Capítulo 35: Sufrir en Silencio
Luego de esa respuesta, el doctor de diente de oro no pudo hacer más que abrir la boca incrédulo.
—¿Planean abandonarla? Eso no es muy amable de su parte.
Roy miró hacia uno de los hombres que lo tenía agarrado, no podía creer que el doctor se sintiera en posición de hablar de aquel tema.
—¿Abandonarla? —repitió Mustang con algo de ironía pero siempre demostrando su molestia.
—Lo dice el que utiliza hombres como si fueran... muñecos sin alma... —añadió Gerald.
—Sé que son felices siendo mis muñecos —atajó el mayor sin importarle aquel comentario—. Fueron abandonados por sus padres y habrían muerto hace mucho de no ser por mí. Yo los alimenté y les di la mejor educación posible. Incluso les di una razón de vivir. Están agradecidos... Y tú también deberías estarlo... tú pudiste haber terminado igual que ellos.
Roy cerró los ojos por unos segundos.
—Sin embargo, son tan obedientes que no se concentran en nada que no sea su deber, por lo que no saben lo que pasa a su alrededor —dijo él sin despegar la vista del doctor, éste tampoco le apartó la mirada—, y es justo por eso que el enemigo te tomará por sorpresa.
El de lentes no comprendió, no obstante, tampoco tuvo tiempo de preguntar. Sin que nadie lograra ver cómo él desapareció, o al menos eso es lo que parecía.
Justo sobre la rubia había un hueco en el techo bastante amplio; el lugar ideal para ocultar a tres quimeras y a May Chang. Riza los había visto llegar, por eso estaba tan segura de su supervivencia. Una de las habilidades que Jerzo tenía en su cuerpo de quimera era que podía usar su baba a su favor, por ejemplo, usarla para dejar pegados a sus enemigos, inmovilizados y sin ninguna oportunidad de despegarse.
La velocidad que Jerzo empleó para capturar al doctor fue tan rápida que desde la perspectiva de los demás parecía que había desaparecido, mas cuando vieron la Piedra Filosofal cayendo del techo notaron qué había ocurrido.
—¡Rápido! ¡Haz que liberen a todos! —dijo la quimera sin soltar al de diente dorado—. O si no...
—Adelante, mátame —desafió el mayor—. Soy el único doctor que puede usar alquimia, si me matas ella también morirá.
No podía señalar puesto que estaba atrapado pero era más que evidente que se refería a Riza.
—Qué lamentable eres, señor doctor.
La quimera amarilla seguía sin intención de soltarlo a pesar de la amenaza, aunque nadie le reclamó nada ya que los dos que estaban más preocupados por Riza confiaban en que la Teniente estaría bien, aunque Gerald seguía sin confiar para nada en las quimeras.
May Chang, Zampano y Darius bajaron por el agujero del techo un par de segundos después de que Jerzo atrapara al de lentes. La princesa lanzó una kunai a uno de los que detenía a Scar, Zampano logró lanzarle púas a los que detenían a Mustang y Darius liberó a Gerald, por suerte el castaño no tenía nada en contra de él, aunque a la quimera con apariencia de gorila no pudo evitar extrañarse.
Después de liberarlos May vio la Piedra Filosofal que había caído, estaba a sólo unos pasos de ella, sin embargo, esta salió rodando cuando Mustang cruzó por su lado y sin querer ni notarlo pateó el frasquito en el que estaba la piedra.
Mustang y Gerald corrieron rápidamente pues querían conocer el estado real de Hawkeye mas los hombres del doctor no dejaban de interponerse.
—¡No estorben!
Esta vez no dudaron en quemarlo.
—¡Teniente! Resiste...
Una vez junto a ella el Coronel sostuvo el cuerpo de la rubia y la acercó a si mismo. Los ojos de Hawkeye habían finalmente cedido y ahora se encontraban cerrados, pero ella seguía respirando y haciendo un gran esfuerzo por querer abrirlos.
—¡Por favor, Riza!
—¡Fíjate atrás! —gritó el castaño desviando ligeramente su mirada hacia atrás.
Como Mustang estaba de espaldas quedó abierto a un ataque desde su punto ciego y uno de los antiguos compañeros de Bradley ya había notado esa oportunidad para atacarlos.
Ahora nada le impedía al moreno usar todo el fuego que quisiese, sentía algo de remordimiento pues esos hombres estaban sólo cumpliendo su deber y al ser incapaces de decidir por sí mismos veía que su muerte sería de todo menos justa, sin embargo, él venía para atacar a matar y sabía que Riza no sobreviviría si ese hombre lo conseguía así que sin pensarlo le disparó totalmente consciente de que una persona más se añadía a su lista de víctimas, mas al arrebatar una vida ya no sentía nada.
La niña seguía intentando atrapar la piedra pero entre el intento de las quimeras por retener a todos los hombres y los esfuerzos en vano que hacían estos por llegar hasta Riza, Roy y Gerald, todos terminaban pateando su contenedor y alejándola de ella. Eso hasta que finalmente cayó fuera del radio de la pelea, ahora era su oportunidad.
—No mueras... —Esa voz sobresaltó a la menor y no pudo retener el impulso de mirar.
Hawkeye no daba indicios de despertar y a cada segundo parecía peor, May podría fácilmente cerrar la herida con la Alkahestria pero si lo hacía iba a perder la piedra teniéndola tan a su alcance. Era la vida de Riza o la piedra. La chica parecía estar tomando una decisión complicada pero una vida era la prioridad.
—¡Esto es más importante! —comentó corriendo hacia el Coronel—. ¡Déjamela a mí! —dijo ella.
