La señora Orimoto junto con Toge dejaron su oficina para alcanzar al grupo de estudiantes, como se iba concentrar en buscar a su hija le dejaría su más grande proyecto a la única persona que estaba capacitada para manejarlo.

No llegó a tiempo y tocó esperar a que el elevador volviera a ascender. —Debo mandar a construir otro ascensor.

Togeri permanecía en silencio, nadie sabía que tenía ese chico como para caerle bien a todo el mundo.

—Iremos a dejar esto con el Doctor Geto para que se los muestre a tus compañeros y luego a buscar a Rinairi.

El albino afirmó con la cabeza.

El ascensor llegó y se metieron iniciando la búsqueda de Rinairi.

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El ente se lanzó contra ellos más terminó estrellándose contra la pared que surgió por el protocolo de contención.

—¡Qué carajos era esa cosa!– Exclamó horrorizado el Agente Elite.

—No lo sabemos– Le respondió la pelirosa, menos mal se libraron de el por ahora.

—Debemos salir de aquí y avisarle a la señorita Orimoto lo que acabamos de mirar– Dijo el pelinegro.

—Oiga ¿Si podría ayudarnos a regresar? No conocemos el camino– Preguntó amablemente Akane.

—S- si no se preocupen yo los guiaré.

El adulto tomó la delantera, dió un par de pasos antes de colapsar.

Los dos chicos fueron a ayudarlo, debido al miedo cayó inconsciente ¿Ahora como le harían para salir de ahí? Estaban perdidos en un lugar tan gigante con una ente asesina que esperaba el momento para romper la pared e ir a matarlos.

—No debemos quedarnos acá es mejor avanzar, tratemos de recordar la ruta que tomamos.

Akane le pareció una buena idea, no iban a esperar su muerte cuando se tenía las posibilidades de hacer algo.
Le dijo que le tomara uno de los brazos del hombre mientras ella tomaba el otro para irlo cargando.
Ellos no eran inhumanos como Ghaul y su repugnante gente, la vida de todos valían por igual.

—¡Gharggg!–

Los gritos de la ente eran sumamente escalofriantes, lo único que podían escuchar...

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Era un verdadero laberinto, difícilmente podían moverse con la gran cantidad de áreas selladas y no precisamente iban bastante rápido.

—¿Entonces tienes una hermana?–

—Eso creo, tiene tiempo que no la veo debido a su trabajo.

Para no hacer el ambiente pesimista entablaron una conversación ahora que se encontraban en mejores términos.

—¿Y de qué trabaja?–

—Ella es una Agente de la Agencia de Seguridad Policíaca.

—Se que suena muy obvio pero ¿Podrías llamarle?–

—Aunque quisiera acá no hay cobertura telefónica, se tardaría un buen tiempo en llegar ya que está en Ciudad Estriss.

Continuaron caminando si ningún rumbo en específico. No dejaba de pensar en ese beso que le dio, se sintió tan genial pero quería saber porqué lo hizo.

—Akane...

—¿Si?–

—Yo me preguntaba– Le estaban ganando los nervios.

—¿Ajá?–

—Porqué me besaste, digo nunca me hablaste antes.

—Ah, eso... Me gustas y tenía miedo...

—¿Miedo?–

—A que me rechazaras...

Necesitaba calma para pensar, ella una de las chicas más hermosas y populares del colegio ¿Le acaba de decir que nunca se le acercó porque le daba miedo expresarle sus sentimientos?

—Nosé si sepas que soy un don nadie...

—Tu no sabes si haya chicas que les gustas en secreto que no tienen el valor suficiente para poder decir lo que sienten por ti.

Un nerd, becado y cerebrito ¿Podía gustarle inclusive a la más linda de una escuela?

—No todas nos sentimos atraídas por los deportistas, populares o musculosos. El físico no es lo único importante si no también la inteligencia y los sentimientos de uno ya que ¿De que sirve tener al chico más guapo del mundo si no tiene la mente y corazón para entenderte y quererte?–

Giró su cabeza con la intención de verla, ella sonrió.

—Te he visto desde lejos como eres: Inteligente, noble, responsable, amable y con mucho coraje para seguir adelante en un lugar donde no aprecian tus talentos, eso es de admirar lo perseverante que llegas a ser.

Muy pocas personas eran las que formaban parte de su corazón: Su hermana, Rinairi, Togeri y ahora Akane se hizo un espacio.

Una sensación bastante extraña comenzó a recorrer por todo su cuerpo algo semejante a la euphoria y adrenalina.

—Oye Yuta ¿Qué tienes?–

Al chico le empezó a doler la cabeza específicamente sus ojos.

