Capítulo 1
DOS AÑOS DESPUÉS--3 MESES TRAS LA GUERRA
ENERO, 2082.
EL MUNDO ESTABA destruído. Todo estaba completamente patas arriba. El mal andaba al acecho en cada esquina, el peligro era prácticamente ineludible, y los humanos no podían unirse. Algunos crearon sus propios grupos cuando la guerra se extendió, pero no confiaban en otros. Todo el mundo era sospechoso. Nunca sabes si alguien tiene buenas o malas intenciones. Si están ayudando al amigo o al enemigo.
Evelyn Baxter es la única que se quedó sola. No había mucha esperanza para ella cuando vio a las bestias masacrar a su familia, pero su madre la había pillado observando en una esquina y le gesticuló que huyera. Evelyn no lo hizo al principio; sus pies estaban pegados al suelo. Entonces a su madre no le importó quedarse callada y gritó hasta quedarse sin aire para que Evelyn huyera, sobreviviera, se mantuviera fuerte.
Evelyn corrió casi por medio día y entonces se encontró con una de las bestias que la había visto salir del sendero. E incluso después del pequeño imprevisto, corrió algo más.
Ahora ella mata a cualquiera que se le cruce y lo hace sin remordimientos.
Aunque, mayormente, ella rebusca en la basura por comida, mejor refugio y agua. Siempre agua. Preferiblemente limpia, sin embargo eso se está volviendo una tarea difícil. Nunca se queda en un sitio por más de un par de días. Si escucha el más mínimo de los ruidos, recoge todas sus cosas, no importa el tiempo que se haya quedado.
Intenta buscar libros, también. No hay mucho que hacer en una escapada en un caótico mundo cuando estás intentando no meterte en problemas. Cuando termina el libro, desafortunadamente tiene que dejarlo atrás o su equipaje se vuelve muy pesado. Actualmente, tiene tres libros, uno de bolsillo, y el resto del espacio y bolsillos están llenos de barritas de proteínas, otros pequeños snacks y una cantimplora con agua.
Encontró una manzana el otro día colgando de un árbol. Solo una. Estaba madura y parecía jugosa. La arrancó y limpió con su semi-limpia camiseta. (Ella intenta lavar su ropa y bañarse cada vez que puede, pero había poca agua que no estuviera sucia). Tomó un mordisco y estaba tentada a guardarla por lo refrescante y dulce que era. No pudo hacer otra cosa más que morderla de nuevo, y antes de que se diera cuenta se la había comido entera, casi llegando al corazón.
Su campamento fue atacado la pasada noche. Una sola bestia, pero una bestia al fin y al cabo. Fue algo rápido y tan pronto se marchó como vino, pero eso significó que Evelyn tenía que recoger y moverse. Si había uno alrededor, cabía la posibilidad de que hubieran otros y ella no quería quedarse para tener encontronazos poco amistosos.
Se burló tan solo al pensar en tener una conversación con uno:
"Hey, podemos ser amigos, ¿verdad? No tienes por qué desgarrarme la garganta, ya sabes."
"Oh, sí, claro. Podemos ser amigos. De todas formas soy vegetariano."
Como si eso pudiera suceder.
Ramas y hojas crujen a su paso. Ella no sabe por qué encuentra ese sonido relajante cuando podría significar que alguien la sigue.
Parando por un momento, sacó un mapa que encontró en un hostal abandonado. (En verdad todo estaba abandonado. Excepto las áreas donde ciertos grupos se asentaban, pero ella se aseguró de no acercarse). Entrecierra los ojos, alzándolo al cielo. No tiene experiencia en leer mapas, y no puede decidir dónde ir. Nunca ha tenido una ruta fija. Sólo merodea y acaba en lugares. ¿Dónde va a ir? No hay nadie ahí fuera esperándola. Apenas queda nadie tras los ataques.
