Veinticuatro
✖Esta es la historia ✖
↪Cautivado↩
Todos cometemos errores, aveces creemos que son pequeños e insignificantes, son las consecuencias las que los vuelven irreparables. Una vez que lo has cometido, bueno, no hay vuelta atrás. No hay un botón para retroceder y arreglar las cosas. Si lo hubiera no tendríamos esta historia. El pasado, pasado será y aveces la verdad es más clara de lo que pensamos.
Todos tenemos una versión de la historia, todos tenemos razones para hacer lo que hacemos y aunque no lo justifique nos da una manera de entender el porque de las cosas. Aunque creo que las cosas pasan por algo, piénsenlo, sin errores no aprenderíamos, sin lo errores no seríamos humanos.
✖ Septiembre del 2004 ✖
↪La fiesta que lo cambio todo ↩
La música se escuchaba por toda la manzana, y un montón de autos abarcaban la entrada de una de las grandes casas del vecindario. Había un montón de adolescentes entrando y saliendo o paseándose por el lugar.
El anfitrión de la fiesta era nada más y nada menos que Aster, el anterior capitán del equipo de la escuela, ahora era un universitario y no planeaba degradar su estado social. Así que como todo buen chico popular, este, ofrecío una fiesta para iniciar las vacaciones de invierno en su nombre. Por supuesto que Jack estaba más que invitado y con gusto Aster le permitió llevar a los amigos que el quisiera.
Porque, vamos, Jack era amigo de todos y a todos les caía bien. Incluso a Aster, se conocieron en los pasillos de la escuela y se hicieron grandes amigos, a Aster le parecía que era un chico extrovertido, sencillo y encima divertido. Y por supuesto que lo era, era por eso que a Jack nunca le faltaban los amigos.
En la cocina de la gran casa Jack y su hermosa acompañante. Rubia y impecable, discutían una vez más en lo que iba de esa semana.
Jack no podía faltar a una fiesta de tal magnitud y su encantadora novia menos. Desde que empezaron su relación, Jack y Elsa, hacían casi todo juntos. Se adoraban el uno al otro, se reían mucho y platicaban de todo con mucha confianza. O así era...
-Jack, ¿entiendes lo importante que es para mi? -el tono de la rubia sonaba fastidiado, algo raro, porque Elsa nunca estaba de mal humor si estaba junto a Jack, pero por aquellas semanas algo no andaba bien en su relación y media escuela lo notaba.
-Elsa -murmuró el peliblanco, pasándose las manos por el rostro con desesperación -, yo espero que tú entiendas que es la boda de mi madre y también es importante.
-¡No es justo! -chilló la rubia cruzando sus brazos sobre su pecho con enfado -. Es mi solo, un logro importante para mi ¿Y tú no piensas asistir?
-Lo siento, pero no puedo partirme en dos Elsa. Mamá cuenta conmigo para ir a su boda en un jardín botánico en New York. Estas invitada si quieres ir...
-¡No, no quiero ir! -exclamó poniendo sus brazos sobre la isla de mármol en medio de la cocina -. Tú madre no me soporta y esta no es la primera vez que se casa, Jack. En cambio mi solo es...
-¡Contigo siempre importas tú!
-¿Yo? -se indigno la rubia con una expresión de burla. Como si no pudiese dar crédito a lo que escuchaba -. Te estoy pidiendo una sola cosa Jack. Quiero que vayas a mi solo y estés ahí para apoyarme.
-Y si pudiera lo haría, Elsa. Pero mi madre se va a casar ese mismo fin de semana y no puedo fallarle. Es mi madre y me quiere ahí.
-Sí puedes hacerlo -le reclamó, poniendo sus brazos en forma de jarra. Jack negó, estaba atónito, no creía que su novia no pudiera ver que el mundo no solamente se centraba en ella y en sus logros -. Puedes ir a mi solo, después de todo ¿Cuánto crees que le durará este matrimonio a tu madre?
-Creo que eso es algo que no te importa y, perdóname, pero mi madre es importante para mi, lleva planeando esto desde enero. No voy a faltar.
-¡Bien! -sonrió falsamente, tomando el puente de su nariz con sus dedos -. Ahora sé que no te interesa nada de lo que yo hago, ni mi esfuerzo.
