Jungle









4 meses después del día 0, Estados Unidos de América.

La ciudad de Nueva York nunca había parecido visualmente una jungla hasta ahora.

Había plantas y follaje creciendo en el suelo como si siempre hubieran estado allí. Era algo frío por las noches, y caluroso por los días. El cielo parecía siempre nublado con algunos rayos de sol. Y esos rayos quemaban la piel cuando te daban directo, el latino había aprendido de mala manera al ser quemado en el brazo por ellos.

Un día se descuidó al dormir bajo un árbol, y la luz directa lo alcanzó por el brazo izquierdo dejándole una quemadura. Sorprendentemente, parecía sanarse, como si fuera una simple raspadura curándose después de caerse.

La vida era dura, pero solo quedaba sobrevivir.

El latino sabía que debía seguir con su vida, así que habían cosas que aprender de esta nueva jungla.

1.- Las noches son tremendamente frías, así que es recomendable encontrar un refugio antes de las 7 de la noche.
2.- En el día, hay que evitar los claros que se forman entre las nubes, donde da el sol directo. Aunque se pueden atravesar sin morir calcinado, es mejor evitarlo o una posible deshidratación podría causar.
3.- El alimento es fundamental, es importante recolectar carne, verduras y frutas.
4.- Es cazar o morir.
5.- Comer insectos no hace daño, al menos hasta ahora.
6.- Las cosas mutantes se queman con el sol. Su piel es gruesa pero sensible.
7.- Se pueden comer dichas cosas mutantes.
8.- Uno es mas animal que hombre.
9.- Cada cierto tiempo, llega un deseo incontrolable de apareamiento.
10.- Tratar de no volverse loco.

Para el latino todas eran fáciles excepto la última.

Estar tanto tiempo solo, sabiendo que es el único en el mundo, era duro.

Solía hablar con las plantas, o coches que encontraba. Solía siempre traer un reproductor de música en su bolsillo y escucharlo todo el tiempo, pretendiendo, que aquella voz cantando era un viejo amigo contándole sobre una historia en estilo musical.

Estaba de más decir que siempre lloraba cuando recordaba su miseria.

El latino se sentó en una banqueta de una calle y sacó un cuaderno lleno de notas, encendiendo el reproductor y tomó una pluma. Vestía unos simples pantalones de explorador que encontró en una tienda de campamentos. Una playera beige sin mangas y una mascara roja larga que cubría de su nariz hasta su mentón. Su cabello estaba recogido con una media coleta y tenia unos lentes de sol puestos. El día estaba mas nublado que ayer, así que mantenía su capa protectora de sol en su mochila junto a su gorra.

Otro día de mierda #121:

No he encontrado nada.

Estoy seriamente pensando en ahorcarme en el primer poste de luz que vea, pero no se si hacerlo hoy, oh bañarme y hacerlo. Creo que, si quiero morir, quiero hacerlo al menos limpio, para cuando encuentren mi cadáver los mutantes al menos agradezcan que no estoy lleno de sudor y mugre.

Siento que moriré de depresión antes que cualquier cosa.

Cuando dije que quería un mundo apocalíptico donde pudiera usar mis dotes de sobreviviente que aprendí en videojuegos y películas; mentía. Esto es una jodida mierda.

Cosas positivas: Espero encontrar chocolate hoy. Estoy cerca de una dulcería. O lo que era una dulcería.

El latino se puso de pie guardando su cuaderno en su mochila colgándosela. Suspiro ajustándose su cinturón que traía dos armas a los costados, después traía armas de mayor calibre, 4 para ser exactas colgadas en la espalda, y un arco de cacería con flechas colgando al costado derecho.

Lo único que agradecía de estar en EUA, es que conseguir armas era sencillo incluso después de un mundo apocalíptico como este.

Siguió su camino, enfocando sus sentidos para que estuvieran listos en todo momento, ya fuera para defenderse o atacar si era necesario. Colgó sus audífonos en su cuello y puso la música lo suficientemente alta para que pudiera escucharla y que no bloqueara los otros sonidos presentes a su alrededor.

Somewhere over the rainbow, way up high... – cantó el latino siguiendo su camino mirando a todos lados, tratando de recordar como era todo antes – And the dreams that you dream of, once in a lullaby...

El mundo se había perdido, sin una forma de remediarlo.

Cuando no puedes remediar algo, solo te toca vivir con ello.

El latino lo sabía, con cada paso en la tierra y hierba crecida que daba en la jungla de pavimento que alguna vez tuvo mucha vida. Sabía que había muerto él, que su trabajo como deportista había sido tirado a la basura. Que aquellos coros de victoria que coreaban su nombre en cada competencia ahora sonaban como coros que solo vivirán en su memoria.

Ya no era eso, ya no lo seria nunca más.

