotase de aquellos labios finos y rosados. Jin frunció por un instante el ceño, sin sus gafas y en medio de la oscuridad temporal que las luces intermitentes provocaban, le llevó un par de segundos reconocer a Kim Namjoon frente a sus ojos. Rápidamente se apresuró a apartarse del toque de este, la fuerte mano de Namjoon abandonó su brazo pero el cosquilleo desconocido se mantuvo por algunos segundos - Seoul es muy grande abogado, pero ha decidido venir a un local de temática gay muy poco exclusivo y con cierta fama. ¿Encerrado en el armario? Puedo echar una mano si necesita… un empujón.
Namjoon sonrió con cinismo, por supuesto, a los niños ricos les encantaba salir de su burbuja de exclusividad para visitar las zonas mundanas de vez en cuando y el Limbus era el tipo de local que muchos elegían para hacerlo. Ellos siempre creían que podían ser los dueños de todo, si el abogado quería una aventura de una noche sin que la sociedad coreana se escandalizase solo tendría que poner unos billetes en la mano de un muchacho lo suficientemente desesperado como para aceptar ser discreto. Nam había aceptado alguna de esas ofertas en el pasado, hombres demasiado cerrados en el apellido y estatus de su familia como para admitir abiertamente lo que eran y disfrutar de lo que de verdad querían. Joderlos era fácil, podría haberse sentido como un maldito gigolo si no fuese por el pequeño detalle de que todos y cada uno de estos parecían lo suficientemente desesperados como para rogar por una buena polla en su culo con tal de sentir a alguien atractivo cerca.
Su abogado en cambio no parecía el tipo de clientela que generalmente recurría al Limbus para obtener sexo con discrección asegurada, ese hombre probablemente podría chasquear los dedos y tener a cualquiera que se encontrase a su alrededor sin la absurda necesidad de demostrar su riqueza. Kim Seokjin podría tener un rastro de hielo pero era un bonito y jodidamente bien perfilado rostro, con su mandíbula marcada, sus ojos brillantes y la forma en la que sus gruesos labios llamaban la atención cada vez que abría la boca… A Namjoon no pudo sorprenderle más encontrarselo allí. Comenzaba a preguntarse si tan siquiera este sabía para qué la gente de su clase acudía al Limbus.
-No estoy trabajando por lo que no tengo que fingir que me importa lo que opinas. Mi vida privada no es un asunto sobre el que deba darte detalles, piérdete imbécil - Jin trató de ignorar la presencia del chico pero aunque Namjoon obedeció a su orden manteniendo cierta distancia, los ojos de este todavía parecían clavarse en todo su cuerpo.
Y no estaba del todo equivocado, Namjoon estaba observando el modo en el que la seda de aquella camisa negra brillaba con las luces y acariciaba el cuerpo del abogado con cada sencillo movimiento de este.
Lo cierto es que aquello asustaba un poco al abogado. Jin nunca se había ocultado ante al mundo y a pesar de las reacciones de muchos de los amigos de sus padres, quienes les habían aconsejado llevarlo a una clínica de terapia para homosexuales, sabía que su familia lo apoyaba por lo que no tenía ningún motivo para sentirse atrapado… Aún así a veces ocurría, en ese instante su mente estaba de nuevo cayendo en picado mientras que el terror de pensar en que aquello pudiese afectar a su trabajo si Hyuna se enteraba era mayor que su orgullo.
-Ven, hablemos - con pasos decididos Jin atrapó la muñeca de Namjoon y tiró de este hacia la mesa en la que Tao estaba sentado. Los ojos de su amigo lo miraron con sorpresa - Es un cliente del bufete - aclaró rápidamente - Odio tener que pedirte esto Tao pero necesito que me des cinco minutos a solas, volveré pronto.
Su amigo asintió dejando escapar un suspiro. Por supuesto que Jin comprendía que le pudiese molestar aquello, había prometido tener una noche de amigos después de tanto tiempo compartiendo tan solo comidas y días de cine apurados. Tao no era precisamente una persona poco ocupada, este había escogido seguir los pasos de su padre y aprender sobre la empresa de su familia así la mayoría del tiempo se encontraba encerrado en un despacho, su amigo ni siquiera había salido del armario ante sus padres todavía y difícilmente lo admitía cerca de otras personas que fuesen él o Hoseok, por lo que el simple hecho de que conociera un local de temática gay en Seoul había sido una sorpresa en sí misma para Seokjin.
-Ve, encontraré a algún chico con el que divertirme.
Jin frunció el ceño confundido, sin embargo asintió ante las palabras de su amigo antes de volver a tirar de Namjoon. Esta vez con el objetivo de salir de aquel lugar, necesitaba un sitio en el que poder hablar con normalidad sin que su voz terminase afectada.
