7.

Su mano temblaba sosteniendo el arma y estaba paralizado en su sitio.

¿Qué debía hacer?

Wonho gruñó adolorido y tomó el bolso que hasta hace unos minutos él había cargado.

Sin tardarse demasiado, sacó un par de cuerdas gruesas que había traído anteponiendose a que esa situación ocurriría y aunque no podía ver bien, sabía muy bien lo que debía hacer.

— No apartes el arma... —susurró haciendo un fuerte nudo con la cuerda— si intento cualquier cosa, tira del gatillo. —soltó un quejido de dolor al sentir la terrible sensación de su interior estrujandose— Voy a inmovilizarme en caso de que falles.

Hyungwon lo miraba, totalmente horrorizado por lo que estaba ocurriendo frente a sus ojos.

— N-no... —respondió entre el miedo y el dolor.

Wonho comenzó a amarrar sus pies con rapidez sabiendo que no tenía demasiado tiempo y aunque dolía demasiado, no se detuvo en ningún momento.

Con sus manos palpó el árbol que tenía detrás y se inmovilizó a sí mismo allí, pero en cuanto lo hizo Hyungwon entró en pánico y rompió en llanto.

— Hyungwon... Necesito que te calmes... —lo buscó con sus manos y extendió la cuerda hacia él para que atara sus manos— Esto es por el bien de todos.

El desesperado Hyungwon no podía parar de llorar y comenzó a hiperventilar.

— ¡No! Claro que no... —pensó con rapidez en alguna solución y fue en ese preciso instante donde recordó el antídoto— ¡la inyección! Eso es... —tomó el bolso con desesperación y metió su mano en busca de aquel líquido que podría ser la única salvación en ese momento, pero no había nada— Wonho... —miró al inmovilizado Wonho que se retorcía a causa del insoportable dolor— ¡Wonho! ¡¿Donde está?!

El mayor soltaba fuertes quejidos y contraía su propio cuerpo ante las sensaciones que estaban abrumandolo.

Sin embargo, en medio de su agonía buscó a Hyungwon con sus manos.

— Hy-Hyungwon... —las manos del mayor se posaron sobre los hombros del menor quien lo miraba totalmente roto— te amo.

Hyungwon negó rápidamente, desesperado.

— Wonho, por favor dime donde está el ant- ¡Ah! —un fuerte dolor en su hombro lo paralizó— ¡Duele, joder! ¡Ah, Wonho!

Se safó del agarre de Wonho y por instinto llevó su mano hacia el área adolorida, pensando en que quizá Wonho lo había dañado, pero grande fue su sorpresa cuando retiró de su cuerpo la jeringa totalmente vacía mientras sentía el líquido esparcirse a través de él, como si lo quemara por dentro.

Entonces miró al abatido Wonho con una expresión de tristeza profunda, como si no creyera lo que él acababa de hacer.

— Lo pensé... —sollozó— Pensé en mí, en salvarme y continuar, pero... —se estrujó a causa del dolor— Ya era demasiado tarde y si... —soltó un quejido— si la usabas en mí, sabes que no tendría ningún efecto ahora.

El adolorido Hyungwon se levantó del suelo con un terrible nudo en la garganta.

— ¡Eso no lo sabías! —sollozó con fuerza— Si tan solo lo hubieras intentado...

Se sentía herido, y más que nada traicionado.

— Lo viste en el laboratorio, no hay necesidad de volver a experimentarlo. —sollozó— No soy un egoísta... No voy a ser yo el que acabe con tu vida y con la de mi bebé, por eso no podía arriesgarme. En cambio tú... —hizo una pausa que parecía ser más que dolorosa— Tú puedes continuar y ahora no tienes excusas para quedarte, sin embargo nuestro bebé es un buen motivo para que te vayas.

Hyungwon sintió su corazón desmoronarse.

— No... —susurró— yo no puedo, Wonho... —sollozó— Voy a morir, voy a morir sin ti...

Volvió a caer de rodillas frente a él, pero Wonho aún en medio de su dolor negó efusivamente.

— No, no vas a morir Hyungwon. —intentó mostrar una sonrisa— Vas a ir allá, saldrás de esta isla, tendrás a nuestro bebé y le pondrás un nombre hermoso. —se quejó de dolor nuevamente— Y le contarás lo mucho que esperé por ver su rostro... Le contarás que mi amor de padre era infinito y que... —sollozó— tú siempre fuiste el amor de mi vida.

Lo buscó con sus manos nuevamente y tocó su abultado abdomen con mucho cuidado mientras Hyungwon estaba hecho un mar de lagrimas.

— Wonho... —susurró con un hilo de voz.

Las temblorosas y frías manos de Wonho tomaron las suyas.

— Amarra mis manos. —las extendió— Y en cuanto esté inmovilizado y me convierta totalmente, dispara el arma.

El delgado negó.

— No lo haré... —respondió firmemente entre el llanto— No puedo.

Wonho suspiró.

— ¡Si puedes, joder! —gritó desesperado— Si puedes y es una orden. —volvió a extender sus manos que ya estaban verdozas casi en su totalidad— No hay tiempo Hyungwon. Aún te falta mucho por recorrer.

El desconsolado Hyungwon tomó la cuerda y comenzó a atar las manos de Wonho quien estaba desesperado debido al dolor que lo abrumaba.

Su borrosa visión no le permitía ver correctamente por culpa de las lágrimas pero saber que iba a dejar al amor de su vida en ese lugar, era un trago amargo.

Entonces terminó de amarrar la cuerda y dio un paso atrás.

— Wonho... —sollozó sin fuerzas— No quiero irme...

El mayor temblaba a causa de las sensaciones, sin embargo ahogaba sus adoloridos gritos para no asustar más a su pareja.

— Vete ahora. —suspiró entrecortado— Recoge las cosas y vete, Hyungwon. —rompió en llanto desmoronandose emocionalmente al darse cuenta de que jamás volvería a ver la cara de su pareja— Cuídate y cuídalo mucho.

Entonces cayó de rodillas al suelo, abatido, adolorido y totalmente roto sintiendo como hasta la última fibra de sus entrañas era consumida por aquel jodido virus que acababa con su vida y por ende también con su pequeña familia.

Hyungwon se sentó en el suelo al ver como Wonho dejaba de moverse, amarrado como si fuera un animal; entonces se rompió por dentro y comenzó a llorar abrazando su pancita, sin saber como continuar o qué hacer.

De repente miró el arma en su mano y levantó la mirada hacia aquello que hasta hace unos minutos era Wonho, su pareja.

La levantó y apuntó directamente hacia él, pero su mano no podía dejar de temblar, su corazón no podía dejar de doler y su mente no podía parar de pensar en que aunque ahora tuviera un aspecto diferente, seguía siendo su Wonho.

Secó sus lágrimas, levantó su mirada al cielo y recogió el bolso.

Iba a seguir

Debía seguir

Porque si en algún punto moría,
la última cosa que haría sería
cumplir con el último
mandato de Wonho;
Luchar por sobrevivir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top