—N- no lo sé...

¡GHAARGT!

El grito de la ente les llegó como un estruendo seguido por múltiples réplicas como si estuviera alborotado por algo.

Las venas alrededor de sus ojos se sobresaltaron. —¡Yuta que tienes!–

Inmediatamente obtuvo una visión como ninguna otra.

—¡Es por acá!–

Le indicó que camino se debía seguir para llegar a una salida de las áreas restringidas de Oxcorp.

La ente monstruosa estaba más alborotada que antes y comenzó a rasguñar con fuerza el muro de contención, de alguna manera estaba atraído por Yutaiji.

—Debemos seguir derecho y tomar el quinto doble a la izquierda.

Recuperaron el camino por donde previamente vinieron ahora corriendo, la vista del pelinegro era tan extensa que pudo visualizar al ente monstruoso finalmente romper la pared de contención.
Era una carrera contra reloj de ver quién llegaba primero a su objetivo.

—¡Hay una puerta que no lleva a ninguna habitación, esa es la salida!–

—GARGGTT!–

El monstruo avanzaba rápidamente hacia ellos con la puerta solo a unos metros de ellos.

La pelirosa volteó a verlo. —¡No pienses en eso!– Exclamó el pelinegro al comprender lo que ella insinuaba.

Cualquier vida valía y no iba a abandonar a nadie. —¡Llévatelo yo les ganaré tiempo!–

—¿¡Estás loco!? ¡Yuta  este no es un anime ésto es la realidad!–

—¡Ya lo sé, dijiste que era muy noble y ser noble significa salvaguardar las vidas de los demás sin importar qué!–

—¡Dijiste que tenías una hermana! ¿Que le voy a decir?–

—Que cuando volverá...

El monstruo se lanzó contra Yutaiji para horror de Akane que se dió la vuelta y dió su último esfuerzo para finalmente llegar a la puerta.

—¡Aaahhhh!–

—¡Yutaiji!–

La respiración se le cortó y su visión quedó distorsionada, aquel tímido chico que parecía tan débil y cobarde le mostró aquellas cualidades que previamente le describió al enfrentar valientemente al monstruo.

Usó su brazo izquierdo de cebo para que el monstruo lo mordiera y con la mano libre le dio un puñetazo.

—¡Aagghhh!–

—¡Yutaiji!–

El golpe que le dió el chico era insignificante débil lo que enfureció a la ente mordiendo con más fuerza su brazo.

Ya adentro empezó a ascender las escaleras pero los gritos del chico le hicieron armarse de valor, sería de cobardes abandonar a alguien que estaba dando la vida por ella.

Aventó al Agente y le revisó, talvez tenía cosas que le pudieran ayudar.

—Rapido, rápido.

Encontró una pistola, un paralizador y granadas de gas.

Abrió la puerta y corrió hasta la contienda. Con una mano sujetaba la pistola y con la otra el paralizador, tanto tiempo de jugar Call of Duty y PUBG le dieron la experiencia para saber el uso de esas armas.

Yutaiji perdía sangre y fuerza lo que hizo que cayera de rodillas, aunque algo muy extraño es que el monstruo ya no parecía tan agresivo como antes inclusive se tambaleaba.

Primero usó el paralizador para aturdirlo, seguido le dio un par de disparos en la frente con tal precisión de que no le rozaron a su amigo.

Ambos se derrumbaron, Akane fue por él y quitó su brazo de las fauces del monstruo.

—Yuta eres un valiente idiota te debo la vida– El pelinegro seguía un poco consciente para poder pararse y ser ayudado por la pelirosa.

Llegaron a la puerta momento para que Akane utilizara las granadas de gas y despistarlo.

—¡Yuu!–

Las mujeres Orimoto, Inumaki, Agentes Elite y personal médico esperaban en la entrada a las zonas restringidas donde ya habían atendido al Agente que acompañaba al par de chicos.

Los médicos se encargaron de Yutaiji y de Akane pero ella les negó esto al decir que se encontraba bien.

—Hay que llevarlo al área médica pero ya.

Dejaron descansar al chico en una camilla para llevárselo al lugar antes mencionado.

—¡Entren, entren!–

Los Agentes Elite ingresaron a las zonas restringidas dejando a las mujeres Orimoto e Inumaki solamente.

—¡Muchas gracias!–

Rinairi lloraba al esperar lo peor y se abalanzó para abrazarla junto con Togeri. —Si no fuera por tí el...

—Yo... No me deben dar las gracias si no a Yutaiji, si no fuera por el yo no estaría viva.

