Capítulo 25
"Atrapado en un laberinto de decisiones. Agotado por el caos. Hemos deambulado buscando una respuesta. Perdido en el laberinto, en la oscuridad."
- Love Maze (BTS)
THE LAWYER
La ley del más fuerte.
Tras llevarse la pastilla hasta la boca, Namjoon se dejó caer sobre su mullido colchón y suspiró. A veces incluso él se castigaba por el hecho de haber cedido ante la droga, porque eso era la morfina. Una droga que comenzaba a resultarle necesaria cada día de su vida para poder lidiar con todos los pensamientos absurdos que atravesaban su mente a diario.
Le hubiese gustado pensar en cosas más bonitas, tener recuerdos mucho más fuertes que se basasen en experiencias entrañables, sin embargo incluso los fragmentos rescatables de su vida estaban decorados con una especie de sensación tristona que lo hundía por completo.
-Namjoon - la voz del abogado sonó en la distancia del pasillo. Después de lo ocurrido la noche anterior ninguno de los dos se había atrevido a iniciar una conversación al respecto. Él tampoco lo esperaba.
Y aún así, después de un silencioso día de remordimientos, allí estaba su abogado. Jin había llegado de forma inesperada y sin tan siquiera avisar, había entrado en aquella casa que un día perteneció al padre del pequeño Seung como si fuese completamente suya, lo era en realidad. Namjoon se sentía todavía peor cuando pensaba en el hecho de que estaba tirando su vida a la basura mientras Seokjin parecía esforzarse por hacerlo flotar a medida que el juicio se acercaba. Pero era solo eso después de todo, la única razón y motivo por los que el abogado se preocupaba. ¿Acaso tenía sentido que Jin se preocupase por él en cualquier otra circunstancia?
-Namjoon. - la voz del abogado sonó nuevamente. Su tono demandante haciendo rugir la parte drogada de su cuerpo que necesitaba aquel reparador sueño que su dosis de morfina diaria le proporcionaba.
-En la habitación. - trató de alzar la voz pero de algún modo sólo logró expulsar un susurro enrevesado antes de que sus ojos se cerrasen levemente. - Da igual...
Quizás no era mala idea dormirse. Su abogado podría entender que simple y sencillamente tenía sueño. Así que se abandonó ante aquella sensación placentera que la droga le otorgaba. Dormir sin pesadillas era mucho más sencillo cuando la morfina se encontraba en contacto con su organismo, e incluso si sabía que estaba mal y que aquello era un error… ya no podía evitarlo.
Cuando se despertó lo hizo totalmente confuso y algo mareado por el olor de la comida. Sundubu Jjigae, su madre solía prepararlo cada vez que las temperaturas bajaban, sin calefacción en casa aquella era la mejor forma de calentar sus cuerpos durante el invierno. Por un instante los restos de morfina lo invitaron a creer que estaba de nuevo en casa, que su hermana se encontraba sentada parloteando sobre su día mientras cortaba las verduras y su madre cantaba alguna canción tradicional. El viejo televisor del salón les permitía escuchar las noticias desde la cocina a un volumen estrepitosamente alto para su gusto pero aún así él habría entrado con una sonrisa y habría tratado de obtener algunos ingredientes antes de que su madre dejase caer un pequeño golpe sobre su mano.
"Espera a que esté listo. Puedes poner la mesa mientras tanto." - habría dicho. Y Soyeon habría reído divertida.
Pero la imagen que le devolvieron sus ojos no era la misma que la droga le permitía disfrutar de nuevo. No. La imagen que le devolvía su mirada era igual de bonita, aunque tremendamente diferente.
Iluminado por la anarajanda luz de las lámparas de diseño, su abogado cocinaba al ritmo de la canción Hotel California de los Eagles. Seung bostezaba desde su silla, demasiado aburrido por la espera. En la calle, lo que parecía la nevada más fuerte del invierno, dejaba rastros de nieve blanca sobre los árboles de la terraza.
El pequeño extendió sus manos cuando percibió su presencia y Namjoon se vio obligado a despejar levemente su cabeza antes de atreverse a alzarlo en brazos. Jin se giró unos segundos después con gesto sorprendido por la corta distancia entre ambos.
