Capítulo 25
LA CHICA NO está muerta. Parecía estarlo a simple vista, pero un vistazo más cerca muestra su pecho apenas subiendo y bajando. Su pierna derecha está atrapada bajo una estantería, girada en un ángulo extraño que sólo puede significar que está rota. Su camiseta está rota por el lateral, pero no hay heridas visibles, no hay rastros de sangre. Aunque hay sangre por todo el suelo. La sangre no pertenece a ninguna persona, sino a la docena. Sangre que se pega a los zapatos de Evelyn y su ropa, y da un extraño brillo rojo a su alrededor.
Uno de los chicos está cojeando, pero Evelyn no puede decir si era de antes o después de la pelea. Su pelo rubio se pega asquerosamente a su frente, si es por sudor o a causa de un baño, no lo puede saber, y no intenta averiguarlo. Gruesas, oscuras cejas contrastan con el brillo de su cabello, junto a los ojos marrones que muestran enfado. Cruzan las miradas por un segundo, entonces se sigue acercando a ella.
El otro chico es mucho más simple y no tan distinto. Típico pelo castaño y ojos marrones con una nariz un poco demasiado grande para su cara aunque está raramente proporcionada con sus labios gruesos y barbilla definida. Ha estado sentado en una esquina frente a la caja registrado desde que se dio cuenta de que no habían más bestias contra las que luchar, mirando a un punto de la pared que le parece interesante.
Evelyn no había planeado el momento después de la lucha. Si es demasiado confiada, no hubiera esperado que hubiera un momento. Cuando Harry dijo que más bestias se acercaban, no tenía mucha esperanza de ganar. Aun así ahí están todos, intercambiando incómodas miradas, rascándose las nucas simplemente como excusa para moverse. Harry es el primero en captar la atención de Evelyn, y como si enfatizara la duda en sus ojos, da un paso al frente hacia la chica.
Incluso aunque está en la otra punta de la tienda.
Ella rueda los ojos, pero aclara su garganta y se yergue, intentando parecer tan fuerte como desea ser. La ilusión es fácil de conjurar con manchas de sangre en su ropa y su daga aún agarrada en su mano, manteniéndola a su lado mientras gotas de sangre caen de ella. Desearía que fuera la chica sin miedo que tanto intenta ser, pero no desea ser la chica que está ahora mismo en la gasolinera.
Un desastre ensangrentado.
El chico de cabello rubio la mira mientras se agacha con su amigo, entrecierra los ojos. Ella se cruza de brazos para hacer un comentario sarcástico, porque él tiene esa expresión que indica que está a punto de decir algo borde simplemente para evitar darles las gracias. Es la expresión que ella prácticamente muestra siempre, y la expresión que tendría si la situación fuera al revés.
Pero su rostro se relaja después de un instante. "Gracias," murmura, no en el tono de voz más amistoso, pero tampoco en el más desagradecido.
Evelyn lo toma como señal para continuar. "¿Cómo de mal está?"
Él traga fuerte, como si tuviera algo atascado en su garganta. "Sólo es la pierna, por lo que puedo ver," dice en voz baja, en tono brusco. Aparta el cabello de su frente y se inclina más cerca. "Vamos, Monique. Abre los ojos. Por favor, abre los ojos."
Evelyn siente como si estuviera interrumpiendo un momento que no debería estar presenciando, pero a él no parece molestarle tener audiencia. Sigue tragando e inhalando fuertemente, siempre apartando el pelo de su cara, como si algo milagroso fuera a ocurrir si sigue haciéndolo. Como si fuera a abrir los ojos sólo para evitar que su mano siguiera tocando su pelo.
El pecho de Monique se ha ralentizado, y ahora parece casi completamente muerta. El chico también se da cuenta, las lágrimas en sus ojos brillan cuando se reflejan en los cristales rotos del suelo. Se apoya en sus rodillas, pasando un brazo por sus hombros mientras la eleva hasta su regazo. Evelyn tiene que girarse, tensa tanto la mandíbula que le duelen los dientes.
"No está muerta," susurra Harry, encontrando coraje mientras toma un paso al frente cautelosamente.
