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Atlantis
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✎ ✏ ✐ Capítulo 21
_______ estudió a las otras mujeres encerradas en la celda. Por supuesto, eran las mismas que habían estado confinadas en la sala de ocio con ella. No parecía importarles su situación actual, y estaban, de hecho, charlando animadamente con las demás.
¿Cómo podían ser del mismo planeta que ella? Dios, que pesadilla. ¿Estaría Brenna aquí? ______ realmente necesitaba un aliado. Alguien con quien compartir sus preocupaciones, que la mantuviera calmada.
—Brenna —gritó.
La chica se abrió paso hacia ella entre la espesa multitud.
—Aquí.
—Gracias a Dios.
______ tiró de ella hacia la esquina más cercana.
—¿Cómo estás? ¿Te castigó Shivawn por tratar de escapar?
—Escapar —la de nombre Tuffani gimió. Ella se apoyó en una de las
barras laterales—. Por favor, decidme que no vais a tratar de escapar nuevamente. Por lo menos, no en este momento. ¿No sabéis que, supuestamente, hay que esperar hasta que todo el mundo esté durmiendo y
luego huir? Así es como lo hacen en las películas.
—Todavía no entiendo por qué quieres escapar de Jimin —la muchacha de pelo negro que había visto dejando la habitación de Jimin la primera noche, se dirigió hacia ellas. Sin pudor al unirse a la conversación—Él es increíble.
Sí, lo era, pensó ______, sus manos tensándose en los costados cuando los celos la golpearon.
—Todavía sueño con él —agregó la mujer, con un soñador suspiro—. ¿Te
ha hablado sobre mí? Soy Kathleen, por cierto.
Los dientes de _______ rechinaron ante la imagen de Jimin y Kathleen —
desnudos y entrelazados—consumiendo su mente. Esto de los celos era nuevo para ella y no sabía exactamente qué hacer con ellos.
—No. Él no te ha mencionado.
—Oh —los hombros de Kathleen se encorvaron con la decepción—. Con suerte, se cansará pronto de ti. Yo realmente, de verdad, lo quiero de vuelta.
—¿Qué te hace pensar que se cansará de mí alguna vez? —replicó.Odiaba tener ella misma ese miedo. ¿Cuánto tiempo seguiría Jimin interesado en ella? ¿Cuánto tiempo hasta que sus ojos comenzaran a buscar a alguien más? ¿Alguien dulce y más dócil? Kathleen encogió sus hombros.
—Intentaste escapar de él. No puedo creer que tal comportamiento sea de interés para él durante mucho tiempo. Te doy una semana, dos como máximo.
_______ dio un paso hacia adelante, los puños apretados, lista para atacar. Brenna agarró su mano, una orden silenciosa para detenerse.
—No hay suministros para curar a Kathleen —su amiga le dijo con voz
ronca.Expulsando una respiración profunda,_______ se alejó de la perra en cuestión. Quería salir de la celda, estar lejos de estas mujeres. Quería ir a casa, estar sola —salvo que el pensamiento la dejó un vacío de dolor en el pecho.El grupo comenzó a charlar sobre la llegada de un nuevo nymph, uno más hermoso que los otros, incluso que Jimin. Aparentemente, a este nymph le
gustaba hacer preguntas y podía llevar a las mujeres a un orgasmo con sólo una mirada. Después de un rato,______ dejó de prestarle atención al parloteo. La furia hervía como una bomba de tiempo en su sangre, la detonación asegurada.Si se quedaba aquí, esta era la vida que tendría. Estaría atrapada en una celda cada vez que una guerra los amenazara.
Un día, iba a ser olvidada por Jimin, siendo sólo otra de sus conquistas. Y todo el tiempo lo anhelaría porque él había despertado los deseos que ella había enterrado.
¿Qué haría cuando se cansara de ella?
Él le había dicho que no, pero no podía predecir el futuro. Otra mujer podría, algún día, llamar su atención. Era un nymph, después de todo, y eso era parte de su naturaleza.
No puedo permitir que me deje.
Todos a los que alguna vez había llegado a amar, la habían abandonado o decepcionado. Nadie se quedó. Nadie quería trabajar en la relación. Sabía eso. Pero también sabía que si ella no le amara, no le dolería cuando todo se derrumbara. Sin embargo, aquí estaba, enamorada de Jimin y dándole más de ella de lo que alguna vez le dio a nadie. Su primer instinto había sido correcto.