Muerde el interior de su mejilla. No se había ido lejos de casa, pero quizás debería. Quizás sea mejor la situación en otros estados. Florida, con su masa de turistas, fue como una tienda de chuches para todas las bestias. Fueron los primeros en ser masacrados. Las bestias corrieron hacia aquí como un grupo de emocionados, hambrientos críos.
Evelyn rueda sus ojos.
Está comparando asesinos caníbales con niños.
Toca su pendiente colgando en su pecho, un regalo de su abuela por su graduación. Precisamente tres semanas antes de que muriera. Antes de que fuera asesinada. Por ellos.
Echando un vistazo al mapa otra vez, supone que podría ir a Georgia a ver cómo van las cosas, ver si merece la pena viajar más lejos. Llevará alrededor de un día poder llegar a la frontera, sin contar con los posibles enfrentamientos, y considerando que está ya en el Norte de Florida. Intenta hacer los cálculos en su cabeza aunque se da por vencida tras un par de intentos. Nunca le gustaron las mates.
Manteniendo el mapa como referencia, aunque con la duda de si estaba leyéndolo correctamente, Evelyn ajusta su mochila y empieza a caminar.
***
No llega lejos.
Una hora caminando y escucha un grito estridente. Y está cerca. Demasiado cerca para el gusto de Evelyn.
Su mano va al mango de la daga, envainada en el cinturón. No falla demasiado, aunque requiere combate cercano. Hace una nota mental para buscar una nueva arma en su viaje a la frontera.
Después de salir de ésta—si es que sale de ésta.
No quiere meterse de por medio, pero el vello de su brazo se eriza y los escalofríos recorren su columna vertebral, y sabe que ya está involucrada. No hay sitio donde resguardarse en la carretera excepto el bosque que yace a su lado. No lo conoce, y el grito estaba demasiado cerca para hacerla creer que podría explorarlo libremente sin riesgos.
Otro grito, y esta vez detrás suya.
Evelyn se gira tan rápido que por poco pierde el equilibrio. Entonces su mandíbula se destensa. Una chica de cabello rubio y sucio está corriendo hacia ella, ondeando sus brazos y tropezando con los hoyos del asfalto. Su pelo es un desastre. La madre de Evelyn solía decir que su pelo parecía el de una rata cuando no se lo cepillaba. Esa es la única descripción que Evelyn puede comparar con esta chica.
"¡Corre!" chilla. "¡Corre! ¡Tienes que correr!"
Quizás es el shock de ver otro ser humano por primera vez en semanas, o quizás el pelo de la chica todavía la distrae, porque no corre.
Cuando la chica se acerca, Evelyn puede ver que su ropa está desgarrada y rota en varios lugares, y hay manchas de barro en sus vaqueros.
Entonces Evelyn capta el movimiento tras la chica que corre, y vuelve en sus sentidos, instantáneamente se pone alerta.
"¿Cuántos de ellos hay?" pregunta cuando la chica está alcanzándola. La voz de Evelyn es ronca y le pica la garganta al hablar. No se había dado cuenta de que había estado tanto tiempo sin hablar.
"¡Demasiados!" grita la chica, agarrando el brazo de Evelyn para arrastrarla consigo.
"¿Cuánto es demasiado?"
La chica está temblando, y Evelyn se pregunta cómo es que aún se mueve. "N-no lo sé. Cinco, quizás seis."
Evelyn maldice en voz baja.
Va a llevarlas mucha resistencia y rapidez, y la chica no parece que sea capaz de hacerlo. Ya está quedándose atrás, y ahora Evelyn es quien la arrastra consigo, asegurándose de que no tropiece. Está jadeando y siseando, y parece que va a llorar.
"Necesitas continuar," le dice Evelyn.
"Lo estoy intentando," balbucea la chica.
"Inténtalo más."
Evelyn se arriesga a echar un vistazo sobre su hombro, entonces deseaba que no le hubiera molestado.
Dos de ellos podían alcanzarlas en cualquier momento y llevarse a una de ellas.
Escucha a la chica rezar, incluso aunque apenas puede respirar.
