Capítulo 49

“Cambios, pueden volverte medio loco pero te está matando seguir siendo igual. Todo saldrá bien, todo va a funcionar algún día. Momentos, viviendo con los ojos entreabiertos, has estado pensando en estos cambios. Todo saldrá bien.”

- Changes (LAUV)



THE LAWYER

La ley del más fuerte.

Cuando eran pequeños Namjoon y su hermana siempre alimentaban a los gatos callejeros que rodeaban la zona de contenedores situada en frente del edificio en el que residían, a pesar de las protestas de los vecinos ellos continuaban bajando comida a esos preciosos animales cada mañana y noche. Con el paso de los años eso les permitió conocer gran cantidad de detalles acerca de lo positiva que era la presencia de los animales en la vida de una persona.

Namjoon lo había comprobado en multitud de ocasiones, pues el suave ronroneo de un gato siendo acariciado solía borrar la presencia de ansiedad que provocaba su sexualidad por aquel entonces. Descubrirse a sí mismo fue difícil incluso si quiso ser fiel a ello desde el preciso instante en el que entendió lo que le sucedía.

A Corea, como a gran parte del mundo, le faltaba mucha información acerca de lo que ser homosexual significaba. La gran mayoría de personas explicaba sus elecciones a través del vicio o la moda, mientras que solo unos pocos se molestaban en rebuscar entre la casi inexistente información que existía al respecto. Era complicado, fue complicado entenderse a sí mismo como un niño al que le parecían bonitos otros niños… no había ni una sola referencia que pudiera ayudarle a comprender el motivo de su diferencia con respecto al resto. Crecer no le aportó soluciones tampoco, en realidad solo llenó su mente de una interminable cantidad de preguntas que difícilmente lograba contestar cuando ni siquiera sabía bien cómo actuar. ¿Debía esconderse y fingir que era como el resto, reconocer que tenía un problema o simplemente dejarse llevar?

El Kim Namjoon de doce años había decidido salir con una compañera de clase, no era ese tipo de relación en la que se besaban sino más bien esa en la que sus amigos se burlaban de ellos porque “Namjoon y Momo se gustan”. Solo que a él no le gustaba Momo, y probablemente a Momo tampoco le gustase él… Eran dos compañeros de clase saliendo juntos porque su grupo de amigos decidió emprender una broma intermitente sobre la buena pareja que los dos hacían.

El Kim Namjoon de quince años comprendió que no solo le parecían bonitos otros chicos, sino que no se los podía quitar de la cabeza. Ya fuesen todos esos actores de los dramas que su madre veía en el televisor o los idols de los que su hermana hablaba de vez en cuando… Encontrarse a sí mismo perdido en la belleza de los rostros masculinos había sido tan frecuente como aterrador.

Finalmente el Kim Namjoon de veinte años era ese que decidió enfrentarse a la negación de sus padres a partir de las relaciones constantes que siempre acababan en simples y vacias noches de sexo. Al menos había sido lo suficientemente cuidadoso como para protegerse bien, hasta la llegada del abogado no había conocido algo similar a una de esas relaciones de película que durante años creyó infladas, exageradas e irreales. Por supuesto que el romance estaba idealizado, sin embargo no era tan malo como creyó que lo sería durante un tiempo. Conocer a la persona con la que se acostaba cada noche y despertaba en la mañana, era en cierto modo una tranquilidad rutinaria que ayudaba a combatir cada uno de sus síntomas de abstinencia.

Jin podía calmarlo con facilidad.

Jin le aportaba estabilidad.

Jin era el mejor ejemplo de que una relación homosexual podía fluír de forma sana, incluso a pesar de su extraño inicio. Sin importar lo que muchas personas se empeñasen en decir o creer acerca de ellos.

-¿Cómo sabremos cuál es el correcto? - la voz de Seokjin captó la atención de Namjoon, quién se había mantenido en silencio y perdido en sus pensamientos mientras seguía a su pareja alrededor de la zona de mascotas.

Dar un paso más, él sabía que eso era exactamente lo que estaban haciendo al decidir añadir la figura de una mascota a su poco habitual hogar. Ya no solo serían Jin, Seung y él, ahora también habría un bonito minino al que mimar y cuidar.

-Estoy seguro de que el veterinario podrá informarnos acerca del pienso adecuado para el gato, Jin. - Namjoon acomodó a Seung en su carrito y sonrió cuando el niño se escondió bajo su mantita, a veces todavía le fascinaba la facilidad con la que ese pequeño podía mantenerse tranquilo a su alrededor. Generalmente Kim Namjoon era torpe, con Seung y Jin se sentía más ágil que en cualquier otro aspecto de su vida. - De momento necesitamos comprar todo aquello que vaya a usar tan pronto como lo adoptemos. Tendremos que pasar por el veterinario antes de nada, hacerle una cartilla y quizás pedirles que le den un baño.

