Chapter 5: The proposal of a thousand answers
Afueras de Seúl, Corea del Sur, octubre de 2022.
Esta vez nos encontramos en el jardín y disfrutamos del buen sol que está haciendo cosa que vamos a extrañar en el próximo invierno que está más cerca que cualquier otra cosa, hemos decidido estar aquí porque tal parece que ahora que pensemos en cosas las cuales necesitamos en este momento, eso fue lo que me dijo Tzuyu, la verdad no sé a qué se refiere pero aún así le hice caso y disfruto de este lugar en el que probablemente después tengo que ir a cualquier farmacia para comprarme una crema debido a las quemaduras para el sol.
Tengo una piel extremadamente sensible y recuerdo que mi padre me decía que parecía que yo había sido una chica de papel, no tanto por mi color de piel sino más bien por lo fácil de dañar, es por esa razón que odiaba tanto ir a la playa y por la que ellos se cohibieron en varias ocasiones de ir a disfrutar de las hermosas olas, solo porque su hija no podía y eso me duele porque considero que ha sido una carga para ello más que otra cosa, lo que puede significar todo lo que pasó después en nuestra relación.
Curioso que hoy cinco de octubre estoy tomando el sol como aquella vez cuando era adolescente, disfrutando de esa música que me hacía mover los pies con alegría al igual que las manos e intentar tararear la melodía de la fascinantes canciones que había en el verano de ese año, fue la primera vez que tomé el sol y esperaba que no me pasara nada malo porque tenía aquella esperanza de que me podía curar sola.
Lamentablemente no fue así y los siguientes días ni siquiera pude salir al patio, apenas podía dormir y las quemaduras de vez en cuando me hacían llorar por la noche, todo una gran tragedia para un adolescente que solamente quería volver a sentir que estaba haciendo cosas fuera de lo común y puede que sea también sea una de las razones por las que me refugié tanto en un mundo donde puedo ser feliz.
Ahora puedo tomar el sol con precaución como lo dijo la doctora y no tengo ningún problema porque me he protegido con varias cremas las cuales me han ayudado en todo este tiempo, ojalá es adolescente que quería salir a jugar con sus amigos también hubiera tenido la oportunidad de poder ir a uno de los mejores especialistas de toda Asia.
Luego las que le estoy dando la vida que merece y por la que se esforzó por tanto tiempo haciendo todo lo posible para poder ser una de las escritoras más importantes de todo el mundo.
¿Lo logré?
Aquella pregunta me la he hecho toda la vida y considero que todavía no he llegado al máximo potencial que puedo llegar a tener, puede que este es el mes en el que consiga todo lo que he querido en toda mi vida y ese logro lo voy a conseguir junto al lado de una persona demasiado importante.
Tzuyu, esa chica que por alguna razón era la única que podía entenderme de alguna forma aún siendo muy diferentes en varios temas, pero que por alguna razón sabíamos lo que la otra pensaba con una sola mirada y es que tal vez ese encierro que yo tenía de no salir de mi casa ella lo tenía en su interior, ambas encerradas bajo las estrictas normas que uno mismo se puede llegar a poner para no salir lastimado y es algo que hasta el día de hoy mantenemos en común.
"Yo creo que ya es suficiente". Abro un ojo por lo que acaba de decir y asiento porque la verdad es que está comenzando a arderme la piel, a levantarme de la silla puedo ver su sonrisa que es incluso más brillante que el sol que está sobre nosotros y camino hacia la sala, al estar ahí me he hecho en el mueble y disfruto de la comodidad que uno puede llegar a tener dentro de la casa. "Me hubieras dicho que ya no querías estar ahí y yo con mucho gusto me detenía".
Levanto un poco la cabeza por encima del espaldar y puedo ver cómo se mueve buscando agua fría, parece que no es alguien que tenga en su guardarropa algo demasiado cubierto y eso me preocupa porque eso va a hacer que no pueda dejar de pensar en aquellas cosas que quiero alejar de mi cabeza en estos momentos en donde debería enfrascarme solamente en la escritura y que parece que yo también estoy tomando unas vacaciones junto con ella.
