Him and I



Respira.

El moreno soltó una exhalación que parecía congelarse en la nieve, como si de un susurro de alma se tratará. Ahora con 24 años, había comprendió los principios fundamentales de su vida. Cerro los ojos imaginándose de nuevo cuando tenía veinte años y su único problema era sacar una calificación aprobatoria.

Sintió la brisa de un viento frío, el más frío que ha vivido, pero su piel se había vuelto inmune a ello. Sus ojos se volvieron como los de un Alcón y sus sentidos eran rápidos como los de un felino.

Respira.

Lo que pasó ese día cambio su vida para siempre.

En una noche de abril, exactamente el 20 de abril a las 8:45 pm. Algo cambio en el mundo. No fue una guerra, no fue la muerte de un famoso, no fue ni siquiera una bomba. Fueron estrellas que comenzaron a caer. 

Desde su recamara en la universidad de Moscú, Otabek Altin fue golpeado por una directamente  y acabo destruyendo todo el edificio.

Despertó 2 semanas después bajo un sinfín de escombros, pero ninguna herida, su cuerpo era diferente, su aliento era diferente, todo de él se volvió diferente de un día para otro. ¿Qué había sido? Se preguntaba el moreno sin poder contestarse.

El planeta parecía vacío, no había señal de ningún humano a la vista.

El primer día grito, el segundo día lloró, el tercer día se enojó, el cuarto día volvió a gritar, el quinto lloró aún más, el tercero lleno de ira destruyo lo que encontró...

Respira.

Estaba solo, sin saber que había pasado, hasta que un día, decidió que tenía que comprender la causa de la catástrofe, tenía que entender porque estaba allí, y sabía que las lágrimas no lo ayudarían ahora.

Entonces comenzó un diario, recolección de información tras información...

Respira.

El moreno saco un arco y flecha, encendiendo una grabadora que tenía en un bolsillo cerca del pecho del lado derecho de su abrigo. Miro todo ese paisaje de nieve, en donde antes solía haber una ciudad y ahora crecía un bosque sin igual. ¿Como la naturaleza se desarrolló tan rápido? ... nadie lo sabe.

Día mil cuatrocientos sesenta desde el día cero. Esta es una grabación de Otabek Altin, joven estudiante de física de la universidad de Moscú. Aún no he encontrado ningún humano. Aún no hay razón para lo que paso. Y aún no encuentro la causa ni el motivo de mi propia evolución. Creo en mi teoría que las lluvias de astros trajeron un cambio completo en la atmósfera del planeta, evolucionando su tierra y evolucionando a los habitantes en ella. Algo como una radioactividad presente en el ambiente ha mutado en forma perecedera a todos los seres vivos. Aún a este día, sigo pensando que encontraré a otro humano, no puedo ser el único.

El moreno apago la grabadora y suspiro bajando el arco recargándose en un árbol. Su piel era más gruesa, su velocidad aumento cuando sus piernas se volvieron más grandes y ágiles, su oído era de un alcance inigualable... pero había más, una naturaleza primitiva que ni el mismo entendía.

- Hoy no es el día. - Se dijo a si mismo volviendo a su madriguera.

El moreno había construido una buena madriguera uniendo 3 sótanos de edificios. No le costó ni una semana formar tan excelente estructura. Por alguna razón era más listo de lo que recordaba y eso lo tenía más confundido de lo que estaba.

- Hola Verek, ¿Cómo te trata el día? - dijo acariciando a un perro husky que descansaba en un sofá. Aunque algo diferente a lo que es un perro husky. Tenía unos enigmáticos ojos verdes fosforescentes todo el momento, y tenía que permanecer atado o volvería a morder al moreno. Por instinto fuera de si, el moreno gruñó al perro y este agacho la cabeza. - No de nuevo.

Se dijo a si mismo viéndose en el espejo y allí estaban. Esos ojos azules, potentes y radioactivos en él.

Joder.

- Otabek Altin, entrada 2035.
Al parecer mi mutación me hace más primitivo. No simplemente son las habilidades que he desarrollado, o la altura que he ganado, o un cuerpo que se ha moldeado. Los caninos me crecen en cierto tiempo cuando estoy molesto o cuando estoy en forma defensiva, sea como sea, nada se compara a cierto momento que me ocurre algunas veces... Lo he decidido llamar "celo" porque siento una inmensa fiebre y tengo un enorme deseo por coito. En esos días siento que huelo un dulce aroma, pero nunca he llegado a estar cerca de aquella cosa que lo emite.
Por otra parte, cuando suelo masturbarme he notado que, al momento de eyacular, la cantidad de semen que sale es en bastante cantidad, al igual que se desarrolló algo en la base del pene, que se hincha por alguna extraña razón. Similar al coito entre canes. Lo he decidido llamar "nudo" porque eso parece, un nudo para lo que supongo, en un modo no tan rebuscado, asegurar que el semen quede dentro de mi pareja y conseguir una cría.
He estudiado bastante a los animales y esto ocurre en las especies, para una mejor referencia pondré los lobos o los perros.
A mi mutación la he decidido llamar Alpha 0.

