Capítulo 21: Orgullo de Humano

Buenas, gente bonita. Espero se encuentren muy bien. Sólo quiero dejar un pequeño mensaje antes de que inicien con la lectura.
También avisar que habrá otros capítulos en los que deje este mensaje.

Advertencia
Este capítulo, a pesar de no tener contenido +18, contendrá escenas que son un poco más subidas de contexto aunque nada en exceso.

Una semana. Ese era el tiempo que Gerald llevaba con los homúnculos.

No podía decirse que el castaño estaba bien pero tampoco estaba mal, como él había dicho ya un par de veces "sólo sobrevivía", no había mucho más que hacer aparte de eso. Nadie encontró la hoja con el mensaje que el castaño descifró de Mustang ya que él mismo se aseguró de quemarla una vez la descifró.

Los homúnculos no se molestaron en darle un tiempo antes de comenzar y les daba igual si acababa de llegar con ellos, después del día en que lo trajeron empezaron con los entrenamientos inmediatamente.

Todos esos días tuvo que pelear con Greed, ni siquiera pensó en intentar hacer reaccionar a Ling ya que, sinceramente, no le importaba mucho, además, quería concentrarse bien en la pelea. El primer día tuvo que entrenar su audición, algo muy sencillo a decir verdad, no falló ni una sola vez, el resto de los días fueron combates en serio, pero no a muerte ya que sólo querían medir las habilidades del castaño y el Ultimate Shield, es decir, el escudo con el que la codicia se defendía, era perfecto para esa tarea.

Gerald prefería ni siquiera toparse a Wrath en aquel subterráneo, aún seguía molesto con él por haberlo metido en esa situación, aunque tampoco podía decir que todo en eso era malo; por un lado veía que podría volverse más fuerte, y por el otro, tampoco era tan aburrido ya que Envy estaba ahí, también.

A decir verdad, al castaño al principio no le importaba para nada el homúnculo de la envidia, sin embargo, dentro de toda la situación, era divertido intercambiar palabras con él cada vez que le llevaba de comer, a veces solía ser molesto y discutían pero eran de ese tipo de discusiones en las que ambas personas tenían una sonrisa burlona como para ver quién de los dos era el primero en molestarse.

—Hola, otra vez. Oh ¿No te dije que debías comerte todo? —dijo Envy entrando a la habitación en la que el joven pasaba la mayor parte del día, venía con una bandeja en sus manos.

El castaño se levantó de la cama y avanzó hasta el homúnculo.

—¿Cómo esperas que mantenga mi peso adecuado si me das tanta comida? —respondió el moreno a modo de pregunta sentándose frente a la mesa, esta aún tenía una bandeja casi vacía con comida, sólo faltaba un sándwich—. Al menos agradece que acepto la comida, no como el otro prisionero que tienes.

La envidia caminó hasta la mesa y colocó la bandeja que él traía en ella y luego se sentó frente a Gerald.

Sólo gracias a las horas en las que Envy llegaba a darle comida, podía estimar las horas del día, esta vez diría que eran entre medio día y la una de la tarde.

—¿A quién quieres engañar? Desde niño has estado en desnutrición según los médicos. Siempre tu excusa es que te doy demasiado, pero casualmente siempre lo "demasiado" es cuando traigo verduras.

—Aún desnutrido, estoy sano. Y sí, exactamente, siempre que traes verduras es demasiado. Si no me gusta, no lo como, así funciona —Gerald se sentó frente a la mesa y empezó a comer, por suerte no eran verduras esta vez.

—Ustedes, los humanos, son tan extraños con eso de sus gustos al comer. En mi opinión, la comida es comida —Se quejó negando sutilmente.

—Fácil para ti decirlo porque ustedes, los homúnculos, nunca comen —respondió el menor usando a propósito la misma entonación que Envy solía usar.

—Sólo dejaste un sándwich del desayuno, pero vas a tener que comerlo, necesitas energía para hoy —atajó el de cabello largo viendo al menor empezando a comer—. Después de almorzar pelearás con...

—Con Greed, ya lo sé —interrumpió el moreno.

—No. Hoy con Pride —corrigió.

El menor dejó de comer por la sorpresa debido al repentino cambio de planes pero luego siguió comiendo como si no comprendiera el peligro que podría suponer.

—¿Hola? ¿No me escuchaste? Vas a pelear con Pride —repitió mirando que el castaño seguía sin ninguna reacción en particular—. ¿Estás sordo o qué?

Después de tragar la comida que aún masticaba levantó un poco la vista.

—Te escuché perfectamente, pero ¿Quién es ese Pride tan importante? —cuestionó el castaño tomando un sorbo del vaso con agua en la bandeja.

—Mi hermano mayor, es decir, el mayor de los siete... Más bien de los seis —contestó el homúnculo con el rostro sorprendido.

Era cosa de lógica; Pride significa orgullo, por lo tanto su adversario sería una persona orgullosa ¿No entendía qué podía pasar si se enfrentaba con una persona aún más orgullosa que él?