Evelyn muerde su labio y piensa rápidamente. Escanea el área y no ve muchas opciones además de esos jodidos bosques. Si acaso, pueden poner distancia entre ellas y las bestias. Evelyn tiene un arco, pero se quedó sin flechas hace tiempo. Quizás podría encontrar algunas ramas secas y afilar las puntas.
Pero primero necesita escapar.
Con la chica, por supuesto.
Un hueco de su mente está dudando de toda la situación. Cómo la chica salió básicamente de la nada. Quizás se había estado escondiendo en algún lado de la carretera. Evelyn no se había decidido por eso, así que no tiene ni idea de si hay campamentos de gente o de bestias. O ambos. ¿Las bestias hacían campamentos? ¿Vagaron por distracción sólo por olfatear la comida?
Viendo un camino claro guiado al interior de los bosques, Evelyn duda un solo momento antes de decidir que la situación es suficientemente desesperada como para arriesgarse. Agarra el brazo de la chica con firmeza, sacándola fuera de la carretera rápidamente. El terreno es más desnivelado que el pavimento, y ambas se tropiezan con los primeros pasos antes de adaptarse.
Otra mirada precauciosa sobre el hombro.
Su giro abrupto debe haberles sorprendido, porque no están cerca. Todavía las seguían, pero no tan cerca.
Eso es algo.
Evelyn guía a la chica alrededor de los gruesos árboles y las ramas caídas, cambiando de dirección todo el rato. Ella no sabe lo profundos que son los bosques. Parece que hayan estado jugando al gato y al ratón por media hora. ¿Cuánto tiempo han gastado en perderse?
Revisa su espalda otra vez.
Nadie está ahí.
No se permite a sí misma respirar aliviada todavía. En vez de eso, camina para examinar un árbol con varias ramas, que parecen fáciles de escalar. Lo golpea con el pie—parece lo suficiente fuerte. Parece medio muerto y podrido, pero no se cae ni con el viento ni con su pie.
En un modo instintivo específico, busca en el suelo palos decentes. Encuentra un par buenos y los mete en su carcaj. Mira al árbol de arriba a abajo otra vez. La chica la mira sin saber, todavía temblando como un perro mojado. Evelyn la ignora por un momento desde que empezó a pensar intensamente. Salta y agarra la rama más baja. Luchando con esfuerzo, se empuja hacia arriba y sube su pierna.
"¿En serio vamos a escalar un árbol muerto?" la chica pregunta, su voz temblaba como si estuviera reteniendo llantos.
Evelyn la mira desde ariba. "A menos que tengas una mejor idea."
Después de un segundo o así, la chica sacude su cabeza.
"¿Cómo te llamas?"
"Delia," dice. "¿Tú?"
Evelyn se pone en pie, manteniendo el equilibrio para alcanzar la siguiente rama. "Eve." No le gusta su nombre, entero. Es demasiado formal para su gusto, demasiado bonito.
Delia esta luchando por alcanzar la primera rama mientras Evelyn ya va por la cuarta. "¿Cómo lo haces tan fácil?"
"No es tan difícil."
"Habla por ti."
"Lo he hecho."
Delia finalmente se eleva, entonces frunce el ceño. "¿Eres, como, grosera por naturaleza?"
Evelyn alza una ceja, entonces sigue escalando. "¿Eso era grosero? Quizás tu eres demasiado sensible."
Delia no discute.
Evelyn espera por Delia a mitad de la escalada. Cuando la alcanza, deja que vaya primero para ir más alto. Evelyn no se fía de las personas en general, pero cuando se refiere a su vida, se acerca a ellas. Si va a haber lucha, se asegurará de vigilar su propia espalda.
Se sientan en lo alto del árbol por un rato largo, asegurándose de que las bestias se han ido. Delia está hablando sobre su hermano que se quedó atrás y fue asesinado, y empieza a temblar otra vez y a echar sollozos ahogados. Es como si estuviera hiperventilando. Evelyn no sabe qué hacer, así que le ofrece un beso de Hershey que ha estado guardando. Delia lo toma con risa, entonces suelta un pequeño murmullo de agradecimiento.
