Capítulo 59

" No sé cómo esto irá pero juro que te amo. Así que apostaré todo en tú y yo. Apostaré todo, eres a prueba de balas. Tiremos nuestros segundos planes, puede que la gente no entienda pero, ¿a quién le importa si ellos lo aprueban? Los enfrentaré a todos para estar contigo. "

- 24 Hours
( Shawn Mendes)








THE LAWYER

La ley del más fuerte.

Kim Namjoon no recordaba cuándo había sido la última vez que estuvo en un aeropuerto, aquello se debía principalmente a que su familia nunca había tenido la oportunidad de viajar demasiado. Su conocimiento del mundo se resumía en Seúl, incluso si acostumbraba a entretenerse leyendo sobre otras culturas y formas de pensar mucho más abiertas, esas que parecían alejarse completamente de todo aquello que conocía. Su mesilla generalmente estaba repleta de libros que hablaban sobre los egipcios, romanos y griegos. Su curiosidad acerca de todos esos lugares que se mostraban en las fotografías con colores vividos, nunca parecía frenarse.

Él solía soñar despierto acerca de multitud de lugares, soñaba con visitar nuevos continentes que le aportasen a sus días más y más experiencias renovadoras. En cambio, ahora que finalmente tenía la oportunidad de salir de su país todo parecía empujarlo hacia atrás. Aquello era debido al miedo, tan profundo y agobiante que podría provocar que sus manos temblaran durante días. Asfixiante.

Por eso le resultó imposible coordinarse por sí mismo en Incheon y si su abogado no estuviera guiando sus pasos a través de cada una de las zonas del aeropuerto… Probablemente jamás hubiese logrado encontrar una manera para revisar su billete, pesar sus maletas y llegar hasta la puerta de embarque desde la que su vuelo saldría.

-Esto es enorme. - su padre dejó escapar un suspiro, su gesto cansado atrajó la atención de la pareja.

-Todavía falta una hora y media hasta que el vuelo salga, podemos comer algo. Yo invitaré, al fin y al cabo sigo siendo el abogado de este chico. - Seokjin revolvió levemente el cabello ahora negro de su novio. Le estaba costando acostumbrarse al cambio, sin embargo no podría quejarse al respecto. El tono oscuro hacía que las bonitas facciones del rostro de Namjoon se marcasen con mayor naturalidad. - Sé que estás nervioso Nam, comer algo y tal vez pasear por unos minutos te ayudará a deshacerte de toda esa ansiedad que estás reteniendo.

La semana había pasado muy rápido, quizás demasiado entre todos esos papeles que les habían quitado horas y horas de sus días. Sin embargo, habían disfrutado de cada hora compartida juntos e incluso Seung parecía más sonriente últimamente.

Pero aquella charla parecía un poco repetitiva, Namjoon comenzaba a tener miedo de que su pareja se cansase de apoyarlo. No podía mantenerse en ese bucle de pánico a los cambios que parecía sumirlo constantemente en una enorme inseguridad. No, necesitaba poner su mente al día y obligarse a sí mismo a tomar los riesgos necesarios para que todo a su alrededor tomase un rumbo menos dramatico.

-Yo no… En realidad lo estoy, me muero de los nervios. - confesó finalmente Namjoon, dejando que su cuerpo se apoyase en el brazo de Jin quien a su vez se encontraba envolviendole el cuerpo con un semi abrazo. - Pero estoy mucho mejor que hace unos días, mi mente está menos nublada ahora y sé que podré seguir con mi terapia en Nueva Zelanda. Tengo que intentar ser positivo, de alguna manera creo que eso será importante durante el inicio. Si mantengo la negatividad no podré concentrarme en hacer las cosas como es debido.

Namjoon alzó la mirada hacia sus padres y sonrió levemente, su hermana se encontraba entreteniendo al pequeño Seung a solo unos pasos de distancia. Era extraño el sentimiento que se posaba sobre su pecho en ese preciso instante, debería estar hundido por tener que dejar atrás a tanta gente importante para él pero en realidad estaba feliz de comprobar que todavía había algunas personas de su parte. Todavía tenía una familia que lo amaba y un novio que ni siquiera estaba seguro de merecerse completamente, incluso Seung se había convertido en una importante parte de su existencia.

