Capítulo 58

“Cariño, de verdad te necesito. Mis sentimientos se están volviendo más profundos, mi mente está en una caída libre.”
- My Oasis
(SAM SMITH ft BURNA BOY)






THE LAWYER

La ley del más fuerte.

C

on la llegada de abril los cerezos habían comenzado a florecer con colores repletos de vividez. Su residencia de Gangnam estaba bien orientada, con el sol iluminando cada zona, aún así las vistas que ofrecía se centraban en calles comerciales repletas de esos altos edificios que durante la noche aportaban al ambiente multitud de luces encendidas en el horizonte.

Seokjin siempre había admirado la forma en la que las pequeñas hojas se desprendían con la llegada del tiempo invernal y el viento del otoño, la suave brisa creaba una bonita lluvia de colores. Sin embargo, ahora el instante en el que las flores aparecían simulaba ser mucho más bello mientras su novio se situaba en la terraza de su casa con un enorme lienzo ante sus ojos y algunos pinceles, dispuesto a dibujar aquello que la primavera les regalaba. Era una especie de terapia para él y Seokjin sabía aquello, por eso se había encargado de regalarle multitud de materiales con los que entretenerse. A menudo cuando Namjoon sentía que la abstinencia lo golpeaba con demasiada intensidad, creando un revoltijo de náuseas en su estómago, recurría a la pintura para obtener un punto de apoyo. Un ancla que llevase a su mente hacia un entretenimiento más sano que la morfina.

Seung se encontraba acurrucado sobre una de las hamacas colgantes de diseño que en algún momento Jin consideró intocables para cualquiera que no supiese mantener sus pies limpios. Quizás él había cambiado un poco, puede que simplemente se debiese a ese enorme amor que sentía por su sobrino o quizás tenía muchas más cosas sobre las que fijar su completa atención a parte de las pequeñas plantas de los pies del niño, manchadas con algunas gotas de pintura rosada. Fuese como fuese, le importó muy poco notar que algunas marcas de acuarela se desplegaban sobre los acolchados cojines negros que completaban el mobiliario de las hamacas.

Su pequeño sobrino movía los ojos con curiosidad, observando cada movimiento que Namjoon realizaba a pesar de esa enorme gorra que el chico le había colocado sobre la cabeza para evitar que el sol le diese directamente en la cara. Aún cuando la estructura de la lujosa hamaca con techo de tela integrado, le proporcionaba sombra natural.

-Deberíamos ir al festival de la floración que se celebra en Yeoksam la próxima vez que estés en Corea. Con todo el proceso de recolectar papeles nos lo hemos perdido.

Namjoon sonrió, girando su rostro concentrado hasta notar a Seokjin apoyado contra el marco de la puerta de cristal de la terraza. Solo les quedaban cuatro días, después de eso él tendría que marcharse durante todo el período que el acuerdo legal entre Kim Motor y Hope´s Enterprise especificaba.

-Cuando vuelva a Corea de vacaciones probablemente será verano. - añadió. - Si consigo ganar un poco de dinero prometo llevaros a ti y a Seung al festival de las flores de loto de Seodong. He escuchado que es realmente bonito.

-Mmm… Nunca he estado en el parque Seodong. Tendré que aceptar esa propuesta. - Jin sonrió levemente, comenzando a caminar hacia Seung y tomando asiento a un lado de este sobre la hamaca. - ¿Has ido antes?

Namjoon negó, regresando su mirada a la pintura de cerezos que se encontraba realizando por medio de puntos con el pincel. Todavía sentía esa presión en el pecho que el estrés le ocasionaba, haciendo regresar la sensación de abstinencia de forma inevitable. Él solía recurrir a la morfina meses atrás, si algo lo hacía tambalearse lo más minimo entonces sencillamente la consumía buscando sumirse en un bonito sueño. Ahora tenía a Jin, a Seung y a su familia, pero incluso con el apoyo de estos todavía percibía el dolor de la falta de aquello que su cuerpo le exigía de vez en cuando.

