Chapter 4: Minatozaki temple

Afueras de Seúl, Corea del Sur, octubre de 2022.

La mañana para mí ha sido una completa travesía y la verdad se me hace bastante complicado el tener que hacer todo este silencio porque estoy compartiendo la casa junto con una persona que sigue dormida, tal vez soy una persona demasiado ruidosa o simplemente acostumbrada a hacerlo, nunca me he puesto a pensar en que puede llegar a ser fastidioso para una persona escuchar música a todo volumen a las seis de la mañana porque para mí se volvió algo así como rutina y algo que no le molestaba a nadie porque he vivido toda mi vida sola.

Tarareo una canción en mi cabeza debido a que no puedo poner música y me siento algo enojada porque no he podido hacer como a mí me gustan los panqueques, me han salido horrible y la verdad es que estoy segura que lo mejor que puedo llegar a hacer es comprar comida fuera, pensé que me iba a poseer un chef y haría la mejor comida del mundo pero ahora me doy cuenta de que ni intentándolo puedo llegar a hacerlo.

Dejo caer las cosas y al poco tiempo me doy cuenta de que Tzuyu sigue dormida, aprieto los dientes y aún más cuando escucho unos pasos detrás de mí, siento miedo porque no sé qué reacción va a tener ni mucho menos, sobre todo al escuchar un largo suspiro de su parte como si me estuviera intentando decir algo a través de la expulsión de aire de su boca.

"¿Qué haces despierta tan temprano?". Me pregunta y encojo de hombros, todavía sin tener la capacidad de poder mirarla a los ojos. "Sana, te estoy hablando". Al voltear siento que se me ha bajado la presión al ver cómo está, es que ni siquiera puedo decir que está vestida lleva algo que si alguien la ve probablemente se infarte que es exactamente lo que siento que me va a pasar en este momento si es que la sigo mirando.

Me cubro los ojos y vuelvo a ver hacia la cocina. "¿Por qué estás vestida como si fueras a bañarte?". Fue lo primero que se me vino a la cabeza y ella ríe como si le acabo de decir la cosa más graciosa del mundo cuando en realidad estoy algo enojada por como está vestida.

Camino hacia las ventanas y las cierro con rapidez porque no quiero que crean que están pasando cosas indebidas entre nosotras, además la gente de este lugar tiene una gran capacidad para poder crear historias en la cabeza que a pesar de que no sean reales se las creen sin importar que uno le diga que no.

Sacan más especulaciones que cualquier detective de película policíaca y no me gustaría que hagan ese tipo de cosas con nosotras porque quiero tener una buena convivencia con Tzuyu que no esté manchada por los malos comentarios que puedan llegar a tener las personas de este lugar.

"Ambas somos mujeres y considero que no tiene nada de malo que me miras de esta manera". Hago todo lo posible para no bajar la mirada de su rostro pero me es casi imposible. "Yo no tengo ningún problema con verte cómo estás ahora". Tengo un pijama normal que está bastante cubierto por el frío que hace la noche, es más si hiciera el calor más fuerte del mundo que nadie lo pudiera aguantar aún así estaría cubierta por respeto a ella. "Tú puedes ver mi cuerpo sin ningún problema porque no es la primera vez y yo puedo mirar el tuyo aunque sea la primera vez que lo veo en pijama".

"Hay momentos donde creo que crees que soy una fijona que se la pase todo el tiempo observando a gente". Me acomodo el pantalón para que me cubra aún más y ella se acerca a mí.

"La fijona soy yo porque no puedo evitar mirarte y es que ¿Quién se podría no fijar en el templo que tienes como cuerpo?". Trago saliva por su cercanía y aprieto los puños intentando crear un poco de valentía en medio del miedo que me está ahogando hasta el punto que siento que en cualquier momento me voy a desmayar. "Eres tan perfecta que si me dieras la oportunidad nunca te quitaría las manos de encima". Mi respiración se vuelve profunda y siento que en cualquier momento puedo llegar a ahogarme por el hecho de haber olvidado cómo debo respirar, porque en lo único que estoy concentrada es en lo suave que son sus manos rozando mis brazos. "Eres alguien muy fácil de relajar". Me susurra al oído. "Alguien con quién podría pasarla bien en cualquier momento pero tengo que controlarme por el bienestar de todo ¿no es así?".