-Es que no es eso -suspiro, sus nervios ya empezaban a ponerse de punta. Jack siempre hacia lo que Elsa quería, ¡Todo el tiempo se centraba en ella! Y eso no le suponía un problema, anteriormente, porque creía que el amor era compartir intereses y así... Pero Elsa no quería compartir -... Son planes que ya tenía, desde hace meses.
-Eres un idiota, no puedo creer que la prefieras a ella, Jack. ¡Su matrimonio se acabará en menos de un mes!
-Hey -su voz se volvió grave, no le gustaba que nadie se metiera con su madre. Después de todo, era su madre y muy su vida -. No te permito que me insultes, yo no estoy siendo grosero ni nada por el estilo.
-Es que lo eres -lo miro fijamente a los ojos. Decidida y enfadada -. ¡Eres un idiota! ¡Un fracaso como novio!
-¡Lo soy! -exclamó con molestia, Elsa dio un respingón. Jack nunca le había gritado, Jack siempre se portaba con delicadeza con ella, aunque Elsa no le diese ni la mitad del respeto que él le daba -. Y sí lo soy, yo creo que deberías dejarme.
-¡Tienes razón! -grito, a la defensiva, aunque en el fondo sabia que era la rabia lo que hablaba por ella, ambos estaban tan molestos que no midieron sus palabras -. A mi me gusta la perfección, porque es lo que merezco y tu eres un jodido desastre. Siempre inmaduro, siempre jugando, ¡un imbécil!
-¿Perfección? -pregunto estupefacto, con una sonrisa burlona en el rostro -. No eres perfecta, Elsa. Eres manipuladora, hipócrita, falsa...
Sus palabras fueron interrumpidas por una bofetada. Fue tan fuerte que el peliblanco supuso que le dejaría una marca. Elsa lo miro más que furiosa, no estaba dolida, sí no enfadada. Enojada con la idea de que Jack no pudiera moldear se como ella quería.
-No soy ninguna, hipócrita.
-¿Ah, no? -dijo el joven, mientras masajeaba su mejilla, no apartó su mirada de ella. Sus ojos estaban azules, pero un azul intenso, penetrante, oscuro -. ¿Cómo le llamas tu a traicionar a una amiga?
-No sé de que hablas -susurro Elsa, mirando a otro lado. Sabía bien a que se refería, pero ella no quería entrar más en el tema.
-¿Segura? -inquirió con burla. Jack era un encanto, pero todo tenía un límite, y Elsa siempre lo llevaba al suyo -. Sé que no es la primera ves que lo haces, sé que vas por la escuela fingiendo que te preocupan las demás personas, pero eso no es verdad. Porque tu solo te preocupas por ti.
-¡No me vengas con estas cosas! ¡Estoy harta!
-¡Y yo! -exclamó con mayor dureza, Elsa trago en seco. Se mordió el labio y le ofreció una mirada retadora -. Estoy harto de tu ego, de tu hipocresía y de tus estúpidos aires de grandeza. Quiero alguien comprensiva, linda, divertida...
-¡Búscala! -contraatacó gritando con fuerza -. ¿Qué esperas? A lo mejor la encuestas.
-Tienes razón -murmuro, dio un golpe a la isla de la cocina y salió dando grandes zancadas del lugar.
Odiaba cunado Elsa se ponía así, cuando lo lastimaba con sus palabras. Cuando lo hacía sentir que no la merecía. Con Elsa era así, nunca te sentías a la altura. Siempre eras menos. Todo el tiempo.
Cuando Jack salio de la cocina, Riley apareció de su escondite, con una botella de cerveza de la mano y una sonrisa de pronta jovialidad. Al verla, Elsa, se paró derecha, firme y fuerte como siempre.
-¿Cuánto escuchaste? -dijo Elsa, con voz neutral, casi inaudible. Riley dio un trago a su cerveza, con tranquilidad. Eso desespero a Elsa -. ¿Cuánto Riley? -insistió.
-Lo suficiente para enterarme que eres una hipócrita y una vil perra manipuladora -se acercó a Elsa, ella simplemente cerro los ojos con fuerza. Riley, le paso la mano por el cabello, des peinándola -. ¿Quién lo diría? Somos muy parecidas, linda.