"Deberíamos vestirnos mejor si queremos ir al pueblo". Su expresión cambia a una de que parece que me está diciendo que me he vuelto loca por lo que acabo de decir y no le entiendo en lo absoluto porque pensé que uno de los planes que íbamos a tener para poder despejarnos antes de comenzar a trabajar era ir al pueblo.
"Primero tengo una propuesta que decirte y vamos a hablar sobre el libro". Levanto ambas cejas sorprendida por lo que acaba de decirme, y es que me doy cuenta de que yo soy la autora principal pero parece que ella es la que tiene planeado absolutamente todo. "No sé si vas a decirme que estoy loca por lo que voy a decirte pero últimamente he estado leyendo mucha literatura erótica".
Deja el vaso en la mesita y me mira a los ojos sentándose justo frente a mí, nuestras rodillas rozan y siento un escalofrío que recorre todo mi cuerpo llegando directo entre mis piernas, no es como que nunca haya escrito algo así porque lo he hecho pero no a nivel que me imagino que ella quiere, una vez lo intenté y no me salió también como me gustaría así que lo que hice fue alejarme de todo eso para volver a mi zona de confort.
"Puede que te espante y que parece que me estoy volviendo loca pero a veces hay que hacer todo lo posible para no estancarse en un solo tema del cual hablar". Me remuevo en el mueble y puedo sentir cómo hay mariposas dentro de mi vientre qué me hacen saber que lo que estoy sintiendo va más allá de la vergüenza. "Una vez en la que me mandas un escrito en el que te sumergías en la pura literatura erótica y...". Suelta un gemido para luego reírse. "Dios, lo haces también que parece que eres todo una experta".
"No considero que ese sea un terreno el cual yo quiera explorar". Aprieta los labios e inclina un poco la cabeza, mirándome como si me tratara de una pequeña flor la cual ella sin ningún problema podría arrancar de su tallo y metérsela a la boca. "Nunca lo he hecho y es demasiado difícil para mí el hablar de ese tipo de cosas".
Es obvio que es difícil porque nunca ha llegado a hacerlo o experimentarlo, eso sí lo he hecho conmigo misma pero eso no cuenta como algo que sea súper relevante para poder comenzar a escribir una novela erótica.
Soy una mujer que nunca he experimentado las relaciones sexuales y creo que con lo que menos he tenido la oportunidad es de poder hablar eso con una mujer, anteriormente se me acercaban muchos chicos que querían estar conmigo solo en lo sexual y yo les decía que no podía estar con ellos porque no sentía ningún tipo de interés.
Ahora no sé qué contestarle a ella, tener a semejante mujer diciéndote que quiere escribir una novela erótica junto a ti es una de las propuestas más impresionantes que me ha dado en toda la vida y que tiene un millón de respuestas porque puede que le diga que sí pero ella tiene una vasta experiencia en eso mientras que yo me considero una principiante que lo único que sabe hacer es complacerse a sí misma.
"Solo es una propuesta no te estoy obligando a que hagamos eso". Me recuesto el mueble y ella apoya un poco la cabeza en mis piernas, bajo la mirada y verla así tan cerca de mí hace que tenga la necesidad de este poder acercarme un poco más hasta poder llegar a sus labios los cuales quiero besar con tanta intensidad que le haré saber que yo soy la persona que más la desea de todo el universo.
No he podido dejar de pensar en eso y ayer como una chica desesperada por buscar placer, terminé tocándome mientras pensaba en ella cubriendo mis labios y haciendo todo lo posible para que no me escuchara aún sabiendo que está justo al lado de la pared en la que tengo la cama, todo lo que sentí fue como nunca y una experiencia que espero que algún punto de mi vida se repita solo que me gustaría que ella sea la protagonista de aquella historia que me arme la cabeza mientras lo hacía.
Ella es la única chica que saca ese tipo de cosas de mí, como si me convirtiera en alguien nueva y me hiciera ver que hay un mundo más allá de toda la perfección que yo quiero llegar a demostrar en mi vida, un mundo donde el placer predomina en todas partes y lo más escaso que hay es el pudor que uno puede llegar a sentir cuando una persona te ve haciéndolo.
