Capítulo 61

" Está bien parar. No hay la necesidad de correr sin saber la razón. Está bien no tener sueños, si tuviste momentos en los que fuiste feliz por un momento. Está bien parar, ahora no correrás sin saber tu destino. Está bien no tener sueños, el que respires ya es estar en un paraíso."

-Paradise (BTS)





THE LAWYER



La ley del más fuerte.

Había pasado un tiempo desde la última vez en la que Kim Seokjin se encontró solo entre las paredes de su casa, y aunque ciertamente Seung continuaba amenizando sus días, de vez en cuando la sensación de silencio lo hacía estremecerse. De una u otra manera estaba acostumbrado a compartir su vida con alguién más, le gustaba poder conversar sobre cosas triviales o simplemente recostarse en el sofá para cenar con una persona a su lado.

Tal vez por eso había comenzado a salir a pasear con más frecuencia, su pequeño sobrino parecía admirar con ojos brillantes cada uno de los paisajes nuevos que visitaban en cada una de esas ocasiones en las que el abogado mataba las horas libres decidiendo ir a algún prado repleto de colores. Era inevitable, Namjoon influyó sin tan siquiera pretenderlo en esa nueva necesidad suya por salir a la calle cuando el día era lo suficientemente bueno. Su pareja había mostrado paulatinamente más y más interés sobre las largas caminatas mientras se encontraba en proceso de terapia, ahora aquello era una rutina para el abogado incluso cuando su novio se encontraba a muchos kilómetros de distancia. Estaba dispuesto a mantener todo aquello que lo hacía feliz, incluso si no era lo mismo ahora que cuando sus manos estaban unidas a las de la persona que le gustaba.

Todavía disfrutaba del hecho de poder desconectar mientras su mirada se movía a través de los paisajes llenos del color que aportaba la naturaleza. Y por supuesto la brisa de la primavera bajo la sombra de un árbol era bastante más agradable que las horas muertas sobre su sofá mientras pensaba en algún caso en concreto. Allí, lograba desconectar de todo aquello que generalmente aportaba estrés a sus días.

-¿Realmente disfrutas de esto? - Hoseok limpió el sudor de su frente mientras apuraba sus pasos detrás del abogado junto a su hermano pequeño. En todos los años que había pasado al lado de Kim Seokjin, este jamás había mostrado el más mínimo interés por cosas tan mundanas como recorrer parques o montañas con ropa deportiva y la mochila repleta de comida preparada en casa para un picnic a la sombra de algún árbol. - ¿Senderismo? Nunca en tu maldita vida te ha gustado sudar y recibir picaduras de mosquitos, puedo jurar que me pasé una semana entera tratando de convencerte para recorrer el parque Daemosan cuando teníamos dieciocho años y tu respuesta fue negativa en cada una de las ocasiones por mil motivos diferentes. ¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?

Jin se encontraba de cuclillas, capturando con la cámara de su teléfono la imagen de Seung sentado sobre una pequeña manta. El pequeño llevaba una bonita gorra a juego con su peto vaquero, estaba cubierto de crema solar por todos lados y, aunque eso parecía molestarle un poco, no se quejaba mientras jugueteaba con algunas de las flores que había recogido en el recorrido. En su pequeña mano podía distinguirse la fluorescente pulsera anti mosquitos de color naranja bombona que Namjoon le había comprado un par de días antes de irse a Nueva Zelanda y de la cual el pequeño no parecía querer desprenderse.

Seung había notado la falta de esa persona que Seokjin había comenzado a querer y admirar, del mismo modo en el que lo abogado lo hacía. Ya no había flores con tanta frecuencia en su casa y las plantas que el chico había comenzado a plantar en la terraza de su casa parecían tener menos brillo ahora que Jin se encargaba de regarlas y podarlas. La casa era más silenciosa sin su música, los días menos entretenidos sin sus torpezas.

Kim Namjoon era mucho más de lo que cualquier abogado podría pensar leyendo su historial, era alguien listo y repleto de curiosidad a pesar de haber dejado sus estudios a medias. También se trataba de una persona amable, de buen corazón, con una enorme conciencia sobre lo justo y sobretodo alguien capacitado para gran cantidad de cosas y con una mente lo suficientemente abierta como para lograr que él dejase su armario tras gran cantidad de años tratando de mantenerse en la sombra como un homosexual al que no le gustaba demasiado mostrarse en público con una pareja.

