16 | dos opciones
Tommy Shelby nunca fue alguien que pensara con cuidado cuando se involucraba en altercados físicos, porque la mayoría de las veces se trataba de apretar un gatillo o dar un buen golpe, pero cuando Hughes y sus hombres lo arrinconaron y le fracturaron el cráneo, sabía que estaba en serios problemas.
Eso fue hace tres meses, y después de su larga y ardua recuperación, finalmente pudo retomar sus negocios. En la actualidad, los chicos Shelby y Hetty estaban reunidos en la casa de Tommy. No había ninguna razón para que Hetty estuviera allí además del hecho de que Alfie había viajado desde Londres para encontrarse con Tommy.
Cuando Hetty saludó a su padre, Michael estaba con ella, y se quedó atrás al ver al hombre. Hetty lo abrazó con fuerza, sonriendo mientras Alfie le devolvía el abrazo.
—Ha pasado un tiempo —dijo Alfie, alborotando el pelo de Hetty. Vio a Michael y lo señaló con su bastón—. ¿Quién es este?
—Papá, este es Michael —dijo Hetty.
Caminando hacia Michael, Alfie se sorprendió de que el chico no se apartara. Cuando estuvieron prácticamente frente a frente, se detuvo—. Entonces, tú eres el que se casará con mi pequeña, ¿eh?
—Sí, señor —respondió Michael.
—¿Por qué te llevó dos años presentarnos, Hetty? —preguntó Alfie, mirando a Michael mientras se dirigía a su hija—. ¿Estás avergonzada de tu padre?
—No, por supuesto que no —respondió Hetty—. Hemos estado bastante ocupados. No tuvimos tiempo de visitarte.
—Eso, y el hecho de que Tommy apenas te deja venir a casa —dijo Alfie con amargura—. Bueno, es un gusto conocerte, Michael. Pareces un buen chico.
—Lo es —dijo Hetty—. Es mejor que la mayoría, papá.
Alfie se inclinó hacia delante, por lo que su rostro estaba al lado del de Michael—. La lastimas, la molestas, o la haces sentir incómoda, y no me importará que haya una alianza, porque te cortaré las pelotas y las forzaré a través de tu garganta.
Michael palideció—. Entendido, señor. Pero debe saber que no tengo la intención de lastimar a Hetty.
Alfie asintió—. Bueno. Eso es bueno —se volvió hacia Hetty—. ¿Dónde está Tommy?
—Ven, te acompañaré —dijo Hetty.
—Estaré en las cocinas —le dijo Michael a Hetty—. Fue un placer conocerlo, Sr. Solomons.
—Por favor, llámame Alfie —respondió Alfie—. Sr. Solomons parece demasiado formal.
Michael asintió, pero no dijo nada más. En cambio, asintió una vez hacia Hetty y salió de la habitación. A solas con su padre, Hetty lo condujo hacia el estudio de Tommy.
—Entonces, dime la verdad —dijo Alfie—. ¿Se ha comportado contigo?
—Sí, papá —respondió Hetty—. Todos lo hicieron. Michael incluido.
—Una palabra —dijo Alfie—. Una palabra y volveré aquí con un maldito ejército, ¿de acuerdo? No me importa ningún acuerdo. Si te lastiman, me lo dices, ¿entendido?
—Sí, papá —dijo Hetty, llamando a la puerta del estudio de Tommy—. ¿Tommy? Tienes una visita.
—Sí, gracias Hetty —dijo Tommy—. Que entre.
Hetty abrazó a su padre nuevamente antes de dejarlo a solas con Tommy y dirigirse hacia las cocinas. Tessa se unió a ella en el camino, llevando a Bella en brazos—. ¿Fue agradable ver a tu padre?
Hetty asintió—. Lo extraño mucho y verlo hace que el dolor desaparezca por un rato.
Tessa sonrió—. Ojalá mi padre todavía estuviera aquí. El hombre más amable que he conocido.
—Ojalá conociera a mis verdadores padres —dijo Hetty mientras caminaban hacia las cocinas.
Tessa sonrió tristemente mientras entraba en la cocina, colocando a Bella en la mesa y parándose detrás de ella para darle un descanso a sus brazos. Mirando a los Shelby presentes, frunció el ceño—. ¿Qué los tiene a todos tan tristes?
—Bueno, le estaba diciendo a Michael que tiene dos opciones —dijo John—. Se va a Estados Unidos con Arthur para unirse a los Apaches, o se casa con la chica, pero la opción número dos no cuenta para un hombre en su situación.
—Espera, estoy confundida —dijo Tessa—, por ambas declaraciones. Arthur, ¿te vas?
—Linda quiere comenzar de nuevo —dijo Arthur sin emoción en su rostro.
—Y Michael, ¿dejaste a una chica embarazada? —preuntó Tessa, y Hetty sintió como si acabara de recibir un puñetazo en el estómago.
—Esto no es una broma —dijo Michael con las manos en los bolsillos.
—Arthur, ¿realmente vas avivir con los Apaches? —preguntó Johnny Dogs, y Mason se rió.
—Sí, va a dirigir su pequeña tienda y actuará como si nunca nos hubiera conocido —dijo Mason.