Doy dos pasos hacia atrás con lentitud para que no se dé cuenta pero es como si fuera alguien que supiera exactamente lo que estoy haciendo y entonces ella da dos pasos hacia adelante, ambas estamos tan cerca que nuestros alientos se mezclan y creo que voy a desmayarme en cualquier momento si esto sigue.

Sabía muy bien que esto podría llegar a suceder por los acercamientos que hemos tenido desde que nos conocemos pero no sabía que iba a ser tan rápido e intenso, es como si estuviera constantemente atacándome para ver hasta dónde puedo llegar y cuál es mi límite pero la verdad es que yo tampoco lo conozco y tengo miedo de descubrirlo.

"La comida está lista". Le digo intentando hacer todo lo posible para que las cosas vuelvan a como estábamos hace unos segundos y que su cuerpo deje de rezar el mío de tal forma que pudo llegar a sentir nuestros pechos rozándose.

"Tienes toda la razón". Cuando se aparta puedo tomar aire y casi que puedo sentirlo mareada que me encuentro por el tiempo que estuve aguantando la respiración. "No sabía que eras una chica que le gustaba desayunar cosas dulces". Comienza a agarrar los panqueques y yo estoy tratando de volver a la vida que al parecer más bien succionado al estar tan cerca de mí.

"Creo que si...". Respondo sin estar muy segura de a lo que se refiere y agarro la miel que le había pedido ayer a Ryujin, hablando de ella me gustaría saber cómo le fue en cuanto a las flores, me encantaría que le haya ido excelente. "¿Por qué te sorprende?".

"Eres casi perfecta y digo casi porque en algunos ámbitos no he sabido cómo te mueves, y al ser perfecta puedo estar casi segura que cuidas demasiado tu cuerpo, comer cosas dulces con tantas calorías no parece algo propio de una persona como tú". No entiendo muy bien pero solo me siento por qué ha servido mi plato con una rapidez que ni yo sabía que era el mío hasta que lo señaló. "No hemos hablado de las condiciones que vamos a poner durante el trabajo".

"¿Qué clase de condiciones crees que van a haber?". Pregunto llevando un trozo del panqueque en mi boca y cuando lo mastico me doy cuenta de que tampoco quedó tan mal.

"Supongo que...tendrás algún tipo de condición para que mientras estemos en el trabajo no nos vayamos a otro tipo de temas". Suspiro y niego con la cabeza, la verdad ahora que me doy cuenta no había pensado en ningún tipo de condición que podría llegar a existir para que el trabajo sea rápido.

"Considero que al ser escritoras debemos dejarnos llevar por todo así que no tengo ningún tipo de condición solo que hay que disfrutar de escribir". Asiente y levanta las cejas cuando prueba lo que hice. "¿Te gustó?".

"Cocinas bastante bien pero te voy a enseñar algunas cosas para que te queden mejor". Me han contado que es muy buena cocinando y que la razón es que su madre siempre le había dicho que una de las mejores cosas que puedo llegar a tener una persona es la forma en la que cocina, todavía recuerdo lo tierno que me pareció eso y siempre le quise preguntar acerca de eso pero nunca tuve valor porque se notaba que cuando iba a mi casa solo era trabajar.

Tal vez este acercamiento me sirva para poder hacer las tantas preguntas que quería desde que la conozco y poder disfrutar de buenos momentos juntas en donde todo vaya más allá del trabajo.

Mientras como no puedo evitar mirar así la ventana y suspirar, es un excelente día para salir y conocer algunas partes a las cuales no he ido; sin embargo sé muy bien que tengo que comenzar a trabajar porque el tiempo está pasando y lo único que estamos haciendo es conocernos, considero que es importante pero también tenemos que avanzar por lo que realmente estamos aquí y no quiero atrasarme me daría demasiado miedo el hecho de que al tiempo que pasa aquí no la aprovecha al máximo porque considero que ya no habrá otra oportunidad.

"¿Por qué te pones tan nerviosa cuando me acerco?". Insiste con la misma pregunta y frunzo las cejas porque la verdad es que no tengo una explicación razonable para ello. "Pensé que eras una chica capaz de poder aguantar que otra le exprese el gusto físico que tiene hacia ella, pero no es así".

