Opción

El amanecer había surgido en el distrito de Detroit, la radio empezaba a dar los buenos días. Yutaiji despertó como esperaba durmiendo en el tapete con sus perros descansando arriba de él.

—Ni me quiero imaginar cómo terminé así– Suspiró, la noche fue bastante pesada.

El sonido de las puertas le avisaron de la inminente llegada de las quintillizas a la sala para ver enternecidas la escena.

—Buenos días Yui/Yuta/Taiji/Tai/Yuji– Dieron el saludo las hermanas de ojos azules al joven de ojos negros.

—Buenos días– Respondió Yutaiji quién no pudo mirarlas, no quería molestar a sus perros.

—Imagino que no hay necesidad de preguntar cómo amaneciste– Habló Nino.

Blacky y Whity al escuchar la voz fémina se levantaron del pelinegro para ir con ellas quienes les acariciaron.

—Bien– Contestó Yutaiji tronando su cuello y estirándose un poco.

—Oigan ¿No huelen un aroma a humo?– Habló la hermana pelirroja, guiando su nariz hacia Yutaiji.

¡Tsk, olvidé quitarme la ropa!

En un solo movimiento Yutaiji puso sus manos en su playera y tiró de ella quitándosela y arrojandola por el balcón.

—No yo no– Respondió Yutaiji evitando mirarlas.

Las cinco hermanas quedaron hipnotizadas por el cuerpo tan viril suyo. Sus pechos, abdominales, bíceps, espalda y brazos llenos de cicatrices componían su cuerpo tan atlético y hecho para la lujuria.

—To- tocar.

Las hermanas comenzaron a manosearlo, aunque se sintiera muy avergonzado de eso era lo necesario.

—Esto se siente tan increíble– Dijeron al unísono las hermanas acariciando cada parte antes mencionada con sumo cuidado.

—Rin no debe de saber esto jamás– Su cuerpo le pertenecía a Rinairi y si viera la situación en la que estaba probablemente enloquecería de celos.

—Niñas hay que desayunar– Habló Itsuki saliendo de aquel sueño que era Yutaiji.

—Pues yo ya se lo que me quiero comer– Habló Ichika dándole una nalgada al gran trasero firme y redondo del pelinegro.

—Hermanas Itsuki tiene razón debemos desayunar, hay que dejar que nuestro chef personal haga la comida– Habló Nino de forma provocativa llevando a Yutaiji hacia la cocina seguida por el resto de sus hermanas.

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Las quintillizas estaban sentadas en sus respectivas sillas siguiendo con la mirada a Okkotsu quien muy avergonzado hacía el desayuno.

Vistiendo solamente un delantal para cubrir su cuerpo, si que tenían gustos muy extraños.

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Parte del día había pasado, ahora ya vestido y con las quintillizas más calmadas los seis veían la televisión, y solamente el aparato no el contenido ya que debatían que servicio de streaming ver; Netflix, HBO Max o Disney+. Mientras no eligieran los noticieros (para que no sospecharan de cierto incidente anoche) estaría bien.

Justo en el medio de ellas. Miku estaba sentada entre sus piernas en el tapete con Blacky y Whity a sus costados. Nino e Itsuki a su lado izquierdo, Yotsuba e Ichika en su lado derecho. Discutían y discutían pero no cambiaría por nada estar rodeado de sus nuevas amigas, era feliz.

—Haber hermanas así jamas llegaremos a un acuerdo ¿Qué tal si dejamos a Taiji que elija?– Sugirió Miku, la más sensata de las hermanas.

—Tienes razón– La tercera hermana Nakano tomó el control y se lo entregó.

Un teléfono sonó, las quintillizas revisaron sus teléfonos pero no contaban con una notificación de llamada entrante siendo Yutaiji el que lo tenía así que respondió.

¿?: Buenas tardes Yutaiji

Yutaiji: Buenas tardes Cap... Digo señorita Zoe ¿Como está?

Casi la regaba, necesitaba hablar en privado pero fue algo que se lo negaron las quintillizas, estaban muy celosas de escuchar una voz femenina.