-Basta -susurro Elsa, alejándose de la rubia ebria y sonriente -. No somos iguales, Riley.
-Tienes razón -hizo un puchero falso, enrollando uno se sus cabellos rubios en su dedo -. Yo soy mejor, estúpida.
-Estas tan ebria que no sirve de nada discutir contigo -sentenció Elsa -. Estas molesta por el solo, ¿Pero qué crees? Me pertenece. Soy mejor que tú.
Riley rodó los ojos y se llevó la botella de cerveza a los labios. Dándole un largo trago, con su mano libre le hizo una seña a Elsa de que hablaba mucho.
-Tú música es una porquería , tú piano igual y que decir de ti -se hecho a reír dejando la botella de cerveza aún lado -... Eres tan poca cosa. Una alimaña disfrazada de cordero, ¿para qué? -levanto una de sus rubias cejas -. Al menos yo demuestro lo que soy, ¡Soy una perra! Pero soy sincera, sin máscaras. No como tú, falsa.
-No me hables así -murmuro Elsa. No era buena, eso lo sabía, pero en ocasiones si fingía se sentía menos mal consigo misma.
-Yo te hablo como yo quiera. Yo sé lo que eres, lo que has hecho. Y también sé que personas como tú no merecen nada bueno -sonrió con suficiencia, pasando suavemente su dedo por la boquilla de la botella -. No mereces a Jack. Eres demasiada falsa.
-¡Cierra la boca! -exclamó la rubia, tapando sus oídos, deseando que la dejará en paz.
-Que débil -murmuro con fingida pena, tomó otra cerveza de la nevera y miro a Elsa con gracia -. No soportas escuchar la verdad... Como sea, yo te dejo.
-Solo vete -murmuró Elsa, sintiéndose expuesta ante la crueldad de Riley.
Se pregunto porque era tan cruel. Si de verdad no conocía la piedad, o si Riley era una cordero disfrazó de arpía. A veces las personas más crueles, suelen ser las más dañadas.
-Lo haré -se acercó a Elsa una vez más -. Escuche por ahí que Jack esta soltero -susurro en su oído, Elsa abrió los ojos como platos y Riley río.
-Jamás estaría con alguien como tú.
-Ya veremos -le dio un guiño, antes de salir de la cocina.
Elsa sintió que su estómago se revolvió. Y pensó en buscar a Jack y pedirle perdón, pero su orgullo era mil veces más fuerte que otra cosa, así que simplemente aguanto las ganas de llorar y simplemente salio por la puerta trasera de la casa. No le pediría perdón a nadie.
✖ Jack ✖
Estaba a punto de irse, de verdad que iba a hacerlo... Porque estaba muy enojado y suponía que ya no tenía ningún sentido estar solo en la fiesta así que cuando salió de la cocina no miro a nadie y en el camino su hombro golpeó al de una persona.
El impacto fue tan fuerte que la persona cayó al suelo. Aún sin mirarla, Jack rodó los ojos con enojo. Cuando se agachó para disculparse pudo ver a Aurora en el suelo. Llevaba un vestido, color rosa clavel, pálido. Le llega poco más arriba de las rodillas, con una chamarra de mezclilla con mangas hasta los codos. Su cabello estaba atado en una media coleta. Se veía tan dulce.
A Jack le sorprendió verla ahí, luego se sintió terrible por haberla hecho caer que inmediatamente la levanto, tomando su cintura la puso de pie.
-Como lo siento, Aurora -se disculpo -. No te vi, yo estaba...
-Tranquilo -le sonrió dulcemente, Aurora no hablaba mucho. Sobre todo cuando estaba cerca de Jack y la hacia sentir tan pequeña y aburrida -. Estoy bien.
-Soy un imbécil -Jack se paso la mano por el rostro, estaba frustrado. Tan enojado, incluso con el mismo.
-Fue un accidente, no es para tanto.
-Es que -suspiro y se aclaro la garganta -... Olvídalo, ¿Qué haces aquí? No me mal entiendas, pero sé que tu no eres una chica de fiestas.
-Sí -Aurora se rasco la nuca, algo incomoda, sabía que ella no era el tipo de persona que encaja en una fiesta y que eso se notaba a millas -. Elsa me pidió que viniera, dijo que me haría bien salir un momento.