Aquello lo emocionaba. De forma inesperada, así había surgido a su alrededor de él esa bonita estampa familiar que ahora sus ojos brillantes observaban repletos de cariño. Y precisamente por aquellos que se encontraban ante su mirada se había jurado a sí mismo ser capaz de vencer cada handicap que la vida le pusiera en el camino hacia un futuro más estable y certero.

-Parece que Seung tiene hambre, ya sabes como se pone cuando no consigue su biberón a tiempo. - el abogado apoyó las manos sobre sus hombros con la intención de darle un leve empujón para animarlo a avanzar. Y Namjoon se dejó hacer por completo. - Buscaremos un buen lugar para comer algo y así aprovecharé el momento de calma para alimentar a nuestro pequeño diablo.

Nam sonrió, sintiendo las palabras de su pareja como un soplo de cálida calma. Algo en su interior le estaba pidiendo que confiase en que cuando regresase nada habría cambiado entre ellos, que permanecería intacta esa pequeña familia que de alguna manera indescifrable los tres habían formado.

-Todo va a estar bien. - susurró, observando a sus padres charlar mientras se movían alrededor del aeropuerto en busca de algún lugar en el que alimentar sus necesitados estómagos. Todavía era temprano, el sol ni siquiera había salido pero hacía horas que Jin y él se habían levantado para despedirse entre el silencio cómplice mientras realizaban los últimos arreglos de aquel viaje.

Aquella mañana desayunaron juntos, con un café hecho a fuego lento en la cocina de su casa y algunos fragmentos del bizcocho de limón que su madre había preparado dos noches atrás. Desayunaron sentados sobre la alfombra del salón, con sus piernas entrelazadas y tapadas con una suave manta gris, la televisión como única iluminación de fondo mientras alguna serie se repetía en el horario de madrugada. Desayunaron con miradas complices, caricias y besos de despedida que siempre les sabían a poco. Y desayunaron juntos como tantas veces habían hecho antes, prometiendo con el encuentro de sus pupilas que ambos darían todo de sí mismos para lograr que lo que había surgido entre ambos de forma natural e inesperada jamás se iría a pesar de la distancia.

Se vistieron en la misma habitación tras ducharse juntos bajo una nube de vapor caliente, porque en los últimos meses, semanas y días se habían visto tanto que ya se sabían el cuerpo del contrario de memoria. Y se encontraron sosteniendo a Seung juntos, mano a mano y con los dedos rozándose de manera accidental mientras el delincuente posaba un beso sobre la frente del pequeño a medida que este despertaba del sueño profundo al ser sacado de su cuna blanca. Un delincuente que en realidad solo era un chico perdido en el que Seokjin había encontrado la calma que jamás planeó encontrar.

También caminaron a la par, bajando las escaleras en lugar de tomar el ascensor a pesar de su maleta pesada, llegando quizás un par de minutos tarde al apartamento en el que ahora habitaban sus padres. Ese mismo apartamento que en sus recuerdos permanecería como el hogar que el abogado le regaló cuando se encontraba completa y desesperadamente perdido en una vida que odiaba.

-Comamos. - la mano de Seokjin acarició la nuca del chico mientras el olor de los cruasanes y napolitanas de chocolate recién horneadas llegaba hasta sus narices haciendo crujir sus estómagos. Habían elegido una panadería con tan solo algunas mesas colocadas alrededor del escaparate donde los pasteles y panes frescos se podían apreciar. - Alguien que conozco suele decir siempre que los dulces son dopamina gratis, así que disfruta de una hormona de la felicidad repleta de sabrosas calorías.

Namjoon asintió, con una enorme sonrisa en sus labios que fue inevitable cuando el pequeño Seung estiró sus pequeñas manos hacía los dulces motivado por el olor de los mismos.

