❶❷

╔══════════╗

Atlantis
╚══════════╝

✎ ✏ ✐ Capítulo 12.

Después de mirar una última vez a ______, Jimin se giró encarando a su primo y empujando al rayo de luna detrás suyo, con su cuerpo actuando como escudo. Cómo había osado interrumpir su primer beso con ______, su pareja, su única y elegida.

¡Y por éste hombre!

La furia hervía y burbujeaba a través de su sangre, un río desbordado de lava fundida.
—¿Puedo recomendar que ustedes dos se sienten y discutan sus problemas antes de recurrir al derramamiento de sangre? —Sugirió _______ remilgadamente.Trató eludirlo dando un paso al lado. Cuando eso no funcionó, se asomó por encima de su hombro.

—No —dijo Joachim. Una expresión de petulante expectativa llenaba su rostro . El tío realmente pensaba que ganaría y se convertiría en rey.

—No —replicó Jimin, incluso sabiendo que _______ no quería que
luchara.Aunque no quería negarle nada, pelearía. Incluso sabiendo que estaba en desventaja. Mientras que Joaquim había pasado la noche ganando fortaleza gracias a sus conquistas sexuales, Jimin… no. Él ni siquiera se había dado placer a sí mismo.

Sin mirar hacia atrás, Jimin extendió su brazo de nuevo, con la palma abierta para que ________ colocara su mano sobre ella. Se había rehusado a hacerlo dos veces antes y la coacción había sido necesaria. Esperaba que ella se negara a hacerlo una vez más. Pero tenía que intentarlo, tenía que tocarla de nuevo antes de entrar a la arena. El asombró golpeó a través de él cuando los dedos de ella suavemente se enlazaron con los suyos. Su mano era suave y delicada, de huesos finos y piel tersa. No pudo evitarlo. Se quedó de pie en su lugar, pasando los dedos sobre los de ella. Sus uñas perfectamente redondeadas, que sabía estaban pintadas del color de las conchas coralinas. Más que nada, quería introducírselos en la boca.

Ella apretó su mano, y su asombro se intensificó.
¿Le ofrecía consuelo? ¿Una advertencia silenciosa? No lo sabía, pero se regocijó con la acción.

¿Estaba empezando a preocuparse por él?

Había respondido a su beso tan apasionadamente, estallando de fría a ardiente en segundos. Había respondido, y lo había deseado. Tanto como él.
Se había llevado a la cama a muchas mujeres a lo largo de los años, más de las qué podía contar. Aún así ninguna había movido su corazón como ella lo hacía. Un simple beso, y estaba ardiendo incontrolablemente. No quería sólo su cuerpo. Quería todo lo que tuviera para ofrecerle.

Más tarde, se prometió a sí mismo.

Más tarde.

—Estoy esperando —dijo Joachim, impaciente. Jimin puso los ojos en blanco.

—Ven —dijo a _______, ignorando a su primo. La rabia avivaba sus pasos mientras la conducía por el pasillo.Joachim permaneció en su lugar, vigilándolos. Jimin pasó por delante de él, empujando al estúpido hombre fuera de su camino. Nadie lo trataría con semejante falta de respeto. Para cuando su guerra privada terminara, cualquiera que hubiera albergado pensamientos sobre ocupar su lugar vería el error de sus acciones. Tal vez debería llevar a _______ a su cuarto y colocar a un guardia en la puerta. No estaba seguro de querer que viera su lado más despiadado, al animal en su interior. Un animal que había mutilado y conquistado. Ya ella había protestado por la confrontación.Sin embargo, tanto como quería protegerla de la bestia interior, quería que la viera, que conociera sus habilidades y supiera que podría cuidar de ella. Quien fuera, o lo que fuera el enemigo.

—Bueno, esto es divertido —dijo en tono seco.

—Espera a que la batalla realmente empiece —replicó Jimin.La mirada de aburrimiento de Joachim se clavó en su espalda, y sintió su calor cuando dio un paso al frente. Sus botas arrojaban polvo. Notó que la arena estaba llena hasta el tope de guerreros. Rodeaban las paredes, rebosando de expectación y entusiasmo.

Bien.