Con la misma sangre de la Teniente, la menor dibujó un círculo del Arte de la Purificación en el suelo y colocó unas kunais sobre este. Al instante un brillo celeste apareció rodeando el círculo y desapareció tan pronto la herida en el cuello de la mujer cerró.
Tras realizar la transmutación Hawkeye empezó a respirar con más normalidad. Mustang la aproximó más a si mismo y la abrazó mientras Gerald se acercaba a mirar manteniendo una distancia.
—Detuve el sangrado por ahora pero debe ver a un doctor cuanto antes —explicó la menor con cierta calma que luego se convirtió en confusión al ver ahí al castaño junto a ellos, había algo que no entendía.
—Muchas gracias —dijo Mustang a la pequeña sacándola por unos segundos de su asombro. Gerald lo notó y estuvo a punto de preguntar pero ella corrió de regreso a ayudar a los que seguían peleando.
Con lentitud Hawkeye logró abrir los ojos, estaba respirando con mucha más normalidad pero seguía a un ritmo muy acelerado.
—Coronel... Lamento haberlo preocupado... —murmuró la mujer llevando una mano hacia el castaño acariciando sutilmente su cabello—. También a ti...
—No hables —dijo Gerald algo avergonzado por esa acción—. Guarda tus fuerzas por ahora...
Riza sonrió aún estando muy adolorida y volvió a mirar a Roy.
—Me alegra que no la hicieran...
—Nos conocemos desde hace tiempo, y esa mirada significaba que si alguno hacía la transmutación humana nos matarías...
Mustang le sonrió también y con cuidado la ayudo a colocarse de pie, afortunadamente pudo mantenerse de pie.
—Gracias a todos... Nos han salvado —dijo avanzando hacia el resto—. ¿Pero cómo fue que nos encontraron?
—Pues... Eso es lo que nos extraña... —respondió Zampano al Coronel—. Él nos pidió ayuda... —Murmuró la quimera color gris mirando al moreno—, pero creí que te habías quedado arriba...
—¿Acaso acabas de golpearte en la cabeza? Antes muerto que pedirte ayuda —contestó Gerald alzando una ceja.
—Exacto, eso mismo nos dijiste arriba —retomó la quimera—. "No saben cuánto asco me da pedirles ayuda pero imagina qué tan desesperado debo estar para hacerlo" —citó las palabras que supuestamente Gerald había dicho.
—Yo jamás... —Tras darse cuenta de lo que ocurrió el castaño soltó una corta risita—, no puede ser. Acaban de ser totalmente engañados....
Era un hecho que el moreno no había sido, él se había quedado ahí desde el principio y sólo había una persona que podía haber tomado su lugar.
—Así es, y vaya que fue sencillo. Si me aparecía con mi forma no habrían venido —contestó otra voz bajando por el mismo agujero por el que entró el resto.
La voz era de Envy pero la tonalidad de la piel morena, el color de sus ojos y el cabello rizado eran los de Gerald, y tras haber revelado finalmente su identidad fue cambiando a su forma usual a medida que se acercaba al verdadero chico.
El castaño sonrió ampliamente mientras que Roy se sobresaltó; a él le debían que Riza estuviera viva ahora.
—Lograste recuperar tu forma y además fuiste por ayuda —observó el castaño una vez que la morena piel de la transformación de Envy regresó a su pigmentación normal.
A su vez Envy apartó la mirada del castaño por unos segundos. Él nunca habría salvado un humano por iniciativa propia, pensar ahora que lo había hecho era sencillamente vergonzoso.
—Que quede claro que sólo lo hice por ti, ¿entiendes...? Ella es importante para ti después de todo —El menor le sonrió—. Pero... no creas que me he olvidado que no me dijiste sobre tus heridas —murmuró dirigiendo su mirada a May—. Oye, enana, él también está herido.
—Sigo sin entender... ¿Qué demonios está pasando...? ¿Qué está haciendo él aquí? —cuestionó mirando al homúnculo junto al más joven sonriéndose mutuamente y luego abrazándose.
—Eso me gustaría saber a mí.
May iba a acercarse a curar a Gerald pero no alcanzó a llegar antes de que la nueva voz se hiciera presente mientras que el castaño, sin querer hacerlo, se separó del pequeño abrazo para mirar al dueño de la voz. Tras verlo levantar la Piedra Filosofal que May Chang nunca pudo alcanzar la sonrisa de todos se esfumó.
—Tú siempre odiaste a los humanos, Envy, me cuesta creer que estés de su lado.
Justo a un lado de ellos apareció la figura de King Bradley. Estaba sin el parche revelando en su ojo el tatuaje de Ouroboros característico de los homúnculos. Tenía heridas que no sanaban producto de una pelea con Greed y varios soldados del norte.
—Estás equivocado si crees que te daré explicaciones —Se apresuró Envy a responder.
Bradley dejó de mirar al homúnculo más pequeño, no estaba ahí por él de todos modos así que por un lado le daba igual, no obstante iba a tener siempre presente que el cambiaformas los había traicionado.
Luego posó su vista en Roy.
—Creí que harías la transmutación si alguien preciado para ti estaba en peligro.
El Alquimista de Fuego sostuvo a Riza con un poco más de fuerza demostrando protección.
—Tal vez lo hubiera hecho pero tengo subordinados que evitan que haga estupideces y me guían por el camino correcto.
—Pensé que ustedes eran criaturas que nunca aprenden pero por lo visto también hay algunos que cambian rápidamente —observó el Führer soltando un suspiro de fastidio—. Todos ustedes son demasiado impredecibles, me hacen enfadar.