El moreno suspiro apagando la grabadora y mirando el calendario. Su "celo" llegaría si sus cálculos no fallaban, en 3 días.

- Verek... se buena chica y ayúdame a encontrar a alguien. No soporto la temperatura ni el deseo de follar algo, solo pienso en crías ... - el moreno se sentó frente al animal - ¿Eso es lo que ustedes sienten en su celo? Si es así, me siento mal por no haber dejado salir a mi perra ese día... dios pobre...

El animal solo se dignó a verlo y agachar la cabeza.

- ¿Crees que he perdido la razón? Yo creo que si... - un suspiro salió de sus labios - Joder es buen momento para que hables, me digas que puedes hablar... necesito algo, solo di una palabra, por favor.... por favor...

No hubo respuesta del animal de nuevo.

- Maldición... bien si no quieres hablar iré con los otros, al final son más interesantes que tú.

El kazajo se dirigió a unas grandes puertas de metal, tecleo una combinación y al abrirse allí estaba, "El arca" que el mismo se había encargado de recolectar. Había una pareja de cada especie sin mutar, sin esa horrible mutación que los demás sufrieron. Aún recuerda ver esos gatos que abrían toda su boca por completo, esas extrañas criaturas de muchos ojos y colas, y unas cuantas bestias que le daba miedo recordar ahora. 

Ese era resultado de toda la mutación provocada por la lluvia de estrellas.

Algunos animales mutan, otros evolucionan en su ambiente... se preguntaba si lo que pensaba tenía coherencia mientras alimentaba a los animales. Si su teoría era correcta, y cuidaba a los animales a tal punto donde acepten el aire en la atmósfera como él, a al punto donde puedan aceptar todo sin mutar seria magnifico y una esperanza para el planeta.

- Hola Lucius - dijo a un lobo macho que le gruñía dentro de su jaula. - Lo lamento hombre, la he cazado, la he visto hace dos semanas y creo saber por dónde podría estar, pero tu próxima pareja realmente es difícil de atrapar.

El lobo le seguía gruñendo en respuesta hasta que el moreno gruño y ambos se quedaron viéndose fijamente.

- Si sigues con ese carácter, dejare que te muerdan esos mutantes. - dijo finalmente arrojándole la carne...

Saliendo del arca llego a su cama y se recostó viendo el techo de concreto. No tenía hambre, pero si un deseo. Podía distinguir los olores de sus animales, pero había un dulce aroma que llegaba a él, no sabía si era por una memoria de lo que había olido en el pasado, o era pura ilusión... pero era algo que deseaba, una mezcla de invierno... eso pensó, siempre una mezcla de invierno con calidez...

El moreno se levantó para mirarse al espejo. De nuevo esos ojos azules potentes brillaban, ahora con un fondo negro. Se asusto de su propia mirada sintiendo su cuerpo lleno de calor. 

No lo pensó dos veces y comenzó a desnudarse frente al espejo hasta acabar completamente con su ropa en el suelo y su piel al aire libre. Se miro, su piel seguía siendo morena, su cuerpo aún parecía humano, su musculatura era más definida, eso si. 

Su altura era más de la que recordaba y sus facciones de rostro eran perfectas.

Dulce aroma.

Volvió a oler el ambiente y de nuevo, allí estaba, ese dulce aroma que no lo deja dormir, que le causa que su cuerpo entre en una fiebre que no comprende...

- Otabek Altin, entrada 2036.
Mis ojos mutan, parecidos a los de un lobo a punto de cazar. No ha afectado mi visión. También, correspondiente a aquel olor único, aún no se de donde proviene, pero provoca estragos en mi cuerpo, tengo un deseo de coito en aumento y mi cuerpo se muestra con fiebre que ningún fármaco común ha podido controlar.
Estoy a tres días de mi celo, y no sé cuánto más pueda soportarlo.

El moreno apagó la grabadora y se recostó de nuevo, así desnudo calmando el calor que su cuerpo emanaba. Esperando poder conseguir pararlo. Se revolvía en su cama, pero lo único que consiguió fue una enorme erección que lo hizo golpear la pared.

- ¡La puta mierda!

Grito al aire furioso, odiaba los días cerca del celo... más aun cuando ese dulce aroma se hacía más fuerte.  

Dos días después...

Respira.

El moreno sentía de nuevo la fría brisa golpeando su rostro mientras sostenía un rifle. Podía olerla a unos metros de él, así que tenía que ser cuidadoso, lo más cuidadoso posible o sería otra semana soportando el mal humor de Lucius.

"Nunca pensé que, después de todo lo que sucediera, me aferraría tanto al ecosistema como lo hago ahora. Que yo recuerde, mi deseo de vivir nunca fue tan fuerte como el que estoy experimentado ahora"

El moreno la diviso a lo lejos, un lobo olfateando los alrededores, en perfectas condiciones. Se recostó en la nieve apuntando con su rifle, viendo por la mirilla para dar justo en el blanco.

