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Atlantis
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Nota :
Desde el inicio hasta el final de la escena para adultos el ídol será eliminado de la historia siendo relevado por un personaje ficticio.

Gracias (✯ᴗ✯).

✎ ✏ ✐ Capítulo 25

______ se acomodó en el borde de la bañera. Agua caliente y vaporosa le bañaba la sensibilizada piel. La esencia de orquídeas llenó la habitación,perfumando dulcemente el aire con un ardiente ambiente.
Ella inhaló profundamente. Tenía el cuerpo dolorido, pero fortalecido el espíritu.Jimin estaba sentado detrás de ella, masajeándole los hombros. Los mágicos dedos trabajaban expertamente los músculos. Sabía exactamente dónde frotar, ajustando la presión aplicada para aumentar el placer. Su cabeza se inclinó hacia atrás, descansando en sus hombros. El vapor cubría la piel de ambos, mientras el aliento de él enfriaba el brillante líquido.

—Gracias por regalarme tu virginidad—comentó.

––—De nada.–––––

Sinceramente. Nunca había disfrutado tanto. Nunca había pensado ser tan feliz al perder completamente el control y el sentido de su fría fachada.En esas placenteras horas que habían pasado juntos, se había percatado de unas cuantas cosas. Le había dado a Jimin más que su cuerpo; le había dado partes de ella misma, justo como temía.No había tenido intención, había tratado de protegerse contra ello, sin embargo había sido incapaz de hacerlo de otro modo.

Pero estaba saliendo bien.

Él era un nymph, y a los nymphs les gustaba el sexo, y mucho, pero sería la única a la que buscaría. Iba a confiar en él. No a amarlo, se aseguró a sí misma, rehusándose aún a experimentar la emoción , pero sí confiar.

Sería duro, sin duda, pero mantenerle en su vida era algo para lo que se sentía preparada a intentar.
—Tus heridas sanaron —dijo sin girarse hacia él. Lo había notado cuando habían entrado al baño.

—–Sí.––––

—Me alegro.—

—Yo también. —

—Ahora tienes la fuerza para decirme el lugar secreto del cuerpo de una
mujer —apuntó—El lugar que lleva al máximo placer.

—Mmm, bien. Te lo diré por un beso—hocicó el lateral de su mejilla.—

Ah, ella amaba su negociación.

—Te besaré si me dices lo que quiero saber —contestó roncamente, frotándose contra la erección que le presionaba la baja espalda.

Él siseó en un respiro.
−Amo cuando te mueves de esa manera. Sigue haciéndolo, y te diré todos mis profundos y oscuros secretos.

Ella se movió hacia arriba y abajo. Las manos se tensaron sobre su cintura.
—Cierra los ojos —la ordenó suavemente. Habían hecho el amor tan solo una hora antes, pero se sentía como una eternidad. Le necesitaba dentro de ella de nuevo.

Adictivo

Eso es lo que era.

—______—pidió−Cierra tus ojos.—

Sus párpados se agitaron cerrándose. La oscuridad le cubrió la mente. Las
manos se deslizaron por sus hombros, acariciaron el cuello, y luego cayeron sobre los pechos, amasando.

—Imagínate lo que te estoy haciendo.—

—Creí… —

—Hazlo.——

Ella hizo lo que le pidió, imaginárselo. En su mente podía ver la amplitud
de esas manos cubriendo los pálidos montículos de los pechos. Los pezones, rosados y perlados, poniéndose erectos a través de la abertura de los dedos. El placer se enroscó atravesándola, caliente y necesitada. Aparentemente inextinguible.Sin proponérselo abrió las piernas, rogando silenciosamente atención. Un solo toque, un pellizco, algo. Cualquier cosa. Lo deseaba, oh, deseaba.

Una de las manos de Jae bajó por su estomago. La sintió, sí, justo como había deseado, pero más de lo que había visto en su mente. Otra imagen de ellos. Jae detrás de ella, esta vez con las manos entre sus piernas, apartando los mojados pliegues. Pero no la tocó donde más lo necesitaba.
No aún. Permaneció quieto, a pulgadas de su entrada.

—¿Qué ves? —la voz sonaba tensa, como si requiriera toda su voluntad permanecer inmóvil.—

—A ti. A mí.—

—¿Me ves lamiéndote aquí, o deslizando los dedos en tu interior?

—Dedos —se las arregló para contestar.

—¿Se están moviendo lentamente, saboreando, o bombeando dentro y
fuera? ——

Al tiempo que hablaba, ella se lo imaginaba. De nuevo le vio, incapaz de detener el aluvión de imágenes.Sin embargo no se movía, no hacía lo que ella necesitaba. Sus caderas se movieron hacia delante, buscando. Atrás, buscando. Vuelta hacia delante. Retorciéndose y arqueándose.