Seokjin mantuvo la mirada sobre los dos sacos de comida para gatos que había seleccionado y se limitó a encogerse de hombros antes de volver a iniciar su acelerada caminata entre los pasillos de la sección para mascotas del centro comercial.

-Bien. Entonces compraremos la comida cuando llevemos al gato al veterinario, pero de todos modos necesitamos un collar, una camita, algunos juguetes, comederos, mantas calientes… ¿de qué me estoy olvidando? Estoy seguro de que había algo más en la lista.

Namjoon sonrió sin poder evitarlo, empujando el carrito de Seung hasta el lugar en el que se encontraba su pareja. Una de sus manos rebuscó en el bolsillo de su abrigo hasta encontrar el arrugado papel en el que Jin había escrito una rápida lista de cosas antes de salir de su despacho.

Era un gesto casi doméstico, Nam se había acostumbrado a salir de la floristería cada mañana para después recoger a Seung en la guardería y empujar el carrito hasta el bufete  en el que Jin trabajaba. A solo diez minutos andando, y aún así cada vez que llovía era Seokjin quién aparecía no tan inesperadamente con su coche y un paraguas extra. Tras eso ambos se sumían en las opciones de comer juntos en casa o elegir algún restaurante si el abogado tenía poco tiempo.

Esa mañana el plan había sido diferente, Jin estaba tan emocionado por el hecho de que adoptarían un gatito que casi lo obligó a aceptar una visita al centro comercial antes de ir a comer. No importaba si tenía poco tiempo o deberían hacer las cosas con prisa, Kim Seokjin estaba completamente decidido a obtener la gran parte de los objetos de su lista esa misma mañana.

-Aquí pone peine, cortauñas para mascotas, transportin, arnes para el coche, arenero, arena, rascadores y castillo para gatos. Pero todo eso podremos encontrarlo en el veterinario también Jinnie. - Namjoon volvió a arrugar el papel antes de guardarlo en su bolsillo. - Tranquilo, lo haremos bien. No iremos al refugio hasta el lunes así que todavía tenemos algunos días para pensar bien en todo lo que necesitamos y en cuales son las opciones que más nos gustan.

El abogado ignoró sus palabras, sus manos repletas de juguetes para gatos dejaron caer todo el contenido dentro del carro de supermercado. A ese ritmo tendrían que dividir la habitación de juegos de Seung para hacerle espacio a los del nuevo miembro de la familia.

-De todos modos, ¿desde cuándo eres tú la voz de la razón entre nosotros dos? - Jin sonrió antes de girarse para volver a caminar con prisa. Solo tenía dos horas libres antes de tener que regresar al bufete, pues esa tarde firmarían el acuerdo con el viejo Jung y necesitaba repasar cada uno de los puntos del documento que Hoseok le había enviado.

-Supongo que ha surgido de forma natural. - en realidad se debía que Jin le proporcionaba equilibrio, Namjoon había estado pensando en ello durante mucho tiempo. Con Seokjin no tenía que fingir ser alguien distinto solo para encajar o hacer amigos, el abogado conocía cada uno de sus errores y trapos sucios desde el instante en el que leyó la ficha de su caso. - E insisto, deberías tomártelo con un poco más de calma. Un animal supone muchas responsabilidades pero estas no van más allá de cuidarlo, mantenerlo sano y quererlo. ¿No estás haciendo lo mismo con Seung? Y lo estás haciendo bien.

A Kim Seokjin no le molestó la comparación, sabía que en realidad Namjoon estaba en lo cierto pero la ansiedad ante la firma del acuerdo de esa tarde había comenzado a afectarle.

-Lo sé, solo deja que me entretenga un poco más Namjoonie. - las manos de Jin alcanzaron dos camas mullidas con forma de fruta. -¿Fresa o sandía?

Una sonrisa compartida y entonces ambos respondieron al mismo tiempo.

-Fresa.

La mansión en la que residía Jung Hoseok era imponente, tanto que los ojos de Namjoon no pudieron evitar fijarse en el jardín frontal de la gran explanada que rodeaba la entrada de la casa. Jin no dudó tras ver como las verjas se abrían ante la mirada de ambos, y si el edificio y sus jardines parecían imponentes desde fuera…

-¿Realmente existen este tipo de casas en Seúl? - Namjoon se inclinó hacia adelante en el asiento de copiloto del coche, sus ojos buscando entre los mullidos árboles de los jardines que enmarcaban el camino de entrada. - Cuando dijiste que Hoseok vive en una mansión me imagine una casa grande, esto es… de película.