"Y allí estaba, el perfecto espécimen que tanto había buscado. Sabes chica, te he tratado de atrapar desde la primera vez que te vi, pero eres demasiado lista... hasta ahora."

El kazajo disparo atinándole a la pierna de la loba, haciéndola correr unos cuantos metros hasta caer. Se apresuro a ir por ella, pero una mordida potente le hizo sentir tanto dolor que lo hizo caer. Una especie de lobo lo mordía por la pierna, con grandes ojos, 4 para ser exacto y una gran joroba en su espalda.

El hombre gruño sacando los colmillos y lanzo una mordida al cuello instintivamente a aquella criatura que soltó un chillido, Sangre espesa y viscosa escurría por la boca del hombre.

Noto sus manos y vio garras, garras cubiertas de sangre que habían desgarrado la piel del animal.

Sintió ese extraño deseo de llevarse su caza y comer. No es que no hubiera comido de la carne mutada de estas criaturas, sino que, era extraño quererla comer así, ahora.

Comenzó a temblar cuando sentía su humanidad fugándose y se inclinó arrancándole un pedazo de carne al animal mutado, el sabor le fascino y trago, comenzando a lloriquear entre cada mordida. No recordaba que era ser humano, que era ser lo que era, se estaba convirtiendo en uno de ellos y no sabía cómo detenerlo.

"No, yo quiero ser yo hasta el final, no quiero ser una bestia" se gritaba en sus adentros alejándose de allí. Cojeaba del pie izquierdo hasta que dejo de hacerlo y vio como la herida estaba cicatrizando rápidamente. Decidió no pensarlo tanto y levantar el cuerpo de la loba, cargándolo como un bebé y regresando a casa. El dardo que lanzo se pasaría si no se daba prisa.

Al llegar dejo a la loba dentro de la jaula con el lobo, mientras esperaba sentado fuera, esperando ver sus reacciones. La loba comenzó a despertar y una vez pasado el efecto se acercó levemente al macho que después de olerla completamente, se froto un poco contra ella. El moreno sonrió.

- Día mil cuatrocientos sesenta y dos desde el día cero.
Conseguí un espécimen hembra de lobo y la he juntado con el macho que ya tenía. Si todo sigue el plan, podre tener crías de lobo y comenzar a trabajar con los cachorros para que se adapten al ambiente sin mutar. Las especies que tengo a mi cuidado no han presentado algún símbolo de mutación, pero, al analizar las muestras de sangre veo una mutación en sus glóbulos rojos, su tamaño tal vez es tres veces más grande de lo normal.
Esa misma mutación la veo en mí, la sangre que había en mi cuerpo ha mutado paulatinamente, el color es un azul obscuro y al exponerse por más de 10 segundos al ambiente se torna roja. Eso solo lo puedo ameritar a que tal vez se trate de una oxidación que la sangre tiene ante el ambiente.
Creo que mi vida como "estudiante de física" cambio a una que tenía que aprender de cada rama si quiero entender esta mutación.
Aún no tengo registros de lo ocurrido en la lluvia de estrellas, pero espero tenerlo.
Aún no hay humanos más que yo...
Y siento la fiebre matándome desde ahora. 

Respira.

El moreno se repetía a si mismo mientras rasgaba las sabanas, la fiebre que tenía estaba incontrolable, no importaba si ahora solo se encontraba en pantalones, parecía solo aumentar y aumentar, y ese dulce aroma se volvía intoxicante a tal punto donde no podía razonar. Entonces explotó.

Gruñó saliendo de su madriguera, sin zapatos, sin abrigos, solo sus pantalones y el corriendo en la nieve, siguiendo una vez mas ese dulce aroma que no tenía idea de dónde provenía, sus ojos estaban azules y negros, estaba desesperado, quería encontrarlo, quería ese aroma para él. Entonces divisó algo.

A unos metros de él, una figura humana y delicada estaba igualmente mirándolo apuntándole con un rifle.

Ambos se quedaron viéndose a lo lejos mientras que la otra persona bajaba el rifle y parecía querer caminar, pero sus piernas no lo permitían. El kazajo comenzó a correr hacia esa figura, sin pensar en salir herido, sin pensar nada más que en el dulce aroma que parecía acercarse a él poco a poco.

"¿Chica? ¿Es una chica?" Pensaba, tenía un extraño deseo, quería aparearse hasta conseguir crías.

Ya a un metro de separación noto a un chico rubio viéndolo, con ojos verdes encendidos, pero con algo especial en ellos, un poco de color lila cerca del iris que brillaba fluorescente. El chico se encontraba jadeante y con un rostro sonrojado mirándole. No tardo mucho hasta que cayó al suelo y el moreno noto que estaba mojado de la parte trasera de su pantalón.

Los ojos azules del kazajo brillaron aún más, acercándose al chico inclinándose para olerle por el cuello. El rubio soltó un gemido y eso fue todo para el hombre.



Lo tomó en brazos corriendo de regreso a su casa.

Al llegar noto que el rubio estaba aún más mojado de la parte del trasero y una inmensa fiebre le invadía.