Lo peor de todo es que me quiero sumergir en ella como nunca antes lo había pensado con alguien y quiero descubrir qué es lo que realmente ella quiere darme, lo que quiere demostrarme mientras sus dedos se pasean por todo mi cuerpo y me llevan a ese universo especial en dónde quiero estar.
Tzuyu es una chica que destila placer y lujuria, alguien que con su juventud ha hecho todo lo posible para poder experimentar todo lo que uno puede llegar a hacer en ese tema y no puedo negar que tengo una máxima curiosidad por saber lo que es estar una noche con ella.
¿Qué tiene de malo dormir juntas?
Sentir nuestro cuerpo sudado rozándose buscando el placer máximo que nos lleva a explotar en mil sensaciones que nos ahogan y nos llevan al mismísimo cielo en donde nos sumergimos en las nubes que nos arropan como si se tratara del lugar más divino que se ha creado nunca.
"Ninguna de las dos podemos negar que sería una experiencia única". Escala mi cuerpo con la rapidez y agilidad de un lince, cuando estamos con nuestros rostros juntos puedo sentir como su nariz toca la mía y es cuando me doy cuenta de la situación en la que nos hemos envuelto. "Si me dejas puedo enseñarte ese mundo al que no le has abierto las puertas". Sus dedos juguetean en mi mentón y el pulgar se posa encima de mis labios haciéndome prisionera de unos roces que me roban el aliento.
Siento la necesidad de cerrar los ojos y de disfrutar todo aquello que ella quiere enseñarme pero cuando los abro me doy cuenta de la cercanía de nuestros labios que han sustituido sus dedos convirtiéndose en eso lo que siento.
Un hormigueo recorre cada parte de mi cuerpo y comienzo a respirar por la boca haciendo todo lo posible para poder tomar aire porque puedo decir que se me ha olvidado hasta como respirar.
"Tzuyu...". Susurro su nombre que sale con desgano pero a la vez con la fuerza más grande del deseo que recorre mi cuerpo el cual ha roto con cada vena y mi sangre se ha convertido en la lava más ardiente del mundo. "Por favor".
No fue una súplica pero sí sonó como ella.
"¿Por qué te resistes tanto?". Pregunta y planta un beso justo en la vena que palpita en mi cuello, mi boca se seca por completo convirtiéndose en el desierto más caluroso del mundo al igual que todo mi cuerpo y más aún cuando sus manos perezosas hacen dibujos sobre la piel expuesta de mi vientre. "Tú y yo sabemos que hemos estado aguantando demasiado tiempo para poder hacerlo".
"No quiero que creas que te llame por eso". Vuelvo un poco a la vida; sin embargo cuando una de sus manos se adentra en mi short, abriéndose paso entre mis muslos y manteniéndose quieta al estar en mi entrepierna como si estuviera descansando, pierdo por completo la razón.
"Una de las razones por las que acepté es porque quería hacerlo...somos lo suficientemente grandes como para darnos cuenta de que este juego de ser amigas solas en una casa...". Se me va el aliento cuando puedo sentir las vibraciones cuando habla justo al lado de mi oreja. "Viéndonos semi desnudas, estando todo el tiempo juntas, haciendo todo lo posible para poder pensar en una temática de un libro que por alguna razón siento que será la propuesta que te di...". Suspira y siento una presión en mi entrepierna. "Es estúpido".
Su dedo hace presión contra mi clítoris y mi respiración se corta, nunca había experimentado tantas sensaciones con un simple roce y ella lo ha hecho solo con palabras.
"No nos hagamos las tontas y disfrutemos de este tiempo que vamos a pasar juntas". Nuestro labios estaba centímetro de distancia porque puedo sentir un leve roce que me hace suspirar pero no llegamos a besarnos porque se detiene y juega con la elástica de mi ropa interior.
Siento un cosquilleo que por alguna razón me lleva a abrir un poco más las piernas y empujar hacia abajo supongo que quería tener un poco más pequeña presión que me había dado, la escucho reír por lo bajo y su voz ha cambiado, volviéndose más profunda y áspera como si quisiera hacerme saber de que ha estado guardando por mucho tiempo lo que quiere hacer.
