Capítulo 17: Manipular o Ser Manipulado
Ya iban dos veces en menos de dos días.
Dos veces eran las que Gerald había caído directamente en la trampa de Envy.
—No me lo puedo creer. He tomado muchísimas formas para hablar contigo, pero esta por lejos es la que más poder tiene sobre ti. Parece que no necesito hacerte un muñeco dependiente sin alma si ya eres así de dependiente del Coronel ¿eh?
Con una sonrisa ladina el homúnculo iba a tocar la mejilla del castaño para fastidiarlo, el moreno trató de evitarlo pero no había espacio, quiso abrir la puerta mas estaba asegurada desde que habían partido.
—Me parece que fui muy claro cuando dije que te necesitamos vivo, pero por lo visto no dejarás de exponerte al peligro ¿verdad? Supongo que necesitarás más vigilancia.
Al notar que el menor estaba a punto de chasquear los dedos para darse algo de tiempo y así escapar, el mayor sujetó su mano con fuerza con una de las suyas, era el mismo agarre que Roy ejerció sobre él cuando se molestó con Edward... ¿Por qué él lo conocía?
—Eso no servirá, yo sé cómo detenerte —Se mofó ensanchando aún más su sonrisa—. Teníamos pensado regresarte el otro guante si nos obedecías, pero tal parece que no podemos dejarte usar ninguno —De a poco Envy le fue quitando el guante de la mano, después de sacarlo simplemente soltó al castaño.
Sin guantes, y con las puertas y ventanas aseguradas no tenía cómo escapar.
—Les obedecí —Se quejó Gerald resignándose a que no saldría de ahí tan fácil, pero más que nada estaba molesto por haberse dejado engañar de esa manera, hasta lo había abrazado y él se lo permitió, era vergonzoso ahor—. No dije nada... Les mentí.
Aunque el moreno no era alguien que mintiera seguido, detestaba cada vez que lo hacía a menos de que se tratara de una broma, no obstante, este no era el caso.
—Pero eres terrible mintiendo —El castaño agachó la mirada gruñendo por lo bajo tras captar el sarcasmo, pero esa frase... alguien ya se la había dicho antes... —Además... ¿Qué diablos fue eso de decirle mi nombre?, ¿qué fue eso de empujarme?
—No sé de qué estás hablando...
—¿De verdad no sabes...? —El homúnculo sonrió mientras cambiaba de forma nuevamente.
¿Terrible mintiendo...? ¿Decirle su nombre...? ¿Empujarlo...? Gerald pudo responder a todas esas preguntas tras ver frente a él la figura de un militar rubio de ojos azules.
—Gustaf... —murmuró con los ojos bien abiertos—. Tú... ¡No, mierda!
—Oh, sí, todo el tiempo se trató de mi...—Ahora sí que Gerald se sentía un completo imbécil—. Ahora responde, ¿por qué le dijiste mi nombre? ¿querías hacerme quedar como el malo?
—¿Acaso no lo eres?
Con eso de la falsa identidad de Gustaf era obvio que siempre lo vigiló de cerca, pero por suerte parecía ser que no se había enterado de otra cosa.
—Sí, era exactamente lo que quería, ¿y qué? Si soy un terrible mentiroso, entonces Mustang no debió creer que tu eres responsable —respondió apartando la mirada de manera mucho más notoria
—Aún así desobedeciste, dije que no le dijeras nada, pero le dijiste mi nombre ¿Qué no te dije lo que pasaría si hablabas, muñeco?
—Si revelaba lo que harían conmigo me volverían un muñeco sin alma... Pero no lo les conté lo que me ocurrió, por lo que no pueden torturarme... ¿Estoy en lo cierto? —Gerald parecía tranquilo respecto a eso—. Además, ya conocía tu nombre, no me jodas.
Envy suspiró.
—Estás en lo cierto... Por lo visto prestaste atención... ¿Quién habría pensado que no eres tan fácil de asustar?
—¿Cuánto tiempo llevas engañándome así? —cuestionó desviando su vista al camino.
Empezaba a preguntarse hacia dónde se dirigían.
—¿Engañándote cómo? ¿Para vigilarte? —preguntó a lo que el chico asintió sin mirarlo, o al menos no directamente—. Si te refieres a estas últimas horas, te he observado desde que estabas en el hospital, tomé la apariencia de dos enfermeros y de dos pacientes además de tu amiguito Gustaf. Pero si te refieres en total, pues han sido cinco años.
