Capítulo 6
"Pertenecemos a otro mundo, te contaré las mentiras más dulces."
— VV (Ville Valo)
THE LAWYER
La ley del más fuerte.
Namjoon suspiró dejando escapar todo el aire que había estado reteniendo en los pulmones en el proceso de decidir si realmente quería rendirse a la sociedad y su revoltosa forma de castigar al más débil, o si por lo contrario debería seguir siendo el chico con ganas de enfrentarse al mundo que siempre había sido por cuenta propia. Lo cierto es que no había ninguna opción que le gustase, con el tiempo aprendió a partir de malas experiencias que ser demasiado bueno era malo porque muchas personas se aprovechaban de aquellos que continuamente mostraban amabilidad… al igual que ser demasiado malo te llevaba a la soledad inaguantable. Ningún extremo era bueno y por eso a veces él sentía que no había un lugar adecuado para su persona en el planeta de la envidia, la ambición y el dinero.
Sus piernas se movieron sin prisa por el bufete de abogados en el que Kim Seokjin lo había citado esa mañana, sus pensamientos casi parecían chocar contra su pecho tratando de detener su avance. Qué hacer y qué no hacer, lo único que Namjoon sabía era que su cabeza todavía parecía una telaraña de decisiones enrevesadas cuando dejó caer sus nudillos sobre la puerta de madera del despacho de Seokjin, decorada con el nombre de su abogado en una placa de brillante color dorado.
Despacho 028. Con letra simple, sin decoraciones ni negrita.
Kim Seokjin alzó la mirada, sus ojos fríos recorrieron a Namjoon sin ningún tipo de vergüenza haciendo que este se sintiese incómodamente analizado. Sí, ese idiota había dicho que debía saber qué y cómo vestirse en función de las ocasiones pero ahora no estaba en ningún juicio o lugar que requiriese ropa más recatada que la suya.
-¿De veras estás llegando a una hora decente? - la sonrisa irónica del abogado fue lo segundo que vio Namjoon antes de dirigir la mirada hacia un muchacho que parecía estar haciendo una consulta en la hora que Kim había agendado para él - Espera unos minutos en la sala del recibidor por favor, te cité unos minutos antes en el caso de que pudieras retrasarte. En cuanto acabe de hablar con Taehyung te atenderé, no me llevará demasiado.
Típico, malditamente típico de los chicos ricos que están acostumbrados a tener lo que quieren cuando quieren. Kim Seokjin ni siquiera apreciaba su tiempo, claro que Namjoon tampoco había apreciado el de este la primera vez que se vieron y eso sin duda era algo que él mismo comprendía.
-Supongo que puedo esperar - refunfuño cerrando la puerta.
Con un nuevo suspiro escalando hasta sus labios, Namjoon tomó asiento en la sala de espera que su abogado le había indicado. El sitio tenía un aspecto sencillo, sin embargo algunas de las cosas que lo rodeaban dejaban claro que se trataba de un bufete importante, con el mármol reluciente de los baños o los ordenadores sumamente actualizados y nuevos sobre las mesas de la recepción. Aquellas pantallas eran tan grandes que Nam había comenzado a preguntarse si eran realmente útiles, el chico que atendía a los clientes ni siquiera parecía ingeniarselas para girar el gran monitor cuando quería enseñarle algo a las personas que se acercaban para adquirir información.
Lo que lo llevaba a preguntarse la forma en que sus padres podrían haber encontrado aquel lugar, ellos formaban parte de esas familias normales que siempre usan marcas blancas, que solo conocen los productos caros por sus anuncios en la televisión y que siempre visitan las tiendas de ropa en épocas de rebajas.
