🎭| 05

«Porque gracias a ti pude dejar mi máscara caer, gracias a ti, soy un chico con amor.»

Amaneció, los rayos del sol me hicieron saber que era otro día, pero esta vez, era un nuevo día y sin mi máscara para cubrir mi inseguridad.

Un nuevo día, un día que podría ser perfecto si no existieran tantos prejuicios, sin aquellas personas que se dejan guiar por las primeras impresiones, sin aquellos seres que juzgan por lo primero que ven. En mí vieron un monstruo y un monstruo se dedica a destruir, pero esta vez era diferente, porque ellos me iban a destruir a mí.

Al menos puedo ser feliz al recordar mis últimos momentos de vida, aquellos que pasé la noche de ayer junto a la persona que más pude amar en este mundo. Porque gracias a ti pude tomar el valor para dejar mi máscara caer, para renunciar a mis miedos y al qué dirán, porque ahora comprendo lo que es el amor propio, que aún con todos mis defectos, debo amarme por quien soy, así como tú me confesaste tu amor antes de desmayarme por completo, un amor tan sincero que ni mi temor podría apagar, ni un pueblo entero con trinchos de fuego podrían callar.

Estaba listo para que mi vida fuera arrebatada, con la injusticia más grande de todas, estaba listo para morir, porque cumplí mi último deseo gracias a un niño juguetón, y fue el de después de años volverte a ver.

Di mi último suspiro, esperando a que dieran la orden y fuera decapitado de una vez por todas.

Pero, antes de que pudieran hacer algo, escuché una adorable voz decir;

—¡Alto! —una gran sonrisa se dibujó en mi rostro al ver que se trataba de aquel pequeño que me sonrió siendo un enmascarado, parándose frente a los reyes a enfrentarlos—. ¿Qué creen que hacen?, ¿es normal en ustedes... un día adorar a un ser, y al siguiente día despreciarlo como si fuera el más horrible de todos?, ¿una máscara es la que hace una gran y notable diferencia?, este chico, “El rey de los enmascarados” es el mismo al que ayer le aplaudieron y lanzaron rosas, es el mismo que cuidó de su hija cuando ustedes mismos no le prestaron atención, es el mismo que por años se escondió detrás de una máscara por miedo al qué dirán, no les ha hecho nada malo para que sean de esta manera con él.

Los ojos de Hongjoong se cristalizaron, seguido de eso escuché una dulce y característica voz, mis ojos brillaron con intensidad, tú, mi princesa, habías venido a salvarme también.

—Papá... ¡n-no puedes hacer esto!, ¡detente ya!

—Soy el rey, mi pequeña, sabes que siempre he querido lo mejor para ti. Hay un príncipe esperando por tu mano, para casarse contigo... ¿no es ese el final feliz que toda princesa desea?

—No, p-papá... —tu voz empezaba a entrecortarse, ibas a romper en llanto en cualquier momento—. Yo no deseo lo que todas las princesas, yo no quiero a un príncipe azul que me repita lindos poemas aprendidos de memoria, que adore mi cuerpo o que me lleve a cabalgar. Mi corazón quiere algo más que eso, algo más allá de lo superficial, algo más de lo que todo el mundo puede contemplar como “perfecto”, yo quiero a mi mejor amigo de infancia, yo quiero a mi dulce consejero, yo quiero a aquel que ves como una amenaza para mí... papá, el simple “monstruo” que ustedes pueden ver —rompiste en llanto—, es el chico al que yo verdaderamente amo.

No pude más, incliné mi rostro dejando de mirarte, me dolía verte llorar, me dolía verte sufrir.

—Déjenlo ir.

Alcé mi vista, aquella voz autoritaria era la de tu padre. Sonreíste, sonreí, y el pequeño también sonrió.

—P-pero, rey Kim, ¿está consciente de lo que está haciendo? ¡Es un monstruo!

—¡Déjenlo ir, dije!

Me liberaron, me soltaron de aquel temible lugar, tú corriste hacia mí, y yo corrí hacia ti, uniéndonos en un cálido y gran abrazo.

Tu padre nos miraba, y, como nunca creí que lo haría, sonrió porque te vio junto a mí, porque veía a su pequeña feliz. Tu madre también nos miraba tiernamente.

Miré a Hongjoong, y le hice una seña con mis manos para que viniera y se uniera a nosotros, y eso fue lo que hizo.

Fueron exactamente cuatro meses los que pasaron, y yo me encontraba en el altar junto a ti, compartiendo un hermoso anillo, y jurándonos amor por el resto de nuestras vidas.

—Acepto —fue lo último que dije, antes de tomar delicadamente con mis manos tu cintura, que tú envuelvas tus brazos alrededor de mi cuello, y demostrar una parte de todo el amor que sentimos el uno por el otro a través de un tierno y largo beso.

Los invitados aplaudieron, tus padres también lo hicieron, Hongjoong y su madre que también estaban entre los invitados, nuestros amigos que habíamos hecho en este último tiempo, y las criaturas diferentes que también, como yo, antes se escondían en aquel oscuro bosque.

Finalmente aprendí a amarme a mí mismo, y fue gracias a ti. Nunca imaginé que llegaría a ser digno de tu mano, pero tú misma te encargaste de hacer que fuera un chico con amor.

Finalmente, el rey de los enmascarados, ya no necesita más de su máscara.

Fin.

Espero que haya sido de su agrado esta sencilla mini lectura. :)💜

Halloween desde ahora es del Taennie, sí que sí. 😼❣

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