- Hngg Tócame... - jadeó abrazándose del kazajo mordiéndole el hombro – Tócame, tócame...

El moreno Gruño pegándolo más a él de forma instintiva sintiendo como su miembro duro luchaba por salir de sus pantalones. El olor le excitaba de sobremanera y no entendía porqué. "Es un chico que asco..." gritabá la parte de Otabek Altin humana que alguna vez existió. La de ahora solo quería devorar aquel dulce aroma.

El moreno solo olfateo más por la parte del cuello y el roce provocó que la piel del ruso se estremeciera y soltará suaves jadeos. No espero más, arranco las ropas del rubio desgarrándolas por completo, aventó su rifle y mochila al piso asustando a Verek que se hizo bola en una esquina.

Le miro desnudo.

El ruso tenía un cuerpo delicado, como el de una mujer, piel blanca y pálida como la nieve, pezones rosados, labios de igual color y unos ojos que se habían tornado lilas por completo.

- Tócame, tócame... aquí... dios haz que pare.

El moreno no comprendía, pero siguió sus instintos abriéndole las piernas y notando como su anillo rosado estaba completamente mojado, soltando un tipo de lubricación sin parar. "¿Qué clase de fenómeno es este tipo?" pensó de nuevo su humano interno, pero el que estaba al control de su cuerpo, su "lado mutante" no dudo mucho y se inclinó lamiendo la entrada del rubio.

El sabor le pareció delicioso.

Ese néctar que salía de él era lo mejor que había probado en su vida y al mismo tiempo, lo más asqueroso que había hecho en toda su vida. Seguía lamiendo presionando su lengua en la entrada que se dilataba poco a poco, logrando meter su lengua y degustar más ese ano que lo traía loco.

El rubio soltaba gemido tras gemido presionando su vientre, haciendo una mueca de placer y dolor.

- Tócame, haz que pare, ¡Joder que pare! – continuó el rubio sosteniendo su vientre – Me duele, me duele dentro, rápido has algo.

El moreno gruño cargándolo y arrojándolo a su cama cerrando la puerta tras de si. Se arranco los pantalones y lo puso en cuatro, lamiendo sin parar aquel néctar que no dejaba de salir. Deslizo su lengua desde la gota que se había deslizado en un muslo del rubio hasta llegar a la fuente metiendo más la lengua sin parar.

- ¡Fóllame! ¡Fóllame! ¿Entiendes ahora imbécil? Fóllame y has que deje de doler.

El moreno se posiciono y vio como ese delicioso lubricante salía del rubio, no lo pensó mas y penetro de golpe arrancándole al rubio un enorme grito de dolor que casi lo hizo desmayarse. El alfa no paró en ningún momento, seguía embistiendo sin parar las caderas del rubio mientras este seguía levantándole el trasero como podía, disfrutando la dulce agonía que le estaba provocando el enorme falo del hombre.

- ¡AH JODER ERES ENORME!

Grito el rubio sacando unas garras rasgando el colchón y mordiendo una almohada disfrutando el dolor mezclado con el placer que le estaba causando todo esto. Comenzó a soltar lagrimas porque no entendía porque su cuerpo se sentía tan bien al ser follado.

La persona que era desapareció, su familia, su novia, todo, todo desapareció ese día y lo habían convertido en esto, no entendía lo que era, no entendía porque se sentía tan bien tener a un idiota embistiendo contra él. Lagrimeó porque había perdido quien era, no le gustaba su nuevo yo... pero....

El aroma del hombre, sus caricias, todo de él le provocaba una tranquilidad plena y se sentía excitado a su toque. "Me está cogiendo un jodido hombre" pensó soltando más lagrimas mientras separaba más las piernas. Sentía las garras de aquel moreno clavarse en su cadera y gimió aún más fuerte.

Lo mejor de todo esto no era el placer que sentía, sino que ese dolor en su vientre se estaba esfumando. Lo sabía, esto era lo que su cuerpo demandaba lo quisiera o no.

- ¡AAH! ¡AH! ¡AH! ¡HNNGAH!

Gemía sin control, sin poder manejar el placer que el falo del moreno le causaba.

El kazajo por su parte no podía dejar de ver desde hace minutos lo apetecible que lucía la nuca del rubio. En un acto primitivo y alocado, el moreno se inclinó mordiendo fuertemente la nuca al rubio quien grito de dolor y placer corriéndose. Cosa que hizo que su interior apretara el pene del moreno y este soltara su carga.

Parecía un animal salvaje sosteniendo a su presa sin moverse mientras el rubio lloriqueaba y seguía corriéndose por esa mezcla bendita de dolor y placer.

El moreno se asustó internamente, le acababa de morder el maldito cuello al chico.

"Lo matare, lo matare, oh dios, oh diablos, ¿En que me he convertido?"

Estaba en lágrimas, asustado de el mismo, de su comportamiento y de cómo no podía controlarse en absoluto. Pero su cuerpo estaba actuando por si solo entre las penas del moreno. Se estaba formando el "nudo" dentro del rubio.

