Memorias

El viaje continuaba, los 6 chicos se relajaron en los asientos tan cómodos del autobús cada quien escuchando un género de música diferente. Yutaiji escuchaba Rock, Ichika escuchaba Pop, Nino escuchaba Rap/Hip-hop, Miku escuchaba Electrónica, Yotsuba escuchaba Jazz e Itsuki Música Clásica.

Le estaba agarrando el sueño, quisiera saber qué clase de maleficio tenían esos vehículos que hacían dormir a la mayoría de la gente que los abordaba.

El chófer del autobús anunció por los megáfonos las paradas que se aproximaban, todas ellas eran las más características del lugar donde el vivía. Las hermanas despertaron y se tallaron los ojos.

—¿Ya llegamos?– Preguntaron al unísono Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki.

—¿Al centro comercial? Eso ya lo pasamos desde hace rato– Contestó Yutaiji, no sabía dónde iban a bajar ellas.

—No ahí no Yuta– Hablo Nino.

—¿Pues a donde vamos?– Les preguntó.

—Vamos a donde vives Taiji– Respondió Miku.

—¿Eh, que? ¿¡Porqué!?– Habló exaltado el pelinegro.

—¿Qué ya olvidaste que ibas a trabajar para nosotras Yuji?– Intervino Itsuki.

—Si pero imaginaba que tendría un horario– Respondió el chico de cabellera azabache.

—Claro que no Tai– Dijo Yotsuba. —Te queremos 24/7.

—Iremos por todas tus cosas para que vengas a vivir con nosotras Yui– Agregó Ichika.

—Aª.

El autobús estaba llegando a las calles tan características de su barrio, dentro de poco podría ver la librería de la señora Tina.

La pantalla inteligente del vehículo mostró las paradas, momento para que los 6 chicos bajaran no sin antes pagar.

—Pues no está mal.

El lugar donde vivía no tenía muy buena pinta pero no por ello significaría que ahí viviera gente "malandra" todo lo contrario era un lugar con mucho movimiento y la gente saludó a las quintillizas.

—Sabiendo que iba a venir acá hubiera traído el libro que me prestó señora Tina.

—¿Quien es ella?– Preguntaron al mismo tiempo las quintillizas Nakano.

—Señora Tina es la encargada de una librería que frecuento mucho– Respondió. Comenzó a caminar por su ya conocida banqueta hacia el lugar previamente mencionado.

No estaba lejos de la parada del autobús a una cuadra solamente de aquel establecimiento y como todos los días estaba despejado.

Entró al lugar todo estaba igual, vacío y callado.

Les pidió a las hermanas Nakano mucho orden y silencio, aquella viejita no toleraba el ruido y mucho menos el desorden.

No eran muy fanáticas de la lectura pero no podían negar que el lugar era bastante hermoso. Su diseño tan artístico, los tonos tan coloridos pero a su vez tan discretos, todo limpio y cuidadosamente acomodado.

Mientras las chicas continuaban observando cierta ancianita se fue acercando al grupo.
Con una sonrisa que mostraba que ya no poseía dientes si no una dentadura les saludó. —Buenos días amigas del joven Yutaiji.

Esto dejó muy impresionado al pelinegro, era la primera vez que le escuchaba hablar, su voz resaltaba amabilidad y vejez de vivir tantas experiencias.

—Señora Tina no puedo creer que usted pueda hablar– Trató de no alzar la voz.

—Soy vieja no muda hijo– Le respondió la viejita de cabellera blanca igual a las nubes.

—Mucho gusto señora, es un placer conocerla– Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki agacharon la cabeza en respeto a ella.

—Lo mismo digo, me alegro de que tengas más amigos hijo– Habló contenta Tina. —Con eso mi vida ya puede estar más tranquila.

—¿A que se refiere?– Preguntó Miku.

—Este señora Tina no creo que debería contarles...