No podría volver a las canchas, no podría ser el mejor jugador del equipo internacional de nuevo. No podría patear un balón y con eso resolver su vida, ya no más, eso ya no existe.

Y dolía, por más estúpido que fuera, dolía perderlo todo, incluso las cosas que uno no piensa que extrañaría.

Le dolió perder los ronquidos de su pareja en las noches que no lo dejaban dormir. Le dolió perder las insistentes llamadas de su madre cada fin de semana preguntándole como estaba. Le dolió perder lo desesperante que era su padre cada vez que lo impulsaba a ser mejor. Le dolió perder incluso, su odio a si mismo, porque ahora ya no era nada parecido a la persona que solía ser y eso le dolía.

Era gracioso, muy, muy gracioso, como las cosas que mas odiaba o le fastidiaban, ahora son las que más recuerda. Y aquellas personas que siempre estuvieron con él, que él ignoraba lo mas que podía, ahora las extraña con todo su ser.

La vida si que se reía en su cara, y lo merecía.

Somewhere over the rainbow, way up high, And the dream that you dare to, Why, oh why can't I? ... – El latino frenó su caminar, pateando una roca, enfureciendo comenzando a disparar con la pistola de mano hacia un coche, librando todo su enojo, su estrés, su tristeza en cada bala. – ¡REGRESEN!

Gritó, con frustración dejando que las lagrimas recorrieran sus mejillas y golpeando el suelo, haciendo un cráter pequeño en él. Al levantar su mano, su piel tenia raspones sangrantes, que comenzaron a cerrarse rápidamente, solo dejando enrojecida la piel de los nudillos.

Limpió sus mejillas de nuevo retirándose los lentes de sol guardándolos. Se bajó la máscara y la dejó colgar en su cuello. Entonces notó que el sonido de bala había atraído a una de esas cosas.

Parecía un lobo, oh eso quería creer el latino que era antes de estar así. Sin pelo, enorme y con bolas grandes en el lomo brillantes como granos a puntos de reventar. Una quijada exageradamente grande con caninos demasiado salidos. Unos ojos rojos y hundidos y esas enormes garras y patas gruesas.

No es buen momento moon moon. – mofó el latino quitándose la mochila y las armas dejándolas en el suelo – realmente esto hasta la madre de ustedes y de mí, será mejor que regreses al hoyo de mierda de donde saliste ahora.

El animal solo gruño enseñando los dientes como advertencia, mientras el latino hacia lo mismo, tomando posición como lo haría un corredor de pista. Sus ojos se volvieron azul y negro y de un momento a otro, solo gruñidos y zarpazos se escuchaban mientras se revolcaba contra el animal en la tierra mordiéndose. No fue hasta que el moreno logró prendar el cuello, jalando y arrancando la piel y arterias del animal que esa pelea terminó.

Te lo dije, te dije que no estaba de humor. Pude hacerlo de la manera humana dándote un simple balazo entre ceja y ceja, pero no, no, tenias que agarrarme ahora, en este momento, con todo esto que está pasando. – Seguía quejándose mientras colocaba sus cosas otra vez encima de él, escupiendo la sangre negra de su boca que aún quedaba – Pues chinga a tu madre, a la verga contigo... oh...

El latino no se había dado cuenta, que su caminata larga le había tomado mas de lo común. Y ahora eran las 6:30 pm, y el frío comenzaba a sentirse, tenía que encontrar un refugio rápido o moriría congelado fuera.

Se metió a Chinatown, mirando por todo lugar, hasta que encontró un pequeño establecimiento que parecía ser una cafetería, donde pudo entrar fácilmente sin dañar las ventanas, y se encerró a si mismo allí.

Comenzó su ritual de tapar con trapos o lo que encontrara, las pequeñas rendijas que tenia la puerta. Comenzó a juntar cosas en el suelo de cemento para crear una fogata y generar calor. Le sorprendió ver que había una chimenea en el lugar, lo más extraño era que parecía haber sido usada recientemente, incluso había madera cortada allí.

Mierda...

El latino se levantó, incluso obscuro, podía ver a la perfección su alrededor. Camino por todo el lugar, pero no encontró nada. Algo desilusionado, encendió la chimenea con la madera, apagando las estufas. Y se hecho en el sofá que había cerca. No fue hasta que escucho un chillido que se levantó rápido del sofá.

Por favor... no me haga nada.

¿Eh?

Por favor, llévense todo lo que tengo, pero no me arroje afuera. Es muy frío. Me iré por la mañana.

Y lo vio.

Un joven, tal vez 3 años o 4 menor, rondando tal vez con unos 20 años, estaba saliendo debajo de los cojines del sofá. Estaba algo sucio, pero no demasiado, tenia el cabello castaño y ojos marrón claro. Rasgos asiáticos y una linda y adorable voz. Y su olor, su olor era único y exquisito, le atraía, realmente le atraía en todas las formas. No pudo evitar acercarse de golpe y tumbarlo en el suelo comenzando a hundir su rostro en el cuello del chico empezando a olfatearlo.

