Capítulo 7
“Soy joven e insensato, he tomado malas decisiones. No presto atención a las noticias, le doy la espalda a la religión. No tengo ningún diploma académico, en cierto modo soy ingenuo. He conseguido llegar hasta aquí por mí mismo, pero últimamente, esta m**rda no me ha estado estimulando. Levanto mi cabeza y el mundo está en llamas, hay terror en mi corazón y miedo en mis huesos, y yo no sé qué decir.”
—Sam Smith
THE LAWYER
La ley del más fuerte.
Kim Seokjin observó con ojos decididos el edificio que ya conocía, por supuesto que el viejo Jung seguiría diciendo que le pertenecía y era un bien privado a pesar del obvio factor de que estaba prácticamente abandonado. La estructura era antigua pero todavía se mantenía en pie gracias al fuerte hormigón que la conformaba a pesar de las obvias señales de dejación. El ambiente que los rodeaba se podría definir como el adecuado para una película de terror, los lugares en los que años atrás trabajaban gran cantidad de personas habían quedado completamente vacíos dejando paso a largos espacios repletos de goteras y grietas.
-¿Entiendes ahora el motivo por el que creí que a nadie le importaría un grafiti aquí? - la voz de Namjoon penetró con fuerza los oídos del abogado quién se había pasado la noche en vela discutiendo con sus propios pensamientos.
Tras llevarse una mano a las sienes, Seokjin asintió. La lluvia y el viento estaban logrando que todo su cuerpo se congelase a pesar de su frondoso abrigo beige. Ya no había cristales en las amplias ventanas, probablemente porque algún gracioso se había encargado de apedrearlos y en el suelo podían observarse pedazos de metal y latas de refresco oxidadas.
-Que parezca abandonado o que incluso lo esté de algún modo, no significa que no tenga dueño Namjoon - dijo alzando la mirada hacía el muchacho que caminaba a su izquierda con las manos despreocupadamente escondidas en sus vaqueros rotos - ¿Dónde está la pintada?
Namjoon apuró los pasos indicandole a su abogado el lugar en el que había realizado el mural, incluso si los empleados de Jung habían tratado de borrarlo todavía quedaban rastros de la gran cantidad de colores que había usado para su enorme arcoiris de derechos lgtbi. Nam no se consideraba una persona reivindicante la mayor parte del tiempo porque siempre acababa agotado cuando se trataba de discusiones acerca de la mentalidad antigua de la gente, sin embargo le gustaba crear en función de lo que sentía. Lo cierto es que a su propio juicio la sociedad coreana era lo suficientemente asquerosa en ciertos aspectos, como para que las ganas de exponer que las personas como él existían y eran completamente normales aparecieran de vez en cuando.
-Esto es todo - dijo cruzándose de brazos, en cierto modo le molestaba ver su dibujo arruinado - Realmente me había quedado bien…
Jin observó al chico, el ceño de este se había fruncido mientras pasaba las manos sobre la superficie de la pared en la que probablemente antes había estado situado su dibujo lleno de color. El abogado suspiró levemente tratando de captar las imágenes incompletas que permanecían debido a la mala limpieza de la pintura.
¿Eso era todo? El chico ante sus ojos probablemente estropearía su futuro por un simple arcoiris si él no supiese de qué pie cojeaba el viejo Jung. Jin no era capaz de comprender cosas como esa y quizás por ese motivo Namjoon no podía dejar de resultarle curioso, el muchacho parecía más preocupado por mantener sus valores de vida que por salvarse a sí mismo.
-No se puede decir que Jung haya dedicado demasiado tiempo a limpiar el dibujo - Jin volvió observar su alrededor - Con suerte este edificio no le importará demasiado… pero sigue siendo el CEO de Hope´s Enterprise y es demasiado orgulloso para nuestro propio bien. Incluso si este edificio no le importa argumentará algo para salirse con la suya.