—Tócame, Jae, por favor.—

—Dime, ¿Qué ves?, ¿Lento o rápido?——

—Rápido. Duro —el agua salpicó por el borde de la bañera—. Tan duro.——

Le pellizcó los pezones, y una lanza de deseo la golpeó directamente entre las piernas. Gritó ante el asombroso tormento.
—______. Luna. Tu mente te muestra las cosas que tu cuerpo necesita antes de que realmente sepas que las necesitas.

No hables más, quería que se callara. Hazme el amor.

—No comprendo.——

—El lugar más erótico del cuerpo de una mujer es su mente. Dándole las
imágenes correctas, un hombre puede incrementar el placer cien veces —le mordió la oreja−. Inclinante hacia adelante para mi, luna.——

Lo hizo, e incluso eso sirvió como estimulante. El agua le acarició el clítoris, haciéndola estremecer.

—Agárrate al borde —suplicó Jae. Inclinándose hacia delante unas pulgadas más, curvó las manos sobre el borde. Los pechos y caderas estaban ahora fuera del agua, y Jae consiguió una visión completa de ella por detrás. Un largo momento pasó en silencio. Permaneció donde estaba, anticipando el primer toque. El cabello húmedo se derramó por la espalda y hombros. Algunos de los mechones tocaban la superficie del agua. ¿Cuándo la tocaría? Necesitaba que la tocara.

—¿Jae? ——

—Eres magnifica —dijo con la voz cargada de admiración. Trazó el tatuaje sobre su baja espalda.Un escalofrío la atravesó.——Me gusta esto —siguió— una calavera con un lindo lazo encima. Es una marca que dice que eres ambos, guerrero y mujer —rozó con los labios el tatuaje, recorriéndolo con la cálida humedad de la lengua. Subió besando la columna y la rozó detrás del cuello, apartando el cabello hacia un lado para llegar a ella.

——La primera vez que te vi —le confesó—, creí que eras un dios elevándose del mar.——

——Y yo creí que eras la cosa que más necesitaba en mi vida. ——

Esas palabras actuaron con la embriagadora intoxicación de una caricia. Se lamió los labios, luego los mordió por dentro para acallar un alto y largo grito de placer cuando su polla presionó sobre ella, abriendo.
—Tan estrecho —él alabó.——

—Más.——

Le introdujo una pulgada.
—¿Es todo lo que quieres?——

——Más. ——

Otra pulgada. No era suficiente.
—¿Y ahora?——

—Más, más, más. ——

La penetró completamente. Ella jadeó. Él gimió. Pero no se movió, sólo les dejo a ambos en el límite.
—¿Conoces el lugar más erótico del cuerpo de un hombre, luna?——

En ese momento ella era incapaz de hablar. Le necesitaba con demasiada ferocidad. El dolor lo estaba consumiendo todo. Quemando. Sí, se quemó de manera abrasadora y caliente. Eléctricos calambres se difundieron por sus venas, demandando la culminación.

—Su corazón —dijo Jae finalmente—

Su corazón.

Su corazón… Ella alcanzó el clímax, vibrando. Gritando, sollozando. La
fuerza del orgasmo la rasgó, estremeciéndola y modulándola. Jae se deslizó fuera y golpeó hacia adelante. Una y otra vez, impulsándose duro y profundo.

—________ −rugió, estremeciéndose en su interior una última vez— Te amo—hundió las manos en sus caderas. Aferrando, magullando deliciosamente—Te amo —repitió.

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.......
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—Estoy siendo descortés con mis invitados —comentó Jae largo
tiempo después.Yacía sobre la cama sosteniendo a _____ en sus brazos. Renuente a soltarla. Ambos estaban desnudos, y estaba tentado a permanecer de esa manera por toda la eternidad. Amaba la manera en que las curvas de ______ encajaban contra él. Como la última pieza de un rompecabezas, casaban perfectamente.

Ella bostezó.

—¿Qué invitados? —Preguntó, acariciando con el aliento su pecho.——

—Vampiros. Nos ayudaron con los dragones y nos trajeron un poco de
alivio.——

——Debería salir corriendo y gritando de esta habitación, pero estoy demasiado cansada para estar asustada de los vampiros. Incluso de vampiros que están en la misma casa que yo —se rió entre dientes—. ¿Te preocupa el que los estés ignorando? —Deslizó la punta del dedo por la cordillera de su estómago.——

—Es un gran placer para mí ignorarlos —contestó roncamente, excitado por el toque y las palabras.——

Ella se estaba adaptando a la vida aquí. Tal vez, incluso empezando a
amarla como él ansiaba.Su dedo se enredó a través del anillo de su pezón, y ella se rió de nuevo. A él le gustaba el sonido de esa risa, se dio cuenta de que realmente nunca la había escuchado antes.

