Capítulo 20
MICAH OBSERVA MIENTRAS su aliado se marcha del patético campamento con sus supuestos nuevos aliados. Hay ira punzante en el fondo de su estómago por una razón de la que no está seguro. Sus puños se cierran a sus costados, sus ojos se entrecierran. Una y otra vez 748 se ha metido en asuntos que no le convienen, y una y otra vez Micah ha tenido que reprimir cada deseo por el irritante conocimiento de su poder. Micah no era débil, pero 748 había sido el primer éxito y nadie ha sido capaz de enfrentarse a él y salir triunfante. La parte más molesta de todo es que 748 no aprecia toda la fuerza que le ha sido dada.
Si tan sólo los dos fueran un dúo todavía, peores que los ladronas. Tener a 748 a su lado le haría invencible y aceleraría toda su conquista. Podrían tener a todos los humanos bajo su poder más rápido que un parpadeo. Podrían tener el mundo entero, controlar a todos los que una vez les controlaron. Podrían vengarse, recibir el reconocimiento que siempre han merecido.
¿Por qué 748 no puede verlo?
Micah lleva la mirada hacia la chica que importa tanto a 748 como para romper su voto de silencio. Micah no puede negar que ella es especial. Eso o increíblemente estúpida. Nadie nunca se había enfrentado a él como ella lo hizo, y tiene que darle crédito por ello. Sin embargo, sea estúpidamente valiente o no tenga miedo, puede que sea su ticket para recuperar de nuevo a su amigo. El pensamiento le causa una débil sonrisa.
"Spike," dice, instantáneamente respondido por su segunda mano. "Coge a dos de nuestros hombres más sigilosos y haz que les sigan. Con cuidado. Un fallo y él no lo pasará desapercibido. Pero quiero saber cada uno de sus movimientos, cualquier lugar al que vaya."
Spike asiente. El "él" no tiene que ser especificado.
"Vuelve al campus tan pronto como termines. Afortunadamente Blaze tuvo algo de suerte con nuestro pequeño amigo," añade, ganándose otro asentimiento. Se gira para encarar al pequeño ejército que trajo con intenciones de destruir el campamento de Quincy, y su ira crece al recordar su fallo. "Volvamos. No estabais preparados para una misión después de todo, inútiles."
Le agrada ver dolor en sus rostros. Quizás no fallen la próxima vez.
Pero está dedicado y preparado para formar a estos llamados hombres como soldados imparables. Una guerra es inevitable cuando estás intentando conquistar una nación entera. Aunque, por ahora, va lento. Primero el estado, después los estados vecinos, y los aliados de las ciudades ayudarán con el resto. Será un proceso tedioso, pero también necesario. Cada enemigo que planee resistirse necesita ser adiestrado, y eso lleva demasiado tiempo.
Tiempo que está deseando gastar.
Porque ellos gastaron tiempo adiestrándole. No tenía otra, no tenía preparación. Una vida le fue arrojada sin la opción de negarse o de preguntarle. No hablabas si no era tu turno o lo pagabas. No podías tratar igualitariamente o harían todo lo que pudieran para torturarte y hacerte creer lo contrario. No había oportunidad de encararse, no como ahora donde los normales reciben una ventaja injusta. Él deseaba haber podido quitarles la vida tan rápido como ellos hicieron con él.
Él desea poder infligirles todo el daño y sufrimiento que alguna vez haya soportado, lo cuál es una cantidad alarmante. ¿No se lo merecen después de todo lo que han hecho? ¿Sus acciones no son justificadas como venganza? ¿Es tan malo querer que los dictadores se conviertan en nada, tal y como le hicieron sentir a él? Sí, se lo merecen. Sí, está justificado. No, no es malo para nada. Pronto todos sabrán lo que realmente significa estar atrapado sin salida, ni siquiera con la más mínima escapatoria. Lo sentirán en sus nervios, les temblarán las manos, sus sueños más oscuros se despertarán.
Sabrán lo que él sintió y no parpadearán ante la miseria que se les comerá lentamente desde dentro, justo como le paso a él.
Un grito cerca atrae su atención justo cuando resuena un motor. Con el ceño fruncido, Micah esquiva los árboles con agilidad, con cuidado de no hacer ruido. Se esconde tras un gran tronco, ganando la perfecta vista de Quincy ladrando órdenes. Alrededor de seis hombres cogen varios camiones, encendiendo motores y dejándoles rugir. Cómo de terriblemente confiado es Quincy. Prácticamente está implorando que un gran foco del cielo le ilumine para que todos los experimentos le vean y le cacen.