-Huele bien. - Namjoon se inclinó sobre el hombro del abogado para olisquear el aire. El tibio vapor de la olla estrellándose contra su cara mientras Seung se acomodaba pasando sus pequeños brazos alrededor de su cuello, todavía adormilado.
-Estabas dormido cuando llegué. Tenía que hablar contigo acerca de un par de cosas así que decidí cocinar y después tal vez despertarte para hablarlo cenando. Tienes el sueño bastante pesado.
Namjoon siseó antes de tomar un poco de distancia, preocupado por sus ojos. Sabía que el abogado no era idiota, cada vez que consumía morfina su mirada era una clara prueba borrosa y rojiza. Sus pupilas afectadas como las de un gato asustado.
-Estaba agotado. - mintió acariciando la espalda de Seung con una de sus manos. El pequeño volvió a acomodarse tranquilamente en sus brazos.
Jin no dijo nada en respuesta y por unos instantes Namjoon sintió el leve pánico de haber sido descubierto. Pero finalmente el abogado se limitó a servir la comida en dos platos.
-Pon la mesa, me encargaré de Seung. - habló Seokjin con calma.
Namjoon solo se atrevió a asentir y tras colocar la mesa de la forma en la que solía hacerlo cuando cenaban en casa del abogado, decidió que ducharse para despejar su cabeza de la somnolencia era mejor idea que la de esconderse completamente.
Cuando Jin volvió con Seung en brazos, pudo comprobar que sobre la mesa los platos y vasos se encontraban colocados de forma ordenada. A juzgar por el sonido de la ducha Namjoon se encontraba en el baño, aquel simple pensamiento logró que toda su piel se erizase. Era como si su cuerpo no pudiese controlarse cada vez que las imágenes de la noche anterior llegaban hasta su mente.
Después de tantos años… de tanta monotonía… de tanto cansancio. Después de todo eso, Namjoon le resultaba una experiencia nueva e incomparable. Molerse contra el cuerpo de este y dejarse hacer por completo de forma deshinibida había sido una idea tan errónea e inesperada como placentera.
Le gustaba la sensación que dejaban en su cuerpo las experiencias nuevas.
-Perdona. Necesitaba una ducha antes de sentarme a cenar. Aún no me has dicho porque has venido. - la voz gruesa del muchacho llegó hasta sus oídos y Seung se revolvió en sus brazos queriendo llegar hasta Namjoon. Jin avanzó, cediéndole de nuevo al bebé y preguntándose cómo era posible que se viese tan bien sosteniendo un niño entre sus brazos, un delincuente sin maldad como aquel no debería ser una amenaza para la sociedad. Nam solo era una amenaza para sí mismo, la mayoría del tiempo.
"Touche" - pensó Seokjin.
Lo cierto es que no había una razón en concreto, solo quería verlo de nuevo. Necesitaba calmar esas oleadas de curiosidad que durante el día completo habían estado llegando a borbotones hasta su cabeza.
-He empezado a preparar las cosas para la reunión con tus padres. - aquello no era una mentira. Buena parte de la razón por la que no había logrado dejar de pensar en Namjoon, su cuerpo y lo bien que se había sentido ser tomado sin piedad alguna por este, se debía a que el chico formaba parte de su trabajo. Era su cliente, su primer y único cliente de hecho.
Quitando a esas personas que se acercaban al bufete en busca de asesoramiento, Jin todavía no había tenido ningún otro caso. Sus horas estaban cubiertas por y para Kim Namjoon.
-Oh. Casi se me había olvidado después de … - de haber follado como dos adolescentes necesitados sin tan siquiera intercambiar una maldita palabra. - De la siesta de esta tarde. Estoy agotado.
Jin asintió notando la mirada cansada del contrario, una ola de preocupación lo embargó durante un instante. Sabía que Namjoon trabajaba en la floristería tan solo durante un turno cada día de la semana exceptuando los domingos y aunque aquello racionalmente no debería aportarle a su rostro una imagen tan decaída, quizás el estrés del juicio podría estar afectando a su estado anímico. Racionalmente Seokjin habría sospechado, racionalmente no se habría creído que aquellos ojos eran consecuencia de sus turnos en la floristería… pero no estaba siendo racional.
