Capítulo 19: Alquimia Inutilizable
La escena que Alphonse presenció no fue linda. Gluttony, que seguía estando con él, sin previo aviso y sin conocer la razón empezó a retorcerse, escupir sangre y a gritar con mucho dolor.
El menor de los Elric se llegó a asustar, no comprendía qué le pasaba.
Como no tenía idea de qué hacer después de que su hermano y sus amigos fueran tragados decidió pedirle al homúnculo que lo llevara con su creador pues si él los había hecho también debía saber a dónde iba todo aquello que comía pero eso que le estaba pasando no se lo podía explicar. Segundos después el homúnculo explotó como si de un globo se tratase, dejando salir de su interior a un gigantesco ser con aparienciencia de reptil y tres humanos.
—Envy —dijo una voz profunda que sobresaltó a Alphonse. ¿Esa cosa era Envy? No se asemejaba ni un poco al que él conocía.
Entonces la armadura pensó, si el homúnculo de la envidia había logrado salir seguramente su hermano mayor y sus amigos también.
—¡Hermano! —Sin perder más tiempo corrió alrededor del homúnculo con la esperanza de encontrar a los chicos y ahí estaban afortunadamente, totalmente cansados, pero estaban.
Si bien la transmutación no les quitó ni un brazo o una pierna sí se llevó las energías de los cuatro pero era lo de menos, estaba de regreso.
—¿Al? —murmuró el rubio con algo de dolor—. Espera... Si puedo verte significa... Lo logramos.
Podría estar muy cansado pero hizo un esfuerzo por sonreír y estirar sus brazos hacia los otros dos cansados chicos a sus lados para chocar puños con ellos
Sin avisarle, Al se lanzó a su hermano abrazándolo con mucha fuerza. Habían pasado varias horas desde que Gluttony se los tragó y todo ese tiempo había estado muy preocupado por él, no tenía idea de cómo habían podido regresar, pero ¿qué más daba? Verlo ahí lo tenía mucho más tranquilo
—Me alegra tanto ver que estás vivo... —añadió soltándolo del abrazo con la voz metálica medianamente quebrada.
—Sí... Lamento mucho preocuparte.
Ed también se había preocupado, no le gustaba ver a su hermano menor triste. Aún cuando Alphonse no podía llorar, los leves temblores y sonidos de metal de su cuerpo delataban su tristeza.
Ling y Gerald se tomaron unos segundos para levantarse, no estaban tan cansados como el alquimista responsable de su regreso, mas no podían negar que sentían pesar en todos sus músculos, eso sin mencionar que seguían heridos por la batalla que habían tenido ahí dentro.
—¿Dónde estamos...? —cuestionó el moreno un poco más repuesto, sin embargo no obtuvo respuesta.
De los recién llegados sólo Envy conocía el lugar, era un espacio con muchos tubos, libros y un gran asiento en medio, la luminosidad era reducida y daba la sensación de estar en un subterráneo.
Nuevamente hacía frío, así que Gerald infirió que no debían estar lejos de los pasillos que conectaban con la habitación en la que él había estado hace poco.
—Sorprendente... —dijo la misma voz que antes sorprendió a Alphonse, sólo que esta vez también sobresaltó a Edward, Gerald y Ling—. ¿Un humano salió del estómago de Gluttony? —añadió aquella persona saliendo a la luz. Como sólo había visto a Edward y a Envy creyó que eran los únicos que habían salido.
Los Elric se sorprendieron mucho, ese tipo era...
Su barba y cabellos ambos largos y rubios, algunas arrugas en su rostro que demostraban gran edad... Ese hombre era igual a su padre, aquel que los abandonó a ellos y a su madre.
—¡¿Van Hohenheim?! —exclamó Edward anunciando el nombre de su progenitor.
—¿Me confundes con alguien? —Los Elric entonces infirieron que eso significaba que no se trataba de su padre, no podía ser que no los recordara.
Lo quisiera o no, Edward se había encontrado con su padre cuando Alphonse y Gerald estaban peleando con Lust, pero de cualquier modo el parecido era inquietante.
—Veamos... ¿Van Hohenheim? ¡Oh, ya recuerdo! ¿Qué relación tienen con él? —preguntó el más grande dirigido a los hermanos.
Alphonse no sabía si ese señor era de confianza, pero aún así le dio una respuesta, no ganaba ni perdía nada con darla.
—Es nuestro padre... —murmuró finalmente.
