Capítulo 1: Grieta
----------------------------->Antes de iniciar a leer debe saber lo siguiente:
*En mi historia los personajes no me pertenecen, su personalidad pueden cambiar a comparación de la serie o ser perjudicado un poco al transcurso que va avanzando la trama y las actualizaciones serán muy lentas debido al poco tiempo que tengo.
*La pareja principal es KaraIchi (Karamatsu x Ichimatsu) pero pueden haber otras parejas y triángulos amorosos. Entre ellas:
KaraTodo, OsoChoro, OsoTodo, JyushiIchi, AtsushiTodo, JyushiTodo.
*La historia se narra de forma Omnisciente.
*Clasificación: Drama, Romance y Cosas de la vida.
*Contiene lenguaje vulgar
*El desarrollo de la historia es mía, me aseguré en no chocar con otras historias que sean parecidas o que tengan algo en común. Cualquier similitud es mucha coincidencia, no acepto quejas al respecto.
<-----------------------------------------------------------------Si ya leíste lo anterior, prosiga en leer el capítulo, se le agradece por su atención y su paciencia. Gracias.
El día comenzó dando señal que debían levantarse de la cama, nuevamente era otro día como cualquier otro, o al menos eso se creía. El cuarto hijo de los Matsuno abrió los ojos pesadamente mientras se impulsaba lentamente al frente para levantarse del futón, bostezando del sueño y de flojera, se levantó para hacer su rutina habitual, tomando su desayuno en silencio y observando el escándalo de sus demás hermanos por querer comer las peras que su madre les había cortado y preparado en su tazón favorito, todos estaban inquietos, los insultos volaban, comentarios burlones se escapaban de sus labios y gritos se escuchaban por toda la habitación, una mañana como cualquiera.
Se sentó en una esquina de la mesa agarrando con la mano un pedazo de pera mientras observaba que sus hermanos se peleaban por la fruta, entre ellos Karamatsu, al verlo tirarse casi en la mesa por querer arrebatarle el pedazo que tenía Osomatsu en sus manos, estrellándose contra el tazón y escuchándose un pequeño quejido de parte de él por el intento fallido, Ichimatsu ríe en sus adentros mientras mantenía su rostro indiferente, sabía disimular sus emociones perfectamente aunque había ocasiones donde le costaba hacerlo frente a ciertas situaciones que no quisiera recordar en ese momento. De repente, Jyushimatsu sale por detrás agarrando el tazón y corriendo rápidamente por toda la sala, adueñándose de las peras mientras era correteado por los demás hermanos, a excepción de Ichimatsu. Ni siquiera se inmutó en abrir la boca para quejarse o siquiera la intención de levantarse, solamente se quedó quieto observando el show de los hermanos.
No hacía tanto calor como ayer, eso era obvio, de lo contrario no estarían discutiendo y no estarían de buen humor, una pequeña sonrisa dejó escapar por diminutos segundos mientras miraba atentamente los movimientos atléticos de Jyushimatsu y cómo se liberaba fácilmente de los agarres de los demás, corriendo alrededor de la mesa con el tazón en las manos mientras tiraba mordidas para comer las peras. Definitivamente un show de comedia estaba siendo presentado frente a Ichimatsu, quien solo seguía manteniendo aquella expresión tan suave y pasajera. El único que lo notó fue Karamatsu, quien segundos atrás se había rendido ante la idea de perseguir a su quinto hermano por ver la expresión de Ichi, quien aún no había notado su presencia, algo que quizá decepcionaba un poco a Karamatsu pero que al mismo tiempo, agradecía volver a ver otra expresión que era nueva para él, sintiéndose un poco incómodo por una sensación en el estómago, como si un conjunto de mariposas volaran sin cesar.
Aquellas definitivamente eran experiencias nuevas y únicas, por lo que no sabía cómo reaccionar a ellas, aunque no tardó mucho que su querido hermanito quitara aquella sonrisa al notar que él lo observaba, Ichimatsu frunció el ceño y desvió la mirada hacia otro lado, no sin antes soltar un breve y torpe insulto hacia Karamatsu.