—Son tus amigas, deben de saber con quién están relacionadas– Les pidió que fueran a sentarse a las mesas mientras iba por unas cosas.

Hicieron lo que la adulta les dijo. Ya sentados el único chico del grupo parecía estar nervioso.

—¿Qué te pasa Tai?– La hermana de cabellera anaranjado melón quedó con duda al verlo tan inquieto.

—Nada solo...

—Si no tienes nada ¿Porqué estás así?– Recriminó la hermana de cabellera corta rosado chicle.

Tina regresó y traía consigo un gran álbum qué dejó sobre la mesa. —Aquí tengo algunos recuerdos de mi pequeño Yutaiji– Habló la viejita tomando asiento en el medio.

—Porqué me pasan estas cosas a mí– Dejó caer su cabeza contra la mesa poniendo su mano para apaciguar el ruido.

Tina abrió el libro mostrando a las hermanas múltiples fotografías protagonizadas por el pelinegro junto con sus conocidos.

—¿Entonces así se veía Yui cuando era niño? Es tan lindo– Ichika y el resto de sus hermanas quedaron enamoradas de lo adorable que se veía el pelinegro de ojos azules verdosos.

—Yutaiji siempre fue un niño bastante curioso, solo quería saber y saber, ese fue el motivo que le hizo llegar a la librería– Relataba Tina recordando como conoció al chico hace 6 años.

En otra fotografía aparecía el niño con una linda jovencita de corta cabellera escarlata y ojos dorados, esta última lo abrazaba y le besaba la cabeza.

—¿Y ella quien es?– Preguntaron todas a la vez.

—No lo recuerdo muy bien pero siempre venía a dejarme al pequeño Yutaiji y ya más tarde regresaba por el– Les respondió.

Yutaiji se levantó de su asiento para ir a ver las fotografías.

—Que pasa– Preguntó Nino.

El no respondió nada solo admiraba a la adolescente. —Nada, solo que pareciera que ya la vi antes.

Estaba en contra de ser humillado por la adulta de avanzada edad, pero no comprendía como porqué no podía recordar nada. No tenía memorias de su pasado, su vida de infante estaba enterrada y si no fuera por ese álbum de fotografías así hubiera seguido.
Intrigado y lleno de curiosidad le pidió a Tina que continuara relatando.

Pasó de página para la siguiente foto donde aparecían ella con el pelinegro, daba a entender que ella le estaba enseñando a escribir y a leer.

Yutaiji permanecía en silencio solo mirando y analizando.

En la fotografía de abajo estaba el escribiendo con ambas manos lleno de alegría con Tina bastante asombrada.

Pasando a la siguiente hoja era una fotografía en general de toda la librería repleta de perros callejeros jugando con Yutaiji y con Tina bastante exaltada.

Más abajo estaba una foto de Yutaiji durmiendo con una pila de libros referentes a animales, plantas y comida a su lado.

En la última foto de esa página era de el con Tina sonriendo que conmovió a todos haciendo llorar a la ancianita.

—Estoy bien no sé preocupen– Pasó una toalla bajo sus lentes para limpiarse las lágrimas y continuar.

Avanzando más las páginas llegaron a fotografías donde el pequeño aparecía al lado de una hermosa niña de larga cabellera negro chocolate atado en una cola de caballo.

—¿Y ella quien es?– Preguntaron las hermanas.

—Ella es Rinairi Orimoto– Respondió el con melancolía causando mucho impacto en ellas.

—¿Entonces ella fue tu amiga desde la infancia?– Itsuki no podía creer que realmente la hija de una de las mujeres más importantes del país hubiera sido su compañera de aventuras.

—Así es hija, ella siempre ha estado pegado a él y lo ha acompañado siempre– Tina les mostró todas las fotografías referentes a ella en diferentes situaciones que iban desde intentar leerse todos los libros hasta limpiar todo el establecimiento junto con otro niño de cabellera blanca tras haber regresado de un juego de béisbol.