Esto pareció causar una sorpresa en el mayor, sabía quiénes eran los hermanos Elric y conocía a Van Hohenheim, pero nunca creyó que tuvieran un parentesco tan cercano.
El castaño no tenía idea quién era la persona a lo lejos, pero no quería averiguarlo, algo tenía ese hombre que lo hacía no querer acercarse, tenía la sensación de que no debía hacerlo y no fue sino hasta que se ocultó detrás del gran homúnculo que descubrió que estaba asustado. Algo muy raro tenía, él no era un chico asustadizo.
Veía lo que ocurría desde ahí, aparentemente el desconocido sabía quienes eran los hermanos, incluso los curó con alquimia ignorando la ley del intercambio equivalente, era como si se tratara de una Piedra Filosofal andante.
Sin embargo, no pudo seguir concentrándose. No podía culparlo del todo pues seguramente Envy no sabía que estaba detrás de él para controlar a las sobras que con curiosidad trataban de sostenerlo.
—¿Qué no las puedes controlar, idiota...? —se quejó el moreno algo molesto con un sutil sonrojo.
No obstante, aunque habló bajo, el hombre fue capaz de escucharlo.
—Oye... ¿No eres tú el segundo alquimista de fuego? —cuestionó acercándose a él, Gerald hizo su mejor esfuerzo para no lucir asustado ante el hombre pálido.
Una vez frente a él notó el vendaje a medias que Ling le había hecho y tocó sobre este, el menor sólo hizo una mueca de dolor.
—También tienes una herida en el brazo? Y en tu hombro también... Déjame curarte —El de barba rubia no esperó una respuesta y sostuvo el brazo del de cabello rizado. Al igual que con Edward y Alphonse unos rayos rojos cerraron la herida que antes Ling había tratado de curar, ya no le dolía, ya no sangraba, era como si nunca le hubiera pasado nada—. Ustedes son importantes para nosotros, deberían tener más cuidado.
Los tres aludidos se miraron entre sí intentando entender qué ocurría. Sus pensamientos fueron interrumpidos por Ling que con la espada que Ed le dio antes para atacar a Envy amenazó al más grande.
—¿Quién demonios eres? —Las manos del Xingense temblaban, al igual que Gerald, se sentía intimidado y además de eso era el único a quien no habían curado.
—Te haré la misma pregunta ¿Quién eres? —dijo él sin responderle al oriental. Como Ling ya no le contestó, el mayor le dio la espalda—. Puedes comerlo —Le dijo a Gluttony quien se había regenerado luego de explotar.
Este pareció alegrarse pero Edward protestó de inmediato.
—¡Espera! ¡Es nuestro amigo! —gritó yendo a colocarse frente al príncipe, su hermano y Gerald hicieron lo mismo—. Somos recursos, así que por nuestro bien no lo mates.
Ninguno sabía aún, ni el mismo Edward, a qué se referían con recuersos, sacrificios o aliados, pero ya lo habían escuchado varias veces ese término viniendo de los homúnculos que no veían porqué no podían usarlo, también.
El mayor no volteó a mirarlo.
—No es mi problema, él no me es útil.
—¿De qué estás hablando? —Se quejó Edward, seguía sin comprender qué diablos pasaba—. Ya dinos quién eres.
Alphonse miró a los dos mayores junto a él.
—Gluttony lo llamó "Padre" —respondió él pues estaba convencido de que el pálido no le contestaría—. Él fue quién los creó.
—No me agrada... —murmuró Ling acercándose a ellos con debilidad—. Te ríes de los humanos por creernos tontos.
El mencionado "Padre" miró al príncipe de reojo, no cambió su expresión en ningún momento.
—Dime algo... ¿Consideras tontos a los insectos? —cuestionó sorprendiendo a Ling—. Aunque hagan todo lo que puedan para defenderse, la diferencia entre ellos y tú es tan grande que no te importan. Así me siento yo con respecto a los humanos.
Edward no le dio tiempo de seguir hablando. Transmutó el suelo con el fin de atacarlo pero a Padre pareció no importarle.
—Aunque nos curaras no creo que nos llevemos bien —dijo él preparándose para pelear al igual que sus amigos—. Me encargaré de ti ahora. No puedo seguir preocupándome por cosas sin sentido.
—¿Me estás llamando cosa sin sentido, enano? —Se quejó Envy dando unos pasos más cerca de ellos junto a Gluttony, él aún no regresaba a la forma que siempre utilizaba.