No podía fingir ser alguien que no era, Namjoon le había ayudado a comprender aquello. Así que no importaba cuántas veces su pareja mostrase que no parecía merecer su ayuda con comentarios inseguros, porque en realidad Seokjin también había recibido una enorme cantidad de ésta por parte de él.

Ahora su manera de ser se había tornado menos desconfiada, disfrutaba mucho más de cada uno de sus días sabiendo que no hacía las cosas pensando en otros. Ahora tan solo pensaba en aquello que lo haría feliz.

-Ni siquiera pareces tú mismo. - Hoseok se dejó caer sobre el camino de madera que atravesaba el parque y llevó la botella de agua hasta sus labios, el mes de abril estaba finalizando pero la temperatura era especialmente alta durante la primavera ese año. - Mírate, llevas una mochilita para meter a Seung dentro mientras caminas. El chico que yo conozco siempre ha preferido pasar sus horas libres en un bonito restaurante disfrutando de la nueva especialidad de algún chef conocido. El Seokjin que está ante mis ojos lleva varios recipientes con comida casera para un picnic y multitud de cosas para bebés en los bolsillos de la chaqueta, es una imagen bastante diferente a la que solía ver cuando estábamos juntos. Debes admitir eso.

El abogado sonrió levemente. Sí, él había sido el tipo de persona que juraba no querer tener cargas de hijos. También había sido el tipo de chico que no entendía cómo las parejas lograban seguir viviendo cuando tenían a un pequeño chupando su tiempo y dinero de forma constante. Sin embargo eso había sido mucho antes de que esa preciosa luz que iluminaba sus días llegase a su vida, Kim Seung no solo era su sobrino sino también un niño repleto de características interesantes que le recordaban de manera inevitable a su hermano mayor.

-Taehyung y tú estáis muy unidos. - habló, girándose levemente hacia los hermanos Jung. - Tanto que no ha importado cuánto habéis crecido a través de los años. Los dos continuais compartiendo tiempo, anécdotas y planes, porque en cierta forma tú eres casi como un padre y no solo un hermano mayor para él. Yo dejé de hacer eso hace demasiado tiempo con mi hermano, ahora que no puedo tenerlo quiero cuidar bien de su hijo. Ser como un padre para él, poder verlo crecer y animarlo a recorrer todos los caminos que decida explorar. - Jin estiró su mano hasta acariciar la mejilla de Seung. - No puedes hacerte una idea de lo mucho que mi sobrino llena mi corazón de felicidad, nunca he entendido porqué las parejas jóvenes están dispuestas a sacrificar sus privilegios por tener descendencia… pero creo que ahora lo hago. Cuándo sostengo a Seung mi cuerpo se carga de energía, él es todo lo que necesito mirar para sentirme completo.

Hoseok se mantuvo en silencio por unos instantes. Era consciente de cómo la relación entre Seokjin y el hermano mayor de este se había ido deteriorando con el paso del tiempo, debido a todo lo que le había supuesto a Kim Woobin hacerse con el control de la empresa familiar. No quería que eso le sucediera con Tae, su único deseo antes de tomarle el relevo a su abuelo era el de continuar cuidando de su hermano pequeño de la forma en la que siempre lo había hecho desde la muerte de sus padres.

-¿Entonces lo de recorrer el parque Daemosan con esta temperatura es simple masoquismo? - Taehyung tomó asiento a un lado de Hoseok, tratando de romper con sus palabras la atmósfera tristona que envolvía de repente el ambiente.

Seokjin sonrió, alzando en brazos a su sobrino antes de caminar hacia la zona de sombra en la que los hermanos Jung se encontraban descansando.

-Es un poco difícil acostumbrarse a la soledad, me pasó cuando rompí con Hoseok y me está pasando ahora que Namjoon está en Nueva Zelanda. - confesó. - Antes me ponía películas, leía libros o escuchaba música, pero he decidido cambiar un poco mi forma de afrontar el sentimiento de vacío. Puedo hacer mucho más que sentarme sobre el sofá cuando tengo tiempo libre, Seung no merece tener que estar en casa encerrado solo porque yo me siento un poco deprimente. Ocurrió cuando rompí con tu hermano, en algún instante la casa comenzó a resultarme demasiado pesada y era como si las paredes se estuvieran cerrando a mi alrededor todo el maldito tiempo. Por eso prefiero salir a caminar, disfrutar del aire libre y dejar que Seung siga llenándose de imágenes bonitas.