Quería que todos sus hombres presenciaran el evento que venía.
Varios guerreros habían traído a sus mujeres, y estas permanecían mezcladas entre los hombres. Estaban envueltas en túnicas Atlantes violetas y amarillas, y bufandas color rosa tejidas con hilo plateado. Zafiros, rubíes y esmeraldas brillaban desde los suaves materiales, y todas las bufandas estaban abiertas en la parte inferior, ofreciendo vislumbres de muslo. Finos eslabones de metal rodeaban las cinturas de las mujeres, destacando las bien formadas curvas de unas, la esbeltez delicadeza de otras. Ellas variaban en edad, talla y belleza, pero cada una tenía su propio atractivo.

Ninguna, vestida tan finamente como estaba, se comparaba con _______. Ni de cerca. Jimin se detuvo frente a Broderick

—¿Está todo listo?

—He cuidado de cada detalle —Broderick sonrió y pasó el brazo alrededor de su elegida, una linda morena—. Mujeres y guerra en un día. Los dioses deben estar sonriéndonos..

Sonriéndonos…o maldiciéndonos.

—Vigila a este pequeño bocado por mí —dijo Valerian, empujando gentilmente a _______ hacia él. Ella gruñó—. Cuídala y no permitas que nadie la toque —hizo una pausa, considerando las pasadas relaciones de Broderick y añadió—: ni siquiera tú mismo.

La sonrisa de Broderick se desvaneció y perdió todo rastro de alegría
—¿Mantenerla conmigo pero no tocarla? Esta es la joven que peleó contigo ¿Qué tal si trata de escapar?

—No lo hará —dirigió su mirada hacia _______ y encontró los rebeldes ojos
de ella— ¿Lo harás?

—Lo que tú digas chico grande —dijo estudiando las uñas de sus manos.

—No quiero castigarte _______, pero lo haré si me obligas —exhaló un cálido aliento.

—¿Si te obligo? —Le dirigió una mirada—. Ahora esto es Mentalidad Bárbara 101, si es que lo he oído alguna vez. Tal vez necesite hacer una tarjeta para mujeres que se encuentren a sí mismas atascadas con un Neardental. Podría decir algo simple como: “¿Consigue hojas de afeitar?”

Ni siquiera pretendió entender lo que acababa de decir
—Prométeme que te quedarás aquí. Si estoy preocupado por ti, no podré concentrarme en la espada balanceándose hacia mí.

Se puso pálida una vez más, una adorable reina del hielo. Bebió de su helada belleza.
—Prométemelo —dijo de nuevo, esta vez de forma cariñosa.

—Bien. Lo prometo —su expresión se suavizo sólo un poco—. Pero solo
durante la pelea. La pelea en la que no quiero que participes. Después de eso…

—Cuando regrese, la quiero igual que como la he dejado. Sin una sola magulladura —dijo satisfecho, mirando a Broderick.

—Como si alguna vez hubiera herido a una mujer —refunfuñó su amigo.

—Como si le fuera a permitir herirme —dijo _______, con la barbilla inclinada de forma testaruda. Broderick arqueó las cejas, con una expresión tipo quién-es-esta-mujer, en
su cara. Jimin luchó por contener una sonrisa.

La morena al lado de Broderick, señaló con un dedo acusador a ______
—No me gusta que permanezcas cerca de Broderick.

_______ puso los ojos en blanco.
—Rissa es posesiva conmigo, ¿qué puedo decir? —Broderick recuperó su
expresión divertida y sonrió.

—Sólo asegúrate de que mantenga las manos lejos de _______.

—Puedo manejarla —dijo _______. Sus oscuros ojos cafés resplandecían con
desafío.

—Sé que puedes, Luna, pero si la hirieras, le debería a Broderick otra
mujer —agarró sus delicados hombros con las manos y frotó sus brazos. Valiente y dulce cosa—Preferiría no tener otra batalla entre manos.

_______ presionó sus labios en una rebelde línea, y miró hacia abajo, a la arena. Al menos no ofreció otra réplica. Quiso besarla justo entonces, empujar la lengua dentro de su boca y sentir el calor de ella, su humedad. Probar su dulzura.

No podía. Aún no.

No otra vez.