Pronto la pelea acabó y Jyushimatsu logró su objetivo, dejando a sus hermanos atrás con terribles jadeos y tirándose al suelo del cansancio, mientras que Karamatsu se sentaba en algún punto de la habitación y se miraba fijamente en el espejo, contemplando su belleza física mientras se dedicaba pequeños halagos, subiendo su autoestima y mirar positivamente al futuro de encontrar pronto una karamatsu girl, quien le aprecie y no le de vergüenza de tenerlo junto a él. ¿A quién quería engañar? Por más extraño que parezca, ya no estaba tan emocionado con la idea pasajera como lo hacía antes, ahora, su atención se lo había robado "otra" persona. No está del todo seguro, pero tampoco parece querer negarlo aunque sí acepta que está muy confundido al respecto. Hasta hace poco había logrado ver una faceta distinta que no había visto hace bastante tiempo, desde que eran niños. Sin embargo, no está consciente del todo sobre sus sentimientos, solo espera volver a ver aquella adorable y sincera mirada de su cuarto hermano menor.
Todos estaban sentados alrededor de la mesa comiendo una bolsa llena de papas fritas que Osomatsu había encontrado, todos comían animadamente mientras se distraían con cualquier cosa, por ejemplo; Todomatsu estaba distraído tomándose fotos adorables para enviárselas a sus amigas, Choromatsu estaba leyendo una revista dándole pequeñas miradas a alguien en particular, Osomatsu estaba comiendo papas mientras se recargaba en la mesa para una mejor comodidad, Jyushimatsu estaba haciendo movimientos con el bate de béisbol y Karamatsu estaba observando aún su reflejo aunque a veces miraba al espejo dedicándole miradas a Ichimatsu, quien estaba jugando con su gato en silencio.
Sin embargo, un leve jadeo se escuchaba apenas muy poco para los demás, Ichimatsu se encontraba delirando levemente y ahogando sus jadeos al sentir punzadas en su estómago.
"De nuevo aquella horrible sensación"
Apenas se levantó con la intención de irse para no ser visto el cómo sufría, se cayó apenas dio un paso, su cuerpo se sentía extremadamente pesado y había perdido el equilibrio, un estruendo se escuchó y esto llamó la atención del quinto hermano, quien al ver que su hermano intentaba levantarse y notar que no pudo hacerlo se acercó amablemente, por otro lado, Ichi yacía pálido sentado sin poder mover sus piernas, no le respondían y un leve temblor empezó a surgir al perder esa poca confianza.
Otra vez aquella sensación surgió de nuevo, esta vez mucho más fuerte que la anterior, había pasado días aguantando ese dolor pero ahora era insoportable, se había convertido en algo intolerable hasta para él, cosa que alarmó a su hermano pequeño que al acercarse lo suficiente se dio cuenta que algo andaba mal ya que su hermano actuaba diferente. Un suceso notablemente alarmante para los orbes de capucha amarilla.
Quiso acercar su mano al hombro ajeno y éste reaccionó alejándose deliberadamente, de repente sintió una oleada de sensaciones indescriptibles en su cuerpo que no pudo evitar retorcerse en el suelo, aquella sensación lo estaba torturando cada vez más fuerte, casi sentía que le faltaba aire tras recibir punzantes dolores por todos lados, desesperadamente quiso levantarse y no pudo, el dolor era más fuerte que cualquier otra cosa, sentía hincharse y la garganta resecarse, tosía mucho hasta volver a sangrar. Sus hermanos miraban en shock al ver que su hermano se estaba contorsionándose en el suelo y daba gritos secos del dolor, todos tenían la misma expresión; Conmoción.
El primero en reaccionar fue Osomatsu, quien agarró a Ichi de los hombros y lo recargó sobre una pared para evitar que se siga retorciéndose, aun con la manos temblorosas puso toda su fuerza en tratar de mantener a su hermano en un solo lugar, sin dejar de ponerle atención le gritó a cualquiera de sus hermanos que llamara a una ambulancia.
— ¡Mamá! ¡Ichi está... convulsionándose!— Gritó Todomatsu corriendo por toda la casa buscando la figura materna mientras corría a toda velocidad con lágrimas en sus ojos sin saber qué hacer.
Choromatsu empezó a marcar el número que estaba integrado en su celular para cualquier emergencia y con los nervios de punta, aun en estado de shock comenzó a pedir ayuda, dando dirección de la casa y dando pequeños detalles de lo sucedido.
Jyushimatsu no sabe qué hacer, solo reaccionó de forma dramática dando pequeños sollozos mientras permanecía alado de su hermano, sintió la necesidad de tocar su frente y al sentir que estaba caliente decidió ir por hielo y trapos húmedos, corriendo como si su vida dependiera de ello.