Edward no quería pelear con Envy por el momento sólo quería ir tras Padre, pero el hecho de que lo llamara enano cambiaba totalmente las cosas, así que luego de detener a su líder iría tras él. Sin embargo el adulto destruyó las rocas que lo aprisionaban sin siquiera mostrarse preocupado.
El homúnculo de la envidia sonrió al ver que Ed erró en su ataque y se lanzó hacia él iniciando una nueva pelea.
Mientras los Elric y Gerald intentaban atacar al mayor, Envy y Gluttony trataban de frenarlos pero aún si los homúnculos no estuvieran ahí, Padre no tendría ningún problema en defenderse por su cuenta, en toda la pelea no se movió ni un sólo centímetro.
Los homúnculos procuraban no herir a ninguno de los tres "recursos", pero con Ling era diferente, al mayor no le importaba así que lo atacaban sin medir su fuerza.
—Qué desperdicio de tiempo —suspiró el papá de los homúnculos pisando el suelo con fuerza.
Una gran luz roja iluminó la habitación paralizando a los humanos, particularmente a los tres que sabían usar alquimia.
No sabían qué había hecho pero no tenían tiempo para dudar, debían seguir atacando. Los Elric juntaron sus manos y Gerald chasqueó los dedos, sin embargo, nada pasó, el suelo que intentaron transmutar no se modificó y las llamas que Gerald quería lanzar no salieron.
—La alquimia... No esta funcionando... —murmuró el moreno sorprendido chasqueando los dedos nuevamente formando nada más que el sonido.
Iban a intentarlo una vez más, pero fueron interrumpidos por Envy quien usó sus manos para frenar cualquier movimiento. Las manos del homúnculo los mantuvieron a los tres firmemente contra el piso sin darles oportunidad de soltarse.
¡Ed! ¡Al! ¡Gerald! —gritó Ling queriendo acercarse, no obstante, Gluttony se lo impidió abalanzándose sobre él. No podría usar su espada ya que el homúnculo gordo ya se la estaba comiendo.
—¿Qué pasa...? ¿Por qué no funciona...? —cuestionó la armadura intentando usar la alquimia otra vez.
Envy rió al notar ese inútil intento.
—Es simplemente gracioso. Empiezan a creer que están en la cima cuando tienen algo de poder, pero ni siquiera saben lo que están usando —Tras ver que los tres que tenía atrapados intentaban liberarse volvió a reír—. ¿Creen que la prosperidad fue creada sólo por el poder de los humanos? Qué estupidez.
Edward intentó zafarse otra vez pero no pudo.
—¿Qué quieres decir? Dijiste que me dirías todo si lográbamos salir —Pero eso fue una mentira, Envy no revelaría algo así a alguien como Edward aunque haya logrado sacarlos de Gluttony. Ya había hablado más de la cuenta ahora callaría el resto.
—Envy, ¿estabas hablando de más? No vuelvas a hacerlo —dijo el padre a lo que Envy sólo asintió—. ¿Qué tal el chico? ¿Ya te obedece?
Gerald se dio por aludido y se sobresaltó. Sabía cuál sería la respuesta de Envy, pero no sabía cuál sería la reacción de Padre ante esta.
—No, aún no, ¿por qué...?
El moreno se volvió a sorprender, ¿Envy tampoco sabía porqué preguntaba?
—Ya veo... en ese caso, tal vez no seas tan inútil después de todo —pensó Padre caminando hacia Ling. Él xingense apenas pudo levantar la mirada—. Podría crear otro peón, tengo una vacante de codicia.
Un tercer ojo apareció en su frente, de este cayó un líquido rojo similar a la sangre y pronto este tomó una forma un poco más sólida; era una Piedra Filosofal.
—Ya veo... Crearás un homúnculo —observó Envy sorprendiendo a los cuatro humanos—. Dejará una Piedra Filosofal en su cuerpo, si todo sale bien se creará un homúnculo de base humana, aunque la mayoría no resiste el poder y muere.
Los tres que Envy retenía intentaron liberarse de su agarre para tratar de ayudar a Ling, unos más desesperados que otros pero todos con la intención de ayudarlo.
—¡Ya basta! ¡Déjalo en paz, barbón! ¡Hay gente que espera por él! —exclamó el rubio.
Entonces recordó que aún tenía en su poder el arma que Riza le dio, la tomó y apuntó al homúnculo de la envidia, sin embargo, no fue capaz de disparar, no al ver los rostros de las almas.