—Oh. Ya entiendo qué es lo que sucede —comentó el menor de repente con un tono de falsa lástima—. El hermano menor siente miedo de su hermano mayor ¿eh? Qué pena... —Se rio suavemente de su propio comentario, mas al ver que Envy no le regresó la burla se detuvo.

¿Tan malo era ese Pride? No lo conocía y sólo había escuchado sobre él una vez, aunque, ahora que recordaba bien, en aquella ocasión, el homúnculo cambiaformas se había alterado mucho, así que tal vez fuera más serio de lo que pensaba.

—Aunque cambiarás de oponente aún puedes usar la espada que el Enano de Acero te dio, igual que con los combates con Greed —comentó subiendo de a poco la mirada hacia el cuello del castaño—. ¿Aún sigues con ese collar? Tarde o temprano se te acabará clavando durante un entrenamiento.

—Prefiero eso antes de sacármelo —Fue todo lo que Gerald dijo respecto al collar del rey blanco, en vez de mencionar algo más sobre él sólo se puso a pensar que al menos esa semana había mejorado en pelear con espadas—. Oye, no entiendo ¿No querías que yo me comiera ese sándwich? —preguntó riendo suavemente, viendo la comida en las manos del contrario con una mordida.

—Mala suerte, es mío ahora —respondió el homúnculo dándole otra mordida al sándwich. El moreno simplemente se encogió de hombros, tampoco le importaba que se lo comiera ya que él no iba a comerlo, aunque esos días estaba particularmente hambriento.

Los homúnculos no necesitan comer, pero Envy lo estaba haciendo porque estaba un poco nervioso. El mismo Pride había ordenado que ese día el menor se enfrentara a él y al homúnculo más joven le preocupaba, no tanto por el humano, sino porque todo lo relacionado con el homúnculo mayor lo ponía de esa manera.

—Bueno. Ya terminé —anunció el menor varios minutos después levantándose de la silla una vez que terminó su almuerzo—. Dijiste después de comer ¿no? ¿Nos vamos ya?

Mientras el más pálido se levantaba, también, el castaño caminó hacia un estante en el que estaba la espada apoyada y la tomó, esta había sido traída a la habitación el mismo día que llegó Gerald, aparentemente uno de los homúnculos la encontró en donde se encontraba Padre y prefirieron dejársela al castaño.

Después de eso, Envy asintió saliendo él primero de la habitación, Gerald lo iba siguiendo unos pasos más atrás.

—Espera... —musitó el castaño luego de minutos de caminata. Ni el moreno sabía la razón, pero se había cansado—. No es una excusa para no pelear, lo haré, pero no me siento bien hoy.

Envy lo miró confundido, el día anterior el menor había estado bastante bien. Sí, terminó algo exhausto y ligeramente mareado de la pelea con Greed, pero todo había seguido normal.

—Vamos, no hay tiempo que perder.

El homúnculo sólo negó con la cabeza y esperó a que el castaño volviera a caminar, cosa que no tardó mucho en suceder, y retomaron su camino por los laberínticos pasillos que el moreno jamás memorizaría hasta llegar a una gran sala únicamente iluminada por unas ampolletas en el techo. Era circular y amplia, y sólo contaba con la presencia de un humano y dos homúnculos.

—Ya veo... Así que por eso Selim nunca sería la debilidad de Bradley... —observó el humano presente en la habitación manteniendo una sonrisa de manera forzada y nerviosa esta vez—. Selim Bradley es también un homúnculo...

Frente a él se encontraba un pequeño niño de no más de diez años con cabello corto y negro al igual que sus ojos. Sin embargo, las apariencias engañan, y eso bien lo sabía gracias a Envy; si Selim Bradley, el hijo del Führer, estaba ahí con ellos era porque sólo se trataba de otro homúnculo, no, ni siquiera era correcto llamarlo Selim Bradley; él era Pride.

El de apariencia infantil sonrió, realmente parecía una sonrisa de niño tierno, pero las sombras a su alrededor le otorgaban lo atemorizante.

—Así que tú eres nuestro aliado. Es un placer conocerte por fin, humano Gerald. Soy Pride, y soy el primer homúnculo —Se presentó el homúnculo sin borrar su sonrisa—. Gracias por traerlo, Envy. Ya puedes retirarte.

El castaño desvió su mirada al mencionado, quería decirle algo para molestarlo como "¿No habías dicho "hermano mayor"?" o "¿Tanto alboroto hiciste para que acabara peleando con un niño?", mas no lo dijo al ver cómo el homúnculo en cuestión tensaba sus fuertes brazos, tenía las manos empuñadas con fuerza y un rostro serio que, por el tiempo que Gerald lo conocía, indicaba molestia. La cosa es que el de ojos claros nunca antes lo había visto así de tenso.

—Prefiero quedarme —respondió Envy prácticamente murmurando, si no se hubiera prestado atención a sus palabras, no se habría entendido lo que decía.