El rubio chillo de dolor al sentir como el miembro del contrario se hinchaba y comenzó a sollozar. Se movía y el moreno apretó aún más el agarre sometiéndolo debajo con sus brazos mientras el otro se quejaba del dolor, pasaron así minutos y el moreno soltó el agarre del cuello, comenzando a lamer la sangre, igualmente azul, pero de un color más claro que la de él. Le pareció deliciosa, pero no la disfruto mucho dado que comenzó a coagularse rápido cerrando la herida.

Las piernas del rubio temblaban mientras soltaba leves quejidos de incomodidad, que el moreno trataba de relajarlos con suaves besos en los hombros y espalda del chico.

Una vez el nudo desecho, el alfa saco su miembro del rubio mirando esa entrada enrojecida y abierta del rubio. Se tiro a un lado de este y sus miradas chocaron de pronto. Ambos tenían los ojos rojos y esas miradas que brillaban, aunque la habitación estaba más obscura que alumbrada.

No entendían que pasaba, no entendían que eran estos instintos que los controlaban. No podían entender la evolución si era la primera vez que la habían visto.

El moreno lo jalo hacia el pegándolo a su pecho, cubriéndolo con su cuerpo de una manera posesiva mientras le daba suaves besos en la cabeza al rubio. Por su parte, el ruso se hizo pequeño entre los brazos del kazajo, jadeante aún y con dolor, pero, aun así, satisfecho de lo que había pasado.

Durmieron hasta el siguiente día.



El rubio despertó sintiéndose cálido, protegido y feliz... poco le duraría el gusto cuando se vio envuelto en los brazos de aquel chico moreno. Aunque no se movió del lugar, quería hacerlo pero algo le decía que no importaba que estuviera en los brazos de ese chico, no había nada de malo en ello.

Se dedico a observarlo, era un poco más alto que el, con perfecto cuerpo y cara, su piel era morena y hermosa, sus rasgos masculinos sin llegar a ser grotescos y bueno, ya viéndolo desnudo, con un enorme pene entre las piernas. Le impresionaba ver a alguien tan guapo de cerca.

Pero sus ganas de mirarlo acabarían cuando los ojos del moreno se abrieron dejando ver unos fugaces ojos color chocolate. Su cuerpo se estremeció, sonrojándose con aquella mirada...

- Pensé que eran azules... - dijo algo tímido al moreno. 

- ¿Huh? ... ¡AH! - grito el moreno empujándolo saliendo de la cama. Inmediatamente se puso de rodillas inclinando su cabeza. - Lo lamento... lo lamento mucho, no sé que pasó, yo lamento si te lastime anoche, no era yo en ese momento, yo... perdóname.

- ... ah... - el rubio abrazo sus rodillas, aún seguía desnudo, pero parecían estar cómodos así entre ellos, no sabía que era esa sensación, pero se sentía unido al moreno - yo también lo lamento. Creo que fui yo quien lo inicio todo, te estaba rogando para que lo hicieras, como una puta barata... - suspiró – mi cuerpo me controlo es todo... yo note que tus ojos cambian de color igual que los míos así que... ¿También tú tienes más cambios en tu cuerpo?

- ¡SI! - Grito el moreno levantándose - si cientos, no me los explico.

- También yo... bueno, por ejemplo – dijo rascando su nuca - yo tengo una época donde estoy caliente, realmente caliente, pero... no es que quiera follar, es que... quiero que me follen. - se sonrojó - y... amm... Mi ano comienza a lubricar como loco, siento dolor en el vientre y siempre me llegaba un olor que me envolvía... así que siempre salía a buscarlo, pero nunca parecía encontrar nada, hasta ayer en la tarde, donde te encontré y se hizo insoportable la fiebre y lubricación... No pensé que fueras tú.

- uh... - el moreno se sonrojo un poco apartando la mirada – entiendo. Sabes esto podría ser como los animales.

- ¿Qué? – dijo el rubio alzando una ceja.

- Si, por ejemplo, los perros. Cuando la hembra entra en celo sangra desplegando un olor que atrae a los machos para aparearse con ella. Si lo vemos en esa forma, tanto tú como yo, entramos en celo. Solo que tu celo es más semejante al de una hembra.

- ¿Quieres decirme que soy una chica imbécil?

- No, no es eso, solo trato de decir que tu  mutación hace esos efectos femeninos.

El ruso golpeo al moreno, para después agitar su mano por la dureza de la mandíbula de este, que ni siquiera parecía verse afectado.

- Tranquilo, no trato de ofenderte, trato de buscar una solución lógica.

- Es difícil tomarte en serio cuando estas en pelotas moviendo tu tercer pierna como si nada.

- ¡Ah! Lo lamento – dijo el moreno cubriéndose, mientras el rubio abrazaba una almohada cubriéndose de igual forma.

El ruso soltó una risa viendo al moreno, y en un acto que no noto, se mordió el labio viéndole. Suspiró.

- Bueno, también con respecto a lo de anoche... sentí mucho placer cuando mordiste mi nuca, sentí como electricidad fluyendo atraes de mí que me dejo un enorme orgasmo... y además mira... - dijo el rubio apartándose el cabello - está cicatrizando.