Todo pasó lento desde los ojos de Karamatsu, no pudo moverse, estaba en estado de shock, solo observaba a todos corriendo en ayuda de su hermano menor, Jyushimatsu vino corriendo con bolsas de hielo para después colocar un trapo semi-húmedo en su frente, sosteniéndolo con su mano derecha, el hermano más grande fue a checar afuera para ver si la ambulancia estaba por llegar, en eso Ichi tiembla y cae de lado, dando un fuerte susto a su hermano que estaba justo alado suyo, tomó el mentón y se llevó una enorme sorpresa que hasta el aire se le escapó al percatarse de algo.
—¿Eh? ¿Niisan?—Susurró tratando de levantar a su hermano, sin éxito se acercó a su rostro y temió lo peor"—¡Osomatsu-niisan! ¡Ichi!... ¡Ichimatsu-niisan no está respirando!—Gritó aterrado, ya esperaba lo peor.
En ese minuto Karamatsu reaccionó más asustado que antes, no supo qué hacer, Jyushimatsu estaba enloqueciendo de la desesperación por culpa del shock en que se encontraba, Todomatsu llegó sin compañía, al parecer su madre había salido y no estaba en su habitación o en cualquier lugar de la casa, al ver que su cuarto hermano mayor estaba tirado sin dar respuesta y Jyushimatsu hecho un mar de lágrimas, sabía que algo andaba mal y que la situación había empeorado. Muy crítica, temblando por el miedo de ver perecer a su hermano frente a sus ojos.
— K-Karamatus-niisan, ¡Ayúdalo! ¡Ichimatsu-niisan no responde! ¡Haz algo! ¡No te quedes quieto!— Decía el más pequeño de los seis jalando su chaqueta de cuero con lágrimas en los ojos con terror, sus mejillas rojas por el pánico, mirándolo atemorizado y deseando despertar del mal sueño, por otro lado Karamatsu miraba atónito a su hermano, su cuerpo no se movía y no parecía salir de su trance emocional.
—Yo... no sé... yo...—Tartamudeaba sin pronunciar una sola oración, eran palabras vagas que salían de sus labios a causa del shock, jamás llegó a pensar que esto ocurriría y mucho menos llegaría a pensar que esto fuera tan grave. El menor agarró de los hombros del Karamatsu y lo sacudió para que entrara en acción y lo ayudase. Nada sucedió.
— ¡Se supone que eres el segundo hermano más grande! ¿¡Eres el mayor, no?!—Los gritos se intensificaron, el mayor se quedó sin habla y estático por las palabras de su hermano. Era cierto, él debería saber qué hacer en una situación así y no quedarse como idiota observando el cómo los hermanos más pequeños se las ingeniaba para controlar la situación.
Justo en ése momento entra Osomatsu entre jadeos, observando la situación y comprendiendo enseguida el olor del peligro y se abalanzó cerca de Ichimatsu, acostándolo al suelo mientras ponía su oído en su pecho, dándose cuenta que ya no respiraba y que se veía más pálido. Sus hermanos lo miraron esperanzados al ver la agilidad de sus movimientos, sin perder un solo minuto de tiempo lo acomodó en el suelo retirando los muebles y los objetos de su alrededor, despejó su pecho y le quitó su sudadera para aflojar sus movimientos para evitar lastimarlo, levantó su barbilla hacia arriba con las yemas de sus dedos mientras colocaba sus labios contra los de Ichimatsu, tapó su nariz con la mano desocupada y le hizo respiración boca a boca, procurando ver su tórax y ser lo más cuidadoso posible. De repente Ichimatsu dio señales de vida al abrir ligeramente sus ojos y hacer una pausada respiración, lo que alivió a los hermanos que se encontraban alrededor de ellos.
— Todo está bien, Ichimatsu— Le dijo colocando una almohada en su cabeza mientras esperaban pacientemente a la ambulancia, Ichi miró confundido al mayor pero no se inmutó en decir algo, solo quería descansar, aún chorreaba sangre por su nariz por lo que su vista estaba nublada. No se quejó en absoluto, Jyushimatsu apareció con lágrimas en sus ojos mientras sostenía su mano amablemente, Todomatsu había soltado al de la chaqueta de cuero, solo para asegurarse que su hermano estuviese respirando adecuadamente.
