Rutina

Solo podía escuchar la melodía de los pájaros cantar, el fuerte resoplido del viento que golpeaba la ventana...

Me siento totalmente cansado, la cama parece una tabla y la almohada una roca...

—Aquí va otro lunes– Giré la cabeza viendo de primera el despertador que no paraba de sonar, parece sirena de ambulancia.

Otro día más en el calendario, no tenía ganas de levantarme de la cama, en especial tras haber pasado parte de la noche terminando tareas, temas del trabajo y haciendo mi desayuno. En fin hice un gran esfuerzo para abrir los ojos ¿Y qué sería de mover mi exhausto y pesado cuerpo?
Moví las pupilas lo suficiente para dar con la hora del reloj, eran las seis Am.

El típico inicio de semana y por ende debía asistir al colegio temprano (tener el trofeo por la asistencia perfecta era más exigente de lo que creía) Con todo el cansancio del mundo salí de la cama y me dirigí a darme una ducha.

Últimamente estos días han sido muy cansados para mí, he estado demasiado ocupado...
Entre la escuela, mi trabajo y otros asuntos me han llevado a desarrollar unas pequeñas ojeras y rostro más serio pero en esencia soy el mismo.

Pagar la renta del departamento, de la colegiatura... parece poco pero enserio que es bastante agobiante.

Me quité la ropa y quedé totalmente desnudo...
Me encanta cuando llueve, las gotas de agua esparciendose por todos lados, una sensación de frescura me rodea cada vez que salgo a empaparme pero como no ha llovido últimamente el agua saliente de la regadera es lo más cercano que podré tener.

Tras terminar de ducharme salgo del baño y marco camino al espejo.
Mis largos y alborotados cabellos azabache, no le doy mucha ciencia a esto ya que puedo peinarlo como quiera solamente paso la toalla para secarlo y le unto crema. No me importa mucho mi apariencia aunque hay gente que dice que mis ojos azabache son hermosos, de alguna manera eso me sube un poco el autoestima.

Termino mi aseo personal para salir y así es la rutina de siempre: bañarse, lavarse los dientes y vestirse, algo bueno es que podía ir tanto de ropa ordinaria como con el uniforme.

Voy ahora al armario y saco el uniforme que consistía en una camisa blanca de mangas largas acompañada con una corbata, un saco de color crema y unos pantalones negros así como los calcetines y el cinturón. En unos instantes me vestí, me ajusté el cinturón.

La puerta fue golpeada lo que me obligó ir en zancadas y tras abrir me encontré un paquete en el suelo.

Revisé si no había nadie en la entrada de los departamentos ajenos al mío esperando por algo, imposible que fuera mío, no he pedido nada por MercadoLibre, Amazon o eBay debido a que no tengo dinero por el momento.

Lo tomé, llevaría el paquete a recepción con el portero.

—Para Okkotsu Yutaiji de S.M.

Estaba sumamente confundido, pero bueno tenía curiosidad y abrí el paquete.

—Vaya...

Eran unos Nike Air Jordan originales los tenis que tanto había deseado tener en mi vida.

—Huele estupendo– No me resistí a oler ese aroma a nuevo.

A zancadas regresé nuevamente a mi cuarto para ponermelos.

—Están de lujo.

Era un verdadero misterio quien me había regalado estos zapatos sumamente costosos ¿Acaso tenía una admiradora secreta?

—Si, como no– Descarté eso, en otro momento me dedicaría a resolver este misterio.

Mi escritorio está hecho un desastre, no debí haberme desvelado...
Acomodo todo, guardo todas mis cosas dentro de mi mochila junto con un cubo de mi colección de cubos Rubik (más que nada para entretenerme)  y limpio de forma rápida el cuarto. Miro satisfecho saliendo de ahí.

Tardé menos de un segundo para llegar a la "sala" a la "cocina" y todos los cuartos que podrían hallarse en una casa (ya que mi departamento es bastante pequeño)
Como había hecho mi desayuno ayer en la noche solo lo tomé del refrigerador y lo guardé en mi mochila.

Fui ahora a la puerta principal...

—Vaya...

Bajo la puerta se encontraba un sobre el cual de inmediato abrí, era un aviso del pago de la renta en donde aumentaba un 15%.

Me preocupaba eso bastante, acabo de comprar algunos materiales para mí trabajo y un poco de despensa.
Tenía ya todo el presupuesto hecho pero con ese inconveniente todo se derrumbaría.