-Oh, ya veo -la sola mención de su nombre le causó malestar estomacal.
-Por cierto -los ojos de Aurora lo miraron y sintió ternura por lo nerviosa que se notaba -. ¿La has visto?
-No lo sé, estaba en la cocina. Probablemente siga ahí, o yo que sé.
-Mmm....vale. Iré a buscarla, entonces -los labios de Aurora se fruncieron en una pequeña mueca. Jack simplemente asintió -. Te veré luego, supongo.
-Supongo -metió sus manos a los bolsillos delanteros de su pantalón y se encogió de hombros. Aurora le sonrió una vez más antes de marcharse por el lugar. Esquivando personas.
Jack se quedo ahí de pie y suspiro un poco más calmado. No sabía porque, pero Aurora le contagiaba una paz inexplicable. Tenía un aura serena, pacífica y te transmitía una ternura inigualable. Una chica linda, se dijo.
✖ 12:15pm ✖
La fiesta estaba en su mayor punto, Jack charlaba con sus amigos en la sala. Mientras la mitad de los invitados bailaban. Entre ellos Wendy Darling quien se movía muy eufórica meneando las caderas.
Jack pudo verla y se río al notar tanto entusiasmo en la castaña. Luego y sin encontrar explicación dejo de bailar. Se tomó la frente y sacudió su cabeza, buscando estabilizarse. O así fue como Jack lo vio. El chico frunció el ceño y se acercó a ella sin importarle lo demás.
Cuando estuvo detrás de ella, toco su hombro, atrayendo su atención. Wendy lo miro y trato de sonreír le, pero Jack sabia que sus esfuerzos eran en vano. Porque él ya había notado que estaba mal.
-¿Estas bien? -gritó por encima de la música estrepitosa.
-Estoy.... Acompaña me arriba, por favor -le respondió del mismo modo. Jack asintió y se paso sus brazo por los hombros. Creyó que quizá era el alcohol, pues ella olía a vodka con soda, más vodka que soda.
Con Jack se dirigieron a las escaleras. Y el le ayudo a subirlas. Ya en el pasillo de arriba buscaron una habitación vacía. Cuando dieron con la de Aster, Jack la ayudo a acostarse y se dio a la tarea de ayudarle a quitarse los enormes zapatos. Wendy suspiro de alivio y cerró los ojos un momento.
-¿Qué te pasó? -le pregunto, con calma y suavemente. Wendy gimió con fastidio, aún sin abrir los ojos.
-No es nada, debe ser el alcohol. Y el maldito remordimiento de todas esas calorías que tiene.
-¿Aún cuentas las calorías? -le pregunto de pie junto a la cama. Jack conocía a Wendy de tiempo. Sobretodo porque ellos dos salían hace tiempo. Fueron novios y todo era muy tranquilo y bonito.
Pero Wendy tenía una grave obsesión con su peso, las calorías y la comida. Jack recordaba que cuando la invitaba al cine, ella solo pedía agua. Que en su aniversario habían peleado porque el le había regalado chocolates. Entonces, Jack se dio cuenta que nada funcionaria, hablo con ella y quedaron como amigos. Sin problemas y sin resentimientos.
Pero eso no implicaba que Jack no se preocupará por ella cuando estaba en estas. A fin de cuentas, en su momento, Wendy había significado algo muy importante para él.
-Cada una Jack, digamos que no he cambiado mucho desde que salíamos.
-Oh, Wendy -negó el muchacho, no creía que alguien pudiera hacerse daño de esa forma -. Pero, ya estas muy delgada. Estas perfecta.
-No -susurro la chica, abriendo lentamente los ojos -. No seré nunca perfecta, ni tan delgada.... Soy un desastre y los desastres necesitan corregirse.
-Wen, lo haces desde que salíamos, esto no está bien.
-¿Recuerdas cuando éramos novios y me molestaba porque me compraras dulces y chocolates? -se río la castaña. Jack sonrió y asintió. Sus peleas eran tan tontas, que ahora recordarlas le causaban risa.
-Sí, lo recuerdo. O aquella vez que te lleve a cenar y ordene por ti. Casi no la cuento.
