★ Quinto Aullido ★

Toda la situación se había presentado de la nada, sucediendo en segundos que fueron realmente incómodos y en los cuales se vio obligado a disimular toda la molestia que surcaba su ser.

"Se ha presentado una situación que ha desconcertado a todos los presentes dentro del palacio; al parecer nos han informado que el candidato de nombre Yang HongSeok de la región de Gwangju hijo del general de dicha mandada, ha entrado en celo a mitad del cortejo Real. Lo cual ha provocado que sus instintos se inquietaran y comenzara a realizar acto indecoroso hacia él Omega Luna".

Las personas murmuraban y uno de los guardias se encontraba informándole que él chico había sufrido un adelanto en su celo y gracias a esto desafortunadamente no había podido controlar a su lobo. Después de todo era un chiquillo que al igual que él se había visto forzado a estar presente en ese gran evento, o al menos eso fue lo que quizo imaginar por lo alterado que se mostró al percatarse de lo que se encontraba haciendo.

—¿Jimin? ¿Jimin estás bien? —La voz de su hermano lo regresó al lugar en el que estaba, se escuchaba preocupado y bastante molesto en su entonación.

Pestañeo y dirigió una sonrisa hacia todos los presentes. —Estoy bien, solo fue un pequeño inconveniente y espero de corazón que él se encuentre bien. —Tragó. —Sin embargo, lamento mucho esto pero necesitaré un par de minutos a solas.

Todos parecieron estar de acuerdo y así fue como quizo tomarlo, aunque la penetrante mirada de su madre le hizo flaquear un poco en su decisión no se arrepintió y salió con un paso bastante veloz.

Camino entre los candidatos y se dirigió hacia la profundidad del bosque que se encontraba conectado con el fondo del castillo. No transcurrió mucho tiempo para que su cabeza comenzara a punzar y le obligara a detener su rápido caminar.

Inhalo y exhalo un par de veces en busca de apaciguar a su agitado corazón. Quizo gritar con fuerza y abandonar todo lo que minutos atrás se encontraba haciendo.

De sus ojos comenzaron a resbalar dolorosas y frustrantes lágrimas que mantenían la intención de liberar sutilmente su alma de todo aquello que se encontraba reteniendo días atrás.

¿Cómo se había atrevido a tocarlo? ¿Cómo es que su madre se había molestado con él y no con la situación? ¿Cómo había accedido a realizar aquel evento? Cierto, no tenía la opción de elegir.

Sus piernas comenzaron a temblar y su cuerpo exigía un descanso, fue así que comenzó a encogerse hasta terminar recargado en un gran árbol que le cubría del molesto sol, aún que en realidad esté ya comenzaba a ocultarse.

Emitió un gemido de dolor ante lo frustrante que había sido todo su día, rogando a los cielos que le ayudaran a controlar sus verdaderas emociones. Esas que no debía o en realidad no podía demostrar.

No le importaba si sus ojos se hinchaban, su cabello se desarreglaba o su traje se arrugaba al momento de haber tallado con fuerza sobre su cuello, en un intento de borrar la sensación que había dejado él chico al haber lamido aquel lugar en un impulso causado por su celo, después de todo lo único que deseaba era encogerse lo mayor posible sobre aquel cómodo y solitario lugar que le permitía respirar a gusto cada vez más.

Comenzó por abrazar sus piernas a su pecho mientras todo su cuerpo comenzaba a temblar por la impotencia que sentía vibrar en su sangre. Su lobo no tardo mucho en reaccionar de forma negativa, provocando una extraña sensación de inquietud a través de su pecho.

Lloro y en un intento desesperado exigió a la Luna que lo llevara al lado de su padre en un fuerte grito que no sería escuchado por nadie que se encontrara en la reunión, solo provocando que él Omega interior aullase más conforme se arremolinaba el dolor espiritual.

Sollozo con fuerza y se concentró en los recuerdos de aquel hombre que siempre se había preocupado por su bienestar y su felicidad, dejándolo elegir entre opciones y no dándole una sola como único camino.

—Hola. —Él azabache habló, interrumpiendo el momento que él se había tomado para desahogar toda la frustración que había mantenido oculta. No recibió una respuesta que logrará oír, aunque él más joven solo había susurrado un "vete de aquí".

Oye...-

—¡Maldición, lárgate! ¿Qué no es obvio que quiero privacidad?

Su apariencia sin duda no era lo que había sido minutos atrás, cuando su cabello se encontraba en perfecto estado, su rostro lucia fresco y el traje que portaba se mostraba impecable.

Él chico que había intentado hablar lucia desconcertado y un tanto preocupado, mostrando una mirada llena de calidez hacia él pequeño que le había gritado con fuerza.

Jimin no tardo mucho en notar aquel broche que se encontraba sujeto al saco del muchacho, aquel sello característico que portaban todos los candidatos y que se representaba como el perfil de un lobo.