El aire frío del exterior se coló bajo la camisa de Jin y un suspiro de tranquilidad se escabulló de sus labios, el frescor del clima estaba ayudandole a despejar su mente un poco.
-Quiero que entiendas una cosa Namjoon, soy homosexual y no me importa admitirlo ya que mi familia lo sabe, las personas que importan lo entienden por lo que no estoy encerrado en ningún armario. Sin embargo conoces nuestra sociedad, por supuesto que en el bufete hay rumores pero no he abierto la boca para confirmar o desmentir nada, creo que me merezco demostrar lo que valgo o no valgo de forma completamente aislada a mis elecciones sexuales. Voy a pedirte de buena forma que por favor no comentes esto con nadie cuando acudas al bufete, no quisiera que eso afectase en el modo en que mi jefa me ve. - Jin suspiró angustiado y se revolvió el cabello molesto - Tengo una pareja increible, quiero un futuro decente a su lado y para eso necesito mantener mi trabajo limpio de habladurías.
Namjoon alzó una ceja con curiosidad mientras hundía las manos en los bolsillos. Su estética era completamente diferente a la del abogado y este último lo percibió al instante, el cabello rosado del chico estaba algo revuelto y vestía de forma completamente despreocupada con la camiseta de algún grupo, unos pantalones vaqueros ajustados y simples botines. Eran como el agua y el aceite, incluso si estos podían convivir cerca nunca se juntaban del todo.
-¿Entonces por qué has elegido el Limbus? - Namjoon apoyó su espalda en la pared mientras sacaba un chupa chups / lollipop de su bolsillo y se deshacía del envoltorio - Tienes una pareja estable y admites tu sexualidad, no eres el tipo de hombre que acudiría a este local. Solo los desesperados vienen aquí.
Sus miradas se cruzaron y Namjoon pudo comprobar la confusión que emanaba desde la mirada brillante del abogado.
-Oh, no me digas que no sabes cual es el objetivo del Limbus para la gente como tú… - Namjoon abrió los ojos exasperado - No es posible que mi abogado sea tan imprudente.
-No sé de qué hablas, explicate - Jin dió un paso hacia delante acercándose a Namjoon. ¿A dónde lo había llevado Tao?
-El Limbus es el sitio dónde los niños ricos compran sexo - Namjoon notó el pánico en la reacción de Jin - No es como un prostíbulo, aquí todos deciden por sí mismos. Los que son como tú y no se atreven a admitirlo abiertamente vienen a buscando hombres que sepan mantener su boca cerrada por un buen precio después de follar.
-¿Los que son de mi tipo? - preguntó el abogado con una mueca de desagrado estableciéndose sobre sus carnosos labios.
-Niños ricos que creen que pueden comprar absolutamente todo con sus bonitas tarjetas black.
Jin suspiró, él no era el mejor amigo de las familias con privilegios. Sabía que a veces en Corea valía mucho más que todo lo demás, incluso superaba a la justicia en gran cantidad de ocasiones, pero ser agrupado de esa forma por Namjoon lo enfadaba.
-¿Y qué pasa con los de tu tipo? ¿Estáis dispuestos a follar con cualquier por un fajo de dinero? - Jin se acercó colocando una mano en la pared a la derecha de la cabeza de Namjoon - ¿O a dejar que os follen? ¿Es eso a lo que has venido tú?- Seokjin bajo su boca hasta el oído de Namjoon - ¿Necesitas la polla de algún niño rico?
Namjoon reaccionó de mala forma, frunciendo su ceño y empujando lejos a su abogado quien se tambaleó por un instante antes de dejar escapar una carcajada helada. Su rostro regresando a esa fría forma que lo hacía parecer de porcelana.
-Ni siquiera entiendes la situación por la que muchos de esos chicos pasan y por la que yo mismo he pasado, no tienes derecho a juzgar absolutamente nada.
-¿Y tú sí? - Jin sonrió de nuevo - Nos pones a todos bajo la misma definición sin molestarte en escuchar versiones. Puedo hacer lo mismo entonces, es una regla de tres sencilla.
-Conozco más acerca de niños ricos de lo que tú conoces acerca de la gente como yo, tengo muchos más motivos para juzgar en general que…
-Como en la justicia, uno debe conocer los detalles individuales de cada caso antes de aventurarse a juzgar Namjoon. - pero Jin no era distinto, él también juzgaba de forma precipitada habitualmente - Es un defecto que forma parte del ser humano.
Namjoon apartó la mirada llevandose el dulce a la boca.
-El ser humano es tan solo defectos.
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Hiiiiii!!!!
Ayer debido a que tenía dolor de espalda no pude acabar y subir el capítulo pero aquí está!! Espero de veras que os haya gustado y como veis las cosas entre Nam y Jin empiezan a ser un poco más interesantes al fin.
Un beso, Mel 😘
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