Ahora que aquel muchacho comenzaba a hacer vibrar su corazón todo lo que podía hacer se resumía en creerle. Sabía que Namjoon no guardaba maldad en su corazón, también sabía que anteriormente le había mentido en un par de ocasiones. Así que… no, no estaba siendo racional de ninguna forma posible.
-Si cuidar de Seung es demasiado cansado puedo buscar a alguien más. Sé que es un pequeño un poco complicado. - Seung era un bebé que necesitaba atención instantánea. Así que cuidarlo a veces suponía poner gran cantidad de esmero.
-No. Me gusta cuidar de Seung, es un buen trabajo. - Namjoon sonrió con sinceridad. Por supuesto no era una opción el decirle a su abogado que el motivo de su cansancio no era otro que la morfina que usaba cada noche para alejar las pesadillas.
Jin se limitó a asentir mientras las preguntas y sospechas se agolpaban en su cabeza. Comenzaba a notar que de alguna forma su cabeza volaba hacia temas absurdos de forma inevitable.
-¿Estás comiendo bien últimamente? - preguntó después de unos instantes de silencio.
Ahora los tres se encontraban sentados y dispuestos a cenar, pero su mente no descansaba incluso cuando la imagen ante su mirada era un poco más tranquilizadora.
-Como lo que tú preparas la mitad del tiempo y la otra mitad me alimento bien. No tienes que preocuparte por eso.
Jin asintió jugueteando con los palillos de madera.
-¿Estás estresado entonces?
Namjoon casi sintió como el sudor frío recorría su nuca. ¿Estaba Jin tratando de averiguar si había algo más detrás de su cansancio?
-Supongo. A veces me cuesta dormir… - y de nuevo aquello no era una mentira. Había recurrido a la morfina por un solo motivo, las pesadillas siempre se hacían un hueco entre su sueño para martirizarlo.
Jin sonrió y aquel gesto logró que Namjoon se tranquilizase.
-Hay algunas infusiones naturales que ayudan con el insomnio. Solía tomarlas en épocas de exámenes porque mi mente se quedaba estancada en la posibilidad de responder mal. Te las conseguiré mañana.
Namjoon fingió una sonrisa, aquello no fue del todo difícil. Ignorando lo mucho que le apenaba mentir, era realmente adorable ver como un sonrojado Seokjin lo miraba con el rastro de una sonrisa tímida asomándose a sus labios.
-Suena bien. Las probaré.
-Si quieres… puedes venir conmigo a comprarlas. Quiero decir… para que salgas un poco de esta casa. Solo vas a la floristería y al bufete últimamente. ¿No es así?
Namjoon asintió antes de tomar un poco de aquella deliciosa comida. El sabor a hogar parecía pegarse a cada esquina de su memoria con los olores y sabores.
-Sí, bueno, también he estado visitando una librería cerca de aquí pero sus precios son algo elevados así que no he encontrado ningún libro para mí.
Seokjin asintió. Aquel barrio era lo suficientemente exclusivo como para que las cosas valiesen un poco más en comparación con otras zonas de Seúl.
-¿Te interesa el derecho? Puede sonar aburrido pero si quieres puedo dejarte algún libro sobre resoluciones de juicios reales. Algunos son realmente interesantes desde mi punto de vista.
Cuando Namjoon le sonrió, Jin se sintió obligado a bajar la mirada por la vergüenza. Ni siquiera en su época adolescente se había sentido así de expuesto ante Hoseok. ¿Qué le estaba pasando?
-Suena bien, pero tendrás que explicarme las cosas que no entienda.
¿Aquello era flirteo o se estaba volviendo loco? ¿Como mierda se flirteaba? Él ni siquiera recordaba haber compartido una situación así con Hoseok en el pasado, los dos se habían gustado y la evidencia de ello fue suficiente. Su fase de pasión confirmó los sentimientos y entonces decidieron seguir juntos.
Con Namjoon en cambio, las cosas parecían ser bastante diferentes.
-S..solo apunta lo que no entiendas y te ayudaré con ello en cuanto pueda. Mañana puedes subir a mí apartamento para revisar la biblioteca de mi despacho.
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Holiii!!
Sólo quería informaros de que he tenido un problema con el pc y por eso el capítulo se ha retrasado. A parte de eso avisar de que más adelante es probable que cambié mi nombre de usuario , os mantendré informadxs.
Espero que os haya gustado el cap baes.
Un beso, Mel 💜
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