—¡¿Años?! —El menor esta vez sí se sobresaltó, mirar nuevamente al homúnculo con una expresión sorprendida le fue inevitable. Envy otra vez rio por su reacción pero no le explicó nada, era mejor dejarlo con la duda.
La velocidad del vehículo fue disminuyendo poco a poco hasta detenerse frente a una casa, para ser más específicos frente a la casa en la que Gerald se estaba quedando; la casa del Coronel, esto también le causó otra impresión pero parecía más enfocado en sacar unos cálculos.
—Cinco años... Eso fue cuando me uní al ejército... Incluso sabes dónde vivo ¿Qué significa todo esto?
—Oh, sí. Y no sólo eso, incluso antes de que vinieras aquí a Central sé que vivías en Aquroya, un pueblo turístico, calmado y dónde cumpliste tu primera misión como militar; el caso de la guapa ladrona Psiren —Eso probaba que lo había estado vigilando todo ese tiempo—. ¿No te lo dije ayer? Estabas destinado a esto desde hace tiempo -empezó el cambiaformas repitiendo las palabras dichas anteriormente-. Puede que hace cinco años te hayas unido al ejército y te llevo vigilando desde entonces, pero fue hace aún más tiempo que captaste nuestra atención.
El moreno había decidido que ese sería un tema del cual prefería no preocuparse por el momento cuando Envy se lo dijo en aquella extraña habitación sin embargo para ese punto ya empezaba a ponerse nervioso.
—¿Por qué? —preguntó tratando de no mostrar signos de estar alterado—. ¿Por qué les interesé? —El moreno se llevó una mano a la cabeza, tantas dudas empezaban a marearlo.
—No te lo diré, humano —El homúnculo parecía disfrutar con el rostro alterado de Gerald, razón por la que esbozó una sonrisa más.
—¡Respóndeme, maldito!
—¡Ya es suficiente! —Apenas la mano de Envy se detuvo justo en su cuello, el menor dejó de hablar. El homúnculo ya no reía, ahora parecía molesto, y esta vez Gerald realmente parecía desesperado por zafarse —¡Empiezas a colmar mi paciencia, niño! Estoy empezando a creer que disfrutas que te asfixie pues ya es la tercera vez que lo hago, esas marcas ni siquiera se han borrado aún ¡Levántame la voz una vez más y te juro que la siguiente marca no se te borrará jamás! ¿¡Te quedó claro, pedazo de imbécil?!
Tan violento como lo sujetó, lo soltó y Gerald otra vez pudo respirar, pero a un ritmo que no era el normal.
—Ahora, bájate. Hará frío así que ponte algo más abrigado antes de irnos. Ya te ves lo suficientemente enfermo como para que te enfermes más.
Al ser el Alquimista de Ascuas, es decir, manipulador de fuego, con el tiempo había desarrollado más resistencia a las temperaturas altas y un fuerte rechazo por las bajas por lo que se abrigaría si es que el lugar sería frío.
—¿A dónde iremos...? —Tenía curiosidad así que no bajó de inmediato, quería respuestas, aunque prefirió hacer la pregunta en voz baja.
—¿Obedecerás si te respondo? —Ya fastidiado de tantas preguntas y poco actuar el homúnculo rodó de ojos—. Creímos que no causarías problemas si te quedabas con el Coronel de Fuego, pero nos equivocamos, y además estás más emocionalmente inestable y desobediente de lo normal, así que desde ahora quedas a mi cuidado —respondió finalmente sonando levemente irritado.
No aclaraba todas sus dudas pero al menos el castaño pareció conforme con la respuesta.
Gerald recordaba que la habitación en la que había despertado era algo fría por lo que decidió obedecerle, aunque hasta a él mismo le parecía extraño que estuviera obedeciéndole así cuando podría sólo escapar, y era que internamente sabía que no podría, no tenía oportunidad.
Finalmente bajó del automóvil y entró a la casa, se sentía extraño entrar prácticamente por obligación.
