Veintisiete
✖ ¿Aurora? ✖
En casa.
2:30AM
Elsa abrió la puerta con algo de dificultad, Alex dormía profundamente en sus brazos y a Elsa ya le dolían los pies. Dejo caer las llaves y su cartera en la mesita junto a la puerta. Trato de no hacer mucho ruido, porque recordó que Merida y Ross dormían en su habitación.
Gogo y Tadashi las habían traído, todo el momento habían esperado fuera de la comisaría, tratando de no estorbar, según ellos. Cuando los vieron salir suspiraron de alivio y en el camino Jessie no dejo de mirar a Hiro, aprovechando que Vanellope dormía profundamente.
¡Vaya noche!, pensó Elsa.
Suspiro y camino con cuidado hasta la habitación, con el niño en brazos y con cuidado de no despertarlo o mover lo demasiado. Jessie la miro perderse en las sombras del departamento alumbrado por las luces del exterior de la ciudad.
Jessie dejo el celular de Elsa en el sofá y se acercó al ventanal, mirando a través de este y con notable emoción. Los edificios brillaban en el exterior, las luces de la ciudad daban vida a las calles y le hicieron sentir algo muy parecido a la nostalgia. ¿Su padre la extrañaría tanto como ella lo hacía?
Sabia que estaba a punto de volver de Las Vegas y entendía que no iba a recibir un abrazo y un "Te quiero" pero aún así, añoraba ver a su amado padre. Aunque la fuera a castigar y a regañar.
—Ahora sí —la voz de Elsa llego hasta sus oídos y sintió una punzada en la cabeza —. ¿Qué pasa contigo, Jessie? De verdad, trato de entenderte, pero no puedo.
Jessie suspiro, pero no aparato la mirada de la ciudad frente a ella. En ese momento la hipnotizo y por un momento se sintió un poquito más tranquila, con ella misma.
—No te importa -gruñó entre dientes.
—Aunque no lo creas... Sí, me importa —Elsa se quedo a su lado, cruzó los brazos y fijo la mirada al frente, imitando a Jessie.
—Claro... Digo, es una forma de conquistar a papá, ¿no? —se río sin mucha gracia —. Ganando a la niña con problemas mentales.
—No, no por eso —contesto Elsa, sin titubear —. Quiero entender a la niña con problemas en el alma.
Jessie se mordió el labio inferior. Igual y si se moría de ganas de hablar con otra persona, una que la comprendiera en la extensión de la palabra. Alguien que le dijera lo comprendo, no alguien que le asegurará que todo estaría bien.
—No tiene caso. ¿Qué puedes saber tú si todos te aman? —balbuceo, con los ojos empezando a arder —. ¿Qué vas a saber tú que eres buena y honesta?
Elsa suspiro y se sintió apenada con ella misma. Ella no era ni buena, ni honesta. Y estaba segura de que no todos la amaban. Ahora, quizá su maldad se había reducido a cero, pero en un pasado... En un pasado no conoció de límites.
—Te equivocas, Jess —musitó bajito, se aclaro la garganta y se dijo así misma que debía proseguir. Quería liberarse, solo hoy —... Nunca he sido buena, nunca he sido honesta. Traicione amigas en un pasado... A más de una le mentí.
—Probablemente mientes —Jessie bajo la mirada y miro su cabestrillo, el cual rasco con cuidado —. No puedo creer te, la maldad se siente y yo... Yo no siento que tengas ni un poco.
—Mira —negó levemente —, es complicado... Pero, perdí a mis padres a ambos. Lo que sentí fue... Fue como estar en automático, vivía por vivir, no porque quisiera. Era como estar adormilada...
«Tenía a Anna, mi hermana, pero me apena decir que ni ella era suficiente para animarme. De alguna manera y con el tiempo aprendí a curarme yo sola. Deje de querer realmente, deje de sentir y me dije que siempre estaría un paso adelante de los demás. Juré que nada me iba a lastimar sin que yo lo hiciera primero. »
Jessie alzó una de sus cejas y lo que escucho, fue como oírse así misma. En ese momento sintió el arrepentimiento en las palabras de Elsa, así que supuso que no estaba orgullosa de las cosas que alguna vez hizo. Jessie no sabia cuales eran exactamente, pero por la intensidad de Elsa, entendió que eran muy malas.