Seokjin sonrió a su lado, la mano del abogado moviéndose durante un segundo para acariciarle la nuca en un gesto familiar que Namjoon había aprendido a apreciar.

-Es una casa que ha pasado de padres a hijos durante varias generaciones, muchos de los que vivieron aquí han ido ampliandola a medida que Hope’s Enterprise ha ido creciendo. Recuerdo que Hoseok me contó que el primer miembro de su familia que vivió en esta zona no tenía mucho más que una idea innovadora, una casa y un par de empleados. - sonrió. - Aunque eso fue hace mucho. Como puedes percibir, el nivel ha aumentado bastante.

Namjoon asintió, permitiendo que un silbido se escapase de sus labios cuando notó las escaleras que se extendían desde la puerta de la casa hasta el suelo. Blancas, tan blancas que parecían ser limpiadas a conciencia cada día.

-De repente parece que estoy encerrado en una película de Disney, dime que no saldrá un príncipe encantador de la nada.

Seokjin volvió a sonreír.

-Bueno, puedes considerar a Hoseok y Taehyung como príncipes. Estoy seguro de que este lugar se parece bastante a un enorme palacio, recuerdame que te enseñe el prado y los establos. - un guiño de ojos. - Su jardín trasero se parece bastante a un monte propio.

Aunque Namjoon percibió el tono bromista que desprendía la voz de Jin, no dudaba de que los hermanos Jung pudiesen comprar un monte a juzgar por la gigante fachada de aquella mansión. Su mirada no abandonó los detalles que podía percibir mientras el vehículo avanzaba, podía imaginarse algunas fuentes para pájaros escondidas en el medio de los árboles o las flores que se bifurcaban y rodeaban cada zona de la casa. Como un cuento de hadas.

El coche ni siquiera había sido aparcado cuando las figuras conocidas de los hermanos Jung se presentaron ante la puerta de la casa, y Namjoon entendió perfectamente eso de que Taehyung y Hoseok podrían fácilmente ser llamados “príncipes”. Con esos tres diamantes que decoraban el emblema de su familia de sus elegantes collares, su cara ropa y los brillantes ojos verdes que compartían luciendo como esmeraldas con la luz del sol.

-Bien, ya estamos aquí. - Jin suspiró, dejando salir el aire de entre sus labios sin prisa a medida que repasaba mentalmente cada pequeño detalle. - Vamos a firmar el acuerdo con la presencia de Hoseok, Taehyung y el abogado de su familia. El viejo Jung no estará pero como sabes, ese abogado suyo se asegura de que cada punto le resulte beneficioso a su jefe. Deja que yo hable, sé lo que quieres y también recuerdo perfectamente todo lo que hemos hablado durante los últimos meses. Me aseguraré de que sean cuales sean sus cláusulas, estas puedan modificarse en el instante en el que Hoseok herede el poder de la empresa. Solo unos meses y entonces volverás a ser libre. Lo prometo Namjoon, después de que acabe el período del acuerdo, podrás estudiar lo que quieras con mi total apoyo.

Sentirse nervioso, eso era algo que últimamente le sucedía bastante a Namjoon. Tener que dejar una adicción no era sencillo, como probablemente no lo sería tener que bajar la cabeza ante un hombre que no le causaba la más mínima confianza. Aceptar el acuerdo que el viejo Jung le ofrecía significaba pisotear un orgullo que había construido para sí mismo durante gran cantidad de años, pero de la misma forma también significaba un nuevo inicio.

Quizás tenía que bajar la cabeza en el presente, pero lo hacía exclusivamente con el propósito de obtener un nuevo y mejorado futuro. De todas formas, aquello sería mejor que un ingreso en prisión por un simple mural colorido en las paredes de un edificio privado.

-Vamos a hacerlo Jinnie, confío en ti. Consigue el mejor acuerdo que puedas y yo me limitaré a comenzar a tejer mi propio futuro. - Namjoon se inclinó para besar los labios del abogado en un toque rápido pero cariñoso. - Podré sacrificar mi orgullo por unos meses a cambio de una buena vida.



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Hii!!

Nuevo capítulo que espero de verás que os guste baes. Últimamente Wattpad no me notifica comentarios así que cuando no contesto se debe a eso. Lo siento mucho, en cuanto pueda revisaré bien los capítulos y contestaré.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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