Señorita Zoe: Amm supongo que bien pero bueno te quiero informar que necesito que vayas arreglando tus cosas, al parecer el Comandante y la Sub Comandante de la FUSEUN (FUerzas de SEguridad de UNivent) han decidido adelantar las inscripciones para unirse a la milicia del país, así que si puedes estar aquí en el Instituto Harvford en el distrito de San Francisco en la ciudad de California a más tardar mañana estaría estupendo ya que la Sub Comandante quiere conocerte.

Yutaiji: Está bien Señorita Zoe, gracias por el aviso.

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—¿Quien era Yuta?– Ni terminó la llamada Nino le miró de forma fría y preguntó.

—Ella emm bueno es una maestra que me está ofreciendo una beca para una escuela en el distrito de San Francisco– Les respondió muy preocupado cuando los semblantes de ellas se pusieron igual de preocupadas. —Pero no se preocupen aquí me quedaré solo que necesito ir por aire fresco.

Se levantó del sofá para ir a la puerta principal del departamento y salir yendo sus perros tras él.

Por el momento, desde el evento sucedido en el Instituto Técnico Strellizia la escuela había quedado en pausa laboral, esperaban la respuesta del alcalde de la ciudad de Michigan sobre ese asunto.

Se sentía muy extraño, los corazones de las cinco latían de forma estrepitosa, solo tras tener la posibilidad de que Yutaiji se fuera.

—Yo no quiero que Yuji se vaya– Itsuki fue la primera en expresarse.

—El no se irá, el nos dijo que se quedará con nosotras– Yotsuba intentaba ser positiva ante la situación.

—¿Y como lo puedes asegurar?– Con esa pregunta Nino metió mucha más inseguridad a las hermanas.

—No, Taiji no sería capaz de dejarnos, el nos dijo que nos quería– Miku ya se estaba poniendo un poco desesperada.

—Si, no podemos dejar que el se aleje de nosotras, si está pensando irse debemos darle los motivos para que se quede– Habló Ichika más que determinada a que el pelinegro se quedara. —Esto es lo que vamos a hacer.

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El elevador dejó salir a Yutaiji solamente, seguía sin saber cómo desaparecer a sus perros así que ellos pasaron a su estado de líquido para moverse de forma segura por el lobby.

Salió nuevamente a las calles de Detroit. Era un día un tanto nublado algo que cuadraba con sus pensamientos, había cosas que no lo dejaban despejado.

Comenzó a caminar sin rumbo específico, no tenía un destino solo se dejaría llevar por sus pies.

Pensaba que tendría más tiempo, tener los meses, semanas, días, horas, minutos y segundos para poder prepararse de la partida de a quien quienes consideraba sus mejores amigas. Con sólo un día para decirles el adiós no sabría que hacer ahora, no estaba listo, estaba lleno de dudas por como explicarles que si debía irse.

Nuevamente su suerte hacía su presencia de forma abrupta, ahora debía cargar con la herida de dejar a sus queridas hermanas solas y de romper una promesa.

Que mala suerte la suya. Estaba lejos de Rinairi, ahora estaría lejos de Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki y ni siquiera tuvo la oportunidad de hablar con Nobara.

Caminaba sin prestar atención a nada, solo dejaba que aquel hormigueo que le anticipaba el peligro le guiara.

Llegó a un parque dónde fue cruzando un puente para saltar de este hacia el pasto que componía una leve colina.

Y continuó caminando por la despejada calle hasta llegar un gran lago que lo separaba del distrito vecino donde se sentó en un banco, esperaba aclarar su mente.

El aire, los movimientos que provocaba en el agua y el sonido que daba como resultado todos esos factores, eran agradables.

Blacky y Whity llegaron con el, puso sus manos en su cabeza para acariciarlos. —¿Que creen que debería hacer compañeros?–

Arrancó una vara del árbol al lado suyo y se los arrojó para que jugaran un poco.

—Este Distrito es hermoso, la vida es hermosa más sin embargo la gente que lo habita son todo lo contrario.

Sus perros le trajeron la vara y se los volvió a arrojar.

—Me hice la promesa de acabar con la delincuencia y crimen de Detroit pero tendré que romper la promesa de estar al lado de las Nakano, además todos estos asuntos no me han permitido hablar con Rinairi se supone que soy su prometido.