-Doctora Orimoto el objetivo ya no se encuentra- Le comunicó un Agente. El gas de la granada se disipó y el monstruo ya no estaba ahí.

-¡Pues que están esperando busquenlo y capturenlo!- Cortó la comunicación del Walkie talkie la adulta.

La rubia soltó un suspiro de sumo estrés, no comprendía porqué había una monstruosidad deambulando por su edificio y lo que menos comprendía era el porqué uno de sus científicos más confiables había hecho tal atrocidad.

—Hay que irnos de aquí niños no es seguro.

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En una de las salas de experimentación de Oxcorp estaban el Doctor Suguru Geto y el resto de compañeros de Yutaiji, Rinairi, Akane, Togeri y su profesor especifícame en una cámara de aislamiento.

Todos se encontraban vestidos correctamente para las pruebas con los nanites y el proyecto personal de Geto.

—En la mañana estuve trabajando con distintas clases de animales, los resultados teóricos que se obtuvieron son excelentes y pasaremos a lo practico.

Fueron a otra habitación la cual estaba dividida en una enorme cámara de contención con una pequeña cabina de mando.

—Síganme niños que lo que verán a continuación los dejará sorprendidos.

Fueron a la antes mencionada cámara de contención donde se hallaban distintos tipos de animales: Anfibios, Mamíferos, Reptiles e Insectos rodeados en diferentes cúpulas aunque algunos otros no permitían la vista.

—Miren ese tigre es fenomenal– El chico de cabello corto puntiagudo color café admiraba al imponente felino acicalarse.

—Esto es mas lindo solo observa ese cisne– La chica de cabello corto tonalidad castaño avellana sacó su teléfono y le tomó una fotografía que esperaba subir a Instagram.

—Nada de usar sus teléfonos celulares– Habló el hombre de cabello atado en un moño.

—Yutsui, Nobara me están haciendo quedar mal con el doctor ¡Vengan para acá!–

Todos se agruparon.

—Veran, hace unos meses el equipo de excavación de Oxcorp encontró en las profundas sauces de diferentes islas lo que parecían ser un nido de extrañas criaturas con cualidades inhumanas, de alguna manera se sienten atraídos por cualquier cosa orgánica u inorgánica.

Suguru estaba tan concentrado en su proyecto que dejó el portafolio que contenía el lote de nanites en uno de las cúpulas.

—Aquí tenemos a un ejemplar maduro de un "ENR" (Espécimen No Registrado) así es como llamamos a estas inusuales criaturas.

En una mesa reposaba un frasco con un líquido muy familiar de un color rojizo sangre brillante con pigmentaciones negras. Suguru lo tomó y con una jeringa en forma de pistola lo fue drenando. —Yo antes era una persona de aspecto débil y enfermizo pero eso cambió cuando hallamos a los "ENR" quienes me permitieron vivir otro día más sin preocupaciones. Ellos no son tan compatibles pero con la resolución del algoritmo de decaimiento por parte de una colega se abren posibilidades infinitas como las de curar las enfermedades de todo el mundo.

Todos comenzaron a aplaudir por tan buen monólogo.

Fueron a un enorme tablero holográfico donde los estudiantes tenían la oportunidad de interactuar para hacer mezclas de los genes ENR con el de los demás animales.

—¿Doctor Geto que tal un cruce de gen ENR con el de un cisne?– Preguntó Nobara.

—Mmm ¿Qué tal si intentas con un animal que tenga mejores características?–

—Eres tan básica Nobara lo mejor sería usar el ADN de un poderoso Tigre– Intervino Yutsui.

—¿Porqué no lo probamos?– Suguru fue al tablero a preparar todo para la prueba.

—Hagámoslo Doc– Habló Yutsui bastante emocionado.

—¡GROOAAR!–

A la sala de experimentación apareció nada más que una aberrante ente monstruosa y se dirigió a la cabina donde provocó una serie de explosiones seguidas de enormes descargas eléctricas que fueron destrozando todo rastro de luz.

El pánico se desató cuando el protocolo de contención se activó encerrandolos con el monstruo.

—¡Conserven la calma!– Su profesor intentaba controlar el alboroto pero no sé podía.

Ante ello Geto decidió encerrar a la criatura en la cabina qué estaba diseñada para resistir cualquier inconveniente a la hora de experimentar con el inconveniente de que también se encontraba la única entrada/salida.

—¡N... Nies!– Rugió, intentando quebrar el cristal reforzado para llegar la maleta que le fue encomendada a Suguru por parte de la Doctora Orimoto.

El hombre fue comprendiendo la situación en la que estaban... Iban a morir.