- Perdona.

- No te preocupes, seguro no quedara marca, oh eso espero... bueno tengo esos cambios, al igual que mis ojos, cambian en esas épocas donde estoy caliente, a un lila intenso, veo que los tuyos se tornan azules... - sonrió – me alegra que tengamos eso en común.

- Si es bueno, al menos eso dice que en mutación estamos más o menos igual.

- Bueno... casi... yo... no sé cómo decir esto.

- ¿Qué?

- Bueno en el camino, me topé con un hospital, el dolor de mi vientre no era normal así que pensaba que tal vez había algo más. Era un estudiante para Medicina, entonces sabia como usar un ultrasonido. Y amm... después de esa lluvia de estrellas, estuve con fiebre y dolor agonizante por tres semanas... fue una enorme tortura... así que, lo mejor era revisarme y...

- ¿Qué viste en el ultrasonido?

- ... tengo... tengo... una cosa femenina dentro.

- ¿Qué? – dijo el kazajo sin entenderle arqueando una ceja.

- Agh - el ruso se sonrojo más - ¡Tengo un puto útero!

- ¿Cómo diablo es eso posible? ... - dijo el moreno viéndolo como un fenómeno - ¿Tenías eso antes?

- No joder, apareció, no sé cómo ni porque tengo esa cosa dentro, pero estoy seguro que si no es un útero, es algo parecido.

- Tal vez sea una mutación. - suspiro el moreno pensando viendo de reojo al rubio – Investigare de eso lo prometo... Por cierto, no me he presentado, Otabek Altin.

- Yuri Plisetsky ...- suspiro y ambos se quedaron en silencio por un rato hasta que el ruso volvió a mirarle - ¿Tú pene es una mutación?

- ¿Qué? – dijo el kazajo mirándole sonrojado.

- Si, ¿Tú pene es una mutación? es enorme.

El moreno se llenó de sonrojo cubriendo su rostro, lleno de vergüenza. Nunca le habían preguntado algo parecido y la verdad no estaba listo para ello.

- No, siempre ha estado así, la mutación es cuando se hincha. - dijo el kazajo sonrojándose aún más si eso era posible - bueno creció como unos 3 centímetros más, pero creo que se debe al nudo que se forma.

- ¿Nudo?

- Cuando se hincha, le he llamado nudo porque eso parece.

- ... ok. – dijo el ruso mirando al "científico lunático" con quien se acababa de topar. Pero al menos era una cara bonita a la cual ver. – bueno Otabek, creo que ahora estamos juntos en esto.

- Lo estamos...

- Te ayudaré en lo que necesitas para tu investigación. – suspiró el rubio – Por cierto, tu olor no es el único que olfatee.

- ¿De que hablas?

- Si, tu olor fue a donde me dirigí porque era el que me llamaba, había más olores a la distancia que cada día los sentía cerca de mi así que me moví de donde estaba... si tu teoría de los olores es correcta, significa que hay más personas.

- Joder Yuri, ¿Dónde estabas antes?

- Ah unos treinta kilómetros de aquí.

- Creo que tenemos un largo terreno que recorrer. – sonrió el moreno aliviado, su humanidad se alivió al saber que hay más humanos aunque sean mutantes como ellos.

- Eso creo.

Tanto el moreno como el rubio sabían que sería un martirio desde ahora en adelante. Ambos estaban ahora juntos en esto, descubriendo que más mutaciones tenían en sus cuerpos... y preparándose para ese largo viaje que harían después.  



Día mil cuatrocientos sesenta y cuatro desde el día cero.
Conocí a Yuri Plisetsky, un ruso de 21 años que se encuentra con vida. El al igual que yo sufre de mutaciones extrañas, pero, las de él son aún más extrañas. Su olor es muy dulce y atrayente, además de que cuenta con órganos femeninos capaces de concebir una cría.
Sus "celos" son de igual forma diferentes a los míos, mientras yo busco desesperadamente sexo con alguien, él busca coito, pero él siendo el pasivo. Su ano lubrica como lo haría una vagina de una fémina, aunque la cantidad y el sabor son diferentes. Al igual que siente un extraño placer al ser mordido por mí. He decidido llamar a su condición "Omega 0"
Si mi teoría es correcta, los seré humanos o los que quedan, ha mutado de esta forma, unos son alfa como yo, y otra omega como Yuri. El problema radica en la unión que se forma.
Cuando me refiero a unión,quiero decir al  vínculo que extrañamente se forma en las mentes, al parecer un alfa y un omega tienen una unión extraña... un ejemplo sería lo que yo estoy viendo ahora.
Pasan los días y me siento más cercano a Yuri, no puedo explicarlo, pero tanto su aroma como su simple presencia me mantienen tranquilo. El deseo de follarlo sin importar que sea un hombre se agranda y la verdad estoy últimamente desarrollando sentimientos por él.
¿Por un hombre? ... Nunca me había considerado un homofóbico pero la verdad pensar meterme con un hombre era impensable. No me atrae para nada el concepto de meter mi pene dentro de él, no es algo que en mi vida humana pasada hubiera querido, pero, ahora con toda esta evolución creciente, supongo que las etiquetas de géneros se tiraron a la basura. Alfas y Omegas es lo que reina ahora.