—Tu presencia es innecesaria, pero puedes quedarte si quieres —comentó Pride mirando al homúnculo más joven.

Después, sus negros ojos se posaron en Gerald nuevamente.

—Tal vez me conozcas como el hijo de King Bradley, pero la verdad es que soy incluso mayor que el. Ahora escúchame. Tus entrenamientos con el Alquimista de Fuego son una broma de mal gusto comparado con lo que harás ahora. Incluso tus peleas con Greed no serán nada. Me atacarás con la espada que traes ahí hasta matarme una vez, puedes lanzar fuego pero sólo puedes realizar un disparo ¿Está claro?

El homúnculo ya no sonreía, ahora tenía la cara de no ser el tipo de personas a las que les gustaba esperar así que el chico asintió casi de inmediato.

Sin decir absolutamente nada más, las sombras que llevaban un tiempo moviéndose bajo Pride fueron directamente hacia el castaño con mucha velocidad, el moreno logró moverse pero no antes de que las sombras le rozaran la mejilla. Aunque no era grave y apenas le había rasguñado, dolió mucho, era filosa y le dejó un hilo carmesí bajando lentamente por su rostro, Gerald sería un tonto si con eso no se daba cuenta de que el más bajo iba en serio.

Si sólo podía lanzar llamas una vez se decidió por guardar el chasquido para otro momento, uno en el que supiera que sería útil usarlo, por el momento sólo se defendería con la espada que traía.

Pride no le daría ventaja ni por un segundo, le dio a sus sombras una forma puntiaguda y las envió a atacar al joven sin darle tiempo de descansar. Gerald logró resistir por varios minutos atacando de regreso las sombras con su espada, aunque no podría decirse que usaba el arma para atacarlas, más bien la usaba para defenderse de estas.

Sin embargo, el homúnculo no se había movido ni un poco desde que empezaron y no se le notaba cansado, en cambio, el moreno era humano, había gastado gran parte de su resistencia esquivando las sombras y ya se estaba cansando, aún si no decía nada su respiración agitada lo demostraba, eso sin mencionar que desde el principio no se sentía bien para pelear, empezaba a marearse y no podía detenerse a reposar. El más bajo tenía razón; el entrenamiento anterior no había sido nada.

A medida que el tiempo pasaba, más acelerado era el ritmo cardíaco y respiratorio del castaño, sus fuerzas ya estaban agotándose, si tan sólo pudiera usar todo el fuego que quisiera tal vez habría podido hacerle daño o incluso ganarle, pero no podía usarlo y no quería hacer trampas.

Logró esquivar a medias una de las sombras, otras dos le hirieron un brazo, el pecho y las piernas, y la última falló ya que el menor había caído al suelo mientras la esquivaba. Sin embargo, luego de eso ya no se movió, estaba exhausto, no podría levantarse ni aunque quisiera. Aún podía lanzar la única chispa que tenía permitido usar, pero ¿Qué caso tenía? Pride era un homúnculo, se regeneraría después de eso.

Sintió de repente una pequeña presión en su cuello; Pride había usado una de sus sombras para aprisionar el cuello del castaño y posteriormente alzarlo unos centímetros del suelo. El moreno levantó la mirada para ver qué ocurría sólo para encontrarse con otra de las sombras avanzando muy rápido con dirección a su cabeza. El menor cerró los ojos calmadamente en señal de resignación, aceptando que moriría.

—¡¿Acaso enloqueciste, Pride?! —Después de escuchar ese grito, el moreno volvió a abrir sus celestes ojos, ahora encontrándose con la sombra del homúnculo rozando el espacio entre sus dos ojos, si Envy tardaba un segundo más en hablar, Pride lo habría atravesado sin dudas.

El mayor desvió su cabeza para mirar a su hermano menor con una expresión que estaba entre la seriedad y la molestia.

—No te entrometas, Envy. Esa no es forma de hablarme —dijo él a modo de advertencia, luego volvió a mirar a Gerald sin encontrar miedo alguno en su expresión—. Si no puede soportarlo entonces no nos sirve, es así de simple.

—¡No! —insistió el homúnculo más alto avanzando hasta Pride—. ¿Qué pasa contigo? Llevo cinco malditos años vigilándolo, resistiendo mis impulsos por matarlo y haciendo lo posible para que esté vivo porque tú me lo ordenaste ¿Y ahora lo matarás? —El rostro de Envy expresaba rabia pura.

Nunca se enfrentaba a su hermano mayor, realmente jamás lo había hecho porque sabía que se arrepentiría, pero no iba a tolerar que cinco años de su inmortal vida fueran desperdiciados de esa manera.

—Nunca lo vigilaste, yo sí, así que si alguien lo matará ¡Seré yo! ¡Tengo más derecho que tú en acabar con su vida!

El de menor estatura parecía entretenido por el poco respeto que Envy le mostraba, alejó las sombras de Gerald para ahora acercarlas al homúnculo de menor edad, dejando al humano respirar con dificultad en el suelo.

