Capítulo 2
EVELYN PUEDE VER que las bestias son de las más recientes por cuánto tiempo les costó encontrarlas, y por cómo de fácil fue matar al primero. Había disparado a uno en la nuca antes y todavía intentaba atacar hasta que disparó de nuevo, justo al lado de la otra flecha. No puedes ver ni una diferencia entre ellos sólo por la apariencia, pero siempre puedes decirlo por la manera en la que luchan.
Ella llama a las bestias más experimentadas "Los Antiguos". Por ninguna otra razón mas que por el hecho de que la gente anciana siempre ha reclamado tener más sabiduría. No sabe cómo de viejos son, por supuesto. Es sólo una característica para diferenciarlos. Es mucho más fácil luchar cuando sabes a lo que te enfrentas exactamente.
La bestia restante estaba clavando sus uñas en el árbol con su inhumana fuerza, y la corteza se estaba pelando más y más. A estas alturas, podría haber derrumbado el árbol hace minutos. Delia está sollozando otra vez sobre ella, repetidamente diciendo que no quería morir, no de esta manera, no por sus manos.
"¿Cuál es el plan?" chilló, mirando esperanzadoramente a Evelyn.
"Te lo dije," murmura Evelyn, poniendo otra rama tallada en la cuerda. "No planeo."
Deja la flecha hecha a mano volar, pero con la bestia alerta, la caza con una velocidad increíble. Eso hace que cese su tarea de derrumbar el tronco, y la sonríe cruelmente, partiendo el palo a la mitad con apenas su dedo índice y pulgar.
Evelyn maldice.
"¿Cómo no puedes tener un plan?" La molestia y el miedo de Delia no cesaban.
"Dame un minuto," dice Evelyn.
Sus ojos intentan medir la distancia entre ellas y el suelo. Escalaron muy alto para que no las localizaran, pero ahora la situación es difícil. Aunque Evelyn no se permite a sí misma entrar en pánico. El pánico evita que te centres y centrarse es algo vital para sobrevivir.
La bestia había vuelto a su labor. Está empezando a inclinarse de un lado a otro lo más mínimo. Lo suficiente para que Delia pierda su equilibrio. Lo suficiente para que se resbale de la rama, y lo suficiente para apenas tener tiempo de sujetarla.
Ella grita.
Una enfermiza parte de Evelyn piensa en dejarla caer. Así captaría la atención de la bestia, quizás por el suficiente tiempo para que Evelyn pueda bajar al suelo y escapar. La imagen es fácil, y así estaría sola otra vez, justo como a ella le gusta...
Gruñe, sacudiendo su cabeza. Pues claro que no puede dejar que Delia sea la comida de la bestia. No puede caer tan bajo como para sacrificar humanos cuando deberían estar en el mismo bando.
Evelyn agarra la rama en la que Delia se está sujetando, subiéndola. Es estúpido ir más arriba cuando el árbol está gradualmente balanceándose más y más. Pero Evelyn tomó su decisión, y ella nunca vuelve atrás.
"Aquí," dice, alargando su brazo para que Delia se agarrara. Lo hace tan rápidamente que sus uñas se clavan en la piel de Evelyn. Ésta sisea. "No puedo subirte si me clavas las uñas."
Delia está demasiado extasiada y aterrorizada como para siquiera disculparse.
Evelyn la sube justo cuando el árbol empieza a moverse violentamente. Baja la mirada hacia la bestia que ahora está agarrando el árbol, moviéndolo de lado a lado.
Nunca había escuchado a ninguno de ellos hablar. No cree que puedan.
"¡A las damas no les gusta un hombre impaciente!" le chilla, y el humor amargo revela su estrés sólo un poco.
"¿Qué hacemos?" pregunta Delia, encontrando su voz, aunque está rompiéndose y apenas es audible.
"Tenemos que saltar," responde Evelyn.
"¿Estás loca?" Delia está mirándola con sus ojos azules saliéndose de las órbitas.
Evelyn la mira. "Si tienes un plan mejor, infórmame."