—Así —balbuceo, tropezando un poco con las palabras —... Así, me siento. Como si tuviera que estar un paso adelante, siempre. Vivo con tenor a que alguien logre dañarme, otra vez... Es una tontería, ¿no?
—No lo es —Elsa se acercó con cautela a la niña y le acarició la espalda con cuidado, Jessie suspiro, recordando las caricias de su madre —. Es lo que llevas dentro y se lo duro que es cargar con todo esto. Yo no creo que seas mala Jessie, más bien, estas a la defensiva, es una forma de sobrellevar y sobrevivir.
—La gente no lo entiende Elsa, juran y afirman que estoy loca, que soy inmadura... Pero si ellos sintieran lo que yo, bueno, no creerían que estoy loca.
Sin poder controlarlo, las lágrimas se acumularon en sus ojos. Jessie comenzó a sollozar y a Elsa se le encogió el corazón. Encontró muchas cosas parecidas a ella en Jessie de las que creía. Era idéntica a ella en esencia caótica, era frágil dentro y de roca por fuera. Elsa vio a una mini ella en Jessie. Así que se tomó la libertad de abrazarla, con cuidado de no lastimar le el brazo, Jessie recargo su cabeza en el vientre de Elsa. Y por un minuto se sintió cómoda, bien, a salvo.
—Tranquila, Jessie. Por experiencia, te digo que esta no es la forma de sanar... Necesitas de amor externo para sanar. Eres valiente, tú puedes olvidarte del miedo.
—Es difícil, Elsa —sollozo —. Quiero intentarlo, pero meda miedo el resultado. Mamá siempre me dijo que había que proteger a la familia, pero estoy segura de que esto no era de lo que hablaba. No puedo parar de dañar...
—No, no —Elsa le tomo las mejillas y la miro a los ojos directamente, sintiendo su dolor —. Yo no voy a dañar los, jamás lo haría. Ni a tu padre, ni a ninguno de tus hermanos, mucho menos a ti.
«No, yo sé que está no es la forma. Y si lo sigues haciendo, te digo, que vas arrepentirte, a lo largo se acumulan muchos daños... Dañas a la gente y la gente, de todas formas, logra dañarte. Mi consejo es; Dejate amar y ama. El dolor es necesario aveces, Jessie, te enseña a pensar, a crecer y te hace un gramo más fuerte. »
Jessie asintió con un nudo en la garganta, no tenía ganas de pelear, porque todo lo que estaba sintiendo la pasaba, era un lío de arrepentimiento, tristeza y malas intenciones pendientes. Pero en estos momentos solo sintió que Elsa era sincera, que la comprendía y más importante, la protegía.
—¿Por qué eres tan buena conmigo, Elsa? —sorbió la nariz —. ¿Por qué no es tallas y me gritas por lo qué hice? ¿Por qué no me odias?
—No, nena —río suavemente, limpiándole las lágrimas —. No soy buena, precisamente, te comprendo y por experiencia quiero que pares de hacerte daño a ti misma. No grito, porque no sirve de nada hacerlo, cuando lo que tu necesitas es cariño a montones. Yo jamás podría odiar a una chica pérdida que intenta protegerse así misma de todo lo malo del mundo.
—Lo —Jessie tragos en se seco, las siguientes palabras le iban a doler, pero entendía que era lo necesario y lo justo —... Lo siento, de verdad que si Elsa.
—Yo no guardo rencores, Jessie. Así soy mucho más feliz. Yo, te pido perdón por...
—No, no —la interrumpió Jessie enseguida —. No fuiste tú, en todo caso fue mi padre el que te busco Elsa. Tú... No tienes nada que ver. Otra vez, lo siento.
—De verdad que no importa, Jessie. Mejor, prométeme que harás un esfuerzo por curarte de otra forma, ¿Sí?
—Prometido, Elsa —asintió la niña con los ojos rojos y las mejillas rosas por el esfuerzo. Esta vez, encontró un parecido a alguien en Jessie. Con el cabello rubio, esa nariz afinada y pequeña. La misma de Ross, pero... Había algo más.
—Jessie, ¿Quién es tu madre? —se atrevió a preguntar. Jessie sonrió ampliamente, estaba orgullosa de su madre y lo que había sido, así que siempre se ponía feliz cuando hablaba de ella. Solo que su padre se lo había prohibido cuando el estaba presente. Pero Jack, no estaba en estos momentos.
—Mi madre es Aurora Sleeping, fue pintora y creadora de una fundación de...