Tenía que dejarlo.
Decidida, enfrentó a Brenna.
—Esta es nuestra mejor oportunidad de escapar —susurró. El dolor que le
había brotado en el pecho justo hace un momento, se intensificó drásticamente. Haciendo caso omiso de ello, se inclinó hacia adelante y apretó los dedos alrededor de las barras—. ¿Estás conmigo?
La indecisión pasó por la cara de Brenna. Se mordía el labio inferior y se retorcía las manos. Finalmente, asintió con la cabeza, en una acción vacilante.Las barras eran gruesas, azules, brillantes, con la anchura de un bate de béisbol y calientes al tacto. No lo suficiente para ampollar, pero sí para quemar. Las sacudió o, al menos, lo intentó. No se movieron.
—¿Sabes cómo convierte Jimin las barras en niebla? —mientras hablaba
intentó sacudirlas otra vez.Brenna sacudió la cabeza ______ recordó en su mente el beso de buenas noches que Jimin le había dado. Sus labios se encontraron con los suyos y la había apoyado en las barras. Salvo que las barras no habían estado allí. Ellas habían… ¿Qué? ¿Desaparecido? Sus ojos se abrieron. Quizás sí habían desaparecido. Quizás era necesario un
toque del exterior. Jimin no había tocado ningún botón o usado ninguna llave. Sus guardias simplemente habían tocado las barras brillantes y estas se desvanecieron.Tenía que conseguir que uno de los guardias llegara a la celda.
—Ya lo tengo —le dijo a Brenna y a continuación se acercó a Kathleen— Si quieres deshacerte de mí, entonces tienes que ayudarme.
Le explicó lo que quería que hiciera.
Kathleen entornó los ojos.
—Así que ¿planeas dejar Atlantis?¿Para siempre?
Nuevamente, el pecho de _____ latía con punzadas de dolor.
—Sí.
—En ese caso, será un placer ayudarte —Kathleen caminó hacia el frente
de la multitud. Se agarró de las barras, sonrió dulcemente y dijo—: Terran, te ves muy guapo hoy. Podría, simplemente, comerte entero.
Él la miró de reojo, el anhelo hambriento recorriendo sus ojos.
—Tú te ves muy guapo también, Dylan —añadió Kathleen, jugando su
papel a la perfección—. Tus músculos son tan grandes. ¿Podría tocarlos?
Ambos hombres caminaron hacia ella como si fueran tirados por cuerdas invisibles, pero no llegaron a alcanzarla. ______ mantuvo su atención dividida entre los hombres y las barras, lista para salir en cualquier momento. Kathleen susurró roncamente.
—¿Puedo lamerte el cuello, Dylan? Por favor. Tengo que probarte.
Él ni siquiera pensó en negárselo.
—Por supuesto —se apoyó en las barras y se inclinó ante los labios de
Kathleen que esperaban. En un instante, la celda completa se convirtió en neblina. —Yo quiero lamerte también —escuchó _____ decir a otra mujer.Las mujeres comenzaron a avanzar, más allá de la niebla. De repente, estaban aglomeradas sobre los dos guardias, captando su atención completamente. Shaye, fácilmente y en silencio, salió de la prisión con Brenna a su lado.
—Mujeres, volved a la celda. ¡Volved a la celda!
Oyendo las suplicas, ahora desesperadas, de los guardias, Brenna y ella dieron la vuelta a la esquina. ¡Sí! ¡Lo hicimos! Siguiendo la espiral de neblina pronto llegaron al portal y se aproximaron tentativamente. Su atrayente centro gelatinoso giraba y se revolvía. ______ se estremeció por el frío, —no de pesar, se aseguró a sí misma— y envolvió sus manos alrededor de su cintura.
—No puedo creer lo fácil que ha sido —dijo.
Pero no dio otro paso más allá.Brenna no respondió. ______ desvió su atención del portal y miró a su compañera de rebelión, la cual estaba retorciendo sus manos, con una expresión torturada.
—¿Qué pasa?
—Joachim me necesita.
Genial. Simplemente genial.