-¿Por qué senderismo? - Hoseok alcanzó una botella de agua de su mochila. - Podríamos estar haciendo muchas cosas más pero te has decidido por algo que literalmente nunca has disfrutado ni lo más mínimo. Para enseñarle cosas bonitas a Seung podríamos haber ido a algún evento para niños pequeños, incluso le serviría para socializar con pequeños de su edad. No es bueno que esté rodeado de adultos todo el tiempo.

Jin no dijo nada por algunos segundos, echando su vista atrás era capaz de afirmar que muchos de sus hábitos habían cambiado de forma positiva gracias a Namjoon. Y quizás también los hábitos de Nam habían cambiado un poco debido a su propia influencia.

-¿No crees que es precioso el hecho de que tu pareja te ayude a disfrutar de cosas que creías que no te gustaban? Nunca pensé que me podría gustar el senderismo, así que nunca quise ceder en el hecho de intentarlo. - confesó el abogado. - Sin embargo Namjoon ha logrado crear interés en mí con detalles realmente sencillos, al principio solo salíamos a caminar con Seung por el centro de Gangnam pero después él comenzó a hablarme de los colores llenos de vida del campo o de lo muy diferente que era el aire en los lugares donde el único sonido que se escucha es el de la naturaleza. Y me hizo pensar bastante en el detalle de que aunque mi cocina ha estado repleta de flores durante meses, difícilmente he llegado a poder crear un ramo de ellas con mis propias manos. Nunca me he tomado el tiempo de pasear por un lugar donde la naturaleza está por encima del sonido de los coches o los edificios altos. No he vivido demasiado, no tengo mucha experiencia con cosas tan sencillas como esta. Y es absurdo, tanto que me da rabia.

Allí, donde ahora él mismo se encontraba acompañado de sus amigos y sobrino. No habían avanzado demasiado, pero aquel sitio era completamente diferente de lo que las vistas de su apartamento le aportaban a diario. Y poder ver a su sobrino alcanzando las flores cercanas con sus pequeñas manos, señalando los pájaros y mostrando con su expresivos ojos la curiosidad que la naturaleza le mostraba… Aquello le bastaba para sentir su pecho repleto de felicidad a pesar de la soledad que le provocaba sentir la distancia que lo separaba de su pareja.

-Esto no es lo mismo que la ciudad, Seung tendrá mucho tiempo para socializar con niños de su edad en la guardería o el colegio. - Jin miró hacia los hermanos Jung. - Pero yo quiero que tenga eso que ninguno de nosotros ha tenido, algo tan simple como poder recorrer una montaña apreciando la naturaleza que lo envuelve. Nuestra vida ha estado marcada por edificios grandes, la promesa de un futuro próspero y mucho dinero. - Seokjin suspiró, recordando de nuevo a Namjoon y también a su propio hermano mayor. - Estoy seguro de que Woobin sería feliz sabiendo que su hijo no tiene un futuro decidido por otra persona, pretendo dejar que Seung escoja aquello que le guste todo el maldito tiempo. No voy a prepararlo toda una vida para hacerse con el control de la empresa de nuestra familia. Ese es el sueño de mi padre, no el mío, el de mi hermano o el de mi sobrino. Seung merece sus propios sueños.

Durante su primer día de trabajo Namjoon se limitó a conocer a algunas de las personas que formarían, al igual que él, parte del equipo de becarios que habían recibido una beca de estudios de Kim Motor. Era difícil presentarse sabiendo que en realidad él no estaba allí por haber solicitado una de esas atractivas becas para completar los estudios en el extranjero de la mano de una buena empresa, explicar que él no era más que un simple delincuente que había accedido a ese puesto de trabajo gracias a los contactos de su pareja sonaba bastante imprudente también…

Así que se limitó a presentarse como Kim Namjoon, un chico de Corea que estaba tratando de forjarse un buen futuro. Lo cual no era una mentira de todos modos, podría sincerarse acerca del verdadero motivo que lo había llevado hasta la sede de Kim Motor en Nueva Zelanda un poco más adelante.