—Vamos Yutaiji no le des mucha importancia al asunto, solo ten fe de que el señor Fallon te de la vacante permanente de fotógrafo y las cosas te irán mejor.

Espero qué así sean las cosas...

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"El Distrito de Detroit el más poblado de la ciudad de Michigan. Su ambiente tan urbano qué a la vez mezclaba distintos entornos lo hacían perfecto para que cualquier persona pudiera hospedarse y tener un poco de todo"

—Veamos el horario...

Cruzando las grandes calles de su ciudad tomando fotografías con su cámara, de su mochila sacó su teléfono para mirar la hora, solo 12 minutos para llegar a su escuela.

—Hasta me va a sobrar tiempo.

Interactuaba un poco con su celular, estaba a esperas de que un mensaje le llegara ya que sería crucial para solventar las deudas que tenía.

Debido al asunto del aumento de su renta debía buscar alternativas, en este caso para no sufrir tanto decidió mejor ofrecer un servicio bastante sencillo y eso era de tutor de materias particular. Era el estudiante más inteligente de toda su escuela, podía sacarle provecho a su cerebro. Eso sí encontrar "estudiantes" le era muy difícil ya que lo último que a ellos les importara era aprender.
Conseguir a alguien era puro milagro, incluso bajó los precios que un tutor particular cobraba para que fuera mucho más fácil.

Grande fue su emoción cuando le llegó un mensaje donde le pedían un plan de asesoría si no otros cuatro más, que buena manera para empezar su día.

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Las calles tan pobladas como siempre encontrando todo tipo de gente, desde adultos, jóvenes y niños.

Los autos circulaban una que otra vez debido a los ya acostumbrados embotellamientos así que la gente con bastante prisa les era recurrente estar de mal humor.

Anuncios por todos lados imposibles de ignorar, edificios que daban la impresión de perforar el cielo, entre otros factores hacían del distrito de Detroit muy especial.

—¿Querrían darse prisa? Nos van a regañar otra vez si llegamos tarde.

—Relajate hermana aún nos queda bastante tiempo de sobra antes de que la campana suene.

—¿Si saben que solo son dos minutos, verdad?–

—El maestro lo comprenderá.

—De todos modos hay que acelerar un poco el paso.

Las hermanas Nakano, un quinteto de hermosas adolescentes caminaban alegremente a su escuela.
Su viaje era bastante largo ya que se distraían con cualquier cosa referente a sus gustos.

Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki eran los nombres de las chicas que componían parte de ese grupo.
Por todo lugar donde pasaban era imposible no apartar la vista debido a la belleza envolvente de las hermanas.

—Escuchen niñas– Tomó la palabra Ichika; la adolescente de corta cabellera rosada chicle caracterizada por tener perforaciones en sus orejas, implícitamente la líder de las hermanas Nakano.

Sus hermanas siguieron caminando pero le prestaban su atención.

—Veran, últimamente nos ha ido muy mal en la escuela, los maestros nos regañan a cada rato porque nuestras calificaciones son muy bajas.

—¿Y eso que tiene de malo? Digo no somos unas cerebritos, además hacemos lo que podemos– Le respondió Nino; la adolescente de larga cabellera fucsia adornado con un par de broches a los costados, la segunda al mando.

—S- si pero yo no me siento muy contenta cuando me llaman la atención– Ahora fue la adolescente de larga cabellera castaña que portaba unos audífonos inalámbricos; Miku quien respondió a su hermana.

—¿Y si vas al punto?– Habló Yotsuba; la adolescente de cabellera corta color melón la cual se adornaba con un gran listón.

—Vale, nos conseguí un tutor particular– Dio la revelación Ichika.

El resto de las hermanas se voltearon para verle lo que le causó confusión. —¿Y ahora porqué me miran así?–

—¿Porqué hiciste eso?–

—La verdad me confunden con lo que acaban de decir.

—¿Pero lo conocemos?– Dijo Itsuki; la adolescente de larga cabellera ondulada color rojo el cual se adornaba con unos broches con forma de estrella.

—No lo sé la verdad, no tiene foto que mostrar– Le contestó Ichika a Itsuki revisando su celular, seguía buscando alguna foto para averiguar si era chico o chica.

—Si es un chico espero sea muy guapo, alto y atlético– Habló Nino fantaseando con su hombre deseado.

—Ojala existiera alguien así– Se le sumó Yotsuba.

El semáforo indicaba el pase peatonal pero el grupo se echó para atrás muy asustadas debido a que un auto cruzó extremadamente rápido. Segundos después un grupo de patrullas le perseguían esquivando todo el rastro destructivo que dejó el delincuente.