Karamatsu se quedó perplejo por sus torpes movimientos, se había dado cuenta que no había hecho nada para ayudarlo, sintió la mirada de su hermano mayor y la desvió por vergüenza, no tenía valor de decirle algo. Al contrario, Osomatsu al ver lo apenado que estaba solo se acercó colocando su mano en su hombro como apoyo, le dirigió una mirada amable y le dijo unas palabras de ánimo.
— No tienes que temer, todo saldrá bien, Ichimatsu saldrá bien— Le dijo intentando animar el ambiente y de reanimar a su hermano que parecía pasarla realmente mal— Solo asegúrate de que Ichimatsu se encuentre bien a partir de ahora, háblame si vuelve a pasar lo de hace rato—
Dijo sonriendo forzadamente, estaría mintiendo si no estuviese preocupado, se le notaba mucho su inseguridad en su mirada pero trataba de permanecer serio y confiado como buen ejemplar a seguir, debía controlarse y no perder la fe, de lo contrario, ¿Qué le estaría enseñando a sus hermanitos? Esto había provocado más culpa en Karamatsu, por ser el segundo hermano más grande y que no haya podido ayudar en nada, era un pesar que cargaría toda su vida, literalmente vio a su hermano morir frente a sus ojos y no pudo hacer siquiera algo para ayudarlo, de no ser por Osomatsu... Seguramente Ichimatsu se hubiese muerto.
Llegó la ambulancia, enseguida los médicos ayudaron al joven a levantarse y colocarlo sobre la camilla, todo sucedió tan rápido que dejaron asombrados a los cinco hermanos, sin más se lo llevaron a gran velocidad cruzando los semáforos sin importar el color que alumbraba, ignoraron las señales de conducir e incluso tomaron atajos para llegar más rápido al hospital, todos los hermanos dependían de ellos, debían hacer lo que estuviese en sus manos para salvar la vida de su hermano. No obstante, le dijeron a su madre lo sucedido, ellos tampoco perdieron el tiempo, apenas se enteraron de la situación y tanto como su mamá como el papá corrieron en busca del hospital, no se sabe cómo llegaron tan rápido pero allí estaban dispuestos a recibir explicaciones.
Llegaron a la sala de estar del hospital y se acomodaron en las frías sillas que estaban en la lista de espera. Una sofocante preocupación gobernaban en sus pechos, los llantos de los niños o de las personas que estaban allí alteraban los oídos de cualquiera que los oigan, los lamentos y el ruido de las camillas rechinando contra el suelo al jalarlas precipitadamente para llegar a alguna habitación disponible para checar el paciente. Toda la familia se encontraba sentados con la vista hacia al suelo, tratando de no perder la esperanza, con lágrimas en los ojos y sintiéndose culpables por no haberse dado cuenta de lo que le ocurría al chico introvertido.
"Si tan solo me hubiese dado cuenta"
Es el pensamiento que todos compartían mientras jugaban con sus dedos por nervios, nadie se atrevía a decir alguna palabra, sabían que si decían algo iban a explotar en llanto, ni si quiera los padres estaban dispuestos a romper el silencio, todos yacían preocupados y con la mente perturbadora, nadie podía manejar la situación y no parecía estar a favor de nadie.
En especial a Karamatsu, quien no paraba de lamentarse por no haber ayudado pero más importante aún, no supo cuidar de su hermano menor y no le pudo brindar seguridad como se lo merecía, sus ojos se cristalizaron al recordar la manera en que se retorcía por el dolor, sentía culpa, demasiada culpa. Pero no era el único que se sentía culpable, todos tenían el mismo sentimiento, pero el más perturbado era Jyushimatsu, quien no paraba de rezar y de parar de llorar, era el más débil, su sonrisa que antes era tan distinguible y llena de felicidad... ahora estaba rota, imaginar que la salud de su hermano favorito peligra es como una daga que se entierra en su pecho. Osomatsu guardaba su imagen por ser el mayor, a pesar que se repetía mentalmente que todo iba a estar bien, no podía quitar de su mente que algo estaba por suceder, una opresión de su pecho le dejaba sin aliento, quería gritar y llorar pero no podía, debía mantener su compostura y no dejarse llevar por sus emociones, debía cuidar a sus hermanos y actuar con prudencia, estaba consciente que cargaba mucho por ser el más grande de todos sus hermanos. Algo que notó el tercer hermano; Choromatsu.