Wendy río y se acomodo en la cama, con las piernas en posición de indio. Luego suspiro y golpeó el colchón para que Jack se sentará junto a ella. Este asintió y lo hizo. La miro directamente y sonrió con amabilidad.
-Fui una novia terrible, como lo siento -dijo seriamente, Jack se encogió de hombros. Lo pasado, pasado será y él ya lo había olvidado.
-No te preocupes, aunque agradezco las disculpas.
-Y yo te agradezco a ti por estar aquí. Fuiste el único que noto que estaba mal.
-Te conozco bien. Demasiado.
-Y por eso -suspiro, tomando la mano de Jack sin apartar la mirada de la suya -... ¿Puedo confesarte algo?
-Pues claro, que puedes -el semblante de Jack se puso serio y dejo que Wendy jugará con sus dedos.
-Promete que no se lo contarás a nadie. Por favor -murmuró.
-Lo prometo -Jack frunció los labios en una línea recta y seria. Wendy asintió y suspiro.
-Todo este año a sido una locura. Quería entrar al equipo de puristas y lo logre. Pero, no me basta. Quiero ser la capitana y las chicas del equipo creen que soy una vaca que no puede con el cargo. Creen que es una broma de muy mal gusto que alguien con mi "peso" las represente.
-¿Qué? -frunció el ceño sin entender que tenían esas chicas en la cabeza -. Estas perfecta, Wendy. No sé qué pasa con ellas, pero estoy seguro que el problema no eres tú.
-No sé, quizá tengan razón y... Mira, lo que yo quiero contarte es lo siguiente -tomo su mano con fuerza y se armo de valor -; Jack no puedo controlarlo, solo pasa y me esta consumiendo. Tengo bulimia. Y esta empeorando...
-Por dios -murmuro, Jack. Trago en seco y hizo lo imposible para no reprender la, porque el notaba que lo que menos quería ahora era un regaño -. No lo vale, no vale tu vida un estúpido puesto en de capitana...
-Mi madre fue capitana, ella quiere lo mismo para mi. Es como una tradición en mi familia. No puedo fallar.
-Te estas haciendo daño.
-Mira, solo quería que lo supieras, porque te tengo una enorme confianza. Y que alguien entendiera por lo que estoy pasando.
Wendy lo soltó y se dejó caer en la cama una vez más. Jack asintió, estaba algo aturdido con la nueva información. Pero no dejo que lo consumiera y hizo lo posible por tranquilizarse.
-Esta bien. Tienes mi apoyo para cualquier cosa, cuando quieras.
-Gracias, Jack. Te quiero, lo sabes.
-Ya lo sé -asintió, el chico poniéndose de pie. Wendy se acomodo en la cama, con todas las almohadas tras de ella. Jack entendió que quería descansar.
-No se lo digas a nadie, ¿sí?
-Es nuestro secreto, ahora descansa. Cerraré la puerta con seguro para que nadie entre, ¿Sí?
-Muchas gracias, pero ¿que te parece si te acuestas un momento conmigo? No quiero estar sola. -lanzó un bostezo y le ofreció una mirada cansada. Jack cerro la puerta y se aseguró de que ningún ebrio demente pudiera abrirla, después se acostó a su lado,boca arriba mirando el techo.
Pensó, en lo que Wendy le había contado y que lo había dejado mal. El la conocía y jamas creyó que pudiera llegar a tanto. De cualquier forma el la quería como una amiga y sabía que cualquier cosa él estaría con ella.
✖ 12:40pm ✖
Aurora estaba sola. Ya había recorrido toda la casa y no había encontrado a Elsa. Incluso la intento llamar a su móvil pero no le respondió. Luego, pensó en irse pero recordó que ya era demasiado tarde y ella era demasiado cobarde para estar a esas horas en la calle.
Lo único que le causó tranquilidad, fue saber que sus tías no estarían en casa esa noche. Eso la hizo suspirar más tranquila. Pensó en buscar a Phillip y pedirle que la llevará. Pero no quería que el malinterpretara el asunto, además ella no quería causar molestias.
Así que deambulo por el lugar, viendo fotos de la familia y ignorando a los ebrios que la piropeaban. Hasta que vio a Tinkerbell salir del baño con sangre en la nariz. Eso la preocupo. No conocía mucho a Tinker, pero sabía que era una chica popular y amable.