—¡Da igual! ¡No interfieras! —gritó el príncipe desde el suelo—. Estoy de acuerdo con esto. Vine aquí a buscar la piedra ¡Y ahora me darán una! —Fue la última palabra que pudo decir con claridad antes de que empezara a gritar con mucho dolor.
El hombre soltó la piedra en una herida que tenía el príncipe y esta ingresó de inmediato. Ninguno decía nada, sólo quedaba ver si era capaz de soportarla.
Luego de verlo retorcerse, escupir sangre y gritar aún más, pareció calmarse luego de algunos segundos.
—¿Ling...? —murmuró Ed al ver que volvía a moverse.
—¿Eh? ¿Te refieres al tipo al que pertenecía este cuerpo? Lo siento pero ahora me pertenece a mí; Greed —El sujeto frente a ellos se quitó una venda que tenía en su mano revelando un tatuaje de Ouroboros que antes no se encontraba ahí.
Los Elric lo miraron con atención.
—¿Eres... "ese" Greed? —preguntó Ed mientras lo veía acercarse. Greed no entendió la pregunta, pero aparentemente Ed y Al ya lo habían conocido en otra ocación, en Dublith cuando visitaron a su maestra. Sin embargo, no los recordaba así que sólo negó—. ¿Qué pasó con Ling?
—Era un chico interesante —contestó el nuevo homúnculo—. Me aceptó en cuestión de segundos.
Edward no podía creerlo, sabía que el xingense era fuerte, alguien así no podía ser fácil de dominar. Debía seguir ahí dentro en alguna parte.
Edward seguía sin poder soltarse del agarre de Envy pero esto no era un impedimento para gritarle a Ling.
Greed pareció interesarse más en la puerta que en los intentos inútiles de Ed por comunicarse con su amigo, habían dos personas, un adulto y una niña.
La pequeña tenía el cabello negro peinado en muchas trenzas y ropas que no parecían amestrianas, era fácil deducir que era una extranjera.
—¿Qué es esto...? —murmuró la pequeña temblando levemente. Su mirada estaba fija en el padre de los homúnculos—. Ese tipo es una persona, pero... al mismo tiempo no lo es.
El adulto que la acompañaba asintió entrecerrando los ojos. Ya varios ahí lo conocían, se trataba de Scar.
—Muchos de aquí no son humanos... Hasta los Alquimistas de Acero y Ascuas están aquí...
—¿Ah? ¿Dónde? —preguntó la niña recuperando un poco del entusiasmo que había perdido a causa del miedo—. ¿Edward y Gerald están aquí? —repitió la jovencita.
Scar, sin decir ni una palabra, señaló al rubio y al moreno. No había que ser un tonto para notar como ella se desilusionó apenas vio al alquimista rubio, ambos jóvenes la miraron extrañados.
—¡¿Ese enano es Edward?!
—¿Y esta enana quién es? —cuestionó el moreno ladeando la cabeza mirando a Edward pensando que él le daría la respuesta, pero éste sólo se encogió de hombros.
El desinterés y el tono utilizado también pareció desilusionar a la niña de pelo negro, parecía haberse ofendido.
—¡¿Y Gerald es un insolente?! —chilló mirando ahora al moreno—. ¡¿Cómo se atreven a jugar con el corazón de una doncella?!
—¿Soy insolente...?
—¡¿Enano?! —Se quejó Edward luego de que su amigo se cuestionara si realmente había sonado insolente.
Quién era esa niña, qué hacía ahí y qué relación tenía con los alquimistas de Acero y Ascuas eran las preguntas que todos se hacían en esos momentos, incluidos ellos dos que no recordaban haber visto a la niña nunca antes en sus quince, casi dieciséis, años de vida ¿Acaso eran conocidos en el extranjero, también? Como sea, eso a los homúnculos no les importaba.
—Cómelo ahora, Gluttony. No puede usar alquimia —dijo Envy mirando al aludido hacer lo que le dijo.
Sin embargo, para su sorpresa, Scar descompuso el cuerpo del homúnculo de la gula sin ningún problema, él aún tenía su alquimia. Y no era sólo él, la chica a través de unos kunais fue capaz de realizar una transmutación, sin embargo esta era diferente a la de los alquimistas.
Aunque recibieron un golpe los chicos pudieron librarse finalmente del agarre de Envy y, apenas tuvieron la oportunidad, ellos intentaron usar su alquimia otra vez pero esta seguía fallando.
—¿Cómo es que ellos sí pueden usar la alquimia? —Se sorprendió el cambiaformas luego de ponerse de pie otra vez mas los otros dos no entendieron de qué hablaba.