Su cuerpo comenzó a sentirse acalorado a medida que los minutos pasaban, si tuviese que definir alguna fobia sería la de sentirse atrapado. Namjoon tenía claustrofobia a todos los lugares como aquel, se mareaba con facilidad en las consultas médicas porque estas siempre tenían la calefacción demasiado alta y cuando entraba en un ascensor toda la comida de su estómago parecía subirle directamente hacia la boca. La ansiedad llegaba siempre en los momentos menos esperados y después de sufrirla durante años había dejado de preguntarse los motivos de esta, simple y sencillamente convivía con ese asqueroso y asfixiantes dolor en el pecho a diario. No era la única persona en el mundo que lo hacía, la sociedad sin embargo seguía estigmatizando aquello como si eso convirtiese a las personas en las piezas agrietadas del puzzle que suponía el mundo actual.
-Me encargaré de hablar con el director de tu instituto yo mismo Tae, no tienes que preocuparte por Hoseok. Guardaré el secreto.
La voz del abogado captó la atención de Namjoon quien decidió dejar de fingir estar atento a un movil que ni siquiera recibía el más mínimo mensaje o notificación.
-Él no puede saberlo, si se lo dices irá al instituto y hará que echen a mis compañeros. Hoseok cree que me ayuda de esa manera pero solo consigue crear una fama de intocable para mí que deriva en todo este odio…
Seokjin abrazó levemente por los hombros al adolescente que hasta hace poco estaba en su oficina, Namjoon alzó las cejas con curiosidad tratando de entender la situación que se daba ante sus ojos, la mirada fría de su abogado parecía estar dejando salir un poco de calidez alrededor de aquella persona. Su parte curiosa era algo que difícilmente lograba esconder, y ese siempre había sido uno de sus mayores problemas, por eso no se molestó en apartar la vista ni tan siquiera por un solo segundo.
Namjoon había querido ser el héroe demasiadas veces antes de convertirse en el villano, había defendido a demasiados amigos antes de perderlos y se había enfrentado en demasiadas ocasiones a la vida antes de enterrarse en la desesperanza. Siempre persiguiendo sueños desmesurados, su realidad era muy distinta del mundo que su mente creaba cada noche entre pesadillas y anhelos.
-No le diré nada, esa es una decisión que no me compete Tae. Haré todo lo que pueda para detener los rumores que han iniciado tus compañeros sin meter a Hoseok en el medio - dijo el abogado con voz tranquila - Ve tranquilo, ¿necesitas que pida un taxi para ti?
El muchacho negó con una sonrisa antes de dedicarle un último abrazo al abogado, quien sin dudarlo apretó sus brazos de nuevo alrededor del chico en un gesto calmado.
-Gracias Jin.
Kim Seokjin se limitó a asentir con una pequeña sonrisa, su gesto volvió a la seriedad cuando el adolescente desapareció tras salir por la puerta.
-Kim Namjoon, puede entrar - informó el chico de la recepción.
-No me digas, genio - sonrió levemente, la faceta de seguridad falsa era una máscara que a menudo se colocaba cuando la ansiedad lo obligaba a sentirse más nervioso de lo normal. No podría engañar a nadie, ni siquiera a sí mismo pero se sentía más seguro de esa manera. Su máscara era comparable a la pequeña luz que los niños usan para escapar del miedo a la oscuridad durante la noche.
Seokjin alzó la mirada, sus ojos serios y su postura recta lograron aumentar los nervios que Namjoon había estado sintiendo desde el preciso instante en el que entró en ese bufete. Sabía que sus padres querían aquello y sabía que su futuro de alguna manera dependía de lo que decidiesen en el encuentro con el abogado de los Jung, aún así su parte más revolucionaria le estaba gritando que no había hecho nada malo al poner una de sus muchas pinturas sobre el muro de una fábrica que si no estaba abandonada bien lo parecía.
El despacho de Seokjin era sobrio, de colores neutros y escasa decoración. Lo único que daba un toque de personalidad eran dos fotografías que Namjoon no podía ver por completo debido a que los marcos estaban dirigidos hacia el puesto donde se encontraba la silla de su abogado. Además de eso había una gran estantería repleta de libros sobre derecho que parecían valer su peso en oro a juzgar por sus títulos y encuadernaciones.