Todas las enfermeras corrieron en dirección al cuarto de Ichimatsu, todos con la misma expresión. La inseguridad incrementó en los corazones de la familia Matsuno, la necesidad de mirar y ver lo que le hacían era una forma de sentirse mejor pero apenas y ponían un pie dentro, sabían que el doctor los sacarían tan pronto como fuera posible, los minutos pasaron como una eternidad y las horas de manera interminables, ya llevaban un buen rato allí pero no había noticias de su querido hermano, siempre que querían preguntarle al doctor, éste hacía una mueca de tristeza y les pedía que siguieran esperando, ya era tarde. Habían quedado de acuerdo en suplementar a sus hermanos cada hora para descansar o tomar aire fresco, algunos fueron a comer y otros al baño mientras que algunos se quedaban a esperar alguna noticia. Todos habían comido a excepción de Karamatsu que no se había apartado de su lugar por nada del mundo, se quedó esperando, incluso se había quedado ido encerrado en sus pensamientos, culpándose de lo sucedido y lamentándose en su propia mente, como una forma de tranquilizarse y mantener su cordura, todo se escapaba de sus manos y el pensar que había una posibilidad de que muera su hermano estaba más que aterrorizado, no podía apartar la vista de aquél corredor que dirigía hacia la habitación de su hermano, esperando momentáneamente si el doctor salía o no, esperando pacientemente cada movimiento de quien entraba y salía. ¿Cuánto faltaba para que pudiera ver a su hermano sano y salvo? ¿Por qué tardaban tanto en checarlo si hay tratamientos y medicamentos para controlar cualquier enfermedad? ¿Por qué se siente tan inseguro? La paciencia se agotaba y un enorme pesar cargaba bajo sus hombros, sentía cansancio pero negaba dormir, se negaba irse de allí.
—Karamatsu-niisan, ya es hora que vayas a descansar—Dijo Choromatsu armándose de valor para hablarle, tenía que ayudarlo aunque sea arrastrándolo afuera. No quería ver esa expresión adolorida de él.
— Me quedaré... quiero estar aquí cuando el doctor salga de aquella puerta— Sus ojos estaban casi rojos del sueño, habían pasado horas después de lo que había sucedido y no había dormido nada por querer cuidarlo, no podía irse.
— No digas estupideces, Karamatsu— Dijo Osomatsu acercándose al dúo, le fastidiaba ver que su hermano tuviese ésa máscara de actuar tan cool frente a todos a pesar que está roto, no quería que él tomara parte de la carga, era innecesario.
— No hice nada para salvarlo, mínimo quiero estar aquí en caso de una emergencia— Decía encorvándose ligeramente, la culpa podría llegar a ser insoportable, tanto peso para un chico que no tenía el papel definido, no merecía cargar tanto. Ése pesar no le pertenecía, no tiene motivos para sufrir por un papel que no le corresponde.
— No se pudo evitar, no lo puedes evitar— Se sentó a su lado y le hizo señas a Choromatsu para que lo dejara solo con él. El menor hizo caso y se fue.— No hay forma que lo ayudes bajo estas circunstancias tampoco— Le aclaró haciendo énfasis en sus últimas palabras.
La reacción fue de lo más esperado para él.
— ¡¿Qué dices?! ¡Puedo ser de gran ayuda ahora! Déjame hacerlo, es mi deber cuidarlo— Decía haciendo una expresión molesta, sus lágrimas estaban por salir de aquellos zafiros y sin embargo, ahogaba el llanto.
—¿No lo entiendes? Yo soy el hermano mayor y por lo tanto estás bajo mi responsabilidad también, no puedo dejar que tengas éste aspecto, deberías cuidar tu salud, es lo primordial—Le dijo usando un tono dominante, casi a un tono superior; una orden—Entiendo que estés preocupado por él, pero no es excusa para descuidar tu salud, ¿Cuál crees que sería la reacción de Ichimatsu si ve que estás con esta apariencia? ¿No sería más problemático para él ver que estuviste descuidándote por culpa suya? ¿Acaso crees que no se sentirá más culpable?—Le hizo entrar en razón, Karamatsu no le quedó de otra más que aguantarse y tragar su orgullo.