"Nadie ha querido estar conmigo y mucho menos de esa manera". Contesto y me remuevo en la silla sintiéndome incómoda porque es un tema que no me gusta para nada abordar, en algunos casos me he sentido un completo fracaso por no poder estar con una chica y luego pienso de que toda mi vida he estado enfrascándome en poder cumplir mis metas sin pensar en el placer físico.

Creo que solo soy una mujer que nunca he podido experimentar todo lo que ha querido por el simple hecho de vivir en un mundo de fantasías que se ha creado en base a la felicidad que quiere alcanzar, una que espero conseguir estos días en los que voy a estar encerrada y que desearía que cada una de las cosas que tengo en la cabeza se hagan realidad.

"Estoy segura que si salieras más tendrías a muchas chicas a tus pies". Las cosas aquí son más complicadas de lo que parece y no creo que para ellas lo sean, puede que por eso se sorprende de que yo nunca he estado muy cerca de una chica. "Yo sería la presidenta del club de fans de Minatozaki Sana".

"¿Si?". Ahora tengo curiosidad por eso y no entiendo cómo hizo que le prestara atención para algo así. "¿Cómo se llamarí?".

"El templo Minatozaki". Contesta como si aquello lo ha estado esperando durante toda la vida y suelto una carcajada que ella automáticamente responde con una, es como si nos riéramos por cosas que solamente nosotras entendemos y como si ella fuera la única persona en la faz de la Tierra que entiende todo lo que digo o pienso, aprecio haber conseguido a alguien así porque no es para nada como un tener la suerte que yo ahora mismo parece que estoy teniendo y que pongo en práctica con cada pregunta que le hago. "Haciendo referencia a lo hermoso que es tu cuerpo".

"Ya veo". Murmuro entre dientes mientras mastico e intento cubrir mis labios al ver como los suyos están un poco manchados por la miel, no parece que eso lo importe y a mí tal vez me importa un poco más porque no puedo dejar de verlos sin hipnotizarme por la forma en la que los mueve al hablar.

Es un sentimiento nuevo que nunca había llegado a experimentar antes y disfruto demasiado de explorar cosas nuevas solo que en este caso puede que sea demasiado peligroso el fijarme tanto en cada una de las cosas que ella hace porque puedo convertirme en víctima de una masacre llamada volverme loca por una chica con la cual me comuniqué solo para trabajar.

"¿Por qué cuando tuviste la oportunidad nunca lo hiciste?". Pensé que eso había quedado en lo más profundo de nuestros pensamientos y que el alcohol en el momento en el que había hablado por mí se había convertido en algo que probablemente haya sido el tema de burla por algunos meses.

Ahora me doy cuenta de que se tomó demasiado en serio aquella vez en la que la vi, donde estuve a pocos segundos de abalanzarme hacia ella para poder hacer cosas que tal vez iban más allá del trabajo que ella estaba haciéndome, lo bueno es que logré controlarme y súper muy bien que mi fascinación hacia su cuerpo se había convertido en algo como un drogadicto cuando ve lo más preciado que tiene.

Fue un chute de emociones que me ahogaron hasta casi llevar más la locura y creía que en cualquier momento iba a caer por la forma en la que su cuerpo se acercaba el mío, en ese momento disfrutaba de aquellos pensamientos pecaminosos en donde le quitaba la ropa arrancándosela como una fiera y volviendo la mía una y otra vez hasta que no pudiéramos aguantar más.

Relamo mis labios al recordar aquello y exhalo aquel vapor caliente que me hace saber lo excitada que puedo llegar a estar con el simple pensamiento de lo que ocurrió aquel día.

"Quería respetarte y estaba demasiado ebria como para poder controlarme lo bueno es que algo en mí se volvió consciente". Cuando la vea los ojos me deja ver algo que va más allá de ella, un sentimiento que se transforma en una flecha que choca contra mi pecho el cual está repleto de paredes las cuales la detienen al instante y me hacen saber que en cualquier momento puede que deje de estar tan protegida. "Además el miedo se apoderó de mí".

"Hay una chica idiota que te conoce que siempre decía que nunca habías estado con alguien y que por esa razón es que actuabas de esa forma tan tímida". Lo dice como si eso no fuera real o como si no pudiera creerlo.