Bueno, daba igual. Con o sin alquimia aún había cosas que los jóvenes podían hacer.
—¡Scar! La verdad detrás de la guerra de Ishval... ¡Es que él la inició! —gritó Edward señalando a Envy rápidamente, tener a Scar para que peleara con los homúnculos podría jugar a su favor.
Envy se molestó, sólo le había dicho eso porque pensaba que iban a morir y porque no pudo reprimir la emoción al recordarlo, pero no esperaba que Ed lo revelara. Demás estaba decir que esto enfureció a Scar y corrió hacia los homúnculos dispuesto a matar.
Todo se convirtió en una gran pelea, Scar iba contra Envy y Padre, Edward trataba de hacer reaccionar a Ling, y Alphonse y Gerald intentaban ayudar a la niña para que Gluttony no se la comiera.
La chica se había distraído durante la pelea así que Gluttony logró herirla, ella no habría podido escapar por sí sola así que el castaño y la armadura se la llevaron corriendo por donde habían entrado.
—No les pedí ayuda...—musitó la menor apenas consciente en brazos de Al.
—No digas tonterías, niña. Ellos no mostrarán piedad por nosotros —dijo Gerald mientras corrían.
La mencionada sólo respiraba agitadamente y entrecerró la mirada pensando que nuevamente fue un insolente.
—Debemos huir cuanto antes —añadió Alphonse sin dejar de correr mas no tuvieron más opción que parar cuando notaron que delante de ellos había un montón de quimeras.
Ellas eran guardianas para evitar que intrusos vieran más de lo que debían. Iban a poder pelear con algunas, pero sin alquimia no podrían con todas.
Scar los alcanzó, tenía varias heridas en su cuerpo, pensaba que ellos ya habían escapado pero no. Tampoco podían regresar ya que Gluttony y Envy iban tras ellos y con las quimeras del otro lado estaban rodeados.
—Scar, toma a la niña y váyanse... —murmuró Gerald retrocediendo unos pasos. Casi estaban espalda con espalda.
—¿Me dejarán escapar? —preguntó el ishvalano a los chicos. Les era irritante el tener que pedirle un favor a Scar y dejarlo ir así como así pero no había otro modo si querían que la niña viviera.
Homúnculos por un lado y quimeras por el otro, si iban a huir ya no tenían tiempo que perder.
—No puedo huir y llevármela, pero tampoco permitiré que nos maten.
Estaban en una especie de túnel subterráneo que de algún modo conectaba con el agua de la alcantarilla, realizó una transmutación con esta para crear vapor y reducir la visibilidad de los homúnculos, luego hizo explotar una cañería de hidrógeno lanzando la cabeza de Alphonse.
Cuando pudieron ver normalmente Scar ya no estaba ahí. Y de nada les servía intentar irse ya que Envy los logró agarrar contra la pared.
Scar se fue sin la niña pero al menos los chicos alcanzaron a ver en dónde la escondió.
—¿A dónde fue? —preguntó el homúnculo mirando atentamente a los chicos, como no le contestaban ejerció más presión sobre ellos.
—No sabemos... —contestó Gerald tratando de respirar con normalidad pero era difícil con la mano gigante del homúnculo fuertemente contra su pecho—. Tampoco pudimos verlo... —mintió, y esta vez Envy sí le creyó.
Gluttony podría seguir su aroma y encontrarlo, sin embargo, había muerto tantas veces que ya no podía regenerarse.
A Envy ya le resultaba fastidioso tener que llevar a los chicos como para cargar a su "hermano" también, todo esto sería más fácil si los Elric y Gerald obedecieran. De todos modos tuvo que llevarlos de vuelta a la habitación de antes, esta vez no los soltó hasta que llegaron.
-Envy, llévalos arriba con Wrath -ordenó el padre mientras el cambiaformas volvía a su apariencia de siempre-. Ya le di órdenes de qué hacer con él -añadió a lo que el mencionado asintió.
El homúnculo volteó a mirar a los chicos antes de empezar a caminar.
—Más les vale seguirme si no quieren que los lleve a la fuerza —Los tres jóvenes se miraron sin saber qué hacer, seguían sin tener idea de qué pasaba, pero por lo visto no tenían más opción.
El mayor de ellos, sin decir nada, fue el primero en seguirlo, luego los otros dos avanzaron.
—¿A dónde vamos? —preguntó Ed luego varios minutos caminando, él no imaginaba que el viaje hasta arriba sería tan largo. Sin embargo, Envy no respondió sólo les ordenó entrar a un ascensor.