La cabeza del chico se alza, con los ojos cristalinos bien abiertos. Se queda sin aire cuando se da cuenta de lo que es Harry, pero sorprendentemente no lo dice aunque lo sepa. En vez de eso, apoya su oreja contra el pecho de la chica, entonces apoya dos dedos en su cuello. "Tienes razón," dice aliviado con una risa, soltando un largo y tembloroso suspiro.
"Lo estará pronto."
Dice el otro chico aún pegado a la esquina, atrayendo la atención de todos. Su voz es un eco distante, sonando tan lejos como si no estuviera realmente allí, como si todo esto no estuviera ocurriendo. Negación, cree Evelyn, es una forma de confortarse a sí mismo. El chico rubio maldice en voz baja, mirándole sobre el hombro.
"Cállate, Oliver. Esto es culpa tuya."
"Claro que lo es, pero eso no cambia nada. Se muere."
Nadie se dio cuenta de que Shade había salido de la gasolinera hasta que volvió a entrar, con una extraña cantidad de palos y enredadera. Evelyn ladea la cabeza y se da cuenta de que es una escayola hecha a mano. Tímidamente se agacha al lado de la chica, mirando al chico en busca de permiso. Con mirada incierta, el chico se queda mirando a Shade por largo rato, dándose cuenta de sus ojos rojos y colmillos asomando por sus labios. Entonces, asiente.
"Tengo que recolocar el hueso," le dice, advirtiéndole. Alza las cejas hacia el chico, pero sólo obtiene otro asentimiento en respuesta. Shade se gira hacia Harry, quien capta el mensaje y se arrodilla, con ambas manos sujetando sus muslos mientras el chico agarra la parte superior de su cuerpo.
"Voy a vomitar," dice Locke al lado de Evelyn, corriendo hacia la puerta.
Odia que le sigue, sólo para evitar la escena de dentro.
Locke vomita, encorvándose hacia un lado de la gasolinera. Evelyn arruga el rostro en desagrado, manteniendo los ojos alerta y cruzando los brazos sobre su pecho. La sangre en su camiseta llega hasta sus brazos, manchándolos como si fuera pintura roja oscura. Espera desesperadamente cruzarse con un río, o un lago.
Justo cuando Locke se recompone y empieza a acercarse a ella, la chica de dentro grita estruendosamente, lo que hace a Evelyn temblar. El rostro de Locke empalidece y vuelve a su anterior posición, vomitando hasta que Evelyn está segura de que ha expulsado hasta sus propios intestinos. Limpie su boca con su manga, gimiendo del cansancio antes de tirarse en la carretera, tumbado de espaldas. Sería gracioso en otras circunstancias.
Cuando Monique se calla tras un par de minutos, Locke mira a Evelyn. Tiene la audacia de sonreír. "Bueno, adelante."
Ella entrecierra los ojos. "¿Perdona?"
Él se ríe, descansando sus manos en su estómago. "Has salido para darme las gracias, lo sé. Salvé tu vida, después de todo."
"Eso no cambia nada. No somos amigos." Pero a pesar de ello, gruñe en esperanzas de que no pueda escucharle, "Gracias."
Él la escucha, y una amplia sonrisa aparece en su rostro mientras la vuelve a mirar. "Te pongo caliente, lo sé."
"Empiezo a pensar que has vomitado por cuán egotista eres."
"Puede que tengas razón."
Ella se burla.
"¿Por qué crees que Nick se fue?" pregunta abruptamente, cogiendo a Evelyn por sorpresa aunque simplemente se encoge de hombros.
"Es más fácil cuidar de uno mismo," dice. "Se siente bien el no ser responsable de otros."
"¿Hablas por experiencia?"
"¿No lo hace todo el mundo?"
Locke finalmente se pone en mie, revolviendo su cabello oscuro mientras entrecierra los ojos por el sol. "Supongo que tienes razón. Desde mi experiencia, prefiero estar en grupo."
Evelyn frunce los labios y no responde.
Afortunadamente no tiene que hacerlo. Harry sale de la gasolinera con una expresión tensa, parece aterrado. Evelyn ha olvidado sobre su breve desacuerdo, pero es difícil no sentir simpatía por alguien que obviamente ha hecho un montón de cosas de las que se arrepiente, y no todas por propia decisión. Aparta la mirada de él cuando sus ojos se clavan en ella.
