▶Flashback
Te dejará en la mañana.

Entro en su departamento, con las mejillas húmedas y el maquillaje un poco corrido, en un camino que iba desde sus pestañas hasta sus pómulos. Con el cabello mojado y la ropa empapada en agua de lluvia. Todo a su alrededor estaba envuelto en penumbra, su apartamento estaba vacío y frío. Se sintió infinitamente sola.

Arrojó su bolso y su abrigo en su pequeño sofá color crema. Estaba triste, estaba sola y desecha. Sentía dolor en su corazón, estaba roto. Pulverizado en un millón de pequeños pedazitos. Casi desmoronado, de él no quedaba mucho. Solamente polvo muy fino, como arena de mar blanca. Su corazón estaba hecho arena.

Elsa se limpio la cara con la manga de su abrigo mojado. Esta se cubrió de lágrimas y máscara de pestañas negra. Su cabello se pego a su cara, por las lágrimas saladas y la lluvia de junio. Se dejó caer de rodillas sobre la alfombra blanca de la sala. Dejo caer su cara en el asiento del sofá y lloro y gritó y sollozo. Porque era lo único que le apetecía. Quería dejar de sentir todas esas cosas.

El amor, la culpa y todos aquellos pecados que solo él la hacia cometer. Caía una y otra vez. Pecado tras pecado y, lo peor de todo, jamás lograba arrepentirse del todo. Lo peor de todo era que siempre pasaba lo mismo y Elsa volvía a ceder. Él la buscaba, la llenaba de besos caricias y de promesas de que todo estaría bien. Luego hacían el amor y él siempre se marchaba en la mañana o por las madrugadas. Volvía a los brazos de su "amada" esposa y a su maldita rutina de hombre cabal y ocupado de Seattle.

—¡No lo soporto! —Chilló Elsa, golpeando con rabia con sus palmas el cojín del sofá —. Lo necesito, lo amo demasiado...

Dejo caer más lágrimas, millones que mojaron el sofá y lo marchaban de un color negro. Quizá y era más que desesperación, era también agonía pura y profunda. Como una herida que no deja de sangrar, algo así como una daga en el corazón. Su llanto se prolongó unos minutos más, pronto comenzó a doler le el pecho y la garganta.

Los rayos eléctricos en el exterior la hicieron sentir desprotegida. Sola en la oscuridad, llorando a mares para sanar su alma, deseando y amando a un único hombre. Un hombre prohibido.

Tocaron a su puerta, una, dos y tres veces. Elsa no tenía el ánimo para ver a nadie. Quería llorar y llorar hasta que no le quedará nada. Pero la persona tras la puerta era exigente y no planeaba irse. Así que Elsa respiro profundo, se levantó y se seco la cara con el dorso de su brazo.

Anduvo hasta la puerta. No sé atrevió a mirar por el pequeño agujero, tomó el picaporte y abrió con lentitud la puerta de entrada. Al hacerlo se encontró con sus ojos. ¡Sus preciosos ojos! Hermosos, atormentados y tan enamorados como los de ella. En ese instante su respiración se entre corto.

Estaba empapado de pies a cabeza. Con el cabello chorreando a gotas, el smoking mojado. Elsa no supo que hacer o que decir, había venido en su búsqueda y eso la había dejado boquiabierta. Su corazón resurgió del polvo y comenzó a latir nuevamente. Con fuerza. Con amor.

—¿Puedo pasar? —le pregunto con cautela y la suavidad indicada para no perderla.

Silencio. Eso fue lo que siguió. Elsa lo miro fijamente y con la intención de pedirle y gritarle, sí era necesario, que se marchara. Pero no le funciono. Cuando vio esos ojos todo se derrumbó. Su alma se doblegó. Inmediatamente se lanzó a él, rodeando su cuello con sus brazos, estampado sus labios con los de él. En un beso voraz, hambriento....

✖ ¿Les gusto? ✖

Este es un pequeño adelanto de lo que se viene en Elsa's Family. Ya sé, no es un capítulo. Pero el Flashback Jelsa ya casi esta y quiero que quede muy bien.

Ustedes se merecen solo lo mejor. Así que trato de hacer hasta lo imposible.

¿Qué piensan?
¿Ya tienen teorías?