—¿Cuántos años tienes? —Preguntó, queriendo conocer todo acerca de
ella.——

—Veinticinco. ¿Cuántos tienes tú?——

—Mucho mayor —contestó secamente—Cientos de años mayor. ——

La boca de ella cayó abierta.
—Imposible.——

—Es verdad.——

—Así que vas a, ¿Qué, vivir para siempre? ¿Nunca envejecer?

—Envejezco, sólo que más lento que los humanos.——

Su cuerpo entero se tensó.
—¿Me estás diciendo que si permanezco aquí envejeceré, mientras continúas viéndote así?——

—Ahora estás en Atlantis, amor. Tu proceso de envejecimiento también se ralentizará.——

—Oh —poco a poco se relajó—Entonces está bien.——

—¿Echas de menos tu vida en la superficie como hacías antes? —Se encontró a sí mismo preguntando.——

Una intensa tranquilidad la invadió.
—Esa es una pregunta difícil de responder. ——

—Todo lo que te pido es sí o no.

No quería que extrañara su antigua vida. Quería que fuera feliz, completamente, con él. Si ella la extrañaba… ¿Qué haría? Sus dos deseos más grandes estarían en guerra uno con otro; el deseo de mantenerla con él, y el deseo de velar por su felicidad. Siempre. Sin que importara el costo para sí mismo. Un gemido escapó de ella.
—No estoy segura de si la echo de menos o no. Quiero decir, no estoy muy unida a mi familia. Nunca lo he estado, realmente, pero hubiera sido agradable una despedida.——

—Exactamente, ¿Por qué no estabas muy unida? —No podía imaginarse
tal cosa con su hermano, si Verryn estuviera vivo.——

—Querían que fuera algo que no era —contestó.——

—¿Qué? ——

—Dulce. ——

Él bufó.
—Eres dulce. Te gusta aparentar lo contrario, pero definitivamente eres el más dulce bocado que alguna vez he probado.——

______ le golpeó en el hombro y le lamió haciendo desaparecer el dolor. Este hombre veía dentro de su alma, veía la mujer que siempre, secretamente, había querido ser. Algo que su propia madre no había sido capaz de hacer.

—¿Cómo puede tu familia no ver lo dulce que eres? Lo siento por ellos.——

Ella elevó la cabeza, cubriendo las mejillas con sus palmas.
—Gracias por eso.——

Él pecho de Jimin se tensó. Está mujer poseía su corazón, de ello no tenía duda. Ahora él quería el de ella.
—¿Has sido capaz de hacer tus antitarjetas aquí? ——

—Sí. ——

—Si fueras a hacer una mía, ¿Qué diría?——

—Bien… déjame ver —descansó la cabeza sobre su hombro. Pasó un
minuto, luego otro—. ¿Estás seguro de que lo quieres saber? ——

—Sí.——

—Si fuera a escribirte y mandarte una tarjeta, pondría… —Hizo una pausa
frunciendo el ceño— Diría, estoy confiando en que no romperás mi corazón. Si recibe un sólo rasguño, te romperé la cara. ——

Sus labios se curvaron.
—¿Romperme la cara?——

—Me oíste. ——

Romperle la cara si le rompía el corazón… su corazón. Jimin se quedó
quieto, registrando finalmente el significado de lo que había dicho. Incluso su sangre dejó de bombear. El aliento se le congeló en los pulmones. Una oleada de mareo le golpeó, al tiempo que se sacudían en su interior emoción tras emoción.
—¿Me estás confiando tu corazón? —Casi tenía miedo a preguntar, temeroso de haberla malentendido.
Él, un guerrero que se había reído del peligro toda su vida, estaba asustado de que esta pequeña y pálida mujer no le quisiera.