"¿Disfrutas saber que ahora mismo me estoy aguantando?". Sonrío porque una parte de mí quiere responderle pero la otra parece que es incapaz de poder pronunciar una sílaba. "Pensé que a las chicas como tú le gustaba ir directo pero ahora me di cuenta de que te gusta sentir que estás al borde de poder saltar al abismo del qué tanto has pensado en este tiempo".
"No sé de qué hablas". Musito y muevo un poco la cabeza cosa que me da el tiempo de poder sentir un leve beso.
"Sana, yo no soy sorda y ayer te escuché cómo hacías todo lo posible para poder retener esos gemidos que al final terminaban saliendo...". Comienza un mensaje entre mis muslos, hace una leve presión y luego una caricia que hace que todo mi cuerpo tiemble como si estuviera ocurriendo un terremoto dentro de mí. "Debes aprender de que hay momentos en donde hay que guardar silencio".
"Yo no hice ningún ruido". Me intento defender pero aquellos combatientes que elegí para que me mantuvieran segura se derritieron al instante en el que las orbes color avellana me miraron directamente a los ojos.
"No deberías sentirte avergonzada sino más bien impresionada de que esos pequeños sonidos hicieron que la persona que estaba al lado de tu habitación también terminara". Coloca la rodilla entre mis piernas y aleja la mano, siento tan vacía esa zona que no puedo evitar quejarme por lo bajo con un gruñido que sale de mis entrañas. "También intenta hacer todo lo posible para que cuando hagas esa clase de cosas no pronuncies el nombre de la persona que sabes que te va a escuchar". Siento un ardor muy fuerte en mis mejillas y de seguro es por la gran vergüenza que estoy sintiendo en este momento por lo que acabo de decirme, estaba segura que no me había escuchado y que quería sesión en la que el placer me dominó por completo la había compartido solo conmigo misma, además de las paredes de concreto que amortiguaron y fueron testigos de las mejores cosas que he sentido.
Cuando vaya a contestarle mi voz se tranca por completo casi que asfixiándome, su mano roza mi cuello para posteriormente posarse en el y se acerca tomándome del mentón como si quisiera hacer todo lo posible para que la mire directamente a los ojos sin apartar la mirada un solo segundo, tampoco estoy dispuesto a hacerlo y le pongo frente a la situación hasta que siento la fricción de su rodilla en mi entrepierna.
Comienza un movimiento tímido que me quema por dentro como ese fuego que vuelve cenizas todo aquello que se cruce en su camino y más aún cuando de esos labios salió mi nombre, como una promesa susurrada por los mismísimos dioses.
"Me vuelves tan loca que siento que puedo perder la cordura aquí". Dice y mi respuesta se queda en el aire de los pensamientos perdidos de mi cabeza, porque se aparta y vuelve el mismo sitio en el que estaba al principio dándoles palmaditas en mis muslos como si quisiera que los cerrara, así que lo hago sin problema y la veo respirar lentamente como si ella también estuviera controlando lo que sea que haya sucedido.
Aparecen en miles de insultos en mi cabeza que me llevan a pensar que lo que acaba de hacer fue una prueba para saber cuánta resistencia podemos tener y aprieto la mandíbula con tanta fuerza que puedo sentir como mis dientes gritan para que me detenga.
"Puede que creas que me estoy burlando de ti o jugando contigo...". Me mira de reojo. "Pero con la única persona con la que he querido hacer las cosas bien desde el principio es contigo". Aprieta mi muslo. "No quiero estropearlo ni estropearte, Minatozaki Sana".
Prefiero no contestarle y aceptar lo que acaba de decirme porque es algo sumamente revelador que nunca llegué a pensar que iba a llegar a escuchar, mucho menos de ella porque conociendola siempre se guardará esa clase de cosas y ahora me doy cuenta de que conmigo es diferente, puede que eso en algún punto me haga sentir especial como si me tratara de una perla que es de un color diferente a las demás.
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