Todo el tiempo Envy lo siguió, tal vez para asegurarse que no se le escapara, lo siguió hasta su habitación, incluso hasta su armario esperando a que sacara la ropa que se pondría y si no le hubiera pedido que saliera un momento seguramente también se habría quedado dentro esperando y vigilando que se cambiara.
Salió vestido con una camisa blanca, pantalones negros y una gabardina morada similar a la usada cuando atacó el cuartel general hace cinco años sólo que de su talla actual. Luego regresaron al automóvil mas ninguno se dirigió la palabra.
—¿Por qué tarda tanto...? ¿No ven que otros llevan prisa? —murmuró Envy mirando el camino. Llevaban media hora intentando avanzar, empezaba a atardecer y la cantidad de vehículos delante de ellos no se movía.
—No lo sé. Tal vez si les dices que llevas prisa porque llevas a alguien a la fuerza te dejen ir más rápido —contestó el moreno con un tono irónico mientras miraba el camino recostado en el asiento, estar mucho tiempo sentado en esa posición resultaba incómodo y aburrido para cualquiera.
—Envy.
Una voz se escuchó en el lugar.
Gerald sintió a pesar del movimiento del vehículo que se estremecía bajo él, y no sólo se trataba de sí mismo, Envy también había tenido un escalofrío.
El mencionado reconoció la voz de inmediato y se sorprendió.
—¿Eres tú, Pride? —El moreno sintió una extraña inquietud pero no dijo nada al respecto.
—¿Qué diablos estabas haciendo cuando te dije que Wrath y Gluttony estaban peleando con el extranjero? —Era sólo una voz, aparte de ellos no se veía a nadie más. La voz sonaba tranquila pero causaba un temor inexplicable.
—Estaba buscando al niño alquimista de ascuas para llevarlo a...
—Déjate de tonterías —interrumpió la voz—. Capturaron a Gluttony así que ve a buscarlo. Está en una casa a las afueras de Ciudad Central dirigido hacia el este.
El de claros ojos miró hacia el volante, las manos del homúnculo parecían apretar con más fuerza el volante y si se miraban con atención se notaba que temblaban, y por si fuera poco, sólo por el rostro del mayor se podía deducir que quería quejarse, incluso parecía que ni siquiera estaba escuchando, pero estaba atento a todo.
Cuando tuvo la opción, el homúnculo disfrazado de Gustaf dobló por una calle mucho más vacía que la anterior, si bien eso los alejaba más de su destino serviría para dejar el vehículo estacionado, además junto a esa calle había un camino arbolado por el que podrían pasar sin ser vistos.
—Baja, iremos de otro modo.
Ambos bajaron y aprovecharon de estirarse. Gerald miró a su alrededor, si consideraba que habían mandado a sólo uno de ellos para buscarlo y además le habían quitado sus guantes llegó a la conclusión de que no llegaría muy lejos si intentaba escaparse, así que ni siquiera hizo el intento.
El homúnculo miró hacia los lados y luego de asegurarse de que nadie los veía transformó su cuerpo a un negro y bonito corcel.
El de ojos celestes se acercó un poco al caballo, ya no le sorprendía tanto aquella habilidad que tenía, y no pudo evitar acariciarlo.
—Vaya, no importa en lo que te transformes, siempre parecerás palmera —comentó pasando su mano por su crin, pero incluso antes de acariciarlo había mantenido en él una mirada burlesca, sólo quería molestarlo.
—Cállate y sube de una vez —Se quejó el contrario con un tono de voz diferente del habitual y se acercó con rapidez usando su cabeza para impulsar al menor a subir.
Algo en la voz de Envy le sonó bastante familiar al moreno; sonaba parecido a Edward cuando le decían "enano", sonrió al deducir que había encontrado algo con que molestarlo, se aseguraría de recordar eso.
Por más que el cambiaformas no lo lastimaría a no ser que fuera necesario era la primera vez que Gerald montaba un caballo y estaba consciente de que el homúnculo quería llegar rápido a donde sea que tuvieran que llegar así que se sostuvo fuerte de él.
Debían admitir que eso se sentía bien; el viento en la cara de ambos alborotando sus cabellos mientras avanzaban por esa zona arbolada era mucho mejor que la monótona y aburrida carretera siempre llena de vehículos. Era una vista bonita por donde se viera, por un momento a ninguno de los dos pareció importarle que el otro era su enemigo, tal vez era el ambiente el que los hizo tolerarse al menos por un rato.