-¿Estas bien? -le pregunto suavemente, la chica la miro con una sonrisa y asintió.
-Sí, todo.... Cool -alargó la "o", tenía los ojos algo rojos y olía muy extraño. Pero Aurora no quiso entrometerse mucho, Tinker se limpio la sangre con el dorso de su brazo -. ¿Eres Aura?
-Aurora -la corrigió con una sonrisa nerviosa.
-¡Cierto! ¡Aurora!, tú eres la chica que tiene loco a Philip. Una heroína para muchas.
-Solo somos conocidos, nada más.
-¿Quieres decir que no te gusta? -la miro con picardía, Aurora negó con la cabeza. Sabía que había alguien que hacía a su corazón saltar y también sabia que no ese no era Philip -. Chica, lista. ¿Quién te gusta?
-Nadie -respondió casi a la defensiva -. No estoy interesada en nadie.
-Mientes -contesto Think con una sonrisa.
-De verdad que no.... Que gusto que estés bien. Hasta luego....
-¡No, no! -la interrumpió la rubia, tomándola de la muñeca -. Ven conmigo, tienes que divertirte...
✖ 1:30am ✖
En la casa ya habían más ebrios que en un bar. Jack estaba en sus cinco sentidos, con sólo un shot de Ron en su torrente sanguíneo. Ni más, ni menos. Espero a que Wendy durmiera y luego salio del cuarto sin hacer ruido, asegurándose de cerrar la puerta con pestillo.
Se paseo por la fiesta, buscan algún sobrio entre los adolescentes. Pero no vio mucho. Sus amigos ya estaban con chicas, algunos otros ebrios y el no tenía la intención de estarlo así que se dispuso a tomar su chaqueta de uno de los sofás. Cuando Riley apareció.
-Hola bombón -le sonrió, dando otro trago a su botella de cerveza.
-¿Qué hay, Ry? -la saludo son mucho interés, colocándose su chaqueta. Riley, tan amable le ayudo a abrochar la y Jack hizo una mueca cuando el aroma de la cerveza le pego en la cara.
-Todo tranquilo -río la muchacha.
-Estas muy ebria, vete a casa.
-Nada de eso, a menos que tú quieras llevarme -sonrió coqueta mente. Jack hizo una mueca.
-No lo creo. No me queda cerca.
-Es una pena -hizo un puchero, mirándolo con determinación -. Yo pensaba agradecerte por tan gentil acto.
-Ry, lo siento. Pero siempre me han gustado más los retos. Lo fácil es tan aburrido.
-Uy, golpe bajo -río, dándole un trago a su botella -. Tú te lo pierdes.
-¿Te quedarás aquí?
-Quizá, por allá veo aún chico al que parezco agradar le -la rubia lanzó un guiño a uno de los chicos del fondo, que gustoso le sonrió. Jack río y negó.
-Arriesgada, ¿eh?
-Aventurera -repuso ella, regresando su mirada al peliblanco junto a ella -. Además, ¿Cuándo me ves a mi perdiendo los estribos?
-Jamás -reconoció Jack, seguro de que a pesar de todo Riley siempre se exigía mucho, era un amantes del control y del orden. Y sí, pocas veces se divertía así -. Lo reconozco.
-¡Polvo de hadas para todos! -grito Thinker en las escaleras, arrojando un polvo blanco a los chicos con quienes estaba. Riley y Jack miraron la escena. Jack negó al ver la escena. Sobre todo porque el ya conocía su "pequeño" problema.
-Espero que eso sea azúcar -río Riley, mirando la escena con gracia. Pensando lo patética que era - o sal de grano.
-Sea lo que sea -carraspeo Jack, mirando al rededor -. Todos aquí están muy ebrios para notarlo o recordarlo mañana en la mañana.
-Y qué lo digas -sonrió Riley, miro detenidamente al grupo de personas y soltó una carcajada al ver a la pobre Aurora rodeada de chicos ebrios y drogados. Jack la miro extrañado y Riley le señaló con su dedo como Tinker la abrazaba por los hombros.