—Volveré pronto—Susurró para sí mismo, no esperaba una respuesta. Salió del hospital acompañado de Choromatsu, quien solo le acompañó hasta la puerta y observando el cambio en su actitud, no parecía satisfecho pero debía comprender que no podía hacer nada, no por ahora.
—Fuiste un poco duro con él, Osomatsu-niisan—Le dijo Choromatsu al de la capucha roja, ganándose una leve risita de parte suya como una descarada respuesta.
—No tuve otra opción, no parecía cambiar de opinión tan fácilmente—Le dirigió una mirada vacilante antes de dar un pesado suspiro, en el fondo no le gustaba ser así de grosero con ninguno de sus hermanos, pero debía hacerlo, de lo contrario su hermano se negaría a descansar.
—Deja de fingir, niisan—Dijo el chico de camisa de color verde oscuro, decorado en cuadros verde limón con una expresión preocupada, sentándose a su lado.—Soy la única persona que no puedes engañar con tus facetas absurdas de buen hermano mayor, estamos solos, sé honesto conmigo—Tocó el punto ciego del mayor con aquellas sinceras palabras, él lo conocía perfectamente y a pesar que nunca lo admitiría, él conoce cada faceta y era la única persona que Osomatsu no podría mentirle, a pesar que se esforzaba en lucir firme sabía que con Choromatsu a su lado, era un libro abierto. No hubo necesidad de seguir ocultando sus sentimientos y preocupaciones.
—Lo siento, no pude evitarlo—Sonrió débilmente—Soy el hermano mayor, debo lidiar con esto"-Comentó encogiéndose de los hombros, volviendo a perderse en sus propios pensamientos.
—Eso no es cierto—Interrumpió de golpe, cabizbajo y con la espalda encorvada—No tienes que lidiar todo esto tú solo, es decir, somos hermanos y nacimos el mismo día... Tenemos la misma edad, no intentes llevarte toda la carga tú solo, de vez en cuando... si necesitas desquitarte con alguien o quieres apoyarte en alguien....—Tragó saliva, apretó sus puños y le dedicó un gesto lleno de confianza y de cariño, avergonzándose por las palabras recién salidas de su boca—"Puedes apoyarte en mí cuando quieras"-Finalizó con un tierno rubor en sus mejillas.
—¿Estas preocupado por mí? Jeje˞ ¡Qué lindo˞!—Abrazó divertidamente a su hermano en forma de burla, sin si quiera esperar su consentimiento, el contrario solo se apenó por la reacción de éste y se avergonzó mordiéndose el labio insconcientemente.—¿Cuántos años crees que tienes? ¡Eres apenas un crío! Jajajajaja—Comenzó a reír, avergonzando a más no poder, menor no aguantó un segundo más y le dio un codazo por impulso.
—¡Me arrepiento! ¡No puedo creer que haya dicho esas cosas tan vergonzosas por ti! ¡Soy un idiota por preocuparme por un bastardo como tú!—Se paró indignado por la descarada risa de su acompañante, se sintió humillado por intentar ser amable con él. Justo cuando intentaba levantarse sintió un fuerte agarre del mayor obligándolo a sentarse nuevamente y así recibir un inesperado abrazo por la espalda—¡¿Qué haces?! ¡H-Hey! ¡S-Suéltame! ¡Te digo que me sueltes!—Decía entre forcejeos tratando de liberarse del agarre, sus mejillas estaban teñidas de un envidioso carmín y su rostro estaba ruborizado hasta las orejas. Osomatsu solo sonrió divertido y apoyó su rostro contra su espalda, casi a la altura de su cuello.
—Gracias...—Susurró antes de comenzar a lagrimear y liberar un enorme peso de encima, se aferró a su espalda como apoyo y se desahogó en leves sollozos, apretando ligeramente con fuerza la ropa del contrario y sintiendo una agradable sensación al ser acariciado lentamente y suavemente su cabello, desde las raíces hasta las puntas. Después de un rato, Choromatsu aceptó gentilmente las acciones de su hermano mayor, escuchando con atención su llanto entrecortado y balbuceos sin sentido. Se aseguró de mantenerse callado y ser el soporte de su querido hermano mayor, quería ser su fuerza para salir adelante. Aunque en el fondo de su corazón, comenzó a desbordarse aquellos impuros sentimientos que jamás debió sentir por su hermano.
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Continuará...
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