—No es posible... —pensó Envy en voz alta algo fastidiado luego de varios minutos corriendo.
Adelante se veían los restos de lo que parecía ser una casa y aún más lejos habían varias personas que aún no notaban su presencia, tal era la distancia que ninguno de los dos grupos podía verse entre sí.
—Gluttony ya empezó a hacer destrozos —El que tenía forma de equino no quería arriesgarse a ser vistos, y así como caballo llamaba demasiado la atención así que se escondió entre los árboles y se agachó para que el menor bajara, después cambió su apariencia nuevamente, ahora era más pequeño y delgado; un perro—. Maldición... No lo veo...
—Están ahí —aseguró el moreno señalando a través de los arbustos un punto bastante lejano.
Envy enfocó la vista a ese lugar, pero seguía sólo viendo árboles y arbustos de aquel lado.
—No intentes engañarme, no hay nada ahí. No se puede ver nada.
Gerald soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza.
—De modo que eres otro idiota que confía demasiado en su vista... —Se quejó Gerald—. Si crees que miento es tu problema. Tienes razón que no veo, pero escucho una pelea —había hecho mucho énfasis en la palabra "escucho" que hasta sonaba molesto de que su sentido fuera cuestionado—. Vaya... Parece que estás sordo.
El de apariencia canina se sorprendió, por más buen oído que tuvieran los perros él no podía escuchar nada a lo lejos pero el castaño parecía oír a la perfección.
—Qué buen oído —Sabía que la audición era el sentido mejor desarrollado de Gerald, pero no creyó que tanto—. Muy bien, Mustang y el resto deben estar por ahí. Ve y evita que sean devorados por Gluttony.
Gerald frunció el ceño ¿Quién se creía que era para darle órdenes? Sin embargo al escuchar que Mustang y los demás podían estar en peligro simplemente asintió.
—Oh, y más te vale no estar pensando en decirles cómo llegaste aquí, estuve ahí con ustedes y sé bien que Mustang salió del hospital sin estar totalmente curado, así que lo mataré si dices algo, eso sin mencionar lo que te pasaría a ti.
El castaño volvió a molestarse, con tanta amenaza empezaba a darle igual si se volvía un ser totalmente dependiente, pero amenazarlo con matar al herido de Roy... eso era de cobardes, pero prefirió hacer lo pedido.
No sabía a qué se refería Envy con que serían devorados, mas sólo por eso había tomado la decisión de no escapar en ese momento, podían necesitar ayuda. Corrió por el perímetro que rodeaba la casa, como no veía a los demás cerca de la vivienda supuso que estaban escondidos por ahí. Se abrió paso por los arbustos hasta que chocó con algo que apareció repentinamente, yendo a parar al suelo.
—¡¿Gerald?!
El castaño levantó la mirada con rapidez, estaba ligeramente adolorido pero su sorpresa fue mayor al reconocer la voz.
—¿Roy? —Esperaba encontrarlo pero no de ese modo. Por el golpe, Mustang también cayó por lo que el menor se levantó rápido para así poder ayudar al Coronel a ponerse de pie mas este último no pudo, el moreno lo vio sujetarse su costado con fuerza—. ¿Estás bien...? ¿Qué está pasando? —preguntó el de ojos claros posicionándose debajo de un brazo de Mustang para ayudarlo a moverse.
—Estoy bien —respondió con esfuerzo. Roy había salido del hospital antes de lo debido, era normal que todavía le doliera -. Un homúnculo quiere matarme por haber matado a Lust.
Gerald asintió ligeramente sorprendido ¿Acaso existían homúnculos tenían esa clase de sentimientos? Movió ligeramente su cabeza, creería que no si no estuviera escuchando ahora que un homúnculo quería vengarse, pero aquello no era relevante ahora así que trató de olvidarlo y ayudó al Coronel a avanzar hasta un vehículo que estaba más adelante, cerca de la casa en ruinas.
Los Elric, la Teniente y Ling Yao, el príncipe de Xing que aún no conocía, también estaban ahí y parecían sorprendidos de verlo, fue entonces que el de ojos negros recordó una pregunta importante.
—¿Cómo llegaste aquí? No... ¿Cómo supiste que estábamos aquí?