No se había imaginado lo importantes que eran Rinairi y Togeri en su vida, tantas aventuras y desventuras que tuvieron. No estuvo solo los tenía a ellos o bueno a solo uno de ellos.

Más y más fotografías con un Yutaiji y sus amigos más crecidos. Ahora las fotografías de ese álbum eran tomadas por el pelinegro ya que había heredado la cámara de Tina debido a que su vista ya estaba deteriorada por su avanzada edad. Aún así los recuerdos no pararon y continuó plasmando hermosos momentos.

El cumpleaños de Tina con el primer pastel hecho por el chico. El cumpleaños de Togeri con una tarta elaborada por él. El cumpleaños de Rinairi eclipsada por una pequeña torre hecha de gelatina construida por el pelinegro y su propio cumpleaños lleno de hamburguesas.

Cada fotografía hacían que sus ganas de llorar fueran más evidentes, volvía a cuestionarse ¿Como pudo olvidar cosas tan importantes como esas?

Fotografías de cuando el, Rinairi y Togeri se graduaron de la primaria y secundaria, como llegó al departamento donde vivía tras haber ganado una beca para estudiar en el Instituto Técnico Strellizia y de los múltiples galardones y trofeos obtenidos por ser el mejor alumno de su generación.

Las fotografías habían acabado debido a que Yutaiji había dejado la librería de Tina hace un año. Ella decidió cuidarlo todo ese tiempo cuando aquella joven pelirroja ya no vino por él hace cuatro años, lo educó y crío como su hijo pero aceptó el hecho de que se marchara para hacer su vida.

Todos esos recuerdos habían acabado, Tina y Yutaiji estaban llorando...

A pesar de haber saciado parte de esas intrigas que tenía solo brotaron más ¿Quién era aquella chica pelirroja y porqué antes convivía con ella? ¿Tenía padres? Quería esas respuestas pero por el momento decidió hacerlas a un lado para ir con Tina que continuaba llorando.

Se acercó y le dió un abrazo junto con un beso. —Muchas gracias por haberme cuidado Ti... Digo abuela.

Las chicas lloraron por la situación tan conmovedora pero quedaron con la duda respecto al álbum así que lo revisaron de nuevo. Había muchas páginas en blanco pero ya llegando a las últimas encontraron una foto grupal entre Yutaiji, Tina, Rinairi y Togeri sonriendo.

Volviendo con Yutaiji este había dejado de llorar y consolaba a Tina, tenía algo en mente.

—Chicas ¿Podrían acercarse a mi abuela porfavor?–

En lo que las quintillizas hacían eso el se quitó su ahora cámara, lo acomodó y programó el cronómetro.

—Quiero continuar de nuevo con esto abuela.

Fue con su abuela y las quintillizas para acomodarse para un nuevo recuerdo. —Sonrían.

.....................................................................
.........................................................
..............................................
...................................
..........................

Abrió la puerta, todo estaba como lo había dejado. —Bienvenidas a mi hogar supongo.

No era el departamento más amplio del mundo pero era bastante pequeño y acogedor.

—Disculpen si no hay muchas cosas solo que no he tenido la oportunidad de comprarme algo bueno.

Yutaiji fue a su habitación por su maleta, guardaría lo más crucial como ropa, libros y cosas en general, le daría más relevancia a ciertas cosas como sus cubos rubik y computadora.

Salió de su habitación para estar ya en la diminuta sala donde las Nakano observaban sus múltiples trofeos, reconocimientos y las pocas fotos que tenía de sus amigos.

—Emm bueno ya podríamos irnos– Les llamó su atención.

—¿Solo una maleta? ¿No te piensas llevar tus demás cosas?– Preguntó Yotsuba.

—Como les dije no he podido comprarme las cosas que yo quiero así que tener esta maleta ya es mucho para mí, además no es algo tan urgente que vacíe mis cosas– Le contestó a la hermana de chaleco amarillo.