Se reincorporó con tanta velocidad que sus piernas temblaron y su vista se vio nublada, provocando así que él joven Alfa lo sujetada del antebrazo en un intento de socorrer al rubio.—Oh madre luna lo lamento tanto. —Comenzó a jadear por la exaltación.

—¿Qué? —No comprendió sus palabras.

—Yo... yo fui grosero, altanero, arrogante... por favor le suplico que olvide mi comportamiento. —Se Soltó del agarre y se inclinó con rapidez, esperando que de esta manera él Alfa exonerara su culpa.

—¿De que estás hablando? Buscabas algo de tranquilidad y llorar es algo normal.

—Es exactamente por eso que me disculpo. Usted no tiene la necesidad de verme de este modo. —Tragó. —Estoy tan avergonzado. —La fuerza en sus piernas de desvaneció de nueva cuenta, hasta dejarlo en su antigua posición, esa que le hacía verse chiquito ante todo y que al mirarlo a los ojos podías notar la mirada de un niño que había perdido de vista la luz del sol.

—Pero solo se encontraba llorando, me parece que es algo muy respetable y de lo cual nadie tendría derecho a reprocharle.

—Mi comportamiento ha sido inapropiado e indecoroso y una falta total a todo lo que me han enseñado. —No lo miro, se recargó en sus brazos y ladeó la cabeza que se encontraba sombre estos. — Me disculpó nuevamente y le suplicó que no comente esto ante el consejo.

—Solo me parece el comportamiento de una persona frustrada y molesta que no tolero retener tales sentimientos por más tiempo.

—Disculpe mi atrevimiento pero usted no tiene conocimiento acerca de mis sentimientos.

—Quizá no pero su triste mirada detona el dolor que recorre su alma. —La voz del Alfa comenzó a sentirse más cerca con el paso de los segundos y al poco tiempo Jimin ya se encontraba siendo acompañado sobre la tierra que mantenía ocultas las raíces del fuerte árbol.

—Consideró que él Rey Park ha sido uno de los mejores monarcas que nuestro país a tenido. No tuve el placer de verlo por más de dos ocaciones pero... en ambas quedé maravillado con lo admirable y entregado que era con su trabajo, con todo el reino en realidad.

—Siempre prefirió que lo llamaran por su nombre, quería que todos sintieran que era alguien en quien confiar. Él decía que todo el reino era su familia. —La posición que mantenía no había cambiado mucho, únicamente en el hecho de que ahora se encontraba dirigiéndole la mirada.

El chico que se encontraba a su lado claramente era un Alfa, no era muy alto por lo que había notado y la presencia de su lobo no era intimidante o sofocante.

—Él rey Donghae era muy heroico, tan entregado y pacificó, algo que este mundo necesita mucho en sus lideres.

—Era la persona más valiente que he conocido, tan fuerte y cálido. —La ahogada voz despertó los sentido del lobo más grande. —Siempre sabía cuales eran las palabras que alentarían a una persona a realizar algo de lo que no se creía capaz. Mi madre siempre dudaba mucho de él ya que frecuentaba el realizar bromas y tener una faceta infantil, ella parecía no lograr notar todos sus esfuerzos y los benéficos que traían consigo a todo el reino.—Cada palabra fue soltada con una absoluta admiración y eso, Yoongi lo noto. —No sé si el futuro rey me dé esa confianza o si acaso me permita opinar.

—No le pida permiso, no abdique. No se convierta en un rey consorte, usted es el heredero a la corona y por lo tanto quien tiene derecho a tomar las decisiones sobre el bienestar de cada uno de los ciudadanos.

Ya había escuchado esas opciones antes, aquellas que su padre le había comentado antes de comenzar a enfermar, esas que le dieron esperanza y encendieron una llama de intenso fuego en su corazón.

Alfa y Omega se miraron por segundos en los que ninguno emitió un solo sonido que no fuese el de su respiración.

—¿Usted me escucho mientras lloraba? —Un sonrojó ligero lo invadió y decidió ocultarlo al prestar atención en el movimiento que comenzaron realizar sus pies.

—Solo una parte y lo lamento ya que parecía algo privado. Es solo que yo estaba en este mismo lugar mucho antes que usted y tuve que retirarme por un momento para brindar apoyo a un amigo. Cuando me canse decidí que era momento de volver por mi libro.

—¿No ha estado presente durante el evento?

—¿Para abrumarme con cientos de aromas que ni usted parece soportar? Lo lamento pero tengo mejores actividades que esa.

Él chico no lo espero y tampoco mostró con una facción la sorpresa que sintió al escuchar al rubio reír con sutileza. De pronto el sentimiento de melancolía parecía alejarse con el paso de los segundos.

—Sin duda existen cientos de pasatiempos con mejor aprovechamiento. —Sonrió y se sintió natural, como cuando se encontraba con su hermano o con la chica que lo había acompañado durante años. —¿Podría decirme su nombre?

—¿Debería inclinarme?

—Solo dime tu nombre. —Sonrió.

—Yoongi. Min Yoongi.






















Donghae











Yang HongSeok























Yui-Chan. ❤️

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