Por unos instantes el menor se paralizó, no necesitaba voltear para saber que Envy estaba observándolo pues escuchó movimiento en los arbustos cercanos, y no sólo el homúnculo, también el resto de sus amigos.
Negó rápidamente para disimular aquel nerviosismo, sabía que de nuevo debía mentir.
—Eso no importa por el momento, deben irse de aquí.
Mustang se separó del castaño por un momento intentando entrar al vehículo que lo esperaba pero se fue inclinando hacia Edward por perder el equilibrio. El rubio rápidamente lo atrapó.
—Estoy de acuerdo con él —asintió Ed empujando al quejumbroso Coronel dentro del automóvil, aún le dolía su herida—. Por favor, Teniente, acompañe al señor inútil a casa —huir como cobarde no estaba dentro de los planes de Roy pero por su condición y por la situación tampoco podía quedarse, el homúnculo sólo lo quería a él después de todo, sería mejor que se fuera.
Ahora empezaba a entender qué había pasado desde que se separó de ellos; habían atrapado a un homúnculo llamado Gluttony, el mismo que había atacado a Riza y a Fuery hace poco, y al escuchar que Roy, el asesino de Lust, estaba cerca, se liberó para vengarse.
—Es mejor que resuelva otros asuntos. Recuerde... Es posible que el hombre más importante del país sea un homúnculo.
Gerald se sobresaltó. El hombre más importante era sin dudas King Bradley. Sabía que Bradley podía estar relacionado con los homúnculos y sabía que no los conocía a todos mas nunca pasó por su mente que el Führer fuera uno de ellos, además Envy no se lo había dicho hasta el momento.
—¿Qué esperan? —Estaba más que claro que el doctor quería irse pero los cuatro chicos que estaban al exterior, es decir, los Elric, el Xingense y Gerald, negaron con la cabeza, los del interior se preocuparon, no podían dejar a unos niños solos para pelear con ese monstruo sin embargo los menores no cambiaron de idea, por lo que los adultos no tuvieron más alternativa que ceder.
A decir verdad, Gerald se habría ido con ellos, pero si Envy lo había llevado seguro era por algo y no quería tentarlo a que cumpliera sus amenazas.
Mustang frunció el ceño, bien sabía que algo ocultaba el moreno y sabía que mentía pero ya era demasiado. Había aceptado que había cosas del Quinto Laboratorio que no podía contar pero ¿Qué era eso tan importante que no podía decirle? Bueno, no había tiempo ahora así que en otro momento aclararían las cosas.
—Edward, toma esto —dijo Hawkeye entregándole un arma.
Edward no quería recibirla, tenía la determinación de no matar, pero luego de pensarlo bien la tomó. El tenerla no significaba que la usaría.
Lo último dicho por ellos fue un adiós antes de correr de regreso al bosque, después el vehículo arrancó. Cada vez se veían más y más árboles destrozados que indicaban la ubicación de Gluttony, lo tenían localizado pero en realidad ninguno quería acercarse.
—La verdad da algo de miedo así como está ahora...
Los cuatro se encontraban ocultos detrás de un árbol, tiritaban ligeramente pues no había mucho que lograran hacer antes de que el castaño llegara, inclusive había sido capaz de tragarse las llamas de Roy. Roy... ese nombre le recordó a Edward que Gerald aún no les había dado explicaciones.
—Oye ¿No crees que deberías decirnos ya cómo llegaste aquí? —Se quejó el rubio mirando a su amigo, el moreno no entendió porque parecía tan molesto—. No tienes idea de lo irritante que fue ser interrogados por el Coronel cuando vio que no estabas con nosotros ¿Qué te impide hablar esta vez? ¿Los...?
—Juro que te rompo tu automail si te atreves a decir "Los militares" ¿Te quedó claro, Edward? —interrumpió el mayor con la voz raspada anticipándose a las palabras del rubio.
No se había equivocado, eso era exactamente lo que Ed iba a decir y aún le molestaba mucho aquel comentario, sin embargo el rubio tampoco estaba mal porque ciertamente era parte de la milicia quienes le impedían hablar.
—Ya les dije que no es importante, ya está —suspiró con los ojos ligeramente entrecerrados—. ¿No crees que tenemos mejores cosas de las que preocuparnos ahora?