—Qué insolente, nunca creí que me hablarías así —Envy entonces midió lo dicho hace poco, empezó a asustarse pero no se arrepintió, nunca se disculpaba.

Los labios de Pride formaron una sonrisa maliciosa mientras atravesó con una de sus sombras a su hermano, el cambiaformas no soltó más que un quejido, no quería darle el lujo de que oyera más.

—Mereces un castigo peor, pero no perderé el tiempo en quitarte más vidas, inútil lagartija.

Cuando la sombra volvió a su dueño, el pecho de Envy se llenó de rayos rojos moviéndose desesperados para curar la herida mientras escupía sangre.

—¿Inútil...? ¿Yo...? —murmuró el homúnculo de la envidia terminando de regenerar—. Lo dice el que no puede usar sus sombras en la oscuridad.

El moreno miró hacia el techo con los ojos más abiertos de lo que los tenía hace un segundo. Una idea cruzó por su mente luego de escuchar lo dicho por Envy, y considerando la situación, no perdía nada con intentar.

Lanzó la única chispa que podía usar hacia la fuente de luz en la habitación, así, una vez que las llamas se disiparon, la sala quedó completamente a oscuras, aunque algo de visibilidad había a muy corta distancia. Con eso a su favor, Gerald empuñó la espada otra vez y corrió hacia Pride, clavándosela a la altura del corazón, todo esto mientras el mayor estaba aún confundido de lo que el menor hacía, claro que el homúnculo del orgullo también había alcanzado a realizar un ataque.

—Terminaste por hoy —dijo Pride con el ceño fruncido mientras rayos rojos, similares a los de Envy, le curaban la herida. No se despidió, sólo salió a paso lento de la sala.

El homúnculo más joven pasó junto a Gerald para tener mejor visibilidad de él y soltó un suspiro.

—Nos vamos a tu habitación —Le dijo esta vez sin mirarlo con una voz mucho más calmada que antes, luego volvió a caminar—. Te advertí que no iba a ser nada fácil hoy... Sólo mira cómo te dejó... Hasta tienes un ojo morado...

El menor lo siguió a paso lento sin responderle, no tenía un espejo, pero no necesitaba de uno para saber lo golpeado y rasguñado que estaba; sentía hinchada la mejilla producto de algún golpe. También sentía un ardor en la misma mejilla y otro en el cuello debido a los rasguños que las sombras habían causado, eso además del ojo morado ya mencionado y varios golpes más en otras partes de su cuerpo. 

El silencio volvió a reinar en aquel pasillo, a lo más sólo se escuchaban los pasos, el de ojos celestes tenía pensado hablar para romper el hielo, pero Envy lo interrumpió adivinando lo que el muchacho diría.

—No te atrevas a agradecer, no lo hice por ti —Se adelantó el cambiaformas—. Era la oportunidad perfecta para poner a Pride en ridículo, por eso mencioné que no puede controlar sombras en la oscuridad, por suerte no eres tan idiota y entendiste.

—No iba a agradecerte, iba a disculparme... —corrigió el moreno mientras trataba de recuperar el aire, Envy lo miró algo confundido—. Te atacó porque evitaste que me matara, lo siento... Tampoco tenías que hacerlo... —Envy rodó de ojos luego de oír esa explicación.

—Sí, como sea —respondió el mayor desinteresado. La atmósfera fue envuelta por un silencio incómodo nuevamente así que Envy trató de pensar en algo que decir—. Aún así, me causa curiosidad —dijo de repente captando la atención del castaño quien sólo lo miró con algo de cansancio—. ¿Planeabas dejarte matar? Digo, los humanos normalmente llorarían o rogarían por clemencia si hubieran estado en tu lugar.

El mayor fue frenando sus pasos al llegar a la habitación, sin embargo, mientras abría la puerta notó que el menor aún no le daba respuesta.

—Oye...

Sin entrar siquiera a la habitación, el moreno recostó su espalda en a la fría pared de piedra del pasillo. Cerró sus ojos mientras algo de sudor caía de su frente como si estuviera muy acalorado, respiraba más agitado que antes y una mano fue hacia su estómago con rapidez.

No era que estuviera cansado esta vez, sentía que no tenía nada de aire.

—Pride no es el único ser orgulloso que existe... —respondió a duras penas, no quería que Envy notara aquel intenso dolor, así que trató de ignorarlo un poco más—. Bueno... No me considero tan orgulloso como él, pero sí tengo orgullo... y no pienso renunciar a él mostrándome asustado...

Envy no había recibido la respuesta que esperaba, de hecho, ni siquiera obtuvo respuesta a su pregunta, pero con lo dicho por el joven asumió que aquello era un "sí", planeaba dejarse matar. Pero eso ya ni siquiera le parecía importar.