"Así que, ¿has estado sola todo este tiempo?" pregunta la nueva chica, comiendo el beso de Hershey lentamente para saborearlo.
Evelyn se inclina contra el árbol y cierra los ojos. "Sí."
"¿Pero cómo? ¿No quieres conocer y estar con otra gente? Hay más esperanza de sobrevivir en grupo."
"No cuando los grupos son unos bastardos engreídos que sólo piensan en sí mismos. Ir por mi cuenta es mucho más fácil."
"¿Confías más en ti?"
"Más de lo que confío en cualquier otra persona."
"Eso es un poco pesimista," dice Delia, arrugando la nariz.
Evelyn se encoge de hombros.
"¿Te dirigías a algún lado?" continúa. "¿Antes de que me cruzara contigo?"
"Podría haber sido."
"¿Qué se supone que significa eso?"
"Exactamente lo que significa." Evelyn se encoge de hombros otra vez. "Quizás lo estaba, o quizás habría cambiado mi parecer. No planeo las cosas."
Delia exhala en voz alta. "Eres muy confusa."
Evelyn abre los ojos para mirarla. Todavía tiene pelo de rata, pero su cara no está sonrojada desde que se calmó. Está mordiéndose las uñas, que están pintadas de un gris pastel, y nerviosamente escanea el suelo. Cuando habían escalado, Delia se había quedado flipando. No le gustaban las alturas. Ella estaba de acuerdo, aunque, eso era mejor que esperar a que las bestias regresaran.
"Todavía no entiendo," susurra, "cómo sucedió todo esto."
Evelyn muerde su labio y aparta la mirada.
"Mi teoría es que fue una enfermedad, una que viene de lejos como, una tribu amazona o algo. No sé. Suena estúpido cuando lo digo en voz alta, pero tiene sentido en mi cabeza. ¿No tenes una teoría, Eve?"
A Evelyn no le gusta pensar mucho en eso. No quiere saber cómo sucedió. No quieres ser capaz de culpar a alguien. Ella tiende a pensar que guardar rencor es agotador. "No."
"Seguro, debes pensar algo. Quiero decir, no pasó durante la noche."
"Casi que sí."
"Sabes a lo que me refiero. Primero estábamos luchando en una guerra entre humanos, y entonces pasamos a luchar con los muertos." Delia se ruboriza. "¿Crees que están muertos? Yo estoy muy segura de que son vampiros. Tienen colmillos y los ojos rojos y la fuerza y—"
"Shh."
"Vale, quizás no son exactamente vampiros. Esos no existen, ¿verdad? Quizás una enfermedad parecida—"
"Shh."
Delia finalmente se calló, mirando a Evelyn, que entrecerraba los ojos y se inclinaba hacia delante. Delia lo escucha entonces; un rugido. Se cubre la boca con ambas manos y le da a Evelyn una mirada salvajemente asustada, pero Evelyn simplemente alza su dedo a sus labios y permanece como una estatua. Delia la imita, sin mover un músculo, apenas incluso respira.
Dos hombres—no, hombres no—bestias están de pie bajo ellas. Probablemente los de antes. Delia ha escuchado rumores de que ellos pueden oír circular la sangre a través de tus venas, como los legendarios vampiros hacen. (Ella en serio cree que son vampiros, pero no lo admitirá a nadie. Suena demasiado estúpido). Intenta relajar el latido de su corazón sin saber cómo, así que contiene la respiración.
Evelyn agarra el arco que estaba en su mochila con cuidado, silenciosamente, pone uno de los palos que talló en la cuerda, lentamente echándola hacia atrás para no hacer ruido.
La deja volar.
Le da a uno directamente en la nuca, parecía que fue directa aunque osciló lentamente antes de caer.
La segunda bestia alza su cabeza hacia las chicas y saca sus colmillos.
☆☆☆☆
Novela original escrita en inglés por juliaxwrites
All the love, A.
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