Taehyung se sentía mal, se cumplían exactamente dos meses del entierro de Jennie. Estaba frente a su lápida con un ramo de flores que arrancó mientras caminaba por el jardín. Se agachó un poco y las dejó frente a la lápida de la joven. La extrañaba mucho, ahora deseaba haber pasado más tiempo con ella y discutir menos.

Dio un suspiro y se alejó del cementerio, no quería amargarse tanto y seguir recordando la muerte de su hermana. A lo lejos vio al bufón saludarlo con una sonrisa ¿Estaba bien en aceptar las hiervas que le daba? Admitía que lo volvía un poco loco y agresivo pero al mismo tiempo lo hacía sentir bien. Taehyung siguió caminando hasta llegar a su habitación, vio una botella de vino encima de la pequeña mesa al lado de su cama y la tomó para luego darle un sorbo largo. Al terminar miró la botella por un rato y siguió tomando de ella inconscientemente.

Pasó horas así, tomando de cualquier botella que encontraba en la habitación. Se tambaleaba por todas partes y reía por cualquier cosa que veía, estaba borracho otra vez. Lo único que quería en ese momento era olvidarse de todo y lo estaba logrando, solo esperaba no ponerse violento otra vez. La puerta de la habitación fue tocada unas veces, Taehyung la abrió con su botella en manos y sonrió al ver a Jungkook frente suyo.

—¡Jungkook!—dijo riendo y agarrándose de la puerta para no caerse, veía todo nublado—Te... te estaba esperandooo

—Taehyung ¿Sucede algo? ¿Por qué estás así?

Jungkook miró por detrás del rey y suspiró al ver todas las botellas de vino que había por el suelo. Miró a Tae y lo tomó de las mejillas con seriedad.

—Deja esa botella—ordenó Kook—Vamos, ve a descansar.

—No quierooooooo

El castaño le quitó la botella y lo tironeó del brazo para llevar al rey a su cama y que descanse. Taehyung hizo un puchero y tomó de los hombros a Jungkook.

—¿Por qué no jugamos? Estoy aburrido

—Taehyung, hasta que no se te pase el efecto del vino te vas a quedar en tu cama para que no hagas ninguna locura como la otra vez ¿Si?

Los dos se quedaron mirando en silencio, Taehyung entrecerró los ojos y llevó su mano a la cintura de Jungkook para con la otra acariciar su mejilla. 

—Ah, Jungkook—susurró Taehyung—Cada vez que te miro siento que eres el único que me entiende.

El menor tragó saliva, le ponía muy nervioso la mirada fija y tan cercana del rey. Tomó la mano de Taehyung y la alejó de su cintura.

—B-bueno, pero ve a la cama y descansa

Taehyung rodó los ojos y ahora colocó sus dos manos en la cintura de Jungkook mirándolo con seriedad. Kook apartó la vista y sintió sus mejillas arder al notar que Tae acercaba un poco más sus rostros. La habitación estaba llena de tensión, Jungkook no quería que el rey lo ataque como el otro día por culpa de haber bebido tanto vino.

—A-alejate de mi, por favor—pidió el menor susurrando y cerrando sus ojos.

—¿Por que? ¿A caso me tienes miedo?

—Después de haberme ahorcado ese día prometí no acercarme nunca más a ti cuando hayas bebido tanto vino

Jungkook le dio un pequeño empujón al rey, pero este se volvió a acercar más brutalmente, la actitud de Tae ya no le estaba gustando.

—Basta, Taehyung. Te dije que te alejes de mi.

—¡Pero no te haré nada~!

—No m-me importa, no es no.

Se quedaron en silencio, el rey bufó y al ver que Jungkook estaba por irse, lo tomó de la muñeca fuertemente sacándole un quejido.

—No te vayaaaas—suplicó Tae y soltó una carcajada—Aún queda tiempo para divertirse

—Estas d-diciendo tonterías, suéltame en este instante.

—No quiero.

El rey lo tomó más fuertemente de la muñeca, Jungkook intentó soltarse pero Tae tenía mucha fuerza, entonces frunció el ceño enojado.

—¡Sueltame, Taehyung! ¡Estas borracho y te comportas como un idiota!

Pero Taehyung no lo soltaba, Jungkook no aguantó más y tomó un libro muy pesado que estaba en la pequeña mesa y le golpeó en la cabeza al rey. Taehyung cayó al suelo desmayado, Jungkook lo miró unos segundos y suspiró.

—Lo siento, pero realmente te comportas como un verdadero idiota cuando estás borracho—susurró y dejó el libro en la mesa. Se sentó al lado de Taehyung y entrelazó sus manos—Te quiero y te odio al mismo tiempo.

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