-¿Puedo preguntar porque el CEO de una compañía importante pondría su atención sobre mí? Apuesto a que tiene mejores cosas que hacer que preocuparse de que un chico cualquiera como yo haga un…
Seokjin se había preguntado lo mismo inicialmente pero la respuesta había llegado sola tras pensar lo suficiente como para recordar el pasado de Hoseok, el viejo había jugueteado con la vida de sus nietos solo para salirse con la suya. Jung era un hombre obstinado y orgulloso, el cual difícilmente admitía errores o permitía cambios exagerados en su modo de trabajo.
-Desobedeciste a sus avisos, Jung es un hombre orgulloso como he dicho. No le gusta que las personas tomen decisiones que vayan en contra de sus propios deseos, probablemente pisoteaste su sensación de ser intocable cuando descubrió que no era tu primera vez manchando sus paredes con lo que quiera que fuese eso - Jin señaló los restos de su grafiti.
Namjoon suspiró molesto ante la forma en la que su abogado se refería al mural, le había llevado horas terminarlo y por supuesto había invertido hasta el último centavo ahorrado en una pintura lo suficientemente buena como para que soportara la incesante lluvia del invierno.
-¿Podrías dejar de hacer eso?
Seokjin parecía confuso cuando se giró hacia él con el teléfono en la mano.
-¿El qué? - contestó sin importancia.
-Probablemente en tu fría cabeza el arte no tenga ninguna importancia pero para mí es lo que me ayuda a definir mis sentimientos y liberar estrés.
-Entonces libera tu estres en un lienzo o tu propia casa, estás metido en un problema precisamente por garabatear lo que quiera que fuese esto sobre una pared de un edificio privado… ¿Y para qué? ¿Un arcoiris? - Jin negó para sí mismo antes de tomar algunas fotos del lugar, era cierto que no había vigilancia más allá de unas cinco o seis cámaras levemente escondidas, aún así aquello seguía siendo vigilancia. Más allá de si el lugar estaba en mal estado de por sí o no, Jung tendría un punto a su favor.
-Realmente eres un idiota - Namjoon protestó con una sonrisa cínica, si solo fuera un arcoiris no se hubiese molestado en dedicarle horas. Aunque por supuesto aquello era lo único que quedaba de su mural, si bien no le habían dedicado esfuerzo a borrar gran parte de las cosas que lo conformaban, se habían encargado de acabar con cada zona del mural que enseñaba besos entre personas del mismo sexo - ¿Crees que gastaría mi tiempo en hacer un simple arcoiris? Es una defensa a lo que soy, a quién soy.
Y un acto de rebeldía hacia su propio padre incluso cuando este no lo había llegado a ver. Namjoon preparó todo aquello para que este pudiese comprender lo muy feliz que se encontraba admitiendo en voz alta su sexualidad, sin embargo todo se fue a pique después de realizar el mural.
Kim Seokjin se encogió de hombros, él no entendía sobre arte, no más allá de la música y el cine al menos. Si se trataba de pintura probablemente podría ser llamado un completo ignorante. Hoseok y Taehyung habían tratado de llevarlo a algunas exposiciones, sin embargo él no veía el talento en cuadros vacíos a excepción de algunas líneas aleatorias o varias formas geométricas. Claro que su mente no cuadraba bien con los conceptos abstractos en ningún ámbito, como las pinturas Namjoon tenía ese estilo abstracto y complicado de interpretar que lo irritaba de forma irremediable.
-Es lo que puedo ver al menos.
Jin esquivó los ojos arbitrarios del chico y siguió moviéndose alrededor del lugar, recordaba aquel edificio cuando la fábrica funcionaba a plena potencia. Era extraño ver todo ese espacio vacío, sin personal ni máquinas escandalosamente grandes, así como era triste saber que lo habían dejado prácticamente abandonado. Ya no quedaba ni un mínimo rastro del despacho en el que se besó con Hoseok por primera vez cuando solo tenían diecisiete años y el amor era más rebelde que rutinario.
-A veces es necesario mirar más allá de lo obvio, no creo que tu actitud sea la mejor. Mente fría, ojos fríos y persona fría. Pareces cruel.