Las hermanas entre asustadas y sorprendidas vieron los múltiples choques y objetos destruidos en el recorrido del criminal y hasta donde sus ojos se los permitían seguía causando destrozos.

—¡Idiotas jamas podrán alcanzarme!–  Exclamó retorcidamente feliz el criminal mientras sacaba parte de su cabeza de la puerta del auto que conducía viendo cómo iba dejando atrás a los vehículos de los protectores de la ley.

Metió nuevamente su cabeza y así se relajó, con los ojos puestos en el espejo retrovisor veía el botín que traía en los asientos traseros. —Con esto de seguro me volverán un Interno.

Un auto se le atravesó, sin tiempo a frenar terminó chocando con gran ímpetu y provocando una fuerte explosión combustible.

Aún con el fuego cremando parte de su piel se arrastró todo lo que pudo hasta ser rodeado por el grupo de patrullas policiales.

Una camioneta llegó también al altercado. Bajo las siglas D.C.D en uno de los costados una hermosa mujer joven bajó del vehículo junto a un grupo de hombres uniformados con trajes pulcros.

Su cabello escarlata como la sangre en una cola trenzada, ojos grandes de aspecto anillado con iris de tonalidad a la miel, rostro muy fino y elegante que se enmarcaba por un par de mechones.

—Excelente trabajo– Su voz era entre coqueta y calmada. Felicitaba a sus agentes por haber frenado el paso al criminal.

De una patrulla salió un oficial, al parecer era el encargado de la persecución y molesto encaró a la joven pelirroja. —Tengo entendido capitana que solamente pueden desplegarse en casos pero muy especiales, esto solo es un simple asalto.

—No estoy muy segura de eso– Tranquilamente la pelirroja señaló abajo. Todos veían como el hombre bebía de una extraña botella para seguido comenzar a brillar y lentamente a mutar...

—¡No me impedirán que alcance la gloria en el Shie Sessaikai!–

Una enorme explosión alertó a todos los presentes, nuevamente se armó el caos en las calles.

—¡Los mataré a todos malditos hijos de perra!–

—Capitana Sakudai nosotros nos encargamos– Habló el pequeño grupo de agentes cada uno armado con distintos instrumentos necesarios para ejecutar su trabajo.

—No es necesario que ustedes luchen, aún les falta experiencia así que déjenme el trabajo a mí.

—¡Estas loca Sakudai eres una mujer ese monstruo fácilmente te matará!– Exclamó el oficial que previamente le confrontó.

—Muchas gracias por el dato no lo tomaré en cuenta.

La pelirroja se quitó su saco y lo arrojó a la cara de ese oficial.

—Somos tú y yo D.E.M.O.N.

[N/A: Joder que Waifu]

—¡Desgraciada le has causado muchos problemas a mi compañeros, de esta no sales con vida maldita perra!– El demonio de brazos cuádruples alzó las manos.

Como si se tratara de una explosión cerca del oído de uno muchas personas cayeron inconscientes al suelo.
Los hombres que le acompañaban se habían tapado los oídos para reducir el golpe sonoro.

—¡Capitana Sakudai debemos retirarnos!– El grupo de agentes se le acercaron para llevar a su capitana lejos y evitar cualquier inconveniente.

—Tranquilos– Les pidió que se echaran hacia atrás.

Soltó un suspiro para tomar ambas manos y comenzar una serie de poses a los que se le denominaban Sellos Manuales, cada movimiento hacía que unas ráfagas de energía se fueran liberando.
Sus movimientos eran rápidos y finalizó con su mano derecha al cielo.

La misma energía que emanó se alzó como enormes muros traslúcidos que negaban la vista a las personas ajenas a ella, había creado una cortina para evitar que las personas ordinarias descubrieran lo que estaba ocurriendo adentro además de contener al recién nacido D.E.M.O.N.

—Acabas de cometer suicidio niña, dime ¿Como quieres que termine contigo?– Dijo de forma burlona el demonio poniéndo un par de manos al suelo.

—Curioso que lo digas porque justo era eso lo que te iba a preguntar– La pelirroja dejó su actitud tranquila para ponerse seria lo que hizo borrar la actitud de confianza del D.E.M.O.N.