—Bien. Quédate —_______ frunció el ceño y se movió hacia el portal.
Antes, había tenido miedo de entrar en él por su cuenta. Se hubiera
ahogado, le había dicho Jimin. El pensamiento de entrar con Brenna le había dado valor. Habrían luchado contra las olas del océano juntas. Ahora que tenía que entrar sola....Extendió la mano, pero se detuvo antes de tocarlo.
Sobreviví una vez. Sobreviviré nuevamente. Soy buena nadadora. Puedo abrirme paso hasta la superficie.
Asintió con la cabeza, trabajando en su coraje. Pelear por volver en el océano era mejor que quedarse aquí. ¿Verdad? Dios, su pecho dolía. Poco a poco se acercó. Casi…allí…se detuvo antes de ponerse en contacto otra vez. Le lanzó a Brenna una mirada irritada. La muchacha la miraba con
atención.
—No sé por qué estoy dudando. He querido marcharme desde que llegué
aquí. Jimin lo sabe.
Brenna asintió en comprensión.
¡Maldita sea! Jimin podría resultar herido o muerto en la batalla contra los dragones y ella nunca lo sabría. Tal vez nunca lo viera de nuevo.
—¿Si resulta herido —dijo—, cuidarás de él?
Brenna asintió nuevamente.
Debería sentirse contenta por eso, pero no lo estaba. No quería a Brenna
tocándolo, ni siquiera para curarlo.¿Qué está mal en mí? Quedarse aquí sería estúpido. Tendría a Jimin durante un tiempo, cierto, pero pronto la daría a uno de sus hombres, como había hecho con las otras.
—Irse es lo mejor —cuadró los hombros y levantó el mentón, una acción nerviosa que hacía a menudo, se dio cuenta. Reunió valor y se acercó nuevamente. Su mano comenzó a temblar, y la vibración pasó a través de todo su cuerpo. Ay, ay, ay. Su pecho punzó tan fuerte, que casi la dobló por la mitad. ¿Y si la mantenía? ¿Y si la quería para siempre como le había dicho? Se quedo inmóvil. ¿Y si la amaba?
Su corazón se agitó con el pensamiento.
Yo no creo en el amor, se recordó a sí misma. El amor era para personas como sus padres que necesitaban una excusa para hacer cosas tontas y egoístas. El amor no tenía lugar en su vida. El amor apestaba. El amor....Sería tan agradable si viniera de Jimin.
______ elevó sus manos y dejó caer la cabeza entre sus palmas.
—No estoy lista para dejarlo —admitió entrecortadamente.
Brenna palmeó su hombro. Pasó sus manos sobre sus ojos y dejó salir un suspiro de frustración.
—Ya escuchaste a Kathleen. Sólo soy el plato de la semana. Soy tan estúpida por quedarme.
—¿Asustada?
¿De perderlo?
—Sí.
—Es el momento de vencer tus miedos. Es hora de que yo haga lo mismo.
—Sí.
Pero se consoló a si misma con el pensamiento de que no se tenía que
quedar para siempre. Podría permitirse a sí misma unos días más con Jimin. Podría llegar a conocerlo un poco mejor, tal vez, terminar lo que había empezado en su habitación. Y si él la trataba mal, bueno, ahora sabía cómo encontrar el portal. De prisionera a huésped dispuesto,pensó. Resopló con disgusto y se alejó del portal neblinoso. De repente, el dolor en su pecho murió.
—No quiero volver a la celda —dijo—. ¿Y tú?
—No.
—Sin embargo, no podemos entrar al palacio.
Jimin le había pedido que se quedara aquí, así que ella permanecería aquí. No quería distraerlo, poniéndolo en un peligro innecesario. Tampoco quería ponerse accidentalmente en manos del enemigo, lo que les daría ventaja. Pero su deseo de ayudarlo, incluso de protegerlo, era fuerte. Ignorando que estaba malditamente cerca de lo imposible. Suspirando, guió a Brenna a través de la cueva a la caverna junto a la celda.
—Podemos quedarnos aquí.
Los guardias no las escucharían, ya que el goteo del agua era muy fuerte,y no podían dejar las mujeres para ir a buscarlas -si es que notaban que ella y
Brenna se habían ido. ¿No tendría Jimin una agradable sorpresa cuando
viniera a buscarla y no estuviese en la celda? Frustrarlo, aunque ligeramente, trajo una sonrisa a sus labios.