"No puede caminar," dice a nadie en particular. "Esos dos son demasiado flojos para llevarla."
Eso hace que ella alce una ceja. "Asumo que estás diciendo que te has ofrecido a llevarla a donde sea que tiene que ir."
Harry baja la mirada encogiéndose de hombros. "No podemos dejarles, ¿no?"
Pueden, es muy fácil, pero se abstiene de decirlo. Fue su idea, después de todo, el salvarles, así que, ¿por qué parar ahora? ¿Por qué no continuar el estúpido rescate llevándoles de vuelta al campamento que puede o no que tengan? ¿Van a tomarles por un grupo de asalto? Tienen un par de bestias con ellos. Seguramente no pasarían desapercibidos. Más razones para clavar flechas en sus frentes.
Ella gruñe, negando con la cabeza. "Supongo que no podemos," murmura, moviendo los hombros como si estuviera preparándose para la conversación que está por llegar. Esta gente puede que no quiera su ayuda, y especialmente no compartirán nada de la tienda. Necesita reunir agallas para sus dotes de intimidación.
Camina hacia el interior con Locke y Harry detrás, aún sigue de brazos cruzados para añadir énfasis. El chico aún está agarrando a la chica mientras Shade reajusta la escayola con ayuda de Buffy. El otro chico--Oliver, cree que se llama--no se ha movido de la esquina.
"Aquí está el trato," dice Evelyn, instantáneamente causando que el chico alce la mirada. "Vinimos aquí por comida, no en una misión de rescate. Nos dejáis compartir las provisiones y os ayudaremos a volver a vuestro campamento, o a donde sea que vais. Es justo, ¿no?"
El chico se muerde el labio inferior, entonces deja gentilmente a la chica en el suelo y se pone en pie. Es un par de centímetros más alto que Evelyn, pero ella no duda, manteniendo la mirada todo el tiempo para hacerle saber que no tiene ningún poder sobre ella. Extiende su mano, frunciendo el ceño casi indeciso.
"Leo."
"Eve."
Comparten un firme estrechón de manos, y Leo es el primero en soltar la mano, metiendo las manos en sus bolsillos.
"¿Sólo sois vosotros?" pregunta, señalando a los hombres a su alrededor. Puede ser un poco extraño, ella pareciendo ser el líder de tres bestias y un arrogante gato asustado. Casi ríe.
"No. Tenemos niños con nosotros, por eso la comida es importante." Alza una ceja, retándole a rebatir. Mucha gente a día de hoy no tiene corazón, pero algunas aún tienen el instinto natural de proteger a los niños.
Él asiente lentamente. "Sólo somos tres, así que coged lo que necesitáis y nosotros nos quedaremos con el resto."
Sus ojos se abren de par en par, sorprendida por escuchar la frase. Se queda sin palabras así que asiente, indicando a Harry y Locke que cojan las cosas, ya que son los que llevan dos mochilas vacías a sus espaldas. Los dos empiezan a llenar las mochilas mientras Evelyn se sienta en la mesa de la caja registradora, cogiendo algunas de las bolsas de papel para meter comida. Será difícil llevarlo todo, pero con suerte habrá un sitio donde estar un par de días, como una casa abandonada u otro granero, o algo por el estilo.
Sabe que todos sus movimientos son vigilados por Leo, pero no le culpa. Ella sería increíblemente cuidadosa si estuviera en su lugar.
"Deberíais habernos dejado morir."
Evelyn se asoma sobre la encimera, mirando a Oliver mientras agarra sus rodillas contra su pecho. "Tu deseo de suicidio no necesita ser el suyo. Deja de sentir pena por ti mismo."
Él suelta una risa sin gracia. "Todos deberíamos sentir pena por nosotros mismos. No queda esperanza. Apuesto a que esos tres demonios que van contigo sólo esperan al momento adecuado para darte una puñalada por la espalda."
Ella tensa la mandíbula, aunque no puede encontrar las palabras adecuadas para rebatir.
Después de todo, podría tener razón.
☆☆☆☆
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
All the love, A.
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