—Yo lo traje ¿Algún problema? —Esa nueva voz los alertó, provenía de detrás de ellos.
Ling apuntó con una espada y Alphonse se preparó para atacar pero este último se relajó al ver que sólo se trataba de un perro. Sin embargo algo no estaba bien, era un perro pero... ¿Acaso había hablado?
—Ya basta, Gluttony —Increíblemente el descontrolado homúnculo se calmó al escuchar esa voz. El perro parlante parecía ser lo sorprendente ahora aunque sólo para aquellos que desconocían su verdadera identidad—. Ha pasado tiempo... —Los ya característicos rayos que aparecían cada vez que Envy se transformaba nuevamente se hicieron presentes, haciendo desaparecer la figura canina para reemplazarla por la apariencia que Envy siempre lucía—. ¿Qué tal, Enano de Acero?
Ya en su forma de siempre el homúnculo intentó acercarse hasta el grupo, no pensaba pelear sin embargo habían algunas cosas que Ed simplemente no podía dejar pasar, lo consideraba al mismo nivel como si Envy le estuviera declarando la guerra.
—¡¿A quién llamas enano?! —gritó lanzando una patada que el homúnculo esquivó a tiempo.
—¡Cálmate! Sólo vinimos por Gluttony, nada más —Aclaró de inmediato llevando sus manos hacia adelante para tratar de relajar al rubio.
Al escucharlo, Gerald apretó sus puños, las palabras que había usado no fueron al azar y eso sólo fue para perjudicarlo.
—No tengo intención de pelear contigo, Ena... —Una nueva patada venía aún cuando no pudo ni terminar la frase.
—¡Basta con lo del enano! ¡Ya van siete veces! —A nadie más parecía importarle mucho lo que Edward discutía, no lo consideraban relevante pero sí gracioso, llevaba bien la cuenta, cinco veces en el Laboratorio y dos ahora—. Espera... ¿"Vinimos"? —Finalmente acabó dándose cuenta del plural utilizado.
—Sí —El de largo cabello soltó una risa mientras caminaba hacia Gerald, el rubio miró con sorpresa al moreno—. ¿No sabías? Oh ¿No les has dicho todavía? —La última pregunta fue dirigida al castaño.
El aludido se sobresaltó, esta vez estaba casi igual de sorprendido que los Elric.
—Pero tú me ordenaste que no les...
Ahí se detuvo. Finalmente comprendió todo y se sintió aún más estúpido que antes.
Tal vez había subestimado al homúnculo de la envidia, la amenaza de matar a Roy, y tal vez la de la tortura, era sólo una fachada sólo lo dijo para que el Teniente Coronel permaneciera callado e inventara excusas, si lograba hacer que el moreno se lo creyera y le obedeciera los demás notarían un comportamiento extraño y eso causaría que desconfiaran de él, y Gerald, pues... Él cayó directo a la trampa.
—Bien jugado, Envy... —suspiró frustrado al sentirse tan ingenuo, tan crédulo, esto extrañó a Edward, era la primera vez que el moreno asumía tener la culpa en lugar de dársela a alguien más, esos últimos días no estaba actuando como de costumbre.
Bueno, podría no servir de nada pero daría una explicación, ahora que sabía que Mustang no corría peligro ya daba igual decirlo.
—¿Recuerdas lo que dijeron en el Quinto Laboratorio, Ed? ¿Eso de los "recursos"? Pues resulta ser que me quieren como aliado aunque no lo sabía hasta ayer.
Edward abrió los ojos al máximo con sorpresa preguntándose si sus palabras eran ciertas o si serían otra excusa más. Él conocía a su amigo y jamás lo vio como ahora, era casi como si se tratara de otra persona.
¿Qué debía creer? Sabía que estaba actuando extraño, pero... ¿Era esa la razón? ¿Quién sabe? Verlo junto a Envy lo hacía dudar. Tal vez no era el homúnculo más fuerte pero vaya que Envy era bueno para manipular.
—Me estás causando problemas —dijo el homúnculo de largo cabello a Gluttony, el gordo sólo se quejó—. Sabes que no puedes comerte al Coronel ni a los hermanos Elric.
El homúnculo de la gula se deprimió al escuchar aquello, significaba que no podría vengar a Lust.