—¿Ya le dijiste a su padre? —preguntó Arthur, ignorando a Mason y Johnny.
—No —respondió Michael.
—Mierda. Te va a matar —dijo John.
—¡John! —dijo Tessa—. Por favor, no maldigas frente a Bella.
—Lo siento, Tess.
—¿Estás seguro de que es tuyo? —le preguntó Tessa a Micheal.
—Ojalá no te lo hubieran contado —dijo Michael.
—Piensa en el matrimonio como un hermoso camino —dijo Arthur—, con flores hasta el final.
—¿Está bromeando? —le preguntó Michael a John.
—Oh, es difícil saberlo hoy en día —respondió John.
—Bueno, si eso es cierto, Tommy y yo estamos en el camino equivocado —murmuró Tessa, haciendo que John se riera.
—¿La amas? —preguntó Arthur.
Michael se inclinó hacia delante, Bella sentada entre él y Arthur—. ¿Qué diablos dices?
Tessa golpeó su brazo—. ¡Michael!
—Ve y cásate con ella como el resto de nosotros —dijo Arthur—. Oh, espera, no puedes, porque estás comprometido con nuestra Hetty. Sabías que esto podría pasar, pero seguiste con ello de todos modos, a pesar de tener una mujer perfectamente buena en tu vida. El destino prácticamente la dejó en la puerta de tu casa, y tú la ignoraste durante dos años y dejaste embarazada a otra chica.
No se podía ocultar la ira en el tono de Arthur, porque a sus ojos, Michael estaba siendo egoísta. Hetty estaba intentando ocultar el dolor en sus ojos, pero Arthur y Mason podían ver a través de ella. Hablar de otra mujer la estaba lastimando, porque sabía que, aunque estaban destinados a casarse, siempre habría otra mujer que llamaría su atención.
—Ella no quiere que su familia lo sepa —dijo Michael—. No quiere tener el bebé fuera del matrimonio.
—Mira a Tom y Tess —dijo Arthur—, ellos lo hicieron.
—Sí, pero no somos exactamente respetables, ¿verdad? —dijo Tessa—. Y Tom y yo estábamos prácticamente casados.
—Conocemos una mujer —comentó John.
—Cállate, John —espetó Arthur.
—La misma que te ayudó dos veces —dijo John.
—No a mis mujeres —murmuró Arthur.
—Charlotte querrá la mejor —dijo Michael.
—Ella es la mejor —dijo John.
—La mejor —repitió Arthur.
—Solía ser enfermera —dijo John—. Veinte minutos y lsito.
—No necesitas entrar ni esperar afuera —dijo Arthur—. Vas al Garrison, bebes whisky, te ríes un rato. ¿Recuerdas, John? —John desvió la mirada—. Y luego entró un niño, sin zapatos, y dijo "listo". La segunda vez que estuvimos ahí, estaba el mismo niño. Pero esa vez tenía puestos zapatos nuevos y brillantes. Gritó: "ya está hecho, Arthur".
—¿Y qué? —preguntó Tessa, claramente un poco perturbada por la historia de Arthur.
—Compró zapatos nuevos con el dinero que le di —respondió Arthur—. Fue por una buena causa.
—Arthur, si sigues así con los Apaches, te van a despellejar como la mierda —dijo Johnny Dogs.
Tessa levantó las manos—. No sé por qué me molesto. Vamos, maldigan todo lo que quieran. Serán ustedes a quien golpee cuando Bella empiece a hablar como los malditos Peaky Blinders.
John susurró—: Uh... Tess.
—¿Qué? —preguntó Tessa, antes de darse cuenta de lo que había dicho—. Ah, mierda.
Michael miró a Tessa—. ¿Alguna vez...? ¿Sabes si...?
—No —dijo Tessa—. Nunca.
—Entonces tienes suerte —dijo Arthur—. Aunque tú y Tommy nunca fueron muy activos.
Tessa suspiró, ignorando a Arthur—. Michael, deberías haber tenido cuidado.
—Tuvimos cuidado —dijo Michael a la defensiva—. ¿Qué crees que debería hacer?
Tessa se encogió de hombros—. No lo sé. Así que voy a decirte que hagas lo que creas que es correcto.
—Vamos, Tess, di lo que piensas —dijo John.
—¿Realmente quieren que lo haga? —preguntó Tessa, y los chicos asintieron—. Bien. Primero, creo que todos son increíblemente egoístas, están hablando de esta chica y su bebé como si no fueran nada. Segundo, Michael, es tu culpa por no considerar esto como una posibilidad. Tercero, ustedes me desagradan. Cuarto, estoy de acuerdo con Arthur, porque tú —señaló a Michael—, deberías haber sido un hombre y haber aceptado a Hetty, pero no lo hiciste, y ahora estás en esta situación y no pensaste en decírselo antes de contarle a los demás. Como tu futura esposa, Michael, creo que tenía derecho a saberlo.
—Esa es la Tess que conocemos y amamos —dijo John.
—Sabía de Charlotte —dijo Hetty en voz baja—. Simplemente no sabía que estaba embarazada. Lo siento... no puedo estar aquí.
Hetty huyó de la habitación antes de que alguien la detuviera y subió las escaleras para alejarse de todos, sobre todo de Michael.
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