Capítulo 45

"Si tienes un poco de miedo estás viviendo al límite. Es difícil escapar de tus preocupaciones. Si quieres esconderte estás perdiendo la cabeza. Tienes que apoyarte en alguien, seré ese alguien para ti. Mil millas, no importa. Cuando te sientas depresivo di la palabra, estaré allí… "

-One Day At A Time
(ATEEZ)






THE LAWYER

La ley del más fuerte.

Namjoon siempre había creído en ese dicho que narraba que “después de la calma viene la tempestad”, sin embargo la alegría que últimamente estaba recorriendo de forma constante su cuerpo casi le hizo olvidar la frase. Y quizás si no lo hubiese hecho, ahora podría lidiar con la tempestad sin tanta dificultad… o tal vez no. De todos modos el destino parecía haberlo llevado hasta un círculo sin retorno.

-¿Has vuelto a consumir? - la voz de Jin estaba repleta de algo que Namjoon odiaba. Su novio parecía decepcionado, y él estaba realmente cansado de provocar que las personas que amaba se sintiesen de ese modo. Cansado de hacer que todos perdiesen la confianza en él. - ¿Qué mierda es esto Nam? Creí que estabas mejorando poco a poco.

Namjoon no logró hacer nada más aparte de bajar la cabeza, no había consumido pero había pretendido hacerlo al comprar aquellas pastillas. Solo el llanto de Seung lo había devuelto a la realidad antes de alejarse de la morfina.

Ni siquiera recordaba bien qué fue lo que se le pasó por la mente cuando decidió tomar una decisión como aquella, él sabía mejor que nadie que no quería ni podía permitirse destruir el futuro con el que había comenzado a soñar. Lo había estado haciendo bien, de alguna manera hasta ese día logró evitar cada resquicio de tentación incluso si las reacciones de su cuerpo lo hacían sentirse completamente enfermo.

Solo unos meses consumiendo habían bastado para que su camino fuese duro, no lograba imaginar cómo sería el proceso para esos que llevaban años usando la morfina o cualquier otra droga como método de evasión de la realidad.

-No he consumido, pero he caído en la tentación de comprar las pastillas. - sus manos estaban temblando y su cabeza parecía dar vueltas con cada resquicio de abstinencia que continuaba golpeándolo. Las ganas de vomitar se agolpaban en su garganta, los olores que generalmente le resultaban agradables ahora tan solo lo mareaban. - Lo siento, yo…

La expresión de Seokjin cambió levemente, Namjoon no estaba seguro de qué era lo que expresaban los ojos de este en ese instante pero al menos ya no había profunda decepción y eso sin duda era algo positivo. El abogado se limitó a suspirar antes de dejarse caer sobre el suelo del salón, con el frasco de pastillas en su mano y sus dedos apretados alrededor de este.

-Jin, te prometo que no he tocado ni una sola de las pastillas. - dijo. - Me arrepentí al instante en el que las compre.

Sus hombros se rozaron sobre la ropa cuando el abogado se acercó un poco a su cuerpo, mas sus miradas parecían distantes mientras los dos se sumían en sus propios pensamientos. El silencio pesaba mucho más que cualquier reclamo, a Kim Namjoon no le agradaba que su novio no hablase pues eso tan solo aumentaba la sensación de ansiedad que se cebaba con su cabeza. No podía predecir, ni imaginar, cuál sería la decisión de Jin después de saber la verdad acerca de que había comprado pastillas.

-Iremos a hablar con el doctor que está siguiendo tu desintoxicación, Nam yo… creo que deberías plantearte el hecho de ser internado. No me malinterpretes, estoy seguro de que es realmente bueno el que las hayas comprado pero no consumido aún teniéndolo a tu alcance. - Jin lanzó sin fuerza el frasco de pastillas sobre la alfombra del salón. - Pero últimamente estoy bastante ocupado y me preocupa que en algún momento decidas consumir de nuevo debido a que no hay nadie a tu alrededor para recordarte que no necesitas esa mierda.