El chico soltó un chillido de miedo, pero solo se encogió un poco debajo del moreno mientras este seguía deslizando sus manos, tocándolo y acariciándolo mientras lo olfateaba, como un animal salvaje conociendo a su próxima presa.

El olor, ese olor le excitaba demasiado.

Pero no era el único pervertido allí. El pequeño chico comenzó a olfatear al moreno de igual forma, pegando su cuerpo, olfateándose, comenzando a frotar su pecho contra el de él.

Ven... aquí... – dijo el chico mas joven alzando su playera mostrando su torso desnudo. Su temperatura había aumentado enormemente y su entrada comenzaba a dilatarse lenta y dolorosamente por la espera – Hn... chupa por favor.

El moreno no dudo en chupar esos dulces pezones rozados y erectos que tenia el chino. Desesperado por contacto humano, comenzó a desnudarse y desnudarlo, no se dio cuenta en que momento ya estaban ambos desnudos, sin poder parar los besos en el cuello, las mordidas en su pecho, hombros y brazos, la insistencia de ambos miembros en frotarse el uno con el otro.

Se deslizó lentamente entre las piernas del chino, alzándolas comenzando a dar lamidas en la pequeña cavidad del chico que palpitaba con el contacto de la lengua del moreno. La excitación de ambos era evidente, tanto, que aun ni decían nada de ellos, ni un dialogo, solo eran gemidos y sonidos de roces de pieles lo único que se escuchaba en ese lugar.

Después de lamer un rato el delicioso néctar que producía el castaño. Fue el latino, con algo de desesperación en su ser, que comenzó a introducirse dentro poco a poco. Sacándole jadeos y gemidos de dolor al chino.

No pudo controlarse al embestir sin parar una y otra vez contra el joven, simplemente los gemidos, ya fueran de dolor o placer, solo lo obligaban a embestir más rápido y con mas fuerza. Parecían animales en celo solo aliviando su deseo carnal el uno con el otro.

No supo ni porque, o con que necesidad, de un momento a otro, mordió fuertemente el cuello del chino, dando una certera y fuerte embestida, corriéndose a chorros dentro mientras lo sometía como presa debajo de él, sintiendo como su miembro comenzaba a hincharse.

El chino soltó un gemido de dolor intenso al sentir algo expandirse dentro de él, pero, aun así, el placer que sintió fue bendito y acabo corriéndose igualmente, dejándose someter de tal forma por aquella persona que había entrado sin permiso a su refugio.

Se quedaron así, en esa posición, el chino levantando sus caderas, pegando el pecho al suelo, y el latino encima sometiéndolo con fuerza debajo de él, prendándolo del cuello y sin poder quitarse hasta que bajara la hinchazón en la base de su pene.

El moreno soltó el agarre suavemente, desencajando sus dientes comenzando a lamer esa sangre de un extraño color azul al emerger del joven. Le pareció deliciosa, pero no tardó mucho en cerrarse.

Cuando la herida comenzó a sanar, se dispuso a llenarlo de besos en la espalda, sacándole dulces gemidos al mas joven, quien hacia gestos de placer.

Ambos soltaron un gemido bajo, al momento de que el latino salió del castaño. Y una simple mirada, mas un abrazo fue lo ultimo que hicieron antes de caer dormidos de cansancio.

Otabek Altin, entrada 8098:

Han pasado 4 meses desde que nos encontramos con Viktor Nikiforov y Yuuri Katsuki. Mi amado Yuri cuenta ya con 7 meses de embarazo y su vientre hinchado ya es notable a simple vista. Ha sufrido cambios de humor, antojos, y un deseo inaudito de estar a mi lado en cada momento. No me importa eso, lo hago con gusto. Me gusta mimarlo y darle lo que necesite.

Me preocupa el momento del parto. Aunque he revisado el cuerpo de Yuri, y tengo una idea de por dónde saldrá el bebé, aun así, quiero ir al hospital, pero Yuri insiste que quiere tenerlo aquí, en la guarida. Conmigo.

Nuestra cama esa llena de mi ropa, de mi jodido olor, pero Yuri se niega a que lave las sabanas, o las cobijas. He estado leyendo sin parar libros de medicina sobre maternidad, sobre el parto, y sobre partos caseros. Y he hecho que Yuuri y Viktor aprendan también, porque realmente necesito apoyo en ese momento.