—No por nada eres Wrath... —mencionó el homúnculo caminando un par de pasos hacia él—. Aunque tienes razón, supongo que a pesar de tu vista prodigiosa nunca viste venir una traición de mi parte ¿o sí? —molestó él—. Aún con una Piedra Filosofal fuiste hecho a partir de un humano... Tal vez por eso he querido matarte desde siempre.
—Por favor, ¿Te crees capaz de seguirme el ritmo? Te parece sencillo ya que me ves herido pero yo en tu lugar no estaría tan confiado —suspiró Bradley negando sutilmente.
De todos los homúnculos, desde la perspectiva de Wrath, el cambiaformas era el último en el que pensaría que se cambiaría de bando.
—¿Sólo por ese chico humano decidiste dejarnos?
El homúnculo de mayor edad esbozó una sonrisa irónica.
—Debería agradecerte a ti por eso. Después de todo fue tú idea que el "chico humano" fuera nuestro alquimista de fuego.
—De saber que ambos se volverían traidores, desearía jamás haberlo sugerido.
Esta vez fue Gerald quien sonrió irónico y avanzó hasta quedar junto a Envy.
—Es un poco tarde para arrepentirse, ¿no lo cree así, Führer?
Tan pronto como el mayor transformó su brazo en la ya característica cuchilla filosa escucharon un quejido proveniente del techo.
—¡Ya basta de hablar! ¡No dejaré que interfieran en esto! —gritó el doctor aún sin ser liberado.
Jerzo soltó una corta risa.
—Ríndete, viejo. No lograrás na...
Habría finalizado la frase de no ser por un ataque que recibió desde arriba. La quimera cayó al suelo sangrando e inconsciente pero con vida al menos.
Qué había causado la caída y la herida eran cosas que desconocían... aún.
—¡Jerzo! —Zampano se asustó por la caída de su compañero y corrió a su lado—. ¡Resiste!
Sea lo que sea que haya causado su caída le había hecho mucho daño además había liberado al doctor que tenían aprisionado.
Empezaron a escuchar algo proveniente de los tubos, cada vez sonaba más cerca.
—Algo malo se acerca... —dijo May sintiendo una energía distinta a las demás, como ella empleaba la Alkahestria podía sentir cosas que los demás no, y desde que ella había pisado ese país esa sensación nunca resultó en algo bueno.
Envy miró hacia el agujero, realmente no parecía haber nada fuera de lo común y segundos antes sólo estaban ahí la el doctor, la quimera y su sombra. Al instante el cambiaformas se paralizó sin poder hacer ningún movimiento contra Wrath, ya había entendido qué ocurrió y el temor causado, por más que quisiera evitarlo, no pudo.
El motivo por el que no veían nada en el techo era porque el ser que se encontraba ahí se ocultaba en las sombras, y tan pronto como varios ojos se abrieron de par en par entre toda esa masa negra de oscuridad ya varios más intuyeron sabían a quién se enfrentarían; A Pride.
Apenas el homúnculo orgulloso apareció los alquimistas, militares y quimeras retrocedieron un poco, Envy lo hizo tan pronto pudo reaccionar de su pequeña parálisis.
Al haber pasado tiempo con ellos Gerald sabía lo fuerte y peligroso que era Pride, si éste hasta había tratado de matarlo aún cuando el plan era tenerlo vivo, y esta vez no sólo sería contra él sino que también sería con Bradley. Contra ellos dos, no amenazarían con matar a alguien si no se realizaba la transmutación humana, ellos matarían sin siquiera dar lugar a la amenaza, aún teniendo a Envy recuperado sabía que no tenían oportunidad.
—Por favor, cuídala por ahora...
Apenas Gerald escuchó a Mustang decir esas palabras y ver como ayudaba a Riza a sostenerse de Darius, el moreno cerró los ojos con fuerza y molestia, y pateó con fuerza una de las piernas del Coronel, éste al instante perdió el equilibrio por lo que la quimera con apariencia de gorila tuvo que sostenerlo también.
—No ibas a lograrlo, Roy... —mencionó el moreno mirando al mayor quien sólo miró con el rostro confundido apenas pudo volver a ponerse de pie por sí mismo.
Ganar sería imposible incluso para Mustang, de algún modo u otro acabaría haciendo lo que los otros querían y eso bien Gerald lo sabía.
—Así como están ganar es imposible, ¿verdad...? —cuestionó Gerald con una sonrisa triste a lo que Envy asintió.
—Sería capaz de hacerle frente si tuviera todas las vidas que tuve en un principio, absorbí muchos soldados pero no son suficientes... No tengo la fuerza suficiente... —murmuró entre dientes—. No podemos ganar. Odio admitirlo pero...
—Entonces, lo siento... —El homúnculo se preocupó al escucharlo pero intentó calmarse sin éxito cuando Gerald colocó una mano en uno de sus hombros—. Te prometí que ambos estaríamos juntos... pero quizás ambos no sobrevivamos...
Sin esperar por una respuesta el moreno sostuvo a Envy del brazo y rápidamente lo impulso hacia atrás, específicamente hacia donde estaba Roy pues confiaba en que esta vez no iba a matarlo.
Sin perder más tiempo avanzó hacia Wrath chasqueando los dedos, era de esperarse que él esquivaría las llamas mientras corría hacia él recogiendo espadas que eran de los soldados de antes, pero ¿qué importaba si lo atacaba si era uno de los más herido del grupo? Aún si moría los otros aún podían continuar, en su estado él no era muy útil que digamos.