Micah recuerda que dos de los camiones se llaman "semis" de cuando el doctor le dio lecciones. Hay un montón de cosas del mundo real de las que no tiene ni idea, en vez de eso su cerebro se llena de tácticas de pelea y estrategias. Puede decirte todo sobre una batalla, pero la vida normal está lejos de su conocimiento. Es así para todos los experimentos.
Los largos camiones están llenos de logos borrados. Tres hombres abren el primer camión, revelando una oscuridad que parece durar por siempre. Quincy grita, moviendo su mano a lo que primero parece ser nada hasta que la línea empieza a hacerse visible. Casi todos los hombres de Quincy guian a cada experimento dentro del camión, tienen cadenas repletas de alambre con púas alrededor de sus muñecas y tobillos. Algunos inclusos lo tienen alrededor de sus cuellos.
El panorama hace que la sangre de Micah hierva.
Aunque escuchó que Quincy había estado capturando a los de su especie, no lo consideró posible. Todos ellos parecen ser nuevos y estar confusos. Los únicos que parecen controlar mantienen la cabeza gacha o gruñen y empujan a los guardias. Aunque no pueden deshacerse de sus ataduras, y un par de guardias son lo suficientemente valientes como para sonreír.
Micah mira a sus pies, sin molestarse en ocultar su molestia cuando alcanza a sus hombres. "De acuerdo, panda de inútiles," sisea entre dientes, reuniendo su atención al instante. "Tenéis otra oportunidad de probar que no sois una pérdida de tiempo. Puede que no hayamos obtenido lo que vinimos a buscar, pero estamos a punto de conseguir algo incluso mejor."
Además, 748 dijo que dejaran en paz a la gente de Quincy. No dijo nada sobre su propia especie.
Los nuevos se ponen en fila, y él espera que no le defrauden otra vez. Se introducen en el bosque para rodear el área lo mejor que pueden, esperando al mejor momento para atacar. Cuando el segundo camión se abre, Micah da la señal. No hay grito de lucha que anuncie su vuelta; una silenciosa pero ardiente determinación basta.
***
Hay algo misterioso sobre ser la única persona en una amplia clase. El aire parece esfumarse con pupitres vacíos mirándote, el único sonido audible es las voces de los experimentos teniendo conversaciones al otro lado de la puerta. La clase es incluso más grande de lo normal considerando que es el aula de ciencias y tiene su propio laboratorio dentro. Ahí es donde el prisionero está en pie, encadenado por los tobillos con cadenas pesadas que sólo le permiten andar alrededor de cinco pasos antes de tambalearse tanto que casi se cae. Intenta centrarse en las notas frente a él, el sudor cae por su frente y recorre sus sienes. No abrirán las ventanas por miedo a ganar el coraje que perdió hace mucho tiempo.
Agarra el cuaderno para abanicarse, soltando un suspiro pesado mientras apoya la cadera en la encimera. En verdad no sabe lo que Micah espera conseguir con todo esto. Con sus sueños tan elevados sobre las nubes, los perderá pronto. La decepción y las promesas rotas prácticamente podrán con él, sin embargo el prisionero sabe que Micah no se rendiría de buenas a primeras. Siempre ha tenido una mente muy tenaz.
Mirando el cuerdo, escanea su letra. Es apenas legible, pero afortunadamente se acostumbra a sus propios garabatos. Micah estará molesto sin duda, pero no es como si el prisionero escupiera la verdad. Su vida es más importante que arriesgar la cólera del joven hombre, y de todas formas no puede verdaderamente negar que no disfruta el esfuerzo. Con las visiones de Micah y la mente del prisionero, están destinados a crear cosas preciosas.
Les ve antes de escucharles. Estira el cuello para mirar a través de las ventanas sucias. Micah lidera un grupo mucho más grande que el que recuerda. El prisionero ve nuevas caras, una sonrisa se extiende por su rostro lentamente. Tantos supervivientes, tanto potencial. Un éxito es un éxito incluso cuando se vuelve en tu contra. No puede reducir su orgullo incluso aunque quiera.