—Más o menos —contestó—. No estoy diciendo que te quiero, o algo parecido —un manto de pánico cubrió las palabras—, pero voy a confiar en que no estarás con nadie más mientras estés conmigo. Eso significa ninguna otra mujer.——

—Luna, no deseo a ninguna otra salvo a ti. ——

—Ahora no lo haces. Pero, ¿Qué pasará después, cuando la novedad sobre mí desaparezca?——

Mientras hablaba él escuchó su vulnerabilidad. La giró sobre la espalda, y mirándola hacia abajo.
—Eres mi compañera. Te lo he dicho, pero no creo que entiendas lo que eso significa. Ninguna me excita salvo tú. Ninguna me tienta. Ninguna me atrae. Solo tú. Cuando un nymph toma una compañera, así es como funciona. Ahora y siempre.——

La mirada de ella se suavizó, y supo que quería creerle.
—Yep, bien —contestó—. Veremos lo que pasa en los siguientes días.——

—Entonces, ¿Quieres quedarte conmigo?

Irradiando vulnerabilidad, susurró.
—Sí. ——

La alegría estalló a través de él, lleno pero no completo. No aún.
—¿Quieres quedarte conmigo, pero no me amas? ——

—Correcto. El amor es complicado y desordenado. ——

—Amo la manera en que tus pezones presionan mi pecho. Eso no es complicado.——

Sus labios se apretaron.
—Eso no es a lo que me refería, y lo sabes. Amar a alguien le da permiso a hacerte cosas malas, porque sabe que le perdonarás.——

—¿Qué clases de cosas malas te han hecho aquellos a quienes amaste? —

Formuló la pregunta de manera tranquila, letal. Mataría a cualquiera, hombre o mujer, que se atreviera a lastimar a su mujer.
—He sido abandonada, rechazada, desechada y olvidada —contestó,
haciendo que él se tensase—. Además, vi la forma en que apartabas a las mujeres anteriores a mí.——

—No te esperaba, luna. Fuiste una sorpresa. No puedo deshacer lo que
hice en el pasado. Pero tienes mi palabra de honor de que nunca me cansaré de ti. Con el tiempo, te darás cuenta por ti misma——intencionadamente hizo una
pausa—. Sé que dijiste que te quedarías, pero me gustaría tu palabra. Prométeme que me darás tiempo para probarme a mí, y mis intenciones.——

Los ojos de ella buscaron su cara, sondeando. Lo que fuera que viera en su expresión debió de confortarla, porque le dio una lenta sonrisa y asintió.
—Tienes mi palabra.——

Él exhaló un suspiro de alivio y renovada alegría. Inclinándose hacia abajo, rozó los labios con los suyos. Las manos buscaron y encontraron las de ella, y entrelazó los dedos antes de sujetarlos sobre su cabeza. Eso elevó el torso de ella, estrujando los pechos más profundamente en él. Le lamió los labios y sus párpados descendieron.
—Mientras sólo has visto el lado malo del amor, yo he visto el mejor. Mi madre y mi padre eran compañeros, completamente fieles el uno al otro.——

—¿Dónde están tus padres?——

—Murieron hace muchos años. Mi padre murió en batalla, y la tristeza de mi madre se la llevó no mucho tiempo después.——

Mi Dios, pensó _____. Ser tan fiel a alguien que realmente morirías sin él. Simplemente perder las ganas de vivir. Era algo salido de una película. Sin embargo, la parte de ella que no quería conocer comprendió tal devoción. Estaba asustada, pero por primera vez, totalmente excitada por la perspectiva.

—Siento que los hayas perdido —contestó suavemente.

—Uh-oh. Estás mostrando tu lado dulce de nuevo.——

Ella sonrió.
—¿Cómo te atreves a decir tal cosa? Soy una perra de corazón duro.——

—Y odias las cosas que te hago.——

—Las odio —acordó con una carcajada. Su aliento se adentró en su oído, seguido por la lengua. Las manos de ella se enredaron en su cabello al tiempo que temblaba.——

—Igual que me odias a mí —dijo.
Ella no podía darle las palabras que quería, así que le dio otras en su lugar.——

—Sí —susurró—. Te odio muchísimo.——

—Bien. Porque voy a odiarte hasta que no puedas imaginar la vida sin mí.——

Demasiado tarde, le susurró su mente al tiempo que él se deslizaba dentro
de ella.

✎ ✏ ✐ Fin del capítulo...

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✐; ¡HOLA! ¿Cómo están?
│ ┆ ✐; Perdón por decirlo pero está historia es una perra.
Eventos contemporáneos, capítulos dedicados a personajes secundarios y luego pum! Nuestros protagonistas en escena baby (~ ̄³ ̄)~.

¿Qué puedo decir?

Luego de ver lo lamentable que era el capítulo anterior no podía solo darles eso.
Si lo sé, soy lo máximo y me adoran por ello.

Ajá.

Paren de agradecerlo.

  ಥ‿ಥ

Supongo que ésto es todo.

Nos vemos en otro capítulo, tomen mucha agua y bañense ರ_ರ.

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Bye~

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