Eran tantos sus problemas, tantas las cosas en las que no dejaba de pensar que le causaron migraña.

Sus perros llegaron pero notaron que no estaba de humor así que mejor se echaron.

Se levantó de ls banca para cruzar hacia el otro lado donde había múltiples y grandes rocas cubriendo lo que era un pequeño arroyo.

—Vaya.

Bajo las grandes rocas vivía un pequeño grupo de sapos, que daban la impresión de estar deshidratados por que las rocas habían cubierto un pequeño sendero de donde recibían el agua. Al instante se sintió mal por ellos ya que no esperaban que sucediera eso.

Quería ayudar pero analizó la situación. Si movía las rocas lo más seguro es que el agua arrasaría con todo su hogar (las piedras se acomodaron de esa forma) y si se llevaba a los sapos dejaría desprotegidos a sus crías y morirían ante la posible ingestión de alguna ave.

¿Pero que opción debía tomar?

—Lo siento...

Ahora debía cargar en su consciencia que dejaría a un grupo de crías a su muerte, esas pequeñas cosas hacían que se sintiera como una terrible persona.

Era un paralelismo a su vida, tenía las opciones ya establecidas y debía elegir una.

Ver los ojos del anfibio que de alguna manera le transmitieron el dolor que sentiría hicieron más difícil la situación.

Escuchó un ladrido, sus perros le hicieron darse cuenta de algo.

—Haré una nueva opción– Habló con determinación.

Fue hacia las rocas, tenía la intención de usar a Blacky y esa extraña habilidad suya, talvez el podría hacer un espacio entre las rocas para que permitiera el paso suficiente del agua sin necesidad de moverlas.

—¡Vamos compañero hay que hacer esto!–

Cubrió con sus brazos a las crías por si se escapaba alguna corriente de agua pero Blacky no podía hacer eso.

Empezó a desanimarse pero Whity no se lo permitió cuando el entró a la ecuación al poner una de sus patas en la zona donde corría el pequeño sendero del arroyo. Su extremidad se fue hundiendo hasta cruzar del otro lado.

Había echo un orificio que permitía el paso del agua sin necesidad de mover una roca.

—Es como si lo descompusieras– Habló asombrado por la habilidad de su perro blanco.

Revisión

•Reconstrucción: La habilidad asignada permite a Black Shadow/Blacky alterar la materia de su propio cuerpo para su beneficio, comúnmente creando picos, cadenas, agujas y cualquier tipo de arma (hachas, cuchillos, Sierras) a la vanguardia así como puntos para moverse.

°Deconstrucción: La habilidad asignada permite a White Shadow/Whity alterar la materia de su propio cuerpo para su beneficio, comúnmente se transforma en un líquido que degrada, destruye y deja en estado de descomposición toda la materia con la que entre en contacto.

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Estaba más que contento no solo porque el junto a sus perros ayudaron a aquella familia de sapos si no que también le hizo darse cuenta de algo; el podía hacer una nueva opción, no estaba atado a dos opciones solamente.

Se levantó de la tierra listo para regresar con las Nakano cuando uno de los sapos saltó hacia el, Yutaiji lo atrapó entre sus manos.

El sapo alzó su cuello para enseñarle su estómago, este tenía dibujado un par de símbolos que se iluminaron, siendo estos las tres aspas del Sharingan y el kanji del número 2 (ニ/Ni)

Como si se tratara de una resonancia los perros pasaron a ser lobos y los símbolos que tenían en la frente se iluminaron también revelando el kanji del número 7 (七/Nana)

—Eres como ellos.

No entendía nada pero al parecer tenía una nueva mascota.

Con mejor actitud tomó la ruta de regreso pesando en como debería llamarlo. —¿Qué te parece Jumper?–

Al igual que sus mamíferos el pequeño anfibio lo comprendía y acentó, le gustaba el nombre.

—Si las cosas van a seguir así mejor abriré un zoológico– Dijo bromeando.

Puso a su sapo en su cabeza y se echó a correr para llegar lo más antes posible al hotel, quería hablar de inmediato con la Capitana Zoe y sus hermanas.

Jumper se escondió entre su cabello, Blacky y Whity se volvieron a su estado líquido para ingresar sin darle problema alguno hacia el elevador.