-El mayor problema se encuentra en el hecho de que no es la primera vez que decides hacer un graffiti en esa fábrica Namjoon, he estado conversando con el abogado de Jung y su cliente está seguro de que el guardia de seguridad que vigila la zona te dió más de un aviso al respecto…
-Ya no hay vigilancia, por eso creí que el edificio había sido completamente abandonado. Sí, es cierto que hace unos meses entre dos veces cuando todavía había un guardia de seguridad, hice un par de dibujos pequeños y sin importancia, pero esta vez nadie estaba vigilando.
Jin alzó una ceja comenzando a teclear en su ordenador.
-¿Estás seguro de que no había nadie vigilando? Que no veas algo, no significa que no exista.
Namjoon resopló acomodándose en la silla y negó con la cabeza después de pensarlo por unos segundos más.
-No había ningún guardia de seguridad, al menos durante el último mes no lo ha habido. No sabía acerca de las cámaras así que hice un mural, si hubiese vigilancia no me habría arriesgado a dedicarle tanto tiempo a un dibujo que podría ser borrado la mañana siguiente. Creía de veras que el lugar estaba abandonado por completo.
Jin asintió con esos ojos vacíos de sentimiento, haciendo que Namjoon se estremeciera. ¿Acaso no tenía alma? ¿Cómo podía alguien parecer tan sumamente frío? Había hielo en cada uno de sus gestos y comportamientos.
-Entonces una de las partes miente, será bueno para ti si resulta que Jung es quién miente pero este podría argumentar que la vigilancia se da únicamente a través de las cámaras y que los avisos anteriores tendrían que haber sido suficiente para mantenerte lejos. Un Jung puede conseguir lo que quiera cuando quiera, es por eso que necesitamos otro tipo de arma. Al viejo Jung le importa única y exclusivamente su empresa, ¿estarías dispuesto a dar un mensaje falso acerca de la benevolencia que Jung tuvo con un joven delincuente?
-¿Por qué haría algo así? Incluso si voy a la cárcel porque no puedo pagar la fianza será solo por unos meses. ¿Tengo que venderle mi alma a cambio a ese viejo o qué?
Seokjin dejó escapar una sonrisa de ironía pensando en el abuelo de Hoseok, venderle la alma se quedaba corto. Aquel hombre tenía controlada a media Corea, sus influencias y contactos eran monumentales así que la única forma de ayudar a Namjoon de forma eficiente residía en que este prometiera algo atractivo para los oídos del hombre.
-Voy a serte sincero, sea un mes o cinco, si entras en la cárcel serás marcado de por vida. Por supuesto que hay personas que se recuperan y logran empezar de cero, pero todavía no he conocido a nadie que habiéndose enfrentado a un Jung lo haya logrado. Es una de las familias más adineradas e importantes de Corea, tienen contactos aquí, en Europa y en casi cualquier lugar que puedas imaginarte. Podemos ofrecer un trato justo, algo que llame su atención… o podemos ir a juicio, pero si Jung compra la decisión del juez estarás perdido porque no serán solo un par de meses, será un castigo de por vida que no solo se extiende al ámbito de la cárcel. - Jin miró al chico ante sus ojos, Namjoon no parecía el típico muchacho dispuesto a dejarse pisotear pero sin duda desde su posición social eso no ayudaba del todo - Puedo usar la herramienta de comprar a algunos periodistas e internautas, lo puedo hacer y eso te puede ayudar pero antes necesito que dejes tu orgullo a un lado y te muestres como la víctima y no el verdugo. No servirá de nada si te presentas ante el abogado del viejo con una sonrisa egocéntrica Namjoon. ¿Entiendes eso?
Namjoon suspiro, a eso se refería con que las personas ricas siempre conseguían lo que querían. Lo había visto ocurrir ante sus ojos durante años.