"Ella no estaba diciendo mentiras". Su evidente asombro me causa gracia y me cruzo de brazos haciendo todo lo posible para no reírme en su cara. "Nunca he estado con una chica y sinceramente eres la única persona por la que he sentido ese tipo de cosas".

"Eso sí que ha sido revelador". Los segundos pasan y dejamos hablar de aquello como si ahora mismo se haya convertido en un tema tabú, en parte lo entiendo porque no esperaba que le dijera que me basta experiencia cuando escribo se vuelva nula cuando digo que nunca he llegado a tocar una mujer más allá de lo estrictamente correcto.

Los pensamientos se vuelven interminables y me ahogan como si estuviera en el punto más lejano del mar dónde se está más cerca del cielo que de otra cosa, me gustaría poder tener la valentía de remar hasta poder llegar a tierra firme y gozar de ser la primera persona que lo ha conseguido pero ahora mismo el miedo me invade por haber dicho algo tan personal a una persona que creía que era algo parecido a el ser más sexual que ha conocido en su vida.

"Quisiera decirte algo pero prefiero dejarlo para más adelante". Dice con una media sonrisa que hace que me sienta un poco más segura porque eso me hace ver que no me está juzgando sino más bien que le sorprendió. "Solo diré que quiero que sepas que puedes apoyarte también en cualquier momento...".

"Eso te lo agradezco mucho eres una muy buena persona". Agarro los platos y cuando estoy cerca de ella no puedo evitar volver a ver sus labios los cuales es tan llenos de miel, siento que mis ojos brillan al igual que una persona que se acaba de dar cuenta de que acaba de ganar la lotería pero aún así me detengo justo cuando hago el ademán de acercarme hacia ella cortando las emociones que se estaban convirtiendo en las conductoras de mis acciones.

"Sí no lo haces tú entonces lo voy a hacer yo". Me separo al instante como si eso me hubiera vuelto a la vida y en un chasqueo de dedos estoy lavando los platos dándole la espalda sabiendo muy bien que soy como un pequeño hámster acorralado en un sitio repleto de lobos. "Eres una chica bastante difícil".

"Soy alguien que siempre se ha dado a respetar y que le gusta respetar a las personas". Contesto y me seco las manos en la ropa.

"Sana...". La veo esperando que me diga lo que tiene que decirme. "Cuando la ropa se moja se vuelve translúcida y lo peor que puedes hacer es secarte sobre tus pechos". Los tapo con la mayor rapidez que puedo llegar a tener y cierra los ojos creyendo que si hago eso entonces ella va a dejar de verme. "Volviendo a lo más importante". La escucho levantarse y abro un poco los ojos para poder saber en dónde se encuentra.

"Dime". Me desplazo hacia el mueble como si me tratara de una bailarina de ballet que está demostrando sus grandes dotes a una clase.

"Yo te respeto y sé que tú me respetas pero si en algún momento quieres dejar de respetarme como si yo me tratara de la presidenta, no dudes en hacerlo porque no tengo ningún problema y soy capaz de ponerme de rodillas por ti". Enciendo la televisión haciendo todo lo posible por poder evitar lo que acaba de decirme lo que no puedo llegar a controlar es el hecho de que mis ojos comienzan a hacer todo lo posible para voltear en dónde está ella.

"El tema importante aquí es el libro". Me sorprende el cambio que ha tenido mi voz y lo profundo que puede llegar a ser cuando soy presa del deseo.

"Tengo una excelente idea para el libro y sé muy bien que a muchas personas les va a gustar ese toque maduro que puedas llegar a ponerle". Roza mi muslo con sus dedos y hago todo lo posible por no mirarla porque sí muy bien que cuando lo haga voy a caer en sus encantos. "Pero por ahora lo mejor que podemos hacer es esperar y ya mañana cuando comencemos es cuando lo sabrás".

Ahora soy una persona que está impaciente por saber qué es lo que tiene la cabeza sin importar que tengo razones para creer en algo que puede llegar a convertirse en una de las aventuras más jodidas que puede llegar a tener una persona.

Pero maldita sea, me encantaría poder sumergirme en aquel mar donde estoy más cerca del cielo y aún más si ella es la que me hace tocarlo.

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