Micah da sus órdenes y el grupo se dispersa, los nuevos son guiados por algunos de los hombres de confianza de Micah. Él anda a zancadas a propósito hasta el edificio de ciencia, sus ojos miran a través de las ventanas como si supiera que el prisionera está mirando. Probablemente lo hace. No hay mucho por lo que el prisionero no esté curioso, especialmente cuando está continuamente apartado en los planes e intenciones.
A menos que esos planes e intenciones le involucren, claro.
Cuando Micah entra, el prisionero teme por lo peor. Es natural que lo haga, isin embargo es peor hoy debido a las malas noticias que trae. No puede decidir si Micah romperá todo en la habitación o romperá cada hueso del prisionero. Puede que haga ambos y no pillaría por sorpresa.
Aún, el hombre no puede evitar erguirse y aclarar su garganta ansiosamente. Le gusta que sus huesos estén intactos y en funcionamiento.
"He tenido un mal día," grita Micah, sin importarle saludarle con su usual sonrisa. Sus ojos están entrecerrados y sus manos cerradas en puños. "Espero que no me decepciones como todo el mundo parece hacer."
El prisionero se rasca la nuca, entrecerrando un poco los ojos. "Ya ves... las cosas no fueron de acuerdo al plan."
Micah gruñe en bajo, pero no rompe nada. Aún. "Dos veces hoy," dice. "¿Qué pasó?"
"El cuerpo no pudo soportar el proceso. Su sistema inmunitario se sobrecargó, y su cerebro no pudo soportar el proceso. Murió antes de que pudiera inyectarle todo con--"
"Ahórrate tus comentarios científicos," gruñe Micah, entonces alza una ceja. "Conoces otra forma, ¿verdad? ¿Una forma de hacerlo funcionar?"
"No hay garantía con todo esto. Pero..." El hombre duda, odiando las palabras antes de siquiera haberlas pronunciado. Ya saben asquerosas en su boca, y le lleva un rato tragar el asco y soltar las palabras. "Con todo lo que quieres incluir, lo mejor es probar en un sujeto joven. Los niños son más fuertes de lo que parecen."
Micah lo piensa. "¿Hay límite de edad? ¿Sexo?"
"No cogería a niños menores de siete o mayores de trece. Respecto al sexo, no creo que haga diferencia para la operación. Si quieres alguien más fácil de controlar y menos problemático, cogería un chico."
"¿Y eso funcionará?"
El hombre le mira exasperado. "Te lo he dicho, no hay garantía. Aunque justo ahora creo que es lo mejor que te queda."
Micah lo piensa brevemente, juntando los labios. Sorprende al hombre con su pregunta. "¿Tú crees que funcionará?"
Tomado por sorpresa, se tropieza con las cadenas, apenas puede agarrarse a la encimera que hay detrás. "Y-yo creo que puede ser una buena oportunidad, pero no sin una gran cantidad de intentos fallidos."
Micah asiente, sonriendo. Palma el hombro del hombre más fuerte de lo que se consideraría amistoso. "Si hay alguien que pueda hacer esto eres tú, Doctor. No te salvé sólo para que desperdiciaras mi tiempo. Te habrás dado cuenta, ¿verdad?"
"C-claro," dice el doctor, asintiendo tímidamente. "Ya lo hice una vez, d-después de todo."
Micah sonríe. "Claro que sí. Hablando de eso, me topé con tu antiguo perro faldero. Arruinó todo mi día. Todo lo que obtuve fueron esos imbéciles que fueron cazados."
Con esto, los ojos del doctor se abrieron. No por lo de "imbéciles", sino por saber que 748 sigue vivo. No es que el doctor tuviera dudas sobre que muriera fácilmente, sino que asegurarse le alegra. "¿Sigue vivo?" pregunta en voz baja sin poder creérselo.
Micah se burla. "Como si pensases que no lo estaría. No te preocupes, no ha cambiado. Sigue siendo un dolor en el culo."
Incluso cuando Micah le obliga a volver con su trabajo investigando, el doctor no puede evitar perderse en sus pensamientos. Su primer éxito recorriendo las calles, probablemente sin saber lo que está haciendo. ¿Qué planea hacer? El doctor sabe que nunca se ha creído que es un milagro de la creación. Apenas sabe lo que es el mundo real, aunque está por ahí. El doctor no se molesta en ocultar una pequeña sonrisa de orgullo.
Se pregunta lo que 748 podría pensar si supiera que su única familia aún sigue viva también.
☆☆☆☆
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
All the love, A.
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