No con el desafío de Joachim colgando sobre sus cabezas.

—¡Jimin! —Chilló una mujer desde atrás de su pareja—. ¡Jimin!

Sus músculos se tensaron. ¡Maldición! Ya _______ se le resistía, y había dejado muy claro su disgusto por su pasada lujuria. Aún ahora, dirigiéndose directamente hacia él, estaba una de las tres mujeres de la otra noche. Se abrió camino a empujones a través de la multitud, franjas de cabello rojo yendo tras ella.

—Mi dulce rey. He venido a desearle lo mejor.

______ se tensó también, antes de ser empujada fuera del camino. Frunció el ceño, a punto de emitir un fuerte reproche, pero las manos de la pelirroja de repente estaban acariciando su pecho desnudo, deteniéndose sobre cada curva y hueco, presionando suavemente el aro de su pezón, luego remontando por los bordes de su abdomen y ahuecando su trasero con las manos.

—Simplemente escuché sobre la pelea y quise vitorearte.

—No es esto especial —dijo _____, dando un aire despreocupado a su
tono—. Una lujuriosa reunión familiar.

—Nuestra asociación ha terminado, dulzura —dijo Jimin mirando a la recién llegada. Mantuvo su tono amable, no queriendo causar un daño innecesario. Se sentía culpable por no haberse aprendido el nombre—Joachim es tu amante ahora. Calienta su cama esta noche, necesitará todo el amor que pueda obtener.

Sus labios rosa formaron un puchero, y pasó la punta del dedo sobre el ombligo de él
—No quiero calentar su cama. Joachim no me complace como tú siempre lo haces.

—Como lo hacía. Siempre “hice”. Ahora tengo pareja—le recordó. Su sentimiento de culpa se iba incrementado.

—Tú puedes complacer a más de una mujer al mismo tiempo, sé que es un hecho. Los tres podemos…

—Esta conversación es aburrida —suspiró _______, pero la exhalación entrecortada escondía un borde afilado.–––––– Creo que tu primo está listo para cortarte la cabeza. Tal vez quieras darte prisa en salir.

Apretando la mandíbula, Jimin envolvió sus manos alrededor de la
cintura de la pegajosa pelirroja y la entregó a uno de sus hombres. A quién, no le importaba. Abrió la boca para protestar, pero mantuvo la mano en alto para que permaneciera callada. En lugar de simplemente callarla a ella, todos en la arena pararon de hablar. No quería una audiencia para la conversación que necesitaba tener con _______.

—Hablaré contigo de esto más tarde —dijo con los ojos fijos en ella.Se encogió de hombros como si no le importara, pero no pudo esconder el fuego en su mirada. Tuvo que luchar para contener una risita de satisfacción. A su mujer no le gustaba que otras lo manosearan. Podía negarlo, pero conocía muy bien a las mujeres. Estaba celosa.Finalmente, algo iba bien con su seducción.

—¿Estás, por fin, listo para empezar? —Demandó Joachim tras él.

Con una mirada final hacia _____, se dio la vuelta. Era hora. Joachim permanecía en el centro del arenoso estadio, balanceando una lanza sobre su cabeza, flexionando sus músculos. El metal silbó y sonó en el aire como un llanto de guerra. En su otra mano, sostenía un escudo plateado. Excepto por el color, el escudo de Jimin era exactamente igual, con dos alas en relieve a cada lado. En el centro de ambos escudos reposaba una espada. Joachim se puso su casco, cubriendo su cráneo y orejas. El movimiento causó que su armadura destellara. Jimin tendió la mano, y Broderick le tiró una lanza a las manos. Sintió su peso familiar, asintió. Broderick le entregó después un escudo. Lo devolvió enseguida.

—Remueve La Calavera del centro y reemplázala con otra espada —ordenó.
—Pero, mi señor, vos nunca ha…

—Hazlo —nunca había usado una espada distinta de la suya, pero no quería infligir un daño irreparable a su primo, y eso era lo que La Calavera haría. No quería que Joachim muriera, tal como Joachim había dicho antes, habían sido amigos cuando eran niños. Los mejores amigos. Luego, el padre de Jimin murió y Jimin tuvo que tomar el control, convertirse en el líder. Fue entonces cuando el resentimiento de Joachim brotó por primera vez.Jimin quería que su primo viviera, para siempre siendo un ejemplo de lo que sucedía a aquellos que retaban al rey.