Se había malacostumbrado a escabullirse de la realidad con el sencillo acto de poner una pastilla en su boca, ahora las cosas parecían inmensamente más preocupantes que antes. Ya no quedaba nada que le ayudase a entender el porqué había tomado la decisión de probar aquella maldita droga, sin embargo no podía cambiar el pasado y su presente estaba basado en los constantes intentos de ignorar la sensación de abstinencia que de vez en cuando llegaba para envolverlo por completo.

-No, pero he visto algunos vídeos y creo que me gustaría ir con vosotros. Si todo va bien quizás pueda regresar para llevaros a tiempo. - Namjoon confiaba en que podría hacerlo bien en Nueva Zelanda, estaba asustado sin embargo todavía se decía a cada instante que debía esforzarse para obtener ese futuro que deseaba. - Ahorraré si es necesario Jinnie.

Seokjin apoyó sus codos sobre la hamaca sin dejar de observar a su pareja. Sabía que había demasiadas cosas pasando por la mente de este y aunque quizás meses atrás lo hubiese presionado levemente para que lo hablase con él, era diferente ahora que los dos comenzaban a conocerse bien. Cuando Namjoon sintiera la necesidad de contarle cada detalle, entonces probablemente lo haría sin ninguna indirecta de por medio.

Él podría preguntarle sin que la presión de una respuesta necesaria se colase entre ambos. Kim Seokjin entendía que había demasiadas cosas ocurriendo en la mente de su novio mientras seguía sumido en el proceso de alejarse completamente de la morfina, de la misma manera que sabía que los últimos días habían sido una importante fuente de estres.

Por eso se mantuvo en el tema que Nam había comenzado, el festival de flores de loto.

-¿Es en julio, cierto?

-Creo que sí. - respondió Namjoon. - Lo comprobaré de todas formas más tarde.

-Entonces no debería haber problema. Mi padre siempre deja que los empleados elijan la fecha de su quincena de días libres durante el verano. Solo tienes que pedir dos semanas libres en Julio, entonces podrás llegar a tiempo para llevarnos a mí y a Seung a ver las flores de loto. Y los fuegos artificiales…

-Iremos los siete días que dura el festival y acudiremos a todas las actividades posibles pero solo si logro que todo salga bien. - Namjoon dejó escapar un suspiro. - Detesto hacer planes a largo plazo porque nunca salen como los dibujo en mi mente. Siempre termino decepcionado.

Jin negó, obteniendo la atención de Seung cuando movió sobre su pequeña cabeza la enorme gorra para girarla de un modo en el que el pequeño pudiese ver mejor lo que ocurría a su alrededor.

-No tendrás que pagarlo todo. Me gusta eso de dividir las responsabilidades de cada persona. Somos una pareja, eso es cierto, pero no dejamos de ser personas individuales. - el abogado sonrió. - Así que no te preocupes demasiado, Seung y yo prometemos no ser caprichosos.

Namjoon dejó escapar una pequeña carcajada sin dejar ir el pincel de sus manos.

-Si es así, practicaré haciendo flores de papel en Nueva Zelanda. - Nam giró su cabeza para captar esa bonita imagen que suponía ver a Jin y a Seung observandolo con los ojos atentos. Eran como dos gotas de agua, no sabía exactamente cuánto de Seokjin había en el sobrino de este pero podría afirmar que aquellos ojos eran una herencia directa del abogado.

-Bien, eso suena como una buena manera de evitar los planes a largo plazo. - Jin continuó observando a su pareja por varios segundos, con la expresión tranquila.

Después de un instante ambos sonrieron, compartiendo una rápida mirada.

-Bueno, puedo dibujarlas entonces.

-No olvides enviarme algunos de esos dibujos si realmente decides hacerlos.

Namjoon asintió, de nuevo con el dolor de la ansiedad posándose sobre su pecho. Estaba asustado, demasiado.

-Bien, lo he dejado pasar todo el día pero ahora mismo pareces al borde. ¿Quieres contarmelo Namjoonie? Sea lo que sea, puedes hablar conmigo si lo necesitas.