Ahora, Yuuri y Viktor. Su relación ha mejorado, pero no son oficialmente pareja, se tratan más cariñosamente que amigos, pero se distancian cuando quieren volverse más íntimos, es difícil, Viktor sigue muy afectado por la muerte de su familia y Yuuri lo entiende, pero si mis investigaciones son correctas, este rechazo de su alfa hacia él puede estar provocando que Yuuri este enfermo.

Lo peor es que, como esperábamos, Yuuri esta encinta.

Tiene 4 meses de embarazo y requiere de Viktor la mayoría del tiempo. Debido a esto, quiero ayudarlo, pero provoco muchos problemas.

Un día me acerque a Yuuri cuando Viktor estaba en el arca ayudándome con los animales y casi me arranca la cabeza cuando acaricie el cabello de Yuuri.

Y no solo eso, cuando regrese con mi Yuri, este se enojó porque decía que olía al otro Yuuri. Realmente es muy estresante la situación. Solo me puedo acercar a Yuuri si uno de los dos esa presente. Es todo.

Mi relación con Viktor es cada vez mas tensa. Y supongo que son los instintos. Ambos tenemos a nuestros omegas embarazados, y que haya un alfa cerca de tu omega es irritante. Así que tener las habitaciones lo suficientemente separadas ha ayudado mucho.



El moreno estiro los brazos al techo mientras dejaba las cosas en su escritorio que había instalado ahora dentro de la habitación. Fue con su pareja y le dio un tierno beso en la frente mientras este lo veía y sonreía acariciando su vientre.

Beka...

¿Cómo te sientes Yura? – preguntó el moreno repartiéndole dulces besos en el vientre al rubio – ¿Cómo esa el bebé?

Esta perfecto, Beka... te necesito, no me has tocado en un rato.

...eh...

Nada de "eh", cógeme.

No creo que sea buena idea, ¿Qué tal si le hace daño al bebé?

Oh por toda la mierda, has leído un sinfín de libros, es normal el sexo en el embarazo, estoy mas caliente que lo normal, quiero que me cojas, incluso se cual posición tenemos que hacer. Solo hazlo Otabek... por favor.

El moreno sudo la gota gorda.

Tenia a su pareja, embarazado por un milagro divino de la naturaleza donde ahora los hombres se embarazan. Y allí estaba, con una enorme barriga, queriendo ser follado.

No era que no quisiera, él también quería hacerlo. Pero Yuri era mas frágil, además, no quería verse como un pervertido al momento de chupar su pecho y tomar la leche que salía del rubio.

Porque si, por mas sorprendente que parezca. Yuri Plisetsky, tenia el pecho hinchado, que se llenaba de leche materna. Otabek Altin quedó en shock durante horas cuando las primeras gotas de leche salieron del rubio.

¿Otabek? – escuchó la voz de Viktor tocando su puerta, nunca le había alegrado tanto la voz de Viktor hasta ahora.

¿Sí? ¿Qué pasa?

¿Puedo hablar contigo?

Si claro...

¡Joder Beka! – gruñó su rubio sujetando una camiseta usada de él, abrazándola.

Volveré rápido amor.

Y salió de la habitación más rápido que un cohete.

Ya afuera, el moreno suspiro de alivio. Nunca pensó que Viktor Nikiforov lo salvaría de ello, ahora le agradecía enormemente la interrupción.

¿Qué pasa Viktor?

He trazado la ruta que da a la base militar donde me encontraba. Creo que con el combustible que hemos recolectado, podremos llegar hasta allá seguros. El invierno cada vez es mas pesado, tenemos que irnos.

¿Qué pasa si en otros lugares es igual? – cuestionó el moreno desanimado.

¿Qué pasa si no?... Hay un comunicador en la torre de control. Podremos emitir mensajes. Si hay alguien fuera, escuchará nuestra transmisión. Necesitamos intentarlo.

Yuri quiere parir en casa... yo tengo miedo de que pasen muchas cosas... y...

Lo sé, pero, un bebé no sobrevivirá en un clima así, y lo sabes...

El moreno palideció un poco.

El simple hecho de perder a la persona que más ama en este mundo roto le aterraba, tanto que no podría imaginar la dimensión de dolor que sentiría si ocurriera. Viktor Nikiforov tenia razón. Tenían que salir y explorar, o morir encerrados bajo nieve.

Hagámoslo. 



¡HOLA! 

Perdón por tardar, pero como había anunciado, tuve una semana algo difícil anteriormente. Pero ya todo esta bien. 

Hoy vimos a Leo, y ame sus notas xD, también vimos como se encuentra con Guang. 

Ahora, el embarazo. Yuri tenia 3 meses cuando se encontraron con Viktor y Yuuri, entonces después de 4, ya van 7 meses de su embarazo. Yuuri ronda los 4 meses casi 5 de embarazo ya por igual. 

Esta historia se acerca a su fin poco a poco, espero la estén disfrutando. 

¡SALUDOS! 

Lenzz Fuera :3 

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