Ella se tocó el pecho. —"Quiero mejorar mis cualidades físicas"

El D.E.M.O.N quedó extrañado por lo ocurrido, no comprendía lo que estaba sucediendo. —¡Da igual te mataré!–

El D.E.M.O.N corrió hacia ella y le lanzó un golpe con dos de sus brazos, aunque su apariencia de demonio no tenía ojos internamente estaba sorprendido de que la pelirroja hubiera detenido el ataque con solo una mano y sin mostrar esfuerzo alguno.

—Tienes dos opciones: me dices todo acerca del Shie Sessaikai– Le puso sus dedos sobre el puño del demonio y comenzó a hacer una leve presión que se tradujo como un intenso dolor para el monstruo. —O te mato.

Con su otro par de brazos le golpeó la cara mostrando inmutación en la joven mujer. —Decide rápido.

—¡Jamás!–

La pelirroja cerró el puño haciendo prácticamente puré de carne y huesos la mano del demonio.

—Traté de ser buena...

"Quiero que te mates a ti mismo"

Se limpió la sangre de su cara y se dió la vuelta hacia donde se había regido su barrera de energía con la intención de deshacerla.

—Que me está pasando...

Sus cuatro brazos tomaron voluntad propia y fueron hacia lo que era su boca para tirar violentamente de él.

—¡AAAGHHH!–

Poco a poco se iba partiendo a la mitad. Su piel desgarrada y chorreante de sangre dejó ver sus intestinos salir de su cuerpo.

—¡No espera porfavor te diré todo lo que sé!– Exclamó agonizante el demonio al tener la mitad de su cuerpo partido, ni con su capacidad para regenerarse podría curarse tan rápido de esos daños.

La pelirroja regresó por él "Quiero que dejes de matarte"

El demonio cayó arrodillado ante ella: Sakudai Makimari la Capitana del D.C.D (Departamento de Cazadores de Demonios) aquella exclusiva organización que se encargaba de asuntos relacionados a lo paranormal.

—Habla entonces.

—Y-yo...

Con sus brazos nuevamente bajo su control se acomodó el cerebro y parte de su columna vertebral, los otros dos los ocupó para pegar su cuerpo.

—Solamente recibido órdenes, no soy de los Internos– Respondió el demonio.

—Que pérdida de tiempo– Le ignoró para seguir con el desmantelamiento de su barrera regida.

El demonio ya se había recuperado y sin pensarlo se lanzó contra Makimari.

Con sus increíbles reflejos logró evadir el asalto tocando nuevamente al demonio. Este sudo mientras la pelirroja le miró con desprecio.

"Quiero que tus órganos exploten"

El demonio se terminó por estrellar contra el suelo sufriendo violentas sacudidas. Su estómago y cabeza comenzaron a hincharse para al final terminar explotando en un baño sangriento.

La barrera desapareció, solamente esperaban sus hombres ya que todos los policías y ciudadanos fueron evacuados para evitar que vieran eso.

—Capitana pudimos rescatar algunas cosas del vehículo, tenía material de experimentación robado de Oxcorp.

Sus fieles agentes le esperaban ahí, viendo que se encontraba sucia le entregaron un trapo para limpiarse la sangre.

—Entiendo, será mejor que le enviemos esto a la O.I.I haber que nos pueden decir sobre eso.

—Si capitana.

Se llevó a sus hombres de nuevo a su camioneta aunque detuvo su paso para tocar la calle destruida por parte del demonio.

"Quiero que te arregles y quedes lo más posible a como estabas antes"

Sin forma de explicar cómo estaba ocurriendo que los trozos de asfalto se iban reacomodando.

—Recuerden que debemos de hacer el trabajo lo más limpio posible.

—Entendido capitana.

—A propósito ¿Enviaron ese paquete?–

—Si, aunque ¿Porqué no lo hizo personalmente usted?–

—No, ya han pasado 5 años desde que lo abandoné... Obviamente no me recordará y si lo hiciera me va odiar por ello– La actitud de Makimari decayó. Su semblante bastante triste suspirando con desánimo.

—Yo creo que sí le explica talvez él lo entienda.

—No así está bien, si me encuentro acá es porque decidí protegerlo... Quiero que su vida transcurra con seguridad de los Yakuzas y su mafia criminal.

—El es muy afortunado de ternerla capitana.

—Es al revés, yo fui la afortunada de tenerlo, me deprime no haber visto a mi Yuyu crecer pero a veces las decisiones difíciles requieren voluntades fuertes.

Con el área ya arreglada se metió a su camioneta con el resto de sus agentes dando media vuelta para irse del lugar.

La camioneta era muy particular debido a que traía un inusual grabado en la parte trasera igual a los trajes que todos ellos portaban.

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