-Hablemos con mi médico primero. - Namjoon podía entender el temor de su pareja, pero él sentía que todo empeoraría sin este y Seung a su alrededor. - No sé si entrar en un centro de desintoxicación va a ser la mejor opción para mí. Realmente esta casa, tú y el propio Seung suponeis mis mayores motivaciones para dejar la morfina, incluso mi trabajo es un buen lugar en el que entretenerme. Me asusta que sin eso yo…

-No te quedarías solo siempre, podríamos visitarte cada vez que quieras, y quizá si lo hablamos con tu médico podrías venir los fines de semana. Es cuando menos trabajo tengo y más tiempo paso en casa. - Jin hablaba con la sinceridad de un corazón preocupado. Amaba la presencia de Kim Namjoon en su vida, pero lo quería a él totalmente consciente y sin una pizca de droga en el organismo. Ansiaba que Nam pudiese volver a tener una vida normal, sin esos molestos síntomas de abstinencia o la amenaza constante de la tentación. - Piensa en ello, ¿está bien? Podríamos encontrar la forma de combinar nuestra relación con tu desintoxicación. Tú mismo me lo dijiste una vez, no es un camino fácil y llevará mucho tiempo, pero aún así… prefiero que un médico decida si tu caída en la tentación de comprar morfina significa que debes empezar a plantearte la opción del internamiento.

A su alrededor las luces de los edificios de Gangnam brillaban en el atardecer temprano del invierno tras los grandes cristales de la galería del salón. Kim Namjoon observó la casa que lo rodeaba, ese sitio que había terminado convirtiéndose en un hogar y refugio para él en algún instante. Un centro de flores que había preparado el día anterior, decoraba la mesa del comedor tiñendo el ambiente del agradable olor a lavanda que Seokjin tanto parecía gustarle. Lo observó también a él, sus ojos que ahora podía reconocer expresivos o sus labios fruncidos esperando una respuesta en una expresión que le resultaba inevitable al abogado siempre que algo lo preocupaba.

Seung dormía la siesta en su habitación, solo a unos pasos de donde el salón de la casa se encontraba situado. A Namjoon todavía le sorprendía saber que probablemente en menos de veinte minutos el pequeño empezaría a lloriquear tras despertarse y tendrían que preparle un biberón tibio con una leve gota de vainilla.

-Está bien, creo que lo mejor será hablar de esto directamente con mi doctor. Él podrá aconsejarnos al respecto. - susurró. - Es solo que…

La mirada de Seokjin no lo abandonó ni por un solo segundo después de sus palabras, el abogado se encontraba atendiendo a sus decisiones. Expresaba a través del silencio lo mucho que se preocupaba en realidad por él, y eso era todo lo que Namjoon necesitaba saber para decidir que esforzarse un poco más era algo válido si lo estaba haciendo no solo por él mismo sino también por el posible futuro al lado de Seokjin y del pequeño.

-Tengo miedo. - confesó, llevando su mano hasta la del abogado y acariciando los largos dedos de este.

Jin dejó que la palma de su mano se girase contra la de Namjoon antes de que ambos entrelazaran los dedos, sus miradas siguiendo el movimiento a medida que sus mentes sobrevolaban todo lo que había pasado esa tarde y lo que implicaría el hecho de que Nam tuviese que ser internado en algún centro de desintoxicación.

-Oye. - Jin sonrió con tristeza. - Es normal que tengas miedo, eres un humano. Lo extraño sería que no te asustase la idea de tener que ir un paso más allá para librarte de esa mierda que lastima tu cuerpo.

Namjoon asintió, inevitablemente respondiendo a la sonrisa triste de Seokjin con la suya propia.

-Lo sería. - suspiró. - El problema quizás sea que tengo más miedo a perderte a ti y a Seung, el estar internado me causa un poco de ansiedad pero no es nada comparado al miedo que me provoca pensar en el hecho de que podría perder a mi familia en el proceso.

Algo brilló en los ojos de Seokjin tras escuchar aquellas palabras abandonar los labios de Namjoon, algo repleto de cariño y necesidad.

-Nam… - el abogado no pudo evitar inclinarse, una de sus manos escalando por la piel de la mejilla de Namjoon mientras la otra todavía sostenía la mano de este. - Tendrían que pasar muchas cosas para que Seung y yo decidiesemos abandonarte.

Namjoon apoyó su frente contra la de Jin, sus miradas conectadas a través de dos pares de ojos que solo parecían querer observar a esa persona que tanto amaban.