Al salir de este, el homúnculo tomo su apariencia del Teniente Gustaf.
—Espera... ¿Estamos en el Cuartel General? —cuestionó Gerald al reconocer el lugar, pero el cambiaformas de nuevo no contestó a la pregunta.
Si el Cuartel General estaba sobre el escondite de los homúnculos significaba que no sólo el Führer tenía relación con ellos, sino que más integrantes de la milicia también.
Caminaron otro poco por unos pasillos hasta que Envy se detuvo y abrió la puerta de los camarines.
—Están muy sucios. Báñense y luego seguimos —dijo él dejando entrar a los tres.
Ni Edward ni Gerald se quejaron, ambos necesitaban una ducha desde que salieron del estómago de Gluttony, al menos les serviría como un pequeño relajo.
—¿En serio encontraste mi cuerpo? —Se sorprendió Alphonse mientras los otros se terminaban de duchar.
En el camino de regreso a la realidad, Edward había visto el cuerpo de su hermano frente a la Puerta de la Verdad. Estaba en buen estado pero no pudo llevárselo ya que sólo podría irse con "su cuerpo".
—Oye... ¿Por qué aún tienes ese panda...? —cuestionó Edward.
Había visto ese panda antes, era de la niña que antes ayudaron pero no sabía que aún lo tenía.
Alphonse rio nerviosamente, no tuvo tiempo de decirle a su hermano ese detalle.
—Bueno... es que tengo a la niña dentro mío —contestó el menor a lo que su hermano se exaltó.
Gerald rio ante la pequeña pelea de los Elric, estaba acabando de colocarse unos pantalones y buscando en su casillero asignado una camisa limpia para ponerse no obstante terminó recostando su espalda contra la fría pared del baño y se estiró un poco.
—Mi espalda está matándome... —murmuró mientras estiraba ambos brazos hacia arriba—. Y tengo mucha hambre.
El rubio lo miró algo sorprendido, claro que había pasado tiempo pero de los tres el moreno era quien en condiciones normales comía menos y no se quejaba mucho por el hambre.
—No fue hace mucho que comimos —recordó Edward acercándose mientras intentaba bromear para reducir la tensión en el ambiente.
El castaño sonrió y asintió con ironía.
—Sí, sólo que lo único que había para comer era una bota. Me da asco recordar eso -La verdad tampoco había sido lo mejor que Ed había probado pero al menos le había saciado el apetito, aunque aparentemente esto no fue suficiente para Gerald—. Y no te me acerques más si no vas a vestirte. Cúbrete que en cualquier momento alguien podría...
—¿Por qué tardan? ¡Apresúrense! —Envy abrió la puerta de repente, ni siquiera se molestó en tocar.
No habían alcanzado a vestirse y él había entrado, era vergonzoso, o al menos lo era para Edward que estaba totalmente desnudo, por lo menos Gerald tenía los pantalones.
El homúnculo no tenía sentimientos como la vergüenza así que poco le importó verlos, pero aún así salió dándoles algo más de tiempo.
Ya sabía que Gerald sería el primero en salir, esto porque era el que tenía más ropa puesta y porque las risas que soltaba el joven desde que vio la cara avergonzada de Ed sonaban más fuertes indicando que se acercaba a la puerta.
—Increíble. Te hubieras quedado a ver su cara —comentó el moreno una vez que salió soltando más risas.
Envy únicamente sonrió un poco, no podía negar que le pareció divertida su expresión pero no era el momento de reír.
Cuando los Elric salieron con ropa limpia, al menos en el caso de Ed, empezaron a caminar de nuevo siendo guiados por el cambiaformas, iban un poco más atrás que él aún algo incómodos de lo que había sucedido.
—No tenía opción con lo de la niña... —retomó Alphonse la conversación anterior en un susurro-. Tuve que traerla porque estaba herida...
De repente Envy los llamó sobresaltándolos a los tres. Abrió una puerta frente a él y se apartó para que ellos entraran.
—El resto queda en manos de Wrath. Pasen.
Ninguno sabía quien era Wrath pero lo descubrieron tan pronto como entraron; King Bradley. Y no era el único en la oficina, alguien conocido estaba ahí.
—Así que los atraparon también... —comentó aquella persona.
—Roy... —murmuró el castaño en un suspiro.
We've been here forever
And here's the frozen proof
I could scream forever
We are the poisoned youth
~ Centuries/Fall Out Boy
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