Gluttony era como un niño dependiente de un adulto así que obedecía a todos los homúnculos pero el vínculo que formó con Envy y con Lust, principalmente con esta última, era mayor y perderla le hacía sentir horrible. Envy igualmente quería vengarse por aquello, la única razón por la que no lo hizo es porque le ordenaron no hacerlo aunque desconociera el motivo.
Ling sintió algo de curiosidad por lo que dio unos pasos hacia adelante.
—Lo percibí antes, pero... ¿Cuánta gente tienes adentro, homúnculo? —Se pudo notar tensión entre el muchacho de Xing y el homúnculo, Envy frunció el ceño sin entender cómo sabía aquello.
—Oh, ya veo... —murmuró Envy dejando uno de sus brazos en el hombro de Gerald en lo que recordaba las palabras de Pride dichas cuando se encontraba manejando —Eres el niño extranjero que enfrentó a Wrath.
El moreno no dijo ni una palabra sin embargo casi perdió el equilibrio cuando el mayor se apoyó sobre él ¿Cómo es que pesaba tanto siendo tan delgado?
—¿A qué te refieres con "niño"? —El tono ofendido del príncipe sacó al castaño de sus pensamientos. Ling no era muy exigente pero sentía que merecía más respeto—. Soy el doceavo príncipe de Xing. Yo soy...
—Cómelo —interrumpió el homúnculo ya cansado de escuchar a Ling.
Quitó su brazo del hombro del contrario para tocar la cabeza calva de Gluttony que al instante se puso a perseguir al príncipe.
Al verlos correr, los hermanos se miraron entre sí, no sabían aún como funcionaba pero ya habían comprendido que al menos a ellos y a Gerald los necesitaban en buen estado.
—Parece que realmente no nos harán nada a nosotros tres —opinó Alphonse mientras su hermano se preparaba para pelear, si Gluttony no tenía permitido comerlos y Envy no podía matarlos entonces no tenían de que preocuparse.
Edward transmutó una pared que separó al homúnculo hambriento del Xingense.
—Todo tuyo, Ling —gritó Edward.
Él y Alphonse lucharían con Gluttony mientras que Ling pelearía con Envy del otro lado de la pared.
Gerald estaba con los últimos dos pero les era difícil saber de lado de quién estaba así que ninguno bajó la guardia.
—¿Qué esperas? ¡Atácalo! —Se quejó Envy al ver que el de ojos celestes sólo miraba sin hacer nada mientras él peleaba.
No lo estaba haciendo mal solo pero Ling parecía manejarse con las espadas a la perfección y si el mayor no se cuidaba podría tener problemas.
El joven de ojos celestes soltó una suave risa irónica y claramente fingida antes de contestarle. Empezaba a ver una posibilidad para tomar ventajas.
—Que desesperado debes estar para pedirme ayuda —dijo descruzando sus brazos—. Desafortunadamente para ti, decidiste quitarle sus guantes de ignición a un alquimista de fuego, bien hecho, genio. ¿Crees que te seré útil así, si estamos peleando con alguien experto con las espadas? Sólo con fuego tendría alguna oportunidad. Pero, en fin, bien, voy a pelear... Aunque es probable que muera..
—Debes estar bromeando...
Una vez que Envy logró atrapar a Ling transformando su brazo en una serpiente, este sonrió y le lanzó algo a Gerald; su guante derecho. Sabía que la izquierda era la mano más hábil del castaño, por eso le entregó el derecho, el otro sólo se lo daría cuando se comportara.
—Bien. Ahora sólo le disparas y... —No hubo necesidad de pedírselo. Gerald disparó por su cuenta.
Aunque no le disparó al príncipe, sino que lanzó una llama a la serpiente que lo aprisionaba.
El homúnculo gritó y se sorprendió por esto mientras que Ling aprovechó aquella desconcentración para cortar la serpiente con su propia espada.
—Veo que estás de nuestro lado —observó el oriental avanzando hacia el más bajo. Ling podía tener quince años igual que él mas de estatura era mucho más alto, eso no le fastidiaba al castaño pero seguramente para Ed eso era un martirio—. Soy Ling Yao, mucho gusto.
El moreno asintió colocándose rápidamente a su lado.
—Gerald Katsaros, igualmente.