El humo causado por las llamas redujo la visibilidad del moreno impidiéndole ver a Bradley hasta que este se lanzó encima del muchacho, clavando una espada en cada una de las manos del joven impidiendo más movimiento de estas, la tela de sus guantes se rasgó lo suficiente para que las chispas no se pudieran formar. El tejido de la tela no fue lo único que se rompió, el tejido de sus manos igualmente se había desgarrado y al estar ambas armas incrustadas en el suelo todo movimiento del menor era imposible, de otro modo podría dañárselas todavía peor.
—¡Koinu! / ¡Gember!
Tanto Roy como Envy, por más que quisieran acercarse, ninguno lo hizo. Mustang no pudo avanzar debido a que la onda expansiva que generaron las últimas llamas sumadas al humo le impidió totalmente el acercamiento, además de nada le servía acercarse siendo que Pride y Wrath seguían mirando atentos a cualquier movimiento. A Envy casi no le afectó la onda expansiva o el humo y realmente que los otros homúnculos estuvieran ahí era lo menos que le preocupaba, él sí se habría acercado pero el mismo Mustang se lo impidió.
El moreno sintió bastante dolor en ambas manos pero reprimió el grito para no darles ese lujo a los otros, afortunadamente el dolor sólo duró unos segundos pues al cabo de poco tiempo perdió la sensibilidad en la zona de los cortes, ya simplemente no las podía sentir.
—Bien hecho, Bradley —dijo el doctor avanzando hacia los homúnculos que tenían al moreno—. Justo lo que esperaba de...
Nuevamente Pride no dejó terminar la frase de alguien debido a que atacó.
Bajo la mirada sorprendida de todos atravesó el pecho del doctor del diente dorado con una de sus sombras y con otras más lo atrapó. Más sombras se arrastraban por el suelo tomando la forma de un círculo de transmutación, uno igual al que antes había sido dibujado por el macabro doctor.
—Esperábamos que fuera el Coronel Mustang pero por tu imprudencia y los problemas que nos causaste, tú serás el Quinto Sacrificio, Gerald Katsaros.
—No puedes estar hablando en serio... —el cambiaformas todavía intentaba acercarse sin éxito, nuevamente la luz azul y la ventisca de antes se hicieron presentes dificultando sus intentos—. ¡No puedes! ¡Él nunca fue mencionado ni siquiera como candidato a sacrificio! ¡No puedes simplemente ponerte a experimentar ahora! ¡Ni siquiera sabes si podrá abrir la puerta!
—¿Tú piensas decirme a mi cuál es el plan? —cuestionó Pride enfatizando la primera y la quinta palabra de su pregunta—. Sólo yo sabía lo que haríamos con él... ¿Alguna vez te pusiste a pensar para qué nos sería útil este humano?
Envy se mantuvo en silencio, era verdad; hace años se había formulado esa pregunta y Pride jamás le respondió.
—¿Tienes idea de lo que habría pasado si llegabas con él a la habitación de Padre? Ahora te lo diré... le habríamos introducido la Piedra Filosofal de Lust —Todos los presentes, a excepción de Bradley, se sobresaltaron—. Papá estaba consciente de que uno o dos de nosotros moriría y una vez que Gerald hubiera terminado con el riguroso entrenamiento que le dábamos él reviviría al homúnculo usando su cuerpo. Se habría vuelto el arma perfecta; sus ataques se habrían potenciado, se regeneraría, tendría las habilidades del homúnculo que cedió la piedra y sería el único de nosotros capaz de usar alquimia, principalmente la de fuego que es la más dañina de todas.
Envy frunció el ceño.
—¿Por eso no nos dijiste? ¡¿El éxito de ese plan dependía de la muerte de uno de nosotros y te lo callaste?!
—Te repito que el homúnculo habría revivido; en este caso habría sido Lust quien controlaría todo de él, por eso habría sido útil que hubiera sido obediente o haberle dejado "roto" mentalmente para hacer el proceso más fácil —dijo el mayor a modo de respuesta—. De cualquier modo ese plan ya fracasó por tu culpa, no fuiste capaz de llevarlo con Padre y luego cambiaste al bando perdedor, así no permitirías que se arriesgue a pasar ese proceso de la piedra aún cuando él podrá sobrevivir. Y si sobrevive a eso... ¿No crees que sobrevivirá también a la transmutación humana? —sonriéndo volteó a mirar a Gerald—. Es una pena; si hubieras sido obediente, habrías sobrevivido este día con un poder que ni tú te imaginabas.
Tenía miedo pero el rostro del moreno mostraba simple indiferencia. Gerald cerró los ojos y suspiró. No rogaría y no lloraría, con Pride eso era batalla perdida.
—Prefiero morir débil siendo yo mismo antes que vivir para siempre sin ser yo —murmuró el menor—. Además... Ya permito que un homúnculo controle mi cuerpo a su antojo...
—¡Suéltalo ya! —gritó Envy insistiendo en acercarse pero Roy no lo soltó.
Envy podía ser muy fuerte y pesado, pero al no poseer la misma cantidad de almas que en un inicio aunque siguiera siendo más fuerte que un humano promedio retenerlo también era más sencillo. Tras ver que librarse le sería imposible volteó furioso a mirar a Mustang. Gerald no estaba bien y ellos no estaban haciendo nada por él, no podía sentirse más inútil.
—¡Suéltame de una vez, imbécil! ¡Déjame ayudarlo!