-¿Prometes esperarme si finalmente deciden que lo mejor para mi es la internación? - preguntó.

-Prometo hacerlo.

La respuesta de Seokjin fue concisa, solo interrumpida por la amenaza de lágrimas en sus ojos y el beso necesitado que Namjoon inició al hacer chocar sus labios.

Namjoon trató de decirse a sí mismo que pasase lo que pasase estaba haciendo aquello para salvarse a sí mismo, pero era realmente difícil creer en sus propias palabras cuando Jin se encontraba justo a su derecha jugueteando con Seung en sus brazos para entretenerlo mientras esperaban a ser llamados por su médico.

Ese ser humano que creyó frío algún tiempo atrás, era el único ser humano que en realidad le había aportado calidez a su vida además de su familia. Él nunca había sido el tipo de chico que lograse mantener relaciones largas y estables, tampoco era una persona demasiado romántica… Y sin embargo con Kim Seokjin todo parecía diferente, no podía cansarse de sus besos ni de su manera de susurrarle las buenas noches mientras sus cuerpos desnudos se abrazaban. Tampoco podía dejar de pensar en él cada vez que veía alguna flor bonita en el lugar donde trabajaba, por eso su casa siempre estaba repleta de colores y olores.

-¿Estás nervioso? - la mano de Jin recorrió su mejilla antes de posarse sobre su barbilla para instarlo a mirarlo a los ojos.

-Lo estoy. - susurró. - Realmente no puedo dejar de pensar en el hecho de que la he cagado, nunca debí comprar esas pastillas. Ni siquiera estaba pensando en consumir, yo solo… de alguna manera las compre y ahora no puedo entenderme a mí mismo.

Jin asintió, concentrado en mostrarle a Namjoon que estaba de su lado. Dos días atrás le había costado mucho controlarse, él habría querido gritar y tal vez echar a Nam de su casa… pero aquello no ayudaría a su pareja de ninguna forma. Si lo que sentía por su novio realmente era importante, entonces debía apoyarlo en el proceso de desintoxicación sin poner zancadillas en su camino con discusiones absurdas.

Ellos dos sabían que la tentación sería una trampa en la que Namjoon caería más o menos tarde, su pareja lo había hecho lo suficientemente bien como para no consumir aún teniendo pastillas a su alcance. Incluso si las había comprado, para Jin era en cierta forma una especie de tira y afloja completamente normal.

-Estamos aquí, contigo. - susurró a cambio. - Y como te dije hace dos días, tendrían que pasar muchísimas cosas para que nosotros dos decidamos irnos. Incluso si finalmente tienen que ingresarte en un centro de desintoxicación para que puedas avanzar en tu recuperación con más seguridad. Recuerda que yo… te quiero y estaré apoyandote ya sea desde la distancia o mientras dormimos bajo el mismo techo.

Namjoon no pudo evitar sonreír, sus labios se curvaron en una expresión sincera que provocó que los preciosos hoyuelos de sus mejillas se mostrasen. Jin no podía recordar la última vez que la sonrisa de un hombre le había parecido incluso más sensual y atractiva que su cuerpo. Aunque su novio definitivamente era atlético, su sonrisa sincera parecía superar cualquier otra cosa.

-Gracias. - las palabras fluyeron con naturalidad de los labios de Namjoon. - Desde que llegaste a mi vida no has dejado de hacer cosas por mí.

Jin sonrió.

-Bueno, yo diría que el inicio no fue el mejor del mundo.

Namjoon le devolvió la sonrisa, curvando incluso más sus labios.

-Tal vez, pero el pasado es pasado. Hace un tiempo que he decidido que debo centrarme en mi futuro, y definitivamente tú siempre apareces en los planes que me imagino.

Seokjin se quedó callado por unos instantes, bajó la mirada hacia Seung sin dejar de sonreír. A veces se sentía como un adolescente que estaba aprendiendo lo que un enamoramiento significaba, porque podía sentir sus orejas estallar con el calor de la timidez.

-Tú también estás en mis planes de futuro, Nam. Así que hagamos todo lo posible para que nuestros sueños se cumplan de una buena vez por todas.

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