—Deja de hacerte el fuerte y dime qué diablos te... —Cuando el castaño se llevó una mano a la boca y tosió manchando esta con sangre antes de perder el equilibrio, Envy entendió que el daño no fue tan superficial como pensó—. ¿Qué demonios...? —murmuró sorprendido sin tener idea de qué pasaba, mas después de separar un poco la gabardina del castaño luego de que este cayera al suelo y quitar la mano que tenía firmemente contra su estómago, un montón de sangre empezó a brotar.

La piel morena tenía una profunda herida, daba la impresión de que era una puñalada pero era más que obvio que no fue hecha por un arma blanca; fue hecha por sombras, sombras hechas muy a corto plazo cuando el cambiaformas no pudo mirar a causa de la reducida visibilidad.

—¡Maldito seas, Pride!

La consciencia de Gerald se fue tan rápido como un chasquido de sus dedos. Envy al principio no comprendió porqué no le dijo nada o porqué soportó el dolor de esa herida hasta ahí sin quejarse tanto siendo que eso sólo lo lastimaría más, sin embargo, luego de pensarlo pudo ver únicamente una razón lógica; no era orgullo, si se habría dejado matar por Pride sin siquiera hacer el más mínimo amague por defenderse era porque quería morir, y si lo había hecho una vez bien podía hacerlo de nuevo.

¿Pero porqué querría morir? Para que así no pudieran usarlo más. Bien sabía Envy que a Gerald poco y nada le importaba la muerte, pero sí sabía que nunca recurriría al suicidio porque era lo suficientemente cobarde para hacerlo él mismo, por consiguiente, la única opción viable para morir era que alguien más lo matara.

Una vez formulada esa teoría, que no tardó más de unos segundos en plantearse, el cambiaformas pensó en que lo mejor sería que su padre lo viera, como necesitaban vivo al humano sabía que él lo curaría.

—Más te vale sobrevivir ¿Oíste? ¡Más te vale!

...

Pasaron minutos, horas tal vez, pero el moreno no lo sabía, al estar desmayado bien podía pasar un día y no se notaría. Abrió los ojos mucho tiempo después con el sonido de una puerta abriéndose.

—No... Maldita sea... —Se quejó por lo bajo tras darse cuenta que había despertado, pero al mismo tiempo, se sorprendió al notar que lo que obstruía su respiración había desaparecido y ahora podía respirar con normalidad, además de que su dolor de cabeza de antes de la pelea con Pride se había esfumado.

Sólo permanecían las heridas externas que Pride le había hecho, una pequeña marca en donde había sido la puñalada que pudo tener un resultado mortal, y un sentimiento de profunda tristeza el cual no se explicaba.

—Nunca vas a dejar de asustarme ¿verdad, niño? —La voz de Envy hizo que el de ojos celestes desviara su mirada hacia su posición.

Traía la bandeja con comida en sus manos y la dejó en la mesa antes de acercarse.

—Aparte del resultado de tu maravilloso plan, papá dijo que tenías demasiada sangre acumulada en tu interior, que tal vez fue una herida interna o algo así, la verdad no le entendí bien, pero creo que eso también fue por Pride —Gerald se sentó mejor en la cama mientras lo escuchaba—. Te eliminó ese exceso de sangre, curó la herida interna y curó la puñalada con la sombra, aunque dijo que te dejaría las heridas externas para que aprendieras a tolerar heridas de batalla.

El menor simplemente asintió sin contestarle y suspiró tomando entre sus manos el colgante del rey que permanecía colgado en su cuello, de algún modo los recuerdos que evocaba la figura lo lograron calmar un poco.

—No sé que me pasó... —murmuró luego de unos segundos al sentir que Envy seguía ahí, sería raro estar con él y no hablar de nada en particular.

—Sí. Claro que lo sabes, imbécil; ibas a dejar que te mataran ¿Tienes idea de los problemas que habrías causado?

Gerald intentó levantarse para ir a la mesa y comer pues tenía hambre, pero falló pues casi perdió el equilibrio, así que después de ayudarlo a regresar a la cama, el homúnculo volvió a levantarla y la dejó en su cama para que no se esforzara tanto.

—Si llegas a morir, por el motivo que sea, mataré al Coronel, así que no te recomiendo volver a intentarlo —añadió el mayor sentándose en el borde de la cama.

—Matar a Roy... Matar a Roy... Necesitas conseguir urgente otra amenaza ¿Debo recordarte que él me odia? —suspiró el castaño negando sutilmente con la cabeza—. Y ni siquiera me dejas explicarlo... Sí, está bien, lo admito, planeaba morir hoy, no lo negaré, pero no sé porqué lo decidí, yo nunca habría tomado esa decisión.

El homúnculo chasqueó la lengua en señal de incredulidad.

—Que él te odie no significa que también tú a él —Luego dejó salir una sonrisa burlesca—. Seguro, no tenías idea... ¿Qué creías que pasaría si Pride te atravesaba?—dijo con ironía. El moreno decía la verdad, pero Envy no le creyó.