-No voy a mentir y dejar que Jung me moldee en función de lo que él quiera para obtener beneficios.
El gesto de su abogado se crispó levemente y eso hizo a Namjoon reir automáticamente. Aquella mirada fría no coincidía con sus reacciones físicas.
-Namjoon…
-Tenemos realidades diferentes, tú estás acostumbrado a estar en el lado de los que aplastan y yo suelo ser el aplastado. No hice nada malo y como mi abogado deberías poder defenderme con la información que te he dado, ¿te da miedo King?
De nuevo esa pronunciación extraña de su apellido.
-No me da miedo, si quieres eso será así pero como tu abogado es mi deber informarte. ¿Estás listo para tirar tu vida a la basura?
“No lo estoy, quiero un futuro decente.”
-¿Estás listo para darme un buen resultado? - Namjoon sonrió levemente - Vamos, la última vez parecías bastante convencido con tus propias palabras delante del abogado de Jung. Solo cederé mientras que eso no implique venderme a un estúpido millonario acostumbrado a ganarlo todo a través de los privilegios.
Seokjin se dejó caer contra el respaldo de su silla y se llevó una mano a la cara centrándose en sus propios pensamientos.
-Bien, nada de decir lo que Jung quiere escuchar. Si quieres elegir el camino difícil no me queda otra opción, llamaré a algunos periodistas para que escriban artículos sobre Jung destrozandole la vida a un adolescente.
No quería usar ese camino. Jin no quería elegir la opción que podría terminar lastimando como efecto secundario a Hoseok y Taehyung, pero estaba trabajando… y su vida privada no debería influir nunca en su profesionalidad. Sentía que estaba traicionando a Hoseok y eso lo preocupaba mucho más que cualquier otra cosa, necesitaba hablar con su novio, contarle la verdad acerca de quién era el chico que estaba defendiendo. Incluso si no estaba dispuesto a abandonar el caso, todavía era importante ser sincero con aquella persona que amaba tanto como a su propia familia.
-He conseguido un trabajo - habló Namjoon rompiendo el silencio - Realmente me importa mi futuro, incluso si no lo parece, así que no estaríamos mintiendo. Hagamos las cosas bien, sin mentiras ni juego sucio.
-No puedo prometerte un acuerdo o juicio ganado, quizás acabes en la cárcel si eliges esta opción. Como he dicho, los Jung…
-Eres mi abogado, solo necesito que prometas que darás lo mejor de ti mismo para ayudarme. No soy un delincuente, sé que piensas eso pero no lo soy. Quiero ser feliz, quiero tener un futuro donde mi familia no sufra por mis actos y quiero llegar a ese punto de forma limpia.
-Y yo no soy alguien acostumbrado a aplastar a las personas Namjoon pero a veces lo que está en el exterior puede hacerle entender a los demás que somos algo muy distinto de lo que pretendemos. ¿Qué convirtió a Frankenstein en un monstruo después de todo?
-Las personas.
Namjoon no pudo evitar sonreír. Por supuesto, Frankenstein no era cruel, no hasta que la sociedad ligó su fealdad a la monstruosidad. Solo aquello lo convirtió en un ser malvado, la sociedad y las personas que lo obligaron a ser esclavo de aquello que lo tachaban.
Seokjin asintió levemente.
-Eres Frankenstein, Namjoon. Y yo tengo que demostrar que más allá de tu expediente y de todo lo que Jung dirá, no eres el villano de la historia. No va a ser fácil.
-Nada es nunca fácil King.
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Hiiii
Solo recordar que Nam le llama King a Jin debido a su apellido y a que este tiene dinero según lo que Namjoon ha juzgado en función de su aspecto exterior.
Espero que os esté gustando, no está teniendo mucho apoyo pero con que a las personitas que os gusta os siga gustando, yo estaré feliz.
Un beso, Mel 😘
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