-Pronto le saldrán los primeros dientes. - dijo en voz baja, buscando tan solo la atención de su pareja mientras sumergía la napolitana en un poco de esa leche de avena y miel que tanto les gustaba a ambos. - Asegúrate de grabar el proceso para mí, me gustaría verlo.

-Será difícil lidiar solo con sus llantos nocturnos, últimamente ni siquiera sus mordedores le ayudan… Pero me aseguraré de enviarte vídeos de cada progreso al respecto. Tenemos la tecnología de nuestro lado, así que no debería ser un problema.

-Aún así. - Namjoon suspiró antes de llevarse la napolitana de nutella a la boca. - No será lo mismo que verlo en persona, me asusta que Seung pueda olvidarse de mi… Una pantalla no es…

-Me aseguraré de hablarle de ti lo suficiente como para que te reconozca en cada videollamada, mi sobrino no es idiota Nam. Es un chico listo y sabrá reconocer a su tío.

Los ojos de Namjoon se abrieron levemente, quizás por la sorpresa o puede que tal vez debido a la decisión con la que Jin había pronunciado aquellas palabras. Tío, implicaba bastante. Porque hasta ese instante él solo se había considerado la pareja de Kim Seokjin que de vez en cuando le ayudaba a este con el cuidado del pequeño Seung. Por mucho que quería a ese niño, no se había imaginado nunca teniendo el honor de considerarse parte de su familia más cercana.

Tío, iba mucho más allá sabiendo lo importante que ese niño era para su novio. Lo importante que también era para él actualmente.

-¿Tío?

Jin sonrió.

-Si superamos un año juntos a distancia entonces definitivamente serás su tío, eres mi pareja y eso te convierte en su tío de la misma manera que lo soy yo. Mi sobrino estará bastante feliz de llamarte así cuando comience a hablar, estoy seguro de eso.

Despedirse fue incluso más agrio después de la dulce mañana que habían pasado juntos mientras los mínutos pasaban. Namjoon sintió que las lágrimas se agolpaban inevitablemente en sus ojos tras apartarse de sus padres y hermana para acercarse hasta donde su pareja y Seung esperaban pacientemente.

-Prometeme que vas a cuidarte. ¿Está bien? - el abogado apoyó sin verguenza su frente contra de Namjoon, recordando con una sonrisa la manera en la que este lo había besado en una ocasión en una galería de arte. Sin importarle las miradas de la gente que los rodeaba o lo que pudieran llegar a pensar de ellos. - Iremos a verte siempre que podamos, tengo algunas quincenas de vacaciones más para usar y definitivamente me gustaría conocer Nueva Zelanda. Explorá el terreno para mí, apunta los mejores sitios y llevame a ellos cuando te visite.

Namjoon asintió, con su mano derecha perfilando la mejilla de Seokjin y Seung acurrucado en los brazos del abogado. Entre ellos.

-Lo haré, ya te lo he dicho varias veces. Estaré encantado de llevarte a cada lugar que descubra. - Nam asintió sonriente, evitando que las lágrimas sáladas continuasen haciendo de la vista de su pareja algo borroso. - Y te prometo que me cuidaré, no haré locuras ni nada de eso.

El abogado le devolvió la sonrisa sin dudarlo ni un solo instante. Y entonces, mientras se encontraba perdido en aquellos preciosos ojos de Kim Seokjin, Namjoon sintió que su pareja rompía la distancia para besar sus labios sin ningún tipo de cuidado o delicadeza.

Jin estaba usando sus labios para atraparlo en un profundo beso que prometía alejar de él hasta la más minima duda acerca de mantenerse de pie luchando por un futuro estable.

-Confío en ti. - aquella era la última frase que escucharía en persona de parte de su pareja.

Mientras caminaba hacia el avión que lo llevaría a Nueva Zelanda, Nam se prometió a sí mismo que si el abogado confiaba en él, tendría que hacer todo lo necesario para lograr que este jamás se arrepintiese de esas palabras.





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Holi
personitas!!

Hoy el capítulo es un poco más corto de lo normal y no me ha dado tiempo a repasarlo pero espero de verás que os haya gustado.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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