Ante eso Jack se molesto. Le pareció de muy mal gusto que Tinker arrastrará a chicas como a Aurora a sus cosas. Además la imagen le causó cierto remordimiento vio a Aurora como una rosa delicada, en medio de de espinas y humo.
-¿Qué hace Aurora con ellos?
-Quizá a ella también le gusta "el polvo de hadas" -se hecho a reír, le dio el último trago a su botella bajo la mirada acusadora y molesta de Jack.
-No me da gracia.
-Lo siento -se encogió de hombros con desinterés -. Porque no vas por ella y la llevas a su casa. Pobrecilla, tan inocente, hasta acá huele a Bambie, alguien podría casarla.
-Tienes razón -asintió el chico, viendo la incomodidad de Aurora desde su lugar -. Me ofreceré a llevarla. Y también, a ti. Porque ya estas demasiado ebria.
-Bien, bombón -rodó los ojos con gracia.
-Espérame aquí -dijo antes de acercarse al montón de chicos junto a Think y Aurora.
AL verlo las mejillas de Aurora se tiñeron de rosa. No quería que pensará que ella era de esa clase de chicas que no conocen límites. Una de esas chicas como Tinkerbell.
-Aurora -la llamo el muchacho, noto su tono algo molesto y si que lo estaba, no le hacía mucha gracia que todos esos borrachos la mirarán sin pudor alguno -. ¿Quieres que te lleve a casa?
-¡Jack llego! -grito Tinkerbell, lo suficientemente mareada como para tambalearse al ponerse de pie
-No te la lleves -reclamo un chico ebrio que estaba con ellos. Jack ni siquiera lo miro.
-Aurora -repitió Jack con autoridad, la rubia casi se atraganta, miro a Jack como a su héroe y definitivamente esto se lo agradecería. Aurora hizo un esfuerzo por mirarlo y asintió con vergüenza.
Jack le ofreció su mano y ella la tomo, se puso de pie y el la abrazo por los hombros con naturalidad. Evitando que los ebrios le siguieran viendo las piernas. Tinkerbell hizo un puchero, pero estaba tan drogada que en pocos minutos olvido lo que había pasado. ¿Cómo culparla? Su mente estaba tan nublada.
Jack y Aurora volvieron por Riley. La chica estaba tan ebria que no paraba de reír, cuando Aurora la vio, sintió miedo y se sintió poquita cosa. Tan insignificante a los ojos de Riley, menos glamurosa, poco más interesante. Ella no encajaba ahí, eso siempre lo había sabido. No estaba a la moda como Rapunzel o Tinkerbell , no era tan lista o talentosa como Wendy o Riley, no era popular o valiente como Merida y Elsa, era bajita, callada y solitaria.
Como le dolía sentirse así...
-Mira lo que trajo el viento -sonrió Riley con burla -, un pequeño siervo torpe y asustado del brazo del valiente caballero de armadura blanca.
Aurora suspiro, no le respondería. No sabía cómo callar a alguien así, sabia que Jack no estaba a su alcance. Sabía que a su lado solo Lucía como un torpe cordero perdido y sabía que un caballero no se enamora del cordero asustado. Para ser honesta, tampoco le gustaba pelear. Así que lo dejo pasar como tantas veces.
-Basta Riley, estas ebria -la riño Jack, Riley rodó los ojos y sonrió, tomando a Jack del brazo izquierdo. Aurora hizo el propósito de alejarse un poco, pero Jack no se lo permitió, por el contrario, la apego un poco más a él.
-Andando, chicos. Que me muero de ganas por tumbar me en mi hermosa cama.
✖ 2:15am ✖
Comenzó a llover a fuera, a penas unas gotas que avisaban que una tormenta se avecinaba. El auto estaba acogedor, tibio y con un aroma delicioso a menta y suavizante para ropa.
Aurora recargo la cabeza en la ventana del copiloto, mirando cada gota caer y chocar con otra. En la parte de atrás, Riley, dormía profundamente. Algo que Aurora agradeció enormemente. Al menos dormida dejaba de molestarla.
Jack se inclino hacia delante y bajo un poco el volumen de la música del estéreo. Eso la hizo sentir más cómoda.
-No quiero que se despierte -le sonrió a Aurora, esta asintió entendiendo lo imprudente que Riley podía ser -. Es peor ebria.