Ling Yao era uno de los tantos hijos del emperador de Xing pero el monarca había enfermado y no le quedaba mucho tiempo por eso en lugar de elegir al mayor de sus hijos como heredero decidió que le dejaría el poder a aquel hijo que le llevara la fórmula de la inmortalidad.
Ling había llegado a ese país junto a sus guardaespaldas, Lan Fan y Fu, para buscar aquella fórmula y habían acordado que ayudarían a los Elric con su misión de atraer a los homúnculos para capturar a uno pero esa pelea se complicó y Lan Fan perdió su brazo aunque por el lado positivo lograron capturar a Gluttony.
Luego de una sonrisa ambos miraron al tercero ligeramente sorprendidos. Envy había caído al suelo de rodillas hundiendo parte de él en la tierra, incluso el piso llegó a moverse.
Ya era la segunda vez que pasaba algo relacionado a su peso.
—Maldito... Se supone que estabas de mi lado... —musitó regenerando su brazo gracias a su Piedra Filosofal.
—No recuerdo haber dicho que lo estaba. No eres el único que sabe manipular, Envy... ¿Crees que es difícil actuar como un chico débil? —dijo el supuesto aliado. Ya se había dado cuenta; con Envy era manipular o ser manipulado—. Creí en tus estúpidas amenazas, pero ya no más. No haré lo que me digas, haré lo que yo quiera. Buena suerte tratando de hacerme tu muñeco sin alma, pero ten por seguro que me defenderé.
—¿Qué parte de "no tienes opción" no has entendido todavía? —De repente sonrió, pero sus ojos sólo mostraban enojo—. Bien, como quieras, si tanto quieres ser un esclavo de mirada muerta no te lo impediré.
Envy aún no podía levantarse pues todavía se estaba regenerando, Ling aprovechó eso para acercarse.
—Ya dijo que no te ayudaría así que ¿Por qué no mejor sólo te olvidas de él y ya? -mencionó manteniendo su espada apuntada a su adversario—. Vamos sólo quiero información de la inmortalidad. Si no quieres salir herido, coopera conmigo y entrégate ¿O acaso quieres perder otra extremidad?
—¡Malditos, humanos! ¡No me subestimen!
De lo poco que lo conocía era la primera vez que el moreno lo veía tan enojado pero necesitado al mismo tiempo.
¿Qué era eso? ¿Estaba sintiendo lástima por alguien como él? ¿Por alguien que lo había amenazado desde el principio?
No, no, sus emociones estaban todas alteradas desde hace tiempo, no era posible que realmente le tuviera lástima...
¿Verdad?
Repentinamente, Ed y Al atravesaron la pared que los separaba de ellos, habían sido lanzados por Gluttony hacia ese lado.
Los que peleaban con Envy miraron hacia atrás.
—Chicos, estamos ocupados —Ling y Gerald miraron con algo de fastidio pero por suerte voltearon justo a tiempo antes de recibir un golpe en la cara por parte de Envy, entonces el príncipe se agachó y le cortó la pierna.
Nuevamente el homúnculo cayó con un fuerte grito de dolor, otra vez quedando una marca en el suelo.
Ahí estaba ese sentimiento de nuevo; ese sentimiento de querer ayudarlo, pero el castaño lo ignoró otra vez.
Era hora del golpe final, Envy no tenía a donde huir, bastaba con que Ling lo atravesara con la espada y acabarían, sin embargo no pudo, no al ver a Lan Fan tirada en lugar del cambiaformas.
—¡Es una trampa! ¡No te dejes engañar!
Pero era tarde, Gluttony tenía a Ling, y aunque Gerald estaba lejos de su alcance acabó entrando cuando Ed se atravesó para sacar al príncipe. Envy intentó sujetar la pierna del joven castaño tratando de que al menos él no fuera absorbido pero sólo logró ser tragado también.
Sí, había dicho que quería matarlo, pero bien sabía que no podía hacerlo, tan sólo quería asustarlo para ver si esta vez sí le obedecía pero no creyó que no funcionaría. Así acabaron los cuatro, todos siendo tragados por la gula.
Trust in me
Just in me
Shut your eyes
Trust in me
Slip into silent slumber
Sail into a silver mist
Slowly and surely
Your senses will cease to resist
~ Trust in Me (The Python's Song)/The book of jungle
Sterling Holloway
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top