Pero Evelyn no espera por una respuesta. Está colgándose la mochila a su espalda y bajando un par de ramas, afortunadamente para caer con menos dolor. Se posiciona justo sobre la bestia, planeando usarle como un cojín y matarle. Le da a Delia una mirada, quien todavía parece desconcertada y asustada por su ingenio, entonces salta.
Se abalanzan sobre la bestia, que no se estaba esperando tal movimiento atrevido. Mientras están encima y dominando, Evelyn alcanza la daga de su cinturón y la dirige a la suave área entre sus clavículas en la base de su nuca. Él alcanza su mano, recuperándose rápido del shock, y dobla su muñeca. Ella intenta resistirse, pero es básicamente imposible combatir con la fuerza de la bestia.
Les hace rodar, el agarre en la muñeca es firme. Él saca sus colmillos y pone sus ojos rojos, pero Evelyn no duda. Ella ha estado cerca de otro antes, y aunque es tan espeluznante y desconcertante esta vez, se niega a que la supere. Ella les trata como a cualquier otro oponente, como un simple humano.
Sin embargo, cuando tomaba las clases de auto-defensa y artes marciales hace años, su oponente nunca trataba de matarla.
Sacando la pierna de debajo de su rodilla, la lanza a su entrepierna. Le duele lo suficiente como para zafarse, liberando sus brazos. Ella se pone rápidamente de pie, agarrando un puñado de su pelo y tirando de su cabeza hacia atrás, presionando la daga contra su garganta.
Obviamente, la pelea no puede ser tan simple.
Sus manos se alzan suficientemente rápido y la agarra de ambos lados de su cabeza. La rueda sobre él, haciendo que caiga de espaldas fuertemente y el aire se escape de sus pulmones. La bestia se posiciona sobre Evelyn, burlándose, desagradablemente divertido.
"¡Cuidado!"
Evelyn alza la mirada y sus ojos se abren a la vista del árbol cayendo sobre ellos. Vuelve a mirar a la bestia, chocando sus cabezas fuertemente y él se tambalea hacia atrás. Ella rueda saliendo del camino justo a tiempo para que el árbol se cayera sobre él.
Sin aliento y sujetando su ahora doliente cabeza, Evelyn observa con asombro a Delia, que debió haber empujado el árbol mientras Evelyn distraía a la bestia.
"Buena puntería," murmura.
Delia sonríe. "Eso fue muy increíble. ¿Viste lo perfecto que cayó? Como si supiera justo a quién apuntar. Todo lo que necesitaba era un par de patadas más y simplemente cayó. ¿Puedes creerte que yo hice eso?"
Evelyn frota su frente y siente sangre. Gruñe, bajándose la manga para ponerla sobre su cabeza.
"¿Dónde aprendiste a luchar así?" pregunta Delia, todavía asombrada.
"En un par de clases."
"Así que, ¿eras la puta ama antes de que todo se fuera a la mierda?"
Evelyn se mofa, pero sus labios se elevan ligeramente. Sonreír es extraño, así que no se permite una entera.
"¿Qué hacemos ahora?"
Evelyn se encoge de hombros.
Delia la mira mal. "¿No hay planes?"
"No planes."
"No me gusta no tener un plan. Es más cómodo poder centrarse en algo y seguirlo."
"No puedes seguir un plan exactamente a día de hoy," dice Evelyn.
"Todavía sirve pensar en el futuro."
"Estoy y no estoy de acuerdo."
Delia suspira, y no sigue presionando con el tema.
Evelyn no quiere admitir que no tiene ni idea de dónde ir, así que mantiene la idea de dirigirse a la frontera. Se lo dice a Delia, que no discutió, y lo arreglaron. Sin embargo, estaba anocheciendo. Subieron a un árbol por un momento y el tiempo voló. Esto le inquietaba a Evelyn, tener que parar y hacer un campamento incluso aunque está incómoda con el área desconocida. Se quedan en el bosque, pensando que es una tontería ir a un espacio abierto.