Gerald sólo lo miró de reojo sin decir nada, no era que no quisiera responderle, pero también había algo más en su mente, ahora que estaba "curado" sentía que nuevamente las ideas en su cabeza, luego de dos o tres semanas, volvían a ser las de siempre.

—Oh, ya veo, estás molesto conmigo porque evité tu muerte —insistió él del mismo modo, pero el moreno seguía sólo mirándolo—. No me dejes hablando solo.

El castaño suspiró y se quedó mirando al homúnculo, el tema del que el cambiaformas hablaba no era precisamente el que estaba en la mente del menor. Claro, toda esa semana había estado pensando en cómo escapar o morir, pero realmente no sabía porqué.

Si se lo preguntaran ahora, Gerald no pensaría en morir, a lo más en escapar, pero ahora que lo razonaba bien... tampoco quería escapar.

—Envy, estuve pensando y... ¿A ti qué te hizo Pride? —preguntó repentinamente el castaño.

Envy se sobresaltó ¿A raíz de qué había salido esa pregunta? ¿Por qué preguntaba algo así?

—Tu reacción esta tarde... Está bien que quisieras verlo en ridículo, pero estabas realmente enojado, como si te estuvieras vengando. Incluso te llamó "inútil lagartija"... Realmente no me importa porqué te llamó así, pero es obvio que algo te hizo y quiero saber qué fue.

Una de las razones por las que preguntó era porque realmente le intrigaba, la otra era porque quería olvidar el tema anterior.

La sonrisa de Envy se desvaneció de a poco, era de esperarse que el de claros ojos notara esa intención de venganza en la pelea anterior ya que el mismo chico experimentó una similar hace mucho tiempo, el moreno reconocía la mirada de odio y la postura de agresividad pues él también las mostró en su momento y le fue imposible no verse reflejado.

El homúnculo gruñó mostrando un poco sus blancos dientes en una clara mueca de disgusto.

—Pride es un gran pedazo de mierda, eso es lo que es —expresó el homúnculo mirando hacia otro lado cruzándose de brazos y sin cambiar la expresión.

Gerald tuvo que reprimir una sonrisa ya que, aunque lo había engañado aquella vez que Envy se disfrazó de Mustang, estaba usado la misma palabra que él aunque lo haya reprendido.

—Se cree superior, piensa que tiene el derecho de hacer lo que quiera.

—Así son los orgullosos... —comentó el castaño empezando con su cena, finalmente se decidió a comerla en la misma cama.

—Me lastima sólo porque se le da la gana —Esta vez Gerald no le respondió. Por más soberbio que fuera alguien, no era motivo para herir a otros, algo más debía haber que no sabía—. Pero algún día... —Su tono había cambiado a uno más determinado—. Algún día ese maldito me las va a pagar.

—Suenas determinado —observó el castaño en voz alta—. ¿Alcanzaste la edad de la rebeldía o algo?

Envy no hablaba de eso con nadie, sólo lo había hablado con Lust en su momento pues, lo dijera o no, era algo que le afectaba. No obstante, la diferencia entre Lust y Gerald es que la mujer lo habría intentado calmar mientras que el menor, aunque se trataba de una broma, parecía estar alentándolo a hacerlo, y fue por esta razón que no se molestó por la burla y la regresó.

—Hablas de temas que no entiendes, tú apenas has pasado la niñez. Tengo más de cien años ¿sabes? —respondió nuevamente adoptando su expresión burlesca de siempre.

—¿En serio? Entonces me preocupa. Aún con esa edad eres tan inmaduro que pareces más niño que yo —regresó Gerald sonriéndole del mismo modo al contrario.

—Y tú eres demasiado ingenuo ¿Creíste que no notaría tu trampa? —Aunque Envy seguía con la voz de burla, su sonrisa estaba distinta como si se hubiese molestado. Ni por sus palabras el moreno entendió de qué estaba hablando—. Has sido muy... ¿Cómo decirlo...? Amigable conmigo, pero tú me odias. Lo que quieres es engañarme para escapar. No tiene caso que lo niegues, ya te descubrí. Ya que no pudiste morir, pensabas escapar. Buen intento.

El castaño lo miró unos segundos con sorpresa, pero luego de ese tiempo estalló en carcajadas dejando a Envy sin saber qué decir.

—¿Realmente pensaste que escaparía? —cuestionó el menor sin dejar de reír—. No necesito fingir amabilidad para eso. Si quisiera hacerlo bastaría con quemar la rendija de ventilación del techo e irme —Aún seguían unas pocas risas—. Además, no es la opción más inteligente.

—¿Por qué? ¿Por la seguridad del enano y Mustang? —Gerald volvió a mirar atento al escuchar esos nombres dichos con tanta ironía, entonces Envy supo que nuevamente había acertado—. No quieres que mueran y por eso es que aún no te vas, sabía que aún te importaba el Coronel —Por cada palabra sonreía más—. Olvídate de él. Eres uno de nosotros ahora, así que actúa como tal. Sé que tienes tu lado malvado en alguna parte y créeme que estoy deseando verlo.

