Capítulo 39
Al día siguiente todo se mejoró.
El aeropuerto llamó y pudieron recuperar sus maletas, con todo lo que había en ellas. Las nubes se despejaron y por fin salió el sol.
Eso ánimo a Jade y Corbyn como nadie sabía. Podían realizar todas las actividades que habían planeado.
—Podríamos comprar helado —sugería Jade mientras paseaban de la mano por la calle.
—Podríamos, pero después te quejas del sabor que elijo.
La morena entornó los ojos con una sonrisa divertida y chocó su hombro con el de Corbyn.
—Creo que tus gustos son muy extraños y horribles —comentó ella asqueada recordando el helado de bacon.
—Tienes razón, me gustas tú, así que...
Jade golpeó su brazo con fuerza y el rubio chilló de dolor.
—¡Idiota! —exclamó riendo—. Sabes que en lo referente a mí solo tuviste suerte, así que no me compares con aquel asqueroso helado de cerdo.
Corbyn soltó una gran carcajada después de que su novia terminara de hablar.
—Bueno linda, date cuenta de que a tí también te chupo. Si pudiera elegir cualquier sabor de helado en el mundo elegiría el tuyo —la muchacha se sonrojó y le volvió a golpear con fuerza—. ¡Auch! ¡Al final me dejarás marca!
—Es lo que pretendo —murmuró Jade entre dientes—, eres un caso perdido Besson, tu nivel de pervertividad sube con el paso de tiempo.
—En mi defensa diré que es porque tú eres mi novia —se justificó el rubio con una risita.
—Siempre me hechas la culpa a mí —se quejó la morena y él besó su frente con diversión.
—Pero me quieres ¿No es verdad?
—Te amo, idiota.
(...)
El día de reunión, para visitar las universidades, llegó a California unas semanas después.
—¡¿Lo has visto todo!? —exclamó la chica dando vueltas sobre sí misma y apretando el folleto contra su pecho—, ¡Es mejor de lo que me imaginé!
—Es genial, la verdad —confesó Corbyn con una sonrisa sincera al ver feliz a su novia—. Ya te veo recorriendo todos los sitios del Campus mientras matas a las chicas de envidia.
—¿Por qué las mataría de envidia? —cuestionó ella riendo.
—Primero; eres hermosa. Segundo; eres super inteligente. Tercero; cuando te venga a recoger algún día en la moto todas se morirán de envidia.
Jade rodó los ojos ante la última respuesta y dejó un corto beso en los labios de su novio, para después salir corriendo detrás del guía con una enorme sonrisa.
—Serás la mejor —susurró para sí mismo y corrió para alcanzar a su novia.
(...)
Al día siguiente, era la visita a la universidad de Corbyn y el chico se notaba más nervioso que emocionado.
No conocía a nadie allí y, aunque era muy sociable, la idea de tener que hacer amigos nuevos lejos de Jade... Le aterró.
Lo conseguiría, al menos eso decía ella cada vez que el rubio pretendía dar media vuelta y volver a casa sin querer saber más de aquel lugar.
—Será divertido —apremiaba Jade empujándole por la espalda para que avanzara—, ya verás.
El chico gruñó algo asustado pero siguió caminando.
Con el paso del tiempo se fue relajando más e incluso disfrutó de la visita.
—Hay equipo de Baloncesto —comentó la morena observando el folleto con atención—, debes apuntarte.
—Eso si tengo tiempo —murmuró Corbyn mirando el papel por encima del hombro de Jade.
—Los partidos son los sábados y los entrenamientos los lunes y viernes por la tarde. Tienes tiempo de sobra para estudiar.
—Ya, pero...
—¿Corbyn Besson? —interrumpió la conversación un hombre de mediana edad. El rubio asintió—. Acompáñeme.
—Espérame aquí —dijo Corbyn apretando los labios y se despidió de Jade con la mano para seguir al hombre.
La chica se quedó confusa y sus ojos color avellana siguieron a los dos hombres desaparecer por el pasillo
Esperó pacientemente hasta que pasaron 15 minutos y le entró hambre. Miró el mapa que había incorporado en el folleto y recorrió aquél largo pasillo hasta la cafetería.
Y allí estaba él, en el mostrador. Acompañado de un chico que parecía explicarle todo con emoción.
Jade se quedó allí parada, aturdida por lo que veía.
Salió de allí antes de que alguien la pillara y comenzó a sentir como su corazón latía con rapidez.
¿Corbyn iba a trabajar en la cafetería?
Volvió al sitio que ocupaba antes con la mano derecha en el pecho y la mirada en los zapatos.
¿Por qué no se lo había dicho?
Cuando él volvió con una sonrisa, ella decidió no decir nada de lo que había visto. No quería empezar a discutir en medio de todo el mundo y parecía que Corbyn se lo estaba pasando muy bien.