-Lo sé -sonrió Aurora -. No quiero hablar mal de ella, ni nada -aclaró rápidamente, Jack río suavemente.
-Yo sé, pero ¡por favor! Es la mujer más impertinente del mundo.
Aurora no pudo evitar reír, se cubrió la boca con la mano. No la conocía a fondo y no quería apresurarse a prejuzgar la, pero lo poco que conocía de ella, le decía que era una rubia sin sentimientos y Aurora era una mujer demasiado intuitiva.
-Podría ser cierto.
-Es cierto -sonrió, dándole la vuelta al volante. Pasarían a dejar primero a Aurora, porque vivía más cerca y porque ya era muy tarde -. Perdón que me meta, ¿Pero no van a enojarse tus tías? Ya es tarde y sé que no acostumbras a salir.
-No están en casa -se encogió de hombros en el asiento -. Flora tuvo que doblar turno en el hospital, Fauna salio de viaje y Primavera fue a una reunión en Seattle.
-Vaya -suspiro, con una sonrisa ladina -... Mujeres ocupadas.
-Bastante.
-Y... Perdona -río, dando una vuelta más al volante sin despegar la mirada del frente -, suelo hablar mucho. No puedo estar callado.
-Es evidente -le sonrió -. No por algo tienes demasiados amigos, me doy cuenta porque.
-En cambio, tú eres de pocas o simplemente me odias a mi.
-Lo soy, un poco. Y no te odio, digamos que, para ser honesta, junto a ti siempre me siento poco interesante. Gris, junto a una explosión de colores.
-¿En serio? -la miro de reojo, miro sus mejillas sonrojarse con cada palabra y una sonrisa queriendo extenderse en su rostro -. No tienes porque, digo, tampoco soy tan interesante.
-¿Bromeas? -sonrió, con un poco más de confiable -. Creo que eres muy modesto, porque eres el chico más interesante de toda la escuela.
-Y tú -le dijo, aprovechando su repentina confianza -. Eres la chica más dulce de la escuela. Segura la más interesante también, dicen que las personas calladas tienen guardadas mil cosas que contar.
-Que buena forma de decir, sutilmente, que soy aburrida.
-No creo que lo seas -aparcó el auto y apago el motor, frente a la bonita casa llena de flores y ambiente hogareño. Demasiado grande para solo tres mujeres -. Honestamente, creo que podrías sorprenderme.
-¿Tú crees?
-Definitivamente -se desabrochar el cinturón de seguridad, Aurora imitó su acción y lo miro.
-Muchas gracias por traerme, de verdad eres mi héroe.
-No es nada. Igual y podrías agradecer me con una canción.
-¿Cómo? -lo miro sin entender -. ¿Me has escuchado cantar?
-Sí -Jack la miro a los ojos, jamás había notado lo bonitos que eran, no azules, no violetas. Un color hermoso e indescriptible como ella -. Un par de veces, me recuerdas a un pequeño gorrión cantarín.
Las mejillas de Aurora se tiñeron de rosa, paso un mechón rubio tras de su oreja y lo miro con una sonrisa. Ahí, mismo Jack sintió que su corazón se salía de su pecho. Su risa, lo había hecho temblar, era la risa más suave que había escuchado. Con la sutileza de una pluma al caer.
-¿Un gorrión?
-Como uno -aseguró, sin saber porque sus manos ya habían tomado las de ella, o porque estaban tan cerca. La sensación era la misma de un par de imanes, había algo que lo atraía hacia ella -. Tienes una voz hermosa, la más linda que he escuchado.
-Gracias -asintió, mordiendo su labio inferior, acariciando su dedo meñique hasta la palma de su mano.
Su toque era tan suave, delicado como toda ella, de un momento a otro Jack no pudo apartar su mirada, ni sus manos. Porque de un momento a otro comenzó a acariciar su mejilla, observando la a detalle. Facciones delicadas, suaves, pómulos altos, nariz pequeña, labios rosados y abultados. En ese momento Jack no pudo encontrar palabras.
-Eres realmente... hermosa.
To be continued...
✖HI, girls! ✖
Esta es una parte de la historia.
Les prometí que sería largo y así será.
Las chicas que acertaron, serán mencionadas en la siguiente parte de la revelación.
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