—¿Por qué diablos crees que todo en mi vida gira en torno a Roy? —interrumpió el castaño negando con una mirada seria—. No pienso escapar, pero no porque tenga miedo de tus amenazas absurdas. Seamos honestos por una vez, Envy, no me das miedo y no puedes matarme, tú mismo dijiste que me necesitan, y aunque lo hicieras me da igual ¿sabes? ni aunque me vuelvas un esclavo sin mente —explicó causando que el homúnculo dejara de sonreír—. El único motivo por el que no me he ido es porque me interesa la idea de ser más fuerte, pero ten por seguro que no me importa mi bienestar, y aunque te sorprenda, tampoco me importa el de Ed o el de Roy.

Con las pocas fuerzas recuperadas de la pelea, se puso de pie y se acercó al mayor, aunque aún tambaleaba un poco al caminar.

—Si lo que quieres es matarme, entonces puedes hacerlo, aquí y ahora, no haré nada para impedírtelo. Y si los matas a ellos... No... Contra ellos no tienes oportunidad de salir vivo.

El contrario permaneció unos segundos en silencio hasta que volvió a sonreír con sorna.

—¿Así que me estás permitiendo ser el responsable de tu muerte? Eres interesante humano... —Se burló, aunque su opinión estaba tras ese sarcasmo—. Los militares te han entrenado bien, eres leal al bando en el que estás, como todo perro de los militares debe ser, pero para nosotros apenas estás siendo domesticado —murmuró acercando una mano al cabello de Gerald.

La primera intención del menor fue alejarse, pero tras notar que dolería moverse por sus heridas prefirió soportar aquella burla.

—Créeme que me gustaría torturarte... Ahora mismo siento unas ganas que no te imaginas, pero, ya que quieres que sea honesto,  hablar contigo se siente similar a lo que era hablar con Lust así que por el momento no lo haré, koinu*, si lo hiciera no podría hablar contigo así como ahora, y no quisiera perder nuestras conversaciones.

—¿"Koinu"...? —repitió Gerald con el ceño fruncido viendo a Envy bajar su mano por su mejilla hasta detenerse en la comisura de sus labios.

Con el único objetivo de seguir fastidiando, el homúnculo ejerció algo de presión con sus dedos hacia arriba, revelando así parte de sus dientes superiores.

—Sí, definitivamente un cachorrito. Hasta casi podría decirse que tienes colmillos, eso no es común en humanos.

Después de escuchar un gruñido proveniente del castaño, que sólo le causó más gracia ya que reforzaba su postura sobre compararlo con un can, soltó su mejilla antes de salir por la puerta sin dejar de burlarse con su sonrisa ladina.

—Esa palmera... —murmuró con una suave sombra roja en sus mejillas, esto por el apodo y por el contacto anterior.

—¡¿Qué?! —Aún cuando creyó que se había ido, Envy regresó apenas escuchó esa palabra. Parecía que de verdad se lo tomaba en serio, casi como si estuviera llamando "enano" a Edward.

Ante la reacción el de cabello rizado sólo esbozó una sonrisa y continuó comiendo.

—Oye... ¿Eso es un helado? Creí que sólo traerías comida hecha por ti.

Los helados o la mayoría de postres de ese tipo eran claramente comida del exterior, especialmente cuando se trataban de paletas de helado como era el caso, por eso es que no había comido nada de eso desde que empezó el encierro.

—Oh, sí. Cuando Padre te curó, me dijo que te diera algo dulce, no tengo idea de cómo funciona en humanos ese asunto del azúcar, pero en fin, salí a buscar algo y eso fue lo que encontré, habría traído un pastel o algo pero ya no habían —explicó volviendo a acercarse a la bandeja—. Me da igual si te gusta o no, está vez no le haré caso a tus caprichos infantiles de dejarlo y...

—Ya entendí —interrumpió el moreno suspirando con cierto fastidio, a veces le resultaba molesto que no le dejaran hablar—. ¿Qué problema tendría? Me encantan estas cosas —añadió quitándole el envoltorio, mas antes de llevarse el congelado dulce a la boca, se detuvo—. Ya dije que no tenía problemas... ¿En serio vas a quedarte a ver que me lo coma?

Tras ver el asentimiento de cabeza de parte del mayor, el castaño rodó de ojos y se lo acercó a los labios.

Estaba bastante bueno, eso no se negaba, y efectivamente tenía un nivel de azúcar adecuado para ayudarlo a reponer fuerzas, pero el hecho de que fuera un helado lo que tenía en la boca, con esa forma y modo de tomarlo podía fácilmente dar otra imagen, especialmente si no miraba al homúnculo o si lo miraba de reojo muy de vez en cuando.

Como Envy lo había visto en el pasado, no pudo evitar formarse "esa" imagen; una imagen en la que las pequeñas gotas que se derretían por el cálido aliento del menor y que posteriormente se deslizaban por sus manos no eran gotas dulces y el resto del helado no era precisamente un helado.

