Psiche Argent no había crecido escuchando el típico cuento de la estudiosa chica que había caído enamorada de la gran bestia que resultó ser un príncipe encantador

La versión de sus padres hablaba más bien de cómo la bestia se había hecho pasar por un humano normal y la princesa había terminado teniendo que matarlo con sus propias manos con tal de sobrevivir. Si, la verdad su madre siempre había tenido un gran talento para arruinar infancias.

Y hacía un tiempo ella se había mostrado bastante entusiasmada por seguir con el negocio familiar, al menos hasta que cayó en cuenta que los seres a los que su familia cazaba eran humanos, tal vez en un porcentaje menor al de ella y definitivamente muchísimo menor al de una persona promedio, pero humanos al fin y al cabo.

Y su burbuja se reventó y se rebeló contra su familia, porque es lo que suele pasar cuando crías a una hija de carácter fuerte exponiéndola a solo una ideología y después le presentas millones de ideas nuevas.

Así que a una corta edad Mary Jane Argent Hopper había decidido que ya era suficiente, rechazaría la ceremonia de iniciación y por ende las habilidades que como cazadora le correspondían y por su cuenta los Argent ya no serían más una banda de asesinos, diciéndolo con cariño, claro.

Al menos por su parte pues su hermana mayor nunca había tenido duda alguna en cuanto a mantener la "grandeza" de los Argent se refería.

Pero a Psique nunca nada le salía bien, un claro ejemplo es el hecho de que se viera forzada a aceptar completar la dichosa iniciación solo para tener una mínima oportunidad contra lo que sea que fuera la cosa que se había llevado al niño que cuidaba y al que le había tomado un gran cariño, Will Byers