—¿Estás lista para nuestro último día en Los Ángeles?
Jade sonrió forzadamente y asintió.
—Sí, estoy muy cansada.
El rubio notó su incomodidad y frunció el ceño confundido.
—Vale, vamonos al apartamento.
Y así sucedió.
Jade se tiró en el sofá encendiendo la televisión con un suspiro y Corbyn dejó las cosas en la encimera de la cocina.
—¿Quieres un sándwich o algo? —preguntó el ojiverde mirándola con interés.
—Depende, ¿Los haces ahora? ¿O te los regalaron al trabajar en la cafetería de la universidad?
El aire se atascó en los pulmones de Corbyn y abrió la boca sorprendido.
Le había descubierto.
—Puedo explicarlo...
—¿Por qué no me lo dijiste? —interrumpió ella indignada —, creía que me lo contabas todo.
—No, no, Jade... —se acercó con prisa hacia ella y se sentó a su lado tomando sus manos— No es eso —suspiró—. En verdad ninguna universidad me quería en su programa de estudios y bueno, Carrington College me aceptó con la condición de que trabajara en la cafetería gratuitamente. El hombre que me llamó era el director —Jade ahogó un grito de asombro y el rubio bajó la mirada—. No te lo dije porque estabas orgullosa de mí y no quería cambiar eso.
—Corbyn, ya hablamos de esto... —murmuró la morena apretando sus manos—. Te dije que siempre estaría orgullosa de tí si eso lograba cumplir tus sueños.
—Tienes razón, lo siento mucho —tragó saliva intentando no derrumbarse. Pensaba que siempre estropeaba todo con ella y eso le destrozaba—, debería haberte avisado.
—Tranquilo, ¿Sí? —acarició su pelo delicadamente—. No pasa nada, te entiendo.
Corbyn asintió notando el calor que irradiaban las manos de Jade en su nuca. Luego se fijó en ella. El aire salió de sus pulmones. Era realmente hermosa. La tenue luz bailaba sobre su cabello, iluminando su delicado y suave rostro. Ella le sentía etéreo.
Jade volvió la cara y lo miró con sus grandes y tiernos ojos, y él olvidó momentáneamente como hacer latir su corazón. Sonrió amablemente y Corbyn tragó saliva intentando escapar.
¿Cómo podría merecerla? ¿Cómo podría siquiera mirarla, tenerla tan cerca y tener el privilegio de amarla?
Estaba sentada enfrente de la televisión (mirándola sin prestar alguna atención), en el sofá con las piernas expuestas debido a su posición y a la corta falda que llevaba. Su gran jersey se había caído del hombro y no cubría mucho. Estaba mareado.
No era solo su apariencia lo que le gustaba de ella. Ni siquiera estaba cerca. Pero él era un ser humano después de todo.
Su mirada estaba de repente sobre él. Sus ojos tenían tanta honestidad que se volvió abrumadora con el paso del tiempo para Corbyn, pero al mismo tiempo, no podía apartar la vista.
Los labios de la morena se curvaron en una sonrisa y solo en ese entonces se dió cuenta de que los había estado mirando por un largo tiempo.
Ella se acercó más, haciendo chocar en un compartido suspiro sus alientos.
—¿Me vas a besar? —cuestionó Jade divertida—. ¿O debo dar yo el primer paso?
El rubio no contestó, solo la subió con cuidado encima de él, dejando primero un pequeño beso en su cuello.
Puso sus manos en su cintura, apretándola un poco. Los labios de Jade encontraron el camino hacia él. Era lento, pero apasionado, adictivo y profundo.
Ella sabía a caramelo y fresas. Estaba tan perdido...
La chica se apartó, haciendo que Corbyn gimiera al perder sus labios, pero ella solo se movió a su oreja.
—Quién te diría que algo así te pasaría al aceptar el reto de la lista.
—Nadie me lo dijo, pero me alegra —levantó un poco su camiseta y sonrió sobre la piel caliente de su hombro—, amo las sorpresas y te amo a tí Jade Clifford.
—Te amo más, Corbyn Besson.
Y se besaron, como alguna vez decidieron no hacer para ganar aquel estúpido reto; La lista de besos.
Fin
¿Qué creen que les pase a Jade y Corbyn a partir de ahora?
¿Necesitan un epílogo o es mejor imaginárselo?
La verdad es que sin epílogo este capítulo no tiene mucho sentido y os queréis lo WTF. But well you decide.
A mis 14 años no pensaba llegar tan lejos, os amo por dejarme hacerlo.
No sé qué más decir zachys😓
Las amo y gracias por leer❤💛💚💙💜Me encantó escribir esta historia y espero poder verlas en las demás que hay en mi cuenta.
Una triste despedida.
Zachy_poo_is_mine💋
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