Aún viendo sus ojos llenos de desesperación el Coronel seguía sin ceder, y como Pride ya estaba cansándose de tanto escándalo, atravesó al homúnculo con una de sus sombras deteniéndose antes de llegar a Mustang. De no estar sujeto por Roy, Envy habría caído mientras se regeneraba pero al estar de pie sólo se regeneró.
—¿Tanto escándalo por un humano debilucho? Siempre supe que eras un idiota y un inútil, Envy, pero nunca creí que serías lo suficientemente patético como para dejarnos por ellos —comentó Pride quitando su mirada del castaño para mirar al homúnculo nuevamente—. Podría quitarte del camino ahora mismo tal como hice con Gluttony, pero no estoy interesado en perder el tiempo contigo.
—¿Qué haz dicho...? —Los ojos el cambiaformas temblaron ligeramente—. ¿Mataste a Gluttony...?
—Todos nosotros provenimos de un mismo Padre, simplemente él y yo volvimos a ser uno luego de que devoré su Piedra Filosofal. Sencillamente necesitaba sus vidas.
—¡Eres una mierda! ¡Él era del equipo! —Envy podía considerarse a sí mismo como un monstruo, un asesino, o con cualquier otra mala cualidad, mas matar a los de su bando jamás se le habría pasado por la cabeza, mucho menos a Gluttony quien era uno de sus más cercanos.
Ya había perdido a Lust, también a Gluttony... y Gerald...
—Mustang, suéltame... ¡Puedes odiarme todo lo que quieras pero por favor suéltame! ¡No quiero perderlo a él también! —Pero Roy seguía sin soltarlo.
—Tranquilo...
Al escuchar la voz del moreno, Envy dejó de forcejear para mirarlo. No podía entender... ¿Por qué había una sonrisa adornando sus rostro herido? Mientras Pride rodeaba con sombras sus brazos y sus piernas el castaño sonreía; sus amigos miraban con terror mientras Gerald sólo sonreía con calma.
—¿Por qué...? ¡¿Por una vez en tu vida... quieres dejar qué tus planes involucran sacrificarte...?!
Gerald no respondió, sólo mantuvo su sonrisa.
Con algo de suerte volvería a ver a todos si sobrevivía, al menos creía poder hacerlo pero morir también era una posibilidad. Le hubiera gustado quejarse de todo lo malo que le ocurrió, empezando desde la muerte de sus padres, mencionar los planes secretos que los homúnculos tenían con él hasta llegar a ese momento, sin embargo, se dio cuenta de que realmente no se arrepentía de nada y lo único que hizo fue seguir sonriendo.
—Realmente hubiera preferido no tener que recurrir a esto —Esas palabras dichas por Pride volvieron a captar su atención—, pero ya no nos queda más opción. Se nos acabó el tiempo.
El doctor, pese a tener una herida grave, seguía vivo y consciente, el homúnculo lo sostuvo en el aire y lo mantuvo justo encima del círculo.
El castaño sonrió con unas finas gotas de sudor bajando por su frente. Nunca había dejado de estar asustado pero ahora sin nada que perder no veía muy conveniente demostrar su temor.
—"¿No querías recurrir a esto?" Suena como si algo te molestara de hacerlo ¿Será que esto supondrá una desventaja para ti?
Pride soltó un gruñido al ver todavía la sonrisa irónica que el castaño mostraba con el único propósito de fastidiarlo, tal parece que había dado en el blanco.
—Vamos a forzarte a abrir la puerta —Le recordó Bradley tratando de intimidarlo nuevamente como si buscara quitar la sonrisa que aún adornaba su rostro—. Pride ha asimilado a un alquimista que tiene el conocimiento sobre la transmutación humana —El hombre del diente dorado al escuchar que se referían a él trató de moverse para liberarse, no obstante, resultó totalmente inútil.
—¿Por qué me explicas algo que ya sabía? Vaya... Ustedes, los homúnculos, son tan predecibles —soltó el castaño sin borrar la sonrisa.
Eso había sonado muy similar a como Envy lo habría dicho.
—Su plan siempre fue atrapar a Roy, pero entre tener que atraparlo a él y tener que atrapar al niñito imprudente e impulsivo que voluntariamente se acercó como ofreciéndose en bandeja de plata... Vaya que la segunda opción sonaba más fácil ¿no? —Los homúnculos sólo permanecían quietos mirándolo con seriedad.
Antes de seguir hablando el menor miró hacia su grupo
—No tengo idea de qué pasará conmigo pero me alegra que no sea Mustang quien abra la puerta. Él es más útil aquí que yo... Así que Roy, ni siquiera se te ocurra soltar una sola lágrima por mí y ve a detenerlos... Y gracias... En verdad, gracias por todo...
Aunque dejaron que el castaño hablara ni a Wrath ni a Pride le importaban sus palabras. Mientras el menor pasaba a agradecerle a Hawkeye todo lo que esta había hecho por él, el homúnculo de apariencia infantil terminaba de rodear con sombras el cuello del menor de manera floja para que así el Führer pudiera apartarse.
—Ya lo tengo asegurado. Apártate, Wrath —dijo Pride.
Luego de esa instrucción, Bradley quitó las espadas que hasta ese momento seguían incrustadas en las manos del moreno, como la herida ya estaba hecha y la sensibilidad todavía no regresaba, retirarlas no causó dolor.
Al castaño se le aceleró la respiración mientras miraba al mayor caminar fuera del círculo, aunque su rostro seguía luciendo esa sonrisa burlona. Aquella era su naturaleza y pensaba seguir así hasta el final, no obstante, de no ser por esa sonrisa, todos notarían el profundo miedo que sentía.