Si él sobrevivía.
Perdió su sonrisa.
Con el tiempo pasando con agonizante lentitud, estudió las paredes de la cueva para distraerse. Trazó sus dedos sobre las imágenes.
—Bonito, ¿no? —algo captó su atención y lo estudio más de cerca. Cuando se dio cuenta que las imágenes contaban una historia, hizo señas a su amiga para que se acercara—. Brenna, ven a ver esto.
La primera imagen mostraba un grupo de… ¿dioses? Estaban sentados
encima de un mundo vacío, mirando hacia abajo. La segunda imagen mostraba un mundo lleno de monstruos terribles que se formaban de un derramamiento de sangre y una mezcla de otros cuatro elementos. En la tercera, las criaturas eran lanzadas a una prisión oculta. Vio un portal —el portal. Dos de ellos en realidad.Las imágenes pasaron a mostrar a las criaturas adaptándose a su nueva tierra. Sin embargo, la siguiente imagen mostraba un ejército pasando a través del portal y asesinando a todos a su paso. ¿Humanos? Ellos llevaban espadas y armas, una extraña combinación de pasado y presente. Tal vez dos ejércitos diferentes habían marchado sobre la
tierra. Varias de las razas de monstruos se levantaron en represalia y destruyeron el ejército enemigo.
—Aterrador —dijo Brenna.
—Sí.
Atlantis era un lugar violento. ¿De verdad quería quedarse, aunque fuera por poco tiempo? La cara de Jimin pasó por su mente, recordando
exactamente como la había mirado, a punto de entrar en ella. Su pelo había
caído en desorden sobre sus fuertes hombros. Sus ojos habían brillado con
deseo. Sí, pensó, quería quedarse. A pesar de la violencia, a pesar de las
circunstancias, quería quedarse con Jimin. Por poco tiempo, se recordó a sí misma. Sólo por un rato. Además, le gustaba Ciudad Exterior. Con el rabillo del ojo captó un grupo particular de rocas en la pared del fondo.
—¿Qué es eso? —pregunto, apuntando.
Brenna arrugó la frente y se movió acercándose.______ siguió el movimiento a su lado. Cuanto más se acercaban, más frío estaba el aire. Un temblor atravesó su columna vertebral. Cuando llegaron, se dieron cuenta de que era una apertura, una puerta. Miró a Brenna.
—¿Deberíamos?
—No estoy segura.
Con el corazón acelerado, ______ dio un paso adelante y se encontró de pie
en el precipicio de otra prisión. Escuchó el arrastrar de pies y sus oídos se afinaron. ¿A quién tenía Jimin aquí adentro? El primer día que ella había entrado en esta cueva, recordó como él había discutido sobre los “prisioneros” con uno de sus hombres. La curiosidad la empujó a ir más lejos y avanzó lentamente por la esquina. Sus ojos se abrieron. Varios guerreros descomunales estaban dentro de la celda. No parecían nymphs, ya que carecían de ese aire de pura sexualidad. Estos guerreros eran oscuros y fuertes, obviamente jóvenes, y todos tenían ojos dorados y brillantes. Uno de ellos la descubrió y ella saltó hacia atrás con un jadeo.
—Tú —dijo el hombre—. Déjanos salir de aquí. Por favor.
✎ ✏ ✐ Fin del capítulo.
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│ ✐; ¡Hola! ¿Cómo están?
│ ┆ ✐; Éste capítulo en lo personal me hace reflexionar mucho sobre la protagonista, me gusta la mezcla de sentimientos que tiene y lo fácil que se abre al amor sin darse cuenta, es tierno y en gran parte curioso.
Ser capaz de dejar todo por alguien más es una decisión seria...es arriesgarse demasiado.
¿Qué piensan?
Igual no es tan importante, me tardé un poco porque tuve un accidente automovilístico hoy, nada grave pero acercarme a mil formas de morir y no morir fue algo chocante para mí.
Ok estoy jodiendo.
Simplemente estuve en shock y no tenía cabeza para nada más.
Gracias por entender, nos vemos en un próximo capítulo.
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Bye~~~
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