Los ojos de Elsa no pidieron abrirse más y sus oídos dejaron de funcionar repentinamente. Dejo de escuchar a Jessie y en lugar de eso comenzó a escuchar la risa, la voz y el tararear de su antigua amiga. A su mente llegaron un montón de imágenes, el cabello dorado, los castos ojos lilas, los rasgos bondadosos.
Las lecciones de piano y los cantos armoniosos.
El baile y el vestido rojo.
La sonrisa inocente y su poder seductor.
Aurora, idéntica a Ross. Aurora de educada y noble como Alex. Aurora en cada rasgo de Jessie, ¡Aurora, Aurora, Aurora! Sí, por supuesto. La chica que tuvo que marcharse a Philadelphia, la chica que tuvo el corazón de Jack entre sus manos. La chica que Elsa traicionó por demostrar que podía ser superior, ¡Esa Aurora!
La nuca le dolió y algo en ella quiso creer que mentía, que se trataba de otra Aurora. No su amiga, no esa chica.
¿Cómo habían quedado juntos?
¿Cuándo, dónde se casaron?
¿Dónde estaba Aurora?
¿Por qué nadie le dijo nada?
¿Todos lo sabían?
¿Qué pasó que ella nunca se enteró?
—Aurora —repitió, interrumpiendo a la niña, esta paro su parloteo y asintió con cautela —. ¡Por eso conocen la canción! ¡Ross es idéntica, Alex es como ella en esencia! ¡Claro! ¿Cómo pude no notarlo? ¿Cómo pudieron no decirme nada?
—A ver -hablo la niña, mirando a Elsa con mayor interés — ¿Conocías a mi madre? ¿Cómo? ¿Dónde?
—Sí —sonrió Elsa —. De la preparatoria, ella... Ella fue mi mejor amiga. Le daba clases de piano. ¡Dios! Hace tanto que no había oído hablar de ella y es tu madre... ¡Tú madre!
—Lo es —la chica bajo la mirada y eso lo murmuró bajito. Apenas acariciando el viento —, la mejor mamá del mundo.
—Un momento —susurro Elsa, dándose cuenta de algo vital mente importante —. ¿Dónde está Aurora?
Jessie suspiro hondo — ¿De verdad lo quieres saber?
—Por favor....
✖ Jack ✖
Aeropuerto de Las Vegas.
—Cálmate, Jack —pidió suavemente Hipo, algo preocupado con todo esto.
Jack de tuvo su caminar y apretó la manija de la maleta, lo miro mal. Una mirada helada, recargada de furia. Repleta de arrepentimiento. Se maldecía así mismo, maldecía la maldita nota que había encontrado antes de todo aquello, maldecía todo y a todos. A Hipo por haberlo convencido, a Jessie por ser terriblemente necia, a Aurora por no cumplir sus promesas, a Elsa por ser despistada, pero sobre todo a él mismo por tantos errores, por no poder ser mejor y simplemente por ser él.
—¿Cómo pretendes que me calme? —exclamó furioso, Hipo retrocedió un poco —. Mi hija se rompió el brazo, fue a una fiesta en Brooklyn y esta presa, ¡¿Cómo me pides calmarme?!
—Jack, hermano...
—¡Dios! —se llevó las manos al cabello y lo aló hacia atrás con desesperación —. Por favor cállate, no quiero hablar con nadie hasta llegar a New York, ¡La ciudad de donde no debí hacer salido nunca!
Sin decir más, Jack tomo su maleta y le dio la espalda a Hipo, ignoro a las personas que lo miraron mal y esquivo a los demás. No estaba de humor para seguir discutiendo. No estaba de humor para nada,mas que llegar y saber que todo estaba bien y que nada de lo que pudo enterarse ayer fuera cierto.
—Soy un desastre, Aurora —murmuró entre dientes, ojalá ella llegará y pusiera todo en su lugar. Ojalá todo estuviera bien y no así de enredado.
✖ Hey! ✖
Okay, esto es tuvo fuerte. El siguiente capítulo será un Flashback donde aclararemos más dudas. La historia de lo que paso con Aurora, ¿Por qué no está con Jack?
Bien, también quiero decirles que la segunda temporada, como muchas de ustedes lo pidieron, estará Marinette y sí, le tengo algo preparado con Adrien. Además, quiero que sepan que el Jelsa esta a punto de llegar y pondré todo de mi para que sea súper cursi y romántico.
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