—Debo decir que siento curiosidad —dijo el homúnculo de base humana a Gerald—, ¿qué será lo que tomarán de ti?
El moreno, como si no le hubiera prestado atención, simplemente siguió con sus agradecimientos.
—Envy... Por haber estado conmigo... —Sentía que su voz empezaba a entrecortarse—, por haberme cuidado todo este tiempo... y por haber sido mi compañero... —Y ahí acababa de botar la primera lágrima—, te agradeceré siempre... Fue un honor... conocerlos a todos... Incluso a ustedes, estúpidas quimeras...
Y su sonrisa fue lo último que vieron.
Sólo Envy había escuchado un grito del castaño que se asemejaba al que acababa de escuchar, sin embargo, este fue todavía peor; todo el dolor y el miedo que sentía fue reflejado en ese fuerte alarido.
—¡Gember! —Esta vez fue Roy quien tuvo el impulso de acercarse pero fue May quien lo detuvo.
La luz proveniente de la transmutación fue enceguecedora por lo que nadie en la sala fue capaz de mantener la mirada por mucho tiempo, y para cuando fueron capaces de mirar Gerald ya no se encontraba ahí.
Tal vez había perdido el conocimiento, o quizás había muerto, el castaño no lo sabía en ese momento, sólo veía todo de color blanco a su alrededor.
—Lo sentimos... —escuchó el moreno, podía reconocer esa voz.
—¿Damian...? ¿Eres tú...? —cuestionó Gerald sin poder verlo, todo era blanco por ahí y blanco por allá—. ¿Dónde estás...?
—Para esto no podemos ayudarte... —Gerald volteó al sentir la voz de Nekros justo detrás de él.
Las tres personas que representaban su consciencia miraban con lástima al castaño como si sintieran que habían fallado con su propósito. El moreno quiso acercarse a ellos y decirles que no era culpa de ellos, él mismo tomo la decisión y por eso estaba ahí, pero al igual que una barrera o un escudo hubo algo que le impidió alcanzarlos.
Sin éxito el moreno siguió intentando hasta que algo más llamó su atención, algo sonaba igual que cuando el chasqueaba sus dedos, con curiosidad buscó la fuente del sonido y descubrió una pequeña chispa que llegaba hasta una puerta gigantesca. Si era seguro o no acercarse era algo que no podría saber sin intentarlo así que decidió dirigir sus inseguros pasos a aquella puerta.
Esta era enorme, más grande que cualquier otra que hubiera visto, tenía un círculo de transmutación grabado, este era como el de sus guantes pero mucho más complejo y detallado. También habían algunos grabados de llamas, letras en algún idioma que no conocía e incluso un símbolo de Ouroboros igual al que Envy tenía en la pierna. Así que esa era la Puerta de la Verdad.
Volteó tan pronto como sintió una presencia detrás de él, creyó que sería alguno de los de su consciencia pero se equivocado; era un tipo completamente blanco y sin ningún rasgo facial, únicamente tenía una gran boca enseñando sus blancos dientes en una ancha sonrisa de oreja a oreja.
—¿Quién eres...? —cuestionó el moreno dejando que el miedo lo invadiera de a poco, ya no había necesidad de hacerse el valiente.
Aquel ser no se movió.
—Yo soy lo que ustedes llaman "El Mundo" —respondió ese ente—. O quizás "El Universo"... O quizás "Dios"... O quizás "La Verdad"... O quizás "Todo"... O quizás "Uno" —El de claros ojos se quedó atento, sin embargo, no comprendía bien—. Pero también soy "Tú".
Gerald sintió todo su cuerpo paralizarse cuando el de sonrisa lo señaló con su dedo índice.
—El deber de La Verdad es otorgarte desesperación para que no te vuelvas arrogante.
Aún así algo no le cuadraba.
—Espera... A mi me forzaron... Yo no la abrí porque decidiera hacerlo...
Él no hizo la transmutación humana a voluntad ¿Entonces por qué debía ser castigado? Porque a los ojos de La Verdad eso no era importante, La Verdad no veía los motivos o los métodos sólo veía hechos, después de todo los hechos eran verdades. Si obligaban a alguien a sostener un arma, colocar su dedo en el gatillo y lo fuerzan a dispararle a alguien, puede que esa persona no lo haya matado a voluntad, pero finalmente seguía teniendo en posesión el arma que asesinó; aquí era similar.
Apenas logró pensar esa teoría cuando la puerta detrás del castaño se abrió de par en par y un montón de manos negras lo sujetaron con firmeza hacia el interior. El resto fue como si un montón de información desconocida entrara a su cabeza sin poder detenerla, entre ellos iban varios recuerdos, momentos que atesoraba o imágenes que quisiera borrar; todo estaba ahí.
Independientemente del recuerdo o información que fuera ya no quería más, era demasiado, sentía que su cabeza le explotaría cual bomba en cualquier momento. Ya llegado un punto dejó de sentir todo eso meterse en su cabeza, pero ahí permanecía, tampoco el dolor de cabeza desaparecía.
—He traído al quinto, Padre.
—Sí. Ya están todos. Pero Alphonse Elric no ha despertado aún.
—Katsu... Oye... ¡Katsu! ¿Estás bien?
Debió haberse desmayado puesto que no recordaba haber llegado al suelo. Cuando abrió los ojos se dio cuenta de que ya no estaba en ese lugar blanco. Estaba de vuelta en el subsuelo de Central aunque ni Roy ni el resto se encontraba ahí.
Con cuidado se puso de pie y miró a su alrededor.