-No me conoces, te lo dije una vez y te lo repito ahora, estoy haciendo mi trabajo, única y exclusivamente. ¿Crees que mi actitud no es la mejor? Tú estás arriesgando tu futuro por un dibujo y hace una semana eso ni siquiera parecía importarte. Si no te gusta lo que hago puedes pedir un cambio de abogado.
Quizás no, tal vez aquel día a Namjoon no le importaba nada después de ver sus propios paraísos artificiales durante la noche y regresar a la fría y dolorosa realidad en la mañana. A veces sentía que quería rendirse, dejarlo todo en manos de la mala suerte que envolvía su vida… sin embargo, todavía tenía a su hermana, no quería decepcionar a Soyeon. Ella no se merecía tener que ver a su hermano encerrado en una cárcel, ¿qué tipo de mensaje sería ese? Nam había dedicado gran parte de su vida a educarla en la concienciación de que todo ser humano debe defenderse a sí mismo, rendirse sería admitir que otros pueden aplastarte sin importar nada.
-Eres mi abogado, no tengo problema con tu forma de trabajar con respecto a lo que concierne a la ley pero tengo una gran dificultad en lo que a se refiere a ti siendo irrespetuoso. Sé que como todo el chico rico que eres estás acostumbrado a pensar que tu opinión es la única que cuenta, sin embargo no voy a permitir que me ataques. Es mi mural, o al menos lo era, fue mi trabajo y mi esfuerzo. Tengo suficiente con un viejo loco que cree que será divertido encerrarme en la cárcel por ello.
Jin se detuvo por un momento, no debería importarle lo que un delincuente con tendencia a estropear su propio futuro opinase… pero lo hacía. En algún momento de su vida antes de perderse en el mundo de la responsabilidad, había elegido ser abogado porque estaba cansado de ver injusticias. Lo había hecho porque nunca se sintió atraído hacia los privilegios sociales que la situación de su familia le aportaba y lo había hecho porque quería ser útil para aquellas personas que realmente necesitaban ayuda. ¿Entonces por qué seguía olvidándosele aquello?
Allí de pie, mientras miraba a los ojos brillantes de Namjoon, veía a un chico dispuesto a luchar por sus propias ideologías y futuro después de todo.
-Bien Namjoon, tu mural. No puedo ver lo que era, todo lo que hay ante mis ojos es un arcoiris borrado a medias, así que tendrás que hablarme de tu arte si quieres que lo entienda, puede que me haya adelantado de forma precipitada y quizás haya usado las palabras incorrectas - Jin suspiró, en cierta forma odiaba tener que admitir que se encontraba a la defensiva más de lo normal últimamente - Tal vez eso incluso pueda ayudar en el juicio si llega a celebrarse. ¿Has pensado en estudiar arte? Podríamos decir eso.
El muchacho ante sus ojos parecía sorprendido. Seokjin se obligó a evitar una vez más aquella sonrisa inadecuada que tantas veces amenazaba con brotar de sus labios, solo había aceptado una lección de su padre en toda su vida; los negocios y los sentimientos son dos cosas que deben separarse o de lo contrario todo acabará explotando en forma de desastre.
-¿Ocurre algo?
Jin levantó la mirada de los documentos y estiró levemente su espalda cuando notó la presencia de Hoseok, este llevaba un traje negro mientras sostenía algunas bolsas de comida para llevar en la mano. Por supuesto, su restaurante favorito de pasta italiana.
Su pareja lucía especialmente bien con esa camisa blanca desabotonada hasta la mitad de su pecho mientras la cadena brillante con el escudo de los Jung decoraba atrayentemente sus clavículas. Hoseok era el hombre más atractivo con el que Jin había tenido el placer de cruzarse, lo supo la primera vez que lo vio y mientras fueron amigos. Durante su adolescencia llegó a creer que se volvería loco ante sus insanas ganas de acariciar con las yemas de sus dedos esa bonita piel acaramelada.