Pasado unos cuantos minutos llegó a la planta que le correspondía, tocó la puerta del departamento y esperó un leve tiempo a que le abrieran más no ocurrió nada. Quedó extrañado así que tocó de nuevo teniendo el mismo resultado.

La puerta no contaba con seguro así que entró.

—Niñas ¿Hola?– Cerró la puerta.

No había ruido alguno, un silencio total. Avanzó hasta llegar a la sala donde encontró una especie de recado en uno de los sofás.

—Siéntete Yutaiji– Decía el papel.

Tomó asiento, empezó a sonar una música...

[N/A: Go fuck yourself - Two feet]

En fila las quintillizas salieron de su habitación. Caminando y haciendo movimientos muy sensuales llegaron a Yutaiji quedando frente a sus ojos.

—Esto... ¿Qué está ocurriendo?– Habló muy nervioso y tragando saliva.

—Yui.

—Yuta.

—Taiji.

—Tai.

—Yuji.

Dijeron de forma sensual y coqueta las hermanas soltando el nudo de las batas con las que estaban vestidas y las dejaron caer a sus pies.

El rostro de Yutaiji de inmediato se puso rojo y se cubrió la nariz por la hemorragia nasal que había sufrido.

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.

Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki eran muy hermosas, todas contaban con cuerpos y rostros perfectos pero él las veía como sus amigas, sin embargo el enorme bulto en su entrepierna que se movía decía todo lo contrario.

Las quintillizas quedaron muy sonrojadas, ya tenían una inmensa idea de lo que les esperaría dentro de poco.

Siguieron con su plan. Ichika se puso detrás del sillón y con sus manos comenzó a acariciar los pechos de Yutaiji lo que contribuía en el tamaño de su ya imponente bulto.
Nino e Ichika cada una en un lado le tomaron de su brazo para tocar sus bíceps mientras le daban besos a sus mejillas.
Por último Yotsuba e Itsuki se sentaron en la alfombra frente a su gigantesco bulto palpitante donde le acariciaron los abdominales.

—Esp- esperen niñas qu- que están haciendo– Se le dificultaba hablar ante tanto placer por parte de aquellas cinco preciosas jóvenes.

—Solo que ya no podemos aguantar más y queremos hacer el amor contigo– Dijeron al unísono las cinco mirando a los ojos negros grisáceos del pelinegro quien estaba totalmente ido.

—¿Pe-pero por- porqué?–

—Porque estamos enamoradas de tí, nos encanta como eres así que esta noche queremos que nos tomes y nos hagas tuyas– Hablaron en tono provocativo.

Ichika le alzó la sudadera que traía, Nino y Miku empezaron a desabrochar la camisa que tenía abajo, Yotsuba e Itsuki le quitaron el cinturón para bajarle su pantalón.

—¡Aaahhhh un sapo!–

Jumper salió del cabello de Yutaiji asustando a Ichika, saltó para caer en el abdomen de Okkotsu lo que también causó miedo a Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki que se apartaron del pelinegro.

—¡Pero que les pasa a ustedes!– Se quitó la mano de su nariz la cuál seguía goteando sangre, estaba muy molesto por eso.

—¡Espera Yutaiji!– Las hermanas se pusieron nuevamente sus batas para ir tras el quien nuevamente se iba a la calle. —¡Disculpa!– Lo tomaron del brazo para que no se fuera.

—Sueltenme.

—¡Espera porfavor déjanos explicarte!– Sus ojos y voces arrepentidas hicieron a Yutaiji suspirar y dejar de forcejear.

De nuevo en el sofá. Las cinco estaban sentadas en la alfombra con la cabeza abajo mientras Yutaiji permanecía en el frente viéndoles con molestia, seguía limpiando la sangre de su nariz con un trozo de papel higiénico.

—¿Y no me piensan explicar o qué?–

Miku alzó su rostro, muy arrepentida de lo que hizo. —No queríamos que te fueras a California así que planeamos hacer el amor contigo para que te quedaras con nosotras...

—¿Si saben que me iban a violar?–

Las cinco afirmaron.

—Y por eso mismo decidí irme a estudiar a San Francisco.

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