Ahora Evelyn tiene que hacerlo.
Encuentran la hilera de árboles que recorre el borde de la carretera después de un rato caminando. Eso confortaba a Evelyn un poco, saber que tenía una salida si la necesitaba.
Delia está hablando de su hermano otra vez, reprochándose a sí misma lo cobarde que es por no haber vuelto por él. Ni siquiera lo había intentado, dice. Se está agobiando y sigue tragando ruidosamente el bulto de su garganta que es demasiado duro. Está deprimiendo a Evelyn, lo que hace todo el suplicio más difícil.
"Y tú me llamaste pesimista," se queja Evelyn, sacando una manta de su mochila y extendiéndola en el suelo.
Delia no la escucha y la ignora. "¿Todo lo que tienes es una manta?"
"Solía tener una tienda de campaña." Evelyn se encoge de hombros. "Era demasiado pesada para llevarla a todos lados. Sacarla y meterla parecía muy superfluo, y para ser honesta, se empezó a romper."
"¿Estabas sola cuando todo esto empezó?" pregunta.
Se vuelve a encoger de hombros.
"Es díficil creer que apenas hace un par de meses todos íbamos a la escuela durante la guerra, y preocupándonos por nuestras responsabilidades cuando fuéramos mayores. No quería ir a la escuela, pero tampoco quería ser adulta. Era increíblemente agotador estar justo en el medio."
"Gracias por compartirlo."
"Sólo trato de tener una conversación, Eve. No tienes que ser tan fría."
Evelyn contraataca con un comentario sarcástico sobre estar perfectamente caliente con su chaqueta.
Delia exhala exageradamente. "No vas a deshacerte de mí en mitad de la noche, ¿verdad? Huir para así no tener alguien con quien tratar."
"No haría eso."
"No me sorprendería."
Evelyn no dice nada más y se acomoda en su manta. Se acurruca en un lado para que así Delia pueda tener el otro, y ambas se quedan en silencio cuando se tumban, sus espaldas chocando. Evelyn mantiene su mochila cerca en caso de que necesiten irse rápidamente. También tiene su daga en su mano (envainada por seguridad) y la mantiene contra su pecho. Nunca tiene el sueño pesado, pero la incomodez es peor por la noche en un área que no conoce.
Hace frío. Durante el día no está tan mal cuando te mueves constantemente, pero incluso Florida puede ponerse un poco fresca a mitad de Enero. Evelyn usualmente se enrolla en la manta, como un burrito humano (¿no les gustaría eso a las bestias?). Claramente eso no es posible con alguien también sobre ella, lo que hace que haga más frío.
"¿Eve?"
"¿Hmm?"
"¿Conseguiste estar con tu familia en Navidad?" susurra Delia.
Evelyn lo piensa, cerrando los ojos. "¿Tú?"
"No," susurra de nuevo. "Fue cuando la situación era muy mala, ¿sabes? El primer mes fue callejeo por aquí y por allá, pero a principios de Diciembre ellos... Estaban en todos lados. Mi vecindario estaba mal, muy mal. Los vampiros--" Delia aclara su garganta, sus mejillas se enrojecen "--monstruos no eran incluso la peor parte. Eran todos los malechores de la calle intentando robar en las casas de la gente y conseguir dinero"
"Yo pasé por lo mismo," murmura Evelyn. "No tienes que recordármelo."
"Lo siento."
Evelyn alza sus rodillas, intentando hacerse un ovillo para preservar el calor que pueda. También, es parte como un escudo para ella. Una cosa cómoda, al menos, el hacerse un ovillo.
"No puedo dormir," dice Delia.
"Ya lo veo."
"¿Te estoy molestando? No lo pretendo, en serio. Siempre he sido muy charlatana."
"Sólo cierra los ojos."
"Están cerrados."
"Pues cierra tu boca."
Suficientemente extraño, Delia se calla.
Bueno, casi.
Evelyn la escucha llorar suavemente para sí misma y así dormir.
☆☆☆☆
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
All the love, A.
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