Namjoon suspiró, rindiéndose en el intento de lograr que su libido apareciese. Había tratado de pasar una tarde normal al lado de su pareja y el sobrino de este, pero al parecer fue lo suficientemente obvio como para que Jin notase que algo estaba ocurriendole.

Ni siquiera estaba logrando concentrarse en los labios de su chico, su excitación sexual había caído por completo en picado debido a que la abstinencia continuaba llevando su mente hacia lugares peligrosos a los que no deseaba volver a enfrentarse. Las situaciones como aquella se habían dado antes, sin embargo también había pasado un largo tiempo desde la última vez que el deseo de consumir surgió con tanta intensidad.

-Tengo miedo, eso es todo. Estoy asustado con la idea de tener que empezar de cero en un lugar en el que no conoceré a nadie y probablemente ni siquiera sepa como moverme inicialmente. Allí no tendré amigos, familia o a ti y Seung. - Namjoon hizo una pausa. - Estoy seguro de que será temporal pero aún así atravesaré momentos de estrés y justamente esos momentos son los que disparan los síntomas de abstinencia en mí, aquí puedo apoyarme en vosotros pero allí…

-Allí también existen los teléfonos, ordenador e incluso la fibra óptica así que solo tendrás que llamarme cada vez que me necesites. No te voy a mentir, sé que será difícil y que un maldito teléfono no es lo mismo que poder estar juntos en persona… pero tenemos que adaptarnos, estoy seguro de que precisamente tú has pasado por cosas bastante más duras que la de irte a un bonito país para estudiar y trabajar a la vez. - Jin apoyó sus hombros sobre la cama y besó la mejilla de Namjoon con cariño. - Incluso si no tienes internet, yo me encargaré y si…

-Pero no quiero eso Jin, no quiero que seas tú el que pague…

-Solo quiero facilitarte las cosas, tómalo como una manera de reducir las posibilidades de abstinencia. Si puedes hablar conmigo o tu familia cada vez que quieras, entonces no solo tú estarás más tranquilo sino también nosotros. No es algo que solo vaya a beneficiarte a ti. - Seokjin sonrió levemente. - Ambos ganamos, deja que te ayude y dentro de unos años quizás puedas devolvermelo de la manera que quieras cuando finalmente seas un notario con una bonita oficina en Seúl.

Namjoon no respondió, sin embargo sus ojos buscaron los del abogado. Las dudas estaban claramente posadas sobre esa expresión de tristeza que Jin había comenzado a sentir casi como propia.

-Es normal estar asustado Namjoonie. - volvió a hablar el abogado. - Eres un ser humano, con sentimientos y multitud de cosas que atravesar. Si hay alguien que se puede permitir estar asustado ese eres precisamente tú, solo quiero que me prometas que antes de caer en la tentación de consumir vas a llamarme. Cada vez que sientas el más mínimo rastro de ansiedad o estrés a tu alrededor, toma el teléfono y llama sin importar la hora. A mi, a tus padres o a tu hermana, tienes a muchas personas dispuestas a demostrarte que puedes hacer esto incluso cuando tú pareces dudar de tus propias capacidades. Habla con nosotros siempre que lo necesites y únete a una terapia de grupo en la que puedas apoyarte en personas que al igual que tú están pasando por momentos difíciles.

Namjoon continuó en silencio, sin embargo en sus labios se formó una pequeña sonrisa mientras observaba la forma en la que el abogado parecía estar completamente decidido a animarlo.

-No podré hacer centros de flores para tu cocina desde Nueva Zelanda.

Jin sonrió sin poder evitarlo cuando aquellas palabras abandonaron la boca de su pareja.

-Pero yo encontraré la forma de mandarte flores todas las semanas, incluso desde Seúl. Y espero que cada vez que las veas recuerdes que aquí tienes una casa y una familia esperándote.






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Hiii!!

Nuevo capítulo de The Lawyer que ojalá os guste. Esta semana la he tenido un poco repleta de cosas que hacer, así que es un capítulo un poco más corto de lo normal pero de todas forma ojalá lo hayáis disfrutado.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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