-Durante las primeras semanas queremos que os familiariceis con el modo de trabajar de Kim Motor, por eso es realmente importante que leais los documentos que hemos dejado sobre vuestras mesas y apuntéis cada una de las dudas que os puedan surgir.

Su primer trabajo fue el de lograr leer y comprender un documento de quince páginas completamente en inglés, lo que también supuso sus primeros deberes, pues en cuanto atravesó las puertas de la academia de inglés que Jin le había conseguido entendió que tendría un profesor particular. Su pareja no solo estaba pagando una buena Academia para echarle una mano, sino que también había encontrado a un profesional encargado de enseñarle todo aquello que podría serle útil no solo en su vida diaria sino también en el ámbito de la empresa.

Aquello le hizo sentirse un poco como uno de esos niños ricos a los que tanto había detestado durante su adolescencia. Seokjin sólo tenía que pagar algo y él podía obtener un poco de ayuda al instante. A veces incluso tenía que recordarse a sí mismo que fue el abogado quién se empeñó en ayudarle con cada nuevo paso.

Namjoon estaba dispuesto a devolverle cada won cuando finalmente lograse obtener el trabajo adecuado. Aquel era un buen estímulo para continuar esforzándose.

-Aggg, Jin. - Namjoon sonrió levemente. - Creo que sabías exactamente lo que estabas haciendo. Mi forma de ser no implica dejar que alguien gaste dinero en mí solo porque sí.

Haciendo malabares con el dinero, los horarios y un par de diccionarios, Namjoon se obligó a sí mismo a traducir cada una de las palabras de aquel documento para forzar una costumbre al nuevo idioma que tantos problemas parecía causarle sin una buena base.

Las letras parecían bailar ante sus ojos después de varias horas en las que tan solo había logrado transcribir unas cuatro o cinco páginas de las quince totales.

-Tiempo de descanso. - un suspiro acompañado de un sorbo de café, fueron sus únicos aliados mientras atravesaba el salón de la casa hasta dejarse caer sobre el sencillo sofá.

Era agotador, lidiar con su abstinencia y el estrés de mantenerse lejos de todo aquello que amaba y conocía parecía estar empujándolo hasta límites desconocidos. Siempre se había mantenido dentro de una zona de confort peligrosa, incluso si en el pasado había retado a sus padres lo había hecho en su país y en su propia casa. Hasta que la maniobra de marcharse lo llevó a cometer la peor de las decisiones, cuando abandonó su hogar la droga entró en juego como una forma automática de apartar los pensamientos que no le dejaban dormir por la noche.

Namjoon no pensaba mucho en la morfina actualmente, pero sí en aquello que había dejado atrás y eso inevitablemente lograba que las ganas de consumir golpeteasen contra su interior con una fuerza dolorosa.

Pero había aprendido algo, Jin siempre estaba detrás del teléfono cuando necesitaba palabras de apoyo. Y ese estúpido programa sitcom llenaba en gran cantidad de ocasiones el silencio de su nuevo hogar, a veces incluso activaba los subtitulos y se sentía bien mientras comía una de esas pizzas congeladas que compraba en el 24h que visitó durante su primer día en Nueva Zelanda.

En realidad… habían pasado dos semanas completas. Ya podía tomar taxis sin ser engañado e incluso se había sacado un bono para el autobús, la barrera del idioma era enorme y lo era todavía más su lucha contra la morfina. Sin embargo, su camino hacia un futuro mejor no tenía porqué ser una carrera.

-Paso a paso. - le había dicho Seokjin. - Nadie te está obligando a apurar las cosas, hazlo lo mejor que puedas sin dejarte a tí mismo en el proceso. Pase lo que pase, tu familia y yo seguiremos aquí con los brazos abiertos cuando regreses.

Así que, Kim Namjoon decidió hacer caso al consejo de su pareja.

Paso a paso. Sin prisa.




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Hiiii!!

Nuevo miércoles y nuevo capítulo, espero que os guste. Ya queda poquito para que la fic llegue a su final 🥺, realmente quiero acabarla bien y ya sabéis que amo los finales felices.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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