—¿Eh? ¿Ed...? —cuestionó en un suspiro, en una voz tan baja que prácticamente no escuchó. Sólo recobró por completo la consciencia cuando se levantó.
No sólo estaba su amigo rubio, también se encontraban Alphonse, aunque este parecía desmayado, y una mujer de cabello negro con una Cruz de Flamel tatuada en el pecho, Gerald asumió que se trataba de la maestra de los Elric.
Además de ellos, también estaban Pride y un sujeto oscuro con varios ojos alrededor de su cuerpo, el homúnculo lo había llamado "Padre", así que no era difícil asumir quien era, pero como el castaño había estado desmayado no sabía que se trataba de él, mucho menos sabía cómo había adquirido esa nueva apariencia.
El moreno caminó hasta adelante y recogió algo del suelo, no sabía cómo pero se le había caído el collar del rey de ajedrez.
—Espera... Si estás aquí significa que abriste la puerta. – Observó Edward.
El moreno sólo permaneció mirándolo pero a los pocos segundos dejó de prestarle atención, ni siquiera se tomó la molestia de responderle. Había sólo cuatro alquimistas, tres considerando que Al estaba en el suelo, pero Pride había dicho que él sería el quinto ¿Dónde estaba el último?
—Pero aún tienes tus brazos y tus piernas... —Gerald estaba de espaldas al rubio y no volteó cuando éste le habló, ni siquiera mostró amago de voltear a mirarlo como si no supiera que Ed iba dirigido a él en primer lugar, Gerald sólo siguió pensando sus cosas en silencio hasta que Edward se le acercó de golpe y lo forzó a mirarlo—. ¿Qué perdiste?
El Alquimista de Acero estaba confundido; él perdió su pierna y su brazo, Alphonse perdió su cuerpo, y su maestra, Izumi Curtis, perdió algunos órganos internos.
Algo debió perder Gerald si cruzó la Puerta de la Verdad, no podía ser que saliera normal. Otra cosa que no entendía era por qué su mirada parecía molestarse mientras le hablaba, su rostro no demostraba miedo o alguna perturbación por las palabras del rubio.
Por su parte, desde que el castaño había despertado había una cosa que tampoco podía comprender...
—Ed, ¿qué demonios quieres? —empezó algo hastiado, la velocidad en su hablar era signo de su molestia—. Trato de pensar en qué hacer, así que si tienes algo importante que decirme háblame en vez de sólo mover la boca, pero ¿cómo quieres que te entienda si no me hablas?
¿...Por qué todo está tan jodidamente callado...?
—¿De qué estás...? —Al ver el rostro de su amigo empalidecer de repente Edward no fue capaz de terminar la pregunta.
—Oye... —Gerald no pudo hacer nada esta vez para contener la mirada de espanto—, ¿por qué no puedo oír nada...?
Sentía las palabras salir de su boca, sabía que las decía pero no las podía escuchar. Entonces no era que Edward estuviera moviendo la boca por fastidiar, era que él ya no podía escuchar las palabras que articulaba.
—Nada... ¡No puedo escuchar nada!
La maestra de los Elric, que era la que estaba más cerca de él, corrió y lo sostuvo con la intención de calmarlo un poco. Todos ahí sabían lo que se sentía pues ya habían pasado por ese dolor e incertidumbre antes, sin embargo para Gerald todo eso era nuevo.
—¿Qué pasó? Ya no pareces tan confiado como antes —dijo Pride con sarcasmo sabiendo que el moreno no lo escucharía—. Así que fue tu audición, me parece bien. La Alquimia de Fuego es la más problemática dentro de los Alquimistas Estatales, y debo decir que tu audición resultaba útil para evitar ataques o percibir a tu oponente, es una suerte para nosotros que ya no la tengas.
El moreno levantó la mirada sólo un poco aunque no tenía idea de a quien mirar.
—Sin embargo, Mustang era más problemático que tú, hubiera resultado más conveniente que él perdiera algo.
Cuando los ojos de Gerald lograron identificar a quien movía la boca notó que parte de la mejilla del más pequeño se desintegraba pero dicho estado en el que se encontraba le impidió darle importancia y miró al rubio nuevamente. No entendió nada de lo que Pride había dicho, no sabía lo que pasaba, todo estaba tan callado para él que era insoportable.
—Ellos... Ellos me forzaron a abrir la puerta —dijo aún sin aceptar que ya no podía escuchar ni lo que decía. Ni siquiera sabía si lo que decía era relevante para algo—. Querían a Roy, pero...
Cuando notó que el rostro de Edward se sorprendió supo que había entendido lo que le decía, por suerte la voz no la había perdido.
—¿Al Coronel? —cuestionó Ed mirando fijamente al mayor.
Si no podía escucharlo al menos tenía la leve esperanza de que pudiera leer sus labios, aunque esto no dio resultado, eso un sordo lo va adquiriendo con el tiempo pero no es algo que de un segundo para otro se pueda lograr, así que volvió a mirar a Pride.
—Ya lo dije; el Coronel Mustang habría sido el oponente más difícil —repitió el homúnculo—, aunque si ahora debe hacerse cargo de un sordo de igual modo sería un inútil para pelear.
El sujeto con varios ojos miró a Pride y le sonrió.
—La Verdad es cruel —dijo este desviando lentamente sus múltiples miradas hacia el rubio—; por querer recuperar a tu familia perdiste una pierna y a tu hermano, tu única familia que quedaba con vida; por desear sentir la calidez de su madre fallecida, Alphonse perdió todo su cuerpo dejándolo incapacitado de sentir cualquier tipo de calidez.
Después de los Elric miró a Izumi.