—¿Pasa algo? —cuestionó luego de voltear tres veces y las tres veces descubrir al cambiaformas mirándolo fijamente, a lo que el mayor simplemente negó—. Estás bastante raro ¿no?

—Que no te importe, niño —suspiró—. Oye...

Apenas escuchó el titubeo, Gerald lo miró extrañado, no era común en él titubear.

—¿Qué?

—Es que lo estuve pensando y creo que jamás me presenté como se debe...

El moreno alzó una ceja.

—¿Y eso por qué habría de importarte...? —En eso, Gerald razonó un poco; Pride sí se había presentado—. Ya veo, como Pride lo hizo, quieres superarlo, ¿no es así?

El mayor apretó los puños y desvió la mirada con el ceño fruncido. Al menor le quedó claro que había atinado, ante eso no pudo hacer más que reprimir una risa, pero lo dejaría si eso era lo que quería.

—Bueno... yo soy... —Se notaba que Envy se estaba complicando para empezar—, pues como notarás, no soy Gustaf Pagoni. Soy Envy, tengo como ciento cincueta años, soy el cuarto mayor de mis hermanos, bueno... tercero, ahora. Soy cambiaformas o una bestia dependiendo de como me veas. Como sea, los humanos dirían que es un gusto conocerte, ¿no?

—Aún no decido si es un gusto o no... —pensó el menor una vez acabada la presentación formal—. Pero... sí quisiera decirte algo. Creo que Envy es mucho mejor que Gustaf Pagoni de cualquier modo...

Envy abrió levemente los ojos en sorpresa y apartó la mirada en seguida.

—Lo que digas...

Luego de terminar de comer, de que Envy se fuera de la habitación y de que el castaño se recostara otra vez, Gerald miró el techo, justo a la rendija de ventilación por la que dijo que habría escapado si así lo quisiera.

Envy podía no ser el más listo, pero había acertado en todo el plan del menor en escapar; Gerald planeaba ganarse su confianza e irse por la ventilación, pero hubo algo que lo detuvo de hacerlo, algo le había hecho cambiar de idea justo antes de que el homúnculo le dijera que lo había descubierto.

¿Pero qué podía ser tan importante para el castaño para hacerlo cambiar de idea, si él, por lo general, jamás se arrepentía? Era fácil; creía que Envy había arruinado su muerte pero, en realidad, Envy le había salvado la vida, y no fue sólo una vez, fueron dos veces sólo ese día.

Desde que lo conoció, el cambiaformas había mostrado un profundo desprecio hacia los humanos, incluso había confesado estar interesado en matarlo y aún así lo había salvado de Pride. Gerald estaba intrigado, y eso le hizo querer quedarse un poco más.

El resto del día pasó tranquilo al igual que la noche, desde que Gerald vivía con los homúnculos ya no se sentía observado al dormir, así que ya no tenía tantos problemas para esto, sin embargo, aún tenía un buen oído, que lo despertaría en caso de algún evento.

En este caso se trataba de unas pisadas en el exterior, pero no por el lado de la puerta, sino que por la pared. Además no eran tan fuertes, eran apenas como pisadas de un animal.

—Estas quimeras... Ni siquiera dejan dormir —Se quejó el menor en voz baja en lo que trataba de volver a dormir.

Lo consiguió por un par de horas más, al menos hasta el desayuno.

—¡Gerald! —Sin previo aviso, una voz gritó entrando repentinamente a su habitación. El rostro de aquella persona mostraba furia, pero no con el castaño, más bien era por algo que había visto antes.

Demás estaba decir que Gerald se despertó al instante luego de escuchar ese grito, se había sobresaltado. Se quitó las sábanas de encima y miró a la puerta algo asustado pero acabó más relajado al ver a Envy ahí. Aún así quería una explicación.

—¡¿Qué diablos pasa contigo, Envy?! —gritó el moreno desde la cama mirando al homúnculo con molestia.

—Si aún estás aquí, entonces... No... Tú no fuiste... —Envy pareció relajarse un poco al darse cuenta que el chico aún seguía ahí después de todo, sin embargo, esa explicación no fue muy útil para el castaño.

—¿Qué? —cuestionó el de ojos celestes aún molesto por haber sido despertado de esa manera—. Si es por la conversación de ayer, ya te dije que no planeaba escapar.

Envy negó al instante.

—No es eso —dijo él moviendo la cabeza hacia los lados mientras se acercaba a la cama—. Marcoh está muerto.


Let me tell you something
you can really trust
Everybody's got a wicked side
I know you think that
you can never be like us
Watch and learn so you can get it right.

You need to drag your feet
You need to nod your head
You need to lean back
Slip through the cracks
You need to not care
Uh... you need to not stare
You need a whole lot of help
You need to not be yourself.
~Chillin' like a villain/Descendants 2
Sofia Carson / Cameron Boyce / Booboo Stewart / Mitchell Hope


*Koinu: Cachorro o cachorrito en japonés

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