—Cualquier espada servirá —dijo—, cualquiera salvo La Calavera.

Una pausa, después el escudo fue tomado de sus manos. Pasos. La fría presión del mango del escudo. Su escudo dorado, sí, pero su espada ya no estaba en su interior. Una llana, con cuchilla de punta afilada tenía ahora el honor. Asintió con aprobación. Esta batalla no era simplemente por _____.

Ya no.

—Su yelmo, mi rey —dijo Broderick.

—No —mantuvo su mirada sobre Joachim—No esta vez.

—¿Qué hay de su otra armadura? —Broderick frunció el ceño.

—No.

—Espero que se machaquen el uno al otro hasta que sean una pulpa sangrienta —murmuró _______ tras él—. Esto es estúpido.

Sus palabras provocaron varias risas masculinas y algunos gritos de horror femeninos. Él sospechaba que la furia era una mera defensa contra algo que temía. ¿Perderlo? Él debería estar enojado por su falta de fe, pero estaba extrañamente contento.

—¿Cómo te atreves a decir algo así? —La acusó la pelirroja.

—Tiene permitido decir lo que quiera —informó Jimin a todos—porque un día será vuestra reina —le dirigió una mirada por encima del hombro y vio que ahora tenía una expresión de resentimiento— Eso no significa que yo siempre vaya a ceder a sus deseos. Esta vez, sin embargo, encontraré gran placer en concederle parte de su petición.

—Yo también disfrutaré de concederle parte de su solicitud —dijo Joachim.

Jimin lo miró con el ceño fruncido. Comprobó el peso de su lanza con una mano, su escudo en la otra, y entró a la arena. Decidido, rodeó a Joachim. El hombre lo observaba, sin disminuir nunca el balanceo de su lanza.
—¿Comenzamos?

—Deberíamos. He esperado para ser el rey por mucho tiempo —admitió
Joachim.

—Ya lo sé. Pero, ¿qué te hace pensar que serás un mejor comandante para mi ejército? Te gusta demasiado la guerra, eres demasiado voraz para asumir el control.

—Esas cualidades deben ser celebradas.

—¿Celebradas? ¿Cuando el hambre nunca será apaciguada? Siempre habrá alguien más a quien conquistar. Si tú rigieras mi ejército, los llevarías directo a la guerra. Al final, tengo fe de que conquistarás Atlantis y todos los reyes y reinas, pero también destruirás la cuidad entera.

—Mejor regir una tierra diezmada que no regir ninguna —con un rugido, Joachim saltó sobre él. Sus lanzas chocaron en pleno salto. Jimin respondió de inmediato, agachándose, girando y lanzando un tajo con la espada. Falló al tiempo que Joachim golpeaba por un lado. Un sonido metálico. Sus lanzas se encontraron de nuevo. Al instante siguiente, Joachin levantó la suya y Jimin la golpeó en lo alto. Giró, apuntando al cuello de su primo. Joachim se apartó con una sonrisa
—Te estás volviendo lento Jimin —se quitó el yelmo y lo arrojó a un lado. Jimin lanzó un ataque hacia delante, la punta afilada y el escudo moviéndose al mismo tiempo.

Joachim rápidamente perdió su sonrisa y fue forzado a agacharse. Tropezó hacia atrás. La lanza de Jimin por poco se clavó en su estómago,pero Joachim lo bloqueó cambiando de posición. Lanzó una estocada. Ese ataque bajo rozó el muslo de Jimin, cortando la tela en lugar de la piel. Jimin se dejó caer sobre una rodilla, absorbiendo el siguiente golpe con su escudo. Cuando recobró el equilibrio, se lanzó hacia delante. La punta de su arma pasó rozando un costado de Joachim, llevándose un trozo de armadura consigo.

—¿Aún piensas que soy lento? —Preguntó Jimin.