Dos días después....

- Yuri Plisetsky, entrada 3456.
Desde que me encontré con Otabek, los días se han vuelto más felices. Estar bajo su cuidado y constantes atenciones me encanta. Nunca pensé que podía sentirme así con un chico, pero carajo, ni siquiera pensé que viviría después de esa lluvia estelar. Otabek dice que mi condición es Omega, ¿Qué carajos es eso? ¿Se come? No lo comprendí en absoluto, pero Otabek se la pasa realizando estudios día y noche. Anotando cosas que el mismo descubre y poniéndose feliz cuando todo sale perfecto... me gusta verlo sonreír.
He notado que nuestros olores se han mezclado dando una hermosa fragancia. Otabek también lo noto, pero no comprende aún por qué. Tenemos una unión que no sabemos cómo ha surgido, pero esa unión nos mantiene juntos. Espero no acabe.
Últimamente he olfateado algo fuera, un olor como el que sentí la primera vez que olía a Otabek, pero distinto, no me agrada para nada.
No sabemos aún que es, pero Otabek quiere investigar, al igual que necesitamos mantenernos a salvo y no arriesgarnos de los mutantes de afuera. Si los animales mutaron para mal, ¿Quién dice que no hay humanos mutados horriblemente fuera?... Hay aún muchas cosas por hacer, hay que encontrar más animales para el arca, hay que buscar comida y hay que mantenernos a salvo y juntos.
No sé si podremos lograrlo.

El rubio soltó su grabadora una vez que el moreno entro a la habitación. Ambos se miraron fugazmente y por instinto, el moreno se lanzó a sus brazos comenzando a llenar de mimos al rubio, dándole besos en el cuello, rozando un poco sus colmillos haciendo que el rubio pasara de ronronear a gemir.

- ¿Lo hacemos? – pregunto el ruso acariciando las mejillas del moreno.

- ¿Estás lubricado?

- Cuando... te siento cerca siento que me lubrico... - contesto el ruso mirándolo - No sé que es esto Otabek, pero es adictivo.

- Quítate la ropa. - dijo el moreno ayudando a desnudar al rubio.

- Espera... Solo quiero sentirte.

El rubio deslizo su mano por todo el torso del moreno, acariciando los músculos y cerciorándose una vez mas de que tan bien trabajado estaba su cuerpo. Comenzó a descender sus manos hasta la cadera de este, y bajo el cierre del pantalón ante la mirada chocolate que se comenzaba a llenar de lujuria.

El ruso no tardó mucho en encontrar el miembro del contrario y sacarlo para observarlo semi duro en sus manos. El gruñido del alfa hizo que su entrada comenzara a lubricar poco a poco mientras acariciaba el pene del mayor, pasando sus dedos en círculos por la glande. Los ojos del muchacho se tornaron azules al igual que los ojos del rubio se tornaron lila.

El rubio se recostó en la cama sacándose los pantalones y soltando un leve sonido que el alfa capto perfecto. El moreno utilizó su cuerpo para cubrirlo mientras le lamia el cuello suavemente. El omega se encargaba de repartir lamiditas en la bien formada mandíbula del moreno, haciéndolo gruñir de nuevo.

Ya habiendo excitado a su pareja, se abrió de piernas mostrando su anillo rosado y lubricado, entregándoselo al alfa. Un roce de labios entre ambos comenzó un beso apasionado en lo que el moreno se acomodaba lo suficiente para entrar. Entro de golpe de nuevo sacando un grito del rubio quien rasguño su espalda y lagrimeaba.

- Hnggaa ... ¿No podemos... hacerlo como humanos?

- No sé cómo es el sexo gay... oh como se empieza... solo me dan ganas de meterlo y lamerte el ano... cosa que aun considero... rara.

- Lo se pero...No te dejes llevar tanto por tus instintos.

- No puedo controlarlos aún... - susurro el moreno al oído derecho del rubio haciéndolo estremecer como loco - aparte te gusta.

- Me duele...

- Te gusta cuando duele.

- No.... deja de actuar como un lobo... contrólate Alfa.

- No puedo.

- Hazlo por mi... si soy tu omega, hazlo por mí. Esta mutación no es algo que ambos hayamos deseado o querido, pero ya estamos aquí y ahora, disfrutando nuestros deseos carnales. Si aún queremos conservar el grado de humanidad que anhelas, tienes que dejar ir a ese sentimiento primitivo, al menos no dejar que gane en el momento que estás conmigo. - el rubio le acarició las mejillas a su alfa – Contrólate si quieres que te deje hacer esto cada vez que tienes tu celo.

- Suenas como una novia – rió el kazajo y el ruso se sonrojo.

- ¿Qué se supone que somos?