—Está bien entonces vámonos– Hablaron las hermanas saliendo del departamento para que el pelinegro cerrara con seguro.

Tendría que hablar con el encargado del hotel para explicarle de su situación, si debía de pagar por aquella habitación mientras tenía ahí sus cosas o le daría el chance de venir por ellas sin inconvenientes.

---------------------------------------------------------
---------------------------------------------

Estaba profundamente agradecido con las hermanas. El no pudo convencer al encargado del hotel pero las hermanas si mediante "sus encantos femeninos" les pagaría aquel favor.

Salieron del edificio pero al instante Yutaiji sentía todo muy extraño como si su mente se distanciara de su cuerpo, un fuerte hormigueo se apoderó de su cabeza.
Analizó esa situación, su cerebro le botó un par de recuerdos de las veces que había pasado la misma situación. La primera vez fue cuando luchó contra Takamai, de alguna manera anticipaba los golpes del rubio. La segunda fue cuando estuvo en el láser tag con Rinairi, aún con el humo y sin luz pudo reaccionar a su ataque sorpresa y el más reciente con Nobara, cuando ella intentó golpearlo automáticamente lo bloqueó con su libro ¿Qué significaba eso?

No comprendía la situación, el hormigueo variaba dependiendo a que lugar apuntara y tras estar así un par de segundos llegó a múltiples conclusiones, todo apuntaba a algunos chicos que tenían la vista puesta en el.

Apresuró a las hermanas para llegar a la librería con el principal objetivo de despedirse de su abuela Tina y de resguardarse de esos tipos.

—Buenas tardes señora Tina ya regresamos– Dijo Nino saludando con sus hermanas a la ancianita.

Ella les devolvió el saludo para de nuevo centrarse en trapear el piso, le gustaba la limpieza.

Las quintillizas no se resistieron y fueron a ayudarla dejando solo al pelinegro revisando por la ventana si aquellos tipos le habían seguido. Efectivamente dentro de un par de minutos aquellos sujetos se pararon al otro lado de la calle manteniendo la vista al establecimiento.

—¿Ocurre algo Taiji?– Miku se le acercó muy preocupada, estaba actuando muy extraño.

—N-no, estoy bien ¿Porqué lo preguntas?–

—Porque luces demasiado distraído ¿Qué tienes?– Ichika se cruzó de brazos esperando una respuesta.

—Ya les dije que nada estoy bien– Intentó calmar su paranoia.

—¿Seguro?– Habló Nino.

—Si, de veras– Volteó de nuevo la vista a la ventana. Ese hormigueo como aquellos sujetos habían desaparecido.

No estaban muy convencidas pero decidieron creerle y reanudaron sus labores junto con Tina.

---------------------------------------------------------
---------------------------------------------

9 de la noche, la oscuridad del cielo se tornó en parte azulada debido a la activación del "Domo" los seis ya estaban preparados para retirarse, habían pasado mucho tiempo ayudando a Tina que se les olvidaba que tenían que volver al lugar de donde vinieron.

La viejita les había preparado unos toper's que contenían panes dulces surtidos y un termo de chocolate para su viaje, ya que por la noche hacía frío.

Antes de abandonar el lugar Tina le entregado a Yutaiji un recado y se despidió de ellos con una gran sonrisa.

Pasaron a la calle que estaba transitada pero no tanto como en el día.

—Prometo venir a visitarte abuela– Le dió un abrazo junto con un beso en la cabeza, las quintillizas le rodearon con un abrazo.

—Adios señora Tina– Las hermanas se despidieron para alcanzar a Yutaiji en la parada del autobús.

Ella les veía con algunas lágrimas abordar el transporte para que poco a poco los perdiera de vista.

Se metió a su librería lista para cerrar, se indagó cuando vio que en la mesa Yutaiji había dejado su cámara y el álbum de fotografías.

Desde pequeño era muy despistado, no había cambiado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top