Sus feroces miradas se encontraron, azul contra otro azul más intenso, y Joachim frunció el ceño. Se volvió hacia la izquierda y falló, luego atacó hacia la derecha. Mientras la lanza se dirigía hacia el suelo, Jimin, saltó sobre ella atrapándola entre sus piernas y golpeando con su codo la nariz de Joachim. La sangre salió a chorros y Joachim gritó al tiempo que tropezaba, cayendo a una sorprendente distancia y arrojando tierra en todas las direcciones.

—Levántate —ordenó Jimin.

—Pagarás por eso —su primo se puso de pie y corrió directo hacia él,lanzando estocadas continuamente.
Jimin se movió rápidamente, bloqueándolas con su escudo. Sus músculos empezaron a quemar, y el sudor le empezó a correr a mares por el rostro y pecho. Ya su respiración emergía entrecortadamente.

¡Maldita sea!

A este paso, su fuerza sería agotada rápidamente. La falta de sexo le hacía eso a un nymph. Luciendo también cansado, Joachim se arqueó alto, intentando dar una estocada en su hombro, pero Jimin golpeó la muñeca de Joachim y su primo dejó caer la lanza. Ante la desventaja, Joachim se tiró al suelo, rodó sobre sí mismo y alcanzó el arma. Sus dedos se cerraron alrededor de la mitad de esta. Manteniendo un ritmo fluido, se puso de pie otra vez. Pero Jimin ya estaba allí, pisando la lanza y partiéndola en dos. Gruñendo por lo bajo, Joachim se levantó. Su pie impactó en la muñeca de Jimin y éste perdió también su lanza. Ambos hombres saltaron apartándose, desenvainando las espadas de sus escudos.

Al tiempo que la sangre continuaba chorreando por su cara, Joachim se lanzó hacia delante, moviéndose salvajemente. El aire silbaba, sonaba, justo como lo había hecho antes de que la batalla empezara. Moviéndose más lento de lo normal, Jimin no lo esquivó a tiempo. La hoja cortó su antebrazo. Sintió el picor, el escozor de la carne desgarrada. No mostró ninguna reacción, no permitió que esto lo hiciera aún más lento.

Lanzaba estocadas abajo, después arriba, girando antes de que Joachim
pudiera contrarrestarlo. La punta de la espada pasaba zumbando por la cara de su primo, y el hombre palideció. Levantó su escudo y lo lanzó violentamente contra el otro brazo de Jimin, las afiladas alas cortaron la piel. Jimin uso el impulso para girar y cortar el muslo de Joachim. Su primo gritó y las rodillas se le doblaron en la arena.

—Levántate —gruñó Jimin—. No he terminado contigo.

Apretando los dientes, Joachim se puso en pie pesadamente. Seguía sosteniendo su arma y escudo. Los ojos estaban oscuros por la rabia, sus labios hinchados por su sed de poder
—No he terminado contigo tampoco —dejó caer el escudo y deslizó una
segunda daga de su costado.

Jimin arrojó su escudo a un lado también. Tendió la mano libre, y Broderick le lanzó una segunda daga. La atrapó fácilmente por la empuñadura. Dos hojas contra dos hojas. Al instante, él y Joachim saltaron a por el otro. Una daga chocó, luego la otra, una letal danza de eludir y acuchillar. Jimin giró al tiempo que maniobraba con sus armas, arremetía y apuñalaba.

—Debí haber sido el hijo de tu padre. Debí haber sido el rey —jadeó Joachim al tiempo que se agachaba.

—Los dioses no pensaron lo mismo —estocada, giro, estocada.

—Fui hecho para regir.

—Fuiste hecho, sí, pero no para regir. Verryn debería estar aquí, al mando
de ambos, pero se ha ido. Mi padre se ha ido. Y eso me deja a mí. Desde hace
mucho tiempo debiste haberlo aceptado —la primera hoja finalmente dio en el blanco, clavándose en el costado de Joachim.

Su primo gritó y cayó de rodillas. La caída de Jimin le impidió recuperar su otra arma. Sin embargo, no estaba seguro de que lo habría hecho,incluso si hubiera podido. Pero apuntó su arma, su segunda cuchillada impactó
en el hombro de Joachim, cerca de su corazón, pero sin golpearlo directamente. La plata se deslizaba suavemente a través de los eslabones de la armadura. Joachim jadeó por aire al tiempo que un hilo de sangre salía de su boca.