-Solo estaba dándole vueltas a algunas cosas - Seokjin dejó a un lado todo el papeleo para aceptar a Hoseok entre sus brazos cuando este se sentó sobre sus piernas.
Hoseok asintió inspeccionandolo sin disimulo. Si comparaba el presente con su pasado todo era aburrido. Era aburrido estar atrapado en un círculo cerrado que no dejaba de repetirse.
¿Por qué era tan aburrido saber que esa noche una vez más la rutina aparecería en forma de cena, sexo y una noche llena de pensamientos que lo mantendrían despierto por completo hasta que su cabeza comenzase a doler? Y era cruel, era demasiado cruel mirar al hombre que había amado durante años y pensar que quizás su amor no era lo suficientemente fuerte como para que las cosas pudieran mejorar.
¿De veras Hoseok no lo notaba? Esa sensación de repetición constante y sin emociones de la que estaban repletos sus días.
-Mentiroso.
Jin sintió su corazón latir con fuerza, por un instante sus pulmones parecieron llenarse de pánico obligándolo a toser fuertemente. Hoseok solo sonrió levemente y acarició sus mejillas con esas manos expertas que siempre conocían qué zonas tocar para ayudarle a revivir en los malos momentos.
-Tu mente está perdida en alguna otra cosa Seok - ambos se observaron - Sabes que puedes hablar conmigo si lo necesitas. He encargado algunos de tus platos favoritos, he traído un vino Petrus que encontré en la bodega de mi abuelo. Si se entera seré heredero muerto. ¿Por qué no te duchas y charlamos un poco mientras cenamos?
Jin fingió una sonrisa.
“¿Y hacer lo mismo de siempre? Después de la cena vendrá el sexo y finalmente un nuevo día igual al anterior. ”
-Claro, suena bien cariño. No tardaré demasiado en la ducha. Oh… ¿conoces alguna galería de arte que se especialice en grafitis?
Hoseok frunció el ceño claramente confundido pero finalmente asintió.
-Hay algunos artistas que suelen exponer en Seoul sus grafitis. ¿Por qué?
Jin se encogió de hombros.
-Quizás debería ampliar mis horizontes un poco.
Hoseok sonrió haciendo doler el corazón del abogado. Era horrible pensar que podría llegar a lastimarlo de algún modo, porque de todas las personas que había conocido él, y solo él, siempre había sido el único que podía entenderlo sin necesidad de preguntar nada. No podía lastimarlo y mucho menos dejarlo, no a él, no a Hoseok.
Así que como cada noche Jin dedicó diez minutos exactos a una rápida ducha, se puso su aburrido pijama de seda gris y caminó hacía la cocina de su casa donde cenó con su pareja y fingió sonrisas felices en medio de una charla artificial creada exclusivamente para hacer feliz al chico ante sus ojos. Acaricio cada parte de su cuerpo después, sus labios encontraron su piel, con un amor real y puro lo lleno de cariño cargado de lamentos silenciosos y se dejó hacer del mismo modo mientras los gemidos vacíos se escapaban de sus labios.
Y en el instante en que Hoseok se durmió, todavía sosteniendo su mano, Jin abrió los ojos cargados de cristalina agua salada y dejó fluir las lágrimas que habían estado apretando su garganta durante todo el día. A escondidas y en silencio se obligó a seguir adelante, a seguir amando a quién quería incluso cuando todo su cuerpo se sentía frío a su lado.
Y una noche más aquel muchacho se coló en sus pensamientos cuando aquellas palabras surgieron como un recuerdo.
“Mente fría, ojos fríos, persona fría. Pareces cruel.”
Lo era.
Era cruel porque estaba llegando a plantearse dejar a Hoseok, incluso cuando este era todo lo que lo había mantenido vivo durante años.
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Holiiiii!!!!
Nuevo capítulo de The Lawyer listo. Espero que os esté gustando, la verdad es que a partir de ahora las cosas empezarán a cambiar levemente en la vida de Nam y Jin así que ojalá os vaya agradando la evolución.
Un beso, Mel 😘
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