- Dos tipos mutados en un aparente apocalipsis que se cogen entre si – contesto el moreno – creo...

- ¿Te desagradaría ser mi pareja?

-... No, creo que no, incluso, creo que lo adoraría. – contesto el moreno viéndolo con sonrojo – Pero, quiero que... nos enamoremos.

- ¿Enamorarse?

- No quiero que solo sea por esta mutación la razón por la cual estaremos juntos. Quiero hacerlo humano – dijo el moreno tomando ambas manos del rubio a cada lado de su cabeza – Quiero conservar mi humanidad porque tú vales cada sentimiento de amor que pueda desarrollar... como una luz bendita en esta obscuridad de nuevo mundo.

- I-idiota, como puedes decir algo así con una cara tan seria – contesto el rubio sonrojándose de sobremanera.

El moreno río llenándolo de besos moviendo sus caderas un poco sacándole gemidos al rubio.

- Si somos los pioneros de esta mutación, al menos me gustaría que fuera más humana que animal, quiero que sea así.

- De acuerdo... continúa – le sonrió el ruso.

El moreno envolvió al ruso en besos y caricias, haciéndole el amor como recordaba que era, tratando de controlarse. Iba a ser algo difícil, pero sentía que podría lograrlo.

Otabek Altin a este punto se preguntaba si aun quedaban residuos de la persona que era o de la persona en la que anhelaba ser. No parecía quedar nada de ese Otabek y le dolía. Le dolía tanto que quería envolverse en las investigaciones y no mirarse al espejo nunca.

Pero, solo un pero lo detenía de querer llorar para siempre su pérdida de la persona que fue...

Yuri Plisetsky había llegado a su vida, y le quería tal y como era ahora.

Y eso era suficiente en este nuevo mundo.



Carta de partida.

Mi nombre es Otabek Altin, 24 años, y actualmente estoy en Rusia o lo que se suponía que era Rusia.

Este mundo ha cambiado de sobremanera, ni para bien o para mal. Solía pensar cuando era más joven, que el mundo se transformaría en algo que la sociedad en ese momento quisiera. Tal fue mi sorpresa cuando el mundo ni siquiera pidió una opinión y cambio drásticamente por su pie. Aún no encontramos saber que fue exactamente lo que paso en la lluvia de estrellas, no sabemos que paso con la mayoría de humanos, no sabemos que paso con este ecosistema enorme y cambiante, no sabemos si algún día nuestras vidas estarán en peligro debido a nuestras mutaciones.

Lo que si sabemos es que aún conservamos rasgos humanos, pensamientos y sensaciones, al igual que memorias. Mi acompañante y actual pareja, Yuri Plisetsky, se muestra positivo cada vez que las estrellas brillan con más luz de la que he visto en mi vida. Tal vez hemos evolucionado para bien, el veredicto que puedo pensar ahora es que nadie lo sabe con exactitud, pero, nos gusta pensar que es para bien.

Tal vez esto es lo peor que le pudo pasar a la humanidad, pero como dije hace un momento, no podemos estar seguro de ello.

Nos aferramos a lo que conocemos, nos aferramos a la vida, y creo que esa es la mejor creencia por tener, más que una religiosa. Y como personas evolucionadas solo puedo decir que es tiempo de movernos sin mirar atrás, sin miran a nada más y solo seguir avanzando.

Si estas leyendo esto, quiero que sepas que no estás solo, somos más los que aun sobrevivimos, somos más los que queremos saber que nos deparara el futuro. Mi consejo es que sigas tu instinto, sigue tus convicciones y espero algún día podamos encontrarnos en un lejano pero a la vez cercano en el alma, futuro.

Espero que entiendas que somos lo último de nosotros.

Pero al mismo tiempo, somos lo único y lo nuevo de nosotros como humanidad. 



El moreno dejo la carta donde creía que era fácil encontrarla y tomo sus cosas. 

- ¿Listo para buscarlos?

- Listo para formar una nueva sociedad - sonrió el kazajo mirándolo - si es contigo, estaré siempre listo. 

- Vamos Beka... 

Ambos tomaron un auto que habían arreglado, y salieron al horizonte, donde ellos sabían que regresarían, pero esperaban traer mas que solo animales, sino, traer personas y comenzar de nuevo. 

¡WAAAH! Hola :P

La neta ni yo se porque escribir esto, me entro la loquera, debería estar escribiendo Entropy pero me dio curiosidad escribir algo de el origen omega y alfa. No se, podría ser buena historia para un fic pero lo deje en OneShot... ademas que lo escribí bajo los efectos de mis medicamentos, asi que cualquier super loquera dentro del fic, quiero decir que el culpable son las drogas :v 

Me pregunte a mi misma, "Mi misma, ¿Quieres hacer esto un fic largo? 

Y mi mente respondió así; 

Si les gusto, no duden en compartir :D 

Y si tienen alguna opinión de este oneshot díganmelo, lo responderé nwn 

Saludos a todos!!! 

Ya me pongo al tiro con Entropy, es que necesitaba relajar mi mente con algo de omegaverse.

LENZZ FUERA :3 

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