—La mujer que deseaba recuperar a su hijo muerto fue provista de un cuerpo incapaz de volver a reproducirse.
Ella entrecerró la mirada y luego la apartó.
—Y ahora, el chico que decidió seguir el camino de sus padres, que quería escuchar risas en sus amigos y en la gente del país tal como ellos habrían querido ha perdido la audición. Nunca podrá oír las risas que esperaba ni ninguna otra cosa.
Gerald ni siquiera lo miró, no sabía ni que se refería a él.
Luego de sonreír nuevamente volvió a mirar al mayor de sus hijos.
—Así actúa La Verdad; le da a los humanos la cantidad justa de miseria para que no se vuelvan arrogantes.
—¡¿Cómo podría ser eso justo?!
Las manos de Edward empezaron a temblar luego de escucharlo, "¿Miseria para alguien inocente?" Eso era lo que había pasado y por más que trataba no podía ver la "justicia" que Padre decía en esa situación.
—Los que actuamos por iniciativa propia seguro que lo merecemos —Lentamente fue empuñando su mano en señal de frustración—, pero alguien que ni siquiera lo deseaba fue obligado a llevar a cabo la transmutación humana, ya no puede escuchar ¡¿y dices que lo tiene bien merecido?! —Nuevamente se puso de pie—. ¡La Verdad es demasiado ilógica para aceptarla!
Tras ese grito Padre volvió a sonreír. Gerald se dejó caer al suelo intentando procesar lo que ocurría, por más que trató de reunir información sólo mirando a su alrededor no pudo entender nada. Sólo sentía unas intensas ganas de gritar lo más fuerte que pudiera y quemar todo el lugar, ¿pero de qué iba a servir? Eso no traería su audición de regreso. Por el momento todo lo que podía hacer era sufrir... pero sufrir en silencio.
"¿Por qué mi audición? ¿Por qué mi sentido mejor desarrollado?" pensaba.
Toda acción tenía su consecuencia; esa era la ley del intercambio equivalente, era en lo que él creía. Eso fue lo que obtuvo por interferir pero no habría deseado que Roy pasara por eso de ningún modo. Viéndolo así, gustoso aceptaría ese destino pero aún así se sentía terrible.
Por primera vez en su vida un sonido imperceptible para cualquiera no interrumpió sus pensamientos, al contrario, ahora fue el único que no lo pudo escuchar en ningún momento.
Al igual que cuando Envy apareció rompiendo el techo un estruendoso sonido provino del mismo, la diferencia era que esta vez se trataba sólo de May Chang. Todos miraron hacia arriba sorprendidos excepto Gerald, quien únicamente miró cuando un pequeño trozo del techo cayó en su hombro.
—¿Cómo se atreve esa niña a hacer un agujero en el techo de mi casa? —Se quejó el homúnculo mayor.
—Se ve diferente ahora pero juzgando por su presencia... —Al igual que Ling, ella podía detectar energías en las personas y en Padre aquella energía era muy distinta al resto—. ¿Eres el líder inmortal, no es así? —cuestionó ella en voz alta, sin embargo, no obtuvo respuesta, tampoco esperó por una ya que daba por hecho que tenía razón.
Además, cuando vio a la armadura en el suelo le dejó de importar por el momento quién era ese tipo.
—¡¿Alphonse?! —Se sobresaltó mientras se acercaba rápidamente al menor de los Elric—. ¿Qué pasó? —Le preguntó a Edward que estaba más cerca de ella.
—No lo se —respondió él igual de preocupado que la menor—simplemente no despierta.
Escuchar eso sólo causo más preocupación en la menor y reiteradamente se puso a decir el nombre del menor de los Elric.
Los esfuerzos por despertarlo parecían ser en vano pero de repente la armadura se estremeció y se sentó.
—¡Al! —exclamó su hermano acercándose—. ¡¿Estás bien, Al?!
—¡Alphonse! —Tanto la princesa de Xing como Edward y la maestra estaban muy preocupados por Al, Gerald lo habría estado de haber sabido que algo estaba mal con él en primer lugar, mas no lo sabía, aún así como vio que todos se acercaron a la armadura el castaño también lo hizo.
—Maestra... Hermano... May... Gerald... —murmuró el menor de los Elric sin saber dónde estaba o qué había ocurrido—. Esperen... ¿Dónde estamos?
Al ver al sujeto de los ojos Alphonse se sorprendió, mas al verlo junto a Pride entendió quien era y se preparó para luchar.
Padre los miró a todos y finalmente sonrió de oreja a oreja.
—Con él aquí ya tengo a los cinco.
The truth in front of my eyes
Along with all those desperate lies
Fade away like they're old memories
The warmth of someone's love
I have no feeling of
All those things I don't know anymore.
You told me when you left me
That I'd be fine all own my own
From your lips you spoke one last good bye
That look of sympathy
Is nothing new to me
You would think by now it wouldn't faze me.
Merciless memories
They're ringing on so unforgivingly
They show no intent of letting me go free
And if I close my eyes
And try to drown them out
They only grow
They're closing in
And far away you laugh.
Will the rain falling down
Ever find an ending?
All this time I've been
Waiting in the freezing cold
Will the rain ever leave me alone
I wonder why it chose
To follow me when
There's nowhere else I can go.
~Rain / SID
Cover: AmaLee
Bueno... hora de llorar. En lo personal empecé a sentir pena escribiendo este capítulo... Es más, las palabras de despedida de Gerald me sonaron bastante similares a la escena de Squid Game
De hecho...
Tal vez en algun momento haga un dibujo más completo.
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