Un completo silencio llenó la arena.
Jimin se enderezó, jadeando.
—¿Por qué… me dejaste… vivir? —Balbuceó Joachim—. Debiste haber....herido… mi corazón.

—Vivirás, y te arrepentirás —dijo Jimin sin ninguna emoción y lo suficientemente alto para que todos pudieran oír—. Si alguna vez me retas de nuevo por el liderazgo, te mataré sin pensarlo. Sin dudar. Sin piedad. Sin importar que seamos familia. No importa que alguna vez hayamos sido amigos.

La barbilla de Joachim cayó a su pecho, y sus ojos se cerraron. Oscuras sombras se posaban en su rostro cubierto de sangre. Cayó al suelo,inconsciente.
Granos de arena salpicaron las botas de Jimin. Arrojó a punta de su puñal al lado del cuerpo de su primo y se volvió para encarar a la multitud de guerreros quienes lo observaban sorprendidos con la boca abierta. Tal vez esperaban que matara a su primo. Quizás habían esperado que asestara por completo el golpe final. Su mirada se encontró con la de ________.

Mía....gritó su mente.

Ahora es mía.

Nadie podría decir lo contrario.Como sus hombres, la mirada de ella estaba oscurecida por el asombro. ¿Y el horror? Sabía que no debía lucir muy agradable, con sangre y arena cubriendo sus brazos, piernas y rostro. Mechones de cabello empapado en sudor se pegaban a sus sienes. Tal vez los luchadores de la superficie no pelearan tan violentamente, pero no podía obligarse a sí mismo a tener remordimientos por lo que había hecho. Le pertenecía, viviría aquí con él, así que era mejor que aprendiera sus costumbres ahora.

Apartando su mirada, observó a cada uno de sus hombres
—¿Hay alguien más que quiera desafiar mi autoridad? —Después de que el eco de su voz se desvaneció, reinó el silencio. Se paseó por delante de ellos—Ahora es el momento de hacer un cambio.

Nadie se acercó.
Se calmó, las manos apretadas a sus costados
—Entonces ahora reclamo a_______ Octavia Holling como mi mujer. Mía.
Mi pareja. Vuestra reina. Aquel que cuestione esto probará el acero de mi
espada.

En medio de los chillidos ahogados de_______, se trasladó al frente de Broderick. No miró a _______ de nuevo. No todavía. No estaba listo para ver qué expresión tenía ella ahora: ¿Rebelde? ¿Furiosa? ¿Disgustada?

No estaba preparado para conocer sus pensamientos.

—¿Qué debemos hacer respecto a Joachim? —Broderick se aclaró la
garganta.

—Orar para que Asclepius y sus dos hijas lo visiten —las palabras fueron pronunciadas por costumbre, porque cuando un nymph era lastimado, las plegarias eran elevadas a estos dioses de la curación, a pesar de que no habían querido saber nada de las personas de Atlantis desde hacía muchos, muchos años. Nadie sabía por qué los dioses los habían abandonado, sólo sabían que lo habían hecho.

Jimin aun no quería que Joachim muriese. Quería que sufriera.

Jimin escudriño la multitud de espectadores
—¿Hay un sanador entre vosotros? Después de una pausa, la silenciosa chica de cabello negro de Shivawn dio un paso al frente. Había lágrimas en sus ojos mientras levantaba una mano
indecisa. Asintió y luego encaró a Broderick

—Lleva a Joachim y a la sanadora al cuarto de enfermos. Lo va a vendar y nada más. Asegúrate de que no lo toque sexualmente —Si lo hiciera, Joachim sanaría más rápidamente, todas sus ofensas serían olvidadas a toda velocidad.

Antes de la pelea, Jimin había pensado darle a su primo una rápida recuperación. Ahora no tanto. No tenía tiempo para los problemas que estaba seguro que causaría.

Broderick asintió.
Sin otra palabra, Jimin tomó las manos de _______ y tiró de ella por el
pasillo. Ahora ella verdaderamente le pertenecía, y era el momento de que se lo demostrara.

✎ ✏ ✐ Fin del capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top